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Universidad Politécnica
Salesiana

“LA VIRGINIDAD”
“ÉTICA Y SEXUALIDAD ¿SE PUEDEN COMPAGINAR?”

ENSAYO
Por

JONATHAN JOLAO ALMEIDA SOLIS

ÉTICA - 5460
Martha Gisella Rodríguez Farías
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INTRODUCCIÓN

El siguiente contenido tratará sobre la condición de la virginidad, además de la

relación existente entre la ética y sexualidad. Como contenido general estará presente la

sexualidad. Planteamos como primer punto, condiciones de una persona virgen y factores que

contribuyen a su conservación, basado en la vida del cristiano, entre otros aspectos. Como segundo

tópico, la compaginación entre la ética y la sexualidad existente hoy en día como un hecho real.

Para comenzar hay que tener en mente que la virginidad es aquella condición de quien no ha tenido

relaciones sexuales, en el caso de la mujer, es aquella que mantiene el himen intacto hasta el

matrimonio. Muchos jóvenes y adolescentes, actualmente confunden la virginidad con el hecho de

no romper el himen, o si es mantener tu dignidad, tu pureza hasta el matrimonio. Así un tema

común en ellos es que quieren saber cuánto esperar, para tener por primera vez, relaciones

sexuales. Y es que el tema de la sexualidad ha pasado por muchos cambios. De la conservación

estricta de hace años se ha transformado en una permisividad casi total. En realidad es el mismo

problema que ha vivido la Ética, que ha pasado del paternalismo a la crisis. En otras épocas se

aceptaban las normas morales, aunque a veces no se obedecieran. Hoy se ponen en duda o

simplemente se niegan esas normas.

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DESARROLLO

La virginidad; este evento en la vida de una persona, está en medio de valores

familiares, religiosos, sociales, etc. La cual funciona como un freno que no da lugar al libre

ejercicio del placer. Hoy en día siguen existiendo las doctrinas religiosas estrictas y las familias

seguidoras de estos principios, que quieren que los o las vírgenes se abstengan no solamente del

sexo físico, sino también de los pensamientos sexuales. Ciertamente la virginidad es como un

símbolo que hace referencia a la integridad corporal, hay dos elementos como tal: el elemento

material, el cual implica, la ausencia, en el pasado y el presente, total y voluntariamente de

delectación, ya sea por lujuria o por el legítimo uso del matrimonio; y el elemento formal, que es

la firme resolución de abstenerse para siempre de placer sexual, y va más allá de la integridad

corporal puesto a que es un acto voluntad propia.

Desde el punto de vista religioso, la virginidad se refiere a la inocencia original que se manifiesta

como un amor exclusivo a Cristo. La representación más precisa del amor exclusivo de la

virginidad hacia Jesucristo, es el amor privativo de los esposos, un amor íntimo y fuerte, virginal

e indivisible. Una parte de esta virginidad conyugal consiste en el hecho de haberse guardado en

el pasado la integridad corporal

Esta perfecta integridad del cuerpo, sublimada por un propósito de castidad perpetua, produce un

parecido especial a Cristo, aquel estado de virginidad significa una victoria señalada sobre los

apetitos bajos y una emancipación de los problemas terrenales, lo cual deja al hombre en libertad

de dedicarse al servicio de Dios. La virginidad es un estado natural. Se nace virgen, se debe crecer

virgen y se puede vivir virgen toda la vida. ¿Se puede ser siempre virgen y feliz? Absolutamente.

