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ANATOMÍA DE LA MAMA
IRRIGACION
INERVACIÓN
La piel que recubre la mama recibe inervación sensitiva de los seis
primeros nervios intercostales y de la rama supraclavicular del plexo cervical
superficial. El pezón tiene una rica inervación, destacando el fenómeno de
“telotismo”, o contracción refleja de su aparato muscular ante estímulos físicos
externos como el roce o el frío.
FUNCIONALIDAD DE LA MAMA
LACTANCIA La misión fundamental de la mama es la de producir leche para la
alimentación del niño en el postparto, rasgo que compartimos con el resto de
mamíferos. Durante el embarazo las mamas adquieren su desarrollo funcional
completo gracias a la acción de varias hormonas: estrógenos, progesterona,
prolactina, lactógeno placentario, hormona del crecimiento y cortisol, de forma
que en el momento del parto la glándula mamaria se halla lista para iniciar la
lactogénesis. A pesar de que los niveles crecientes de prolactina tienden a
estimular la producción de leche, ésta prácticamente no se produce durante el
embarazo debido a la inhibición que ejercen la progesterona y los estrógenos
sobre este proceso. Una vez expulsada la placenta después del parto,
disminuyen bruscamente los niveles de estrógenos y progesterona y por
consiguiente, la inhibición que ejercían sobre la lactogénesis, comenzando la
formación de leche. El amamantamiento estimula la secreción de prolactina, y
ésta, a su vez, mantiene y aumenta la producción de leche; por ello, el
vaciamiento de la mama es necesario para seguir manteniendo la lactancia.
Por otra parte, la prolactina inhibe la secreción hipotalámica de GnRh (hormona
liberadora de gonadotrofinas) y, por lo tanto, los ovarios están inactivos y los
niveles de estrógenos y progesterona son bajos. La secreción láctea y su
mantenimiento requieren, además de la prolactina, otras hormonas como la
insulina, la tiroxina, el cortisol y la hormona del crecimiento. Por otra parte, la
leche no fluye espontáneamente a través de los pezones, sino que requiere la
intervención de reflejos neuronales y hormonales. Así, cuando el niño succiona
el pezón, los impulsos sensitivos llegan a la médula y, de ésta al hipotálamo,
donde se produce oxitocina. Esta hormona contrae las células mioepiteliales de
los alvéolos, que expulsan la leche hacia los conductos galactóforos.