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Cuaderno de Geografía
Vicente Di Cione*
Índice
Presentación
La cuestión dialéctica
Principios de la visión dialéctica en clave de la filosofía de la praxis
Reglas prácticas del método dialéctico
Dialéctica y complejidad. Diferencias y convergencias
Presentación
El pensamiento complejo también tiene raíces longevas, aunque sus principales voceros no
se extienden más allá de Pascal e insisten con frecuencia que se trata de una particular
cosmovisión que comienza a constituirse como cuerpo doctrinario en la segunda mitad del siglo
XX, cimentada con la conjunción de la teoría general de sistemas que desarrollara Von
Bertalanffy y los aportes de las ciencias positivas, en especial las ciencias de la información y la
comunicación. De acuerdo con los argumentos que se verán al final del texto y algunos
reconocimientos de Edgar Morin a Hegel en su último tomo de El método. Las ideas, la
longevidad podría extenderse también a Heráclito y el período clásico de la filosofía griega.
A los fines de mostrar las convergencias y divergencias entre ambas visiones, trataremos
en primer lugar la presentación de los principales aspectos de la dialéctica. No necesitamos
argumentar a favor de este bien ganado reconocimiento a lo largo de más de dos mil
quinientos años de historia que no pudo ni siquiera interrumpirse durante los períodos de
mayor dogmatismo doctrinario. Al final incursionamos en una breve presentación del
pensamiento complejo y en el señalamiento de las convergencias y divergencias. Lo hacemos
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a los fines de no oponer dogmáticamente ambas visiones y poder remontar, por lo tanto, cierta
falta de diálogo derivada de los diferentes campos cognitivos que han sostenido a los dos
visiones: las ciencias históricosociales por el lado de la dialéctica y las ciencias exactas y
físico-naturales por el lado del pensamiento complejo. Por tal motivo, el análisis de la
convergencia y divergencia entre ambos paradigmas posibilita algunas instancias de
mediación para la articulación entre ambos campos disciplinarios. Tal mediación es posible en
base al encuentro, tal es el intento, de las coincidencias en los propósitos y en algunas
cuestiones en torno a la concepción y tratamiento de la noción de totalidad y totalización.
La cuestión dialéctica
Hay un divorcio entre el arsenal de métodos del abordaje de la realidad y las formas de
pensarla y representarla y la estructura misma de la realidad. La complejidad de las
dificultades rebasa cualquier posibilidad limitada y, por lo tanto, abstracta de resolverlas en una
pocas líneas, con lo cual solamente se pretende un punteo de los temas más inmediatos, los
aspectos más abstractos, esenciales y generales de lo real, bajo la forma de principios o
postulados de la dialéctica. Se trata de aspectos o momentos que se presentan en todas las
“escalas” o “niveles de análisis” globales, particulares y específicos o singulares de la realidad,
incluyendo las formas reales o complejas del pensamiento.
Los límites son siempre subjetivos, lo cual no implica que para establecerlos no hay que
apelar a “cosas” reales como, por ejemplo, las altas cumbres a partir de las cuales se
establece alguna poligonal, la línea que une los puntos más profundos del cauce de un río o
una línea meridiana o paralela. Los límites presuponen siempre tener presente quién los
establece, para que se los hacen y cómo se los hace. Expresan, por lo tanto, específicas
combinaciones de aspectos objetivos y subjetivos y de objetivación y subjetivación
simultáneamente. No hay límites puramente objetivos o puramente subjetivos. No obstante, el
análisis inmediato estalla el concepto formal de límite en tanto el límite supone el contacto,
cuanto menos, de dos identidades, lo cual implica que la preformación del límite debería
responder a las exigencias del funcionamiento recíproco de ambas, consideradas como
totalidad. Las divisiones de la totalidad (de esto se trata en última instancia) son artificios que
responden a las exigencias de aquellos que las hacen, con mayor o menor arbitrariedad, es
decir, con mayor o menor fundamentación praxeológica (teórica, operativa y necesaria) y
teleológica.
