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Cecilia Beuchat*
Son muchas las actividades que se pueden realizar para lograr este fin,
y no siempre deben estar ligadas al acto de leer. Como se ha podido
comprobar, p.e., a través de la audición de cuentos leídos por un adulto, se
enriquece la adquisición de vocabulario en forma significativa (Elley, 1989).
Por otra parte, Nagy y Herman (1987) indican que los niños pueden
aprender numerosas palabras nuevas a partir de los textos que leen, y que ese
*
Profesora de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
número de palabras adquiridas es mayor que el número de palabras
aprendidas a través de la instrucción directa.
Bastante ilustrativos pueden resultar los cálculos hechos por estos dos
investigadores. Según ellos, los alumnos aprenden una palabra por cada 20
palabras nuevas que encuentran en sus lecturas. Si cada niño leyera al día 25
minutos, con un rango de 200 palabras por minuto, durante 200 días al año,
leería 1.000.000 de palabras. Así se encontraría con un número de entre 14 y
30 mil palabras no familiares, de las cuales aprendería entre 550 y 1500.
Según Nagy (1988) los alumnos pueden tolerar textos en que el 15%
de las palabras no son plenamente conocidas:
“Los niños no tienen que saber todas las palabras de un texto para leerlo con
un nivel alto de comprensión. El profesor no tiene para qué tratar cada
palabra poco familiar de un texto” (p. 29).
Cierto día paseaba por el bosque un ratón, iba contento y tranquilo. De pronto, se
topó con un oso hormiguero que se reía descaradamente de él.
—Pero, ¿tú te has mirado alguna vez al espejo? ¿Cómo puedes ir por ahí tan
pequeño e insignificante? Alguien puede pisarte. ¡Ja, ja, ja!
El ratón se alejó muy humillado. Pocos días más tarde, oyó grandes gritos.
Era el oso hormiguero el que chillaba, pues era perseguido por un elefante colérico,
mientras paseaba por el bosque. El ratón se acordó entonces de que los animales de
su raza causaban gran pavor a los elefantes. Sin dudarlo, salió al paso del elefante y
se puso delante, con gesto audaz.
—¿Te atreves con los animalitos indefensos, eh? ¿Por qué no te metes
conmigo, señor elefante? —gritó el ratón seguro de sí mismo.
—Olvídalo, amigo. Veo que comprendes que todos los animales del bosque
merecemos el mismo respeto —repuso el ratón. Y desde aquel día fueron muy amigos.
Las palabras que se sugiere seleccionar son:
Se sugiere que cualquier estrategia que tenga como objetivo el aprendizaje del
vocabulario, contemple diversas y variadas formas para tratar las palabras
elegidas, pues no basta asociar la palabra con su definición. La instrucción
debe proveer numerosas formas de procesar el término.
Para lograr esto, hay diversos caminos, algunos de los cuales serán
expuestos a continuación.
Es ésta, quizás, la forma de trabajo con que más se asocia el tratamiento del
vocabulario en el sistema educacional.
Wood (1976), destaca la estrecha relación que existe entre cómo los
niños dan los significados y el desarrollo intelectual, estableciendo las
siguientes etapas:
Por otra parte, cabe señalar aquí que el sistema de las definiciones no
es una forma que nos asegure el aprendizaje de nuevas palabras. No debe
pensarse que las definiciones no son útiles, pero ellas sólo pueden conducir a
un conocimiento superficial del término. Mirar la palabra en el diccionario y
memorizar su definición no incrementa el léxico de un niño, pues no enseña
cómo debe ser usada (Nagy, 1988).
Esto no significa que se deba descartar el sistema de las definiciones,
de hecho es útil ayudar a que los niños lleguen a ellas, pero debe además
implementarse toda una serie de otras actividades que lo complementan como
es, p.e., la construcción de oraciones que permitan entender mejor el
significado.
(Se puede emplear las mismas tarjetas que se ocuparon para aprender
el alfabeto.)
