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1 Tim 6:1

I. Todos los que están bajo el yugo de esclavitud.

A. Había unos sesenta millones de esclavos en el imperio romano durante el primer siglo. “Habían
llegado a ser esclavos: (a) como prisioneros de guerra, o (b) como convictos, o (c) a causa de
alguna deuda, o (d) por rapto (mal que todavía se practica en algunas partes del mundo), o (e) por
haber sido vendidos para esclavos por sus padres. Además, muchos nacían esclavos. Con
frecuencia los esclavos tenían sus propios esclavos” (GH).

B. Es obvio por las instrucciones de Pablo y Pedro a los esclavos y amos que muchos de los
miembros de la iglesia del primer siglo eran esclavos (1 Cor. 7:21-24; 12:13; Efes. 6:5-8; Col. 3:11,
22; 1 Ped. 2:18-25). Es probable que Pablo los tuvo en mente cuando escribió 1 Cor. 1:26, “Pues
mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos
poderosos, ni muchos nobles”.

C. Para ellos el evangelio verdaderamente significó “buenas nuevas”. ¡Imagínese el consuelo que
el evangelio les ofreció! Aunque política y socialmente ocupaban el puesto más bajo, en Cristo “no
hay esclavo ni libre” (Gál. 3:28). 1 Cor. 7:20, “Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se
quede. 21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte
libre, procúralo más. 22 Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor;
asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo”.

D. ¿Significa esto que Dios aceptó la esclavitud? La aceptó en el sentido de no prohibirla, pero al
mismo tiempo, la enseñanza divina había de acabar con la esclavitud. Tarde o temprano la
obediencia de los esclavos y amos cristianos a estas enseñanzas de Cristo pone fin a la esclavitud.

II. Instrucciones generales para cristianos esclavos y amos.

A. Col. 3:22-25, “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales”. Esta enseñanza para los
siervos es enseñanza para todos los obreros. Como Pablo nos revela las reglas divinas para la
familia, también las revela para los obreros y patrones o mayordomos; es decir, el cristiano no se
fijará sólo en los reglamentos de la empresa, sino en las de Dios, el Verdadero Patrón.
B. Efes. 6:5-9, "Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor".

1. "Muchos modernos hubieran aconsejado a los esclavos a que salieran en huelga contra sus
amos, a rebelarse y a tener manifestaciones de protesta" (WF), pero Cristo no atacó la esclavitud
misma ("lo que involucraría una acción política", DG) pero por medio de su enseñanza acabaría
con ella, obrando como la luz que ilumina las mentes de los hombres.

2. "La religión de Cristo no obra como dinamita sino como levadura", (JBC). Compárese Mat. 13:33.
En la iglesia del primer siglo había amos y esclavos y, por eso, Pablo escribió estas enseñanzas para
ambos, pero al recibir los amos a los esclavos como hermanos amados (Filemón 16), ¿por cuánto
tiempo podrían ser sus amos (dueños)?

C. El amo cristiano había de ser el mejor de todos los amos, pensando en el valor del esclavo ante
los ojos de Dios (3:11; Gál. 3:28) y recordando que con Dios no hay acepción de personas (Rom.
2:11), pero también el esclavo cristiano había de ser el mejor esclavo; es decir, al convertirse en
cristiano, estaba obligado a ser cumplido en su servicio. "El cristianismo de un esclavo debe hacer
de él un esclavo mejor y más eficiente. Nunca el cristianismo ofreció una escapatoria del trabajo
duro; más bien hace que el hombre sea capaz de trabajar duramente. Tampoco ofrece al hombre
escapatoria de una situación difícil ; lo capacita para enfrentar esta situación como un hombre
mejor" (WB).

D. “No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres”; es decir, no servir
solamente cuando el amo o Patrón le estén vigilando, sólo queriendo agradar al hombre. El
cristiano no tiene que ser vigilado para que haga su trabajo. El cristiano no sólo parece ser
cumplido en su empleo, sino que en realidad es cumplido. Si el cristiano acepta un empleo que
requiere cuarenta o cincuenta horas de trabajo cada semana, entonces debe estar bien seguro
que trabaja ese número de horas, porque de otro modo es culpable del robo. Más bien, en cuanto
a sinceridad y diligencia, el cristiano debe ser el mejor de los obreros.

