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Las islas de la otredad como utopia de ciudad.

Rosana Reguillo en su texto "Los miedos: los laberintos, sus monstruos,


sus conjuros, una lectura, socioantropológica", analiza el miedo como un signo
de violencia urbana que debe ser analizado desde la deconscrucción histórica
de los fenomenos sociales, en su dimensión individual, social (sociedad) y como
tejido simbólico.
Esta reseña fija su atención en aquellos elementos que aportan un marco
teorico reflexivo sobre la función política del miedo en la construcción de la
otredad en el espacio urbano contemporaneo.
La autora resume su reflexión teórica considerando que el miedo es
"individualmente experimentado, socialmente construido y culturamente
compartido" (p.5). Esta idea ubica en primera instancia al miedo en el terreno de
las pasiones humanas, como un elemento que detona las decisiones binarias
(inseguridad - bienestar, miedo - esperanza, bueno - malo) contingentes
provocadas por las inestables estructuras económicas y políticas
contemporaneas, en la vida cotidiana de los actores sociales.
Al considerar el miedo como experiencia subjetiva del actor social, es
oportuno el vincular dentro de su análisis socioantrológico, los elementos
perceptivos, que intervienen en la configuración de esta experiencia, como por
ejemplo, el aporte que rescata Reguillo de Hume, de su libro sobre "La teoría de
las pasiones" , en donde resalta la necesaria materialización del miedo a través
de un "objeto de atribución" (p.3), y ubica en segunda instancia a la sociedad
como espacio de socialización y generadora de cultura.
El rol administrador de la sociedad sobre las pasiones ciudadanas,
propuesto en el texto, es un elemento relevante dentro del analisis de los miedos
ciudadanos, ya que esta perpectiva nos permite comprender la inseuridad como
una categoria de miedo que funciona como elemento socializador y emplazador
de las estructuras de la sociedad.
La tercera dimensión simbólica que resalta Reguillo, esta realacionada
por el uso social de los dispositivos mediáticos, que cumplen una función
propagandista del miedo, capaz de alterar el juicio del sujeto o de irrumpir la
utopia de ciudad vigente. Los miedos se socializan a través del melodrama, la
nota periodística y el cine nacional, sin embargo requieren de una ratificación o
rechazo por parte de su audiencia, en donde intervienen elemetos culturales
mediadores como las creencias colectivas y sus propios imaginarios.
Estos elementos configuran una idea de ciudad contemporanea que se
narra a través de lugares, pesonajes, prácticas e instituciones. Rosana ubica en
la ciudad el escenario donde acontece la experiencia del miedo, de esta manera
al hablar de los lugares del miedo, resulta complejo georeferenciarlo y definir sus
límites espaciales.
El objeto de atribución nos permite comprender que el miedo
transfigurado en actor social o territorio, debe analizarce en los procesos
perceptivos e identificar las fronteras simbólicas que conlleva a organizaciones
politicas e identitarias alrededor de la inseguridad y el miedo y las politicias
neoliberales y la globalización.
Una vez definido el lugar del miedo (percepción), asumimos que los
territorios marginados o periféricos, se emplazan con otras estructuras de la
sociedad mediante la negación del otro, aquí la figura de inclusión y exclusión de
de los sujetos que habitan estos territorios amenazantes, son reconstruidos por
Regullo como agentes que narran la ciudad como disrruptores de la utopia de
ciudad, moralista, vigitante y organizada.
La articulación del territorio con la seguridad, fundamenta la idea que una
ciudad imaginada que se refiere a la utopia y demarcada por lugares con una
cargados semanticamente de peligrosidad y alto riesgo. La lectura de ciudad
más allá de los determinismos geográficos, fija la atención en los actores
sociales, que percibidos deslocalizadamente y asociados a binarismo morales
entre el bien y el mal, consolidan el concepto de "alteridad amenazante" (p.7)

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