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María José Gutiérrez-Cobo; Rosario Cabello; Pablo Fernández-Berrocal

Inteligencia emocional, control cognitivo y estatus socioeconómico de los padres como factores
protectores de la conducta agresiva en la niñez y la adolescencia
Emotional intelligence, cognitive control and the family’s socioeconomic status as factors guarding
against aggressive behavior in childhood and adolescence
Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, vol. 31, núm. 1, 2017
Universidad de Zaragoza

La Inteligencia Emocional y la conducta agresiva

La IE, siguiendo el modelo de Mayer y Salovey (1997: 10), es definida como «la habilidad para
percibir, valorar y expresar emociones con exactitud; la habilidad para acceder y/o generar
sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el
conocimiento emocional y la habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento
emocional e intelectual». Como se puede observar, desde este modelo, la IE engloba un conjunto de
habilidades relacionadas con el procesamiento emocional de la información. Concretamente, la IE
se estructura dentro de un modelo de cuatro ramas interrelacionadas entre ellas: percepción y
expresión emocional, facilitación emocional, comprensión emocional y regulación emocional.

La IE es un elemento protector de la conducta agresiva actuando en diferentes momentos


temporales del GAM. Así, un menor que presente déficit en la habilidad para percibir las emociones
de los demás podría atribuir intenciones erróneas sobre otras personas durante las interacciones
sociales y, por tanto, evaluar de forma más negativa la situación frente a otro menor que tenga
buenas habilidades de percepción emocional (García-Sancho, Salguero y Fernández-Berrocal,
2015). Otro ejemplo estaría relacionado con la habilidad de regulación emocional. Aquellos niños
con una menor capacidad de regular sus emociones en situaciones negativas que generen una alta
activación emocional, podrían tener una mayor dificultad para controlar la emisión de una conducta
agresiva hacia los demás (Roberton, Daffern y Bucks, 2012).

Resumen: Son escasos los estudios que analizan la relación entre conducta agresiva e inteligencia
emocional. Este estudio examina la relación entre inteligencia emocional rasgo y los componentes
motor (agresividad física y agresividad verbal), cognitivo (hostilidad) y afectivo/emocional (ira)
de la conducta agresiva. El Trait Emotional Intelligence Questionnaire-Adolescents Short Form
(TEIQue-ASF) y el Aggression Questionnaire Short version (AQ-S) fueron administrados a una
muestra de 314 adolescentes (52.5% chicos) de 12 a 17 años. Los resultados indicaron que los
adolescentes con altas puntuaciones en conducta agresiva física, verbal, hostilidad e ira
presentaron puntuaciones significativamente más bajas en inteligencia emocional rasgo que sus
iguales con puntuaciones bajas en conducta agresiva física, verbal, hostilidad e ira. Este patrón de
resultados fue el mismo tanto para la muestra total como para chicos, chicas y los grupos de edad
de 12-14 años y 15-17 años. Además, en la mayoría de los casos se hallaron tamaños del efecto
grandes apoyando la relevancia empírica de estas diferencias.

Rimaicuna López, M. (2014). Programa de juegos de interacción social para estimular el control de las
conductas agresivas en primaria. UCV-HACER. Revista de Investigación y Cultura, 3 (2)

Ramírez-López, C., & Arcila-Rodríguez, W. (2013). Violencia, conflicto y agresividad en el escenario


escolar. Educación y Educadores, 16 (3), 411-429.

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