You are on page 1of 32

~

1,
ff

Capítulo 2
El marketing político: un planteamiento global

Sección 1
Los fundamentos del marketing político
G
Al contrario de lo que se cree, el marketing político no es sólo una
acumulación de recetas y de recursos empíricamente descubiertos y
reutilizados: se atiene a varios principios básicos muy concretos,
que se aplican en casi todas las hipótesis de funcionamiento, desde
lo particular a lo general.
. Hay que quedarse con dos ideas clave que serán objeto de sendos
apartados de esta sección:

• si bien a veces se toma como un calco. de alguna manera, de


su homólogo del sector comercial, el marketing político dispone
de una autonomía indudable a la que le debe su ámbito de actuación;
• cualesquiera que sean los tipos de comunicación, deben obser­
varse imperativamente varias normas de conducta.
78 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO¡ UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 79

l. EL CARÁCfER ORIGINAL DEL MARKETING POLÍTICO En el caso de los productos comerciales, desde el aspirador has­
ta la casa que se va a construir, pasando por el automóvil, se trata
A. Del marketing comercial al marketing politico de conseguir inculcar al futuro consumidor una incitación a la com­
pra de un producto del que hará un determinado uso y de predeter­
Desde hace varias décadas, las técnicas de venta y promoción de minar, en la medida de lo posible, una parte de las características
mercancías del sector comercial se han transformado radicalmente del producto según las supuestas necesidades de dicho consumidor;
por la generalización de nuevos métodos, que se agrupan bajo la de­ necesidades, por otra parte, a menudo instiladas previamente por la
nominación genérica de «marketing». Por utilizar una definición promoción. Nos encontramos ante la hipótesis «clásica» explicita­
clásica, se trata del «conjunto de medios de que disponen las empre­ da por los sociólogos: el marketing permite aumentar el valor sim­
sas con objeto de crear, conservar y desarrollar sus mercados o, si se bólico de los objetos, que se añadirá a su potencial valor de uso con
prefiere, sus clientelas». 1 el fin de incitar a la compra mediante el refuerzo de la gratificación
Sin pretender que el marketing moderno pueda resumirse en una que procura:
frase, puede no obstante darse una idea precisa de su evolución: allí
donde los «comerciales» se conformaban con que se les considerara MARKETING
como los intermediarios inevitables de la fase final de acompaña­ 1
miento del producto por la empresa, es decir, la venta, el marketing,
por su parte, se atribuye un papel predominante. Interviene desde la Valor simbólico
concepción del producto y, en su caso, lo modifica en función de las _ _ _ _ _• COMPRN
PRODUCTO
necesidades de la clientela tal como las ha evaluado ~ de los de­ GRATIFICACIÓN
seos que ha suscitado, ya que ambos se encuentran entonces inextri­
cablemente unidos-. Su ámbito de aplicación, pues, se ha amplia­ Valor de uso
do de forma muy considerable: desde la génesis del producto hasta ...
su muerte, o casi, es decir, hasta el servicio posventa. Además, aspi­
ra a la «racionalización» e incluso a la cientificidad: las curvas en PRODUCCIÓN v
campana y las ecuaciones científicas que calculan las expectativas
Figura 1: Marketing comercial, valor simbólico y valor de uso
de vida probables de las nuevas mercancías son hoy en día moneda
corriente.
Pero la adaptación a la comunicación política tropieza a menudo Por el contrario, en el caso del marketing político, se trata, por
con un problema insoslayable: los préstamos que se toman del mar­ utilizar la definición acuñada por Dennís Lindon,2 de «definir los
keting comercial para elaborar lo que se ha denominado el «marke­ objetivos y los programas (de los políticos) y (de) ... influir en los
ting político» están viciados, por definición. Calcar los métodos rela­ comportamientos de los ciudadanos», la mayoría de las veces con
tivamente experimentados del marketing comercial no carece de vistas a una consulta electoral. Los términos de la ecuación repro­
riesgos, dado que la naturaleza del objeto de aplicación es distinta en ducida más arriba están completamente falseados, toda vez que el
esencia. valor de uso de los políticos para el elector es casi nulo ..En la ma­
yoría de los casos, el ciudadano no puede esperar, por ejemplo, nin­
l. Las definiciones más recientes, como la del célebre Mercator, son muy simi­ gún beneficio directo tangible y a corto plazo del resultado de una
lares. «El marketing es el esfuerzo de adaptación de las organizaciones a mercados
elección, por ejemplo; en efecto, no podrá producirse ninguna grati­
competitivos, para influir favorablemente en el comportamiento de su público, me­
diante una oferta cuyo valor percibido es superior en el tiempo al de sus competido­
res.» (en Lendrevie y otros, 2006.) 2. En Lindon (1986).
80 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 81

ficación por este hecho. Los usuarios del marketing político deben, La naturaleza de estas distintas nociones es, sin embargo, pro­
pues, tener en cuenta que no puede ser una mera transposición del fundamente distinta:
marketing comercial, que sí comporta una sanción neta y precisa: la
compra y el uso del objeto de consumo. En el sector comercial:
Eso también querrá decir que será muy difícil adoptar, tal cual, el • el «marketing» constituye, en resumen, un método global y sis­
conjunto de instrumentos y procedimientos del marketing comercial, temáticó de replanteamiento, acompañamiento y promoción del
toda vez que el marketing político está desprovisto de muchos de los producto en función de un afán de mejora de las ventas;
criterios de elección y extrapolación habituales de su homólogo: evo­ • la «infonnación» es un vector unidireccional de «comunica­
luciones de las curvas de ventas, tamaños del mercado, posibilida­ ción», en el seno del cual la publicidad es el componente de pago
des de compra, etc., carecerán de efeCtos. Los sondeos de opinión no por parte del anunciante.
aportan infonnaciones tan fiables como las que representan las cifras
de ventas para el marketing comercial, por ejemplo, como veremos En materia de comunicación política, cabe establecer, de fonna
en el capítulo siguiente, y los acontecimientos políticos suelen resul­ paralela, las mismas diferenciaciones:
tar impredecibles, mientras que el consumidor lo es mucho menos. • el «marketing político» es el método global de comunicación
Además, en la mayoría de los casos, el fracaso de una campaña política, en el seno del cual;
de marketing comercial significa solamente una caída de las ventas, • la «publicidad política», que, por lo general, se denominaba
o un aumento menor del previsto, pero raras veces la desaparición «propaganda» hasta la Segunda Guerra Mundial, es la fonna de
del producto o de la empresa. En cambio, el fracaso de una campa­ pago de la «infonnación» unidireccional.
ña de marketing político significará que el político no habrá logrado
El paralelismo entre la comunicación moderna en el sector co­
ser elegido y, por consiguiente, experimentará un retroceso conside­
mercia] y la comunicación política podría visualizarse, por tanto, de
rable, toda vez que habrá que esperar a la próxima consulta electo­
la siguiente fonna:
ral--es la llamada «travesía del desierto»--,3 o bien la desaparición
pura y simple del perdedor, incapaz de recuperar suficiente credibi­
lidad para otra campaña electoral (como suele ocurrir en Estados u
Unidos, donde el número de candidatos potenciales hace muy difícil SECTOR COMUNICACIÓN

el «regreso» después de un fracaso). COMERCIAL


POLtncA

B. Marketing político, publicidad, propaganda,


información y comunicación
MARKETING MARKETING POLÍTICO
A
Antes de empezar a explicitar el proceso del marketing político,
tenemos que rescatar una última hipoteca, la de la terminología.
A veces, en el lenguaje común, se asimila el marketing político a
la «publicidad política», y a menudo se confunden los ténninos «in­ IPublicidad I Etc. Publicidad I Sondeos I Etc.
fonnación» y «comunicación».

3. Por alusión al retiro, así denominado, del general De Gaulle en Colombey­


les-Deux-Églises durante la mayor parte de la década de 1950, antes de su regreso al Figura 2: Marketing comercial y marketing político:
frente de Francia en 1958. dos planteamientos paralelos '
82 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLíTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 83
Hoy en día, ante la rápida y simultánea evolución del marketing 2. LAS NORMAS GENERALES DE CONDUCTA

y de los medios de comunicación, hablar sólo de publicidad política DEL MARKETING POLÍTICO

equivale pues, de hecho, a utilizar una denominación mal adaptada,


por no decir superada por los acontecimientos. «Hacer comunica­ La aplícación de los principios de conducta del marketing a la co­
ción política» ya no consiste en diseñar y hacer imprimir carteles municación Política conduce a que ésta respete una estrategia de
con un mensaje sin preocuparse del destinatario: es efectuar un pro­ conjunto, un cierto número de reglas. Hay cuatro reglas principales
ceso completo de marketing, desde la encuesta que precede a la de­ que se aplican de forma sistemática a cualquier etapa de un proceso
finición del concepto hasta las pruebas de ensayo, pasando por la de­ de comunicación política, y que van a pares, aunque paradójica­
finición del público objetivo, etc. mente sean difíciles de conciliar. Conviene observar que estas re­
En cierto modo también puede decirse que la «publicidad», tal glas, en realidad, son principios de comportamiento, más que obli­
como la practicaban sus fundadores, ha desaparecido hoy en la prác­ gaciones: resulta posible infringirlas, a condición, no obstante, de
tica, incluso en el sector comercial. Por otra parte, el propio término hacerlo a sabiendas, en el marco de una decisión debidamente me­
tiene connotaciones cada vez más desfavorables: ¿acaso no se lee. ditada y organizada, y no por inadvertencia.
según han dejado escrito los redactores del célebre Mercator, que
«la publicidad es una información seleccionada. frecuentemente
mutilada y por tanto tendenciosa»? La publicidad pertenece, en rea­ A. La coherencia
lidad, a la génesis de la comunicación, exactamente corno su equi­
valente en el plano de la comunicación política, la propaganda. Ésta, La regla de coherencia exige que ninguna decisión de campaña
generalmente, no era más que la adaptación a la comunicación gu­ se tome sin contrastarla con las restantes. Esta regla es igualmente
bernamental de la comunicación publicitaria «a la antigua»: una co­ válida tanto en el fondo como en la forma del proceso de comuni­
municación unidireccional que intenta imponer una opinión. Ya se cación, ya se trate de añadir, en el último momento, una nueva lí­
trate de «reclamo» publicitario o de «propaganda política», tal como nea de comunicación en respuesta a las acciones de un político
la practicaban los nazis o los estados totalitarios, el enfoque es del, «competidor», de la decisión de utilizar un nuevo soporte de pren­
mismo tipo y no resulta ajeno al proselitismo, en el sentido original sa, etc. La regla de coherencia también tiene que respetarse en re­
del término. 4 lación con· eventuales campañas de comunicación anteriores del
La comunicación política moderna recurre cada vez menos a la mismo político, sobre todo si son recientes, e incluso en relación
publicidad política ya sus instrumentos, carteles, anuncios publici­ con las anteriores campañas de políticos de su partido y que lo han
tarios televisados, etc., carentes de un esfuerzo de preparación, 10 precedido en la misma circunscripción, si es candidato por prime­
que equivale a efectuar un verdadero planteamiento de marketing ... ra vez.
«político». Nos ocurrirá, pues, que emplearemos, de forma relativa­
mente intercambiable, los términos de comunicación política y de
marketing político, ya que ambos, de ahora en adelante, están indi­ B. El replanteami'ento sistemático de las
solublemente unidos, o a punto de estarlo. En cambio, sólo se recu­ campañas anteriores
rrirá al empleo del término «publicidad» dentro de la acepción res­
trictiva de información unidireccional. Una buena campaña ,de comunicación exige replantearse la po­
lítica de comunicación en su conjunto, y prohíbe la reconducción
4. El origen del ténnino «propaganda», de hecho, es religioso, ya que se re­ sin más de una campaña precedente. incluso si ésta ha tenido éxi­
monta a la creación, por parte de la Iglesia Romana, de la Congregación «para la to. Al mismo tiempo que se respeta la regla de la coherencia, hay
Propagación de la Fe» (De Propaganda Fide), en 1597. que rechazar la tentación de repetir una campaña de comunicación
84 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 85

política de forma idéntica. 5 Casi siempre, la evolución de un solo D. La máxima seguridad


factor, sea del tipo que sea (por ejemplo, un competidor suple­
mentario, un «nuevo» medio de comunicación cuyo público sea A veces difícil de conciliar con el imperativo precedente, la impo­
mucho más amplio que algunos años antes, un nuevo aconteci­ sición de máxima seguridad exige no poner jamás en práctica una es­
miento que resulta preocupante, etc.) arrojará al limbo al político trategia de comunicación que entrañe el riesgo de ser peligrosa para el
que se habrá conformado con reproducir su antigua campaña de político. Por eso los asesores en marketing se niegan, en teoría, a ade­
comunicación. lantar acontecimientos si su probabilidad de realización no es absolu­
ta: nada de apostar por un índice económico si no existen «informa­
ciones» previas a su publicación que permitan saber con certeza en qué
C. El desmarque mínimo sentido va a evolucionar, etc.7 Ni tampoco de atreverse a anticipar so­
bre las campañas de los políticos competidores: bastaría con que cam­
Cualesquiera que sean la campaña y las opciones elegidas, resul­ biasen los objetivos en relación con aquello sobre lo que se anticipa
ta indispensable que estas opciones le concedan ventaja, como mí­ para que la campaña corra el riesgo de producir efectos negativos.
nimo en un aspecto concreto, al político. En efecto, ¿por qué los
electores votarían por él si no se desmarcaba de sus competidores
en, cuanto menos, algún factor, sea el que fuere? Sección 2
Este desmarque, este carácter distintivo, ha de ser puesto de re­ Las principales etapas del proceso del marketing político
lieve por la campaña de comunicación, a riesgo de que a veces la
iniciativa parezca un sofisma, más que una verdadera ventaja. Esto Proceso de carácter global, el marketing político se declina en
quiere decir que algunos rasgos que podrían considerarse tanto de­ dos etapas principales, dividida cada una de ellas en dos fases:
fectos como cualidades pueden utilizarse como factores de diferen­ • determinación de una estrategia, de la que primero se estable­
ciación: la juventud o la experiencia del político; sus conocimientos cen los fundamentos;
en el ámbito económico ... o su entorno formado por los mejores ase­ • fijación y aplicación de una táctica.
sores económicos, dada su manifiesta incompetencia en la materia; eJ
su pasado en el poder, o su ausencia de pasado en el poder que hace La figura 3, en la página siguiente, representa el conjunto del
de él un hombre «nuevo»; etc.6 proceso que vamos a estudiar en detalle en este apartado.

1. LA ELABORACIÓN DE UNA ESTRATEGIA DE CAMPAÑA

Igual que el mar~eting comercial; el marketing político no es


S. Una de las razones de la derrota de Valéry Giscard d'Estaing en 1981 es a to­
das luces la vulneración de esta regla de replanteamiento. flagrante; en concreto, du­
anodino, toda vez que no interviene como un simple método de pro­
rante el «debate decisivo» con Frangois Mitterrand en el que adoptó exactamente la moción, sino sobre el conjunto de los componentes de la comunica­
misma posición que en 1974, aunque esta vez no sorprendió lo más mínimo a su ad­ ción política. Esta intrusión, en el fondo, del marketing político, so
versario. que había tenido tiempo para reflexionar sobre las respuestas que entonces pretexto de una mejor comunicación, es totalmente nueva. Le pro­
debería haber formulado. porciona una dimensión estratégica y no sólo táctica.
6. Se recordará así la forma arrogante con que Al Gore, candidato demócrata de
poco carisma durante las presidenciales estadounidenses del año 2000, se atrevió a
desmarcarse durante la convención demócrata, admitiéndolo abiertamente, pero rei­ 7. Es lo que a menudo proporciona ventaja a los políticos en el poder, ya que
vindicando el hecho de que lo esencial era su capacidad de trabajo, bien conocida. disponen de mejores fuentes de información.
EL MARKETING POLíTICO: UN PLANTEAMIENTOGLO~AL 87

ANÁLISIS DEL CONTEXTO Y DEL TERRENO La fijación de la estrategia recorre las siguientes etapas:
ANÁLISIS DE LAS ANÁLISIS DEL
CARACI'ERÍ8ncAs DE ANÁLISlSDE • en una primera fase, construcción de los «cimientos», gracias a
«ESTADO» DE LOS ANÁLISIS DE LA
LA CIRCUNSCRIPCIÓN LOS MEDIOS
DESTINATARIOS «COMPETENCIA»
DISPONIBLES la determinación de la línea de la campaña y al análisis del «terreno»
ELECTORAL DE LA CAMPASíA
(desde los potenciales destinatarios de la comunicación a la «com­
Datos objetivos Datos subjetivos (encuestas Medios humanos petencia», es decir, a los adversarios del político, en caso de campa­
(estadísticas, economía, etc.) de opinión, sondeos, etc.) Vigilia infurmacional y financieros
ña electoral);

I I 1 I
• en una segunda fase, fijación concreta de los objetivos seleccio­
nados: el público objetivo. la «imagen» y los temas de campaña.

