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INTRODUCCION.

La glándula mamaria es de origen ectodérmico y constituye la


característica fundamental de los mamíferos, quienes alimentan a sus crías con
el producto de su secreción, la leche.
En la mujer, la glándula mamaria se encuentra en la estructura
anatómica denominada mama. La histología de la glándula mamaria es
prácticamente la misma en todas las especies: un parénquima glandular,
compuesto de alveolos y ductos, y un estroma de soporte. Cada célula alveolar
se comporta como una unidad de secreción, produciendo leche completa,
sintetizando y transportando desde el plasma sanguíneo las proteínas, grasas,
hidratos de carbono, sales minerales, anticuerpos y el agua, que son los
principales constituyentes de la leche. El proceso de síntesis y de secreción es
similar en todas las especies. La composición química de la leche y la
disposición anatómica del sistema de almacenamiento de la leche en la
glándula mamaria varía en las diversas especies.
Las glándulas mamarias son glándulas accesorias especializadas de la
piel. Son los órganos que, en todos los mamíferos, producen leche para la
alimentación de sus crías o hijos durante los primeros meses o semanas de
vida. Estas glándulas exocrinas son glándulas sudoríparas dilatadas.

ANATOMÍA DE LA MAMA

Las glándulas mamarias están presentes en ambos sexos. En el hombre


se mantienen rudimentarias toda la vida, en cambio en la mujer están poco
desarrolladas hasta antes de la pubertad, cuando empieza el proceso de
maduración. El máximo desarrollo de estas glándulas se produce durante el
embarazo y especialmente en el período posterior al parto, durante la lactancia.

Las mamas pueden extenderse en medida variable por su cara lateral.


Su forma varía según características personales, genéticas y en la misma
mujer de acuerdo a la edad y paridad. La mayor parte de la masa de la mama
está constituida por tejido glandular y adiposo. Durante el embarazo y la
lactancia el tamaño de la mama aumenta debido al crecimiento del tejido
glandular.

La mama, alojada en la fascia superficial de la pared torácica anterior, que se


continúa caudalmente con la fascia abdominal superficial de Camper, está
compuesta por 15 a 20 lóbulos de tejido glandular túbulo-alveolar que aparecen
separados por bandas fibrosas de tejido conectivo, en forma radiada, que
alcanzan la dermis formando los ligamentos suspensorios de Cooper.
Presentan una prolongación axilar (cola de Spence). En la porción más
prominente de la cúpula mamaria se encuentra el pezón, una formación papilar,
de superficie irregular y a cuyo vértice van a desembocar los conductos
galactóforos. Rodeando al pezón se encuentra la areola, una zona cutánea de
3 a 5 cm de diámetro, de coloración oscura, de aspecto rugoso y con múltiples
prominencias redondeadas o tubérculos de Morgagni (glándulas sebáceas),
que en el embarazo se hacen más prominentes y se denominan tubérculos de
Montgomery, éstas contiene estructuras histológicas similares a la parte
glandular d la mama y producen una secreción grasa que lubrica el pezón y la
areola. La cara profunda de la mama es ligeramente cóncava y se encuentra
en relación con el músculo pectoral mayor, el serrato anterior y la parte superior
del oblicuo externo del abdomen. La mama está separada de estos músculos
por la aponeurosis profunda. Entre ambas hay un tejido areolar laxo
denominado espacio retromamario, éste permite que la mama tenga cierta
movilidad sobre la aponeurosis profunda que cubre al plano muscular.

