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La clonación (del griego: κλών, ‘retoño, rama’;1 copia idéntica de un organismo a partir de

su ADN) se puede definir como el proceso por el que se consiguen, de forma asexual,2 copias
idénticas de un organismo, célula o molécula ya desarrollado.

Se deben tomar en cuenta las siguientes características:

 En primer lugar se necesita clonar las células (producto embrionario), porque no se


puede hacer un órgano o parte del "clon" si no se cuenta con las células que forman a
dicho cuerpo.
 Ser parte de un organismo ya "desarrollado", porque la clonación responde a un interés
por obtener copias de un determinado organismo, y sólo cuando es adulto se pueden
conocer sus características.
 Por otro lado, se trata de crearlo de forma asexual.2 La reproducción sexual no permite
obtener copias idénticas, ya que este tipo de reproducción por su misma naturaleza genera
diversidad múltiple.

El primer clon se hizo en una oveja (Dolly).

Clonación en la naturaleza[editar]

La reproducción asexual, también llamada reproducción clonal, es una forma natural de


reproducción utilizada por numerosas formas de vida desde que ésta existe, empezando por
las bacterianas. Aunque la forma fundamental de reproducción en los eucariontes es la sexual,
en la que los descendientes son genéticamente distintos de su progenitor o progenitores, en
todos los grupos se recurre frecuentemente a la multiplicación asexual (clonal). Tiene este
carácter también la extensión del número de pies de plantas en las llamadas colonias clonales;
algunos ejemplos son el arándano, los avellanos, el Pando, el cafetero de Kentucky,
las myricas o el liquidámbar americano.

Clonación molecular[editar]

La clonación molecular se utiliza en una amplia variedad de experimentos biológicos y las


aplicaciones prácticas van desde la toma de huellas dactilares a producción de proteínas a
gran escala.

En la práctica, con el fin de amplificar cualquier secuencia en un organismo vivo, la secuencia a


clonar tiene que estar vinculada a un origen de replicación; que es una secuencia de ADN.

Transfección
Se introduce la secuencia formada dentro de células.
Selección
Finalmente se seleccionan las células que han sido transfectadas con éxito con el
nuevo ADN.

Inicialmente, el ADN de interés necesita ser aislado de un segmento de ADN de


tamaño adecuado. Posteriormente, se da el proceso de ligación cuando el fragmento
amplificado se inserta en un vector de clonación: El vector se linealiza (ya que es
circular), usando enzimas de restricción y a continuación se incuban en condiciones
adecuadas el fragmento de ADN de interés y el vector con la enzima ADN ligasa.

Tras la ligación del vector con el inserto de interés, se produce la transfección dentro
de las células, para ello las células transfectadas son cultivadas; este proceso, es el
proceso determinante, ya que es la parte en la que vemos si las células han sido
transfectadas exitosamente o no.

Tendremos que identificar por tanto las células transfectadas y las no transfectadas,
existen vectores de clonación modernos que incluyen marcadores de resistencia a
los antibióticos con los que sólo las células que han sido transfectadas pueden crecer.
Hay otros vectores de clonación que proporcionan color azul/ blanco cribado. De
modo, que la investigación de las colonias es necesaria para confirmar que la
clonación se ha realizado correctamente.

Clonación celular[editar]

Clonar una célula consiste en formar un grupo de ellas a partir de una sola. En el caso
de organismos unicelulares comobacterias y levaduras, este proceso es muy sencillo,
y sólo requiere la inoculación de los productos adecuados.

Sin embargo, en el caso de cultivos de células en organismos pluricelulares, la


clonación de las células es una tarea difícil, ya que estas células necesitan unas
condiciones del medio muy específicas.

Una técnica útil de cultivo de tejidos utilizada para clonar distintos linajes de células es
el uso de aros de clonación (cilindros).

De acuerdo con esta técnica, una agrupación de células que han sido expuestas a un
agente mutagénico o a un medicamento utilizado para propiciar la selección se ponen
en una alta dilución para crear colonias aisladas; cada una proviniendo de una sola
célula potencialmente y clónicamente diferenciada.

En una primera etapa de crecimiento, cuando las colonias tienen sólo unas pocas
células; se sumergen aros estériles de poliestireno en grasa, y se ponen sobre una
colonia individual junto con una pequeña cantidad de tripsina.

