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RECURSO DE CASACIÓN
Aduce que con ello le causó un daño patrimonial a los intereses del
Estado puesto que la tasa pasiva bancaria es menor que el Índice de Precios al
Consumidor (IPC), por lo cual la recurrida debe ser anulada.
La Sala observa:
El artículo 1.969 del Código Civil dispone que para que la interposición
de la demanda produzca la interrupción de la prescripción, deberá registrarse copia
certificada de la demanda con la orden de comparecencia en la Oficina correspondiente
antes de expirar el lapso de prescripción a menos que se haya citado al demandado
dentro de dicho lapso.
B: Acta de Inspectoría del Trabajo de fecha 2 de octubre de 1997, la cual merece valor
probatorio mas como no señala los motivos del reclamo, no aporta elementos para la
solución de la controversia.
E: Informe médico de fecha 6 de junio de 1996 que sugiere se otorguen reposos mes a
mes, el cual fue impugnado por la demandada en el escrito de contestación y al no ser
demostrada su autenticidad no se le otorga valor probatorio.
L: Informe sobre Tomografía de fecha 4 de julio de 1996, el cual fue impugnado por la
demandada y al tratarse de un documento privado emanado de tercero no ratificado en
juicio no se le concede valor probatorio.
14 Recibos de pagos, que como ya fue admitido el salario básico no aportan nada a la
controversia.
F: Justificativos Médicos del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales que otorgan
reposo desde el 7 de junio de 1996 (folio 184 de la primera pieza) hasta el 21 de febrero
de 1997, los cuales merecen valor probatorio. De ellos se desprende que se otorgaron
reposos médicos continuos desde el 7 de junio de 1996 hasta el 21 de febrero de 1997.
G y H: Autorización para consulta médica los días 11, 16 y 17 de abril de 1997, con
sello húmedo de CARBONORCA, los cuales no fueron impugnados y merecen valor
probatorio. De ellos se desprende que la actora solicitó permiso para asistir a consulta
médica los días 11, 16 y 17 de abril de 1997.
I: Constancia de atención médica del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales con
sello húmedo de CARBONORCA, de fecha 25 de abril de 1996, la cual no aporta nada
a la solución de la controversia.
J1, J2, J3 y K: Constancia de operación, factura, carta aval y copia de cheque para cubrir
diferencia en la operación, las cuales no aportan elementos para la solución de la
controversia.
Inspección Judicial al Centro Médico Dr. Renato Valera (folio 2, Pieza 2); Centro de
Salud Fragachán (folio 47, Pieza 2); y, Carbonorca (folio 49, Pieza 2), las cuales
merecen valor probatorio y ratifican los hechos ya demostrados con otros instrumentos
respecto a los reposos y las consultas médicas.
Salario normal: salario básico más aumento por Convención Colectiva más asignación
por transporte más asignación por vivienda más alícuota de bono vacacional y alícuota
de utilidades = Bs. 89.070,00 + Bs. 43.500,00 + Bs. 2.000,00 + Bs. 2.000,00 + (Bs.
60.000,00 / 12) + (89.070,00 + 43.500,00 +2.000,00 + 2.000,00) / 30 x 120 / 12 = Bs.
187.093,33 mensuales que equivalen a Bs. 6.236,44 diarios.
Para que prospere una reclamación del trabajador en estos casos bastará
que se demuestre el padecimiento de la enfermedad profesional, y la demostración del
grado de incapacidad sobrevenida será relevante a los fines de determinar el monto de la
indemnización.
Toda persona es responsable del daño causado por las cosas que tiene bajo
su guarda, a menos que pruebe que el daño ha sido ocasionado por falta de
la víctima, por el hecho de un tercero, o por caso fortuito o fuerza mayor.
De todo esto se desprende que la teoría del riesgo profesional, tuvo su
origen en la conocida responsabilidad objetiva por la guarda de la cosa, y por lo tanto,
como bien lo ha señalado la doctrina y la jurisprudencia, en virtud de dicha
responsabilidad objetiva se debe reparar tanto el daño material como el daño moral.
