You are on page 1of 22

6.

MODELACIÓN DE LA RUGOSIDAD

6.1 Introducción

En la determinación de la curva de calibración de caudales se reconoce que el éxito de los


modelos usados depende en gran medida de lo acertado de la descripción de las
características de rugosidad del canal. Esto es cierto sea que se usen para el cálculo del
caudal las ecuaciones de Manning, Chèzy o modelos más sofisticados como los tratados en
los capítulos 4 y 5, entre otros.

En este capítulo se pretende dar al lector una idea clara de los procedimientos empleados
para el cálculo de la rugosidad de paredes vía los coeficientes de rugosidad n de Manning o
f de Darcy – Weisbach y su conexión con la altura de rugosidad ks. Se muestra también una
relación entre ambos coeficientes que resulta de gran ayuda cuando se cuenta, por ejemplo,
para un canal dado, del valor experimental o deducido de tablas o fotografías, de n; pero
queremos hacer el cálculo mediante la utilización de f, como lo exige el modelo descrito en
el capítulo 4.

Darby, 1999, muestra una serie de ecuaciones para el cálculo del factor de fricción ante la
presencia de vegetación flexible y no flexible como resultado de la calibración de una gran
cantidad de datos experimentales tomados por él y otros autores durante los últimos
cincuenta años.

También se presentan las fórmulas desarrolladas por una gama de autores para el cálculo
del coeficiente n en el caso de canales con rugosidad compuesta, es decir, para el caso en el
que en una sección transversal dada se presenta la existencia de subtramos en donde las
características de rugosidad difieren unas de otras; un ejemplo lo constituye un canal

134
natural que cuente con una de sus llanuras de inundación cubierta por árboles y arbustos y
la otra cubierta por material aluvial como gravas y arenas mientras el canal principal está
constituído por limos y arcillas.

6.2 Estimación del coeficiente de rugosidad, según: n de Manning y f de Darcy -


Weisbach

6.2.1 Consideraciones asociadas al coeficiente de rugosidad de Manning.

Una gran cantidad de esfuerzos tanto experimentales como teóricos se han llevado a cabo
desde la aparición en 1869 de la famosa y universalmente aceptada fórmula de Manning
para la determinación de la velocidad media en una sección particular de un canal. Tales
esfuerzos han estado encaminados a la obtención del valor del coeficiente de rugosidad n, el
cual varía de acuerdo con las condiciones hidráulicas y de geometría de cada problema
particular.

A partir de su relación estrecha con el coeficiente C de Chèzy [ver Chow, 1982, cap. 8,], el
n de Manning puede expresarse como sigue:

⎛ R ⎞ 1/ 6
n = φ⎜ ⎟ k s (6.1)
⎝ ks ⎠

⎛ R⎞ (R / k s )
1/ 6

donde φ⎜ ⎟ = .
⎝ k s ⎠ 21.9 log(12.2R k s )

Los cálculos indican que, en un amplio rango de R/ks, la variación de φ(R/ks) es pequeña.
Como una aproximación, φ(R/ks) se puede asumir constante e igual a un valor medio. Sobre
la base de observaciones hechas en Suiza, Strickler concluyó que el n de Manning varía con

135
la raíz sexta de la altura de la rugosidad, ks. La altura de rugosidad utilizada por Strickler es
el tamaño medio de la malla del material, es decir, el D50. Así pues, un cambio de mil en la
medida lineal de la altura de la rugosidad produce aproximadamente un cambio de tres en
n.

La fórmula deducida por Strickler es

n = 0.047D50
1/ 6
(6.2)

con D expresado en [m] y n en [s / m1/3].

Existe también un sinnúmero de otras fórmulas relacionando el valor de n con un cierto


diámetro característico del material como por ejemplo, D65, D80, D90, entre otros.

Posada, 1998, reporta una expresión del tipo siguiente para un conjunto de cauces naturales
de los departamentos de Antioquia y Risaralda,

n = 0.0487 D50
1/6
(6.3)

1 2 / 3 1/ 2
En la ecuación de Manning, U = R S , la presencia del valor n tiene la tarea de
n
“soportar” los efectos de no uniformidad del flujo entre regiones contiguas de la sección
transversal del canal sobre todo cuando no se trata de secciones regulares definidas como
en el caso de la generalidad de los canales naturales con geometría completamente
irregular, para no cargar la dependencia sobre los parámetros geométricos como son el
radio hidráulico y la pendiente longitudinal local del canal.

