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98.

ANÁLISIS DE UN DISCURSO

Al analizar un texto se efectúan los siguientes procesos:

1. Entender: estudiar su coherencia lógica (primaria: imaginaria, y


secundaria: simbólica), las reglas de formación y los postulados
explícitos e implícitos que fundamentan el discurso, así como los
métodos de demostración y de sustitución de imágenes, conceptos y
enunciados, y las reglas de interpretación de los símbolos. El
“modo” musical en que está escrito (véase Lacan), el estilo del autor,
los giros, juegos lingüísticos, expresiones, figuras literarias,
vocabulario. Tratar de captar el sentido del discurso, en una lectura
(intra)textual que parta del propio texto pero tenga en cuenta el
contexto y el metacontexto.

En la práctica científica, filosófica o teórica, entender culmina


en explicar, que pretende dar cuenta de la reflexión y de la
contextualización del texto al mismo autor o a otras personas
(comunicar). En la práctica terapéutica o existencial este paso es
omitido con frecuencia: el análisis cognoscitivo, basado en la lógica
secundaria es subordinado al análisis de la lógica primaria (véase
ensayúnculo La explicación).

2. Criticar: establecer una comparación del texto consigo mismo


(crítica interna) y con otros del mismo autor o de distintos autores
(crítica externa). Para ello se relacionan sus partes, proposiciones,
conceptos, entre sí, buscando verificar la coherencia y la rigurosidad
del discurso, como también las conexiones, las asociaciones, las
oposiciones y convergencias. Estudiar la constelación discursiva
(véase Foucault, Arqueología del saber ). Si realmente está de
acuerdo con las teorías que dice profesar. Lo novedoso del discurso y
sus posibles conclusiones y derivaciones. Esto llevaría a una lectura
intertextual, que relacione unos textos con otros, pero sobre todo
contextual y metacontextual, que ubique el texto y el autor en un
marco de referencia discursivo. De qué forma diverge o coincide con
la teoría personal, el marco referencial o la escuela en la que está
inscrito, o con la historia personal de su autor.

Al comparar textos diferentes de un mismo autor pueden captarse


evoluciones en su pensamiento o en su estilo, y al hacerlo con otros
autores, se propende por una dialectización del discurso que lo
confronte y cuestione.

3. Contrastar: recurrir a la experiencia, a la práctica social,


experimental o existencial. Verificar en la praxis la validez y las
consecuencias del discurso: su eficacia y su fecundidad. Qué
objeciones, complementaciones, observaciones y comentarios suscita
en los demás (experiencia discursiva). Cómo puede aplicarse a la
práctica y qué efectos produce ( experiencia empírica ).

4. Incorporar: lograr que el texto sea asimilado, en primer lugar, por


la teoría personal, y luego, por el propio cuerpo; convirtiéndose en
parte de la actitud, del modo de ser: en un saber incorporado. Es el
comprender de que habla Freud en El proyecto, que es sentido, y
deja de ser algo meramente intelectual para constituirse en parte del
sujeto.

Los discursos incorporados hacen parte del saber subjetivo que


guía su acción, permitiéndole actuar por intuición sin necesidad de
una reflexión previa. Es el caso de la intervención no calculada del
analista.

Este último paso, más que análisis del discurso, es su efecto, o


su punto de partida, pues hemos venido incorporando discursos a lo
largo de toda la vida, casi siempre sin analizarlos. No se trata
realmente de una secuencia de pasos, pues muchas veces el criticar
ayuda a entender mejor un discurso; o el contrastarlo facilita criticarlo.
La incorporación se va dando de una manera automática a lo largo del
proceso, sin esperar a que se complete una o varias fases. Por eso se
trata de una dialéctica entre los distintos procesos, aunque en general,
es preferible entender antes de criticar, y luego contrastar para
finalmente incorporar.

KR-890060

CARLOS ARTURO RAMÍREZ GÓMEZ

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