Es por ello que la teoría del riesgo profesional, aplicable al patrono por
los accidentes o enfermedades profesionales que sufran sus empleados, lo hace
responder objetivamente, es decir, independientemente de la culpa, tanto por el daño
material como por el daño moral, siempre que “el hecho generador (accidente o
enfermedad profesional) de daños materiales pueda ocasionar, además, repercusiones
psíquicas o de índole afectiva al ente moral de la víctima” (S.C.C. 23-03-92).
DECISIÓN
____________________________
OMAR ALFREDO MORA DÍAZ
El-
_______________________ _______________________________
JUAN RAFAEL PERDOMO ALFONSO VALBUENA CORDERO
Magistrado, Magistrada,
_______________________________ _________________________________
LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
El Secretario,
_____________________________
JOSÉ E. RODRÍGUEZ NOGUERA
R.C. N° AA60-S-2007-001261
Nota: Publicada en su fecha a las
El Secretario,
SALA DE CASACIÓN SOCIAL
CAPÍTULO I
RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY
I
A tenor de lo previsto en el numeral 2, artículo 168 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo denuncia falsa aplicación del artículo 623 de la Ley Orgánica del
Trabajo.
Aduce el recurrente que el ad quem al determinar como fecha de
constatación de la enfermedad profesional el 21 de marzo de 2001, incurrió en falso
supuesto e inexacta aplicación de la norma denunciada, por cuanto, de las actas del
expediente, específicamente en el escrito libelar, el actor confesó que fue el 8 de
noviembre de 1999 cuando se le diagnosticó la presunta enfermedad profesional, y
dicho error de juzgamiento fue determinante en el dispositivo del fallo ya que, conllevó
a desestimar la prescripción de la acción.
Así las cosas, el artículo 623 de la Ley Orgánica del Trabajo establece:
II
Continúa el recurrente:
(…) El Juez de la recurrida aplicó falsamente la citada norma jurídica, por
cuanto la parte demanda no resultó totalmente vencida. (…) En
consecuencia al declarar procedente esta defensa de fondo interpuesta por la
parte demandada no puede aplicarse el vencimiento total que señala la
norma aplicada y por otra parte el actor no obtuvo en definitiva la totalidad
de su pretensión. (…) Ahora bien, en caso de ser declarada la prescripción
de la acción, si bien no hay declaratoria sin lugar de la demanda intentada
por no existir pronunciamiento sobre el fondo del asunto, el actor no obtiene
en definitiva la totalidad de su pretensión, lo que lo hace susceptible de ser
condenado en costas del proceso, como así ya lo ha efectuado esta Sala de
Casación Social en sentencias de fechas 14-02-02 y 04-07-00.
III
En atención a lo establecido en el numeral 2, artículo 168 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo denuncia falsa aplicación del artículo 1185 del Código
Civil.
Expone el recurrente qué, en cuanto a la responsabilidad subjetiva, el actor
debe demostrar la comisión del hecho intencional, negligente o imprudente por parte del
patrono, la relación de causalidad entre el supuesto acto dañoso y el daño; no obstante,
el ad quem consideró que el trabajador satisfizo los extremos previstos en el artículo
1185 del Código Civil, y ordenó el pago de las indemnizaciones derivadas de la
enfermedad profesional, a saber, daño material, lucro cesante y daño moral, incurriendo
en falsa aplicación de la norma en referencia, y ello resultó determinante en el
dispositivo del fallo.
Señala el formalizante:
(…) La recurrida condena a pagar a la demandada, indemnizaciones
provenientes de un presunto hecho ilícito civil, sin que el actor hubiese
demostrado la identificación del Agente (sic) del Daño, (sic) como tampoco
la ocurrencia de hecho intencional, negligente, imprudente o carente de
pericia o efectuado en desacato de las ordenanzas por la demandada; como
tampoco la relación de causalidad entre el supuesto acto dañoso y el daño
alegado por la víctima (…) Esto arrastra a la conclusión de que la recurrida
aplicó erróneamente el artículo 1185 del Código Civil. (…) la recurrida no
aplicó la doctrina establecida en sentencias reiterada (sic) y vinculantes que
ha pronunciado esta Sala Social en casos similares, donde se condena al
Seguro Social a pagar la indemnización que sea procedente que derive de
una (sic) accidente laboral conforme a la responsabilidad objetiva; no tiene
el actor que entrar a demostrar, por estar fundamentado en el riesgo al que
indefectiblemente está condenando a soportar el empleador.