La determinación precisa del coeficiente de rugosidad, bien se trate de f o de n, es uno de


los puntos centrales para la adecuada predicción de la curva de caudales. Es bien sabido que

136
si se tiene un valor estimado suficientemente preciso de cualquiera de estos valores en una
sección transversal de interés, entonces con el simple uso de la ecuación de Manning
estaríamos en posibilidades de calcular la curva de calibración de caudales con una
suficiente precisión y en tal caso no habría la necesidad de utilizar modelos más
sofisticados que la ecuación de Manning misma (tales como los planteados en el presente
estudio, a saber: las ecuaciones de flujo uniforme turbulento considerando la presencia de
flujos secundarios y la variación de los esfuerzos de Reynolds o de cizalla a través de la
sección transversal en una aproximación global de tipo unidimensional pero con la
intervención de efectos bidimensionales).

De hecho cuando se hace una precalibración del coeficiente de rugosidad y, claro, se


garantiza el flujo uniforme en los experimentos (tales como los adelantados en nuestras
experiencias de laboratorio), se observa que los datos experimentales de caudal están muy
cercanos a aquellos obtenidos al utilizar la ecuación de Manning como se puede mostrar.
Sin embargo, no es usual que se cuente con datos precisos de coeficientes de rugosidad
antes de ir a la modelación con la computadora, y por tanto el objetivo es acercarnos tanto
como se pueda mediante la modelación a los valores reales. En tal caso se pueden seguir
varios caminos para contar con estimativos razonables de tales coeficientes a saber: (1)
extraer datos a partir de tablas con valores de n o f calibrados o medidos por otros autores
tales como Ven Te Chow, 1982; (2) el uso de fotografías; (3) inspección directa en el
campo; (4) extracción de valores a partir de la comparación de la sección actual con valores
de otras secciones “similares” en donde sí se cuente con valores previamente calibrados y/o
medidos. No obstante todos estos valores serían, a lo más, aproximados a los reales.

De todas maneras es un hecho que para aplicaciones generales el n de Manning como valor
global y constante de rugosidad para tramos de secciones incluso al interior de la sección
transversal puede usarse, pero en casos con datos de rugosidad precisos se recomienda la
utilización del f de Darcy-Weisbach.

137
6.2.2 Consideraciones asociadas al coeficiente de rugosidad f de Darcy-Weisbach

Como se sabe, f varía con la profundidad del flujo y por tanto no puede considerarse como
una constante; de hecho, depende del radio hidráulico R, el número de Reynolds Re y de la
altura de rugosidad ks. De otro lado, la fricción en la pared del flujo en canales es bastante
similar a la del flujo estacionario en conductos y se puede correlacionar adecuadamente con
el diagrama de Moody o la fórmula de Colebrook - White

1 ⎛ k / Dh 2.51 ⎞
1/ 2
= −2.0 log⎜⎜ s + ⎟
1/ 2 ⎟
(6.4)
f ⎝ 3.7 Re Dh f ⎠

para el flujo turbulento con una pared rugosa, donde f=8τ0/ρU2 y Dh, el diámetro hidráulico
es igual a 4A/P = 4R. En muchos de los análisis de canales abiertos, y este no será la
excepción, se utiliza el radio hidráulico R, igual a la cuarta parte del diámetro hidráulico

R = Dh / 4 = A / P (6.5)

A menudo los canales naturales son bastante rugosos y los números de Reynolds superan a
106, de modo que el efecto del número de Reynolds puede despreciarse en la ecuación (6.4)
en la aproximación rugosa.

Así para flujo dominado por la rugosidad:

1 3.7 Dh 14.8R
1/ 2
≈ 2.0 log = 2.0 log (6.6)
f ks ks

de donde despejando f se tiene

138
1
f ≈ 2
(6.7)
⎛ 14.8 R ⎞
4.0⎜ log ⎟
⎝ ks ⎠

Es más, si se comparan gráficamente las ecuaciones (6.4) y (6.7), para un rango dado de R y
un valor dado de ks se observará que ellas serán prácticamente indiscernibles, es decir que
el error porcentual cometido al utilizar (6.7) es muy pequeño, incluso cuando los números
de Reynolds involucrados se reducen hasta valores del orden de 103 y claramente este tipo
de resultados se manifiestan con mayor énfasis en tanto el radio hidráulico o la profundidad
aumentan.

