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El nivel inicial.

Contradicciones y polémicas
Ana Malajovich

El nivel inicial ha sido el último en ser reconocido dentro del sis-


tema educativo argentino. En sus orígenes fue definido como escue-
la especial-en la Ley de Educación 1420 de 1884-y luego, a mediados
del siglo xx, como preprimario o preescolar. Estas últimas denomina-
ciones establecían su carácter de etapa previa a la escolaridad, con una
difusa intencionalidad educativa, comunicando la idea de que los niños
debían esperar hasta su ingreso a la escuela primaria para iniciar su
proceso de apropiación del conocimiento.
Su carácter optativo condicionó el modo anárquico en que el nivel
se fue expandiendo y la indeterminación acerca de las secciones que
abarcaba. Estos aspectos fueron producto de las decisiones autónomas
de cada una de las provincias. Así la mayoría de ellas sólo integró la
última sección de 5 años, algunas además admitían a los niños desde
los 4 años y muy pocas a los niños desde los 3 años.'
En la mayoría de las jurisdicciones estas secciones estaban incor-
poradas a las escuelas primarias y, aunque todas ellas fueron suman-
do personal docente especializado, en la mayoría se carecía de perso-
nal directivo propio.

1 Un caso particular fue el de la provincia de Buenos Aires que en el año 1946 estableció la Ley 5096,
llamada Ley Simini de Educación Preescolar, que estableció la obligatoriedad y gratuidad del jar-
dín de infantes desde la sección de 3 años, hecho que le dio un fuerte impulso al permitir el creci-
miento del nivel de manera autónoma. Sin embargo, en el año 1951 se determinó que la asistencia
sería voluntaria y no obligatoria (para mayor ampliación sobre el tema véase Historia de la Educación
Inicial en la Provincia de Buenos Aires, 2001).
10
1 l. COlntrI1dlc:c!on y

i bi n a través añ s 1niv el Iu . adqllllll 11 I I 1111 I niv I inicial: ¿para todos o para pocos?
pio y conquistando una mayor auton mía, no ,b. tunt n
la actualidad modalidades diversas de organiza i' n. urr a pe ar
l" 1 nivel inicial, a diferencia de los demás niveles educativos, carga
de que la Ley Federal de Educación del año 1993, que rige nuestr de su origen un mandato social incierto y confuso. Surgid~ como
sistema educativo, establece que el nivel inicial está conformado por aliativo al abandono de los menores por el ingreso de las mujeres al
el jardín maternal, que atiende a los niños hasta los 2 años inclusive, y ampo laboral o como compensatorio de las c~ndicio,nes de miseria
por el jardín de infantes, que abarca desde los 3 a los 5 años inclusive, n el que transcurría la vida de los sectores SOCIalesmas p.~stergados,
siendo obligatoria esta última sección. 1 nivel inicial fue asumiendo tardía y lentamente su función de edu-
Como consecuencia de la propia historia del nivel" y por la falta de car a la infancia.
voluntad política de respetar lo establecido en la legislación vigente, En la Argentina esta impronta también marc~ el derro~ero. de sus
carecemos en el país de un sistema articulado y coherente. Así es como instituciones. Aunque bajo la influencia de Sarmiento los Jardmes de
el jardín de infantes pertenece al sistema educativo; mientras el jar- infantes se han desarrollado con un mandato educativo que se ve plas-
dín maternal en la mayoría de ellas depende de organismos sociales mado en la Ley 1420,4 se multiplicaron de modo paralelo las institu-
provinciales y/o de las municipalidades." ciones benéfico-asistenciales para los niños pobres.
Tampoco se cumple el artículo de la Ley Federal que establece que El jardín de infantes que nos legó esta ley fue una institución de
los jardines maternales deben tener personal docente y supervisión carácter urbano y al servicio de los sectores medios y altos de la pobla-
pedagógica específicos. Es más, en algunas jurisdicciones se produce ción. La exigencia de que los jardines se establezcan en "ciudades
la paradoja de la coexistencia, en forma paralela, de instituciones que donde sea posible dotarlos suficientemente", determina ya su marca de
atienden a niños menores de 3 años que dependen de organismos socia- nacimiento que vemos perpetuarse hasta hoy. ¿Cuáles eran las ciudades
les y del sistema educativo al mismo tiempo, sin que se hayan plantea- donde era posible establecer jardines de infantes?, ¿cuáles serían los s~c-
do, en esos casos, acuerdos para mejorar la calidad de la atención de tores sociales que tendrían acceso a estos servicios? Lugones, a pnn-
los jardines maternales que funcionan más como guarderías que como cipios del siglo xx, lo destaca con claridad:
instituciones de atención integral a la infancia.
La atención educativa para los niños menores de 3 años es inexis- Niños bien vestidos, porque esto suele ser, con más o menos disir~lUl~,
una condición para admitirlos, al constituir habitualmente los tales J ardi-
tente aun para las estadísticas oficiales del Ministerio de Educación,
nes un mero adorno de las escuelas donde funcionan. Así acaba de fal-
que .no tiene registros acerca de la cantidad de niños que concurren
searse la institución, convertida en objeto de lujo. (Lugones, 1905)5
a los establecimientos bajo dependencia educativa. Es así como los
datos con los que se cuenta son proporcionados por los organismos de
Recién en los últimos veinte años se han ido incorporando pro-
ayuda social.
gresivamente los niños de los sectores m~s pobres .de.l~ población,
Todas estas cuestiones ponen en el centro del debate el tema del
como consecuencia de una política educatIva que pnonzo una mayor
nivel inicial como primer escalón de un proyecto de exclusión o de
democratización en el acceso a la educación durante el advenimien-
inclusión educativa.

