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Tearoom trade: impersonal sex in public places

El cruising es la actividad sexual en lugares públicos. Esta práctica por lo general suele
estar asociada a la comunidad homosexual o a gente con gustos sexuales poco
convencionales, sin embargo, por sorprendente que pueda parecer también es practicada
por hombres que se definen como heterosexuales. Tal como retrata Antonio Da Silva en su
película “Bankers” en donde banqueros de Londres tienen sexo en baños públicos durante
sus descansos para comer.
La primera pregunta a responder sería ¿qué lleva a que algunos hombres sientan
atracción a este tipo de encuentros? Podría ser la adrenalina del momento y el temor a ser
descubiertos o arrestados. O para otros la fascinación por ser observados por otras personas
que suelen acudir a este tipo de lugares. Sin embargo, como analiza Laud Humpreys la
cuestión es más compleja que esto.

El cruising se puede practicar en muchos lugares, de los cuales el autor se enfoca en los
tearooms, es decir baños públicos. Su atracción recae en que son accesibles, fáciles de
reconocer, lugares en los que se puede transitar rápido y que otorgan poca visibilidad
pública. Su principal ventaja es que son ambientes tanto públicos como privados. Estos
encuentros podrían resultar gratificantes por diversas razones como que: proporcionan un
encuentro fugaz sin compromiso o sin involucrarse emocionalmente; le ofrecen compañía a
las personas solitarias; no involucra gastar mucho tiempo o dinero, por ejemplo como lo
sería ir a un burdel; la interacción suele ser silenciosa; el acto es “anónimo” en el sentido de
que las personas no se conocen y para participar tampoco tienes que saber el nombre del
otro; ofrecen la posibilidad de muchos encuentros; y los hombres pueden encontrar alivio o
sentir que satisfacen sus necesidades sexuales.

Sobre el tipo de hombres que asisten a estos lugares el autor los divide en cuatro tipos. El
tipo I: trade. En esta categoría entran hombres que en cuanto a su físico y actitudes tienen
un aspecto masculino y se identifican como heterosexuales. Muchos de ellos aunque están
casados tienen una vida sexual poco activa con su pareja. Sin embargo deciden no tener una
aventura porque esto quita mucho tiempo y dinero, lo que podría poner en riesgo su
matrimonio y a sus hijos. Este podría ser un motivo por el cual se sienten atraídos a este
tipo de lugares. Estas personas suelen ser solitarias, aisladas, con pocos amigos y poco
éxito en su vida laboral o sexual. El tipo II: ambisexuales, tienen mayor conocimiento de
este tipo de lugares y se involucran más. Pueden cambiar de roles y buscan otras
experiencias sexuales más exóticas. Ellos sí reconocen una parte homosexual en sus
interacciones sexuales. Algunos están casados y con hijos y consideran que su matrimonio
es feliz. El tipo III: chicos gays, se identifican como homosexuales. Se sienten satisfechos
con su vida sexual y la definen como normal, incluso varios están en una relación formal.
Muestran poca preferencia en los roles sexuales. Lo que les gusta de este lugar es la
anonimidad. Finalmente el tipo IV: reinas de clóset, no suelen sentirse cómodos con su
sexualidad y su aislamiento social es más severo que el del primer grupo. Algunos están
casados y otros son solteros. Se caracterizan por tener pocos amigos, la mitad de ellos son
católico romanos, uno de cada seis es negro y muchos prefieren a los chicos adolescentes
para sus interacciones.
En México también se practica el cruising. Páginas como cruising.mx te ofrece mapas
de lugares para este tipo de encuentros y también la posibilidad de interactuar con otros
usuarios.

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