La cara superficial de la mama está cubierta por piel. Aproximadamente


en el centro de esta cara se encuentra el pezón que está en relación al cuarto
espacio intercostal en la nulípara (MUJER QUE NUNCA HA TENIDO HIJOS).
El pezón contiene numerosas fibras musculares lisas, en su mayoría de tipo
circular, las que se contraen al estimularlo mecánicamente, originando la
erección del pezón. Bajo la areola se ubican las dilataciones de los conductos
galactóforos llamadas senos lactíferos, que acumulan leche y el niño debe
exprimir al momento de ser amamantado.
A la sección y de dentro hacia fuera la mama está constituida por tres
componentes: el tejido glandular, tejido fibroadiposo y la piel. Tejido glandular
La mama es una glándula sudorípara, y se presenta como una masa de
coloración gris amarillenta, localizada entre las capas superficial y profunda de
la fascia torácica superficial. La constituyen de 15 a 20 lóbulos mamarios, cada
uno contiene pequeños lobulillos y cada uno de estos contiene acinos
glandulares. En la porción superoexterna, presenta una prolongación hacia la
axila llamada cola de Spence. Tejido fibroadiposo La fascia superficialis se
divide en dos hojas, una anterior, que envía prolongaciones a la cara profunda
de la dermis, que son los llamados ligamentos de Cooper o líneas de Sharpey,
que delimitan espacios de tejido adiposo conocidos como fosas adiposas de
Duret, y otra posterior o ligamento suspensorio, que va por detrás de la cara
posterior de la mama y en contacto con la aponeurosis de los músculos
pectoral mayor, serrato mayor y oblicuo mayor. El tejido adiposo subcutáneo,
se desdobla también en dos láminas, anterior entre la glándula y la piel y
posterior, entre la glándula y el ligamento suspensorio de la mama. Piel La piel
a nivel de la areola no descansa sobre tejido graso, sino sobre un sustrato de
células musculares lisas dispuestas circularmente, cuya contracción origina la
erección del pezón y la eyección láctea en la lactancia.

IRRIGACION

ARTERIAL El aporte arterial de la mama se establece por (Figura 1): • Ramas


perforantes de la arteria mamaria interna (la mamaria interna o torácica interna
es rama de la arteria subclavia). Pasan a través de los primeros siete espacios
intercostales a nivel esternal, atraviesan las inserciones del músculo pectoral
mayor, alcanzando la mama por su borde glandular interno. Irrigan más del
50% del total de la mama (pectoral mayor, cuadrantes internos de la mama y
piel vecina). • Arteria torácica inferior o torácica lateralis o arteria mamaria
externa, rama de la arteria axilar (prolongación de la arteria subclavia). Nace
por detrás del músculo pectoral menor, y emite ramas externas que irrigan
mayoritariamente al pectoral mayor. • Arteria acromiotorácica, rama de la
arteria axilar. Discurre entre ambos pectorales, y emite ramas que irrigan los
pectorales, el serrato y la cara posterior de la mama. • Arteria torácica superior,
arteria subescapular y ramas perforantes de las arterias intercostales; en
menor medida y de forma variable contribuyen a la irrigación de la mama.

VENOSO • Red superficial: Bajo el complejo areola pezón (CAP), en el espacio


subcutáneo, forma el plexo venoso de Haller; que drena a las venas mamarias
internas y externas y a las venas superficiales del cuello. • Red profunda:
Recoge la sangre de la mama y de los músculos adyacentes, sigue vías de
drenaje similar al arterial, destacando tres vías: – Venas perforantes: drenan a
las venas intercostales y de ahí a las venas mamarias internas. Las ramas
perforantes de la mitad interna de la glándula transportan la mayor parte de la
sangre venosa. – Venas de drenaje directo a la vena axilar: recibe ramas
profundas de la mama y músculos. – Efluentes posteriores: drenan hacia las
venas intercostales, que a su vez se continúan con las venas vertebrales para
desembocar en la vena ácigos (esta vía ha sido propuesta por Batson para
explicar las metástasis de cáncer de mama a los cuerpos vertebrales, sacro o
pelvis sin evidencia de de enfermedad metastásica pulmonar).

INERVACIÓN
La piel que recubre la mama recibe inervación sensitiva de los seis
primeros nervios intercostales y de la rama supraclavicular del plexo cervical
superficial. El pezón tiene una rica inervación, destacando el fenómeno de
“telotismo”, o contracción refleja de su aparato muscular ante estímulos físicos
externos como el roce o el frío.