Las células que se clonan, se recolectan dentro del aro y se llevan a un nuevo
contenedor para que continúe su crecimiento en forma natural.

Clonación de organismos de forma natural[editar]

La clonación de un organismo es crear un nuevo organismo con la misma información


genética proveniente de una célula existente. Es un método de reproducción asexual,
donde la fertilización no ocurre. En términos generales, sólo hay un progenitor
involucrado. Esta forma de reproducción es muy común en organismos como
las amebas y otros seres unicelulares, aunque la mayoría de
las plantas y hongos también se reproducen asexualmente.

También se incluye la obtención de gemelos idénticos de manera natural. Se considera


como una alteración espontánea durante el desarrollo embrionario, ignorándose su
causa, aunque existe una correlación familiar estadísticamente significativa.
Una distopíaNota 1 o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma.1 Esta sociedad
distópica suele ser introducida mediante una novela,ensayo, cómic, serie
televisiva, videojuego o película.

Utopía deriva del griego οὐ ("no") y τόπος ("lugar") y significa literalmente "no-lugar" o, como
glosó Quevedo; "no hay tal lugar".1 La palabra fue acuñada por Tomás Moro para describir una
sociedad ideal, y por lo tanto inexistente. Esta "república" es imaginada como mejor que las
conocidas, en especial la europea del Renacimiento, por lo cual el término puede ser
interpretado como Eutopia, también derivado del griego; εὖ ("bueno" o "bien") yτόπος ("lugar"),
significando "el buen lugar", en oposición a ladistopía o "mal lugar".223 En un sentido estricto, el
término hace referencia a la obra homónima de Tomás Moro;Dē Optimo Rēpūblicae Statu
dēque Nova Insula Ūtopia. En ella, Utopía es el nombre dado a una isla y a la comunidad
ficticia que la habita, cuya organización política, económica y cultural contrasta en numerosos
aspectos con la sociedad inglesa de la época. Con esta obra Moro crea el género de las
utopías políticas y por ello en términos más generales la palabra «utopía» se emplea para
referirse a una sociedad política ideal, con un plan, proyecto, doctrina o sistema deseables que
parecen muy difíciles de realizar, o representación imaginativa de una sociedad futura con
características favorables para la salud, el bienestar común de la sociedad, que por lo general
contiene una crítica más o menos implícita de la sociedad política realmente existente. 4 En otro
sentido, se emplea el término "utópico" para referirse de modo peyorativo a las teorías o
programas políticos que se consideran irrealizables.

Aunque Moro fue el creador del género de las utopías, hay narraciones clásicas que tienen
elementos utópicos y que pueden considerarse como precursoras del género 5. Así, en la misma
obra de Moro puede verse una fuerte influencia e incluso directa referencia a La República,
de Platón,6 donde se describe una sociedad idealizada. Además de La República, hay otras
ideas utópicas anteriores, por ejemplo, la tierra de Dilmún de la mitología mesopotámica7
, Panquea(o Pancaya)8, la isla de la Inscripción sagrada del relato de Evémero9, la isla del
Sol de Yambulo1011, La fuente del jardín de los duraznos de Tao Yuanming12, La Ciudad
Virtuosa (que no es sino una idealización de Medina en tiempos deMahoma) de Al Farabi13 y La
ciudad de las damas de Christine de Pizan14.

En psicoanálisis, el complejo de Edipo, a veces también denominado conflicto edípico, se


refiere al agregado complejo de emociones y sentimientos infantiles caracterizados por la
presencia simultánea y ambivalente de deseos amorosos y hostiles hacia los progenitores. 1 Se
trata de un concepto central de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, expuesto por primera
vez dentro de los marcos de su primera tópica. En términos generales, Freud define el
complejo de Edipo2 como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa)
con el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio).

El complejo de Edipo es la «representación inconsciente a través de la que se expresa el deseo


sexual o amoroso del niño».3 Freud describe dos constelaciones distintas en las que se puede
presentar el conflicto edípico:

 Complejo de Edipo positivo: odio o rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo y
atracción sexual hacia el progenitor del sexo opuesto.
 Complejo de Edipo negativo: amor hacia el progenitor del mismo sexo, así como
rivalidad y rechazo hacia el progenitor del sexo opuesto. 1

La teoría de Freud distingue en el desarrollo psicosexual de los niños tres etapas principales:
la oral, la anal y la fálica. El período de manifestación del complejo de Edipo coincide con la
llamada fase fálica (pregenital) del desarrollo de la libido, es decir aproximadamente entre los 3
y los 6 años de edad y se acaba con la entrada en el período de latencia. De acuerdo con la
teoría freudiana, el complejo se revive en la pubertad y esta reaparición declinaría a su vez con
la elección de objeto, que abre paso a la sexualidad adulta.