,.
A. Los fundamentos de la estrategia
DETERMINACIÓN DE LA LÍNEA DE LA CAMPAÑA
• 1"" El análisis del contexto y del terreno
Campaña de notoriedad
, I Campaña por la victoria

La primera de todas las etapas del proceso de marketing político


es el análisis del contexto y del terreno: investigación de las aspira­
ciones de la población, del posicionamiento inicial del político entre
el público, de los programas y de los eventualeS" comienzos de las
campañas de los restantes políticos, etc. Controlar el análisis forma
parte de la base del marketing político: de hecho, por analogía con
la medicina, los asesores en comunicación llaman a esta etapa el
«diagnóstico». Esta fase de diagnóstico es crucial, toda vez que
el equilibrio del proceso en su conjunto depende de la exactitud
del análisis.
Ya se trate de una elección nacional. de elecciones locales o del
relevo a escala local de una campaña nacional. el análisis del terreno
viene acompañado de un verdadero. diagnóstico de la zona en juego,
la circunscripción electoral: los corresponsales locales de los políti­
cos tienen que elaborar una auténtica «ficha de circunscripción», se­
gún la terminología de los especialistas en marketing político, con el
fm de especificar las particularidades socioeconómicas o culturales
locales, etc. Se trata del análisis objetivo del terreno. con la ayuda de
todos los datos que se puedan recoger. estadísticas del INSEE.* etc.
Igual que en el sector comercial, los expertos en marketing político

'" Institut National de la Statistique et des Études Économiquesllnstituto Nacio­


nal de Estadística y Estudios Económicos, organismo equivalente al INE español.
Figura 3: Las principales etapas del proceso del marketing político (N. del t.)
88 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLíTICO MODERNO EL MARKETING pOLíTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 89

proceden luego a un análisis sistemático y en profundidad de los comunicación política global está ahí, y la lógica posterior de la ini­
datos subjetivos relativos a los destinatarios de la comunicación, ciativa depende de una u otra respuesta.
es decir, a encuestas entre los electores, ciudadanos o habitantes Esta determinación de la línea de la campaña no resulta tan sen­
del lugar geográfico en el que tendrá lugar la campaña. Es lo que cilla como parece. En efecto, la participación de un político en una
puede denominarse el examen del «estado» de los destinatarios de campaña electoral se produce a veces sin que tenga una oportuni­
la campaña de comunicación. Utilizan para tal fin los numerosos dad real de ganar la elección: desde esta hipótesis, la campaña es,
instrumentos de estudio de la opinión pública que se han desarro­ de hecho, una campaña de notoriedad, y debe llevarse a cabo como
llado desde hace aproximadamente medio siglo. Ante la importan­ tal. Asimismo, sí el político se encuentra en el poder y se vuelve a
cia de este análisis, le dedicaremos todo el próximo capítulo, ya presentar, queda claro que sólo hay una opción posible: la campaña
que un mal análisis, por sí solo, puede invalidar la campaña en su para ganar. En cambio, en aquellos casos en los que el político está
conjunto. en la situación intermedia, en la que es un outsider con escasas po­
En el supuesto de las campañas electorales, y no de las meras sibilidades de ganar la elección, pero en la que, de entrada, no está
campañas de notoriedad, por otro lado, deberá prestarse una aten­ descartado, emprender una verdadera campaña de «conquista» diri­
ción muy especial al análisis de la «competencia», es decir, de los gida a la victoria electoral puede, naturalmente, contribuir a lograr­
lo, pero también, en el caso -más probable --de un fracaso, dis­
l
otros políticos susceptibles de presentarse contra el candidato o que
ya hayan presentado sus candidaturas. Convendrá informarse del minuir sus opciones de longevidad en el tablero político del país. I
modo más preciso posible de las campañas de los políticos competi­ La elección, por consiguiente, entre ambos supuestos, resulta funda­
dores, y del día a día de su evolución. Se trata de la vigilia informa­ mental.
cional, que a menudo se lleva a cabo mediante una profunda vigi­ Un buen ejemplo de campaña electoral asimilable en realidad a \
lancia de los medios de comunicación, a los que ahora se ha sumado una campaña de notoriedad, muy bien llevada como tal, es el de la
Internet. prestaci6n de Jacques Chirac durante las elecciones presidenciales
Por último, los recursos financieros y humanos disponibles de 1981: insuficientemente pertrechado para tener posibilidades
para la campaña deberán ser objeto de una primera evaluación, de éxito entre Fran¡;ois Mitterrand y Valéry Giscard d'Estaing, que
teniendo especialmente en cuenta la situación inicial de la teso­ se presentaba de nuevo, hizo una campaña de notoriedad que esta­
rería del candidato y del partido, así como los recursos humanos ba dirigida, en verdad, a situarlo como el mejor candidato posi­
de los que dispondrá la campaña, en particular, la red descentra­ ble ... en una etapa posterior, en el caso de que el presidente salien­
lizada de militantes. Esta evaluación, obviamente, deberá ser ac­ te nó viese renovado su mandato. Y, de hecho, después del fracaso
tualizada con ocasión de la puesta en práctica de la campaña, de este último, Jacques Chirac figuró de forma indiscutible, du­
toda vez que pueden afluir donativos y simpatizantes a medida rante los siete años siguientes, como e¡'principal hombre político
que la misma se desarrolla (o, a la inversa, enrarecerse, si las co­ de lo que entonces se había convertido en la oposición, toda vez
sas van mal). que su candidatura en 1988, tras la campaña de 1981, caía por su
propio peso.
También puede considerarse que esta estrategia fue la de Lionel
~'2° La determinación de la línea de la campaña Jospin con ocasión de su candidatura a las elecciones presidenciales
de marketing político de 1995. Poco convencido de estar ya preparado para la magistratu­
ra suprema, se cuidó mucho de ofrecer un posicionamiento excesi­
El marketing político sólo puede optar por dos grandes direccio­ vamente agresivo que podría haberle dado la apariencia de un «per­
nes: la campaña de notoriedad y la campaña electoral. Por tanto, la dedor», sino que se posicionó más bien como un futuro líder de la
primera decisión que es preciso tomar en el marco de un proceso de oposición, lo que, en cierto modo, le permitió «camuflarse» y bene~
90 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 91

ficiarse así, cómodamente, del traspié de la disolución de 1997 para a) La obligación de búsqueda de los «públicos objetivo» privi­
ganar las elecciones legislativas.8 legiados
A la comunicación política le resulta difícil dirigirse de forma si­
multánea y con fiabilidad a una audiencia muy amplia: los medios
B. La determinación de la estrategia de comunicación de masas presentan por definición el inconvenien­
te de que no permiten más que una comunicación relativamente
P. 10 La búsqueda de los públicos objetivo poco eficaz por el hecho de la diversidad de su audiencia. En cam­
bio, cuando la comunicación se dirige a grupos de destinatarios aco­
Buena parte de la dificultad del marketing político obedece a la tados con precisión, a «segmentos» de la población, puede ser mu­
dificultad de encontrar públicos objetivo, es decir, segmentos de la cho más eficaz, ya que entonces puede ser «particularizada», en
población susceptibles de ser influidos. En efecto, a pesar de que el función de las características de los «segmentos-públicos objetivo».
marketing permite aumentar la notoriedad de los políticos en pro­ Pero en la práctica totalidad de los casos, resulta casi imposible
porciones a veces considerables, no por eso se convierten en futuros que el político efectúe una comunicación cuyos destinatarios estén
electos: conocer a alguien no significa que se le considere como el de verdad segmentados de forma ideal: habría que personarse prác­
político más competente ni, con mayor razón, que se vaya a votar ticamente en cada hogar, ya que el marco familiar es quizá la menor
por él. de las segmentaciones útiles desde el punto de vista de la comunica­
En realidad, resulta muy difícil influir en un sector muy impor­ ción. Sólo los medios relativamente nuevos, agrupados bajo la de­
tante de la población, porque hay muy pocas posibilidades de que nominación genérica de medios de «marketing directo», permiten
cambie de opinión. Según los países o las elecciones, puede consi­ esbozar este enfoque.
derarse que, entre un 30 y un 40 %, como máximo, podría cambiar Cualquiera que sea el tipo de segmentación escogido, cada públi­
eventualmente de opinión en cuanto a su futuro voto. 9 co objetivo, cada segmento, se beneficiará no obstante de la caracte­
El marketing político, por tanto, confía mucho en los instrumen­ rización más precisa posible (en función de criterios determinados
tos de análisis de los destinatarios de la comunicación: además del por las encuestas de opinión previas) y de una política de marketing
análisis del terreno, que acabamos de evocar, también espera ob­ que le habrá sido adaptada.
tener una estimación del número de personas entre las que puede
influir la comunicación política, una determinación de sus caracte­ b) Los distintos tipos posibles de públicos objetivo
rísticas, así como sus motivaciones. En resumen, el análisis del La segmentación de los destinatarios de la comunicación opta,
terreno también permitirá determinar los públicos objetivo y los te­ por lo general, entre dos posibilidades:
mas de campaña, todo ello de forma paralela y simultánea: se im­
pone una buena coordinación, toda vez que ciertos públicos objeti­ • la de establecer una segmentación estructural, mediante la de­
vo pueden adaptarse mejor que otros a determinados propósitos, o terminación de un cierto número de «públicos objetivo» privilegia­
ser más receptivos que otros respecto de ciertos ternas de campaña, dos de la comunicación, los «líderes de opinión», con la esperanza
etc. de que influirán en otros destinatarios, sus «clientes» habituales en
materia de comunicación;
• la de establecer una segmentación cualitativa, mediante la mo­
8. La cortesía, casi excesiva, de Lionel Jospin durante el debate decisivo con dificación de ciertos aspectos de la comunicación en función de seg­
Jacques Chirac, justo antes de la segunda vuelta de 1995, acredita ampliamente este
posicionamiento, confirmado con posterioridad por el propio Lionel Jospin durante
. mentas relativamente precisos, y no obstante relativamente impor­
su discurso de agradecimiento a su equipo de campaña. tantes, del público.
9. Pero, con frecuencia, se está lejos de esa cifra; a este respectO véase Bobin (1988).
tf'
iJ'I'
~
~
¡:~
92
~
>
LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETiNG POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLíTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 93
i'
l. Los «lideres de opinión» Este fenómeno, naturalmente, es del máximo interés para el mar­
Paradójicamente, uno de los mejores medios para llegar a los keting político. Se sabe que a veces no es posible obtener un buen
destinatarios de una comunicación, a veces, es indirecto. En rea­ impacto entre los «públicos objetivo» si no se aprende a influir en
lidad, se sabe desde hace mucho tiempo que el efecto directo de «sus» líderes de opinión, del mismo modo que los vendedores de
una comunicación, sobre todo si utiliza un medio de comunica­ detergente intentan hacer creer a las amas de casa que las mujeres
ción de masas, es muy débil, «ni muy fuerte, ni muy decisivo», que alaban sus productos en la televisión son «verdaderas» amas de
según los célebres términos del teórico de los medios Joseph casa cuyo ejemplo hay que seguir.
Klapper. 1o Cabe sospechar que, entre los posibles líderes de opinión, los pe­
En muchos casos, el efecto de los mensajes recibidos se produce' riodistas forman una categoría especialmente mimada por el perso­
de forma indirecta. Los destinatarios no les dan su interpretación de­ nal político, pues su profesión los sitúa como tales, por definición,
finitiva sino en función de un contraste con las indicaciones de las respecto de sus lectores o de sus oyentes.
personas a las que conceden, conscientemente o no, alguna influen­
cia: éstas son «líderes» o «líderes de opinión». La comunicación, 2. La «segmentación» de la población
por tanto, se descompone, en realidad, en dos etapas sucesivas (el La investigación de los públicos objetivo también puede realizar­
célebre «Two Steps Flow of Communication», planteado por pri­ se de otra manera: en lugar de buscar líderes privilegiados para el
mera vez por los teóricos de la comunicación estadounidense), 1J se­ mensaje, puede intentarse su adaptación, de alguna manera, a distin­
gún el siguiente esquema: tas partes del público determinadas con anterioridad. En este su­
puesto, la comunicación multiplicará los mensajes y variará en fun­
ción de los segmentos previamente determinados del público
destinatario:
~J

t LíDER DE OPINIÓN
l;~
t·' «Influencia»
í..
~
l---4)to- Público objetivo 1
t~
~;

E Comunicación
~ Público objetivo 2
ff,. Efecto de la
'--------1)101tloool1 DESTINATARIO comunicación
(en su caso) Efecto global
¡-----t)to- Público objetivo 3
MEDIO (S) de la
Figura 4: La participación de los líderes de opinión en los procesos comunicación
de comunicación mediática Público objetivo... (en su caso)

Público objetivo n
i'
r~ 10. Véase Klapper (1960).
¡ 11. Acerca de los lfderes de opinión, pueden leerse, con especial provecho,
i DESTINATARIOS
Katz y Lazarsfeld ( 1964) Yel famoso artículo de Elihu Katz «The Two-Step Flow of
H
" Communication», en Reader in Public Opinion and Communication, Glencoe Free
~~ Press, 1953 (obra dirigida por B. Berelson y M. Janowitz). Figura 5: La segmentación de la población
l,
If
~
l.~. ~
~~
94 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNQ 95
!?i~.,, :
EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL

Sin duda, la división de los destinatarios sólo puede efectuarse en integrado», un «tolerante modernista», un «hedonista tranquilo» o
~; segmentos relativamente importantes: a veces, los medios no permi~~ una «persona con poder decisorio».12 Existen otros diversos «so­
¡i( ,
,~
i~
una segmentación muy precisa (televisión «generalista», por ejemplo)~'~ cioestilos», según el término acuñado por el Centre de Communica­
¡¡
h, en otros casos, es materialmente imposible que el político multiplique~ tion A vancée/Centro de Comunicación Avanzada, la agencia de mar­
~,
~ hasta el infinito, o casi, sus intervenciones (mítines, por ejemplo). keting especializada en el análisis sociológico de la población de la
[ segmentación, por tanto, resulta imperfecta a la fuerza, pero ofreq;¡'
muchas posibilidades para mejorar la comunicación. .
. que Bernard Cathelat es el miembro más conocido. 13 Hoy en día, la
fu
clasificación citada con más frecuencia por los medios de comunica­
~.
Los criterios de la división en «segmentos-públicos objetivo.
ción franceses es la que divide a la población en nueve grupos, im­
~.' pueden ser de dos tipos:
portados en su mayoría del glosario de las agencias de marketing de
l~ Madison Avenue, en Nueva York: adulescents (menores de 10 años
'Jl. • «clásica», las características sociológicas; ; hasta los de 18-25 años), papyboomers (los antiguos progres del

