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Harold W.

Fehderau

Hace algunos años, los teólogos pensaban que los manuscritos originales del Nuevo
Testamento habían sido escritos en un lenguaje especial al que llamaron el griego del
Espíritu Santo. Tenía esta opinión porque el griego usado en el Nuevo Testamento y el
usado en otra literatura en esos días diferían notablemente en estilo y gramática. El
lenguaje del Nuevo Testamento no se parecía a la lengua clásica de Homero y otros
escritores. Este griego especial lo usaron solamente los escritores del Nuevo
Testamento. Y ya que el lenguaje de la Escritura es inspirado por Dios, los teólogos
llegaron a la conclusión de que el lenguaje debía ser exclusivo del Espíritu Santo.

Sin embargo, a comienzos de este siglo los descubrimientos arqueológicos en Egipto


sentaron la evidencia de que el griego del Nuevo Testamento no era un lenguaje
especial. Los arqueólogos encontraron cartas de negocio, facturas y otros documentos
escritos en el lenguaje común de esos días. Para sorpresa de todos, estaban escritos
en un griego muy parecido al usado por los escritores del Nuevo Testamento, lo que
mostró que el Espíritu de Dios no usó un lenguaje especial en las Escrituras: Él usó el
lenguaje de todos los días para proclamar su mensaje. La gente no tenía que aprender
una lengua nueva para comprender lo que Él les decía.

¡Por supuesto! Los escritores del Nuevo Testamento no tenían interés en escribir un
mensaje que la gente no pudiera entender. Por el contrario, estaban deseosos de que
se comprendiera. Tenían el mensaje de vida que ellos querían proclamar a la gente de
ese tiempo, y en el caso del apóstol Pablo, a los miembros de las iglesias a quienes
escribió sus cartas. Todos los escritores usaron el griego popular de entonces para que
la gente comprendiera el mensaje. Si hubieran usado el griego clásico, el mensaje no
hubiera sido trasmitido con efectividad.

Esto nos lleva a un principio muy importante, vigente aún en nuestros días. Estamos
convencidos de que el mensaje bíblico debe ser asequible en un lenguaje que todos
puedan entender. Las Sociedades Bíblicas han tratado de seguir el modelo establecidos
por los primeros escritores de las Escrituras: por eso, las traducciones se preparan en
un lenguaje que llegue al corazón de la gente de hoy. La Biblia en español, un ejemplo
entre muchos, con la que se quiere llegar al mayor número posible de gente así como
los escritores de las Escrituras quisieron alcanzar a la gran mayoría usando el griego
que ellos hablaban.

La Biblia Dios Habla Hoy es una traducción en español común o popular. El significado
de la Escritura ha sido trasmitido teniendo todo el cuidado posible; los traductores han
sido fieles al mensaje encontrado en el texto original. Pero, el nivel de lenguaje y el
estilo que los traductores han empleado en esta versión, es el que se utiliza en el
español de hoy, con el fin de que el mensaje llegue claro, en un alengua que todos
pueden entender.

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