La ecuación 6.7 se propone en este trabajo para los cálculos sobre canales hidráulicamnete
rugosos y lisos, en donde no se cuente con valores confiablemente precisos del coeficiente
de rugosidad de Manning, además de que el modelo descrito en el capítulo 4 así lo exige;
esto por simplicidad para efectos de cálculos ya que si hiciéremos uso enteramente de la
ecuación (6.4) considerando el número de Reynolds, el procedimiento para los algoritmos
de solución se haría iterativo ya que la velocidad está involucrada intrínsecamente, lo que
conllevaría a un esfuerzo computacional un tanto mayor. Para apoyar nuestra decisión se
presenta en la figura 6.1 la confrontación gráfica entre una de las ecuaciones de fricción
calibradas que Lambert y Sellin, 1996, utilizan para validar su modelo de cálculo y la
ecuación (6.6) para un valor dado de ks sobre superficie rugosa y un rango para el radio
hidráulico R; tales valores son:

ks = 0.08 m
0 < R < 3.0 m.

1
1/ 2
= 114
. − 2.02 log(k s / 4R ) , ecuación (12) de Lambert y Sellin, 1996. (6.8)
f

139
0.16

0.14

0.12

0.1

Ec. 12, Lambert y Sellin, 1996.


0.08
f

Aproximación logarítmica

0.06

0.04

0.02

0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3
R (m)

Figura 6.1. Comparación gráfica entre las curvas de coeficientes de fricción f: calibrada
experimentalmente, Lambert y Sellin, 1996, y según (6.6).

En la gráfica se observa una coincidencia casi perfecta entre las dos curvas, lo cual
incrementa nuestra confianza sobre el uso de la ecuación (6.6) cuando se traten superficies
rugosas o decidamos no usar directamente el n de Manning en la sección transversal.

Es de anotar que al comparar las ecuaciones de Manning y de Chèzy fácilmente se llega a


una relación entre los coeficientes n y f, esta es

f = 8 gn 2 / R 1/ 3 (6.8)

lo que demuestra realmente que n varía con la profundidad ya que f, como dijimos antes, lo
hace.

La forma funcional de (6.6) es adecuada en tanto el lecho del canal esté cubierto por
sedimentos tipo arena o gravas, incluso para lechos relativamente fijos, como aquellos
utilizados en los modelos físicos empleados en este trabajo; sin embargo, es posible recurrir
al empleo de expresiones más generales que tengan en cuenta la presencia, en el canal

140
principal o en las llanuras de inundación, de sedimentos o vegetación tal como lo reporta
Darby, 1999, quien hace uso de expresiones empíricas calibradas tanto en laboratorio como
en el campo por parte de él y otros autores. Parece conveniente utilizar parte de la
metodología usada por tal autor en la construcción de la curva de calibración, mediante un
modelo simplificado de turbulencia, en lo que respecta a la elección de la ecuación de
Darcy – Weisbach a emplear en el presente trabajo. Se presentan a continuación algunos de
los apartes más relevantes para la estimación del coeficiente f (para más detalles ver Darby,
1999).

6.2.2.1 Aproximación general

Cada uno de los nodos computacionales en los que se divide el dominio o sección
transversal del canal estará localizado en una región bien sea con sedimento o con
vegetación. Así pues para el cálculo de f debe determinarse que tipo de ecuación específica
es la más apta en cada nodo de tal manera que de acuerdo con las condiciones de rugosidad
presentes en la sección transversal habrá oportunidad de utilizar una o varias ecuaciones de
rugosidad. Esto es de notable importancia cuando se tratan secciones de canales en los
cuales puede haber una distribución más o menos irregular de los sedimentos y la
vegetación. Es fácil encontrar canales artificiales o naturales en los cuales hay la presencia
de los dos tipos de rugosidad, por ejemplo, el canal principal puede estar cubierto por
arenas o gravas mientras que en la llanura de inundación puede haber arbustos, troncos,
etc.; luego, no tendría sentido utilizar para toda la sección una sola ecuación de rugosidad, a
no ser que se elija proporcionar al programa de cómputo una altura de rugosidad ponderada
en el campo de datos y utilizar una sola forma de la ecuación de Darcy.

