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1. CONCEPTO
Son aquellos regulados por el derecho positivo de una manera
especial. Además de la sumisión a las formas y estructura general, son
figuras concretas consagradas en la legislación, debido, normalmente, por
su uso inmemorial.
Aun cuando suelen identificarse los contratos típicos con los
nominados, en realidad, la diferencia puede ser halla en el hecho de
considerar que el contrato típico estando debidamente regulado en el
sistema, sin embargo, puede no tener una denominación.
2. TIPICIDAD
Según Ghersi, “el contrato constituye una herramienta para la
regulación y circulación de bienes y servicios en la sociedad como hechos
económicos”.
Desde esta perspectiva, según el autor citado, la tipicidad contractual
no es sino la suma de una conducta social más la actividad económica.
Creemos que el concepto de tipicidad está ligado a la ordenación
normativa; es decir, podemos hablar de ella cuando se da una ordenación
jurídica del fenómeno.
En la tipicidad el supuesto de hecho concreto (fattispecie concreta) se
halla regulado en la norma, por lo tanto, una conducta es típica cuando ha
sido prevista como tal en la norma; ejemplo, el contrato de compraventa.
Sostiene Vincenzo Roppo: “El tipo contractual se define en relación al
contrato en general: un contrato de compraventa es típico si es observado
sobre el fondo de la figura general del contrato, al cual también pertenece
aun antes de pertenecer al tipo compraventa. Esto se refleja sobre la
identificación de las disciplinas aplicables. Un contrato de compraventa es
antes de todo un contrato; por consiguiente se le aplican las reglas del
contrato en general. Pero después es también una compraventa, por
consiguiente se le aplican también las reglas dictadas para el tipo
compraventa. Si las dos órdenes de reglas son por algún motivo
incompatibles, prevalece la disciplina del tipo”.
§ 4. DE LOS CONTRATOS ATÍPICOS O INNOMINADOS
DE LA COMPRAVENTA
I. GENERALIDADES
§ 5. CONCEPTO
El estudio de la frondosa regulación del contrato de compraventa
constituye el punto de arranque para el estudio de los contratos en
especial. Por esta razón, tal vez sea una de las figuras del derecho
contractual que más se haya estudiado.
El Código Civil, en el artículo 1529 nos ha otorgado una definición del
contrato de compraventa en los siguientes términos: “Por la compraventa
el vendedor se obliga a transferir la propiedad de un bien al comprador y
éste a pagar su precio”.
El antecedente legislativo directo de este dispositivo lo constituye el
artículo 1383 del código civil de 1936, en el que se establecía que “Por la
compraventa el vendedor se obliga a transferir la propiedad de una cosa,
y el comprador a pagar el precio en dinero”. Esta definición es casi
idéntica a la que se diera posteriormente en el actual código, pues el
hecho que se haya indicado en el artículo 1383 que lo que pretende
transferir la propiedad de una cosa, no causa una distinción esencial entre
una y otra definición.
La definición del artículo 1305 del código civil de 1852 difiere de las
dos anteriores al señalar: “La venta es un contrato en que uno se obliga a
entregar una cosa y otro a pagarla”. Esta definición no se muestra con la
claridad que posteriormente aparece en las legislaciones posteriores, pues
no se considera en la definición un aspecto importante: el referido a la
transmisión de la propiedad.
§ 6. PROBLEMAS PRESENTES EN LA DEFINICIÓN
DE LA COMPRAVENTA
II. ELEMENTOS DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA
2.1. EL BIEN MATERIA DE VENTA
§ 11. INTRODUCCIÓN
Es conveniente identificar al bien objeto de la venta (según la
terminología utilizada por el código) e intentar distinguirlo del objeto del
contrato de compraventa; o, en todo caso, establecer si es que estamos
frente a lo mismo.
Si seguimos las directrices del código, el objeto del contrato consiste
en la creación (y otros efectos más) de relaciones jurídicas patrimoniales.
