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Monografía

Curso de Capacitación Docente


en Neurociencias
Alumna: Carlos Daniel Giacomuzzi Ortiz

www.asociacioneducar.com

Mail: informacion@asociacioneducar.com

MSN: asociacioneducar@hotmail.com

“Homo sapiens, sapiens?”


I - Introducción.

A través de la historia, el hombre, como especie, ha intentado entender


sus circunstancias, tanto externas (al principio), y más tarde, aunque
paradójicamente más cercanas físicamente, su mundo interior.

La lucha por su supervivencia, ha supuesto preocuparse por un medio


ambiente hostil, luchar con otras especies de seres vivos por prevalecer y una
vez logrado su propósito, preocuparse por sí mismo, en cortos lapsos de
tiempo, hasta que surja una nueva necesidad perentoria y urgente.

El instinto gregario, supuso la posibilidad de cooperación para tal


propósito, en forma tan determinante, que aún hoy, es parte decisiva en la
“supervivencia”, que no necesariamente tiene que ver sólo, con el peligro de la
pérdida de la vida.

Hoy la supervivencia es mucho más compleja, sistémica, multifuncional


que el simple hecho de seguir vivos. Desde el mantenimiento de las constantes
homeostáticas, pasando por la protección, conservar el “concepto” que los
demás miembros de la sociedad que integramos, tienen sobre nosotros o las
personas que integran nuestro grupo familiar, son sólo algunos de los
complejos procesos que interactúan cotidianamente, y que supone
desgastantes y extenuantes esfuerzos para mantenernos “vivos” (vigentes,
actualizados, con altos conceptos de los valores que son apreciados por la
sociedad en que nos desenvolvemos, respetados, integrados, exitosos, y
muchos otros elementos que integran lo que hoy llamamos, supervivencia.)

Lo que el genial Albert Einstein expresó, en los últimos años de la


década de 1950, “el estudio del cerebro, es la última gran frontera de la
ciencia”, define y delimita el principio del conocimiento de sí mismo, como
presupuesto para el éxito en el liderazgo como especie. Las Neurociencias han
tenido un avance explosivo, en la última década del siglo XX, y su aplicación a
todos los ámbitos de la vida, se ha iniciado mediante un visionario (Carlos
Logatt G.). Nació la Neurosicoeducación.

Somos la UCCM, (Unidad cuerpo, cerebro y mente) y nos debemos


adaptar constantemente al MA (medio ambiente), cambiante, desafiante,
caótico, donde diariamente nos encontramos con situaciones nuevas y que
exigen nuevas maneras de pensar, como dijo Ken Robinson “para enfrentar lo
nuevo, debemos pensar nuevo, hacer nuevo, y crecer con eso nuevo. No
simplemente adaptarnos, sino crecer con lo nuevo, porque al adaptarnos, nada
se detiene, y cuando nos hemos adaptado, ya las condiciones han cambiado,
son nuevas.”

La única manera de prepararnos a lo nuevo, es integrar esos


conocimientos al proceso educativo, y “configurar” nuestros cerebros y mentes
y los de nuestros estudiantes, estructurados en el paleolítico, a estos tiempos
de cambios exponenciales, que vivimos hoy.

Es nuestro deber como docentes y la Neurosicoeducación, es la


herramienta hoy, que nos permite iniciar dicho camino en una carretera que no
tiene final, sino que se acelerará y abrirán muchas otras bifurcaciones y
alternativas, en la búsqueda perpetua de conocernos a nosotros mismos como
seres humanos, de entendernos y entender a los demás, para construir un
mundo mejor.

II – Educación empírica, no más.

Hoy, los docentes de todos los niveles, hacemos nuestro trabajo en


forma empírica. Suponemos lo que sucede en las mentes de nuestros
estudiantes, y nos dedicamos a enseñar, como si nuestro trabajo fuera ese.

Nuestro función no es enseñar, es hacer que los estudiantes


aprendan, y hay una diferencia muy importante entre lo uno y lo otro. Una
definición sobre calidad educativa, y que considero determinante para clarificar
el alcance de la función del docente es “La calidad educativa, es despertar en
los estudiantes, los deseos de aprender, para que éstos, se procuren los
aprendizajes”. No para que los docentes los transmitan. Los docentes
debemos aclarar, corregir, ampliar, dar otro punto de vista, vigilar la marcha de
este proceso, interminable, holístico, cambiante, para lo cual debemos estar
actualizados constantemente.