extracontractual derivada del hecho ilícito, por tanto, corresponde al actor que
daño proviene del hecho ilícito del patrono; tal como lo estableció la Sala en
DE LA TRABA DE LA LITIS
Alega que en las acciones por infortunios laborales, en las que el actor
demanda indemnizaciones de daños materiales superiores a las establecidas en la Ley
Orgánica del Trabajo, como la indemnización prevista en el artículo 33 de la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo; lucro cesante y
daño moral, el actor debe demostrar, de conformidad con la normativa del artículo 1354
del Código Civil, los extremos que conforman el hecho ilícito que imputa el actor.
Agrega que en caso de demostrarse la enfermedad, no puede aplicarse la teoría del
riesgo a que se refiere el artículo 560 de la Ley Orgánica del Trabajo, toda vez que el
actor no reclamó dicha indemnización.
II
De la prescripción de la acción por cobro de prestaciones sociales
I. instrumentales:
De las actas del expediente (folio 101 primera pieza) obra en original
informe médico de fecha 26 de marzo de 2001 expedido por el servicio médico del
Ministerio del Trabajo, Inspectoría del Trabajo del Estado Zulia, el cual se encuentra
estampado con el sello húmedo de la Oficina de Medicatura Legal y suscrito por la
médico legista Liria Rodríguez, quien diagnosticó “…déficit ventilatorio respiratorio
severo, obstructivo moderado, trastornos respiratorios mixtos, no responde a
broncodilatadores como secuela de neupotia química crónica…”; que por tratarse de ser
un instrumento emanado de autoridad administrativa del Trabajo perteneciente al Estado
venezolano, en su contenido goza de fe pública. Del mismo se desprende que el médico
legista incurrió en un error material al transcribir el nombre de la enfermedad padecida
por el actor, el cual fue subsanado a través de diligencia suscrita por el tercero, de
manera que el diagnóstico de la enfermedad profesional es: “neumopatía química
crónica”.
II Testimoniales:
Informes:
A tenor del artículo 433 del Código de Procedimiento Civil solicita del
tribunal requiera informe al Banco Venezolano de Crédito, relativo a las cantidades de
dinero que depositó al ciudadano Néstor Luís García en esa institución por concepto de
fideicomiso, abonos en cuenta con ocasión del corte de cuentas, antigüedad,
compensación por transferencia, intereses, utilidades, beneficios laborales desde la
fecha de inicio de la relación laboral, hasta la fecha de entrada en vigencia de la Ley
Orgánica del Trabajo, es decir por espacio de veintiún (21) años y dos (2) meses, hasta
el 31 de diciembre de 1998.
Al folio 248 segunda pieza, se observa carta misiva emanada del Banco
Provincial de Venezuela de fecha 11 de marzo de 2003, Nº 3197-02, suscrita por el
representante de la dirección de seguridad operativa, en la cual informa que el
ciudadano Néstor Luis García, titular de la cédula de identidad Nº V- 5.796.913 no
aparece registrado como fideicomitente en dicha institución.
Del análisis del acervo probatorio, esta Sala puede colegir que en el caso
sub examine quedó demostrada la existencia de la enfermedad alegada por el ciudadano
accionante; sin embargo, tal como lo ha señalado la jurisprudencia de esta Sala, es
requisito sine qua non para la procedencia de cualquier indemnización por daños
materiales o morales derivados de enfermedad profesional –tanto si se trata de
responsabilidad objetiva o subjetiva-, que la enfermedad o estado patológico padecido
por el trabajador haya sido contraído con ocasión del trabajo o por exposición al medio
ambiente de trabajo (de conformidad con las definiciones consagradas en los artículos
562 de la Ley Orgánica del Trabajo y 28 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo), para lo cual será indispensable establecer
la relación de causalidad entre la prestación de servicios -considerando las condiciones
en que se realizaba- y la aparición de la enfermedad.