- Los ejercicios son similares a los sugeridos en el punto anterior, primero con
apoyo de imágenes y luego con palabras. La primera letra debe hacerse con el
mismo color que ya se usó y la segunda letra, con otro.
5. Ordenación de palabras de acuerdo con la primera, segunda y tercera letra
Una vez que las conductas anteriores estén bien logradas, puede iniciarse el
trabajo con el diccionario. Para ello, lo ideal es que cada niño tenga un
ejemplar, aunque sabemos que en gran parte esto es sólo un ideal. En ese
caso, se buscará la posibilidad de formar grupos o emplear el que pertenece al
profesor.
Desde otra perspectiva, cabría señalar que no para todas las palabras
es la búsqueda del diccionario, la forma más apropiada. ¿No habría sido mejor
utilizar el contexto como punto de partida y complementar con dramatización
en el caso de la palabra “desparramar”? En todo caso, la definición habría
podido ser elaborada en conjunto con los niños y confrontada con la del
diccionario.
Otro caso que muchas veces desconcierta a los niños de los cursos de
básica, es el que se presenta a continuación:
- Derivación y composición
En muchos casos ambos procedimientos ayudan a aclarar el significado de una
palabra, a la vez que permiten una ampliación y enriquecimiento. La
derivación permite formar nuevas palabras por medio de sufijos que se
agregan a la raíz de la palabra que tiene existencia independiente.
- Establecimiento de asociaciones
Algunos teóricos han comprobado la efectividad de realizar asociaciones con la
palabra estudiada y lo recomiendan como un sistema para el aprendizaje del
vocabulario.
Anuncio – Anunciar:
- Releen el párrafo donde aparecen ambos términos.
- Infieren el significado en forma general.
- Mencionan otros términos que han escuchado en la T.V. (spot,
réclame), y también en algunos impresos.
- Reproducen los anuncios que más les agradan de la T.V. y los que
no les gustan.
- Comentan el papel de la propaganda televisiva.
- Buscan en el diccionario la definición de “anunciar”.
- Seleccionan el significado que se ajuste más al texto.
“Hacer propaganda o anuncios comerciales.”
- Buscan el término “anuncio”:
“Acción de anunciar.”
“Aviso verbal o impreso.”
- Relacionan ambos términos con sus categorías gramaticales.
- Construyen una oración y la leen.
- Destacan la particularidad ortográfica de ambas palabras.
- Incluyen en su diccionario casero la ficha correspondiente.
Envases:
- Ubican la palabra en el contexto.
- Imaginan tipos de envases en que ven a la espuma de baño que
adquirió el protagonista.
- Observan envases vacíos de distintos productos.
- Conversan para qué sirven.
- Discuten el problema que surge cuando todos dejan botados los
envases por todas partes.
- Dibujan un envase para un producto elegido.
- Inventan una definición propia de envase. Luego la confrontan
con el diccionario.
- “Todo lo que envuelve o contiene artículos de comercio para
conservarlos o transportarlos” (Diccionario Vox).
- Nombran tipos de envases: tarros, cajas, latas, botellas, frascos,
pote, tubo, etc.
- Distinguen expresiones como “envases no retornable”, “envases
desechables”, etc.
- Construyen oraciones empleando el término.
Jadear:
- Ubican la palabra nuevamente en el texto.
- Infieren la acción que realizaba el protagonista en el cuento.
- Escuchan la explicación del término “ijada” de donde proviene:
“Cavidades situadas entre las costillas falsas y las caderas.”
- Comentan lo que sucede cuando se realizan actividades físicas
intensivas.
- Concluyen el significado del término “jadear”.
- Comprueban en el diccionario la definición que ellos proponen:
“Respirar vehementemente a causa del cansancio.”
- Descubren que se relacionan con el movimiento de las ijadas al
respirar fatigosamente.
- Dramatizan la acción.
- Construyen oraciones.
A modo de síntesis
Referencias bibliográficas