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RESUMEN DE RESULTADOS

 Perfiles de buen/a profesor/a construidos desde lo significados de los alumnos.


De las opiniones expresadas por los alumnos de cuarto básico se puede extraer
el perfil de un/a buen/a profesor/a que se encontraría acorde a la etapa del desarrollo
que viven estos niños. Lo más importante tiene que ver con las características que
favorecen la formación del vínculo profesor – alumno.
El/la profesor/a debería presentarse ante los alumnos con una metodología
lúdica, o sea incluir juegos tanto en la entrega de contenidos como en las
evaluaciones. Esto relaja el clima y permite una transición menos brusca entre el
ambiente familiar infantil, muy importante aún en esta etapa, y el colegio y sus
responsabilidades inherentes.
Relajar el ambiente y entregar conocimientos de esta manera, favorece la
simpatía hacia el profesor, el primer paso hacia la generación de un vínculo positivo.
Junto con utilizar una metodología lúdica, el/la profesor/a debe mostrar interés
en conocer las características personales, académicas y familiares de sus alumnos,
así podrá mostrar mayor sensibilidad en caso de situaciones difíciles y brindar al niño
sencillas palabras de apoyo que serán suficientes para dejar a este la sensación de
estar protegido.
Si bien es importante que el/la profesor/a conozca a sus alumnos, también es
necesario que aplique este conocimiento para flexibilizar, cuando la situación lo
amerite, las normas puestas por el colegio o por él mismo.
Si el alumno comete una falta, el/la docente debe brindarle la oportunidad de
explicar las razones de esta; el no hacerlo genera en el alumno sensación de ser
tratado con injusticia. Conocerlo le facilitará discernir la veracidad de la narración.
Aún cuando el/la profesor/a concluya que la razón no justifica la falta, lo más
apropiado sería considerar que en esta etapa, los niños temen a las consecuencias
negativas de sus actos por lo que tratan de evitarlas, así lo más probable es que el
alumno crea sinceramente que su explicación justifica el error, debido a que no existió
la intención de transgredir la norma, sino más bien satisfacer una necesidad que se
consideró como inmediata, a través de un canal que pareció ser el único en el
momento.
Es necesario además, que el/la profesor/a manifieste una actitud protectora y
preocupada hacia sus alumnos, mediando en los conflictos, interesándose cuando no
asisten a clases, no traen sus materiales o cuando tienen problemas académicos.
Además debe prepararlos para saber qué hacer en caso de emergencia, y cuando
sucede algo como, por ejemplo, un temblor, no subestimarlos simulando que nada
sucede sino contenerlos con el grado de preocupación que corresponda.
Al momento de evaluar, el vínculo se favorece si el/la profesor/a aplica una
escala de notas que sea comprensible para sus alumnos. Así, estos tendrán la
posibilidad de adelantar con cierto grado de exactitud su calificación según las
repuestas faltantes y no tendrán la sensación de que su nota es injusta porque se
utilizó una escala que, debido a su etapa del desarrollo no son capaces de abstraer.
Existen pequeños gestos que favorecen la creación y el mantenimiento del
vínculo positivo, además de contribuir a una percepción positiva del ambiente en la
clase, por ejemplo, que el/la profesor/a se dirija a los alumnos con palabras cariñosas,
que los salude y se despida amablemente, que tenga algún detalle en fechas
especiales y que los felicite por sus logros.

Figura 1.
Modelo Explicativo: Configuración del Perfil de un/a Buen/a Profesor/a
para Primer Ciclo.