I
• de forma más propia del marketing político, las afinidades Mayo francés del 68), early adopters (hiperconsumidores al acecho
el político. ge novedades), céllibattantes (urbanas activas), dinks (su equivalente
en pareja, prácticamente; el acrónimo significa double income no
g
a) La diversificación en función de las características SOCIOlÓgiCas,: kids, es decir, dos ingresos sin hijos), weeke1iders (consumidores de
~. La mayoría de los métodos clásicos de definición del público fines de semana), bobos* (<<burgueses bohemios», que votan a la iz­
ti:
[ jetivo de la comunicación se basan en las características sociolu~ quierda pero de hábitos de vida conservadores), oupos (ultraconfor­
cas de sus destinatarios, como por ejemplo: nristas, hijos de los bobos, que buscan el éxito profesional a toda cos­
y probos (<<proletarios bohemios», con poco dinero y más bien
~{
el sexo; ~intelectualizantes ).14 Ninguno de estos nuevos modos de clasifica­
y:
t~~

;~'

la edad; en verdad, crea escuela de forma duradera, toda vez que se adap­
• la categoría socioprofesional; a las fluctuaciones de la sociedad, prácticamente día a día, con el
• el estilo de vida o el tipo de consumo (nivel y tipo de gastos. de precísar al máximo el ajuste del marketing comercial a su evo­
\,)
Las encuestas de opinión, en efecto, han comprobado empínl'­
~; mente la permanencia de ciertos comportamientos en el seno b) La división en función de las afinidades políticas
~' cada categoría. Así es cómo, en materia de comunicación políb~ Otro tipo de segmentación de los destinatarios de la comunica­
~ las mujeres, por ejemplo, parecen ser más estables que los hombre:¡ deriva de la búsqueda de sus afinidades políticas, en la medida
~' en cuanto a sus opciones. Asimismo, los jóvenes menores de lo posible, naturalmente. Es, sin duda alguna, el modo de seg­
~; ~
l' años, o las personas de edad, parecen ser menos firmes en relil\,;lU1 IP-entación cualitativo utilizado con más frecuencia, toda vez que
f;,
con sus opciones que las personas de edad intermedia, lo que
i~ 12. En Bongrand (1986).
convierte en públicos objetivo que es preciso privilegiar. 13. Para más detalles, véanse las obras «clásicas» de marketing y de publicidad
IJ." Hoy en día, los organismos especializados en encuestas de Ul'l1l1U11 ~mercial, como Brochard y otros (1989) o Lendrevie y otros (2006), etc. El CCA
formulan incluso nuevas clasificaciones socioculturales más compl~ un sitio en Internet cuya dirección es <http://www.lecca.com/>.
jas, destinadas a establecer correlaciones entre los hábitos de vida * Sin relación alguna con ninguna de las acepciones del término en castella­
los individuos y su contexto sociopolítico. Así es cómo Michel (N. del l.)
14. Otra clasificación utilizada con bastante frecuencia en marketing comer­
grand menciona la clasificación según la cual el francés es un bastante parecida e importada también del mundo anglosajón, agrupa a la po­
dualista defensivo», un «neoITÚstico», un «conservador desmotiva en: cumplidores, satisfechos, creyentes, arribistas, pretendientes, aventure­
do», un «egoísta social», un «consumidor prevenido», un «espabiladci mañosos y «supervivientes». (En Lendrevie y otros, 2007.)
96 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLíTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 97

está en correlación directa con la naturaleza de la acción de comuni­


cación. Las encuestas de opinión, en este caso, harán resaltar las cla­ Electores convencidos
(<<adeptos») de los
sificaciones políticas anteriores, las preocupaciones políticas del otros. políticos
momento, el interés por los acontecimientos políticos, etc.
El marketing político, con estos elementos en la mano, puede en­ Electores frágiles
tonces decidir: de los otros políticos

• o bien descartar los segmentos muy próximos al político, pues Electores indecisos
de aquí en adelante pueden contar con ellos, y dedicarse a una «cam­
paña de conquista» de los indecisos: es la búsqueda de los llamados
Electores frágiles
electores «fluctuantes»; se trata, a menudo, del principal objetivo de del político
la campaña de comunicación;
• o bien dirigirse a los segmentos próximos al político para evi­ Electores convencidos
tar que se distancien de él, y también para intentar conseguir, de al­ (<<adeptos»)
gún modo, que sirvan de líderes de opinión entre segmentos de P\Í­
blico objetivo más alejado.
Figura 6: La definición del público objetivo en función de las afInidades
políticas de los destinatarios de la comunicación
Hay que decidirse, entonces, por una u otra de las dos distintas
comunicaciones dirigidas a dos categorías de público objetivo en
función de sus afinidades: vos. Puede apreciarse lo difícil que resulta el planteamiento, toda
vez que se intenta atraer, entonces, mediante una campaña de co­
Una comunicaci6n llamada «de mantenimiento», dirigida: municación política, precisamente a quienes menos interés suelen
• principalmente, a los electores «frágiles», que probablemente tener por la política.
voten por el político, aunque no es seguro; En todas las hipótesis, hay que tener presente que deberá evitar­
• en segundo lugar, a los electores adeptos, con el fin de refor­ se que la comunicación del político se limite a una o varias catego­
zarlos; rías concretas de públicos objetivo, incluso si los análisis ponen de
manifiesto que resultan las más interesantes de cara a un avance in­
Una comunicaci6n llamada «de conquista», dirigida: mediato. En efecto, renunciar por completo al resto de la población
• principalmente a los electores indecisos; equivale a correr el riesgo de dar la impresión de que se la abando­
• pero también a los electores «frágiles» de los otros polí­ na, lo que puede resultar todavía más negativo que la adhesión de al­
ticos. gunos nuevos individuos. .
Es el clásico problema de las campañas «a la derecha» de los
Ambos enfoques, de hecho, pueden combinarse de forma para­ hombres «de izquierda» o «a la izquierda» de los hombres «de de­
lela. recha»: a fuerza de rebañar en terrenos ajenos a los suyos, termi­
Muy a menudo, el marketing político opta, a la hora de privile­ nan por aburrir a los partidarios de su propio campo. En concreto,
giar su público objetivo, entre los «indecisos» y los abstencionis­ es lo que le ocurrió a Lionel Jospin, candidato del Partido Socia­
tas. En efecto, debido a la frecuente escasa diferencia de votos en lista a las elecciones presidenciales de 2002. Encaminó a una bue­
las consultas electorales, es mucho más provechoso intentar con­ na parte de sus electores potenciales hacia las otras candidaturas
vencer a los electores marginales, que, de hecho, resultan decisi- de izquierda y extrema izquierda, al ajustar el público objetivo de
98 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 99
su campaña demasiado a la derecha, y reivindicarlo abiertamente, En esta fase dél proceso, en efecto, hay dos operaciones distintas:
incluso el día mismo de su entrada en campaña, al decir, en el te­
lediario de la noche: «El proyecto que propongo al país no es un • antes incluso de conocer los objetivos concretos de la campa­
proyecto socialista».15 ña, hay que proceder a la confección, la redefinición o la confirma­
Pero queda claro que este tipo de planteamiento --que se corres­ ción de la «imagen» del político; en efecto, salvo que se trate de un
ponde a menudo con un «giro centrista», en el sentido propio del tér­ principiante o de un político muy poco conocido, el marketing polí­
mino, de los temas de campaña, es decir, un acercamiento a los elec­ tico debe tener en cuenta el hecho de que, por lo general, preexiste
tores de centro, del «marais»-,'" es susceptible de proporcionar una «imagem) del político, antes aun del comienzo de la campaña.
ventajas a políticos cuyo electorado inicial no garantiza la victoria. Numerosas campañas han estado condenadas al fracaso porque ha­
Así, la campaña «a la izquierda» de Jacques Chirac en 1995 (la bían olvidado este dato fundamental y habían elaborado objetivos y
«fractura social») o las campañas «al centro» de Bill Clinton en temas de campaña inconciliables con la imagen anterior de los polí­
1992 y 1996 les resultaron muy provechosas. 16 ticos;
• en una segunda fase, la determinación del programa electoral,
de los objetivos, es posible, especialmente la de las partes del pro­
~, 2° La definición de una «imagen» y de los temas grama que con más frecuencia serán puestas en evidencia, los «te­
de la campaña mas de campañ,a».

Cuando ya se conoce la línea de la campaña (campaña de noto­ a) La definición de la imagen del político
riedad o electoral con posibilidad de ganar), una vez que el análisis El control permanente de su imagen por parte del político es una
del «estado» de los destinatarios de la campaña ha permitido que se de las cosas más difíciles de alcanzar por tres razones: se trata de un
pongan en evidencia sus preocupaciones y que el estudio de la com.,. proCeso subjetivo, lento y complejo.
petencia ha permitido determinar el terreno en el que se sitúan los Para empezar, un proceso subjetivo. La imagen se construye tanto en
eventuales adversarios, cuando ya se sabe qué electores constituirán la emisión como en la recepción: sus componentes, es cierto, las deter­
el público objetivo hacia el que se dirigirá la campaña, hay que fijar minan, con mayor o menor precisión, los especialistas en marketing po­
los objetivos expresados por el político y, por tanto, elegir su ima­ Jítico; pero, en realidad. no termina de estar verdaderamente formada
gen y los temas que desarrollará. J7 basta que no ha sido apreciada. experimentada, por los destinatarios de
la comunicación. Los elementos objetivos que el hombre político o sus
asesores pueden tratar de integrar en su imageJ!. en la emisión, estarán
15. Declaración del 21 de febrero de 2002 en France 2. Sobre este asunto, véa­ expuestos. pues, en la recepción. a esta subjetividad del destinatario.
se Maarek (2002). Luego, un proceso lento. La construcción de una «imagen» no re­
* Barrio del centro histórico de París construido en una zona pantanosa. sulta sencilla para el hombre político. Es preciso, en efecto, que
(N. del l.)
16. Esta opción por una comunicación «de conquista» es la explicación del au­ baya superado un umbral mínimo de notoriedad, con el objeto de
téntico toma y daca de las campañas de Al Gore y George W. Bush para las eleccioJ l que los destinatarios de su comunicación perciban lo esencial de las
nes presidenciales estadounidenses del año 2000, en las que el primero eligió, contra componentes de su imagen con suficiente precisión y que asocien de
todo pronóstico, a un compañero de candidatura conservador y judío tradicionalista,
mientras que el segundo hacía campaña insistiendo en que era un conservador «c~
pasivo» (pero intentando también reforzar a sus partidarios al elegir a un socio cte' , tante tarde, con el fin de disponer previamente de la máxima información sobre las líne­
candidatura todavía más conservador). as y objetivos de aquellos de sus competidores que hubieran presentado su candidatura
17. Es lo que explica, a menudo, el interés que tiene, para los políticos que ya ,con anterioridad. A este respectO, la tardanza de la entrada en campaña de Frangois Mit­
tan con una imagen bastante poderosa a los ojos del electorado, entrar en campaña terrand en 1988 es un buen ejemplO de aplicación lograda de esta práctica.
100 LOS FUNDAMENTO~DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 101

lt'
forma clara esta imagen con las ideas que intenta poner de relieve y una característica que le sea realmente propia, ya se trate de su ju­
con su personalidad. Cualquier tentativa para hacer evolucionar rá­ ventud, de su edad/experiencia, de su aptitud para los asuntos eco­
pidamente una imagen está contrarrestada por la misma lentitud. 18 nómicos o internacionales, etc. Naturalmente, la exhibición de este
Por último, un proceso complejo. A la postre, la «imagen» del carácter tiene que haberse preparado de manera minuciosa. De en­
político, por construcción, será la resultante del conjunto de las imá­ trada, hay que estar seguro de que el factor destacado se ajusta en
genes subjetivamente reconstituidas por el conjunto de los destina­ efecto al político. Pero también conviene tener fundadas presuncio­
tarios, voluntarios o no, de su comunicación. nes en el hecho de que los destinatarios (el público) verán en dicho
El marco objetivo inicial de la comunicación debe, pues, adap­ factor un elemento positivo; salvo si la calvicie se considera como
tarse al carácter esencialmente subjetivo de la recepción, que, en de: un factor de prudencia y experiencia, sería inútil destacar que el po­
finitiva, asienta la imagen del político tal como será transmitida en lítico de que se trata ¡es el único calvo!
realidad. Esto exige que la imagen elaborada para el político ... le En Francia, el líder delFrente Nacional, Jean-Marie Le Pen, ha ma­
convenga, truismo aparente que, no obstante, no se respeta de ma­ ximizado esta práctica durante mucho tiempo, explotando de manera
nera sistemática. sistemática un dato que, sin duda alguna, le singularizaba respecto de
los restantes hombres políticos en su conjunto: es el único en no haber
l. El marco de la construcción de la imagen ) participado jamás, ni de cerca ni de lejos, en el poder gubernamental.
En vista de esta complejidad se comprende que, para la elabora­ Logró, pues, transformar esta circunstancia, que normalmente debería
ción de la imagen del político, el marketing político, por 10 general, haberse considerado como un flanco débil o una presunción de incom­
utilice sin vacilaciones la célebre fórmula de su equivalente comer­ petencia, en un argumento de fuerza: él no forma parte de ese personal
cial estadounidense: la ventaja diferencial o Unique Selling Propo­ político que, según pretende en su comunicación, está tan comprome­
sitio n (USP). Este aforismo, por otra parte, entraña un trabajo más tido... por el hecho de haber estado «en el negocio».
difícil de 10 que puede sugerir su traducción por «proposición única Más recientemente, la imagen de Ségolene Royal ha incorporado
de venta». La USP implica, en efecto, dos consecuencias: la bús­ de forma intencionada un factor de distinción similar muy sólido, y
queda de una diferencia y la simplificación. 10 ha convertido en un argumento positivo: el hecho de ser mujer
y de que una mujer nunca había sido elegida para la presidencia de
a. La visibilidad de una «diferencia» la República. De este modo, su candidatura adquiría, de entrada, el
El término «única» de la fórmula, en efecto, es bivalente. Indica, aspecto de una «novedad»; y podía dar la impresión de que podría
en primer lugar, que la mayor eficacia se obtiene cuando la imagen personificar el «cambio» todavía con mayor facilidad. Ségolene Ro­
(del producto) enseña claramente que posee al menos un factor de di­ yal, por otra parte, reivindicó directamente, al final del segundo de­
ferenciación en relación con los demás, el cual, entonces, puede pre­ bate de las «primarias» socialistas de 2006, su condiciÓn femenina,
sentarse explícitamente ante los consumidores como si se tratara de al contestar que se trataba del factor, que la diferenciaba de la forma
una ventaja específica del producto pregonado. Es la «diferencia mo­ más evidente de sus dos rivales masculinos.
tora», dentro de la jerga de los especialistas franceses en marketing.
La aplicación de este concepto a la imagen del político exige que b. La búsqueda de la simplificación
el planteamiento de marketing ponga de relieve de forma decisiva El término «única» de la USp, (<<proposición de venta única»),
tiene otra implicación: la simplificación de la imagen. Los medios
de comunicación de masas modernos se ajustan difícilmente a los
18. Cabe recordar la desventura del canciller Helmut Kohl que, pese a todos sus
esfuerzos y a un programa político relativamente novedoso, jamás consiguió que
mensajes complejos: cuanto más sencillo es el mensaje, más posibi­
evolucionara su imagen «de hombre del pasado» y sus dieciséis años de poder du­ lidades tiene de ser transmitido con eficacia. Se desaconseja, pues,
rante la campaña por el Bundestag de 1998, que resultó fatal. transmitir más de un mensaje en la misma comunicación (en la mis­
102 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 103