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El término “momento” connota que cada uno es como un cuadro de una película. La
película no es la sumatoria de cuadros y cada cuadro es la película misma congelada en en
ese cuadro. Es una totalidad que aunque se basa en la sucesión de cuadros los trasciende. Se
verá que al considerar cada principio o, como suele denominárselos también, cada regla o ley,
se “siente” casi inmediatamente la necesidad de referirse a los otros. Por tal motivo, si al
considerarlos eliminamos la consideración de los otros, sería equivalente a detener y reducir la
película a lo que nos muestra un cuadro.
Por último, aunque no en orden de importancia, hay que destacar, que el criterio de
verdad de la visión dialéctica radica en la praxis individual y de las diferentes instancias
escalares de la sociedad, tales como los agrupamientos disciplinarios, los grupos de acción de
ciudadanos, los movimientos sociales y la multiplicidad de agentes colectivos, con mayor o
menor individualización e identidad organizativa u orgánica.
En el Pequeño Larousse se consigna como único (sic) significado que “En la filosofía
marxista, [la praxis es el] conjunto de actividades que pueden transformar el mundo, como el
conocimiento o los fenómenos de la producción sobre los que se basan las estructuras
sociales”. La definición es similar a la que registra el Diccionario del Pensamiento Marxista (T.
Bottomore y otros, 1983 (1984)): “Se refiere en general a la acción, a la actividad y, en el
sentido de Marx, a la actividad libre, universal, creativa y autocreadora a través de la que el
hombre crea (hace, produce) y cambia (modela) su mundo humano e histórico y a sí mismo;
una actividad específica del hombre mediante la cual se diferencia básicamente de todos los
demás seres”. Dentro de este sentido, el hombre puede concebirse como “un ser de praxis”.
cualquier tipo de actividad que es probable que ejecute un hombre libre; especialmente toda
clase de negocios y de actividad política (Lobkowicz, 1967). Hegel, en su Gran Lógica, al final
del tomo II, afirma que “La idea absoluta”, equivalente al movimiento solidario y combinado de
la totalidad, es “la identidad de la idea teórica y de la práctica” lo cual sugiere a la praxis como
instancia absoluta de su cosmovisión dialéctica de la realidad. Por tal motivo, agrega, que “la
idea absoluta [=la praxis] es el único objeto y contenido de la filosofía” y, “por cuanto contiene
[la praxis] en sí toda determinación y su esencia consiste en volver a sí a través de su
autodeterminación o particularización, tiene diferentes configuraciones, y la tarea de la filosofía
[como instancia suprema de la conciencia social cimentada en la razón, el entendimiento y la
experiencia] es reconocerla en esta.[3]
Es el axioma fundamental, sustento de todos los demás principios. Todo se vincula con
todo y, por lo tanto, todos los “objetos”, “cosas”, “sujetos”, “acciones”, “procesos”, “hechos y
“fenómenos” interactuan, es decir, se mediatizan y determinan entre sí. Mediaciones y
determinaciones universales, totalidad y totalización, concretización, etc. Inter y trans
objetalidad y disciplinariedad, combinatoria de todas las partes, retícula, etc. Todas las cosas y
procesos son informados y formados e informantes y formadores de la totalidad de lo
existente.
Las partes reales son tan plenas como la totalidad de la que son parte. Cada parte, por
lo tanto, es la totalidad condensada en la parte. Cada parte es “Aleph” desde el cual podemos
ver, descubrir, leer o interpretar la totalidad, mediante la expansión escalar centrada sobre la
parte. La metáfora del holograma.
El “arte” dialéctico consiste en descubrir los aspectos de cada cosa que son más o
menos informadores y formadores de la totalidad, lo cual implica la posibilidad de ver en
aquellos que se ve inmediatamente como “pequeño” y accidental, la génesis de lo grande y
esencial y el movimiento de la totalidad.
