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Entre un gran número de litigantes resulta frecuente que algunas de sus demandas
de amparo sean rechazadas debido a que el juez considere que, en ese caso
concreto, lo que correspondía era acudir a la vía ordinaria en lugar de iniciar un
proceso constitucional. Este fenómeno responde a que en nuestro país la justicia
constitucional no es el único medio para proteger derechos fundamentales. En
efecto, los procesos ordinarios –denominados así por oposición a los
constitucionales– también constituyen medios idóneos para dicho fin.
Así, el inciso 2 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional consagra la residualidad
del amparo al indicar que será improcedente cuando “existan vías procedimentales
específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional
amenazado o vulnerado”. En este sentido, la tarea a realizar –antes de optar por una u
otra–, será identificarlas.
Una herramienta importante para hacerlo será la revisión de la jurisprudencia del TC, que
ya se ha pronunciado sobre el tema.
Para advertir si un proceso ordinario puede ser calificado como igualmente satisfactorio
que el amparo, primero, debemos tener en cuenta que, como señala el constitucionalista
Luis Castillo Córdova, “no es posible considerar como tal a un proceso administrativo o a
uno de carácter privado –como el arbitraje–, sino únicamente a los procesos judiciales”.
Luego, no bastará que exista un proceso ordinario diseñado para la tutela de derechos
fundamentales (vía específica), sino que debe analizarse si este resulta igual o más
efectivo que el amparo para lograr la protección requerida (vía igualmente satisfactoria).
Por otra parte, desde la perspectiva subjetiva, una vía ordinaria puede ser considerada
idónea si transitarla no pone en grave riesgo al derecho afectado involucrado (urgencia
como amenaza de irreparabilidad). Pese a lo dicho, el TC ha señalado que podrá acudirse
al amparo aunque exista una “vía igualmente satisfactoria” en caso de que se necesite una
tutela urgentísima, atendiendo a la relevancia del derecho involucrado o la gravedad del
daño que podría ocurrir.
En opinión del magistrado del TC, Eloy Espinosa-Saldaña, este fallo “constituye un gran
avance pues nunca antes el Colegiado había desarrollado un test para examinar la
existencia de vías igualmente satisfactorias, sino que se limitaba a fijar ‘listas cerradas’,
dejando fuera de la tutela urgente del amparo una serie de situaciones que debían ser
atendidas por la justicia constitucional”.
Sobre la base de la jurisprudencia del TC, podemos resumir las principales vías
igualmente satisfactorias al amparo.
Por otra parte, en materia de pensiones, existe la posibilidad de acudir al proceso urgente
(artículo 26 de la Ley del Procedimiento Administrativo General). Sin embargo, en diversas
oportunidades el TC ha considerado que dicha vía no resulta igualmente satisfactoria al
amparo, quedando expedita la posibilidad de acudir a sede constitucional (Exp. Nº 03459-
2009-PA/TC). El Tribunal también ha establecido que para cuestionar acuerdos societarios
que afecten derechos fundamentales constituye una vía igualmente satisfactoria el proceso
de impugnación (proceso abreviado) del artículo 143 de la Ley General de Sociedades
(Exp. Nº 04521-2009-PA/TC).
De forma similar, antes del Quinto Pleno Casatorio Civil, el TC ha afirmado que los
miembros de una asociación que vean afectados sus derechos por un acuerdo, deben
solicitar su impugnación vía el proceso abreviado (art. 92 del Código Civil) y no mediante el
amparo (Exp. Nº 05090-2011-PA/TC).