El sistema locomotor es el que permite al ser humano moverse y le otorga
protección al resto de órganos y sistemas del cuerpo humano. El aparato locomotor está formado por el sistema óseo y el sistema muscular, que están comprendidos por huesos, articulaciones, ligamentos, músculos y tendones.
La fibra muscular es la unidad estructural formada por células alargadas que
son contráctiles y constituyen el tejido muscular. Las células del tejido muscular se llaman miocitos o fibras musculares por su forma alargada. Los miocitos del músculo estriado son muy largos, tienen forma cilíndrica y están multinucleados, ya que cada célula contiene varios núcleos. Las fibras musculares individuales se agrupan formando fascículos. Cada fibra está rodeada por una capa de tejido conjuntivo que se llama endomisio, mientras que el fascículo completo está envuelto en el perimisio. Varios fascículos se agrupan para formar el músculo íntegro que está rodeado por el epimisio. Las fibras musculares tienen filamentos internos llamados miofibrillas. En las fibras musculares lisas son aparentemente homogéneas, pero las del músculo estriado presentan zonas de distinta refringencia por la distribución de las proteínas miosina y actina, principales componentes de las miofibrillas. La membrana que rodea la célula muscular se denomina sarcolema, mientras que el citoplasma se llama sarcoplasma. La región en la que se encuentran los filamentos de actina y miosina recibe el nombre de sarcómero. Un Sarcómero es la unidad funcional fundamental del músculo estriado o esquelético porque todos los componentes necesarios para la contracción están contenidos en cada sarcómero. El músculo estriado está compuesto por millones de pequeños sarcómeros que se acortan, individualmente, con cada contracción muscular. Su estructura única permite que estas pequeñas unidades coordinen las contracciones de los músculos.
La función de los músculos es contraerse para generar movimiento y realizar
funciones vitales. El sistema muscular permite que el esqueleto se pueda mover, que se mantenga firme y da forma al cuerpo. En los vertebrados los músculos son controlados por el sistema nervioso, aunque el músculo del corazón, funciona de forma autónoma. El sistema nervioso, envía señales a las células musculares a través del cerebro y los músculos se contraen. Los tendones conectan los músculos con los huesos y se produce el movimiento del esqueleto. Por medio de los iones de calcio, los extremos del filamento de miosina se activan, se anclan al filamento de actina y el músculo se contrae. En cuanto disminuye la concentración de calcio en la célula muscular, los extremos vuelven a su posición original y «liberan» al filamento de actina. Así el músculo se relaja. Los espasmos se producen cuando los nervios envían demasiadas señales a las células musculares y éstas no se reciben. Los calambres son un tipo de espasmos. El sistema muscular es responsable de la locomoción, la actividad motora, la mímica, la estabilidad, la postura, la producción de calor y la protección. La Locomoción realiza el desplazamiento de la sangre y el movimiento de las extremidades. La Actividad motora se encarga de que todos los órganos desempeñen sus funciones, ayudando a otros sistemas como por ejemplo al sistema cardiovascular. La Mímica sirve para expresar lo que sentimos y percibimos a través de gestos de la cara. La Estabilidad de los músculos con los huesos permite al cuerpo mantenerse estable. La Postura es el control de las posiciones que realiza el cuerpo en estado de reposo. La Producción de calor se da al producir contracciones musculares se origina energía calórica. La Forma de los músculos y tendones dan el aspecto típico del cuerpo. Da Protección a otros órganos vitales.