ma proposición de venta). Asimismo, conviene que la imagen del elección; el «juicio» sobre la validez de la imagen, por su parte, tie­
hombre político, cuya compleji?ad hemos expuesto, resulte lo más ne lugar de inmediato e implica el riesgo de ser inapelable.
sencilla posible. Dos tipos de elementos poco controlables caracterizan las difi­
Así es cómo las campañas presidenciales francesas de estos últi­ cultades de la conservación de la imagen del hombre político.
mos años han puesto de manifiesto que la complicación de la imagen
de ciertos políticos les ha perjudicado: Jacques Chaban-Delmas nun­ a. Los problemas de compatibilidad entre la imagen y el hombre
ca se recuperó de haber intentado ser joven y dinámico, pero tam­ político
bién, y casi al mismo tiempo, prudente y experimentado; Jacques Ciertamente, los asesores en comunicación de lós hombres polí­
Chirac no logró ser, simultáneamente, primer ministro en funciones ticos no son tan inconscientes hasta el punto de confeccionar para un
y aspirante a la presidencia, en 1988, situación incómoda que político una imagen que le sea totalmente ajena. Afirmar que puede
Fran90is Mitterrand supo explotar de forma constante, durante su existir un problema de incompatibilidad entre la imagen del político
«duelo» televisado, anterior a las elecciones presidenciales, al diri­ y su verdadera personalidad puede parecer absurdo. Pero este pro­
girse a él continuamente como «señor primer ministro», coyuntura blemase plantea, no obstante, por dos razones.
compartida, de hecho, por Édouard Balladur en 1995 y Lionel Jospin Por un lado, la incompatibilidad en cuestión no se produce en re­
en 2002, etc. 19 alidad entre la imagen del político y su verdadera personalidad, sino
entre su imagen y su personalidad tal y como la perciben los desti­
2. La dificultad de conservar la imagen construida natarios, subjetivización sobre la que la comunicación política ejer­
La propia denominación de este título puede parecer paradóji­ ce más bien poco control (ya hemos subrayado que todos los desti­
ca. El marketing político tropieza, no obstante, con un verdadero natarios de la comunicación no subjetivizan, forzosamente, de la
problema una vez que se ha diseñado la imagen del político. La misma forma ... ). La imagen, por tanto, puede resultar incompatible
imagen en sí es portadora de un compromiso con los destinatarios según la percepción que de ella tienen los destinatarios de la comu­
de la comunicación: promesa de seriedad, de modernidad, etc. Al nicación.
tratarse de una promesa esencialmente subjetiva, resulta todavía Por otro, pese a estar obligados a respetar, hasta donde sea posi­
más difícil de cumplir: basta con un incidente poco significativo, o ble, la personalidad del político, los asesores en comunicación, no
episódico, para destruir en un santiamén una imagen que, al con­ obstante, tienen la obligación de intentar «borrar», de alguna mane­
trario, se habrá tardado mucho tiempo en elaborar. Una imagen de ra, ciertos aspectos poco mediáticos o poco conformes, precisamen­
seriedad en el conocimiento de los temas podría desaparecer sobre te, con lo que el público espera de un político que aspira a asumir res­
la marcha, por ejemplo, el día que una pregunta demasiado con­ ponsabilidades. A veces, la distancia entre ambos elementos es tal que
creta de un periodista turbe al político que no quiera--o no sepa­ el político se encuentra incapacitado... para comportarse de forma
contestar. compatible con su propia imagen: es el '«síndrome Ottinger», muy co­
La imagen del político resulta mucho más difícil de controlar, nocido por los especialistas estadounidenses de la comunicación: Ri­
por ejemplo, que sus propuestas electorales: salvo un error básico, chard Ottinger era miembro de la Cámara de Representantes y aspira­
los destinatarios sólo podrán «juzgar» la validez de las promesas in­ ba a convertirse en senador por el estado de Nueva York en 1976;
cluidas en dichas propuestas en una etapa posterior a la campaña como era bastante joven, sus asesores de comunicación le compusie­
electoral y a la campaña de comunicación, es decir, después de la ron una imagen de «manager» dinámico y ofensivo, en mangas de ca­
misa... que perdió en una noche, cuando, durante un debate triangular
con sus dos principales oponentes, se mostró ¡desdibujado, poco se­
19. Jacques Chirac, al contrario, se habría visto considerablemente beneficiado,
en 1995, por su caricatura en la emisión satírica Béb€te Show, que mejoró de forma guro de sí mismo y casi incapaz de tomar la palabral
muy positiva su imagen y le hizo más simpático. Los asesores en marketing político no siempre pueden impedir la
104 LOS FUNDAM;ENTOS DEL MARKETING pOLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 105

materialización del «síndrome Ottinger»: la imagen que componen . siderable para mejorar su imagen con el fin de parecer un político
siempre es el fruto de un compromiso más o menos acertado entre la muy similar a los demás, de forma que le votaran. Pero su imagén
personalidad real de su «cliente» y las características que el público inicial de hombre de extrema derecha que no le hacía ascos a los pu­
espera subjetivamente de un polftico.JSubsiste, pues, un riesgo de ñetazos ni' a las riñas callejeras se restableció de inmediato cuando
exposición brutal de este desfase ... y el «síndrome Ottinger» «gol­ agredió físicamente a una candidata socialista en Mantes-La-Jolie
pea» a menudo. Así ocurrió en 1984, en la campaña del antiguo as­ durante las elecciones legislativas de 1997, hecho por el que luego
tronauta John Glenn: su carácter de jefe político no estuvo a la altu­ fue .condenado.
ra de lo que su reputación de héroe del espacio había hecho La determinación de la imagen que se quiere tener del político no
presagiar, lo que desconcertó de forma considerable a los norteame­ constituye, pues, un asunto menor. La subjetividad del modo de per­
ricanos. Muy recientemente, también, el general Wesley Clark, an­ cepción de la imagen por parte del público la convierte en un elemen­
tiguo «comandante supremo» de las fuerzas de la OTAN en Europa, to difícil de elaborar cuya evolución apenas es controlable.
pasó por el mismo trance, cuando fue incapaz de dar la réplica a sus
adversarios políticos durante los debates y no consiguió imponer­ b) La determinación de los temas de campaña
se durante las primarias para las presidenciales estadounidenses La etapa siguiente enla elaboración de lá estrategia de comuni­
de 2004. cación es la del programa del político y, de forma muy especial, de
los puntos sobre los que más insistirá durante la campaña: los «te­
b. La imposibilidad de un control absoluto sobre la evolución de mas de campaña».
la imagen La elección de los temas pregonados por el candidato resulta,
Por último cabe destacar que, aun cuando la imagen del hombre . probablemente, Ül fase más peligrosa por su autonomía. Si el políti­
político estuviera en total consonancia con su personalidad a ojos co de principios del siglo xx apenas tenía dificultades para escoger
del público, resulta imposible controlar realmente su evolución y su su programa y sus temas de .camp~a, que derivaban directamente
percepción a lo largo del tiempo. Un acontecimiento a veces insig­ de su afiliación política, ya no ocurre lo mismo hoy .en día. Muy al
nificante, un mero detalle, puede adquirir proporciones inesperadas cqntrario, al político le queda s610 una libertad de maniobra muy re­
al destruir la veracidad de la imagen. ducida, porque es objeto de presiones considerables por parte de
El mejor ejemplo, sin duda alguna, es el de Valéry Giscardd'Es­ cuatro categorías de actores:
taing en Francia. Consciente del hecho de que corría el riesgo, a cau­
sa de su personalidad, de ser percibido en exceso por mucha gente • los medios de comunicaci6n se dirigen al político exclusiva­
como un «gran burgués», este político se había esforzado en com­ mente en lo que se refiere a su propia «agenda» y apenas si dejan si­
poner una imagen en la que algunas pinceladas le hacían más cerca­ tio para los restantes temas; esto le incita a desarrollar sólo'los temas
no á categorías socioprofesionales de tipo medio o menos elevadas, de campaña que se corresponden. corr dicha agenda y que son sus­
cuya nota más célebre fue la del acordeón que tocó en las ondas de ceptibles, por tanto, de ser reproducidos;21
la televisión. Ahora'bien, esta artificiosa proximidad desapareció en • los sondeos de opinión también impulsan al político a no elegir
un instante el día en que, interrogado en directo, ¡no fue capaz de de­ más temas de campaña que los que responden a las que parecen ser
cir cuánto costaba un billete de metro!20 las preocupaciones de su electorado y a evitar encontrarse en apa­
Igualmente, Jean-Marie Le Pen había hecho. un trabajo muy con- . rente contradicción con los intereses de la población, tal y como pa­
recen expresarlo las encuestas de opinión. Por consiguiente, le re­
20. El mismo contratiempo le ocurrió en 1976 al primer ministro sueco Olof
Palme, que fue incapaz de tener una noción precisa del precio de los alojamientos 21. A este respecto, véase Dominique Wolton, «Les Médias; maillon faíble de
durante un debate con M. Flildin. ' la communication politique», en Hermes, n° 4.
106 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 107

sulta muy difícil "fender esas ideas aparentemente impopulares A la inversa, resulta extremadamente tentador erigir en temas
como temas de campaña;22 principales de la campaña de comunicación aquellos que, según los
• los asesores del político, por muy bienintencionados que sean, no sondeos de opinión, son los que más preocupan a la «opinión». Al­
ejercen menos presión sobre él a la hora de elegir temas de campaña, gunos políticos, de hecho, parecen convertirse en especialistas en la
bien para incitarlo a respetar las cuestiones que derivan de las dos ca­ materia, como el líder de extrema derecha Jean-Marie Le Pen, de
tegorías precedentes, bien por respeto a su propia coherencia personal~ quien el poÍitólogo y experto en sondeos de opinión, Roland Cayrol,
no necesariamente idéntica a la del candidato (pasado político, mayor o decía ya en 1986 que sabía de maravilla «jugar con los profundos re­
menor permeabilidad a ciertos grupos de presión, etc.); . sortes psicológicos y dirigirse a los afectos más que a la razón [... ]
• los restantes políticos en campaña, por último, tienen, curiosa­ para provocar efectos inmediatos» a su favor. 23 La campaña de Sé­
mente, cierta influencia en la elección de los temas de campaña, golene Royal en 2006-2007 también siguió muy de cerca los son­
toda vez que resulta muy difícil para un candidato desarrollar una deos, una toma de posición abiertamente reivindicada por ella, que
argumentación y temas de campaña que nunca responden a los de de esta forma indicaba su interés por las preocupaciones de los fran­
sus adversarios, so pena de parecer «desfasado» por completo y, por ceses. De hecho, muy al comienzo, consiguió hacerse1con los servi­
consiguiente, desconectado de la coyuntura. cios de Gérard Le Gall, experto del Partido Socialista desde hace
mucho tiempo en materia de sondeos, y antiguo asesor ad hoe de
Así pues, al determinar la elección de los temas de campaña es Lionel Jospin, cuando éste era primer ministro.
cuando la comunicación política moderna más reduce la autonomía Dejando de lado estas consideraciones, la elección de los temas en sí
del político. Está atrapado en la red de ese conjunto de presiones, no viene, obviamente, al caso, y depende de la apreciación de cada polí­
sistémicas las unas, personales las otras, antagonistas las unas, opor­ tico y de sus asesores: optar por limitarse a temas directamente «políti­
tunistas las otras, y, si se queda sólo a la hora de defender ciertas cos» o preferentemente «sociales», decidir que se impulsen temas de
ideas, necesitará mucha energía para salir de esa trampa y convertir­ campaña locales o nacionales (si se trata 'Cie elecciones locales), tener un
las en temas de campaña. Obsérvese, por otra parte, que las presio­ programa más bien ideológico o más bien pragmático, etc.
nes sistémicas sobre los hombres políticos y sus asesores son clara­ Adviértase, no obstante, que ciertos asesores en marketing políti­
mente más intensas que la recíproca: co pretenden poner al servicio de los políticos instrumentos «de ayu­
da» para la elección de temas de campaña. Según recetas que les son
presiones presiones propias, elaboran criterios que correlacionan la «popularidad» de
antagonlstas oportunistas
ciertos temas potenciales con la «credibílidad» que tendrían puestos
en boca de los candidatos a los que asesoran. En realidad, sólo se
presiones
trata de un método empírico que toma la apariencia de una raciona­
sistémicas lización: ¿cómo saber de antemano si el político será en verdad
presiones
«creíble» si plantea talo cual tema ae campaña, toda vez que, preci­
personales samente, no lo ha hecho aún, y que las eventuales encuestas de opi­
nión sobre las que se basa no tratan más que de una potencialidad?24
Ahí está, sin duda, el límite que no deben traspasar los asesores en

Figura 7: Las presiones sobre la elección de los temas de campaña -23. En Cayrol (1986).
24. En cienos casos (las campañas de Ronald Reagan durante la década de
22. En cuanto a la influencia de los sondeos de opinión en las «agendas» de los 1980), ¡se han llegado a compilar auténticos softwares de ayuda a la decisión para
políticos y sus efectos perversos. véase en particular Maarek (1989). contribuir a la elaboraci6n del programa político del candidato!
,

;:0,,1
108 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 109

marketing político, ya que los instrumentos de ayuda a la decisión proximidad geográfica -la biblioteca de la ciudad-o Después y,
. no pueden sustituir a la propia decisión política. sobre todo, durante la propia campaña presidencial, situó la misma
Pero desde un punto de vista técnico, además de los elementos de (y luego la de 1996) bajo la égida prácticamente única de la econo­
información que aporta gracias a los instrumentos de análisis de opi­ mía. 25 La campaña presidencial victoriosa de 1995 de Jacques Chi­
nión, el marketing político sigue dos líneas directrices muy útiles en rae, con su incesante escansión de Un tema prácticamente único, la
cuanto a la elección de los temas de campaña, dentro del respeto a fractura social, es otro ejemplo parecido, ya clásico, de simplifica­
los cuatro princtpios básicos evocados con anterioridad: ción de la gesta de la comunicación política moderna.
Naturalmente existen contraejemplos aparentés de este sistema de
• la simplificación, mediante una llniitación del númere de te­ conduc~ En 1981, Fran~is Mitterrand había presentado corno temas
mas de campaña; de campaña 110 propuestas elaboradas desde hacía tiempo a partir de
• la armonización de la campaña en su conjunto, mediante la un «programa común» entre el Partido Socialista y el Partido Comu­
elección de una tono. nista. Pero hay que admitir que el electorado, por 10 general, era inca­
paz de citar varias de ellas. En cambio, el hecho mismo de que hubie­
l. La limitaci6n del número de temas de campaña ra 110 «problemas» en la sociedad francesa ponía claramente de
En todos los casos, y cualquiera que sea su decisión f~nal en relieve una propuesta política que en cierto modo era la resultante: el
cuanto a sus objetivos declarados, el político deberá observar la mis­ candidato desarrollará una política «de izquierda» distinta de la que se
ma regla de oro que determina la construcción de su imagen: limitar había aplic.ado hasta entonces. La cifra de 110 representaba así, por sí
al máximo los temas de su campaña para evitar una dispersión a jui­ sola, paradójicamente, la USP de Fran~ois Mitterrand en 1981. 26 De
cio de los destinatarios de la comunicación. Como veremos más hecho, durante las elecciones cantonales de 2003, el equipo dirigente
adelante en este capítulo, los modernos medios de comunicación de del departamento del Val-de-Marne también recurrió al mismo princi­
. masas son todavía menos adecuados que sus predecesores para la pio e hizo campaña sobre el tema 126 propositions pour le Val-de­
transmisión de mensajes complejos, lo que incita en gran medida a Mame (126 propuestas para Val-de-Marne). Cabe destacar que esta
respetar la regla de la ventaja diferencial o «proposición de venta disminución de temas declarados, esta simplificación al máximo de las
única» (USP). campáñas de comunicación política para favorecer su mediatización,
Por regla general, cuanto más limitados son los objetivos, más
posibilidades de eficacia tiene la campaña. Las campañas electora­ 25. Como demuestra el documental The War Room de Arthur Pennenbaker, en
les presidenciales victoriosas de Ronald Reagan, sobre todo la de el que se advierte con claridad cómo los dos principales asesores de su campafia, Ja­
1980, incluían así un restringido número de direcciones límpidas, mes Carville y George Stéphanopoulos, le reiteran antes de cada discurso que no se
empezando por la reducción de la fiscalidad, mientras que en Gran olvide de hablar de economía (y le pasan un recordatorio que se ha vuelto célebre:
Bretaña, Margaret Thatcher, durante la mayoría de sus campañas en don' tJorget economy you stupid).
26. El mismo Fran~ois Mitterrand, siempre tan brillante en su manejo de las pa­
ese mismo período, también recurrió a una simplificación similar. tadojas, tuvo una iniciativa muy poco clara en relación con sus objetivos, en 1988,
Asimismo, una década más tarde, en 1992, Bill Clinton, entonces al escribir una larga Letlre a tous les Franr;ais... (carta a todos los francesel/ ... ) cuya
poco conocido (<<sólo» había sido gobernador de Arkansas, Estado extensión se disputaba con la imprecisión. También aquí el mensaje lo con~tuía el
pequeño a escala de Estados Unidos), se distinguió hábilmente de continente que no el contenido: la carta a todos los franceses equivalía a establecer
sus adversarios al haber elaborado Un programa de gobierno muy un vínculo directo entre el presidente de la República, en toda la acepción simbó­
lica, por no decir regalista, de la función y «sus» ciudadanos. El auténtico tema de­
completo, y haber tenido la idea .de enviarlo gratuitamente a todas
sarrollado por Fran~ois Mitterrand estaba por tanto ahí, lo que también explica su
las bibliotecas públicas. Así, su tema de campaña se convertía en la actitud durante el debate televisado que mantuvo con Jacques Chirac antes de la
idea de que él tenía un programa y el hecho de ponerlo a disposición consulta electoral, en el que se posicionó claramente como «presidente», gracias a
de cualquier ciudadano lo hacía creíble en sí, por esa relación de la reducción de su adversario al simple rango de «primer ministro».
no LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLíTICO MODERN:O EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 111