E. Tampoco agradar en toda ocasión a los colaboradores. No sólo los patrones o mayordomos
ejercen presión sobre los obreros cristianos, sino también sus colaboradores, mayormente el
sindicato. El cristiano está obligado a su Patrón terrenal y a su Patrón celestial, y debe estar
resuelto a ser cumplido en su trabajo, pero el sindicato no est siempre de acuerdo con esto, sino
que presiona a los obreros a conformarse a las reglas y demandas del sindicato, aun persiguiendo
a los obreros que no se conforman, mayormente cuando salen en huelga. La huelga es una forma
de protesta y de revolución contra la empresa en la cual el obrero cristiano no debe participar. 1
Ped. 2:18-23 se dirige a los criados y habla de las injusticias que éstos deben soportar sin tratar de
"arreglar cuentas" con sus amos "difíciles de soportar". Deben seguir las pisadas de Cristo (v. 20) y
en lugar de maldecir, amenazar y volver mal por mal, deben sufrir y encomendar su causa al que
juzga justamente. Los "cristianos" que participan en huelgas y protestas y ejercen represalias
deben volver a leer este texto que fue escrito a los criados y, por eso, se dirige a todos los obreros.

F. Es cierto que hay patrones y mayordomos injustos, pero Pedro enseña que el cristiano no debe
vengarse. Si el trabajo en alguna empresa es insoportable, el remedio bíblico no es la huelga, sino
el cambio de empleo.

G. Lo que el Espíritu Santo enseña en Efes. 6:5-8; Col. 3:22-25 y 1 Ped. 2:18-23 requiere que los
cristianos tengan una actitud respetuosa hacia los amos o empresarios.

1. El empleo es el medio provisto por Dios para que el cristiano deje de robar y que "trabaje,
haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece
necesidad" (Efes. 4:28; véanse también 1 Tes. 4:11, 12 y 2 Tes. 3:10-12).

2. No sólo debe trabajar cumplidamente, sino que también debe hacerlo con gozo y gratitud en su
corazón, como al Señor. Al cantar "Quiero trabajar por el Señor", debe estar pensando no sólo en
hacer "obra personal", sino también en ofrecer a Dios cada día las ocho o diez horas de trabajo
bien hecho.

3. Efes. 6:5, "con sencillez de vuestro corazón", con corazón singular, con "sincera fidelidad" (2
Cor. 11:3). El cristiano debe hacer lo que es correcto, simplemente porque es correcto. Agradece a
Dios por su empleo, y fielmente cumple sus obligaciones.

4. “Temiendo a Dios”; con profundo respeto por la autoridad que nos hace obedecer y sujetarnos
a su voluntad, para ser aceptados por El y para no ser castigados. El obrero cristiano que est
desobligado y no cumple con su obligación a la empresa simplemente no teme a Dios, el
Verdadero Patrón. El trabajo que el obrero cristiano hace no es simplemente su compromiso con
el patrón, sino también es su servicio para Dios. El dice, "Señor, aquí está el servicio que te ofrezco
este día. Gracias por el empleo que me has dado. Yo he tratado de ser cumplido en todo". Véase
Fil. 2:12 "con temor y temblor". El siervo debe dar servicio al amo, pues, como si lo diera a Cristo.
Toda carga es menos pesada si se re-cuerda que el Amo verdadero no es algún hombre, sino
Cristo.

5. Col. 3:23, “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón”. "Desde dentro del alma, y no meramente
para guardar las apariencias" (ATR). Al igual que el esclavo cristiano también el trabajador cristiano
debe siempre tener presente que Cristo es su verdadero Patrón o mayordomo.

H. Tito 2:9, 10, "Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no
sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la
doctrina de nuestro Salvador".

1. “como para el Señor y no para los hombres”. "Porque el que en el Señor fue llamado siendo
esclavo, liberto es del Señor" (1 Cor. 7:22). "Sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los
hombres" (Efes. 6:7). Todo trabajo se hace más fácil si trabajamos "de buena voluntad, como al
Señor".