FUNCIONALIDAD DE LA MAMA
LACTANCIA La misión fundamental de la mama es la de producir leche para la
alimentación del niño en el postparto, rasgo que compartimos con el resto de
mamíferos. Durante el embarazo las mamas adquieren su desarrollo funcional
completo gracias a la acción de varias hormonas: estrógenos, progesterona,
prolactina, lactógeno placentario, hormona del crecimiento y cortisol, de forma
que en el momento del parto la glándula mamaria se halla lista para iniciar la
lactogénesis. A pesar de que los niveles crecientes de prolactina tienden a
estimular la producción de leche, ésta prácticamente no se produce durante el
embarazo debido a la inhibición que ejercen la progesterona y los estrógenos
sobre este proceso. Una vez expulsada la placenta después del parto,
disminuyen bruscamente los niveles de estrógenos y progesterona y por
consiguiente, la inhibición que ejercían sobre la lactogénesis, comenzando la
formación de leche. El amamantamiento estimula la secreción de prolactina, y
ésta, a su vez, mantiene y aumenta la producción de leche; por ello, el
vaciamiento de la mama es necesario para seguir manteniendo la lactancia.
Por otra parte, la prolactina inhibe la secreción hipotalámica de GnRh (hormona
liberadora de gonadotrofinas) y, por lo tanto, los ovarios están inactivos y los
niveles de estrógenos y progesterona son bajos. La secreción láctea y su
mantenimiento requieren, además de la prolactina, otras hormonas como la
insulina, la tiroxina, el cortisol y la hormona del crecimiento. Por otra parte, la
leche no fluye espontáneamente a través de los pezones, sino que requiere la
intervención de reflejos neuronales y hormonales. Así, cuando el niño succiona
el pezón, los impulsos sensitivos llegan a la médula y, de ésta al hipotálamo,
donde se produce oxitocina. Esta hormona contrae las células mioepiteliales de
los alvéolos, que expulsan la leche hacia los conductos galactóforos.

FUNCIÓN INMUNITARIA Se ejerce a través de la secreción de


inmunoglobulinas y citoquinas en el calostro y en la leche. La PRL (prolactina)
es la hormona fundamental para la secreción de inmunoglobulina A por las
células plasmáticas.
FUNCIÓN REPRODUCTIVA Y SEXUAL Influye en la producción de infertilidad
lactacional secundaria a la disrupción secretora de gonadotrofinas, motivada
por la hiperprolactinemia. De igual modo las mamas cumplen un papel
fisiológico y cultural en la función sexual femenina y masculina humana. Como
zona erógena, es importante su participación en las relaciones sexuales.

FUNCIÓN ENDOCRINA Es aún dudosa, aunque sí que se ha observado que


en ciertas especies, la mama, es capaz de sintetizar progesterona desde la 7-
alfa-pregnenolona, estradiol hasta precursores androgénicos y prostaglandinas.
El efecto local de dichas hormonas, puede modificar el crecimiento de las
células neoplásicas y ciertos tumores desarrollados en la glándula mamaria son
capaces de producir hormonas en concentraciones incluso detectables en
plasma y cultivos celulares.

LA MAMA Y SU EXPLORACIÓN CLÍNICA


La exploración clínica de las mamas debe formar parte del examen sistemático
de toda paciente, para identificar la mama patológica y se distingan las
alteraciones benignas y las variantes de la normalidad.

Inspección La inspección se debe realizar con la mujer desnuda de cintura para


arriba, variando las posiciones de los brazos, extendidos a lo largo de cuerpo,
extendidas hacia arriba, en posición de jarras y extendidas hacia delante con la
cintura doblada de modo que las mamas cuelguen libremente, de frente y de
perfil. Mediante estas maniobras podremos valorar la simetría o asimetría de
las mamas, las posibles alteraciones del complejo areola-pezón y la aparición
de prominencias en el contorno mamario, enrojecimientos, eczemas,
secreciones por el pezón o retracciones de la piel. Esta inspección nos sirve de
orientación a la palpación de las mamas, aumentando la sensibilidad de la
exploración clínica.