constituye, sin duda alguna, una de las principales causas de la reduc, 2. LA ELABORACIÓN DE UNA TÁCTICA
ción del contenido de la comunicación política actual, qué a veces in­ y SU APLICACIÓN: EL «PLAN DE CAMPAÑA»
cluso hace que se hable del «fin de las ideologías». A fuerza de simpli­
ficar, se corre a veces el riesgo de vaciar la política de su contenido. En toda campaña, una vez definida la estrategia, le sigue la fija­
ción de una táctica, que tiene dos vertientes principales en materia
2. La elecci6n del tono de la campaña de comunicación política:
El posieionamiento de la campaña de comunicación depende a
menudo de esta opción determinante. Los temas de campaña que el • cronología general de la puesta en práctica de la campaña;
político decide privilegiar, ¿acaso van a ser un tanto polémicos o • elaboración de un «plan de medios» que la respete al máximo.
más bien van a tomar la apariencia de una «neutralidad», de una
pseudoobjetividad? La fijación de un plan de campaña-bastante preciso resulta indis­
En la elección del tono de la campaña, pues, es donde nueva­ pensable, porque este cuadro de operaciones permitirá proporcionar
mente se pone de relieve laestrecha imbricación entre el marketing referencias al candidato que se pasará buena parte de la campaña re­
político y las opciones políticas mismas. Un desarrollo adecuado de corriendo la circunscripción (o inclus.o el país, en su caso), lejos de
la campaña de comunicación exige, en efecto, una coherencia inter­ sus bases. La referencia al plan de campaña permitirá, así, mantener
na entre el fondo del discurso del político y su forma. Resulta muy la coherencia entre la comunicación política del candidato y la de su
difícil escoger temas de campaña relativamente agresivos, si al mis­ equipo. El plan de campaña también será de utilidad para recondu­
mo tiempo se quiere presentar una imagen conciliadora, y hacer una cir la campaña a lo esencial, a pesar de las interferencias de la ac­
campaña que intente congraciarse con ciertas categorías de la po­ tualidad política y, muy en especial, del desarrollo de las campañas
blación que correrían el riesgo de asustarse ante un discurso dema­ de los adversarios del político. Por descontado, podrá ser revisado si
siado violento. Asimismo, no se puede promover una imagen de la actualidad lo exige.
hombre político dinámico e innovador, si los temas de campaña son
demasiado triviales, etc.
La elección del tono de la campaña, por tanto, está estrechamen­ A. La fijaci6n de la cronología de la puesta en práctica de la campaña
te ligada a la que se realiza para la «imagen» del político: la dimen­
sión subjetiva de la inte:rpretación de ambos elementos de campaña La puesta en práctica de la campaña, idealmente, tiene que efec­
los acerca y los vincula. Por eso resulta indispensable establecer una tuarse en varias etapas:
homología sin fallos entre la imagen del político y los temas de cam­
paña que desarrolla, so pena de rebajar considerablemente la calidad • primero hay que proceder a una «campaña-test», en la medida
de la campaña de comunicación. del tiempo del que se disponga, con el fin de evaluar la recepción de
Igual que ocurre con las cuestiones relativas a la conservación de la campaña; •
la imagen, el tono de la campaña debe mantenerse bastante tiempo • luego hay que fijarla cronología del desarrollo de la campaña.
en la misma línea, con el objeto de no desconcertar a los destinata­
rios de la comunicación. Esta cronología también deberá administrar la posibilidad de rec­
Está claro, por último, que el tono de la campaña debe concordar tificar ciertos elementos del plan de campaña, bien en función de los
con las opciones estratégicas anteriores: una campaña de conquista no resultados proporcionados por las encuestas de opinión, bien, en su
tendrá el mismo tono que una campaña de mantenimiento. caso, en función de la comunicación competidora de los otros polí­
ticos (véase la figura que se muestra a continuación):
life,:'
~:
f
f
112 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 113

dad muy representativa en cuantó a los públicos objetivo a los que se


quiere llegar durante una campaña de notoriedad, etc.
r En este nivel, en efecto, resulta fácil proceder a encuestas de opi­
~, nión bastante extensas para tener una idea aproximada de la eficacia
if: CAMPAÑA-TEST de la campaña, del mismo modo que el marketing comercial realiza
(a escala geográfica reducida)
intentos de venta de nuevos productos en mercados denominados
«testigos», o igual que los productores de cine estadounidenses
efectúan sneak-previews, proyecciones «a ciegas» de películas no
anunciadas entre públicos auténticos.
En algunos casos, bastará con someter a un «test» sólo una parte
de la campaña, con el fin de verificar el posicionaIniento de ésta, o de
saber, en el caso de que se presenten varias opciones de detalle, por
PRIMERAS ETAPAS DE LA CAMPAÑA cual inclinarse. La utilización del marketing directo por correo favo­
rece este tipo de experimentación, en especial en lo que se refiere a
los temas de campaña: algunos millares de cartas, acompañadas de
cupones-respuesta, pueden proporcionar valiosas indicaciones.
En la práctica totalidad de loscasos, se realiza un test «mínimo»,
CAMPAÑA DE LOS'
ENCUESTAS

OTROS POLÍTICOS
que consiste en enseñar los elementos de comunicación (carteles,
~
DE OPINIÓN
programas, folletos, etc.) a una muestra del público objetivo selec­
~ (en su caso)
.ff cionado. La modificación o mantenimiento de los elementos de
campaña se deciden entonces en función de cinco criterios:
lI
,. la nota de reconocimiento (o.de «memorización») permite sa­
ber cuántas personas recuerdan el elemento de comunicación al que
han sido expuestas.
I

l' • la nota de atribución permite averiguar si el destinatario logra


~'
I
ETAPAS SIGUIENTES DE LA CAMPA~l establecer la relación entre el elemento de comunicación y el políti­
co (o partido) del que emana.
~ , • la nota de confusión corresponde, de alguna manera, a la pro­
J' Figura 8: Las distintas etapas de la puesta en práctica de la campaña posición inversa de la precedente. '
l de comunicación política
t • la nota de recepción positiva se 'atribuye en función de las res­
puestas que indican que el elemento de comunicación les gusta.
.. 10 La campaña-test • la nota de recepción negativa es la inversa de la anterior.

En la medida de lo posible, hay que efectuar una campaña «experi­ Se observará que algunas de estas cinco «notas» parecen sola­
f' mental» en un períinetro geográfico reducido, cuyas características po­ parse, pero en realidad son distintas y deben combinarse para' ser
f líticas son bien conocidas de antemano: ciudad con un pasado de mar­ analizadas: así, una nota de atribución alta podría, no obstante, con­
[ cado significado político en relación con la personalidad 'del político, siderarse insuficiente si el resto de las personas interrogadas, por su
ciudad que a menudo vota «en el sentido» de la decisión electoral, ciu­ parte, incurren en una gran confusión, y quizá sería mejor tener una

1
114 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 115

nota de recepción positiva algo menos elevada si la recepción nega­ se trata de un candidato poco conocido, o que tenga «una desventa­
tiva es, a su vez, netamente más baja;27 etc. ja» importante que recuperar, sin que aquí tampoco, por cierto, se
pueda establecer una regla sistemática: así, Jean-Marie Le Pen había
iniciado su campaña un año antes de las elecciones presidenciales de
¡¡. 2° La elección de la cronología del desarrollo de la campaña . 1988, llegándose incluso a pegar carteles en las playas durante las
R
vacaciones estivales de 1987. La elección de métodos de campaña
Esta etapa del proceso, en apariencia trivial, reviste en realidad «clásicos», por otro lado, hace que a veces resulte obligatorio un co­
mucha más importancia .de 10 que parece: escoger la cronología del mienzo de campaña temprano. Para construir su victoria de 1995,
desarrollo de la campaña implica, en efecto, dos decisiones que pue­ Jacques Chirac se habría pasado, según dicen, dos años <;le pequeñas
den resultar cruciales: . reuniones y mítines por las provincias francesas, entre 1993 y 1995,
estrechando, conforme hemos indicado anteriormente, dos millones
• la elección de la fecha de comienzo de la campaña; de manos.
• la elección· del ritmo de aceleración de la campaña. La regla más frecuente, en cuanto a la elección del momento para
entrar en campaña, es la que tiene en cuenta la situación del hombre
a) La elección de la fecha de comienzo de la campaña político en relación con el escaño para el que se postula. Si es un
Esta elección tiene un alcance considerable, sin que el marketing po­ desconocido en la circunscripción, o si se presenta allí por primera
lítico disponga de antemano de una respuesta sistemáticamente eficaz. vez, probablemente haya que acorísejarle una campaña precoz y más
La historia reciente, por sí sola, proporciona, tras un comienzo tardío, larga; si, en cambio, es un candidato «saliente», puede entrar en
tantos ejemplos de éxitos como de fracasos electorales: así, Valé!)' Gis­ campaña más tarde ... a sabiendas, no obstante, de que no puede ce­
card d'Estaing ha señalado a menudo su relativamente tardío inicio de der demasiado terreno a sus adversarios.
campaña en 1981 corno la principal causa de su derrota, lo mismo que En Estados Unidos, sin embargo, las peculiaridades del sistema
Édouard Balladur en 1995; pero en 1988, FranSiois Mitterrand también electoral propician, salvo raras excepciones, un pronto comienzo de
optó por una tardía entrada en liza, que le fue absolutamente favorable. 28 campaña. El fenómeno de las «primarias» tiende a incitar a los can­
A la inversa, los especialistas en marketing político desaconsejan didatos a la «nominación» a realizar un importante esfuerzo desde
a menudo la decisión de un comienzo de campaña demasiado pre­ los primeros comicios, aun cuando no tengan apenas consecuencias
29 en relación con el número de delegados que irán a la convención .
. COZ. Sin embargo, a veces esto puede ser muy eficaz, sobre todo si
Para las elecciones estadounidenses de 1976, adelantándose incluso
27. Si se puede elegir entre dos caneles, por ejemplo, el hecho de conocer sola­ al rito de New Hampshite, Jimmy Carter, notablemente asesorado,
mente las notas de recepción positiva, que serían de 50 y 40, pongamos por caso, im­ tomó así la hábil decisión de llevar a cabo una intensa campaña para
plica una .elección distinta de la que resultaría de su yuxtaposición con las notas de la primera designación de delegados, el caucus de Iowa, por el que
recepción negativa, si éstas fueran, respectivamente, de 40 y 10. nadie se había interesado hasta entonces: una simple campaña de
28. Adviértase, no obstante, que en el primer caso el personal político y, por su­
puesto, los electores apenas· tenían dudas respecto de una nueva candidatura de Valéry
anuncios publicitarios televisados, que sólo le costó ocho mil dóla­
Giscard d'Estaing o de Édouard Balladur; en cambio, el hecho mismo de que una pre­ res en ese pequeño Estado de tres millones de habitantes, lo situó de
campaña (<<Generación Mitterrand») hubiera sido explícitamente llevada a cabo, mien­ entrada en la lista de los candidatos más firmes a juicio de los me­
tras la incertidumbre rodeaba el regreso de Fran¡;:ois Mitterrand ante sus electores, ha­ dios y del gran público. La larga lucha de Bill Clinton pára emerger
cía que el «retraso» de la entrada en campaña de este último fuera más convincente. durante las «primarias» de 1992 es otro ejemplo de comienzo de
29. Como sucedió con el fracaso del intento de candidatura para las presiden­
campaña precoz y acertado, por parte de un candidato al que inicial­
ciales de 1965 de Gaston Deferre, lanzada en 1963 mediante una campaña de apoyo
en fonna de teasing por parte del semanario L' Express. Véase también la nota si­ mente se le atribuían pocas posibilidades, toda vez que no contaba
guiente. con el apoyo del establishment demócrata.
116 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLíTICO MODERNO EL MARKETING pOLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 117

La importación a Francia, a partir de las elecciones presidencia­ • por último, las campañas stop and go (freno y arranque), a me­
les de 1995, de un sistema similar al de las «primarias» estadouni­ nudo utilizadas cuando el político carece de recursos, que «vuelven
denses , por parte de varios partidos políticos, también obliga a sus a arrancar» cada vez que asoma una consulta importante susceptible
candidatos a salir a la luz antes, quizá, de lo que hubiesen deseado y, de favorecerles y multiplicar su impacto (sondeo próximo, emisión
en todo caso, ya no les deja ninguna opción respecto de la fecha de televisada en la que interviene el político, etc.). La táctica aquí se
su declaración de candidatura. parece con claridad a la de los surfistas que se valen de la energía de
las olas y que la desvían para su propulsión.
b) La elección del ritmo de escalado de la campaña
De nuevo, se trata de una decisión crucial, exactamente como la En realidad, el marketing político raras veces limita su opción del rit­
dosificación de un medicamento por parte del médico; en dosis de­ mo de aceleración a uno solo de los tipos antes mencionados, sino que
masiado pequeñas, ineficaz; en dosis excesivamente altas, nociva ... los combina para alcanzar una mayor eficacia. De hecho, el calendario
pero también acertada a veces en dosis homeopáticas. Es decir, la de campaña debe ser relativamente flexible, con el fin de poder reme­
elección del ritmo de aceleración de la campaña sólo puede ser em­ diar los numerosos imponderables de la acción política: consecuencias
pírica y los especialistas en marketing político deben dar pruebas de la aparición de nuevos adversarios o de la campaña de otros hombres
aquí de una destreza que a menudo es similar a la intuición. políticos, nuevos acontecimientos, nacionales o internacionales, ete.
Se distinguen cuatro tipos principales de cronologías: Sin embargo, hay que ser conscientes de que ciertas decisiones
de aceleración limitan de manera considerable determinadas posibi­
• las campañas de aceleración progresiva, el tipo más corriente, lidades ulteriores de acción de la campaña de comunicación. Una
tienen por finalidad una ocupación del terreno de forma relativamen­ aceleración muy tardía perjudica así enormemente la JOovilización
te constante y cada vez más importante a medida que se acerca la con­ de los militantes y simpatizantes31 y, por tanto, el relevo de la orga­
sulta electoral, un incremento paralelo al consiguiente aumento de in­ nización central por parte de la base.
terés por parte de los medios; se multiplican, pues, en buena lógica,
las posibilidades de atraer el interés de los electores, gracias a la si­ c) La estimación del final de la campaña «útil»

nergia ofrecida, nolens volens, por los medios, que provocan una cre­ La elección de la cronología de la campaña también debe in-

ciente focalización de las personas que prestan atención a la campaña;