A tal fin será preciso realizar un análisis de las circunstancias vinculadas con
las condiciones y medio ambiente del trabajo, es decir, realizar un análisis
de las tareas efectuadas por la víctima, en este sentido el trabajador deberá
detallar en su libelo la tarea que ejecuta o ejecutaba y no limitarse a la
mención tan común del oficio desempeñado; luego se analizarán los detalles
y pruebas existentes en autos sobre el ambiente laboral y los elementos que
el trabajador consideró pernicioso para su salud. Una vez realizada dicha
determinación, corresponde estudiar las circunstancias vinculadas con el
trabajador, es decir, estudiar el diagnóstico de la enfermedad padecida lo
cual obviamente sólo será posible con la ayuda del profesional médico; debe
estudiarse además las condiciones personales del trabajador, edad, sexo,
constitución anatómica, predisposición y otras enfermedades padecidas.
En el caso bajo examen esta Sala observa que para el año 2001, fecha de la
constatación de la enfermedad profesional el salario mínimo decretado por el Ejecutivo
Nacional se correspondía a la cantidad de ciento cuarenta y cuatro mil bolívares (Bs.
144.000,00), en virtud, de ello se estima procedente indemnizar al trabajador por
responsabilidad objetiva a tenor de lo previsto en las precitadas normas en la cantidad
de dos millones ciento sesenta mil bolívares (Bs. 2.160.000,00). Así se decide.
1) La entidad del daño sufrido. Del análisis de las pruebas quedó establecido
que el demandante padece de 95%, de incapacidad parcial y permanente la cual le
impide desempeñarse en las labores que venía realizando antes de la ocurrencia de la
enfermedad profesional, puesto que no debe exponerse a sustancias químicas, en virtud
del déficit ventilatorio restrictivo severo, obstructivo moderado como secuela de la
enfermedad denominada “neumopotía química crónica”, que alteró sustancialmente su
forma de vida.
2) La importancia tanto del daño físico como del daño psíquico. En cuanto
al daño físico se evidencia de las pruebas analizadas que presenta una sintomatología
constante producto de la enfermedad profesional, compatible con disnea, dolor toráxico,
hipertensión arterial, nefropatia, edema en los miembros inferiores y cardiopatía
hipertensiva severa, que ocasionó secuelas funcionales, las cuales traen como
consecuencia un menoscabo de su vida normal desde el punto de vista laboral y social
que afectó su psiquis.
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
de Casación Social, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la ley, declara: 1) CON LUGAR el recurso de casación interpuesto por la sociedad
mercantil Petroquímica de Venezuela, S.A. (PEQUIVEN), 2) ANULA el fallo proferido
por el Tribunal Superior Primero del Circuito Judicial Laboral de la Circunscripción
judicial del Estado Zulia de fecha 14 de abril de 2005; 3) PARCIALMENTE CON
LUGAR LA DEMANDA , 4) Prescrita la acción por cobro de diferencia de
prestaciones sociales, 5) Condena a la demandada al pago por responsabilidad objetiva
por la cantidad de dos millones ciento sesenta mil bolívares (Bs. 2.160.000,00), 6)
Condena a la accionada al pago de la cantidad de cincuenta millones de bolívares (Bs.
50.000.000,00) por concepto de daño moral.
Presidente de la Sala,
____________________________
OMAR ALFREDO MORA DÍAZ
El
Vicepresidente, Magistrado,
________________________ ________________________________
JUAN RAFAEL PERDOMO LUIS. E FRANCESCHI GUTIÉRREZ
_______________________________ _________________________________
ALFONSO VALBUENA CORDERO CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
Secretario,
_____________________________
JOSÉ E. RODRÍGUEZ NOGUERA
R.C. Nº AA60-S-2005-002030
Nota: Publicada en su fecha a El Secre
El Secretario,
RECURSO DE CASACIÓN
-ÚNICO-
SENTENCIA DE FONDO
Por otro lado, negó, rechazó y contradijo que el actor haya estado expuesto
al esfuerzo físico y que la enfermedad la haya adquirido durante el tiempo que laboró
para su representada, por consiguiente negó que los supuestos daños sufridos sean causa
directa del desempeño de sus labores como almacenista I.
Asimismo, negó que la empresa haya sido negligente al adoptar las medidas
necesarias destinadas a prevenir los daños en la salud de sus trabajadores, ya que la
empresa realiza campañas informativas sobre prevención e higiene en cuanto a la
seguridad industrial; negó, rechazó y contradijo que el demandante presente una
afección como discopatia degenerativa L4-L5, L5-SI con desecación discal y hernias
centrales, y que ésta sea una enfermedad ocupacional.