Importancia del concepto para el psicoanálisis[editar]

El complejo de Edipo es considerado la piedra angular de la teoría de Freud. Es un concepto


clave del psicoanálisis y sus derivados actuales tanto como fundamento de la teoría, como
construcción explicativa en la clínica:4

 para la teoría, porque constituye el eje central de la teoría pulsional y de


la metapsicología con la que Freud pretende explicar el funcionamiento psíquico y la
estructuración de la personalidad;
 para la clínica, debido a que del desarrollo, evolución y forma de resolución de la
conflictiva edípica derivará la estructura y la forma en que se presentarán los síntomas en
las distintas modalidades patológicas.

Por eso el complejo de Edipo es una idea tan central para el psicoanálisis como lo es la
universalidad de la prohibición del incesto y constituye un correlato del complejo de castración.3

Freud, en "Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad", asegura que en los niños es
recurrente la fantasía incestuosa de expulsar y sustituir al progenitor rival, es decir el padre
para el niño, y la madre para la niña, pero esas ideas suscitan intensa culpa y temor al castigo. 5

La historia del psicoanálisis en su conjunto está fuertemente ligada a la historia del complejo de
Edipo y a las discusiones en torno a su significación. El concepto también ha suscitado desde
su origen muchas críticas, tanto internas al psicoanálisis como desde otras disciplinas y
corrientes teóricas.
El término complejo (del latín complectere: abrazar, abarcar; participio perfecto: complexum) es
un término que indica un conjunto que totaliza, engloba o abarca una serie de partes
individuales (hechos, ideas, fenómenos, procesos). Se utiliza en forma general en psicología
para indicar la integración de vivencias o experiencias individuales en una experiencia de
conjunto o totalizadora.

El uso del término se le atribuye a Carl Gustav Jung.

Historia del complejo de Edipo

Edipo se arranca los ojos en la tragedia de Sófocles. (Foto teatral).

El concepto fue desarrollado por Sigmund Freud, quien se inspiró para su denominación en el
mito de Edipo de la mitología griega clásica, más precisamente, en la versión que
entrega Sófocles en la tragedia Edipo Rey: Edipo es el hijo deLayo y Yocasta. Layo, para evitar
que se cumpla el horrible destino que el oráculo le ha anunciado (que va a ser asesinado por
su propio hijo), entrega a Edipo recién nacido a un sirviente para que lo abandone en un cerro
de Citerón. Desobedeciendo al rey, el sirviente lo entrega a un pastor, quien lo acoge y
finalmente lo entrega al rey de Corinto, Pólibo y su esposa Mérope, quienes lo adoptan, le dan
un nombre (Edipo significa «pies hinchados») y lo crían cual si fuera su propio hijo. Sin
embargo el joven Edipo, al escuchar rumores acerca de que el rey y la reina no son sus padres,
consulta al oráculo de Delfos, quien le revela que su destino será dar muerte a su propio padre
y que se casará con su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado,
decide no regresar nunca a Corinto para huir de su destino. Emprende un viaje y, en el camino
hacia Tebas, Edipo se encuentra con Layo, que viajaba a Delfos, en una encrucijada. El heraldo
de Layo, Polifontes exigió a Edipo que le cediera el paso pero ante la demora de éste, mata a
uno de sus caballos. Edipo se encoleriza y mata a Polifontes y a Layo sin saber que era el rey
de Tebas, y su propio padre. Es así entonces que Edipo asesina a Layo y se casa con Yocasta
para más tarde descubrir la desastrosa verdad de que son sus padres.
Cuando Yocasta descubre que Edipo es su hijo se suicida. Edipo, incapaz de soportar el horror
que el parricidio y el incesto le provocan, se saca los ojos y en total humillación, abandona la
ciudad para vagar como un pordiosero por toda Grecia, atendido por su hijaAntígona.