Guato, G. (2013). Ética de la persona. (Modulo 3), Nos menciona un término en peculiar; el

celibato, el cual se refiere al estado de aquellos que no se casan o que no tienen una pareja sexual,
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pero por celibato cristiano se entiende no el mero hecho de la soltería, con o sin intención de

casarse más tarde, sino la elección por motivos religiosos de ese estado, en combinación con la

castidad, como manera permanente de vida. El “celibato por el Reino” es un carisma, un don de

Dios, y sólo puede vivirse en un clima de fe y como un signo de que los cristianos estamos

esperando “la venida del señor”. El matrimonio es una situación provisoria, propia de un mundo

que está pasando. (Guato, 2013). Lo fundamental, en la vida sexual humana, no es el ejercicio de

la sexualidad genital, sino la realización de sí mismo en el encuentro con el otro. El que renuncia

al sexo como expresión de amor no lo hace por miedo, por desprecio, represión, por hacer méritos,

por ganar el cielo, sino como consecuencia de un amor que no quiere circunscribirse a los estrechos

límites de una persona. En fin, el cristianismo puede vivir una vida sexual plenamente humana y

gozosa: “el genuino mensaje cristiano tiene potencialidades suficientes para integrar las nuevas

orientaciones de la antropología sexual”. (Guato, 2013).

La sexualidad es parte integrante del ser humano, está inmersa dentro del mismo ser y por

consiguiente debe ser respetada, valorada y cada uno de nosotros debería considerarla como algo

sagrado. Dentro de este enfoque, estaría de alguna forma tener claro que no se puede manifestar

de manera arbitraria esa sexualidad, debería tener ciertos controles. Si bien es cierto la sexualidad

por un lado, la visualizamos mayormente dentro del aspecto de relaciones entre un hombre y una

mujer, no solamente en el campo sexual sino en una dimensión mucho mayor, partiendo de aquello

que vendría hacer la razón de ser de la sexualidad, esta debería ser una meta a consagrar; hace falta

cultura en la mayoría de seres humanos, los cuales no saben valorar o asimilar la dimensión de la

sexualidad. Actualmente se presentan casos de femicidios, identidad de género; una sociedad que

no tiene claro los valores, gente que no tiene un respeto hacia su persona, que no considera al ser

humano, y es que se dice que el hombre es el mismo enemigo, no es la tecnología, sino el mismo
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hombre busca hacer daño hacia el otro, y presenciamos las consecuencias día a día. ‘La sexualidad

es una cosa buena, pero el hombre puede a usar mal las cosas buenas. (Guato, 2013). En el mundo

podríamos decir que las diferentes creencias, temas culturales, debe cambiar, el tema de la equidad

de género debe ser respetado y para ello se necesita que la sociedad de propuestas para poder

orientar mejor las normas de conducta, y allí aparecen aspectos éticos. Haciendo una comparación,

en universidades, escuelas y colegios de generaciones pasadas se daban ciertas asignaturas las

cuales hoy en día no se dan, aquellas que son netamente necesarias para la correcta orientación de

las futuras generaciones, y como resultado de eso las sociedades de hoy en día carecen de cultura

en materia sexual.

CONCLUSIÓN

Desde mi punto de vista personal, primero identificar la sexualidad, en efecto, la

sexualidad no está relacionada directamente con el sexo, sino que es la forma de interpretación en

forma individual de lo que caracteriza cada persona en su género, sea masculino o femenino y eso

abarca e incluye la parte intima conocida como sexual, todo lo que representa un hombre vs una

mujer. Los caracteres cualidades, es la persona íntegra con toda su representación, es como se

presenta, como se viste, como interactúa, como socializa, como se identifica, etc. Pero de una

forma equilibrada y coordinada.

Si los humanos somos seres racionales sería ilógico pensar que debamos tener una conducta irracional

en materia sexual, y allí se encuentra la relación de ética-sexual; el comportamiento racional consiste

en actuar de acuerdo con principios y valores. Debemos tratar al individuo del sexo opuesto como

persona, sin convertirlo en un objeto para provecho. Si se acepta esta norma, hay comportamientos

sexuales que deben ser considerados inmorales.

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Bibliografía
Ética, S. y. (2010). Enciclopediatareas. Obtenido de
http://www.enciclopediadetareas.net/2010/07/sexualidad-y-etica.html
Guato, G. (2013). Ética de la persona. (Modulo 3)
Díaz-Guerrero, R. (2000). La evolución del precepto de la virginidad.

“Normas APA 6ta Ed.”