Cómo aprende al cerebro?, Cómo memoriza? Cómo presta atención?


Qué cosas aprende con más facilidad y qué no? A qué elementos debemos
echar mano, para hacer que las clases sean más atractivas y agradables? Qué
sustancias debemos hacer que los cerebros de los estudiantes liberen, para
propender a un aprendizaje eficaz? Y miles de interrogantes más para las que
ayer, no teníamos respuestas, sólo suposiciones.

En una época de cambios vertiginosos y por una cuestión de


“supervivencia”, los docentes seguimos repitiendo principios con los que nos
sentimos cómodos, como los de Piaget, Ausubel, de mediados del siglo
pasado, como reticentes a nuevas lecturas y conceptos de nuevos teóricos de
la educación.

Ken Robinson, quien pone el dedo en la llaga cuando dice “que nuestros
sistemas educativos han sido estructurados con el diseño prusiano y el modelo
de la producción en serie, como si existiera un camino que debemos seguir,
una línea de producción, utilizando el modelo de la comida rápida
(estandarizado, controlado, sin salir de los esquemas) que ha empobrecido
nuestras mentes y nuestros cuerpos, y que debemos abandonarlo.” O como
expresa genialmente el Dr. Roberto Rosler “Yo aprendí ayer, con información
de antes de ayer, y tengo que enseñar, a estudiantes que están viviendo en el
futuro”.

“Debemos asumir el modelo del agricultor, que debe hacer que cada
planta, (individuo, estudiante), disponga de las condiciones favorables que
propicien su crecimiento y maduración consistentes, que permitan extraer sus
talentos, fortalecer sus valores y desarrollar sus potencialidades”.

Realizar un trabajo o desarrollar una actividad, debería suponer, conocer


las consecuencias y efectos que se producen en quienes desarrollamos el
trabajo. Desconocer los recursos, potencialidades, las habilidades, los
mecanismos de los “objetos y sujetos del trabajo docente” que son los
educandos, es afirmar que parte de las ciencias, es la suposición infundada.

Generalmente, no será un educador el que revolucione la educación, ni


un abogado, el derecho, ni un médico la medicina. Ellos en sus respectivas
profesiones, han aprendido su profesión con los paradigmas propios de esa
disciplina. Y como dice Robinson, el principal enemigo de la innovación “es el
sentido común”. Ante una nueva propuesta de cambio o reconstrucción de
una estructura educativa, el profesional revisa sus paradigmas, (recurre al
complejo amigdalino), y su sentido común responderá, que esto se hace de
esta manera y no de otra. Y debemos desencantarnos de nuestros paradigmas,
para visualizar otras posibilidades.

La Neurosicoeducación es el camino correcto hoy, (el conocimiento


científico es provisional) en el que por primera vez empezamos a conocer,
cómo funciona nuestra UCCM en relación con nuestro Medio Ambiente.
III - La Neurosicoeducación y la evaluación de los aprendizajes.

El sistema educativo, también es perverso con la consolidación de las


estructuras cognitivas que quedarán para la vida real de los estudiantes, no
solo para el aula.

Una de las principales debilidades del sistema educativo, es el evaluar


los aprendizajes en fechas, ya preestablecidas del calendario escolar, a
principios de año. Con evaluaciones que ocasionan la acumulación de
conocimientos que deben ser incorporados en un cierto periodo de tiempo, se
genera el “cerebro de teflón”. (Expresión genial del Dr. Roberto Rosler)

En la vida, las oportunidades, no aparecen o se presentan cuando uno


está preparado, se presentan cuando se presentan, y uno debe estar
preparado en todo momento. Por lo cual planteo lo siguiente:

