Continuamos con nuestro Estudio Mi Experiencia con Dios, Unidad 7, Estudio 2, con el título
Los Encuentros con Dios exigen Fe.
En esta unidad comenzamos conversando sobre la Crisis de Creencia, esta es la realidad 5, de nuestras 7 realidades. Recuerde que la cuarta realidad nos enseña que Dios viene a nosotros constantemente, para tener un encuentro personal, hablándonos a través de diferentes medios: El Espíritu Santo, la biblia, la oración y la iglesia.
Cuando Dios habla, su respuesta requiere fe. Por toda la escritura cuando Dios se revela a sí mismo, sus propósitos y sus caminos, la respuesta requiere fe.
¿Qué es la Fe?
Hebreos 11:1 nos dice:
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.
La fe es la confianza, certeza y convicción que hemos depositado en que lo que Dios ha
prometido o dicho se cumplirá. Recuerde querido hermano y hermana, que hoy en día es muy común depositar nuestra fe en diversas cosas, pero, su fe no puede descansar en un concepto, idea o en un modelo de vida en particular. Jesús nos enseñó que, si nuestra fe es como un grano de mostaza, NADA NOS SERÁ IMPOSIBLE. ¿Qué tremenda afirmación? ¿Verdad? Creo que no hay poder humano que se le pueda comparar, a hacer que NADA SE VUELVA IMPOSIBLE. Veamos estos ejemplos: Moisés no pudo hacer nada por si sólo, pasaron muchas cosas alrededor de él, se abrió el mar, vio salir agua de una roca, fue proveído de alimento. Moisés debía tener fe que todo eso iba a ocurrir, pero la fe únicamente en Dios. Ahora piense en el siguiente escenario, los discípulos tenían frente a ellos una multitud hambrienta, imagínese por un momento esta escena, pero ellos vieron cómo fueron alimentados por fe. Si usted tiene fe en el Dios que le llamó, le obedecerá; y El hará que ocurra, lo que Él se ha propuesto hacer. Escuche las siguiente premisa: La obediencia indica fe en Dios. La desobediencia indica falta de fe. Sin fe la persona no puede agradar a Dios. Sin fe una iglesia no puede agradar a Dios. Interesante, ¿Verdad? Nosotros enfrentamos las mismas crisis que enfrentaron los personajes bíblicos. Cuando Dios habla, lo que nos pide exige fe. Piense por un momento en aquello que Dios le ha pedido, la misión a la que lo ha invitado. Reflexione si eso que usted debe hacer, lo puede hacer por si sólo. Será que el Señor le invitó a que usted le hable al vecino del inmenso amor que Dios le tiene. Será que usted sigue pensativo si puede llevar adelante la célula de crecimiento o compartir la palabra en pequeños grupos. Será que el Señor está trabajando en su familia, pero usted tiene temor en obedecer a su obra. Recuerde. Solamente su fe en Dios puede permitir alcanzar aquellas cosas a las que él le ha invitado a que se le una en su obra.
Déjeme contarle una historia
Un Pastor contaba que cuando su esposa aprendió a manejar el automóvil y consiguió su licencia, fue un gran alivio para él, porque así los viajes largos por carretera resultarían más cómodos y descansados. Pero al principio, cuando ella conducía el automóvil por calles y carreteras con intenso tráfico, él estaba sentado a su lado con un gran temor metido en su cuerpo. Iba con los ojos muy abiertos, fijos en la carretera y en el tráfico, agarrado fuertemente del asiento y con el cinturón de seguridad puesto. Temía que sucediera un accidente, varias veces pensó en ello. Siempre que ella conducía, lejos de ser un descanso, se convertía en una gran preocupación. Luego él se preguntó, ¿Porque me sucede esto? Él no sabía que cada vez que ella conducía, ponía todos sus talentos en las manos de Dios, ella confiaba que Dios le acompañaba. Ella tenía fe que todo iba a estar bien. Eso lo hizo reflexionar y se dio cuenta así es la fe, poder viajar por la vida en la compañía del Espíritu Santo, feliz y lleno de paz, confiando plenamente en el piloto que maneja el volante, y este es Cristo Jesús. Amado hermano y hermana, No olvidemos que cuando Dios habla, siempre revela lo que Él va a hacer, no lo que quiere que nosotros hagamos por El. Nos unimos a Él de modo que Él pueda hacer su obra por medio nuestro. No tenemos que ser capaces de realizar la tarea con nuestros limitados recursos o capacidades. Con fe, podemos avanzar con confianza y obediencia. Dios le guarde.