La primera vez que el complejo de Edipo aparece mencionado en la obra freudiana es en


1910,6 aunque existen razones para suponer que cuando Freud se refiere en 1908 a los
“conflictos nucleares” (Kernkonflikte)7 ya está aludiendo a la conflictiva edípica.

Carl G. Jung desarrolló de forma análoga el «complejo de Electra» describiéndolo como la


atracción sexual inconsciente que siente una niña hacia su padre. Freud nunca aceptó esta
idea de Jung porque se contraponía con las teorías que él venía desarrollando, particularmente
en dos aspectos:

 La importancia que tiene para la niña la inclinación inicial por la madre (en la fase
preedípica) y
 la preponderancia central del falo en el desarrollo de los sujetos de ambos sexos en la
fase fálica del desarrollo libidinal.8

En la teoría freudiana el complejo de Edipo es un fenómeno que aparece en el desarrollo


de todos los seres humanos, tanto en el sexo masculino como en el femenino. Esto no
significa, sin embargo, que tenga igual evolución en ambos sexos: para Freud el
complejo de Edipo femenino no es simétrico al del niño.

Se trata además de un fenómeno universal, que ocurre con independencia de factores como la
educación, la pertenencia étnica o la cultura. Freud desarrolla esta idea en su obra Tótem y
tabú9 sirviéndose de una metáfora, de una suerte de "mito científico" propio, para argumentar la
universalidad del complejo de Edipo. Freud plantea el escenario en que podría haberse
instaurado el tabú del incesto e inaugurado la cultura: En una época indeterminada de las
hordas primitivas, los hombres vivían en pequeñas agrupaciones dominadas por un macho
poderoso y tiránico (el padre) que tenía el privilegio de poseer a las hembras. Un día los
machos jóvenes de la horda primitiva deciden rebelarse contra el padre, lo asesinan y se
comen su cadáver. La cena totémica habría involucrado además una dimensión simbólica muy
importante: no sólo se habrían comido el cuerpo, sino que principalmente también sus atributos
espirituales, lo que da por resultado una identificación con el padre. El arrepentimiento y los
sentimientos de culpa que surgieron tras el asesinato los llevaron a instaurar un nuevo orden
social basado en la exogamia, es decir, en la prohibición (o tabú) de poseer a las mujeres del
clan, al tiempo que instauraron el totemismo (tabuización de dar muerte al tótem (figura que
sustituye simbólicamente al padre)). El padre asesinado, sin embargo, tiene más poder y
autoridad que el padre vivo, concluye Freud, puesto que la obediencia retroactiva que se le
presta se basa en el sentimiento de culpa. Las prohibiciones del totemismo (el incesto y matar
al tótem) representan los dos deseos inconscientes centrales del conflicto edípico. Concluye
Freud en esta obra que el complejo de Edipo es la condición central del totemismo, por lo tanto,
universal y fundante de la cultura en cualquier sociedad de seres humanos.

Implicaciones del complejo de Edipo[editar]

La conflictiva edípica debe ser cancelada (no necesariamente por el mecanismo psíquico de
la represión) para posibilitar el desarrollo de la sexualidad del niño. En el inconsciente se pone
en funcionamiento el llamado complejo de castración, que aporta al niño una respuesta
rudimentaria al enigma que le plantea la diferencia anatómica de los dos sexos (posesión o
privación del pene), que el niño atribuye al cercenamiento del pene en la niña. El niño teme el
cercenamiento del pene como castigo por sus deseos incestuosos y actividades sexuales, lo
cual le provocará una intensa angustia de castración. En la niña, la ausencia de pene es
percibida como un daño que, según el psicoanálisis, ella misma intentará negar, compensar o
reparar durante su desarrollo. Según Freud, mientras el complejo de castración posibilita la
salida del complejo de Edipo en el niño (el niño descubre que la madre está castrada y depone
sus deseos incestuosos por temor a la castración) representa para la niña la entrada al
complejo de Edipo, es decir la niña se dirigiría hacia el padre en busca del falo faltante en la
madre.10

El interés del niño por los genitales desaparece durante el período de latencia y reaparece con
la pubertad.11 Cuando ve la falta en una niña, advierte la posibilidad de la castración pero la
amenaza adquiere su efecto con posterioridad (nachträglich, en el original en alemán).