• las campañas blitz (o campañas relámpago o intensivas) tien­
den a conseguir una saturación de los medios gracias a una concen­ del partido para el que se ha emprendido la cámpaña. En Francia, el ejemplo más cé­
lebre es el de la campaña realizada por L' Express en 1963, en previsión de las pri­
tración en un espacio muy reducido, en el que se requieren simul­
meras elecciones presidenciales por sufragio universal bajo la VI República. En va­
táneamente todo tipo de soportes y de medios (un poco como la rias ediciones, el semanario, entonces dirigido por Jean-Jacques Servan-Schreiber,
campaña de Fran<;ois Mitterrand en 1988). muy influido por la evolución de la comunicación política en Estados Unidos, di­
• las campañas por etapas, quizá las más difíciles de poner en vulgó y apoyó durante varios meses sin revelar su nombre el programa político de
marcha, pero que pueden resultar eficaces, en las que la imagen del un tal «Señor X», alias Gaston Deferre, por cierto, remodelado al gusto moderno,
sin gafas y con un guardarropa puesto al día.
político se construye a medida que avanza la campaña, a golpe de
31. A lo largo del presente trabajo, distinguimos la mayoría de las veces entre
«pseudoacontecimientos» cuidadosamente orquestados para centrar la «militantes» y «simpatizantes». Llamamos «militantes» a las personas que apoyan
atención;30 habitualmente al político o a un partido político y que por lo general cotizan en ese
partido, ya sea en período de campaña o no. Los «simpatizantes», a su vez, son apo­
30. Forman parte de esta categoría las campañas de teasing, que podría tradu­ yos menos constantes, simplemente atraídos, a menudo, durante una campaña por el
cirse aproximadamente por «efecto de anuncio» (el mismo verbo ha dado origen al carisma de un político en concreto, y que después podrían, muy posiblemente, dejar
strip-tease. que sugiere antes de enseñar). Esta táctica, tomada directamente del de «militar» (acerca de estas diferencias, véase en particular, nuestro penúltimo ca­
marketing comercial, consiste en no desvelar de inmediato el nombre del político o pítulo),
118 LOS PUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 119

cluir una estimación del final de la campaña «útil». La inercia pro­ táctico del planteamiento del marketing político. Pero antes de
pia del complejo proceso que representa la comunicación política examinar las modalidades de esta elección, debemos recordar ge­
implica un importante tiempo latente que impide cualquier evolu­ néricamente algunos principios fundamentales de la comunica­
ción durante los últimos días de campaña, el período del time' s up, ción. 32
del «tiempo transcurrido», como lo han bautizado los po litólogos
estadounidenses. Conviene, pues, intentar evaluar en qué momen­
~ 10 Medios y eficacia de la comunicación
to la comunicación del político, de algún modo, «gira en falso»,
toda vez que los electores que se proponen votar ya han tomado su
a) Los inconvenientes de la selectividad de la comunicación
decisión.
El marketing político no puede prescindir del conocimiento pre­
En Francia se pudo comprobar este fenómeno durante los últimos
liminar de las nociones básicas relativas a los medios de comunica­
días de la campaña presidencial de 1988: la liberación de algunos re­
ción a los que presumiblemente recurrirá. Cualquiera que sea el
henes secuestrados en Líbano no permitió a Jacques Chirac recupe­
mensaje que el político querrá emitir, su comunicación se realizará
rar su desventaja respecto de Fran\(ois Mitterrand, pese a su condi­
obligatoriamente a través de un medio, desde el vector de comuni­
ción de jefe del Gobierno que quizás había negociado su liberación y
cación simple e interactivo (la comunicación verbal cara a cara) has­
que, en cualquier caso, les había recibido a su llegada -muy media­
ta el medio masivo unidireccional y sin interacción o casi (la televi­
tizada- a suelo francés, la víspera de la consulta electoral. sión, el carteL).
Ésta es la razón por la que en Francia, donde la legislación vi­
El mensaje político seguirá, pues, el procedimiento utilizado por
gente prohíbe la publicación de sondeos durante la semana anterior
cualquier comunicación:
al día de la votación, los organismos de campaña siguen encargando
sondeos «privados», que les permiten beneficiarse, llegado el caso, Transmisión Efecto
del mensaje (en función
de los últimos días de la campaña oficial. coomcaGo
odifi ~ con <lela
Se observará que, en ciertos casos, la tardanza de los electores en Codificación J . Ldeformación DESTINATARIOS decodificació n
decidir su voto, como ocurrió con las elecciones presidenciales fran­ POLÍTICO MEDIO (electores)
--""

del mensaje I J eventual PI .a


cesas de 2002, por ejemplo, no implica necesariamente ausencia de en función de mdividuo)
decisión. Ya que parece que numerosos electores «de izquierda» las características
que habían decidido no votar a Lionel Jospin el 21 de abril de 2002 intrínsecas del
medio)
habrían optado en el último momento, ciertamente, por uno de los
restantes candidatos de la izquierda del tablero político por el que Figura 9: Codificación y decodificación: desde el
iban a votar, pero que, en cualquier caso, no habrían votado a la de­ político hasta el destinatario
recha ni. .. a favor de Lionel Jospin. La tardanza en la decisión no
implica, pues, aquí una indecisión total, sino un voto por defecto,
concretado en el último momento entre un número limitado de op­ Según se indica en las leyendas del esquema precedente, hoy en
ciones previas. día ha quedado establecido, conforme a las célebres intuiciones de
Marshall McLuhan, que cada medio imprime sus propias caracte­
B. El «plan de medios» 32. Para más detalles sobre esta cuestión, el lector podrá remitirse en general a
todas las obras «clásicas» sobre teorías de la comunicación, como, por ejemplo, Mo­
La determinación de los canales concretos que la comunica­ les (1971), Escarpit (1976) o Mattelart (2004), así como, más concretamente, Maa­
ción del político va a utilizar es la segunda etapa del componente rek (1986).
I
M
~ 120 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING pOLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 121
~

1~1. rísticas en cada comunicación y, a veces, refuerza la efectividad motivados por la política tenderán a no exponerse a ese tipo de men­
del mensaje, en otros casos la disminuye o, incluso, la contradice, sajes, y por tanto será muy difícil llegar a ellos. 34 Esto pone de relie­
en función de sus características psicosociológicas y psicofisioló­

•It
ve la dificultad de la comunicación «de conquista», uno de cuyos
gicas. 33 públicos objetivo prioritarios, los indecisos, son precisamente y a
Descartaremos de entrada la hipótesis en la que los mensajes no menudo los que políticamente menos participan, es decir, aquéllos,
1
11 son percibidos de modo alguno por sus destinatarios teóricos (cartel concretamente, con tendencia a exponerse muy poco a la comunica­
1
I .. •
no visto, emisión no visionada, etc.): aquí la comunicación política, ción política que no les interesa.
~~ sencillamente, ¡no puede existir! Dejando de lado este primer su­
~ puesto, quienes aplican el marketing saben que se exponen a un im­ 2. La selectividad de la percepción de la comunicación
H
~
~.

~
portante riesgo de pérdida de efectividad de sus mensajes, una vez Este segundo fenómeno resulta mucho más difícil de apreciar,
I percibidos, cualquiera que sea el modo de comunicación elegido, puesto que es inconsciente: aunque se expongan a una comunica­
~ con variaciones más o menos favorables en función de las peculiari­ ción, los destinatarios cuyas ideas son muy distantes de ésta tie­
F
(
dades de cada medio. nen una marcada tendencia ... a no percibirla, exactamente igual
k El principal factor de dispersión es, sin duda alguna, la selecti­ que un automovilista que va por una carretera a lo largo de la
•r vidad de la comunicación. Los investigadores especializados en los cual hay paneles de carteles publicitarios: con mucha frecuencia,

Ii\
~~
medios, como los neurofisiólogos, coinciden, en efecto, al observar aunque esté expuesto a la comunicación, lo que no ve y no per­
que, desde todos los puntos de vista, los destinatarios de la comuni­ cibe.
cación no se exponen a ella, ni la perciben ni la decodifican, si no es
en función de elecciones sucesivas, conscientes o no, y todo ello en 3. La selectividad de la decodificación y de la memorización de la
,~.: tres planos distintos: comunicación
1
f El tercer factor de selectividad se produce durante la decodifica­

I.~¡
I,
l. La selectividad de la exposición a los medios ción de la comunicación: cada destinatario la decodifica e interpre­
,, De entrada, muchas encuestas de opinión realizadas en la pos­ ta, en efecto, en función de sus vivencias anteriores y de sus ideas,
.•.. guerra confirman que los destinatarios de la comunicación y, en en resumen, de sus propios referentes previos, y no retiene priorita­
~ particular, los electores cuando se trata de una comunicación po­ riamente más que lo que concuerda con sus ideas, sus intereses o sus
lítica, tienen una manifiesta tendencia a exponerse sólo a las co­ gustos. La memorización, y el efecto de la comunicación. esta vez,
1.;-.
municaciones relativas a las ideas que comparten: el simpatizante están directamente cuestionados. A partir de los años cincuenta, el
~ de derechas tenderá a cambiar de cadena cuando hable un hom­ equipo de investigadores congregado en tomo a Pau! Lazarsfeld ha­
bre político de izquierdas y, con más razón, no acudirá a sus míti­ bía dejado establecido de forma clara este mecanismo, con la ayuda

I
~
~
nes, etc. de encuestas de opinión muy detalladas. 35
Esta primera elección, por lo general consciente, es naturalmen­
te una de las causas de la escasa eficacia de las campañas de comu­

I
nicación... para que cambien de parecer los destinatarios con claras
opiniones políticas anteriores. 34. Sobre este punto, véase en particular Blumler, Cayrol y otros (l978).
También hay que advertir que este mismo fenómeno perjudica la 35. Véase concretamente Lazarsfeld y otros (1948 y 1955). Desde el punto de vis­
ta de la psicofisiologfa, se observará que la selectividad de la percepción y de la decodi­
comunicación política en general, toda vez que los electores poco
.~1. _ficación de la comunicación empieza a ser explicitada -y confirmada- por los inves­
tigadores de las neurociencias, que relacionan esta selectividad con el modo de
~,, 33. Acerca de esta cuestión de la efectividad de la comunicación en función de aprendizaje de las células del cerebro. Véase, en particular, L'homme neuronal, de Jean­
1~

I
los medios que utiliza, véase en particular Maarek (l986), capítulos 1,2 Y6. Pierre Changeux, Fayard, 1983 (trad. cast El hombre neuronal. Espasa-Calpe, 1986).

~
i:

t
~
122 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLiTICO MODERNO EL MARKETING POLíTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 123
:il·
b) Los medios de perfeccionamiento del proceso de comunicación el marketing político. Un buen conocimiento de las características
Son dos los procedimientos esenciales que permiten intentar li­ intrínsecas de los distintos medios resulta indispensable desde este
mitar esta dispersión: punto de vista, pues cada uno de ellos influirá así de una manera es­
pecífica en la efectividad de la comunicación política: cuanto más
• elfeedback; «preciso» sea el medio utilizado, es decir, cuanto más reduzca los
• la redundancia. riesgos de dispersi6n y error en la comprensión, mejor será poten­
cialmente el efecto del mensaje político.
El feedback permite que el emisor de la comunicación pueda
eventualmente precisarla en función de las demandas de los destina­
tarios, como puede observarse en el esquema que se incluye a conti­ ~ 2° La subsiguiente elección de los medios
nuación.
Gracias al feedback, por tanto, resulta posible perfeccionar de El «plan de medios» --o communication-mix,36 como lo denomi­
manera considerable la efectividad de la comunicaci6n al limitar las nan, de forma un tanto bárbara, los especialistas en marketing- es,
incomprensiones; esta bidireccionalidad en la comunicación sólo es bastante empíricamente, un verdadero cóctel de medios en función
posible, naturalmente, en el caso en que el político utilice modos de del imperativo considerado como el más importante:
acción que permitan un contacto directo con aquéllos a los que quie­
• llegar de la manera más eficaz posible a un número limitado de
re llegar.
destinatarios, toda vez que, como es sabido, es casi imposible obte­
ner de inmediato una buena efectividad del mensaje en caso de exis­
tir un gran número de destinafanos;
• llegar al mayor número posible de personas, repetidas veces, lo
más rápidamente posible, con el fm de beneficiarse de una acelera­
ci6n del «efecto de agenda»37 que a menudo se produce a raíz de esta
amplificaci6n de la comunicaci6n.

- - - - - - - - - - : Primera comunicación
................................................ : Segunda comunicación La elección de los vectores concretos de la comunicaci6n se rea­
(modificada en función del feedback) liza en dos etapas:

Figura 10: Elfeedback en la comunicación • determinación del tipo de medios que hay que privilegiar en
primer lugar;
La redundancia, a su vez, es el procedimiento que consiste pre­
• y determinación concreta de .los soportes específicos que se
cisamente en reformular la comunicación inicial con sólo modificar
utilizarán.
una parte de sus componentes con el fin de lograr una mejor com­
prensión por parte de los destinatarios. En general, esta modifi­ 36. En ocasiones se diferencian ambos términos, en cuyo caso la communica­
caci6n se hace en funci6n de las indicaciones proporcionadas por el tion-mix es la fase de la elección del tipo de medios, mientras que el «plan de medios»
feedback (que también permite percibir los problemas de una «mala» es la de la elección de los soportes concretos, en aplicación de la communication-mix.
decodificaci6n por parte de los destinatarios). Nosotros no establecemos esta distinción, más teórica que práctica, toda vez que la
elección del medio y la del soporte están, a menudo, inextrlcablemente unidas.
Las discusiones ineluctablemente suscitadas en todo proceso de
37. El «efecto de agenda» consiste, en resumen, en poner en un primer plano cier­
comunicación pueden, por tanto, perjudicar de manera considerable tos temas de la actualidad política, por la fuerza de las cosas, como consecuencia del tra­
la comunicación política y deben ser tomadas en consideraci6n por tamiento involuntariamente similar de estos temas efectuado por los distintos medios.
124 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLíTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 125

Por último, la elección de los vectores concretos de la comunica­


MEDIOS DE
ción depende también, naturalmente, de los usos o de las leyes que OBJETIVO PÚBLICO OBJETIVO
COMUNICACIÓN
la regulan, y consagraremos un último apartado a la situación legal
y reglamentaria que rige la utilización de los medios por parte de la Sensibilizar a los líderes de Reuniones. coloquios co­ Preciso alógeno: públíco diferen­
opinión de las diversas ca­ rreos directos (mailings), ciado por profesión o categorla so­
comunicación política en Francia. tegorlas socioprofesionates; en generaJ. medios de «mar­ cial, etc.
~!
eventualmente; recaudar con­ keting directo», Internet.
" tribuciones entre los simpa­
a) La detenninación del tipo de medios que hay que privilegiar tizantes.
El tipo de medios que es preciso privilegiar en cada campaña se
Movilización de los militan­ Mítines electorales anun­ Preciso homogéneo: público pro­
efectúa en relación directa con la diferenciación de su «calidad de tantes y apoyos. dos audiovisuales, video­ clive.
comunicación» respectiva que acabamos de recordar. Según las de­ casetes, intranet
cisiones que se habrán tomado, respecto de los públicos objetivo Comunicación «de Cartel, con­ Prensa y relaciones pu­ Impreciso heterogéneo: púbÍico
prioritariamente seleccionados por la campaña de comunicación y quista», diferenciación respec­ blicas, radio, televisión en general.
10 de los otros políticos. «<publicidad política» si
en relación con sus objetivos, ciertos medios se impondrán más que es mediante pago).
otros.
Una campaña de notoriedad destinada a consolidar la posición de
un hombre político entre las capas acomodadas de la población, con
el fin de considerar un apoyo financiero y la creación de «clubes» 2. La decisión vinculada a la naturaleza del mensaje
para apoyarlo en el futuro, apenas necesitará así recurrir de forma A veces es preferible escoger los medios en función de la natu­
masiva a los medios de comunicación de masas como el cartel, sino raleza de la comunicación, y de su complejidad. Una comunica­
que podrá utilizar provechosamente la notoriedad proporcionada ción referida a un mensaje preciso, una información no compleja,
por las prestaciones televisadas ... y los contactos «personalizados» utilizará de forma preferente el cartel, la radio o la televisión. En
suministrados por los modernos medios de marketing directo por .cambio, una comunicación compleja, vinculada a los temas de
correo.. campaña, al programa del político, etc. recurrirá sobre todo a la vía
del impreso, como la prensa diaria, semanal o especializada, o el
1. La determinación por tipo de públicos objetivo programa de campaña remitido por Correo o distribuido por los mi­
La siguiente tabla muestra la distribución de medios que se pro­ litantes, sin olvidar los medios del marketing directo por correo,
duce en función de este criterio: 38 etc. Internet, a este respecto, permite hoy en día, mejor de lo que lo
En numerosos supuestos, la comunicación política otorga prio­ hacía el Minitel francés, una calidad de comunicación incompara­
ridad a la selección del público objetivo, lo que trae consigo deci­ ble para los mensajes complejos (pero no llega, fundamentalmen­
siones que dependen del conocimiento de la audiencia concreta de te, más que a los electores ya prodives al político, por lo que su
los distintos medios. Cuanto más conocidos sean los destinatarios utilización no resulta muy eficaz para la comunicación de «con­
de la com\lnicación, mejor es el potencial de efectividad de la co­ quista» ).
municación. Cuando se trate, sobre todo, de contribuir a la elaboración de la
imagen del político, serán del todo preferibles los medios que re­
curran a sus cualidades personales y, en concreto, los medios au­
diovisuales.