Pues bien, teniendo esta Sala de Casación Social la facultad de emitir la sentencia de
fondo de acuerdo a lo establecido en el tercer párrafo del artículo 175 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, pasa a dictarla bajo las siguientes consideraciones:
Pues bien, una vez establecido lo anterior, sólo nos resta resolver, la
existencia del padecimiento por el cual se demanda (hernia discal lumbar L4-L5 Y L5-
S1 y discopatía lumbar a nivel L4-L5 y L5-S1) y si dicho padecimiento puede
calificarse como una enfermedad profesional en el sentido de que existe la relación de
causalidad entre la enfermedad y el trabajo prestado.
En sintonía con lo anterior, y para definir la relación de causalidad que debe existir entre
la enfermedad y el trabajo realizado a efecto de que pueda ordenarse la indemnización
correspondiente, es menester considerar como causa sólo la que mayor incidencia ha
tenido en la génesis del daño (ésta sería la causa principal) y considerar o llamar
concausa a otras causas o condiciones que han influido en la producción y la evolución
del daño. Es así, que serían causa las condiciones y medio ambiente del trabajo (si es
que fueron el principal desencadenante de la lesión) y concausa la predisposición del
trabajador a contraer la enfermedad. En este sentido, se hace necesario tener en cuenta si
la causa incriminada (las condiciones de prestación del servicio) es capaz de provocar el
daño denunciado y en caso de producirse una complicación evolutiva, poder establecer
si alguna otra causa (concausa), alteró esa evolución, de esta manera el juez podrá
decidir si hubo o no vinculación causal o concausal con las tareas realizadas por un
trabajador; determinar dicha vinculación resulta indispensable, pues no resultará
indemnizable el daño sufrido por el trabajador ocasionado conjuntamente por la tarea
realizada y por la acción de una concausa preexistente, en la medida en que esta última
(concausa) haya incidido.
A tal fin será preciso realizar un análisis de las circunstancias vinculadas con las
condiciones y medio ambiente del trabajo, es decir, realizar un análisis de las tareas
efectuadas por la víctima, en este sentido el trabajador deberá detallar en su libelo la
tarea que ejecuta o ejecutaba y no limitarse a la mención tan común del oficio
desempeñado; luego se analizará los detalles y pruebas existentes en autos sobre el
ambiente laboral y los elementos que el trabajador consideró pernicioso para su salud.
Una vez realizado dicha determinación, corresponde estudiar las circunstancias
vinculadas con el trabajador, es decir, estudiar el diagnóstico de la enfermedad padecida
la cual obviamente sólo será posible con la ayuda del profesional médico; debe
estudiarse además las condiciones personales del trabajador, edad, sexo, constitución
anatómica, predisposición y otras enfermedades padecidas. Por consiguiente, cumplidos
los presupuestos señalados, le resta al juez determinar la vinculación o nexo causal entre
el trabajo, sus condiciones y la lesión incapacitante.
Pues bien, en el caso que nos ocupa, como ya se estableció, el actor logró demostrar la
existencia de la enfermedad (hernia discal lumbar L4-L5 Y L5-S1 y de una discopatía
lumbar a nivel L4-L5 y L5-S1); sin embargo, no logró demostrar que por ocasión de las
labores que ejecutaba (las cuales no describe) se originó la lesión sufrida (hernia discal
lumbar L4-L5 Y L5-S1 y de una discopatía lumbar a nivel L4-L5 y L5-S1), en otras
palabras, no demostró la causa del daño y por consiguiente no demostró la vinculación o
nexo causal entre el trabajo, sus condiciones y la lesión incapacitante, lo que nos
conduce a deducir, que la lesión que sufre el actor se debió a una concausa preexistente
o sobrevenida, por lo que no debe considerarse el padecimiento descrito con una
enfermedad ocupacional.
DECISIÓN
En mérito de las consideraciones anteriores, esta Sala de Casación Social del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la Ley, declara: 1) CON LUGAR el recurso de casación interpuesto por la parte
demandante contra el fallo proferido por el Tribunal Superior Cuarto del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Bolívar de fecha 21 de marzo del año 2007,
reproducida el día 28 del mismo mes y año. Se ANULA el fallo recurrido; y 2) SIN
LUGAR la demanda incoada por el ciudadano Enyerberg Manuel Basanta Mediavilla
contra la sociedad mercantil C.V.G. Bauxilum C.A..