Solución del conflicto[editar]

Se sustituye la investidura de objeto por la identificación, se introyecta a la autoridad del padre


y se forma el núcleo del Superyó, que severamente prohíbe el incesto y el retorno de las
investiduras de objeto. Las aspiraciones libidinales son desexualizadas y sublimadas por una
parte, e inhibidas en sus metas y mudadas en mociones tiernas, por otra parte. Con esto se da
inicio al periodo de latencia. En rigor, el complejo de Edipo no es objeto de la represión, sino
que más bien opera una cancelación y destrucción del complejo.

La niña percibe inicialmente que su clítoris es un pene pequeño que ya crecerá pero, al advertir
que las mujeres adultas no poseen pene, intuye que ha sido castrada. El Superyó se instituye
como resultado de la educación y el amedrentamiento externo. La niña se acerca al padre en
busca de lo que la madre no tiene. Simbólicamente el falo pasa del pene al hijo, su complejo
culmina en el deseo de recibir de regalo un hijo de su padre, el cual permanece en lo
inconsciente como el del pene y constituye la base para su futura función sexual.

En la generalidad de los casos, el niño trata, en su deseo de superarlo, de parecerse a su rival.


Acaba entonces por identificarse con él, en una especie de solidaria convivencia, en la que el
padre se vuelve un modelo para el niño. Lo mismo ocurre, aunque no de manera simétrica,
entre la niña y su madre.12

Crítica y recepción[editar]

El concepto original de Freud ha sido recogido y aplicado con distintos matices y


modificaciones por diversas orientaciones del psicoanálisis, como asimismo por otras escuelas
psicológicas ajenas a éste, ya sea como modelo explicativo válido del desarrollo psicosexual
del niño o bien como elemento estructural de la formación de la personalidad.

El primer desarrollo ulterior divergente de la teoría original de Freud es el de Carl Jung con la
introducción en 1913 delcomplejo de Electra en Ensayo de exposición de la teoría
psicoanalítica. En este período Jung critica a Freud por centrar demasiado los descubrimientos
del complejo de Edipo en las experiencias de su propia persona y aboga además por la
desexualización de la teoría. Es en este contexto que se produce la ruptura definitiva.

A pesar de que la mayor parte de los psicoanalistas freudianos no acepten la denominación


jungiana de «complejo de Electra», todos coinciden en la importancia de diferenciar estos
procesos en el niño y en la niña, ya que por sus distintos rasgos y posesiones deben ser
tratados de forma distinta entre uno y otra.
Jacques Lacan hace una lectura diferente del concepto freudiano y lo reconstruye en varios
aspectos esenciales. Lacan destaca que Freud se basó en un mito, es decir no en un hecho,
sino en una ficción, en algo que ocurre no en la esfera de lo real sino en el ámbito de
lo simbólico, es decir, en algo que sucede en el lenguaje. Para Lacan el padre que juega un
papel en el complejo de Edipo no es un padre real sino que es una función: la función paterna,
un lugar en la estructura que puede ser ocupado por otros representantes, no necesariamente
el padre real. Lo que resulta relevante para Lacan es la ficción de una instancia que representa
la ley, es decir, la prohibición del incesto. Lacan denomina a esta instancia elGran Otro y puede
estar asumida por diversas figuras de la autoridad: jueces, policías, maestros, profesores,
clérigos, etc. Es el momento de la subordinación del niño a esta instancia lo que permite su
entrada en el orden de lo simbólico, es decir del lenguaje, del discurso del mundo social y de
sus normas. Para Lacan la salida del complejo de Edipo es entonces la renuncia a la madre y
el comienzo de los intentos de llenar ese lugar estructural de la falta con otros «objeto causa
del deseo», también denominado «pequeño otro» u «objeto a».