38. En aquellos casos en los que el partido político (o los mílitantes que apoyan
al político) está suficientemente equipado y organizado.
.. 1.05 ....'"NDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO

3_ la bfisqu.eda de rapidez
EL MARKETING POLíTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL

b) La fijación precisa de los soportes de la comunicación


127

La búsqueda de rapidez provoca otra distribución de los medios: Una vez escogido el o los tipos de medios que es preciso utilizar,
los medios de comunicación inmediata, y especialmente los medios los especialistas en marketing deben determinar qué soportes con­
audiovisuales que utilizan las ondas, son entonces los preferidos. cretos emplearán dentro de cada uno de los medios seleccionados:
La combinación de los dos criterios de la complejidad de la comu­ qué cabecera(s) de prensa escrita, qué cadena(s) de televisión, qué
nicación y de la rapidez deseada pueden resumirse en la tabla si­ red(es) de publicidad exterior, etc.
guiente:
l. Los problemas de duplicación entre soportes
Escoger determinados medios en función de su supuesta mejor
adecuación a la comunicación no lo es todo. Resulta de vital im­
MEDIOS MODO DE
OBJETIVO ESTABLECIMIENTO portancia asegurarse de que los distintos soportes utilizados no se
DE COMUNICACIÓN
DE LA COMUNICACIÓN solapen.
Transmitir una comuni­ «Cartelería salvaje» o «comer­ Rápido Por lo general, se intenta proceder de forma que los medios usa­
cación sencilla, un men­ ciaJ», inserciones publicitarias en dos no ofrezcan más que un riesgo bajo de duplicación. Si se preten­
saje no complejo (eslo­ la prensa, «publicidad» en gene­ de llegar a los cuadros medios y superiores de las empresas, resulta­
gan, etc.). ral. anuncios audiovisuales, ra­
dio,e-mai/. lÍa inútil insertar publicidad en un segundo diario de información
económica, una vez que ya se ha hecho en L'Expansion... salvo si se
Trausmitir un mensaje Reuniones, coloquios, mítines elec­ Lento quiere, precisamente, crear un efecto de redundancia (es decir, orga­
más complejo (progra­ torales, correos directos (maiJings), nizar de manera voluntaria un solapamiento que propicie un refuer­
ma, elc.). octavilla~, periódicos electorales,
«profesión de fe», en general, me­ zo de la comunicación).
dios de «marketing directo», ciertas Los que se mueven en el sector de los medios saben bien que,
emisiones de radio, video-casetes,
Internet (sitios web). en cualquier caso, resulta imposible evitar los solapamientos de
!
audiencia, si lo que se pretende es llegar a la mayolÍa de los des­
Desplazanúenlos personales del Lento tinatarios deseados. Los lectores de un diario, por ejemplo, cam­
hombre político entre los elec­
tores (canvassing), reuniones de bian con mayor o menor intensidad de un día para otro: algunos
ámbito restringido.•. sólo lo compran cuando trae un suplemento semanal en concreto,
otros en función de la actualidad, etc. Por lo general, se procede,
Establecer «la imagen» Relaciones públicas, encuentros Lento e indirecto (") pues, a una serie de inserciones, a riesgo de tener una fuerte du­
del hombre político o re­ con la prensa. plicación.
forzarla
Por consiguiente, el estudio minucioso de los lectores o de la au­
Internet (blogs, "Web 2.0,,) Rápido pero indirecto (")
diencia de los medios utilizables por la campaña de comunicación
política resulta indispensable, pues permite escoger del modo más
Radio y, sobre todo, televisión. Rápido
preciso posible el soporte con mejor índice de penetración en rela­
(*) Indirecto significa aquí la necesidad de pasar por íntennediarios sin posibilidad de ción con los públicos objetivo a los que se habrá decidido llegar. A
«control» por parte del hombre político de la calidad de repercusión de la comunicación. los públicos objetivo de categolÍa socioprofesional elevada les co­
rresponderán los diarios de prestigio, etc. Le Monde o Europe nO 1,
por ejemplo, siempre serán los preferidos para la comunicación po­
lítica francesa, porque son los más leídos o escuchados por los <<lí­
deres de opinión», y así sucesivamente.
128 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 129

Para determinar el soporte más adecuado para sus públicos mente en función de los presupuestos disponibles y de las tarifas de
objetivo, los profesionales del marketing político recurren, en inserción o de los precios de coste, etc.
gran medida, a encuestas efectuadas con mucha frecuencia por Pero nunca hay que olvidar que estos sistemas no pueden razo­
cuenta de sus homólogos del marketing comercial (encuestas del nar sino en función de datos pasados y, por tanto, no pueden tener
CESP,* etc.). en cuenta ciertos factores nuevos que pueden influir considerable­
mente en una nueva campaña. Recordémoslo: casi siempre resulta
2. La búsqueda de sinergia entre los distintos medios utilizados peligroso reproducir de forma idéntica una campaña de marketing
En ciertos casos, el marketing político intenta conseguir la acele­ anterior.
ración del proceso de comunicación y provocar artificialmente una Cabe así poner como ejemplos de elección de soportes paradóji­
redundancia gracias a una aceleración del «efecto de agenda». La ta­ cos, pero eficaces, las elecciones muy estudiadas de los modos de
rea de elección de los soportes se vuelve entonces muy minuciosa, declaración de candidatura de Jacques Chirac en sus dos campañas
y exige un verdadero conocimiento del público objetivo deseado. presidenciales victoriosas: el 4 de noviembre de 1994 se declaró
Saber cuáles son las actividades de ocio preferidas por los destinata­ oficialmente candidato a las presidenciales de 1995 en un diario re­
rios a los que se intenta llegar permite, así, poder dirigirse a ellos gional, La Voix du Nord, y el 11 de febrero de 2002 se declaró can­
tanto a través de los periódicos profesionales que leen para su traba­ didato, como quien no quiere la cosa, durante una visita a Aviñón,
jo como de las revistas que compran para su distracción, etc. Se ad­ delante de su alcaldesa, Marie-José Roig. Aquí, antes que llegar di­
vierte, pues, que en ocasiones puede llevarse a cabo un concienzudo rectamente a una gran cantidad de destinatarios, como podría haber
:"1 rastreo de los destinatarios de la comunicación. hecho si se hubiera declarado candidato con ocasión de una invita­
La complejidad de los factores que pueden intervenir en la elec­ ción a uno de los «grandes» telediarios de la noche, Jacques Chirac
ción de los medios, y luego de los soportes concretos que empleará había optado por la «calidad», de alguna forma, al objeto de posi­
la comunicación política, es una de las explicaciones de la presencia cionarse como un representante de la «Francia 'profunda», en una
entre los políticos de profesionales de la asesoría en marketing: gra­ comunicación por carambola, recogida luego por los otros me­
cias a su acceso directo a los bancos de datos relativos a la pobla­ dios. 40
ción, pero también a los soportes potenciales de la comunicación,
pueden, de forma muy rápida y eficaz, proponer «planes de medios» 3. El definitivo plan de medios
operativos cualesquiera que sean los públicos objetivo y los objeti­ El conjunto de los factores que acabamos de describir desembo­
vos de la campaña, sin necesidad de partir de cero. ca en «planes de medios» en los que se compaginan. de la mejor for­
Los asesores en marketing, de hecho, tienen ahora a su disposi­ ma posible. los medios disponibles, los objetivos marcados y los pú­
ción modelos de planes de medios preestablecidos por ordenador, o blicos objetivo considerados, para establecer la clasificación de los
software específico de ayuda a la decisión en esta materia, que ela­ medios que serán utilizados por la.campaña de comunicación políti­
boran en algunos segundos combinaciones de soportes de prensa ca, y la cronología de su intervención.
39
concretos en función de los parámetros que hemos destacado. Es­ Por lo general, la consecuencia de todo ello es la agrupación de
tos programas pueden ser sumamente detallados, e incluso algunos los medios en tres o cuatro categorías:
modelos de los planes de medios, llamados «de evaluación y opti­
mización», pueden evaluar simultáneamente los planes de campaña
entre los que se duda, y optimizar el plan por el que se opta final­ 40. En el segundo caso, la simbologfa de la representación de la «provincia»
por contraste con París era incluso doble, reforzada por el hecho de que Mane-José
39. Sobre este punto, véase concretamente Lendrevie y otros (2006). Roig había logrado la proeza de derrotar en las municipales del año anterior a una
* Centre d'Étude des Supports de Publicíté. (N. del l.) ministra «cunera», mucho más conocida que ella, Élizabeth Guigou.
130 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 131

• medios indispensables; (CSA) tiene, de forma general, el encargo de velar por el respeto de
• medios complementarios; la expresión pluralista de las corrientes de pensamiento y de opi­
• medios útiles; nión, y muy especialmente durante las emisiones informativas del
• medios descartables. sector público. 42 También tiene una potestad de recomendación res­
i
~i'
pecto de las cadenas del sector privado. El CSA, de hecho, puede su­
El grueso de los esfuerzos y recursos financieros se destinará a peditar la expedición de la autorización de emisión al pluralismo en
los medios indispensables y a los medios complementarios que, por los programas informativos.
ejemplo, se habrán determinado en función de su capacidad para La exigencia de pluralismo político impuesta a las cadenas es,
servir de relevo a ciertos tipos de comunicación y procurar un «efec­ en realidad, menos amplia de lo que parece, toda vez que la CNCL
to de agenda» que los favorezca. (Commission Nationalede la Communication et des Libertés/Comi­
El remanente podrá utilizarse para la comunicación a través de sión Nacional de la Comunicación y las Libertades), y luego el CSA
los medios «útiles», que, a menudo, se incluyen en esta categoría actual, han incluido durante mucho tiempo en el ejercicio de su vi­
por razones distintas a la de su utilidad para la comunicación políti­ gilancia la llamada <<regla de los tres tercios»; en vigor desde 1969,
ca en sí. De modo que, cuando se trate de recurrir a la movilización impone a las cadenas el equilibrio igualitario de los tiempos de an­
de los partidarios del político, se les hará participar en campañas de tena atribuidos al Gobierno, a los partidos parlamentarios que com­
cartelería «salvaje». ponen la mayoría, por un lado, y la oposición, por otro. No había,
En cambio, los medios descartables no se utilizarán en la campa­ pues, obligación de difusión para los partidos o corrientes de pensa­
ña, e incluso serán eventualmente rechazados (entrevistas rehusadas miento no representados en las Cámaras, y el tiempo de palabra del
con los periodistas de determinados soportes, por ejemplo lo que Gobierno y de los partidos que lo apoyaban era el doble que el de los
exigirá un delicado trabajo de diplomacia por parte del responsable partidos de la oposición.
de prensa, que deberá tratar de que no se aparte al político pese a su En el año 2000, finalmente, la regla establecida se cambió, a raíz
rechazo a intervenir). de una deliberación del CSA, el 8 de febrero, y se adoptó un «prin­
cipio de referencia para la evaluación del respeto del pluralismo po­
c) Las limitaciones legales y reglamentarias en Francia lítico en los medios». Incluye dos modificaciones importantes res­
Francia ofrece la particularidad de haber reglamentado de for­ pecto de las prácticas anteriores. Por un lado, el CSA ha decidido
ma muy precisa la utilización de varios medios por parte de los po­ abandonar la regla «histórica» de los «tres tercios», en beneficio de
líticos,tanto durante las campañas electorales como fuera de una regla que calificaremos aquí como «regla de las dos mitades»:
ellas. 41 La elección de los soportes de comunicación política de­ las personalidades de la oposición parlamentaria no pueden dispo­
pende estrechamente de esta reglamentación y varía según los pe­ ner de un tiempo de antena inferior a la mitad de la suma de los tiem­
ríodos. pos del Gobierno y de los partidos que lo apoyan. Por otro, el CSA
estipula expresamente la petición de que se tengan en cuenta las
1. La vigilancia de los medios fuera de las campañas electorales
Desde la ley de 30 de septiembre de 1986 sobre libertad de co­
municación, el organismo superior de control de lo audiovisual 42. En virtud del artículo primero de la ley 86-1067, de 30 de septiembre de
1986, relativa a la libertad de comunicación (modificado por la ley nO 2004-575
41. Sobre este particular, véase concretamente Derieux (1999) y, por supuesto, de 21 de junio de 2004 y por la ley 2004-669 de 9 de julio de 2004), que establece
la última versión disponible del Código electoral (Edición del JO [abreviatura de que «La comunicación al público por vía electrónica es libre. El ejercicio de esta li­
Journal Officiel o Boletín Oficial]). Véase también Le droit des élections locales bertad no puede ser limitado sino en la medida requerida, por un lado, por el respe­
(2001). Acúdase al capítulo siguiente para todo lo que se refiera específicamente a to a la dignidad de la persona humana, a la libertad y a la propiedad ajena, al carác­
la reglamentación de los sondeos de opinión. ter pluralista de la expresión de las corrientes de pensamiento y opinión (etc.).»
132 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 133