Esto significa que el objeto del contrato de compraventa tendría que ser
también la creación (y otros efectos más) de relaciones jurídicas
patrimoniales pero referidas o limitadas a la compraventa.
Nuestro punto de vista, obviamente es distinto, por cuanto no
aceptamos que el objeto del contrato sea la creación de obligaciones; y,
por lo tanto, no puede el contrato de compraventa tener un objeto como el
referido. Necesitamos buscar su verdadero objeto.
Si en la parte general del contrato llegamos a establecer que el objeto
del contrato está constituido por los bienes y utilidades materia del
comercio humano, no hay duda que el contrato de compraventa tiene por
objeto también estos bienes y utilidades; de esta forma el sistema se
muestra coherente y con razón entendemos que nos hable del “bien
materia de la venta”.
No se justifica una delimitación del objeto del contrato de compraventa
distinto al objeto del contrato en general, pues de todos modos el objeto
de este contrato particular tiene que hallarse abarcado dentro del
denominado objeto del contrato en general. Este criterio parece tener
aceptación en la doctrina1.
Pensamos que el objeto del contrato de compraventa es lo que las
partes pretenden alcanzar o, dicho de otro modo, es el resultado que
buscan de manera recíproca2. Este resultado sólo puede comprometer un
1 Miguel Torres Méndez, Estudios sobre el contrato de compraventa, Editora Jurídica
“GRIJLEY”, 1993, p. 101. Lugar en el que señala que: “la compraventa es una especie o
clase de contrato. De tal manera que el objeto de la misma debe consistir o gozar de la
naturaleza del objeto del contrato”. No obstante la afirmación del referido autor, éste
llega a la conclusión de que el objeto del contrato de compraventa son “los intereses del
vendedor y comprador. De tal manera que para determinar cuál es el objeto de la
compraventa, habrá simplemente que precisar cuáles son exactamente los intereses o
necesidades patrimoniales de dichas partes” (p. 112).
2 No olvidemos que el contrato de compraventa es un contrato sinalagmático, por lo
tanto, los dos sujetos polarizados buscan “algo”, buscan obtener un determinado
resultado. Este resultado es o tiene que ser, necesariamente, el objeto del contrato.
aspecto del derecho privado de naturaleza patrimonial, por lo tanto, recae
esencialmente en dos campos de acción claramente diferenciados: a) las
relaciones obligatorias, y b) los derechos reales.
§ 12. EL BIEN MATERIA DE VENTA
¿Qué se entiende por bien? Entiendo por bien toda entidad materia o
inmaterial susceptible de satisfacer una determinada necesidad.
Antiguamente, en lugar del término bien se utilizaba el vocablo “cosa”; sin
embargo, actualmente se entiende que las cosas se refieren únicamente a
los bienes materiales, en tanto que los bienes inmateriales, se refieren a
determinados derechos.
Siendo así, es evidente que fundamentalmente, a través del contrato
de compraventa se pueden vender y por tanto adquirir los siguientes
bienes:
1. BIENES MATERIALES
Los bienes que puedan existir, al igual que los bienes existentes,
también deben ser determinados o susceptibles de ser determinados
posteriormente y que su enajenación no se halle prohibida por la ley.
Obviamente los bienes futuros son aquellos que no existen en el
momento de celebrarse el contrato, pero cuya existencia es vital para la
eficacia del contrato. Esto no significa que el contrato de bienes futuros
sea inválido, sino que, gozando de validez, es ineficaz en tanto no se
cumpla la condición.
En la venta de bienes futuros se debe observar los siguientes criterios:
1. En la venta de un bien que ambas partes saben que es futuro, el
contrato está sujeto a la condición suspensiva de que llegue a tener
existencia. Si finalmente el bien futuro no llega a tener existencia, el
contrato no es nulo sino meramente ineficaz, es decir, no produce los
efectos queridos por las partes. No cabe, por lo tanto, intentarse la nulidad
del contrato de venta de bien futuro por no haber tenido existencia el
referido bien.