Los alumnos de Octavo Básico esbozan el perfil de un/a buen/a profesor/a,


dándole importancia a la autoridad con la que el/la docente se presenta en la sala y
logra silencio que consideran necesario y análogo al orden, para poder comenzar la
clase. Esta autoridad debe ser una combinación de simpatía y firmeza.
El/la profesor/a debe mantener una actitud consecuente dentro y fuera de la
clase. Se espera que sea amistoso y los salude aún en contextos extraescolares, lo
que favorecería la formación y eventual mantención del vínculo, además de ayudar a
la creación de un autoconcepto positivo al sentirse valorados y considerados por el/la
docente.
El conocer individualmente al alumno, al igual que la idea anterior, le permite a
este sentirse valorado. El identificar las virtudes, defectos, habilidades y dificultades
del joven le permite al/la docente reconocer cuando este pasa por momentos difíciles,
cuando algo le cuesta o le avergüenza, además de ser criterioso al momento de
aplicar sanciones o escuchar razones a posibles faltas. Además, le facilita apoyar a
los jóvenes potenciando sus capacidades. También es importante que los identifique
como curso, que conozca los procesos grupales que viven y la carga académica que
tienen, para no sobrecargar su asignatura.
Es necesario que utilice distintas metodologías para hacer clases dinámicas
incluyendo la interacción con los alumnos y considerando la posibilidad de darles a
elegir entre varias propuestas, la actividad que desean realizar. Esto demanda mayor
preparación de parte del profesor, pero a cambio genera interés en la clase y favorece
la participación y el aprendizaje.
Es importante que el/la profesor/a tenga paciencia y se haga el tiempo para
responder todas las dudas, las veces que sea necesario hasta que todos los alumnos
tengan clara la información. Debe mostrar buena disposición para favorecer las
consultas en clase y sacar provecho de las explicaciones grupales, de lo contrario los
alumnos temerán a preguntar y el proceso de aprendizaje se verá interferido tanto en
velocidad como en calidad. Si escribe o resuelve ejercicios en la pizarra, es necesario
que explique paso a paso lo que está haciendo sin asumir la existencia de obviedades.
Resulta enriquecedor que el/la profesor/a haga repaso de los contenidos vistos
la clase anterior y que además sesión a sesión, recuerde los elementos
indispensables para continuar aprehendiendo los nuevos conocimientos, por ejemplo,
en el caso de matemáticas sería repasar las tablas clase a clase.
El/la profesor/a no debe aplicar sanciones que impliquen humillaciones, burlas
insultos, ironías o golpes. Así, no sólo se protege la integridad física y psíquica del
alumno, sino que además es más fácil para el/la profesor/a reconocer cuando se ha
equivocado en la aplicación de un correctivo, ya que, de lo contrario la sensación que
queda en los jóvenes es la de ser tratados injustamente; así este paso facilita el olvido
del error y la mantención de un buen vínculo.
Las pruebas deben avisarse con dos semanas de anticipación como mínimo y su
fecha debe ser idealmente acordada con los alumnos en relación a los otros ramos.
Es importante que el/la profesor/a muestre motivación y agrado por su asignatura,
pero también es necesario que respete todas las disciplinas ayudándole a los alumnos
a valorarlas en su función.

Figura 2.
Modelo Explicativo: Configuración del Perfil de un/a Buen/a Profesor/a
para Segundo Ciclo.

Las principales características de un/a buen/a profesor/a para los alumnos de


3ro. Medio, tienen relación con que el/la docente sienta gusto por su labor, o sea, que
haga la clase con agrado y sentido del humor. Que muestre amplio dominio de su
materia así como capacidad para enseñarla. Con esto se ganará la admiración de sus
alumnos.
Con una actitud atenta al ánimo grupal y la suficiente creatividad para motivar a
aquellos que no entienden o no se interesan, mejora la relación con sus alumnos.
Inducir a los jóvenes en la utilidad y necesidad de aprender tal materia, así como
ser sincero con respecto a la utilidad real de la información entregada, facilita que el
alumno se sienta considerado y valorado como una persona madura y crítica, lo que a
su vez contribuye a la construcción de un autoconcepto positivo en el joven.
Luego, es necesario que el/la profesor/a crea en la capacidad de sus alumnos y
logre trasmitirles esta confianza, que los aliente a ser mejores. Para esto el docente
debe tener confianza en sí mismo y en sus habilidades para enseñar. Configurando
esto, otro motivo de admiración de parte del alumno.
Es relevante que el/la profesor/a ajuste la metodología a las características del
grupo curso, detectando las bajas de ánimo, las mayores dificultades tanto en la
asignatura como en la adquisición del aprendizaje y, con sentido del humor y buen
manejo del tiempo, sepa superarlas.
Al discutir con un alumno, por una falta, se espera que el/la profesor/a emita
argumentos sólidos, siempre manteniendo su profesionalismo y mostrando madurez y
autocontrol. Esto mantiene, eventualmente, la admiración del alumno hacia el docente.
También contribuye a este fin, que el/la profesor/a sepa distanciar sus problemas
personales o sentimiento de favoritismo o rechazo hacia algún alumno, de su ejercicio
profesional. Los jóvenes no deberían notar grandes diferencias en el trato hacia ellos.
Son buenas estrategias el generar debate, con un ambiente relajado y una
actitud más horizontal y sacar al alumno a la pizarra y enseñarle hasta que aprenda,
asegurándose de que esto sea así; siempre con una actitud acogedora y paciente,
que inspire a los compañeros respeto por la situación. También es bien recibido por
esta etapa, que el/la profesor/a comparta experiencias de su vida con los jóvenes, lo
que contribuye a la cercanía entre ellos; además , que motive a los alumnos que más
saben, a ejercer tutorías para aquellos que les cuesta más, así los jóvenes practican
conductas solidarias y empáticas contribuyendo al buen clima del aula.
Figura 3.
Modelo Explicativo: Configuración del Perfil de un/a Buen/a Profesor/a
para Enseñanza Media.