Se propone trabajar con un conjunto de seis ecuaciones de rugosidad, dos para tratar
sedimentos o lechos cubiertos por gravas o arenas y cuatro para los tipos de vegetación
siguientes:

141
1. Vegetación flexible en crecimiento.
2. Vegetación flexible inerte.
3. Vegetación no flexible cuyos troncos están cercanos unos de otros (relación del
espaciamiento horizontal entre troncos y el diámetro del tronco < 20).
4. Vegetación no flexible cuyos troncos están bastante separados unos de otros (relación
de espaciamiento de troncos >20).

6.2.2.1.1 Factores de fricción en nodos con partículas de sedimentos

Para gravas (según Hey, 1979, d84 ≤ 2.0 mm, calibrada a partir de 93 datos de campo):

1 as R
1/ 2
= 2..03 log (6.9)
f 3.5d84

donde as = factor adimensional de corrección de forma.

−0.314
⎛ R ⎞
as = 111
.⎜ ⎟ (6.10)
⎝ Dhmax ⎠

donde Dhmax = máxima profundidad hidráulica en la sección transversal; y d84 = diámetro


local intermedio para el cual el 84 % del material del lecho es igual o más fino, dado en
(m).

Es de anotar que la ecuación de Hey, 1979, es aplicable cuando la influencia de las pérdidas
de energía debido al transporte de sedimentos es despreciable. De igual manera (6.9)
desprecian efectos de micro y mesoescalas relacionadas con las formas del lecho.

142
Para lechos cubiertos con arenas (0.064 mm ≤d84 ≤ 2.0 mm), el arrastre por forma es la
fuente dominante de rugosidad. Es importante, por tanto, tener en cuenta los efectos
combinados de formas de lecho y rugosidad de forma. Van Rijn, 1984, desarrolló
ecuaciones de resistencia para predecir alturas de rugosidad en tales circunstancias, así que

Δ
−25
λo
k s = 35
. d84 + 11
. Δ (1 − e ) (6.11)

donde Δ = altura de forma del lecho (m); y λ o = longitud de onda por forma del lecho (m).
Así pues, en (6.11) la altura de rugosidad es la suma de las componentes de rugosidad de
grano y forma. El perfil de velocidad se asume logarítmico y espacialmente constante. Para
obtener el factor de rugosidad, ks se sustituye en lugar de 3.5 d84 en (6.9). La longitud de
ondas de dunas está dada por

λ o = 2πDh (6.12)

y la altura de duna está dada por

Δ ⎛d ⎞
Dh
= 011
⎝ Dh ⎠
( )
. ⎜ 84 ⎟ 1 − e −0.5Ta (25 − Ta ) (6.13)

donde Ta = parámetro adimensional de transporte,


Dh = profundidad hidráulica.

U *2 − U *2c
Ta = (6.14)
U *2c

donde U *c = velocidad de cizalladura crítica (m/s) de acuerdo con la definición de Shields;

y U *i = velocidad de cizalla relacionada con los granos de material dada por

143
u g
U *i = (6.15)
⎛ 12 R ⎞
18 log⎜ ⎟
⎝ 3d 90 ⎠

donde u es la velocidad media local (m/s). Este modelo está limitado para flujos con
régimen subcrítico. No perder de vista que en el caso de nuestros experimentos, llevados a
cabo en el laboratorio, los canales constan de lechos rígidos y por tanto habría que tomar las
debidas precauciones para la aplicación de las ecuaciones anteriores, por ahora se propone
el empleo de ecuaciones del tipo (6.6) ó (6.9) para el uso en ríos con lechos de grava y/o
arena, a la espera de contar con una mayor base de datos para tomar las decisiones
pertinentes.

