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Filosofía significa ir en camino.

Pregunta, porque preguntar es más importante


que encontrar la respuesta última y cada respuesta se vuelve una nueva
pregunta.

A diferencia de las ciencias, la filosofía no posee unanimidad acerca de lo conocido


definitivamente así como tampoco el pensar filosófico tiene carácter progresivo, como
lo tienen las ciencias. Esto es que, en definitiva, no estamos mucho más adelantados
que Platón en muchos aspectos.

Una de las razones de esta diferencia, es que la clase de certeza que le cabe lograr a la
filosofía no es la científica. Mientras que las ciencias versan sobre objetos
especiales, la filosofía trata a la totalidad del ser, que interesa al hombre en
cuanto hombre. Por esto, la filosofía brota antes de toda ciencia allí donde
despiertan los hombres.

Una maravillosa señal de que el hombre filosofa en cuanto tal originariamente son
las preguntas de los niños. Ellos poseen con frecuencia una genialidad que pierden
cuando crecen. Es como si con los años cayésemos en la prisión de las convicciones y
las opiniones corrientes, de las ocultaciones y de las cosas que nos cuestión, perdiendo
la ingenuidad del niño.

El niño olvida lo que se le revelo en un momento y se queda sorprendido cuando los


adultos que apuntan lo que ha dicho y preguntado se lo refieren más tarde.

El filosofar original se presenta también en los enfermos mentales. Al principio de


algunas de estas enfermedades tienen lugar revelaciones metafísicas de índole
estremecedora como si se rompiera el velo bajo el cual vivimos ordinariamente la vida.

La filosofía es indispensable al hombre, está todo el tiempo ahí, públicamente es los


refranes tradicionales, en apotegmas filosóficos corrientes, en convicciones
dominantes, en el lenguaje de los espíritus ilustrados, de las ideas y las creencias
políticas pero ante todo en el comienzo de los tiempos, en los mitos.

No hay manera de escapar de la filosofía. Quien rechaza la filosofía, profesa


también una filosofía pero sin ser consciente de ella.

La palabra griega filósofo (philósophos) se formó en oposición a sophós. Se trata de un


amante del conocimiento y del saber a diferencia de aquel que estando en posesión del
conocimiento se llamaba sapiente o sabio. La palabra filosofía expresa búsqueda de
la verdad, no la posesión de ella. Es la esencia de la filosofía.
Filosofía quiere decir: ir en camino. Sus preguntas son más esenciales que sus
respuestas y toda respuesta se convierte en una nueva pregunta.

Qué sea la filosofía hay que intentarlo. Según eso, es la filosofía a una actividad viva del
pensamiento y la reflexión sobre ese pensamiento, o bien hacer o hablar de él.

Pero hubieron otras fórmulas. En la antigüedad la filosofía era considerada (según su


objeto) en el conocimiento de las cosas divinas y humana, el conocimiento del ente en
cuanto ente, es (por su fin) aprender a morir, es el esfuerzo reflexivo por alcanzar la
felicidad, la asimilación de lo divino, es finalmente (por su sentido universal) el saber de
todo saber, el arte de todas las artes, la ciencia en general, que no se limita a ningún
dominio determinado.

Hoy, quizás, la filosofía es lo que nos permite ver la realidad en su origen, reflexión en
mí mismo, apertura a la vastedad que circunvala, comunicarse hombre a hombre con
espíritu de verdad. La filosofía es aquella concentración mediante la cual el
hombre llega a ser sí mismo, al hacerse partícipe de la realidad.

Muchas veces se ha atacado a la filosofía en su raíz y se la ha negado en su totalidad


por superflua y nociva. El autoritarismo eclesiástico ha rechazado la filosofía
independiente porque aleja de Dios. El totalitarismo político ha reprochado que los
filósofos se han limitado a interpretar el mundo pero no a transformarlo. Para ambas
maneras de pensar ha pasado la filosofía por peligrosa, pues destruye el orden,
fomenta el espíritu de independencia y con él el de rebeldía y revolución. Engaña y
desvía al hombre de su misión.

Pero la filosofía está siempre ahí. No puede luchar, no puede probarse pero sí
comunicarse. No presenta resistencia donde se la rechaza ni se jacta donde se la
escucha. Vive en la atmósfera de la unanimidad que en el fondo de la humanidad
puede unir a todos con todos.

En gran estilo sistemáticamente desarrollada hay filosofía desde hace dos mil
quinientos años en Occidente, en China e India. Una gran tradición nos dirige la
palabra. Ni las contradicciones en búsqueda de verdad pueden destruir el fondo en el
cual giran todos los esfuerzos serios: la filosofía una y eterna, la philosophia
perennis .

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