_,La Ley 1420 incorpora los jardines de infantes en el artículo 11: "A~emás de las escuelas co~~nes
mencionadas, se establecerán las siguientes escuelas especiales en ensenanza pru~ana: uno o mas ]at·
dines de Infantes' en las ciudades, donde sea posible dp:?rlos sufiCIentemente.. _
'Véase el trabajo de Rosana Ponce en este mismo libro. , En este texto Lugones justifica la razón por la cual, siendo inspect?r de Ensenanz~, 1 .ctde cerra_~
x Son muy pocas las jurisdicciones que reconocen al nivel inicial como nivel educativo que abarca a
el profesorado que formaba a las maestras jardineras con la mtencion de que eso 1 III os se utili
los niúos desde los 45 días a los 5 años. zara n para la enseñanza primaria.
10
101

to de los gobiernos constitucionales y, fundamentalmente, debido a Gr flco 1 _


que la Ley Federal de Educación 24195 del año 1993 estableció la obli- nto de la matrícula en la sala de 5 anos
gatoriedad de la sala de 5 años, 10 gue comprometió al Estado nacio- -----~--- I
nal y a los gobiernos provinciales a aumentar la cobertura mediante I
NEA ii
la creación de nuevos jardines de infantes y la construcción de nue-
vas salas.
NOA I
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos todavía no alcanzamos a esco-
CUYO
larizar a todos los niños de estas edades. Según las estadísticas oficia- '''A'o 200111
les cursa la última sección del nivel inicial el 91,8% de los niños, pero SUR :~_~ño 19~JI
este porcentaje no es igual para todos los sectores sociales. Así con-
curre a la sala de 5 años sólo el 87,1 % de los niños que pertenecen al CENTRO I
sector más pobre de nuestra sociedad, e194,8% de los sectores medios I
PAís
y el 95,2% de los que pertenecen al 20% más rico de la sociedad (SIEM-
PRO, ECV, 2003).6 I
0% 20% 40% 60% 80% 100% !
Estas diferencias entre sectores sociales corresponden a las varia- I
ciones que es posible observar entre las distintas regiones del país. Datos elaborados por la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educa-
tiva del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, año 2005.

El elevado índice de asistencia de la sala de 5 años esconde disparidades


entre las provincias, algunas de las cuales no superan el 70%, como Misio-
nes y Chaco, donde la tasa de asistencia alcanza el 67 y el 68%, respecti- Esta segmentación social en el acceso a las instituciones educa~i~as
vamente. Entre las provincias con mayores índices se ubican la Ciudad de se hace más evidente entre los niños de 3 y 4 años. Del total de ;mo~
Buenos Aires y Santa Cruz, con un 95% y Tierra del Fuego, con un 97 del país que se encuentran comprendidos en estas edades, so o e
por ciento.
46 8 o/c concurre a jardines de infantes, jardines maternales o guarde-
Argentina registró un aumento del 14% en el último año del nivel ini-
rí;s. ;ero si analizamos el nivel social de procedencia, encontramos
cial durante la década 1991-2001, un período a partir del cual el Estado
nacional dispuso la obligatoriedad de la sala de 5, establecida por la Ley / .
que umcamente 1 de los niños que pertenecen
1o 1.iace e 1 29 ,/0 01 a los
Federal de Educación (1993). La región del NEA,' pese a ser una de las hogares mas / po b res, e 1 50 ,/0
SOlde los que pertenecen a los hogares
. 1de
zonas con menores tasas de asistencia escolar y mayores niveles de pobre- recursos me dilOSy un 899,/001 de los que se ubican en el sector SOCIalato
za, tuvo un incremento en la sala de 5 del 30% (del 54 al 70 por ciento)." (SIEMPRE, ECV, 2003). .. ._
Además, si en estos porcentajes se diferencia a l~s que asisten a ms
El siguiente gráfico muestra el crecimiento de la matrícula en la sala tituciones reconocidas oficialmente como educativas, los dato~ pro-
de 5 años entre los años 1991 y 2001, en las distintas regiones en que cesados por el Ministerio de Educación revelan 3-ue la tasa de asisten-
está dividido nuestro país. Como se puede observar, las zonas que . 2003 era de un 15% entre los niños de 3 anos y de un 44% entre
cm en ._ t ce
corresponden a las provincias más ricas son las que pudieron incor- los de 4 años. Como es de suponer, la mayoría de e.s~osnmos per ene
porar un mayor número de niños.
a los sectores sociales medios y altos de la población. ./
Mientras escribimos este trabajo, el Minist~rio ~e EducaClo~ an~n-
, SIEMPRO: Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Problemas Sociales, dependiente de
la Secretaría de Desarrollo Social. ció el envío al Congreso de la Ley de Financiamierito Ed~catlv.o. n
7 La región del NEA abarca las provincias de Chaco, Forrnosa, Corrientes y Misiones. el artículo 2 del citado proyecto se establece que ~l ~nunClado mcre-
' Véase el sitio web: <www.periodismosocial.org.ar.>
mento de la inversión tendrá como uno de sus obJetIVOS
108
In V I Inl 1. Contradlcclon yp I m e o

incluir en ~l nivel inicial al CIEN POR CIENTO (100%) el la p blací 11 l.