6.2.2.1.2 Factor de fricción en nodos con vegetación

Para nodos con vegetación, se adopta uno de los dos procedimientos, dependiendo de si es
vegetación flexible o no flexible; algunos autores como Fenzl, 1962, Pethick et al., 1990,
han mostrado que la resistencia al flujo en canales con vegetación flexible puede
aproximarse por una rugosidad relativa similar a las ampliamente aceptadas relaciones de
resistencia desarrolladas para rugosidades rígidas en canales abiertos y tuberías, es decir,
ecuaciones del tipo (6.9), con la altura de rugosidad relacionada a las propiedades del
tronco e incluso a las propiedades del flujo como la profundidad. Kouwen en 1998,
demostró que las propiedades significativas del tronco son la densidad de troncos M y su
rigidez a flexión, dado por J = EI, donde E es el módulo de elasticidad de Young e I es el
segundo momento de inercia del área transversal. De acuerdo con experimentos de
laboratorio se ha podido deducir que la altura de rugosidad varía como una función de la
cantidad de arrastre generada por el flujo, de tal manera que,

144
1.59
⎛ ⎛ MEI ⎞ 0.25 ⎞
⎜⎜ ⎟ ⎟
⎜⎝ τo ⎠ ⎟
k s = 014
. z⎜ ⎟ (6.16)
⎜ z ⎟
⎜ ⎟
⎝ ⎠

donde z es la profundidad local de flujo (m) y τ o = esfuerzo cortante de pared local (N/m2).
Este valor de ks será reemplazado en lugar de 3.85d84 según (6.9) para obtener el factor de
fricción.

Desafortunadamente, para vegetación natural, no es fácil determinar las propiedades M, E e


I, debido a la heterogeneidad de la vegetación. Sin embargo, Kouwen observó que el efecto
combinado de estas tres cantidades multiplicándolas podía determinarse por una cantidad
cuantificable, esta es, MEI. Según Kouwen, 1988, este término indica que un incremento en
el número M de troncos por unidad de área tiene un efecto similar al incremento de la
rigidez EI de los elementos individuales. El punto fundamental en la aplicabilidad de (6.16)
reside en la asociación del parámetro combinado MEI con cantidades medibles de las
características de la vegetación natural.

Este aspecto ha sido investigado por Temple, 1987, quien emprendió experimentos de
laboratorio en los cuales MEI se correlacionó con la altura de la vegetación, que coincide
con la profundidad local del agua en cada nodo, para un cierto rango de especies de
vegetación en proceso de crecimiento y especies de pastos inertes,

MEI = 319 z 2.3 ; MEI = 25.4z 2.26 (6.17 a,b)

donde (6.17a) es para pastos verdes en crecimiento, mientras que (6.17 b) es para pastos
muertos. El uso del parámetro de rigidez MEI resulta atractivo no solo por que integra
importantes cantidades físicas sino también por que es un parámetro que puede
determinarse directamente para diferentes especies usando el método “board drop” o “caída

145
de la tabla”, (Eastgate, 1966, Kouwen, 1988, y Masterman y Thorne, 1994). Tal método
puede usarse para determinar los parámetros de rigidez para usar en (6.17 a,b) en un rango
de especies de vegetación, y esencialmente para el rango de especies usadas en las pruebas
llevadas a cabo por los autores antes mencionados, ver la tabla 1, Darby, 1999.

Para vegetación no flexible, se usan correcciones de velocidad de estela (o vórtice) para dar
cuenta de los efectos de longitud de corrientes por parte de los troncos. La velocidad local
en la estela detrás de los troncos de vegetación no flexible puede determinarse mediante el
uso de las ecuaciones de Thompson y Robertson, 1976. En tales ecuaciones las velocidades
de estela son funciones potenciales de la relación del espaciamiento de vegetación sv (m) y
el diámetro de vegetación dv (m); a tal relación se le conoce con el nombre de relación de
espaciamiento (RE):

0.14
uw ⎛s ⎞
= 0.48⎜ v ⎟ , 4 ≤ (sv/dv) ≤ 20 (6.18)
u ⎝ dv ⎠

0.08
uw ⎛s ⎞
= 0.70⎜ v ⎟ , 20 ≤ (sv/dv) ≤ 100 (6.19)
u ⎝ dv ⎠

donde uw = velocidad del flujo en el área de estela (m/s); u = velocidad de aproximación


(m/s). Las ecuaciones (6.18) y (6.19) están basadas en datos simulados a partir de la
aplicación de un modelo matemático desarrollado por Li y Shen, 1973. Las restricciones
para la aplicación de tales fórmulas aparecen en la tabla 1 de Darby, 1999; nótese que están
limitadas al campo de flujo subcrítico con 2 < Re < 105 .