El Presidente de la Sala,
____________________________
OMAR ALFREDO MORA DÍAZ
________________________ _______________________________
JUAN RAFAEL PERDOMO ALFONSO VALBUENA CORDERO
Magistrado, Magistrada,
_______________________________ ________________________________
LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
El Secretario,
_____________________________
JOSÉ E. RODRÍGUEZ NOGUERA
R.C. N° AA60-S-2007-001600
Nota: Publicado en su fecha
El Secretario
SALA DE CASACIÓN SOCIAL
La Sala observa:
...(0missis)...
Señala que previa evaluación médica realizada por el jefe del Departamento de
Traumatología del mencionado Instituto, le fue diagnosticado, un cuadro severo de
lesión en ambas rodillas, con ruptura de meniscos, presentando osteoartrosis,
sugiriéndole a la accionada un cambio en las funciones que debía desempeñar,
ordenando realizar sólo trabajo liviano de oficina, cuya enfermedad fue siempre
conocida por la accionada, pues los reposos que le expedía el Instituto Venezolano de
los Seguros Sociales (IVSS) fueron recibidos por ella, en las oportunidades
correspondientes, esto es, 3 de mayo y 9 de septiembre de 1999.
Con fundamento en ello, negó que se le deba a la parte actora, la suma de Bs.
117.741.771,00, ya que para el momento del despido no había nacido el derecho a
dicho beneficio, lo cual no originó ningún compromiso o deuda, salvo las prestaciones
sociales, que fueron oportunamente canceladas al trabajador.
fundamento en la Cláusula 30 del Contrato Colectivo, la cual no fue ordenada pagar por
quinto (5°) día hábil siguiente, esto es, el 21 de noviembre del mismo año, oportunidad
decisión, la cual declaró sin lugar la demanda, sólo en relación con la pensión de
Colectivo, ya citado.
2005, en la oportunidad fijada para la celebración de la audiencia oral, con motivo del
contentivas de copias de Actas de Sesión Ordinaria del Consejo Legislativo del Estado
lapso de promoción de pruebas, motivo por el cual, al tratarse de una prueba, de cuyo
contenido se evidencia un hecho sobrevenido que guarda relación directa con los hechos
manera:
copias certificadas de las Actas de las Sesiones Ordinarias del Consejo Legislativo del
presunción de veracidad y legitimidad en virtud del órgano del cual emanan, admisible
Trabajo, y por aplicación analógica de los artículos 434, 435 y 520 del Código de
Procedimiento Civil.
celebrada en la ciudad de Barcelona , a los 29 días del mes de enero de 2002, en la cual
se señala lo siguiente:
celebrada en la ciudad de Barcelona, a los 6 días del mes de marzo de 2003, la cual se
declaró abierta con la asistencia de diez (10) Legisladores, en la cual se señala lo
siguiente:
Sala, que la parte demandada, Consejo Legislativo del Estado Anzoátegui, en la Sesión
ciudadano Beltrán López, por una acción de gracia, a petición de la Sra. Rosa Banus,
quien fuera Presidenta de la Asamblea para la fecha, al considerar que se cometió una
pensionar por incapacidad al ciudadano Beltrán López, los argumentos argüidos por la
relación con que no había nacido el beneficio de incapacidad para el momento en que
ante la decisión tomada posteriormente por la accionada, motivo por el cual, al haberse
incapacitado el trabajador para la prestación del servicio, con una pensión por
incapacidad, equivalente al cien por ciento (100%) de su salario integral, el cual para la
fecha del despido, según la planilla de liquidación que cursa en autos, reconocida por la
por el ciudadano Rafael Beltrán López contra el Consejo Legislativo del Estado
razón del salario integral que para la fecha del despido era Bs. 558.459,00 más los
aumentos legales o contractuales que se acuerden, para lo cual se ordena practicar una
experticia complementaria del fallo, a los fines de cuantificar las pensiones dejadas de
percibir, en los términos y parámetros expuestos, por un único perito designado por el
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en
de 2005, por el Juzgado Primero Superior para el Régimen Procesal Transitorio del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui; y, 2º PARCIALMENTE