CIN.~O (5) anos de edad y asegurar la incorporación creciente d 1 S nji s más pr ocupante es el de La Pampa, que llega a sólo el 4,1 %. El por-
y rimas de :RES (3) y CUATRO (4) años, priorizando los sectores sociales má . .nt ~ para todo el país es del 68 por ciento.
desfavoreCldos. on respecto a los niños de 5 años, el porcentaje atendido por la
tión estatal es mayor al 50% en todas las jurisdicciones y el pro-
Com?yuede observarse, no se destinarán recursos para la atencié n dio nacional es de un 77,12%. Las que registran el menor porcen-
de l~s nmos menores de 3 años: tanto el gobierno nacional como los t ~e de niños inscriptos en instituciones estatales son la Ciudad de Bue-
g?~IernOs provinciales se comprometen a escolarizar totalmente a lo os Aires, con un 53,55%, y la provincia de Buenos Aires, con un
nmos. de 5 años, pero s~ anuncia de manera difusa, sin establecer por- 7,37%, hecho explicable por ser jurisdicciones donde se concentra
centajes, el apoyo a la mcorporación de niños de 3 y 4 años. un mayor poder económico y, por lo tanto, cuentan con una presen-
Esta situación es preocupante, ya que la cantidad de niños de estas ia importante de instituciones privadas. Por el contrario, ocho pro-
edades ~ue tienen la oportunidad de concurrir al jardín de infantes es vincias absorben más del 90% de la matrícula de 5 años en institucio-
muy desigual entre las provincias del país. nes estatales.
E~_efecto, sólo cuatro jurisdicciones han escolarizado a más del 20% En síntesis, la cobertura total y la oferta pública son escasas, en par-
de runos de 3 arios;" de las otras veinte, diecisiete menos del 10% y, ticular para los niños de 3 y 4 años, si se las compara con los restan-
de este total, once menos del 5 por ciento. tes niveles de enseñanza. También son las más injustas, ya que en el
~n relación con los niños de 4 años la situación es significativamente strato más pobre, sólo 3 de cada 10 niños asisten a guarderías y jar-
mejor. Once provincias escolarizan menos del 30%, de las cuales sólo dines, mientras en el segmento de mayor poder adquisitivo la pro-
una no a~canza el 10%, mientras que las restantes trece superan estos porción sube a 9 de cada 10 niños.
porcentajes, alcanzando la mayoría de ellas más del 50% de los nifios.'? Esta realidad se hace más inequitativa cuando se analiza la situación
Pero si se analiza qué porcentaje de la matrícula cubre la oferta esta- de los menores de 3 años, quienes debido a la escasez de la oferta públi-
tal, e!yanorama es mucho más alarmante, en particular en el caso de ca educativa permanecen en sus hogares o son recibidos en institu-
los nmos de 3 años, ya que en el marco nacional las instituciones esta- ciones dependientes de organismos asistenciales o comunitarios. Así
t~les cubren sólo e161 % de este grupo. En dos de las provincias argen- sólo el 0,8% de los niños más pobres concurre a un establecimiento
tinas (Santa Cruz y La Pampa) no se registran niños de 3 años en las (guardería o jardín maternal), el 3,5% de los que provienen de sec-
instituciones estatales, mientras que sólo trece de las provincias tie- tores medios y el 19,3% de los que pertenecen a los sectores de mayo-
nen una ofer:~ que supera el 50% de la matrícula de esta edad regis- res recursos económicos (SIEMPRO, ECV, 2003).
trada en servICIOSeducativos. 11 La ausencia de una política educativa que apostara a ofrecer alter-
E~ ,cambio, la ~_atrícula absorbida por la gestión estatal es mayor en nativas de escolarización temprana de los niños para aquellas familias
relacIO~ con los runos de 4 y 5 años. La mayoría de las provincias atien- que eligieran o precisaran de esta opción, ha sido producto de la falta
de a mas del 50% de los niños de 4 años escolarizados en institucio- de reconocimiento social acerca de las potencialidades cognitivas de
nes estatales, salvo tres de ellas que no alcanzan este porcentaje; el caso los niños pequeños y de sus capacidades de aprendizaje, así como de
la función educativa que cumple el nivel inicial, en particular en su pri-
9 Las dos jurisdicciones
d B .
que han podido escolarizar a más del 5001 d
70
.- d 3 - . .
e runos e anos son la provincia
mer ciclo. Como consecuencia de estas concepciones la mirada siempre
e uenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
estuvo dirigida a las necesidades de la familia y, en particular, de la mujer
;" En ~I caso de los niños de 4 ~ños, las seis jurisdicciones que tienen mayor cantidad de niños esco-
ariza os son Buenos Aires, Cardaba, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Santa Fe y la Ciudad Autório- que, al estar obligada a salir a trabajar, no podía ocuparse de la atención
ma de Buenos AIres, que alcanzan a más del 60% de los niños de estas edades de los niños pequeños. Por lo tanto, la política hacia la primera infan-
11 Datos del Ministerio de Educación que corresponden al año 2003, elaborad~s en agosto de 2005.
cia quedó bajo la responsabilidad de los organismos asistenciales y d
110

la. I ',1 Ill' 1'\ 1\ I I Idll) 1(111 1\ (' '1\ a a U! a


la iniciativas comunitarias o gremiales que buscaron resolver la situa-
u ativ ncontrada en
ión, muchas veces sin preocuparse por el tipo de servicio que los niñ s el hlli!.)I1U:.,yl\1'"
s a rcaba en la evaluación
querían. ~da 111~ le la. 1 1'11
En conclusión, la escasa oferta educativa para los sectores má fin 1.
Los r sultados de la primera toma ya mostraban diferencias signi-
bres de la población revela que los mecanismos de reproducción
la pobreza comienzan a manifestarse a edades muy tempranas, icativas entre los chicos con experiencia escolar previa y aquellos que
sólo cursaban el último año del nivel inicial. Los niños con experien-
momento vital en el cual ofrecer mejores oportunidades de apren-
dizaje se constituye en un factor central que condiciona el desarro- ia previa demostraban tener mayores conocimientos, tanto en la escri-
llo futuro de los niños, tal como se analizará en el punto siguiente. tura del nombre propio y de palabras como en "lectura" de cuentos,
conteo, escritura numérica y dibujo. La sorpresa fue constatar que,
¿Basta un año de escolaridad en el nivel inicial? en cambio, en el juego dramático los niños sin experiencia previa supe-
raban a los niños con experiencia, tanto en los niveles de organización
Las cifras de incorporación al nivel inicial que analizamos en el del juego grupal como en el desarrollo de la acción dramática. En octu-
punto anterior nos indican que la mayoría de los niños cursa un solo bre, fecha de la segunda toma, aunque todos los chicos mostraban
año de escolaridad en este nivel: la sala de 5 años. Cabe preguntarse avances significativos en los campos de conocimiento examinados, las
qué diferencias existen, en relación con los conocimientos adquiridos, diferencias entre ambos grupos se mantenían en la mayoría de las
entre aquellos alumnos que pudieron cursar por lo menos dos o tres pruebas, salvo en dibujo y en juego dramático donde los resultados
años de escolaridad y los que únicamente concurren a la última sec- se acercaban.
ción de 5 años.
Gráfico 2
Para comenzar a encontrar respuestas a estos interrogantes, duran-
te el año 2004 realizamos una investigación exploratoria en jardines
de infantes de la Ciudad de Buenos Aires," situados en las zonas más
I Ñi~;ide-~~;ritu;;-------I
pobres de la ciudad."
Para efectuar esta indagación se tomó una serie de pruebas que
\ ~~-_._. .._-_._. ._-_._-_.=-~=~~~~=~=~~=~
...__._._---------_.._.._ \
abarcaron lengua escrita, lectura, conteo, escritura numérica, dibujo y I 60 - ~-:;-¡ I
juego dramático. Para clasificar las respuestas obtenidas en cada una
I 50 IlEf 1 Y 2 '1
1
: 40 ¡1I3
de estas pruebas se organizaron cuatro niveles, y cada uno de ellos se
estableció en función de una serie de indicadores; los dos primeros
I ~~ ----
\ L~~_J
niveles corresponden a las respuestas más avanzadas. 14 10
Las tomas se realizaron al comienzo del año escolar y se repitieron O
i Con exp- Sin exp. Con exp. Sin exp.
durante el mes de octubre. Los resultados se analizaron comparando
\ Abril Octubre ,
L_. . . ._. .._. .. . . . . ._.__.._._J