El modelo de Li y Shen da resultados consistentes para el rango de relación de


espaciamiento entre 4 y 60 con los datos simulados por Thompson y Robertson, 1976. Al
evaluar este método encontraron que la desviación entre valores calculados y medidos del

146
factor de fricción estaba dentro del ±30% para 102 de 113 series de datos de laboratorio.
Esto sin duda nos muestra que el modelo da resultados confiables a escalas fluvial y de
laboratorio; no obstante el rango de certidumbre es todavía bastante amplio, lo que sugiere
la necesidad de hacer investigaciones de campo y laboratorio para el refinamiento del
modelo mismo, trabajo que sin duda se lleva a cabo por investigadores en todo el mundo y
al que bien valdría la pena unirse en posteriores trabajos a realizar en la Facultad de Minas.

Habiendo obtenido la velocidad de estela corregida usando cualquiera de las dos, (6.18) o
(6.19), el factor f se estima usando

8 gRSo
f = (6.20a)
uw2

Para resolver (6.18) a (6.20a) se requiere de un procedimiento iterativo al combinarlo con el


MDL. Para obtener un estimativo inicial de u se emplea la ecuación

8gRSo
u= (6.20b)
f

con f obtenido a partir de (6.7) o (6.9), donde ks se calcula con base en las características del
material de fondo solamente. Así pues se resuelve (4.7) encontrando u para todos los nodos
del dominio y luego se actualizan los valores de f en cada nodo con y sin vegetación usando
de nuevo (6.18) a (6.20a) y se resuelve de nuevo (4.7), este proceso se hace iterativamente
hasta que la diferencia entre valores sucesivos del caudal sea menor que cierta tolerancia
definida por el usuario.

Como complemento al diagrama de flujo de la figura 4.4 que describe globalmente el


algoritmo de solución de la ecuación 4.7 hay que decir que los valores f de Darcy –
Weisbach en cada nodo i se estiman con cualquiera de las ecuaciones 6.4, 6.7, 6.9 según el

147
tipo de rugosidad que cubra el perímetro mojado hallando el valor correspondiente de ks
directamente por mediciones o vía las ecuación 6.11 y 6.16. Y para el caso de nodos con
vegetación (en nuestros experimentos puede pensarse que son simulados por los palillos de
madera o clavos) se usan las ecuaciones 6.16, 6.18 o 6.19 para los casos de vegetación
flexible o no flexible. Para vegetación flexible, MEI se calcula usando las ecuaciones 6.17a
y 6.17b para pastos en crecimiento o inertes, respectivamente. Es un hecho que los palillos
de madera y los clavos usados en nuestros experimentos según se describe en el capítulo 3
son elementos no flexibles y por lo tanto la simulación de su rugosidad se hace, en este
trabajo, vía las ecuaciones 6.18, 6.19 y 6.20.

Se reconoce claramente que muchas especies o grupos de vegetación no caen dentro de las
categorías previamente definidas. Por ejemplo, existen plantas cuyas ramas se pueden
incluir en el campo de vegetación flexible mientras que sus troncos son no flexibles, con lo
cual se genera un dilema para decidir que tipo de ecuación emplear en un nodo que presente
tal característica; sin embargo, una directriz para dar salida a un inconveniente de este estilo
es considerar como vegetación no flexible aquella que muestra parámetros de rigidez
mayores que 200 N/m2, lo cual corresponde a la escala superior de los datos usados para
calibrar (6.18) y (6.19).

6.3 Determinación de coeficiente de rugosidad equivalente neq en el caso de rugosidad


variable en la sección transversal

Cuando la sección transversal de un canal abierto está caracterizada por una rugosidad
variable a lo largo del perímetro mojado, el método de cálculo de la resistencia al
movimiento no puede aplicarse de manera directa. En este caso es necesario definir un
coeficiente de rugosidad equivalente neq si se va a utilizar la ecuación de Manning,
atribuible al perímetro mojado completo y que globalmente represente una resistencia al
movimiento equivalente a aquella resistencia efectiva de distribución no uniforme.