2003, fecha ésta en que lo acordó de manera graciosa la parte demandada, a razón del
salario integral que para la fecha del despido era Bs. 558.459, más los aumentos legales
complementaria del fallo, a los fines de cuantificar las pensiones dejadas de percibir, en
los términos y parámetros expuestos, por un único perito designado por el Tribunal si
____________________________
OMAR ALFREDO MORA DÍAZ
El Vicepresidente-Ponente, Magistrado,
________________________ _______________________________
JUAN RAFAEL PERDOMO ALFONSO VALBUENA CORDERO
Magistrado, Magistrada,
_______________________________ ________________________________
LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
El Secretario,
_____________________________
JOSÉ E. RODRÍGUEZ NOGUERA
R.C N° AA60-S-2006-000120
Nota: Publicada en su fecha a las
El Secretario,
Arguye el formalizante:
Omissis
Omissis
CAPÍTULO I
SÍNTESIS DE LA CONTROVERSIA
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA:
Hechos admitidos:
Hechos controvertidos:
Negó, rechazó y contradijo responsabilidad solidaria con la empresa
PDVSA Petróleos de Venezuela, S.A., que la relación laboral culminó el 28 de enero de
2002, fecha en la que se realizó el examen médico pre-retiro de la “obra taladro 205”,
que se diagnosticó hernia inguinal, que los traumas que vivió el actor en su proceso de
recuperación no pueden ser imputados en términos de responsabilidad subjetiva.
Para decidir la Sala observa que previo a la decisión de merito, debe analizar
la prescripción de la acción por cobro de diferencia de prestaciones sociales y la
indemnización por accidente de trabajo.
I. instrumentales:
b) Original de informes médicos expedidos por el Dr. Luis G. Paz Bracho (folios 40 y
41) de fecha 08y 15 de marzo de 2002 respectivamente, marcados con las letras “B” y
“C”.
e) Original y copia fotostática simple de orden de atención médica marcadas con la letra
“H” (folios 46 y 47) emanada del Centro Médico El Pilar C.A.
i) Original de orden de asistencia médica numero 7385 de fecha 18/7/02, emanada del
departamento médico de la empresa mercantil Pride Internacional, C.A, marcada con
letra “M”, (folio 64).
o) Original de informe médico expedido por la Dra. Liria Rodríguez, Médico Legista de
la Inspectoría del Trabajo del Estado Zulia, de fecha 27 de noviembre de 2002, marcado
con la letra “V” (Folio71), en el cual indicó que el trabajador William Antonio Oliveros
Gómez, debía ser intervenido nuevamente para “eliminar el testículo doloroso” con la
recomendación de incapacitarle.
Advierte la Sala, que a la luz del nuevo proceso laboral constituye carga del
promovente la presentación de los testigos o terceros para la ratificación de sus dichos,
por lo que, dicha prueba resulta inadmisible. Así se decide.
I) informes:
II) testimonial
Así las cosas, del examen realizado a la referida liquidación se observa que
no existe diferencia en el pago efectuado por la demandada por lo que se concluye que
la empresa mercantil Pride Internacional, C.A., cumplió con el pago de las prestaciones
sociales conforme a ley, razón por lo que declara improcedente los conceptos que por
diferencia reclama el actor. Así se decide.
Paralelamente reclama el actor la aplicación de las Cláusulas 9 y 65 del
Contrato Colectivo Petrolero 2002-2004, que contemplan el pago de los días
transcurridos desde la fecha del despido injustificado hasta el día en que recibió el pago
efectivo de sus prestaciones sociales que a su decir, generó un crédito a su favor por la
cantidad de treinta y tres millones novecientos noventa y un mil novecientos treinta y
tres bolívares con treinta y tres céntimos (Bs. 33.991.933,33).
Del escudriñamiento de las actas procesales, se observa que las precitadas
cláusulas establecen una sanción para la empresas que incumpla con el pago inmediato
de las prestaciones sociales al terminar el vínculo laboral; no obstante, la sociedad
mercantil Pride Internacional, C.A., pagó en forma inmediata las prestaciones sociales
al ciudadano Wiliam Antonio Oliveros Gómez, por lo que resulta improcedente la
aplicación de las cláusulas en referencia Así se decide.