Palpación Es importante destacar que, lo que se considera como mama


normal ofrece muchas variaciones individuales dependiendo de la edad,
cantidad de panículo adiposo y cambios fisiológicos durante el ciclo menstrual.
Así, la mama de una mujer joven, habitualmente con menos cantidad de tejido
adiposo rodeando la glándula, se palpa generalmente como más firme y
nodular que las mamas involucionadas (postmenopausia), en las que
predomina el tejido graso. También conviene recordar que el momento más
adecuado para realizar la exploración será durante la primera mitad del ciclo.
Debe acompañarse siempre de la exploración de las regiones ganglionares
axilares y supraclaviculares, aún cuando el examen mamario sea normal. Se
realiza con la paciente sentada y en decúbito supino, comparando siempre una
mama con la otra. Con las manos extendidas, los dedos juntos formando un
solo plano y realizando suaves movimientos circulares con los dedos índice y
medio, presionando la glándula sobre la parrilla costal, se debe recorrer la
totalidad de la superficie de ambas mamas (cuatro cuadrantes y la región del
pezón), llegando hasta el borde inferior de la clavícula y varios centímetros por
debajo del surco submamario (Figura 4). Con el dorso de la mano se pueden
apreciar diferencias de temperatura que orienten hacia un proceso infeccioso.
No se debe olvidar la presión sistemática de los pezones, en busca de telorrea.
La exploración de las regiones axilares y supraclaviculares con la paciente
dentada y el brazo en abducción permite valorar la existencia de ganglios, su
número, consistencia y movilidad. Se establecerá el estadío clínico según la
clasificación TNM.

Hallazgos exploratorios Podemos encontrar alteraciones de la morfología


mamaria como dismorfias (amastia, aplasia, atelia), hipoplasias congénitas o
adquiridas, dismorfias por exceso (hiperplasias e hipertrofias), asimetrías
(malformativas verdaderas en algunos síndromes como el de Poland, y
adquiridas por cirugías, radioterapia o traumatismos), politelias y polimastias.
Entre las tumoraciones mamarias cabe destacar los fibroadenomas, nódulos
benignos más frecuentes que se tactan con contornos bien definidos, móviles
respecto a planos profundos y superficiales, lobulados en casos de gran
tamaño. Los quistes mamarios, aparecen como nódulos elásticos de
características benignas, pudiendo ser dolorosos a la palpación o
espontáneamente si están a tensión. La presentación clínica del cáncer de
mama es variable, generalmente el hallazgo inicial es un nódulo mamario
detectado por la paciente y en menor frecuencia dolor persistente o telorrea.
Podemos encontrar signos anodinos a la inspección o en casos un poco más
avanzados alteraciones en el contorno de la mama, o retracciones de la piel o
del complejo areola-pezón. El enrojecimiento de la piel, acompañado de
aumento de la temperatura y de edema (piel de naranja), es la triada que debe
hacernos sospechar un carcinoma inflamatorio. No debemos confundir este
cuadro clínico grave con los procesos infecciosos de la mama. La inspección
mamaria también puede poner de manifiesto la enfermedad de Paget de la
mama, adenocarcinoma intraepidérmico de la zona areolomamilar que se
asocia a un carcinoma subyacente sincrónico y que se manifiesta por una
lesión costrosa, muy pruriginosa, localizada en el pezón. La palpación del
cáncer de mama en general es bastante característica. Suele detectarse un
nódulo de consistencia dura, pétrea en ocasiones, de bordes irregulares, poco
móvil respecto a los tejidos que lo circundan y en ocasiones adherido al plano
muscular o a la piel de la mama. Las adenopatías axilares, en el caso de estar
presentes, pueden ser inespecíficas a la exploración.
Las telorreas pluriorificiales, uni o bilaterales, ya sean serosas más o menos
oscuras, verdosas o hemorrágicas, suelen aparecer en mamas mastopáticas y
en casos de ectasia canalicular. Aún así, debemos tener en cuenta, sobre todo
en casos de telorragia, la posible presencia de papilomas múltiples
intracanaliculares, que nos obligarán a practicar estudios diagnósticos
complementarios. Las telorreas o telorragia uniorificiales raramente son
consecuencia de trastornos funcionales. Debemos realizar gliptografía y
mamografía para descartar la presencia de un proceso maligno. La galactorrea
es una telorrea bilateral pluriorificial blanquecina, espontánea o hallada al
presionar los pezones. Se trata de un proceso muy frecuente durante la
gestación y en los meses posteriores a la retirada de la lactancia materna, pero
fuera de estas circunstancias precisa de un estudio para descartar
hiperprolactinomas y posibles adenomas hipofisarios.

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