2. El cristiano debe reconocer que su empleo es un don de Dios, que por este medio Dios contesta
su oración, "El pan nuestro de cada día, d noslo hoy". Por esta razón el cristiano debe dar muchas
gracias por su empleo, y en lugar de quejarse de injusticias y buscar maneras de vengarse o de
defraudar al patrón, debe ser muy cumplido en su trabajo. El trabajo se hace m s pesado para los
que trabajan de mala gana, con resentimiento y amargura. Esto no quiere decir que el trabajador
cristiano no puede tratar de mejorar la situación de su empleo, pero la mala voluntad, los enojos y
disgustos, y las reac-ciones carnales no ayudan a mejorar la situación, sino que hacen m s duro y m
s insoportable el trabajo. Jesús dice, "a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve
con él dos" (Mat. 5:41).

3. Por lo tanto, al terminar el trabajo de cada día el esclavo cristiano debería pensar "yo ofrezco el
trabajo de este día a mi Señor". El obrero cristiano debe hacer la misma cosa. Ser una ofrenda
digna para el Señor el trabajo que hacemos cada día?

4. Los esclavos cristianos de los primeros siglos tenían una oportunidad excelente para exhibir las
virtudes del evangelio. "No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo
adornen la doctrina de nuestro Salvador" (Tito 2:10). Comúnmente el esclavo era de mala
voluntad; era rebelde, perezoso y respondón, pero al convertirse a Cristo era de buena voluntad,
obediente, dedicado y sumiso. El cambio habría sido como una luz prendida en medio de las
tinieblas. Sin duda en muchas ocasiones los inconversos les habrán preguntado acerca de su
esperanza (1 Ped. 3:15) para saber del poder del evangelio que hace posible tal transformación.

5. Este pensamiento es muy importante pues el obrero cristiano siempre sirve a Dios. Dios le da
empleo, y es importante que el cristiano recuerde esto. Hay patrones y mayordomos duros,
desconsiderados y déspotas, pero sería más fácil tolerarlos si se recuerda que el verdadero Patrón
es Dios quien, con este empleo que da al cristiano, pone pan sobre la mesa. Por lo tanto, es
necesario estar agradecido siempre y evitar el murmurar. Si es posible conseguir otro empleo
mejor, bien; pero, siempre conviene la paciencia y tolerancia, y sobre todo el agradecimiento.
Tengamos cuidado de no murmurar contra Dios (no vayamos a morder la mano que nos da el
pan).

I. Col. 3:24, “sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia”. Los siervos eran
propiedad de sus amos y normalmente el único "sueldo" que recibían era el sostenimiento más
básico. No tenían esperanza alguna de recibir alguna herencia terrenal, pero los siervos cristianos
entendían que ellos sí tenían una herencia, que su verdadero sueldo o recompensa les esperaba.
"Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra" (Heb. 6:10). Los patrones o mayordomos no
necesariamente recompensarán a los obreros cristianos que trabajan "de corazón", pero "del
Señor recibiréis la recompensa".

1. No sólo los siervos sino todos nosotros debemos buscar la herencia celestial (Rom. 8:18; 1 Ped.
1;4, 13). Este pensamiento debe estabilizar el corazón del obrero que sufre injusticias en el
trabajo. No debe preocuparse demasiado por causa de las injusticias de la vida, porque el Patrón
Verdadero todo lo ve y recuerda y en el Día Final "les hará justicia" (Luc. 18:8).

2. “porque a Cristo el Señor servís”. "Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del
Señor, sea siervo o sea libre" (Efes. 6:8). Tanto los siervos como los libres deben hacer bien, y
mostrar en su conducta las enseñanza s de Cristo, con la plena esperanza de la recompensa
eterna.

III. Tengan a sus amos por dignos de todo honor.


A. Otra vez encontramos la palabra “honor” (5:3, 17). Los cristianos esclavos habían de respetar a
sus amos.

B. 1 Ped. 2:18, “Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los
buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar”. Algunos de los “difíciles de soportar”
maltrataban a sus esclavos y el gobierno no lo evitaba. Podían encadenarlos, azotarlos, poner una
marca en su frente y aun crucificarlos.