2. Si el comprador asume el riesgo de la cuantía y calidad del bien
futuro, el contrato queda igualmente sujeto a la condición suspensiva de
que llegue a tener existencia. Al igual que el caso anterior, el
cumplimiento de la condición es vital para que el contrato produzca todos
los efectos queridos por las partes.
Ahora bien, si el bien llega a existir, cumpliéndose la condición, el
contrato producirá desde ese momento todos sus efectos, cualquiera sea
su cuantía y calidad, y el comprador deberá pagar íntegramente el precio
pactado.
3. Respecto a los párrafos a) y b) antes referidos, si el comprador
asume el riesgo de la existencia del bien, el vendedor tiene derecho a
recibir la totalidad del precio pactado aunque el bien futuro, objeto del
contrato de compraventa, no llegue a existir. Esto no debe confundirse
con el riesgo por la cuantía y calidad del bien futuro pues, en este tercer
supuesto, el comprador está asumiendo un riesgo distinto y referido a la
existencia del bien.
§ 16. BIENES AJENOS
§ 19. CONCEPTO
La compraventa es un contrato con prestaciones recíprocas, por lo
tanto, una de las partes debe entregar un bien y la otra debe pagar su
precio en dinero. Esto no impide que en la compraventa se haga entrega
de parte del precio con la entrega de otro bien (como en la permuta),
siempre que el bien sea de menor valor al dinero entregado.
El precio no es sino la suma de dinero que el comprador entrega o
debe entregar al vendedor por la adquisición o traspaso del bien vendido.
El dinero puede serlo en cualquier moneda, de tal modo que podría
pagarse por la compra de un determinado bien en soles o en dólares.
El dinero no es un elemento exclusivo del contrato de compraventa,
también tiene aplicación en otros contratos, incluyendo en la permuta.
Se suele señalar que “Tanto la doctrina como la legislación comparada
es unánime al considerar que la naturaleza jurídica del precio es la de ser
una contraprestación cuyo contenido es dinero”5; sin embargo, creo que
esta apreciación tiene fundamento cuando el contrato es visto desde una
óptica, lo que me parece equivocado. En efecto, el precio puede tener
también la calidad de prestación, no sólo porque veamos el asunto desde
la óptica del vendedor, sino porque incluso pudo haberse entregado el
dinero antes de que el vendedor cumpla todas sus obligaciones o deberes
jurídicos concretos.
§ 20. REQUISITOS DEL PRECIO
El dinero no son sino los billetes y monedas de curso legal emitidos por
el BCR (ojo con el artículo 1233, en cuanto a los títulos valores). Esto no
limita la posibilidad de que pueda pactarse el precio, en el contrato de
compraventa, en otro tipo de moneda.
2. DEBE SER DETERMINADO O DETERMINABLE
Es permitido que las partes acuerden que el precio sea fijado por un
tercero, en este caso deben aplican las siguientes reglas (artículos 1407 y
1408).
a) El tercero debe proceder haciendo una apreciación de carácter
equitativo.
b) La fijación del precio por un tercero no puede ser impugnada si es
que no se pruebe su mala fe.
c) Si no se cumple con la fijación del precio y las partes no se ponen de
acuerdo con para sustituir al tercero, el contrato es nulo.
3. FIJACIÓN DEL PRECIO SEGÚN EL VALOR QUE TENGA EL BIEN EN LA BOLSA O MERCADO EN
DETERMINADO LUGAR Y DÍA
Puede convenirse que el precio del bien vendido sea el que tuviere el
bien en la bolsa o mercado, en determinado lugar y día.
4. REAJUSTE EN LA FIJACIÓN DEL PRECIO SEGÚN LOS ÍNDICES DEL BCR
Está permitido que las partes puedan fijar el precio por el bien vendido
con un reajuste automático según los índices establecidos por el Banco
Central de Reserva.