148
Un método para asignarle el coeficiente de Manning, o de Chèzy, a un canal de paredes con
rugosidad compuesta ha sido desarrollado empíricamente por diversos autores que han
propuesto metodologías diferentes para el cálculo del coeficiente de resistencia equivalente.
Común a tales métodos es la técnica de subdivisión de la sección total en subsecciones,
cada una de las cuales presenta una rugosidad constante a lo largo del tramo de perímetro
mojado correspondiente. En seguida se presentan con cierto detalle crítico algunas de las
metodologías propuestas por varios autores. Se muestra desde la presentación de la
ecuación de flujo hasta la fórmula para el cálculo de la resistencia equivalente y se
evidencian las incongruencias físicas o geométricas de las formulaciones mismas.

6.3.1 Método de Horton – Einstein, 1933.

El método propuesto por Horton y Einstein para el cálculo de neq en una sección en la cual
el coeficiente de resistencia a lo largo del perímetro mojado no es constante recurre a las
siguientes hipótesis:

• La sección es divisible en subsecciones limitadas por medio de planos verticales.


• La pendiente de energía de alguna subsección “Soi” es igual a aquella de la sección total
“So”.
• La velocidad media Ui de la corriente en alguna subsección es igual a la velocidad
media U de la sección global: Ui = U.
• El esfuerzo tangencial τo es constante en el tramo de resistencia constante y está dado
por

τ o = ρgRSo (6.21)

donde R es el radio hidraulico y So es la pendiente longitudinal del canal.

149
Si se supone que la resistencia global de la sección es igual a la suma de las resistencias
individuales de cada subsección:

τ o P = ∑ τ oi Pi (6.22)

donde P es el perímetro mojado.


De la primera hipótesis resulta fácilmente,

A= ∑A i (6.23)

La ecuación de Manning para la velocidad en condiciones de movimiento uniforme es

1 2 / 3 1/ 2
U= R So (6.24)
n

y teniendo en cuenta la tercera hipótesis se obtiene

1 2 / 3 1/ 2 1 2 / 3 1 / 2
R So = Ri Soi (6.25)
neq ni

y despejando el valor de Ai tenemos

3/ 2
⎡n ⎤
Ai = ⎢ i ⎥ APi / P (6.26)
⎢⎣ neq ⎥⎦

y sustituyendo (6.26) en (6.23) se obtiene

∑ A[ n ]
3/ 2
A= i neq Pi / P (6.27)

150
∑[n ]
3/ 2
P= i neq Pi (6.28)

y finalmente,

⎡ ∑ ni3/ 2 Pi ⎤
2/3

neq = ⎢ ⎥ Fórmula de Horton – Einstein. (6.29)


⎢⎣ P ⎥⎦

Respecto al método de Horton – Einstein es necesario observar que:

La segunda hipótesis de la igualdad de la velocidad media de la subsección no es realista en


el caso de secciones con geometría compuesta o de secciones con fuerte variación en la
cobertura vegetal a lo largo del perímetro mojado. De otro lado, de la ecuación 6.28 en el
caso en el cual n1 ≠ n2 ≠ ni ≠ n, la congruencia geométrica relativa al perímetro mojado no
se cumple, esto es,

P≠ ∑P i (6.30)

En definitiva se concluye que

Q = AU = ∑ Q = ∑ AU i i i y con U = Ui se tiene que,

Q = U ∑ Ai = AU

De la ecuación 6.29 se observa que si n1 = n2 = ni = n, se respeta la igualdad física de la


resistencia

n = neq. (6.31)

151
6.3.2 Método de Lotter, 1933.

Las hipótesis que son base para el método de Lotter son:

• Divisibilidad de la sección completa en subsecciones por medio de planos verticales.