C. Dios quería que los cristianos esclavos tuvieran mucha influencia positiva con sus amos para
poder convertirles; es decir, quería que los amos vieran a Cristo en sus esclavos. De esta manera
había esperanza de convertirles. En muchos casos sin duda el único contacto que los amos tenían
con Cristo era a través de sus esclavos; si éstos fallaron en representar a Cristo correctamente, no
habría esperanza para los amos. ¡La salvación de los amos dependería, pues, de la conducta de los
esclavos!

D. Algunos amos, sin embargo, eran buenos; por ejemplo, el centurión de Luc. 7:1-10. Algunos
eran cristianos: 6:2; Filemón 10, 16. El esclavo cristiano debería tener el deseo sincero de agradar
a su amo cristiano todo el tiempo, porque esto era agradable ante los ojos de Dios. El cristiano
esclavo no había de buscar, pues, lo que le agradara a sí mismo, sino lo que agradara al maestro, y
esto en turno agradaría a Dios.

IV. Para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina.

A. Tito 2:9, “Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean
respondones; 10 no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la
doctrina de Dios nuestro Salvador”.

B. Compárese Tito 2:3, “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no
esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a
sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que
la palabra de Dios no sea blasfemada”. ¿Queremos que la palabra de Dios sea blasfemada o que
sea adornada? Esto depende de nosotros y de nuestra obediencia a la palabra.
C. 2 Sam. 12:14, el profeta Natán dijo a David, “con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos
de Jehová”

D. Rom. 2:24, Pablo dice a los judíos rebeldes, “el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles
por causa de vosotros”.

V. Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos

A. Los hermanos que eran esclavos habían aprendido que “Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gál. 3:28).
Filemón había de recibir a su esclavo Onésimo como hermano en Cristo; léase Filemón 10-20.

B. Los esclavos cristianos podrían tener pensamientos tales como, “¿Puede un cristiano ser la
propiedad de su hermano en Cristo?” Era necesario, pues, que recordaran que delante de Dios
todos eran iguales, pero que delante de los hombres ocupaban un puesto inferior.

C. Deberían entender, pues, que el evangelio no presentó ningún plan de revolución contra el
sistema político, que incluía la práctica de la esclavitud; por eso, los esclavos deberían someterse a
sus amos, y si éstos eran cristianos servirles aun mejor. Es muy posible que en algunos casos los
amos hubieran sido convertidos por sus esclavos, tanto por su conducta fiel como por la
enseñanza. Además, los esclavos podían ser ancianos y diáconos; por eso, es posible que en
algunas iglesias, los amos estuvieran sumisos a los esclavos. Pablo dijo que los amos deberían
tratar a sus esclavos justamente, como el Amo Celestial los trataba a ellos. Col. 4:1, “Amos, haced
lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los
cielos”. Efes. 6:9, “Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo
que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas”.

D. sino sírvanles mejor. Todo cristiano debe servir lo mejor que pueda. Col. 3:23, “Y todo lo que
hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor
recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”. Rom. 12:11, “En lo que
requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”.
E. por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. El amo recibe
mucho beneficio del buen trabajo del esclavo, pero al ayudar al amo para que prospere, el esclavo
también será bendecido. Es cierto que el dueño del negocio recibe beneficio de los trabajadores,
pero también los trabajadores reciben beneficio del negocio. 1 Cor. 16:2, “Cada primer día de la
semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado”. ¿Cómo es que cada
hermano prospera cada semana? ¿De dónde viene su “prosperidad”? El obrero cristiano debe
apreciar su empleo y debe recordar que es una bendición de Dios. Pedimos el pan de cada día y
¿cómo contesta Dios nuestra petición si no es por medio del empleo?

Conclusión.

A. Esto enseña y exhorta. ¿Enseñamos estos textos fielmente? ¿Exhortamos a los hermanos con
respecto a sus deberes diarios en el empleo?

B. 6:3 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor
Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad. Las sanas palabras de Cristo incluirían Mat.
5:1-12, 44-48; 16:24; 22:21, “Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”, etc.
Era necesario que los esclavos aprendieran y aceptaran tales enseñanzas, y hoy en día es necesario
que los obreros las aprendan.

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