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La historia de Moisés realmente nos debe animar. Si usted no ha leído Éxodo 5-6 tal
vez tenga la idea de que Moisés se volvió con paciencia a Dios y le pidió que le
diera su perspectiva de esta circunstancia difícil.
Pero ¡No fue así! Él le echó la culpa a Dios y le acusó de no cumplir lo que había
prometido. En Ex. 6:12 le dijo. Si los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo, pues, me
escuchará el faraón, siendo yo falto de elocuencia? Moisés estaba tan desanimado que
estaba listo a tirar la toalla
Dios es paciente ¡Me alegro de que Dios sea paciente con nosotros, también! Dios se tomó
el trabajo de explicarle a Moisés su perspectiva. Le explico que quería que el faraón
resistiera de modo que el pueblo pudiera ver la mano poderosa de Dios en su liberación.
Quería que el pueblo llegara a conocerle (por experiencia) como el gran YO SOY.
Sea una enfermedad, una calamidad, cualquier sufrimiento, Oriente radicalmente su vida
hacia Dios. Niéguese a sí mismo, tome la voluntad de Dios, y sígale. Centre su vida en
Dios Todo esto le parecerá difícil: (Pero déjelo actuar y se hará fácil, Él pone en Ud.
tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad).
¡No! Cuando la verdad, Jesús, alargo su mano y toco el cuerpo del muchacho, todo
cambio. Cuando se le permitió a Jesús revelarse en esa circunstancia, todos tuvieron
temor y glorificaban a Dios, diciendo: ¡Un gran profeta se ha levantado entre nosotros!
¡Dios ha visitado a su pueblo!