" Este proyecto fue realizado por el Equipo de Producción Curricular para el nivel inicial dependiente
de la ~irección de Currícula d~ la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Este equi-
po esta coordmado por Rosa Wmdler y por mí, y estaba conformado en el año de su ejecución (2004)
por Ema Brandt, Adriana Castro, PerlaJaritonsky, Hilda W. de Levy, Nancy Mateos, Adriana Serul-
nicoff y Alicia Zaina.
u Para una mayor información acerca de esta investigación, véase Malajovich (2005).
,.,Véanse en el anexo al final de este trabajo lo, indicadores establecidos para cada uno de estos niveles.
11
I nlv I Inlell. Con y poi mlc 1

Gráfico 3 Gráfico 6
- - -- ---- - - - --- --- - - - -----_._----_ .._-.
Nivel de lectura Nivel de juego dramático

, 70 ¡----------- ...
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Conteo
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Gráfico 7
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Gráfico S

Nivel de escritura numérica


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~m1 y 2 j
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El primer dato que arroja esta investigación es que los chicos sin experien-
40 cia previa no alcanzan a equiparar sus conocimientos con los de aquellos que
,@4
20 ------- 1 tuvieron la oportunidad de cursar más años de escolaridad inicial. En par-
O ticular en los campos que se convertirán en esenciales para su posterior inser-
Con exp. Sin exp.
ción en la educación básica: esto es lectura, escritura y matemática. No es
Con exp. Sin exp,
éste el caso del dibujo, donde se observa una mayor igualación, y por supues-
Abril Octubre
to tampoco en el caso del juego dramático, donde superan a los chicos con
experiencia en la organización y complejidad de su juego.
114
A 11

Si bien la mayoría de los niños han avanzado hacia los 1I1v:1, supcrí r '8 I( I.a I ha u 1 al l 11 Ilz ~ que adquieren los niños que, aunque
en cada una de las pruebas, las diferencias iniciales -c nsid randa on-
1" 1 ( '11 Z n al mi m t r social han tenido oportunidades diferen-
j~ntamente los dos primeros niveles- entre los niños con y sin experien-
I j, I !' n cuanto a su acceso al nivel inicial, reafirma lo que sostenía-
cia en las pruebas de escritura y lectura se amplían, mientras que en el resto
de las pruebas, aunque las distancias se acortan, éstas se mantienen. 111).11 n 1apartado anterior, en el sentido de que la concurrencia a dicho

Así en escritura en abril la diferencia en los dos primeros niveles entre ulv 1 desde edades tempranas y cuando éste cumple cabalmente con sus
los niños con y sin experiencia previa era de un 10% mientras que en octu- f UIl iones educativas, se convierte en un importante factor de derno-
bre aumenta a un 23%. En lectura se pasa de un 24% en la primera toma eratización de las posibilidades de aprendizaje de los sujetos.
a un 32% en la segunda toma.
En conteo las diferencias iniciales eran de un 29,5% y las finales de
un 24%, en escritura numérica la distancia en abril era de un 54% mien- Función asistencial o educativa?
tras que en octubre ésta se acorta a un 44%. En dibujo es donde las dis-
paridades se hacen menos notables, ya que pasan de un 22,5% en la pri-
Como ya se señaló, desde su origen el nivel inicial se debate entre lo
mera toma a un 5% en la segunda.
a istencial y lo educativo. Una impronta asistencial cuando se trata de
La situación de juego dramático que comienza con una diferencia a
favor de los chicos sin experiencia del 20,5%, se achica a un 4,5% en octu- ut nder a los niños pertenecientes a los sectores sociales más postergados
bre. (Malajovich, 2005) y un mandato educativo para los sectores sociales más favorecidos.
La mayor preocupación por la infancia y sus condiciones de desarro-
Aunque los resultados de esta indagación exploratoria deberán ser llo han generado un fuerte movimiento que pugna por una atención
refrendados por nuevas investigaciones de las que aún carecemos, los 1edagógica que tenga en cuenta las necesidades emocionales, sociales,
estudios realizados en diferentes países desarrollados corroboran los ognitivas, lingüísticas y lúdicas de los niños. A partir de este movimien-
datos acerca de que las diferencias se van ampliando significativamente l ,muchas instituciones del nivel inicial," fueron adquiriendo de modo
entre aquellos niños que concurren sólo un año en relación con los reciente un carácter educativo. Sin embargo, este movimiento no fue
que tuvieron la oportunidad de hacerla por varios años. Así, por ejem- lineal, tuvo avances y retrocesos. Mientras las guarderías avanzaron hacia
plo, un estudio realizado en el marco del programa francés ZEP (Zones una reformulación de sus funciones (desgraciadamente más en un plano
d 'éducation prioritaires), que analiza los resultados alcanzados en el discursivo que con acciones concretas, de manera que hoy prácticamente
apre~dizaje ~e los niños en el primer año de educación básica, según todas se definen como jardines maternales), los jardines de infantes se
el ongen social y la cantidad de años que los niños asistieron a la edu- vieron obligados a transformar sus servicios incorporando meriendas
cación inicial, demuestra que cuanto más precoz haya sido la entra- reforzadas, almuerzos, dobles jornadas, etc., para hacer frente tanto a
da al jardín de infantes, mejores son los resultados en primer grado, las necesidades de los nuevos sectores sociales que accedían a sus insti-
en relación con los conocimientos verbales y la familiarización con la tuciones, como a una mayor presencia femenina en el mercado laboral
escritura. La investigación demuestra que el rendimiento alcanzado ya la crisis económica de los últimos años que impactó de manera for-
por los niños pertenecientes a los sectores con una situación socioe- midable sobre las condiciones de vida de los niños y sus familias. Esta
conómica más desfavorable, pero que pudieron asistir durante cua- transformación social de la población y sus consecuencias en la tarea desa-
tro año~ aljard~~, supera en un 3,9% a la media para su edad; por el rrollada en las escuelas del nivel, volvió a replantear el viejo dilema.
contrano, los nmos que sólo concurrieron durante 1 o 2 años rinden ¿Estamos frente a un nivel con funciones asistenciales, asistenciales-
un 4,3% menos que la media. lo educativas o educativas?