Melanie Klein recoge algunos aspectos de la descripción freudiana del concepto, pero sitúa el
Edipo en el primer año de vida del niño, postulando además que la fase tiene un trascurso
similar en ambos sexos. Para Melanie Klein, la relación con el pecho materno sería el factor
fundamental que rige todo el desarrollo psicosexual del niño. Son las relaciones de satisfacción
y frustración experimentadas con este primer objeto las que permiten orientar el deseo hacia
nuevos objetos, en su teoría, primeramente hacia el pene del padre. Pero la frustración
inevitable que representa este objeto haría que el lactante regresara al objeto primario. De este
modo, el pecho y el pene constituyen los primeros objetos de deseo oral del lactante. Los seres
humanos contarían, de acuerdo con su teoría, con un saber congénito acerca de la existencia
del pene y la vagina. El Edipo se configura porque el lactante desea una satisfacción constante,
por lo que al no obtenerla, aparecería la frustración y la agresión. Ocurriría entonces una
idealización del pecho bueno (la madre buena) y una dirección de la agresión hacia el pecho
malo, que se transformará en el prototipo de todas las relaciones objetales frustrantes
posteriores.

Uno de los principales y primeros críticos fue Westermarck. Ya en época de Freud,


Westermarck enunciaba el efecto que lleva su nombre: concluía que nadie sentía atracción
sexual por aquellas personas con las que había compartido su infancia. Este rechazo natural al
incesto puede ser un claro factor evolutivo, puesto que la consanguinidad aumenta gravemente
el peligro de malformaciones y enfermedades congénitas.4

Arthur Wolf hizo una exhaustiva investigación de campo y de archivos en el norte de Taiwán,
donde hasta hace poco había dos tipos de matrimonio de menores, que él llama mayor y
menor. En el matrimonio mayor, la chica se muda a la casa de sus suegros el día de la boda.
En el matrimonio menor, la chica es criada por sus futuros suegros casi desde el momento de
nacer. En el primer caso, los futuros esposos sólo se conocen a partir de su casamiento
efectivo; en el segundo, los chicos se crían como hermanos. Wolf estudió durante un cuarto de
siglo la historia de 14.402 matrimonios de ambos tipos, haciendo investigación de campo y
usando archivos que cubren el período 1905-1945 de la ocupación japonesa. ¿Cuál de los dos
matrimonios tuvo más éxito, medido en duración, número de hijos y fidelidad conyugal? El
primero, o mayor. Wolf resume así su principal conclusión: "Lejos de concebir una atracción
sexual por miembros de la misma familia, los niños desarrollan una fuerte aversión sexual
como resultado de la asociación inevitable. Por tanto, concluyo que la primera premisa de la
teoría edípica [la naturalidad del deseo incestuoso] es errada". 4

En la misma postura, los sociólogos Lionel Tiger y Joseph Shepher estudiaron más de 34.000
casos y gran cantidad de datos administrativos procedentes de los kibutz, en los cuales los
niños se crían en común, por una nodriza, sin tener mucho contacto con los padres. El
resultado seguía siendo que la familiaridad durante la infancia influía luego en una indiferencia
sexual.5

Por otra parte, desde la biología, muchos investigadores afirman que la aversión al incesto
sería natural en muchas especies. En efecto, A. H. Harcourt, zoóloga británica, ha comprobado
la evitación del incesto madre-hijo en los gorilas que ha tenido bajo estudio en Ruanda. Esto
mismo fue corroborado posteriormente por Dian Fossey (1985) en Uganda. Después de cuatro
años estériles en el zoológico de Philadelphia (Pfennig y Sherman, 1995), Jessica, una hembra
de gorila de llanura, fue trasladada al parque de San Diego, donde quedó preñada
inmediatamente. La discriminación por parentesco puede explicar por qué Jessica no se apareó
hasta que se la puso en contacto con machos distintos de aquellos con los que había convivido
desde edad temprana.5

La teoría ha sido también muy fuertemente criticada al interior del psicoanálisis. Por ejemplo,
en la interpretación que Erich Fromm hace del complejo de Edipo freudiano, el Edipo no se
trataría en primera línea de un conflicto desencadenado por deseos incestuosos. Si bien
Fromm reconoce que la estructura descubierta por Freud es contrastable con fenómenos que
ocurren en la realidad del desarrollo infantil, eso no tendría necesariamente que ver con la
sexualidad. El centro y origen del odio y rivalidad con el padre estarían determinados, según
este autor, por la rebelión contra la autoridad paterna y las estructuras sociales patriarcales que
representa.