La fibra muscular o miocito es una Célula multinucleada que tiene capacidad
contráctil y está compuesto por tejido muscular. Hay 3 tipos de fibras musculares esqueléticas: rojas, blancas e intermedias. Las fibras rojas, abundan en los músculos rojos, son pequeños y contienen gran cantidad de mioglobina y numerosas mitocondrias, que se disponen en filas entre las miofibrillas y en acúmulos por debajo del sarcolema. Los músculos rojos se contraen más lento, por esta razón se ha asumido que la fibra roja es una fibra lenta. Las fibras blancas están en los músculos blancos, son más grandes, poseen menor cantidad de mioglobina y menos mitocondrias que se disponen, de preferencia, entre las miofibrillas, a nivel de la banda I. En este tipo de fibras la línea Z es más delgada que en las fibras rojas. Las fibras intermedias presentan características intermedias entre las otras 2 variedades de fibras, pero superficialmente se asemejan más a las fibras rojas y son más abundantes en los músculos rojos. Tienen el mismo número de mitocondrias que las fibras rojas, pero su línea Z es delgada como en las fibras blancas. El músculo esquelético se puede separar en fibras musculares que son las unidades anatómicas del tejido. En la estructura de una fibra muscular encontramos el sarcolema, el sarcoplasma, las miofibrillas y los núcleos. El Sarcolema está formado por la membrana celular llamada plasmalema y una lámina basal externa formada por glucoproteínas. Presenta una serie de invaginaciones, denominados túbulos T, que se prolongan hasta situarse en estrecha relación con el retículo endoplasmático.
El Sarcoplasma tiene una proteína con capacidad de fijar
el oxígeno transportado por la sangre llamada mioglobina que da a la fibra su coloración roja. El sistema T o triada es el conjunto del aparato de Golgi, las mitocondrias y el retículo endoplasmatico que es fundamental en el inicio del proceso de contracción. El aparato de Golgi está asociado a los núcleos.
Las mitocondrias están en la proximidad de las miofibrillas. El retículo
endoplasmático, forma una red en torno a las miofibrillas. Las Miofibrillas, son unas finas estructuras cilíndricas de naturaleza protéica y son los elementos responsables de la contracción muscular, ya que recorren la fibra de punta a punta uniéndose finalmente al sarcolema. Los núcleos pueden contarse por centenares en cada fibra y están por debajo del sarcolema.
Existen tres tipos de músculo: musculo esquelético o estriado, músculo liso y
músculo cardiaco.
La unidad fundamental del músculo estriado o esquelético es el sarcómero.
Al verse a través de un microscopio, presenta estrías, que están formadas por las bandas claras y oscuras alternadas compuestas de actina y miosina. Está formado por fibras musculares en forma de huso, con extremos muy afinados, y más largas que las del músculo liso. La función principal de los musculos estriados es generar movimientos voluntarios también la estabilidad corporal que es posible gracias a una contracción parcial constante y mantenida que se llama tono muscular. Los músculos estriados son la principal fuente de calor corporal y contribuyen a mantener la temperatura del organismo próxima a 37º centígrados.
El músculo liso también conocido como involuntario, se compone de células
en forma de huso que poseen un núcleo central que se asemeja en su forma a la célula que lo contiene. El estímulo para la contracción de los músculos lisos está mediado por el sistema nervioso vegetativo autónomo. El músculo liso está localizado en el aparato reproductor y excretor, en los vasos sanguíneos, en la piel y otros órganos internos. Las funciones del músculo liso cambian según donde esté, las fibras que forman parte del tubo digestivo provocan al contraerse los movimientos peristálticos , las situadas en las paredes de los vasos sanguíneos causan disminución o aumento en el calibre de los vasos según se contraigan o relajen, las localizadas en los bronquios pueden aumentar o disminuir la luz bronquial, las ubicadas en la dermis constituyen los músculos erectores del pelo, mientras que las fibras musculares del iris en el ojo hacen posible la dilatación o constricción de la pupila dependiendo del grado de luminosidad ambiental.
El Músculo cardíaco forma la pared del corazón, es un tipo de músculo
estriado y tiene algunas características especiales. Su función es bombear la sangre a través del sistema circulatorio. Las células están ramificadas formando una estructura que se conoce como sincitio funcional, porque están interconectadas por uniones comunicantes que se llaman discos intercalares, lo que hace posible que la contracción sea sincronizada. Existen dos sincitios funcionales, uno forma las aurículas y otro los ventrículos.
Todo sistema óseo es el esqueleto que nos da soporte, apoyo y protección.