• Igualdad de las pendientes de energía de la subsección Soi con la pendiente global So.
• El caudal total Q es igual a la suma de los caudales Qi de cada una de las subsecciones,

Q= ∑Q i (6.32)

De ésta ecuación se deduce que

1 1
neq
PR5/ 3So1/ 2 = ∑n PR 5/ 31/ 2
i i So i (6.33)
i

A partir de la segunda hipótesis se concluye

PR5/ 3
neq = (6.34)
1
∑ n PR
i i
5/ 3

y efectuando las transformaciones oportunas se llega a

AR5/ 3
neq = (6.35)
1
∑ n Ai Ri 5/ 3
i

De (6.35) se deduce que en el caso de que n1 = n2 = ni = n resulta,

152
neq ≠ n (6.36)

Esta incongruencia se resuelve sustituyendo en lugar de la definición tradicional de radio


hidraulico una definición de radio hidraulico que lleve a la igualdad en (6.36), de tal manera
que para que neq = n debe cumplirse que

⎡ ∑ Ai Ri2 / 3 ⎤
3/ 2

Req = ⎢ ⎥ (6.37)
⎢⎣ A ⎥⎦

La expresión anterior para el radio hidráulico equivalente se puede resumir con la hipótesis
de que

1
Qtot = ∑n 3/ 2
Ai Ri Soi1/ 2 (6.38)
i

que es equivalente a

1
Qtot = ∑n 3/ 2
Ai Ri Soi1/ 2 (6.39)
eq

Igualando ahora los lados derechos de (6.38) y (6.39)


1 1
Qtot = ∑n Ai Ri Soi1/ 2 =
3/ 2
∑n 3/ 2
Ai Ri Soi1/ 2 y despejando neq obtenemos finalmente,
i eq

neq =
∑ AR i i
2/3

(6.40)
1
∑ n AR i i
2/3

que es la fórmula de Lotter.

153
Existen otras fórmulas para el cálculo de neq deducidas por otros autores que presentan
diversas inconsistencias de carácter geométrico o hidráulico pero que al igual que las
fórmulas de Horton – Einstein (6.29) y de Lotter (6.40) han ofrecido relativamente buenos
resultados cuando se les ha utilizado en problemas de flujo en canales abiertos. En el
código de cálculo desarrollado por el autor para la obtención de la curva de calibración z vs
Q para cualquier tipo de sección transversal se emplean las fórmulas de Horton – Einstein y
de Lotter por considerar que son las de uso más frecuente. A continuación se presentarán
otras fórmulas para el cálculo de neq y sus correspondientes autores.

6.3.3 Método de Einstein – Banks, 1931, o de Pavolvskij, 1931.

Las hipótesis básicas de este método son:

• Divisibilidad de la sección completa en subsecciones por medio de planos verticales.


• Las pendientes de energía de las subsecciones Soi son diferentes entre sí.
• Ui = U.
• R = Ri.
• El esfuerzo tangencial τo es constante en el tramo de rugosidad constante.

La fórmula a la que se llega al aplicar las anteriores hipótesis es

⎡ ∑ ni Pi 2 ⎤
1/ 2

neq = ⎢ ⎥ (6.41)
⎢⎣ P ⎥⎦

que es la fórmula de Einstein – Banks o Pavolvskij, cuya inconsistencia principal es que


P≠ ∑ P ; pero neq = n en el caso en que n1 = n2 = ni = n.
i

154
6.3.4 Método de Krishnamurthy – Christensen, 1972.

Las hipótesis básicas de este método son:

• Divisibilidad de la sección completa en subsecciones por medio de planos verticales.


• La tangente al perímetro mojado en cualquier subsección forma un ángulo pequeño con
la horizontal.
• No existen corrientes horizontales.
• En cada subsección el radio hidráulico es igual a la profundidad hi.
• El movimiento en cualquier subsección es turbulento completamente desarrollado.
• La velocidad en cualquier vertical sigue la ley logarítmica de Von Kármán.
• Existe igualdad de las pendientes de energía de la subsección Soi con la pendiente
global So.
• El caudal total Q es igual a la suma de los caudales Qi de cada una de las subsecciones.

La fórmula así deducida es

Ln ( neq ) =
∑ PLn(n )
i i
(6.42)
∑P i

Que es la fórmula de Krishnamurthy – Christensen. En este caso cuya la inconsistencia


principal es que P ≠ ∑ P ; pero neq = n en el caso en que n1 = n2 = ni = n.
i

155

You might also like