¿Quién podría imaginar entre los siglos X y XI que las relaciones mercantiles podrían
con el tiempo desencadenar el huracán de acontecimientos que dieron lugar a las grandes
revoluciones burguesas y las actuales formas del capitalismo global?
“Cambia, todo cambia....”, “nadie se baña con la misma agua del río”. Conviene
distinguir los movimientos de producción, reproducción y transformación y las instancias que
regulan/desregulan u organizan/desorganizan la realidad. El movimiento dialéctico por
excelencia se expresa en el principio del “desarrollo desigual, combinado y contradictorio”, el
cual es por definición complejo o, más bien, concreto.
La “unidad” implica que no puede pensarse “algo” sin “lo otro”, con lo cual hay unidad o
identidad dialéctica entre “algo” y lo “no-algo”, entre “algo” y el resto complementario y
suplementario de la totalidad de la que forma parte. Más fiel a la terminología de Hegel, el
principio plantea la “identidad entre el ser y el no-ser”, entendiendo al no ser como lo diferente
considerado en su interior o en su exterior. También puede considerarse como combinación
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entre lo que es y la fuerza que impulsa a algo a dejar de ser lo que es. Recordar que cualquier
negación es una afirmación y que cualquier afirmación es una negación (Spinoza). La totalidad
es el punto de partida: unidad, interpenetración, combinación, mediación, determinación
universal, total, global, de lo diferente.
esquema puro, sin otros modos de producción y en una sociedad constituida solamente por la
clase capitalista y la clase asalariada, la obtención de ganancia solamente es posible por la
obtención de plusvalor mediada por los precios de mercado, lo cual implica que el nivel general
de los precios está por arriba del precio de reposición mercantil de la fuerza de trabajo.
Este postulado establece que no pueden existir o desarrollarse aspectos de la realidad sin
que previamente se desarrollen sus condiciones de posibilidad. Pero también establece que si
determinado sujeto quiere llevar adelante la satisfacción de ciertos requerimientos, el paso
indispensable consiste en desarrollar una estrategia que contemple la transformación de las
condiciones de posibilidad.
formas para resolver los nexos y contradicciones dialécticas derivados de la dinámica de las
partes. En cada momento, fase o etapa del desarrollo coexisten fuerzas diferentes y
antagónicas que necesariamente redefinen la dinámica de su coexistencia. Tal coexistencia
puede ser más o menos “caótica”, “turbulenta” o “predecible”, según las modalidades de
reorganización subjetiva del todo (más o menos violentas, más o menos aceleradas).
Los futuros posibles constituyen la libertad del presente y, por lo tanto, las libertades
posibles de las personas y los agentes y agencias colectivas o de los “vértices organizativos”
que caracterizan las entidades e identidades de todo tipo, incluyendo las de la naturaleza no-
humana. El término “naturaleza” tiene muchas denotaciones y connotaciones. Algunas de ellas
se relacionan con la cuestión de la conformidad a las necesidades constitutivas de los entes y
entidades de todo tipo. Necesidad y naturaleza son en cierto modo sinónimos, aunque la
identidad no es inmutable (invariante). En la tradición dialéctica la libertad representa el
momento de satisfacción y ruptura de las determinaciones necesarias de la naturaleza dada en
determinado momento del desarrollo. En el primer caso la libertad implica la satisfacción de las
necesidades: hay libertad cuando se puede superar las necesidades mediante alguna forma
(de muchas posibles) de satisfacción. Sobre este aspecto convendrá no perder de vista la
constitución o preformación ideológica de las necesidades. [9] La ruptura de la necesidad
acontece cuando desaparece por algún motivo la necesidad. La satisfacción no implica la
superación definitiva de las necesidades, en la medida en que las condiciones de la realidad
que las originan se reproducen (reiteran). Se trata de una superación transitoria, seguida de
una caída en su ciclo reproductivo. La superación, en cierto modo definitiva, acontece cuando
desaparecen las condiciones que las reproducen y sostienen. Entre las condiciones se
destacan las estructurales en general y las estructuras de los deseos. En términos históricos y
geográficos tales estructuras condensan en el sentido histórico y el sentido geográfico o
sentido territorial. Los procesos auténticamente revolucionarios son los que transforman la
estructura y estructuración de las necesidades y los deseos. Un cambio cultural implica un
cambio significativo, estructural, del sistema de necesidades y, por consiguiente, del sistema
de libertades.