15 Véase el sitio web: <www.cndp.fr>. Directuni de programmatum el du déueioppement: 1998.


m Nos referimos en especial al jardín maternal.
11

'" amos qué se entiende por asistencial. Lo asistencial se defin .1 tivi lad . lu i narlo previamente,
orn el conjunto de acciones que procuran modificar o mejorar la ializ r un int r arnbi n la que sólo se oye la voz del
I il instancias de carácter social que impiden el desarrollo integral ti nt y mono íl b s de respuesta por parte del grupo, o cuando
1" un individuo; esto supone la protección física, mental o social de umple con rituales que poco o nada significan para los niños.
'" 18 nas en estado de necesidad, desprotección o desventaja para su En síntesis, no es lo que se hace en sí mismo, sino la forma como
11 corporación a una vida plena y productiva. realiza y el objetivo que se persigue con esa acción, lo que establece
I sde un punto de vista amplio se podría afirmar que lo educati- s diferencias entre lo asistencial y lo educativo o entre lo que se
V) .stá incluido en el concepto de asistencia, ya que su acción colabora uede denominar, para mayor claridad, como educativo y no edu-
I 1desarrollo humano permitiendo modificar y mejorar sus posi- ativo. Lo que determina esta distinción es esencialmente la actitud
1ilidades vitales. que se toma frente a las actividades que se proponen y los modos
Sin embargo, los docentes hemos supuesto que ocuparse de los cui- amo se encara la tarea. En este aspecto la forma determina el con-
ados físicos de los chicos, de su alimentación, de su higiene personal, tenido (asistencial o educativo) que asumen las acciones y esta forma
d 1 cuidado de su salud, eran tareas asistenciales que estaban fuera de proceder puede contradecir y ocultar el espíritu del contenido tra-
de las responsabilidades que nos estaban asignadas como educado- bajado, convirtiendo una acción educativa en una acción asistencial
s. Realizamos así una división entre las actividades: acompañar el o viceversa.
lmuerzo de los chicos, enseñarles a comer, cambiarles los pañales o La actitud de menoscabo hacia las actividades que algunos autores
nseñarles a lavarse eran tareas que estaban fuera de nuestro "contrato han llamado de "crianza" (Violante y Soto, 2005), encierra una valo-
de trabajo", mientras que ofrecer plastilina, contar cuentos, organi- ración negativa hacia los niños de sectores sociales más necesitados que
zar juegos o proponer la escritura del nombre eran las tareas educa- requieren de la escuela no sólo atención a sus aprendizajes, sino tam-
tivas que nos correspondían. bién preocupación por la satisfacción de sus necesidades corporales,
Esta división entre actividades encubre la verdadera diferencia: no es decir, requieren un verdadero cuidado durante las horas que per-
la índole de las actividades que se realizan lo que marca la división manecen en la institución.
ntre lo asistencial y lo educativo, sino los objetivos que se persiguen Corresponde destacar que el nivel inicial cumple una función
y la manera en que cualquiera de estas actividades se efectúa. Si se orga- educativa. Esta concepción está imbuida de la idea de que la acción edu-
niza la merienda o el almuerzo en un clima sereno, que permite a los cativa debe ser integral, desde dos perspectivas: por una parte, es
hicos conversar entre ellos y con el docente; si se está atento a que la integral en relación con el desarrollo de los niños, ya que atiende a los
mesa esté limpia, con la vajilla apropiada; si se presentan los alimen- aspectos lúdicos, cognitivos, lingüístico s, matrices, afectivos y socia-
t s que se van a consumir, explicando su importancia para la salud; les, pero también en lo que se refiere a la salud, la higiene y la ali-
i e dedica tiempo a enseñarles el manejo correcto de los elementos mentación; por otra, es integral en el sentido de que la institución reci-
la mesa; si se facilita la autonomía tanto en el servicio de mesa como be a un niño que forma parte de una familia y, por lo tanto, él trae
n la propia alimentación, estamos desarrollando una tarea netamente consigo de su vida cotidiana una cultura, una lengua, creencias y valo-
ducativa y no sólo facilitando la ingestión de los nutrientes necesarios. res que forman parte, al decir de Frabboni, de su "piel" social y cultural
P r el contrario, si se ofrece un pedacito de masa a cada niño para ocu- (la historia, la memoria, el tejido antropológico); "piel" que la escue-
ar una parte del tiempo mientras el docente está realizando otra tarea la no debe ni puede expulsar, sino conocer para incorporarla en su
y, finalizada ésta, sin mirar lo realizado, se juntan los trozos para hacer proyecto educativo.
un bollo que se guarda para otra ocasión, la actividad no tiene nin-
ún rasgo que pu da r definida como educativa. Tampoco es una
118
nn'lrt1,dlc:clon y poi m 11