§ 22. VENTA DE BIENES HABITUALMENTE VENDIDOS
CAPÍTULO SEGUNDO
LA COMPRAVENTA
I. DE LA TRANSFERENCIA DEL RIESGO
§ 25. CONCEPTO
Por la transferencia del riesgo debe determinarse quien asume la
responsabilidad por la pérdida del bien materia del contrato de
compraventa.
§ 26. SUPUESTOS
La transferencia del riesgo se presenta en los siguientes supuestos:
1. El riesgo de pérdida de bienes ciertos, no imputables a los
contratantes, pasa al comprador en el momento de su entrega.
2. En el caso señalado en el párrafo anterior, el riesgo de pérdida pasa
al comprador antes de la entrega de los bienes si, encontrándose a su
disposición, no los recibe en el momento señalado en el contrato para la
entrega.
3. En el caso de compraventa de bienes por peso, número o medida, el
riesgo por la pérdida pasa al comprador si, encontrándose los bienes a su
disposición, el comprador no concurre en el momento señalado en el
contrato o determinado por el vendedor para pesarlos, contarlos o
medirlos, siempre que se encuentren a su disposición.
4. Si a pedido del comprador, el vendedor expide el bien a lugar
distinto a aquél en que debía ser entregado, el riesgo de pérdida pasa al
comprador a partir del momento de su expedición.
II. VENTA A SATISFACCIÓN DEL COMPRADOR, APRUEBA Y SOBRE
MUESTRA
§ 27. COMPRAVENTA A SATISFACCIÓN
DEL SUMINISTRO
§ 45. CONCEPTO
Por el suministro, el suministrante se obliga a ejecutar en favor de otra
persona prestaciones periódicas o continuadas de bienes.
La existencia y contenido del suministro pueden probarse por
cualquiera de los medios que permite la ley, pero si se hubiera celebrado
por escrito, el mérito del instrumento respectivo prevalecerá sobre todos
los otros medios probatorios.
Cuando el contrato se celebre a título de liberalidad debe formalizarse
por escrito, bajo sanción de nulidad.
§ 46. CUESTIONES RELATIVAS AL VOLUMEN Y PERIODICIDAD
1. BIENES PROPIOS
Señala el artículo 1629 del Código Civil, que nadie puede dar por vía de
donación, más de lo que puede disponer por testamento. Esto significa
que para efectos de la donación se aplican las reglas establecidas en los
artículos 725, 726 y 727 del Código Civil, por lo tanto, si el donante tiene
descendientes o cónyuge únicamente puede disponer por vía de donación
el tercio de sus bienes; si tiene sólo ascendientes, puede dar en donación
la mitad de sus bienes; y, si no tiene cónyuge, descendientes y
ascendientes, puede disponer mediante la donación la totalidad de sus
bienes.
Pese a los límites impuestos por la norma, si el donante los sobrepasa,
la donación no es inválida sino en cuanto exceda dicha medida. Para este
efecto, el exceso se regula por el valor que tengan o debían tener los
bienes a la muerte del donante.
§ 56. REVERSIÓN DE LA DONACIÓN
EL MUTUO
§ 59. CONCEPTO
Por el mutuo, el mutuante se obliga a entregar al mutuatario una
determinada cantidad de dinero o de bienes consumibles, a cambio de
que se le devuelvan otros de la misma especie, calidad o cantidad. A
diferencia del comodato en el mutuo el bies es consumible, aunque
excepcionalmente en el comodato puede entregarse un bien consumible.
La existencia y contenido del mutuo pueden probarse por cualquiera
de los medios que permite la ley, pero si se hubiera celebrado por escrito,
el mérito del instrumento respectivo prevalecerá sobre todos los otros
medios probatorios.
§ 60. CARACTERES
1. ENTREGA DE UN BIEN