De igual modo, afirma la Sala que en el caso sub examine quedó demostrada
la existencia de la enfermedad profesional alegada por el trabajador; sin embargo, tal
como lo ha señalado la jurisprudencia de esta Sala, es requisito sine qua non para la
procedencia de cualquier indemnización por daños materiales o morales derivados de
enfermedad profesional –tanto si se trata de responsabilidad objetiva o subjetiva-, que la
enfermedad o estado patológico padecido por el trabajador haya sido contraído con
ocasión del trabajo o por exposición al medio ambiente de trabajo (de conformidad con
las definiciones consagradas en los artículos 562 de la Ley Orgánica del Trabajo y 28 de
la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo), para lo
cual será indispensable establecer la relación de causalidad entre la prestación de
servicios -considerando las condiciones en que se realizaba- y la aparición de la
enfermedad.
A tal fin será preciso realizar un análisis de las circunstancias vinculadas con
las condiciones y medio ambiente del trabajo, es decir, realizar un análisis
de las tareas efectuadas por la víctima, en este sentido el trabajador deberá
detallar en su libelo la tarea que ejecuta o ejecutaba y no limitarse a la
mención tan común del oficio desempeñado; luego se analizarán los detalles
y pruebas existentes en autos sobre el ambiente laboral y los elementos que
el trabajador consideró pernicioso para su salud. Una vez realizada dicha
determinación, corresponde estudiar las circunstancias vinculadas con el
trabajador, es decir, estudiar el diagnóstico de la enfermedad padecida lo
cual obviamente sólo será posible con la ayuda del profesional médico; debe
estudiarse además las condiciones personales del trabajador, edad, sexo,
constitución anatómica, predisposición y otras enfermedades padecidas.
Así las cosas, respecto al daño emergente que reclamó el actor con ocasión
del valor específico de la –tercera- intervención quirúrgica que se realizó con dinero de
su peculio, producto del activo de su liquidación, y cuyo costo ascendió a la cantidad de
setecientos cincuenta mil bolívares (Bs. 750.000,00), la cual quedó plenamente
demostrada en autos, resulta procedente. Así se decide.
1) La entidad del daño sufrido. Del análisis de las pruebas quedó establecido
que el ciudadano William Antonio Olivero Gómez, quedó incapacitado de manera
absoluta y permanente para desempeñarse en las labores que venía realizando “obrero
taladro” antes de la ocurrencia del accidente laboral, por cuanto, no puede realizar
trabajos que impliquen fuerza bruta, y ello alteró su forma de vida.
2) La importancia, tanto del daño físico, como del daño psíquico. De las
pruebas analizadas se evidencia que al accionante le fue extirpado el testículo derecho,
luego de dos cirugías previas, lo cual trae como consecuencia menoscabo de su vida
normal desde el punto de vista laboral, social y sexual que afectan su psiquis.
Así las cosas, esta Sala considera como retribución satisfactoria con miras a
todos los demás aspectos analizados, y en atención al principio de equidad, acordar
indemnización por daño moral en la cantidad de cincuenta millones de bolívares (Bs.
50.000.000,00). Así se resuelve.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 185 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo forzosa, podrá el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución
ordenar de oficio la indexación de esta cantidad a partir de la fecha del decreto de
ejecución, hasta la oportunidad del pago efectivo, cuyo monto se determinará mediante
experticia complementaria del fallo de conformidad con lo previsto en el artículo 159
eiusdem, la cual se debe practicar: a) por un único perito designado por el tribunal, y b)
el perito ajustara su dictamen a los índices de precios al consumidor conforme a los
respectivos boletines emitidos por el Banco Central de Venezuela. Así se decide.
DECISIÓN
Presidente de la Sala,
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OMAR ALFREDO MORA DÍAZ
Vicepresidente, Magistrado,
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JUAN RAFAEL PERDOMO LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ
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ALFONSO VALBUENA CORDERO CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
Secretario,
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JOSÉ E. RODRÍGUEZ NOGUERA
R.C. Nº AA60-S-2006-001281
Nota: Publicada en su fecha a
El Secretario,