a. No deben conocerse de antemano, las fechas en que deban tomarse las


evaluaciones. Cualquier director de centro educativo, de cualquier nivel, en
cualquier momento, deberá solicitar al profesor de tal materia, (sin aviso
previo) que tome una evaluación ese día, a su clase desde el inicio hasta
lo dado y aprendido. (de acuerdo al plan de clase). Esto anulará el
“ultimahorismo” y obligará a que estudiemos un poco cada día.
b. Deben tomarse por lo menos 22 evaluaciones.(Sólo computar 20) Dividir
el puntaje total a acumular por pruebas evaluativas, dividirlas entre 20
(cant de pruebas) y agregar el 10 % de cant. de exámenes, a fin de
revisitar cada tópico importante las veces que sean necesarias. Tener la
posibilidad de descartar 2 evaluaciones (por el alumno). El objetivo es
aprender. El objetivo también es desmitificar las evaluaciones. Debería
ser algo cotidiano.
c. Deben tomarse evaluaciones grupales. Un porcentaje del total debe
dedicarse a los trabajos en equipo, (trabajos prácticos y exámenes, no
sólo trabajos prácticos) y debe ser un objetivo de la educación porque el
trabajo en equipo, mejora en calidad. Y deben variar los grupos en forma
aleatoria. Debemos enseñar con hechos, que el hacer algo en equipo, o
sea la cooperación, es determinante en el resultado de lo hecho.

El hacer todo a última hora, se origina en la acumulación de contenidos que


deben ser aprendidos, porque no lo hicimos de a poco, todos los días.

IV - La Neurosicoeducación y su relación con otra ciencia aplicada.

Una disciplina transversal a todas, es el derecho, en el que los


mecanismos de revisión de las acciones humanas se producen mucho tiempo
después que hayan ocurrido los hechos, juicios en los que se juzga la conducta
reprochable. Entre uno y otro, transcurre entre 6 meses y 2 años posteriores a
los hechos.

Recordemos que los jueces, fiscales, abogados y auxiliares de la


justicia, en ningún momento de sus estudios (porque no figura en ninguna
malla curricular de ninguna carrera de derecho de ninguna Universidad) han
estudiado la materia “Psicología”, que es la ciencia que estudia la conducta del
ser humano. Y es esa conducta, la que será juzgada.

Sumemos a esto, la facilidad de desacreditar los testimonios de los


testigos del hecho, porque se comparan, sus testimonios reescritos infinidad de
veces con cada rememoración (memoria episódica) y como tienen un alto
componente emocional, casi siempre, se lo ha rememorado voluntaria o
involuntariamente infinidad de veces, se ha reescrito también, infinidad de
veces.

Esta memoria, reescrita infinidad de veces (valga la reiteración), y que


por consiguiente, difiere sustancialmente (necesariamente) con los registros
realizados casi siempre, inmediatamente luego de los hechos, es para los
abogados defensores, muy fácil descubrir las discrepancias entre el uno y el
otro.

¿Será posible que nadie (jueces, abogados, fiscales y auxiliares de la


justicia) no hayan analizado que el simple hecho de no conocer cómo funciona
la memoria, ha dejado ayer y puede seguir dejando libre, a miles de
delincuentes, que tienen registros escritos, asegurados de los hechos, y que
éstos deban compararse con los recuerdos multimodificados de los testigos,
para quedar desacreditados y nulos?.

V - Hombre emocional vs. Hombre racional.

La diferencia sustancial entre ambos, hace justamente que casi siempre


estemos bajo el dominio de las emociones. La pasión, ese elemento que hace
la diferencia, es justamente una emoción. Y ante este gigante, nuestros lóbulos
prefrontales, raquíticos, débiles y lentos sin Neurosicoeducación, son
incapaces de frenar a ese gigante y las reacciones primarias, como son
incoscientes y desmedidas, pueden hacernos cometer errores muy serios y
perjudiciales. Y cuando nos recuerdan lo que hicimos, generalmente nos
avergonzamos y no creemos que hubiéramos sido capaces de hacer lo que
hemos hecho.

VI – Conclusión.

La Neurosicoeducación, es un nuevo punto de vista de lo multifacético


que es el ser humano, una nueva perspectiva desde donde acometer el
complicado proceso de conocernos más, de comenzar a develar el misterio de
nuestro interior, como la caja de pandora, en la que no sabemos con qué nos
iremos a encontrar, en el proceso de develar lo profundo que es nuestra
“psique”.

Gracias a la Neurosicoeducación, empezamos a develar nuestros


misterios mas ignotos, a conocernos, a reconocer nuestros errores, a rectificar
conductas y formas de acometer este propósito de formar nuevas
generaciones, con responsabilidad y conociéndonos.

Gracias a todo el equipo de AE por haber proyectado hacia propósitos


realmente altruistas, como crear un futuro mejor, a través del conocimiento de
uno mismo y de los demás.

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