¿Espacio de domesticación o de aprendizaje cultur 17


La elab r ción de los Contenidos Básicos Comunes (CBC) en los
La socialización es el proceso mediante el cual se transmiten las cul- años noventa, según lo estipulado por la Ley Federal de Educación,
turas entre los miembros de una sociedad. Por medio de este proce- intentó romper con esta concepción limitada de la socialización como
so. l~s culturas se van inculcando de generación en generación, per- proceso referido a la incorporación del niño al medio escolar, a su par-
mitierido que los individuos aprendan conocimientos específicos, ticipación en un grupo de pares y a la consecuente necesidad de adqui-
~odos de pensa~, actuar y sentir, desarrollen sus potencialidades y habi- rir las pautas, valores y normas que regulan la vida institucional. Así en
Iidades necesanas para la participación adecuada en la vida social y la Presentación de los CBC se aclara:
se adapten a las formas de comportamiento organizado característi-
co de su grupo social y de la sociedad en su conjunto. Se reconceptualiza la socialización al ampliar sus alcances hacia los pro-
cesos de apropiación de los contenidos de la cultura y al centralizar la
Se tra~ de un proceso continuo en el que el o los individuos aprenden y acción educativa en la organización y comprensión de la realidad. (Minis-
transmiten aspectos sustantivos, significativos y simbólicos del mundo social terio de Cultura y Educación, 1995, p. 27)
que los involucra en un espacio [...] y un tiempo específico (político, social
cultural, histórico). (Lezcano, 1999, p. 42) ,
Este intento de ampliar los alcances del nivel inicial incorporando
explícitamente contenidos seleccionados desde los distintos campos
Este concepto amplio de socialización no siempre estuvo presente
del conocimiento fue un cambio radical para la mayoría de los docen-
como tarea de la escuela y en particular del nivel inicial. Arrastramos
tes del país. Los docentes, que no participaron en este proceso de trans-
un~ ~~dición que comprendió el proceso de socialización como el que
formación y que no recibieron ni formación ni capacitación acerca
pos~~Ihtaba ~aadquisición de las pautas de trabajo necesarias para que
de qué significaba enseñar estos contenidos en el nivel inicial y cómo
el nmo que mgresaba en la institución se convirtiera en alumno.
hacerlo, hicieron uso de los saberes que adquirieron a lo largo de su
Esta concepción está presente ya en el texto de Sarmiento de 1849
biografia escolar. Esto trajo como consecuencia una desvirtuación del
Educación popular, cuando al referirse a las salas de asilo que visitó en
Francia señala: sentido de la enseñanza en este nivel y paralelamente un movimien-
to de denuncia acerca de lo que se denominó la "primarización" del
L~ salas d~,asil~ tiende~ más a preparar la educación moral del niño que nivel inicial, denominación que apela a un modelo de escuela memo-
su Instrucc~on, SIndes~U1daresta última como medio de invertir el tiempo rista, que enseña de manera descontextualizada contenidos sin signi-
[:..]. Su objeto es modificar los vicios del carácter, disciplinar la inteligen- ficación para los sujetos. En consonancia con esta denuncia se adver-
CIapara ?,repararla a la instrucción y empezar a formar hábitos de trabajo, tía acerca de la ausencia de juego, en particular del divorcio entre la
de atención, de orden y de sumisión voluntaria. (Sarmiento, 1949)
enseñanza y las situaciones lúdicas. Esto se evidencia en un documento
elaborado desde el Ministerio de Educación durante el año 2001 y
Esta tradición seguirá teniendo actualidad hasta fines de la déca-
publicado en el Informe Técnico del Primer Encuentro Federal de Educación
da de 1980, tal como puede observarse en los diferentes textos didác-
ticos y en los diseños curriculares. A la idea de formar "buenos" alum- Inicial realizado ese mismo año:
nos se incorporan objetivos que hacen referencia a la integración al En cuanto refiere a las cuestiones curriculares, las prácticas pedagógicas
grupo de pertenencia, la participación en las actividades, al desarrollo que hoy organizan la tarea cotidiana en los jardines de infantes expresan
de actitudes de colaboración y solidaridad con los otros." una convivencia de enfoques, tradiciones y representaciones diversas. Éstas
reconocen diferentes orígenes y son producto de distintos momentos his-
17 Véase . le·' 1 . tóricos. Una de las problemáticas que con más frecuencia y preocupación
. ' por eJemp o, Ulncu um para el nivel pre-escolar del Consejo Nacional de Educación del aI10 1972
y Lineamientos curriculares de la provincia de Buenos Aires. se releva es la que comúnmente se denomina "primarización" del nivel ini-
cial. Las actividades que se desarrollan en las salas de nivel inicial pare-
1 1
120

cen estar muy cercanas a ciertas prácticas proc típi a' y ',l '1 ' tipe das 1 ti 111111.1 mánti a ac r a de la niñez, la cual
1';1 I

la EGB o escuela primaria. La predominancia de actividad s qu involucran 1\( r (\ al .•(u • z d aprender, ni contaminarse con los
contenidos de las áreas de lengua y matemática que no se incorporan a un h h d la Ud 1" lidad, porque ya la escolaridad posterior y la
proyecto pedagógico y didáctico del nivel. Se ha dado una incorporación vi 1 1 harán perder su infancia soñada. En esta representación, a los
poco reflexiva de contenidos en las prácticas de enseñanza de modo tal
11 iñ s les está vedada su participación en la cultura y, por lo tanto, tam-
que las actividades propuestas terminan por carecer de sentido tanto para
hién el conocimiento que la humanidad fue construyendo y organi-
los docentes como para los niños.
'1. ndo en diferentes campos del saber. Lo que deban aprender debe
Otro aspecto problemático considerado es la ausencia de momentos de
juego en el jardín. Parece prevalecer una concepción que enfrenta dico- . r edulcorado, ocultado a través del juego.
tómicamente las situaciones de juego y las de aprendizaje, o las de juego Cuando se denuncia la ausencia del juego en el nivel inicial y el pro-
y "tratamiento de contenidos". sa de primarización en el abordaje de los contenidos de enseñan-
Las problemáticas mencionadas instalan en el marco de la gestión del
'/, , es preciso reflexionar acerca de tres cuestiones de base, que per-
nivel debates acerca de la función del nivel inicial; la relación entre el nivel
miten enfocar la problemática desde otra óptica:
inicial y la EGB o la escuela primaria; el lugar del conocimiento en el nivel;
el lugar del juego; la relación entre juego y aprendizaje; el sentido de la -los procesos de aprendizaje son diferentes a los de la enseñan~a~
inclusión de las áreas curriculares en el nivel inicial; etc. (Ministerio Nacio- -el juego de los niños posee algunas características que son antite-
nal de Educación, Ciencia y Tecnología, 2004). ticas con las características de los procesos de enseñanza, y
-los propios contenidos son los que establecen los alcances y limi-
Como puede observarse, el documento pone en cuestión la tarea de taciones de su enseñanza a través del juego.
este nivel y algunas de las representaciones que muchos docentes tienen En principio, los procesos de aprendizaje se diferencian de los de
con referencia a la relación del juego con el aprendizaje y la enseñanza. enseñanza porque los sujetos a los que nos referimos son distintos: en
el aprendizaje estamos haciendo mención a los alum~os y en .ra ense-
ñanza a los docentes. Pero no sólo los sujetos son diversos sino que
El juego, ¿patrimonio de los maestros o patrimonio las funciones y las consecuentes acciones puestas en juego también lo
de los chicos? son; por lo tanto, no es lo mismo afirmar que el juego permite reali-
zar aprendizajes, que sostener la ilusión de enseñar todo a través del
Es una visión generalizada suponer que el juego en el nivel inicial juego. Como bien lo señala Wajskop:
permite que los alumnos aprendan sin darse cuenta de que están
aprendiendo; por lo tanto, "enseñar todo a través del juego" se con- El juego es una situación privilegiada de aprendizaje infantil, donde el
desarrollo puede alcanzar niveles más complejos, exactamente por la
vierte en un ideal del nivel inicial. Esta concepción de usar el juego
posibilidad de interacción entre los pares e~ una situación. imagina:i~
como estrategia didáctica marca la caracterización de la didáctica pro-
y por la negociación de reglas de convivencIa y de contemdos teman-
pia del jardín de infantes desde su origen (Froebel, Montessori,
coso (Wajskop, 1995, p. 35)
Decroly, las hermanas Agazzi, etc.); como ya señalara Rosario Vera
Peñaloza en 1936: En relación con el vínculo que se establece entre juego y enseñan-
za hay que recordar que una de las características del juego es que
El niño vuelve contento al hogar después de esa amena continuidad de jue- siempre supone riesgo, desafío, desconocimiento del resulta~o y de.l~s
gos sujetos a propósitos que se descubren fácilmente: fortalecer la natura-
avatares de su desarrollo; de allí la idea de incertidumbre. La mtencion
leza física [...] en la edad infantil, ejercitar los sentidos, transformar su acti-
vidad sin restringirla, dirigiéndola hábilmente, en forma productiva [...]. de los jugadores es jugar, y ésta es la única certeza del)_uego. El jueg~
Es así como trabajamos aunque parezca que jugamos. (Peñaloza Vera, 1936) es un espacio de creación, de imaginación. Para los nmos es una acti-
122 I "'V I nlel ,. d cclones y poi mle 123