«formaciones políticas no representadas en el Parlamento» durante tiempo de palabra «equitativo»), modüicando así el «principio de
un tiempo de antena «equitativo» (pero no incluido en los principa­ referencia» del año 2000, sin tocar sus equilibrios esenciales. Los
les recuentos).43 partidos no representados en el Parlamento, o los «pequeños candi­
Se advertirá que este control del eSA afecta directamente a la datos», a juicio de los medios de comunicación, se quedan, por su
minuciosa observación de las cadenas de ámbito nacional y que, a parte, a merced del sentido de «la equidad» de los responsables de
falta de medios, las restantes y numerosas cadenas que hoy existen las cadenas, toda vez que el principio de referencia no les garantiza
no son observadas de manera sistemática (aunque el control es algo realmente ningún tiempo de palabra concreto. 45
más amplio en período de campaña). Por otra parte, la regla plantea, Aunque la expresión política «gratuita», por invitación de perio­
a veces, considerables problemas de interpretación, como fue el distas o de responsables de emisión, está autorizada, a los políticos,
caso a la hora de decidir el tratamiento que había que darle a las nu­ en cambio, les está prohibida la compra de tiempo de antena (tanto
merosas intervenciones televisadas de Bernadette ehirac, la esposa durante como fuera de las campañas). La ley de 15 de enero de 1990
del presidente de la República. 44 (posterior, por tanto, al artículo 15 de la ley de 30 de septiembre
En 2006, se cuestionó nuevamente la regla, cuando el líder de la de 1986) ha prohibido definitivamente la práctica de las inserciones
UOF, Fran~ois Bayrou, y otros diez diputados de este partido vota­ publicitarias políticas audiovisuales de pago. 46 Niega también, a los
ron el 16 de mayo una moción de censura contra el Gobierno. El propietarios de las cadenas de televisión o de radio, que su órgano
eSA se lo tuvo que replantear tres veces antes de encontrar una so­ disponga del margen de compromiso político del que dispone el
lución al reparto de los tiempos de palabra entre mayoría y oposi­ dueño de un medio de prensa escrita.
ción. Ante la demanda de la UMP, el eSA adoptó una primera deci­ En materia de prensa escrita y de impresos, la ley de 29 de julio
sión el 13 de junio, bien es cierto que técnicamente correcta, que de 1881, que sigue en vigor, es, en efecto, y paradójicamente, de na­
organizó un revuelo general al acordar que el tiempo de palabra de turaleza más liberal: los periódicos de opinión política, por ejemplo,
la UOF se repartiera entre la mayoría y la oposición. Ante la nueva campan permanentemente a sus anchas, sin más reglamentación que
demanda interpuesta por el propio Fran~ois Bayrou, hubo de apro­ la censura judicial por sus eventuales abusos, y esto, sólo a poste­
bar un nuevo auto, el 20 de junio, con la finalidad de retirar la deci­ riori. A día de hoy, Internet se beneficia en apariencia del mismo ré­
sión precedente (y concederse un margen de tiempo para el dicta­ gimen, salvo en lo que concierne a la retransmisión, a través de la
men). Después de este giro copernicano, el eSA terminó tomando la
decisión, en asamblea plenaria, el 5 de septiembre (publicación el 45. Coincidiendo con la conclusión de la versión francesa de esta obra, una de
5 de octubre siguiente) de desglosar «aparte», en una nueva categoría, las candidatas a las elecciones presidenciales de 2007, Corinne Lepage, presidenta
el tiempo de palabra de los partidos representados en el Parlamento del partido ecologista Cap 21, acaba, por cierto, de presentar un recurso ante el Con­
pero que no se sitúan ni en la mayoría ni en la oposición (y darles un sejo de Estado contra las desfavorables consecuencias de la aplicación del «princi­
pio de equidad» para aquellos candidatos que no figuran entre los «favoritos» de los
sondeos y medios de comunicación; aunque el Consejo de Estado se ha negado a
43. También se decidió una mayor consideración «cualitativa,) en lo que se re­ darle la razón de inmediato, al rechazar, el 11 de enero, el procedimiento de urgen­
fiere al uso de la palabra; para más detalles véase. en el anexo 2, el texto de la deli­ cia, esto no prejuzga en absoluto su futura decisión (Le Monde, 14-15 de enero de
beración relativo al «principio de referencia». 2007).
44. Ante el recurso presentado entonces por Fran~ois Hollande, primer secreta­ 46. Esta prohibición ha de interpretarse de forma absoluta, toda vez que una
rio del Partido Socialista, el CSA adoptó una decisión el 12 de noviembre de 2003 sentencia de la Sala de lo Criminal del Tribunal Supremo (Cour de Cassation) fran­
(publicada el 27 del mismo mes) por la que se distribuía el tiempo de palabra de la cés, de 7 de junio de 1990. ha ratificado la condena de una radio local que había emi­
mujer del presidente entre la UMP (en lo relativo a los párrafos de sus declaraciones tido mensajes «de carácter publicitario» a favor de un candidato durante una cam­
considerados como «políticos) y la «presidencia de la República» (para los restantes paña, aun cuando no había quedado acreditado que la difusión hubiera sido objeto
párrafos. así «neutralizados», toda vez que este tiempo no se tiene en cuenta dentro de remuneración (en La Vie Judiciaire del 3 al 9 de diciembre de 1990). Véase en
del reparto mayoría/oposición). anexo el texto completo de la ley de 15 de enero de 1990.
134 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING pOLíTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 135

red, de programas de televisión, que están expresamente sometidos los medios «clásicos» constituidos por las reuniones y los míti­
a un régimen de control especial, supervisado de forma conjunta por nes). El Consejo Superior de lo Audiovisual está encargado del
el CSA y por la ARCEP (Autorité de Régulation des Communica­ conjunto de la organización de los tiempos de antena puestos a dis­
tions Électroniques et des Postes/Autoridad de Regulación de las posición de los candidatos en el sector audiovisual, lo que realiza
Comunicaciones Electrónicas y de Correos), al amparo de la ley de mediante la emisión, varios meses antes del comienzo de cada
9 de julio de 2004, «relativa a las comunicaciones electrónicas y a campaña nacional, de una «resolución» muy detallada. 49 La tarea
los servicios de comunicación audiovisual».47 se hace difícil debido a la diferente cobertura otorgada por los te­
lediarios en función de los índices de popularidad en los sondeos:
2. Las reglas aplicables durante las campañas electorales la «equidad» requerida por el CSA, en especial en época inmedia­
Desde que la elección del presidente de la República tiene lugar tamente preelectoral, es, con toda evidencia, difícilmente concilia­
por sufragio universal, Francia ha reglamentado con precisión la uti­ ble con los índices de audiencia perseguidos por las cadenas que
lización de los medios de propaganda electoral. El Decreto de 14 de no tienen el más mínimo deseo de transformar sus informativos en
marzo de 1964 establecía a este respecto, en su artículo lO, una es­ un fastidioso catálogo de las decenas de ¡candidatos declarados o
tricta igualdad en cuanto a las facilidades otorgadas por el Estado a «presuntos»!
los distintos candidatos. La duración de la campaña varía en función del tipo de elecciones:
El vigente Código electoral estipula que los candidatos pueden
disponer de algunos medios de comunicación de forma gratuita, pero • para las presidenciales, en las dos vueltas, la campaña oficial
dentro de ciertos límites, y sin que puedan superarlos, ni siquiera me­ se abre a partir de la publicación de la lista de candidatos en el Jour­
diante pago, contrariamente a la regla estadounidense, por ejemplo,48 nal Officiel (Boletín Oficial), quince días antes, como mínimo, del
Con el fin de que esta igualdad sea respetada, los candidatos pue­ escrutinio y hasta el viernes inmediatamente anterior a la votación (a
den, y esto de forma limitativa: medianoche, como para el conjunto de estos plazos);
• para las legislativas, está abierta desde el vigésimo día hasta el
• beneficiarse gratuitamente de tiempo de antena en ciertas ca­ ,jueves inmediatamente anterior al escrutinio (hasta el viernes en la
denas de radiodifusión controladas por el Estado; segunda vuelta);
• beneficiarse gratuitamente de tiempo 'de antena en ciertas ca­ • para las europeas, empieza el decimoquinto día que precede al
denas de televisión controladas por el Estado; escrutinio haSta la fecha de éste (a falta)de otra precisión);
• utilizar los paneles reservados para carteles delante de los lo­ • para las regionales, empieza el segundó lunes anterior y se
cales electorales; acaba el sábado que precede al escrutinio;
• enviar su papeleta y una «profesión de fe» a los electores cen­ • para las cantonales, dura «quince días hábiles» hasta el jueves
sados, por cuenta del Estado, por mediación de la comisión de pro­ que precede al escrutinio (el viernes para la segunda vuelta);
paganda electoral. • para las municipales,dura ~<al menos» quince días hasta el jue­
ves que precede al escrutinioSO (el viernes para la segunda vuelta),
El Código electoral pone a disposición los recursos arriba indi- '
cados durante un período oficial de «campaña electoral», en el Queda terminantemente prohibida, a partir de las leyes de 11 de
transcurso del cual está teóricamente prohibido que los candidatos marzo de 1988 y de 15 de enero de 1990, la utilización de cualquier
utilicen cualquier otro tipo de medios de comunicación (sin contar
49. Véase en el anexo 3 el texto de la decisión del CSA referida a la campaña
47. JO del 17 de julio de 2004. presidencial de 2007.
48. Véase Code électoral, Michel Vincent et Jean Yves Villiers (2007). 50. Con una pequeña variación según el tamaño de los municipios.
136 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO EL MARKETING POLÍTICO: UN PLANTEAMIENTO GLOBAL 137

soporte mediático comercial durante los tres meses que preceden a toral, de llevar a cabo acciones de comunicación a favor de los candi­
las consultas electorales, empezando por los paneles de cartelería datos el mismo día del escrutinio, al añadir una prohibición de difu­
comercial (aunque se cierran los ojos en el caso de los carteles pe­ sión, por todo medio de comunicación audiovisual, de cualesquiera
gados antes de la fecha de comienzo de la campaña... ). Asimismo, mensajes propagandísticos, desde la medianoche de la víspera.
durante este período está prohibido comprar espacios publicitarios Cabe señalar, de paso, que, aun cuando no están obligadas a ello,
en la prensa, instalar un servicio telemático o contratar operaciones las llamadas radios y televisiones «periféricas» que emiten en len­
de marketing telefónico, lo que, por otra parte, según opinión gene­ gua francesa han respetado tradicionalmente la prohibición impues­
ralizada, puede parecer excesivo.51 ta a sus colegas nacionales de aceptar las publicidades políticas de
El alcance de algunas de las disposiciones restrictivas dictadas en pago, tal y como lo acredita en concreto la negativa dispensada a
este sentido no deja de ser relativo: si bien los candidatos no están Valéry Giscard d'Estaing durante su campaña de 1974.
autorizados a comprar espacios publicitarios de pago en las ondas Hay que recordar, por último, que la ley de 15 de enero de 1990
hercianas durante las campañas, desde la decisión de la CNCL de 10 ha fijado un techo estricto para los gastos electorales, sometidos a la
de marzo de 1988, ya no les está vedado difundir anuncios «pu­ obligación de una contabilidad de campaña llevada por un mandata­
blicitarios» ... durante su tiempo de palabra «oficial», mientras que rio del candidato y depositada después de la elección ante la Com­
los medios que pueden utilizar se han liberalizado con el paso de los mission de Controle des Opérations Électorales/Comisión de Con­
años, hasta una cuasi completa libertad para las elecciones parla­ trol de las Operaciones Electorales. La superación de estos límites
mentarias europeas de 2004. Por otra parte, si bien los artículos puede traer consigo la invalidación de la elección.53
L. 51 Y 52 del Código electoral prohíben, pues, cualquier publicidad La regulación por el Estado de los flujos de la comunicación po­
de pago mediante prensa o cartelería comercial, la ley de 29 de oc­ lítica dista mucho, por tanto, de ser anodina, pues prohíbe a dicha
tubre de 1979 autoriza de forma expresa la conservación de los car­ comunicación el uso de muchos de sus instrumentos, precisamente
teles pegados en los paneles comerciales con anterioridad a la fecha en el momento en que más los necesita. También ha influido de for­
de inicio de la campaña. Asimismo, cabe preguntarse si se podría ma notable en la evolución del marketing político francés por la
sancionar al director de un periódico que decidiera consagrar gratui­ prohibición de los anuncios publicitarios de pago en televisión, lo
tamente y por iniciativa propia una o varias páginas de su soporte a que ha beneficiado considerablemente, por compensación; durante
una declaración de apoyo a un hombre político. 52 tres décadas, el mantenimiento de ese soporte clásico que es el car­
Por último, la ley de 13 de diciembre de 1985 ha reforzado la tra­ tel comercial, ahora también prohibido.
dicional prohibición, establecida en el artículo L. 49 del Código Elec­

Para concluir este capítulo, señalemos que hemos silenciado de


51. Una prohibición similar de comunicación, prescrita por la ley de 1990 a las manera voluntaria uno de los factores que intervienen en la elección
Colectividades Territoriales durante los seis meses que preceden a las consultas
de los medios y que a menudo resúlta ser el más importante: el del
electorales. con el fin de evitar cualquier «interferencia», también es muy criticada:
recientemente se ha podido comprobar que, por causa de esta prohibición, los entes coste de su utilización, que en la práctica ¡reduce con frecuencia las
territoriales no han podido «comunicar» normalmente más de seis de los doce me­ posibilidades de comunicación teóricamente planteadas! A veces, al
ses, durante cuatro o cinco años, a lo largo de buena parte de la última década del si­ contrario, el marketing político tiene muchas dificultades para fre­
glo xx, toda vez que hubo entonces en Francia una consulta electoral ¡casi todos los nar a los hombres políticos o a sus asesores inmediatos, que tienen
años!
52. Adviértase, no obstante, que la ley de 15 de enero de 1990 incluye, te6rica­
mente, en las cuentas oficiales de campaña los gastos realizados a favor del candi­ 53. En anexo se transcribe el artículo L. 52-11 del Código electoral, que recoge
dato, incluso si no los ha solicitado (se trata del nuevo artículo L. 52-12 del Código los distintos importes autorizados, de acuerdo con el texto actualizado por la ley de
electoral). 15 de enero de 1990.
138 LOS FUNDAMENTOS DEL MARKETING POLÍTICO MODERNO

la impresión de que la dotación financiera disponible para una cam­


paña se tiene que gastar en su totalidad. mientras que la sobreexpo­
sición resultante del político correría el riesgo de serie no ya inútil,
sino perjudicial.
En cualquier caso, la utilización de los medios por parte del mar­
keting político moderno pone de manifiesto que queda ya lejos la
simplicidad casi arcaica de la comunicación propia de los primeros
balbuceos de la comunicación política moderna: hoy se sabe que la
combinación de sucesivas comunicaciones a través de distintos me­
dios resulta todavía más eficaz que el uso prevalente de los princi­
pales medios audiovisuales masivos. El célebre «domine el medio
dominante» de uno de los primeros «grandes» asesores estadouni­
denses. loe Napolitano (de quien Michel Bongrand fue uno de los
émulos en Francia), ya no está precisamente de actualidad.
Los planteamientos que preceden también nos han enseñado 9lJe
el marKeting Pofi1ícÓ-illsfa'iñúcho'I~~cia'exaétade re­
stTIta:dos'pYéaeci61es''Y garanÚiados,";~~"(; o~urre:·dehe¿iio:'éoñ)a
corrfuniCadóri engerieral. Lás' campaftaSdecomüñiCac(3ii-'ioWca,
~~'aT{~~~~a(j:,~~'[B1í~1~: p(ji1~iü~~~~irii~'y~~as
def0ITrla relativamente empírica, e. intentar adapt¡l.l:s~ a la.90yuQtu­
ra:'Rayqüe~teneresie axi0TÍ1á enla'mente,desde'er;;;ó~;ñtó'i~'que
s~' emprehq:e"únaacéión de ccíiiiliriicád6n póIídcá:'''-''-'''' . ' " ..
Por últim~, esta complejidad y esta in~~rtid.úm:bre explican la do­
ble profesionalización de la comunicación política a la que hemos
asistido en los últimos años: por un lado, la utilización casi sístemá­
tica de consultores en comunicación altamente especializados; pero
también la profesionalización de los propios políticos, cada vez más
conscientes de que su oficio implica en lo sucesivo el dominio, por
'\1 su parte. de los instrumentos y de los procedimientos de la moderna
V comunicación política globa1.54

54. Idénticas profesionalizaci6n y búsqueda de control de los procesos de co­


municaci6n se ponen de manifiesto, cada vez más, entre aquellos que llegan al po­
der. Desde Lionel Jospin hasta Jacques Chirac, pasando por Tony Blair y otros mu­
chos, ningún acto de gobierno se decide ya sin tener previamente en cuenta su
«comunicabilidad», Tony Blair, a su llegada al poder, nombró «director de comuni­
caci6n y estrategia» a su antiguo director de campaña, Alastair Campbell.

You might also like