entre ellos las tácticas y estrategias de los agentes sociales. Tales aspectos caracterizan la
relativa incertidumbre o impredicibilidad del futuro. Relativa en tanto sujeta a necesidades y
libertades naturales y culturales e histórica y geográficamente constituidas y parcialmente
conocidas. Habiéndose constatado ciertas regularidades entre fenómenos, hay diferentes
grados de probabilidad que de darse ciertas circunstancias se producirán los fenómenos
asociados.
Hay que destacar algunas cuestiones asociadas. En primer lugar la incertidumbre no
es sinónimo de una multiplicidad de combinaciones finitas de determinaciones. La combinación
de conjuntos finitos es otro conjunto finito. En términos reales, dada la interdependencia
universal y los infinitos arreglos cuanti-cualitativos, la reducción finita de determinaciones, por
más multiforme que sea la escala de del universo de análisis involucrado (la teoría), es
imposible predecir la evolución del conjunto (sistema). Entre una posición y otra hay infinitas
posiciones cuantitativas y cualitativas y, dadas las implicancias sinergéticas de la combinación,
es matemáticamente imposible deducir la evolución exacta del conjunto y de cada una de las
partes. En segundo lugar la impredicibilidad derivada de los desplazamientos personales y la
constitución y negociación social de los deseos y su satisfacción. En este punto no puede
obliterarse la atención sobre los efectos de la mayor o menor alienación de las necesidades y
deseos y, por consiguiente, la multiplicación relativamente caótica de la construcción de
escenarios futuros. La alienación, entre otros aspectos, se caracteriza por la brecha entre los
determinismos naturales u objetivos y las libres elecciones de los agentes, lo cual implica cierta
ruptura entre necesidad y libertad en los términos de ciertas visiones dogmáticas
distorsionadas de la dialéctica materialista.
“h) Por lo tanto, penetrar bajo la simple coexistencia observada, avanzar cada
vez más profundamente en el rico contenido, aprehender conexiones
progresivamente más profundas, hasta alcanzar y aprehender
sólidamente las contradicciones y el movimiento. Hasta llegar a eso, no
hay nada que hacer;”
“i) En ciertas fases del propio pensamiento, éste deberá transformarse:
modificar o rechazar su forma, volver a elaborar su contenido.” (H.
Lefebvre, Lógica formal. Lógica dialéctica, Ed. Siglo XXI, 1970, pp. 279-
280. Cursivas del autor).
Las reglas enunciadas pueden profundizarse mediante la consideración de sus
aspectos epistemológicos y operacionales, tarea que excede la pretensión introductoria de
este texto. No obstante si es cierto que, parafraseando a Machado, no hay método sin
“metodizar”, el punto de partida para profundizarlas no puede ser otro que, fiel a la primera
regla, “ir a la cosa” concreta. La forma de hacerlo implica llevar a cabo la inmersión
comprometida con el juego de contradicciones de los problemas reales, lo cual no es otra cosa
que juntar el hacer, el conocer y el participar, tal como lo propone la “investigación-acción
participativa” (IAP), la investigación estratégica y las variantes de la epistemología política.[11]
Con los riesgos de las exposiciones breves, según Morin el pensamiento complejo se
caracteriza por reconocer la “unidad de la multiversidad” lo cual lleva a su vez a sostener tres
formas de ser: las formas dialógicas, las formas de la recursividad y las formas hologramáticos.