vidad seria, encarada por sí misma y no por otro motivo, y sin cons - medida de sus deseos" (ibídem, p. 193), transformando una acción
cuencias frustrantes. La actividad lúdica se caracteriza por una arti- r al en algo lúdico.
culación muy débil entre el fin y los medios. Esto no quiere decir que A diferencia del juego que supone un despegue de la realidad, la
los niños cuando juegan no tiendan a un fin y que no pongan ciertos nseñanza se centra y hunde sus raíces en lo real, y plantea una trans-
medios en acto para alcanzado, pero es frecuente que en el curso del formación sobre los esquemas de conocimiento que tiene el sujeto. En
juego modifiquen sus objetivos para adaptarse a nuevos medios y vice- ste sentido, se dice que:
versa; el juego es, de esta manera, un medio de invención (Malajovich,
2000, p. 288). Eljuego es una proyección del mundo interior y se contrapone a la ense-
En la enseñanza, por el contrario, se trata de establecer ciertos resul- ñanza, que busca que el que está aprendiendo se apropie del mundo exter-
tados concretos de aprendizaje, por lo que existe una relación direc- no, interiorizándolo hasta llegar a hacerla parte de sí mismo. En eljuego
ta entre los medios que dispone el docente y los objetivos educativos transformamos el mundo exterior de acuerdo con nuestros deseos, mien-
tras que en el proceso de enseñanza buscamos que el sujeto se transfor-
que persigue. El docente prepara la situación educativa previendo las
me para que se adapte a la estructura del mundo externo. (Bruner, 2001,
posibles respuestas de los alumnos frente a su propuesta didáctica; por p.212)
eso , a diferencia de una situación lúdica, se busca reducir al máximo
posible el nivel de incertidumbre acerca de lo que deben aprender Por lo señalado anteriormente parece que no es posible asimilar
los sujetos. el juego a la enseñanza. El discurso que tradicionalmente intentó inte-
La segunda diferencia es que eljuego, aunque es una aventura abier- grados, trató de hacernos creer que era posible que el niño aprendiese
ta y desafiante, posee siempre reglas "explícitas o implícitas, preexis- de manera espontánea o, por lo menos, sin darse cuenta de que esta-
tentes o construidas durante el juego" (Brougere, Gilles, 1998, p. 192). ba aprendiendo y que, por lo tanto, el docente debía enmascarar su
Estas reglas o normas que construyen los participantes o que respetan intencionalidad educativa, disimulándola a través del uso de diferen-
cuando son preexistentes a ellos, permiten que el juego se desarrolle. tes recursos lúdicos. Sin embargo, esta visión tiene poco que ver con
Una regla de juego tiene valor en tanto es aceptada por los jugadores, las propias concepciones de los chicos acerca del espacio del juego y
y no vale sino en razón del juego y durante éste. Puede ser transformada de la enseñanza. Los niños diferencian claramente cuándo la situación
con acuerdo de los jugadores, lo que permite la creación de una situa- es para jugar y cuándo es para aprender, y gracias a esa diferenciación
ción diferente, liberada de los límites de la realidad. se produce el aprendizaje en situaciones que podrían ser catalogadas
También en la enseñanza hay reglas implícitas y explícitas, pero como juego por el tipo de estructura que tienen. Es decir que son los
siempre están determinadas por el contrato didáctico vigente entre propios niños los que nos marcan las diferencias entre lo que para ellos
el docente, el alumno y el contenido. El docente es el responsable de es juego y lo que no lo es. No negamos que en el verdadero juego hay
ese proceso, y aun cuando decida otorgar espacios para la creación o un proceso de afianzamiento de aprendizajes anteriores y de adquisi-
modificación de ciertas reglas, ese espacio sólo es ocupado en la medi- ción de nuevos conocimientos, pero no es éste el objetivo central del
da en que el docente lo ceda explícitamente, en función del proyec- niño, sino una consecuencia natural del acontecer de la actividad.
to educativo que lleva adelante.
Por último, el juego para los participantes transcurre en un tiem- La paradoja del juego es que es un espacio de aprendizaje cultural fabu-
po siempre presente, en el aquí y ahora. Los jugadores crean un loso e incierto a veces abierto y en otras situaciones lejano: su indetermi-
mundo paralelo cada vez que juegan, "utilizando los elementos de la nación es a la vez su interés y su límite. Es el lugar del azar y de la incer-
realidad al mismo tiempo que saben que juegan, que lo que hacen tidumbre lo que parece ser la antinomia de una estrategia educativa que
se ajuste al logro de los objetivos. (Brougere, op. cit., p. 208)
no es verdad, que pueden entrar y salir de ese universo de juego en
124 125

