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El Stress laboral

Sabemos que el estrés laboral genera un coste personal importante por


las bajas que conlleva, ausencias en el trabajo, escasa motivación que
afecta al nivel productivo y aumento de accidentes de trabajo.
El estrés en el entorno laboral es un problema creciente, inhabilitante y con un
coste personal, social y económico muy importante. Los gastos y pérdidas
derivadas por el costo del estrés son cuantiosos y aumentan año tras año. Son
numerosos los índices de ausentismo, la baja productividad en la empresa, los
accidentes profesionales y la escasa motivación en el trabajo.
En Psicología, estrés suele hacer referencia a ciertos acontecimientos en los
cuáles nos encontramos con situaciones que implican demandas fuertes para el
individuo, que pueden agotar sus recursos de afrontamiento.
La definición del término estrés ha sido muy controvertida desde el momento en
que se importó para la psicología por parte del fisiólogo canadiense Selye (1956).
El estrés ha sido entendido:
•como reacción o respuesta del individuo (cambios fisiológicos, reacciones
emocionales, cambios conductuales, etc.)
•como estímulo (capaz de provocar una reacción de estrés)
•como interacción entre las características del estímulo y los recursos del
individuo.
En la actualidad, este último planteamiento, se acepta como el más completo. Así
pues, se considera que:
ESTRÉS: se produce como consecuencia de un desequilibrio entre las demandas
del ambiente (estresares internos o externos) y los recursos disponibles del
sujeto.
De tal modo, los elementos a destacar en la interacción potencialmente
estresante son:
1. variables situacionales (por ejemplo, del ámbito laboral, condiciones
trabajo),
2. variables individuales del sujeto que se enfrenta a la situación
3. consecuencias del estrés
El estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de
demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuáles debe dar una
respuesta adecuada, poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento. Cuando
la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva frente a los recursos
de afrontamiento que se poseen, se van a desarrollar una serie de reacciones
adaptativas, de movilización de recursos, que implican activación fisiológica. Esta
reacción de estrés incluye una serie de reacciones emocionales negativas
(desagradables), de las cuáles las más importantes son: la ansiedad, la ira y la
depresión.
El organismo humano dispone de un notable sistema de mecanismos de
protección para casi cualquier situación que produzca estrés o afecte a la función
orgánica. Esta reacción al estrés tiene por finalidad conservar el equilibrio del
cuerpo. La respuesta de estrés no es negativa en sí mima, si no al contrario,
facilita el disponer de más recursos para hacer frente a las situaciones que se
suponen excepcionales.
Un trabajo sin estrés puede parecer estupendo, pero no hay que exagerar. Si no
hay un mínimo de estrés, de activación, el trabajo se puede tornar
aburrido y poco estimulante, y acabar siendo, paradójicamente,
estresante.
Una muestra de lo positivo del estrés es el trabajo bajo presión. Aquellos que
tienen la habilidad de sobresalir cuando trabajan bajo crisis o contra el reloj, lo
hacen por el efecto positivo del estrés.
odas estas consecuencias se reflejan, además de en las pérdidas personales, en
costes anuales muy elevados que podrían disminuir, si cada empresa realizase un
estudio preventivo de los agentes que lo provocan y se pusieran en práctica
estrategias para manejar el estrés en la organización.
Según un estudio de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de
Vida y Trabajo (1999) el 28% de los trabajadores europeos padece estrés:
• El 20% padece burnout (desgaste profesional).
• Más de la mitad de los 147 millones de trabajadores afirman que trabajan
a altas velocidades y con plazos ajustados.
• Más de un tercio no puede ejercer ninguna influencia en la
ordenación de sus tareas.
• Más de un cuarto no puede decidir sobre su ritmo de trabajo.
• Un 45% afirma realizar tareas monótonas.
• Para un 44% no hay posibilidad de rotación.
• Una estimación moderada de los costes que origina el estrés relacionado
con el trabajo apunta a unos 20 000 millones de euros anuales.
Son numerosas las causas que dan lugar al estrés en el entorno laboral; algunas
más fáciles de determinar y otras, que pueden pasarnos totalmente
desapercibidas por ser más complejas y más subjetivas de evaluar.
Entre estas causas nos encontramos con:
Unas condiciones físicas determinadas en el puesto de trabajo:
Vamos a observar el entorno del trabajador. ¿En qué condiciones lo está
realizando? ¿Es adecuada la iluminación, entorno acústico y confort térmico?
¿Con qué equipo y mobiliario está trabajando? ¿Se le facilitan las señales e
informaciones que necesita?
Las características temporales del trabajo:
La exigencia continua de finalizar tareas en un límite de tiempo ajustado o
escaso, el trabajo por turnos, la velocidad en que se tienen que realizar las tareas
y la exigencia máxima, suponen factores de estrés y a menudo son el origen de
los trastornos del sueño, agotamiento y trastornos emocionales.
La demanda del trabajo:
La búsqueda de una mayor productividad, calidad y la competitividad excesiva
son razones que llevan a exigir más al empleado generándole una carga de
trabajo. Podemos hablar en términos de cantidad cuando es una demanda
excesiva (sobrecarga) lo que equivaldría estar “hasta el cuello” de trabajo.Y si
hablamos en términos de calidad nos referiremos a las necesidades de formación
y habilidades para ejecutar las tareas, su dificultad y complejidad con sus
respectivas consecuencias.
El nivel ocupacional:
Este punto nos llevaría a las tareas que desempeña el propio trabajador, su papel
en la empresa, lo que tiene o no tiene que hacer, dónde empieza y acaba su
ámbito de responsabilidad.
La situación que genera estrés en cuanto al nivel ocupacional sería básicamente
la falta de definición de tareas. Muchas veces no sabemos qué hacer o qué se
espera de nosotros, porque la información que nos llega es insuficiente y esta
falta de control nos genera malestar. Otras veces realizamos trabajos donde no
hacemos uso de nuestros conocimientos y habilidades creando sensación de
estar desaprovechando nuestras capacidades.
Las relaciones sociales:
Sabemos que las relaciones personales son muy importantes, y más teniendo en
cuenta la cantidad de horas que pasamos en el trabajo. La falta de comunicación
y apoyo social, la falta de relaciones personales en el trabajo y la dificultad de
combinar la vida personal, con la familiar y la laboral son los factores que
propician estrés.
Las habilidades sociales, junto con las habilidades de comunicación, solución de
conflictos y negociación son herramientas atenuantes de este tipo de estresores
y por ello se aconseja que tengan lugar en los planes de formación de las
empresas.
La estructura de la organización:
Una estructura empresarial excesivamente jerárquica o autoritaria, a veces hasta
agresiva, con sistema de toma de decisiones poco participativos y pobre
comunicación interna influye en el clima laboral, organizacional y psicológico de
la empresa generando estrés laboral en sus trabajadores.
Como vemos son numerosas las fuentes de estrés y es de gran importancia el
papel que puede ejercer la propia empresa y de sus medidas de gestión que
serán útiles para atenuar o eliminar el desgaste profesional. La empresa tiene la
obligación de conocer cuál es el nivel de satisfacción de sus empleados, sus
condiciones de trabajo y actuar sobre esta base, ya que si el trabajador se siente
bien, la empresa funcionará mucho mejor.
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