Las formas dialógicas consisten en los procesos de análisis/síntesis y el carácter digital y el
analógico, el orden y el desorden y la organización y la desorganización de la realidad. Las
formas de la recursividad son: la interacción, la retroacción, los procesos en circuito, el bucle
retroactivo y el bucle recursivo (autoproducción y autoorganización). El bucle recursivo “es un
proceso en el que los efectos o productos al mismo tiempo son causantes y productores del
proceso mismo, y en el que los estados finales son necesarios para la generación de los
estados iniciales. De este modo, el proceso recursivo es un proceso que se produce/reproduce
a sí mismo, evidentemente a condición de ser alimentado por una fuente, una reserva o un
flujo exterior. La forma hologramática, al igual que los hologramas laser, consiste en admitir
que la reproducción de cada punto (o parte) de la realidad tiene la información de todos los
restantes puntos (o partes). Cada parte es, además de informado por el todo, es formador del
todo.
Morin apela a la imagen de el torbellino para ejemplificar didácticamente el carácter
complejo de la realidad, en tanto "describe un movimiento permanente que mantiene la
estabilidad de los constituyentes"; es un fenómeno permanente de organización espontánea";
"es un movimiento a partir del cual se puede desprender la idea de bucle, es decir, de
procesos ...recursivos".
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Morin y otros autores también agregar otras propiedades de los sistemas complejos:
su carácter abierto y su “fractalización” en partes relativamente indeterminadas y borrosas. Son
abiertos en tanto están sobredeterminados complejamente por los restantes sistemas o partes,
lo cual implica el reconocimiento de cierta capacidad de agregado de nuevas propiedades. La
realidad es fractalizable en tanto los resultados de cada procesos de subdivisión analítica son
relativamente isomórficos con los sistemas de los que forman parte. La indeterminación o
principio de incertidumbre reconoce la existencia de efectos y procesos que no pueden ser
predichos por las condiciones iniciales en la medida en que dichas condiciones no son
totalmente identificables y, sobre todo, no son mecánicamente interdependientes. El carácter
borroso deriva de la falta de límites absolutos entre las partes del sistema.
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*
UNTREF y UBA-FFyL (vdicione@geoamerica.org)
[1]
El texto es una versión revisada y ampliada en el mes de mayo de 2006 de “El paradigma dialéctico y
el paradigma de la complejidad. Convergencias y divergencias” editado en GeoBAires con anterioridad.
Al igual que el anterior forma parte de los materiales de apoyo en diversas materias y seminarios de las
carreras de Geografía de UNTREF y UBA-FFyL.
[2]
Todas las cosas de un determinado universo tienen ciertas características mediante las cuales puede
decirse que forman parte y son isomórficas con ese universo. El isomorfismo, por lo tanto, hay que
considerarlo en el sentido aristotélico: todas las cosas son “informadas y formadas” por el universo, al
tiempo que también son informadoras y formadoras.
[3]
Hegel, Ciencia de la lógica, Tomo II, Libro III, Tercer capítulo. “La idea absoluta” (Traducción de
Augusta y Rodolfo Mondolfo).
[4]
Sobre el tema puede consultarse V. Di Cione, Geografía y ciencias sociales. Apuntes para una
articulación transversal.
[5]
En la tradición filosófica está planteada como articulación entre la natura naturans y la natura
naturata, expresiones que pueden traducirse como la causa o fuerza que impulsa los cambios de la
naturaleza y los productos de dicha causa o fuerza. Volvemos sobre el tema más adelante.
[6]
Inmediatamente en tanto la producción consume recursos (fuerzas productivas: materias primas,
maquinarias, energía, trabajo, etc.) y el consumo produce aquello para lo cual se consume (Por
ejemplo: el cuerpo en la alimentación, el vino en el consumo de uva, etc.). Por tal motivo en la
reproducción económica del capitalismo se habla en el primer caso de consumo productivo y de
consumo improductivo cuando los bienes producidos se realizan en el consumo final.
[7]
Sobre el tema hay abundante bibliografía. Gran parte de ella se refiere al análisis y desarrollo de
determinadas fases coyunturales de los procesos históricos nacionales y globales. Los textos de Mao
Tse-tung son un referente insoslayable. Le corresponde haber tematizado la distinción entre
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