Mientras se ponga el acento en enseñar todo a través deljueg , 1Il¡ () y 1). mate ial s d juego, se enseñen nue-
seguirá desconociendo que son los contenidos los que determinan la rmi . n pl 0izar la acción lúdica y nuevos jue-
forma más adecuada de enseñarlos. En las concepciones anteriores nriqu z an 1 c rvo infantil.
se creía que se podía enseñar todo a través del juego porque lo que
en verdad se buscaba como objetivo era un "adiestramiento de los suje-
tos" que los moldeara a las exigencias institucionales, y el juego era El nivel inicial: más allá de dilemas y polémicas
un medio idóneo para enmascarar este proceso de institucionalización.
Gracias a estos aprendizajes actitudinales, a esta domesticación, el nivel En nuestro país existe un amplio consenso social acerca de la nece-
siguiente (la escuela primaria) podría iniciar la enseñanza de los con- idad de que los niños concurran al nivel inicial, en particular a par-
tenidos específicamente escolares de lectura, escritura, matemática ... tir de los dos años. Los padres saben lo beneficioso que es para los
El niño que ingresaba en el jardín de infantes simplemente debía con- niños incorporarse a una institución educativa. Cada día hay más fami-
vertirse en alumno. lias que buscan vacantes para sus hijos más pequeños, de tal manera
Hoy los objetivos del nivel son otros, porque también cambió la con- que en la inauguración de nuevos jardines rápidamente se cubren sus
cepción de infancia y de sus posibilidades. Los niños tienen mayores plazas.
capacidades cognitivas que las que suponíamos y las oportunidades Pero no basta con que los niños se inscriban, sino que además es
educativas que hoy les ofrezca el nivel inicial son condicionantes de preciso que las instituciones no los expulsen a través de actitudes rígi-
su futuro formativo, en particular para aquellos que provienen de los das o mensajes encubiertos. La escuela espera que los niños y sus fami-
sectores más pobres de nuestro país. En eljardín es donde estos niños lias se adapten a sus exigencias, sin comprender que en ese encuen-
podrán encontrarse seguramente por primera vez con libros, con opor- tro de la familia con la escuela, ambas deben hacer un esfuerzo para
tunidades para pintar y modelar; con la posibilidad de conocer teatros, adecuarse a las posibilidades y necesidades de cada uno: de la escue-
museos y exposiciones; con un ambiente donde cobra sentido la escri- la, de los chicos y sus familias.
tura para comunicarse, donde la palabra permite explorar mundos des- Asumir una pedagogía inclusiva, no es recitar las nuevas orienta-
conocidos, donde se pueden formular preguntas sobre el ambiente ciones acerca del respeto por las diferencias, ni es sólo permitir la
social y natural y salir a indagarlo para encontrar respuestas a tantos entrada a todos los chicos. Es fundamentalmente asumir la responsa-
interrogantes, donde ampliar el repertorio musical y descubrir las posi- bilidad de que los alumnos no deserten, que no abandonen porque los
bilidades expresivas de su cuerpo ... requisitos, las actitudes o la forma de enseñanza no son las adecua-
El juego entendido como panacea de la educación inicial se con- das para los niños reales que concurren a las instituciones.
vierte en una visión ficticia que desvirtúa sus propios objetivos y los del La pedagogía del nivel, desde sus primeros autores, ha enfatizado
nivel inicial. la necesidad de respetar al niño, pero considerándolo como una "ente-
Eljardín debe brindar oportunidades para que el verdadero juego lequia", un ser puro, libre de condicionamientos sociales. Esta visión
esté presente en la jornada diaria, enriqueciendo la capacidad lúdica de la infancia contradijo, en la acción cotidiana, el propio ideario que
de los niños, tanto desde sus formatos (es decir, el cómo se juega) la sostenía, pues respetar al niño supone respetar también su cultura
como desde sus contenidos (a qué se juega). Cuanto más conozcan los de origen, su cultura de pertenencia, aspecto central para desarrollar
niños acerca del mundo natural y social, cuanto más se apropien del su autoestima, la seguridad en sí mismo y favorecer la conformación
mundo cultural, más rico será su universo simbólico y, por lo tanto, los de su identidad. La cultura de pertenencia nos permite a los sujetos
contenidos del juego. El juego tendrá verdadera presencia en las ins- poseer los códigos básicos para otorgar significado al mundo. La valo-
tituciones en la medida en que se acrecienten las situaciones lúdicas rización efectiva de las culturas de origen de los niños requiere que
1 M I J vi h v I In l. n r dicciones y poi mlc 127

in. r sen al jardín, permitiendo que esas culturas se expresen y t n- bliografía


Han voz en el grupo, en la institución.
El nivel inicial constituye una oportunidad irrepetible para los 1\1 Llg' re, Gilles (1998), Jogo e educaaio, Porto Alegre, Artes Médicas.
11 Il( ,pues es el único nivel del sistema educativo que no puede cur- Hnmer, j. (2001), Acción, pensamiento y lenguaje, Madrid, Alianza.
\1' • si no se tiene la edad estipulada. Constituye un tiempo para rnúl-
C:-\mpobassi,j. (1956), Ley 1420, Buenos Aires, Gure.
f pl '8 encuentros: con otros niños y otros adultos, con otros lengua- l)ir cción de Educación Inicial de la Provincia de Buenos Aires (2001), Historia
1I ( rporales, visuales, musicales, expresivos), con otras culturas, con de la educación inicial en la provincia de Buenos Aires, Dirección General de Cul-
(111 as historias, con otros juegos. Es una oportunidad para afianzar la tura y Educación.
IH pia identidad, descubrir nuevos mundos, profundizar y compleji- L y de Educación Primaria 1420, (1884).
zar aprendizajes. Es una oportunidad para descubrir y desarrollar nue- Yde Educación Preescolar de la Provincia de Buenos Aires 5096 (1946).
va capacidades.
L YFederal de Educación 24195 (1993).
El nivel inicial tiene que ser una verdadera oportunidad para todos.
Lezcano, A. (1999), "Las miradas sociológicas sobre los procesos de socialización ",
< ste desafio depende de la voluntad política de invertir recursos para en Carli, S. (comp.), De la familia a la escuela, Buenos Aires, Santillana.
que cada niño encuentre su lugar en él, y también para que los docen-
ugones, L. (1905), Didáctica, Buenos Aires.
t s tengan condiciones adecuadas para desarrollar su trabajo, capaci-
Malajovich, A. (2000), "Eljuego en el nivel inicial", en Malajovich, A. (comp.) ,
t ción necesaria y sueldos dignos. Asimismo, este desafio convoca a los
Recorridos didácticos en el nivel inicial, Buenos Aires, Paidós.
docentes a ejercer la tarea con el respeto que se merecen los niños y
___ (2005), "Calidad y segmentación educativa", Buenos Aires, Universidad
us familias, con la confianza de que no será vano su tránsito por las Tres de Febrero y UNICEF.
ulas y con la responsabilidad que implica la tarea de educar a las nue-
Ministerio de Cultura y Educación (1995), Contenidos Básicos Comunes para el nivel
vas generaciones. inicial.
Ministerio Nacional de Educación, Ciencia y Tecnología (2004), Políticas educati-
vas nacionales y provinciales dirigidas al nivel inicial, Informe Técnico elaborado
por la Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente.
___ (2005), Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad
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Peralta, M. V. (2004), Los desafíos de la educación inicial en el siglo XXi y sus implica-
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