Si se consideran los significados que los alumnos tienen de un/a buen/a


profesor/a y las diferencias que existen de acuerdo al nivel de desarrollo, se configura
un perfil transversal de buen/a profesor/a, con dos componentes centrales: la
Instrucción de Calidad y el establecimiento de un Vínculo Positivo.
Es posible distinguir la Instrucción de Calidad como una pieza clave en esta
configuración, al comprender que la percepción que se tiene del/la profesor/a implica
la entrega, al alumno, de un contenido de calidad, mediante una explicación clara y
acabada, asegurando el aprendizaje de sus alumnos a través de recursos
metodológicos adecuados a la etapa del desarrollo, y evaluando de acuerdo a los
parámetros de justicia y equidad que se esperan. Es destacable, además, la
capacidad que debe tener un/a profesor/a para lograr un buen desarrollo de la clase,
con un adecuado manejo del curso y de las distintas situaciones que se susciten. Es
decir, en la medida que el alumno sienta que la instrucción está acorde con sus
necesidades e intereses, se mejora la percepción que tenga del/la docente: el/la
profesor/a es un buen/a instructor/a.
El otro componente importante alude al Vínculo Positivo que el/la profesor/a
genera con el alumno, el cual está mediado por un estilo interpersonal fundado en la
paciencia, la atención, el hacerse respetar, y por conductas como saludarlos,
validarlos, no insultarlos ni maltratarlos. Estos aspectos convergen en una relación
de cercanía, confianza y respeto que configura y mantiene el vínculo positivo, cuyo
fin último sería el bienestar del alumno. Ayudaría en esta tarea que el/la profesor/a
tuviera una disposición genuina para conocerlos individualmente y preocuparse
por ellos. Es en este contexto donde el/la profesor/a debería ser capaz de flexibilizar
o explicar normas y límites de acuerdo a las necesidades de sus alumnos, y
resolver adecuadamente los conflictos con o entre ellos. Con todas estas piezas
configurándose en torno al vínculo positivo, se mejora la percepción que el alumno
tenga del/la docente: el/la profesor/a es una buena persona.
Mientras el/la profesor/a instruye a los alumnos cumpliendo con las
características antes mencionadas, se va agenerando el vínculo positivo entre
ambos actores, así, los alumnos refuerzan las conductas del/la profesor/a a través
de prestar atención a su clase, mejorar el comportamiento, y aumentar, en lo posible,
el rendimiento académico; lo que finalmente motiva al/la profesor/a a mantener su
estilo.
Ahora bien, ni la Instrucción de Calidad ni el Vínculo Positivo son, por sí solos,
condiciones suficientes en la configuración de lo que es un/a buen/a profesor/a. Sólo
la presencia de ambos componentes articulados conforma el constructo un/a buen/a
profesor/a. En esta articulación no hay un componente causal del otro, sin embargo,
si ambos están presentes, se potencian para formular el perfil básico de un buen
profesor, transversal a todos los cursos investigados. De esta forma, si el/la docente
se perfila como un/a buen/a instructor/a y, a la vez, una buena persona, es posible
catalogarlo/a como un/a buen/a profesor/a.
Figura 4.
Modelo Explicativo: Configuración del Perfil Básico de un/a Buen/a Profesor/a.

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