La psicoanalista alemana Karen Horney hace una crítica profunda a las ideas que sostienen el
concepto freudiano, planteando que la envidia del pene constituye una ofensa a las mujeres.13

Durante los años 1980, cuando comenzaron a ampliarse los estudios sobre abuso sexual
infantil, se comenzó a cuestionar la idea de "fantasías de seducción" durante el complejo de
Edipo con el argumento de que escondían casos reales de abuso. Algunos psicoterapeutas
acusaron a la teoría psicoanalítica del Edipo y la Fantasía de seducción de la histeria de
invisibilizar el abuso sexual realmente cometido desresponsabilizando a los perpetradores al
cargar la responsabilidad sobre los niños y sus fantasías edípicas. Algunos psicoanalistas
llegaron a cuestionar que Freud realmente haya abandonado su teoría de la seducción parental
a la que llamó Fuente del Nilo.14 151617
La universalidad cultural del complejo de Edipo también ha recibido objeciones desde otras
disciplinas y por investigadores ajenos al psicoanálisis. Es así como Bronislaw Malinowski,
antropólogo británico de origen polaco y fundador de laantropología funcionalista, intentó
refutar la pretendida universalidad con datos empíricos. Mostró, por ejemplo, como entre los
habitantes de las Islas Trobriand en Papúa Nueva Guinea un niño era una criatura de su madre
y del espíritu de sus ancestros, quedando vacío el lugar del padre. El tabú del incesto estaba
allí referido a la hermana y no a la madre. En respuesta a esta crítica desde la
antropología, Ernest Jones defendió en su momento de manera ortodoxa la validez universal
del complejo de Edipo aduciendo que en el sistema matriarcal de los trobriandeses lo que
existía era una negación del rol del padre en la reproducción y un desplazamiento hacia la
figura del tío.18 Hasta hoy la discusión continúa y el problema no ha podido ser zanjado de
manera definitiva, ni por parte del psicoanálisis, ni por parte de la antropología.

El mito de la caverna de Platón es una de las grandes alegorías de la filosofía idealista que

tanto ha marcado la manera de pensar de las culturas de Occidente.

Entenderla significa conocer los estilos de pensamiento que durante siglos han sido los

dominantes en Europa y América, así como los fundamentos de las teorías de Platón. Veamos

en qué consiste.

Platón y su mito de la caverna

Este mito es una alegoría de la teoría de las ideas propuesta por Platón, y aparece en los

escritos que forman parte del libro La República. Se trata, básicamente, de la descripción de

una situación ficticia que ayudaba a entender el modo en el que platón concebía la relación

entre lo físico y el mundo de las ideas, y cómo nos movemos a través de ellos.

Platón empieza hablando sobre unos hombres que permanecen encadenados a las

profundidades de una caverna desde su nacimiento, sin haber podido salir de ella nunca y, de

hecho, sin la capacidad de poder mirar hacia atrás para entender cuál es el origen de esas

cadenas.

Así pues, permanecen siempre mirando a una de las paredes de la caverna, con las cadenas

aferrándolos desde atrás. Detrás de ellos, a una cierta distancia y colocada algo por encima de

sus cabezas, hay una hoguera que ilumina un poco la zona, y entre ella y los encadenados hay
un muro, que Platón equipara a las artimañas que realizan los tramposos y los embaucadores

para que no se noten sus trucos.

Entre el muro y la hoguera hay otros hombres que llevan con ellos objetos que sobresalen por

encima del muro, de manera que su sombra es proyectada sobre la pared que están

contemplando los hombres encadenados. De este modo, ven la silueta de árboles, animales,

montañas a lo lejos, personas que vienen y van, etc.

Nietzsche emplea el término nihilismo al menos con dos significaciones:

1. Nihilismo activo: Como signo del creciente poder del espiritu.

2. Nihilismo pasivo: Como decadecia y retroceso del poder del espíritu.

En síntesis, el nihilismo se define en función de la voluntad d epoder. Cuando esta voluntad


disminuye o se agota, aparece el nihilismo, puesto que tal voluntad no es otra cosa que la
esencia de la vida. De acuerdo al diagnóstico que realiza Nietzsche, este tipo de nihilismo está
a punto de llegar porque todos los valores creados por la cultura occidental son falsos valores
porque son la negación de la vida misma. Entonces, cuando esos valores ilusiorios se
derrumben, llegará necesariamente el nihilismo.

Contra ese nihilismo pasivo, Nietzsche reacciona con el nihilismo activo, que por un lado, es
una potencia de destrucción que se origina en el creciente poder del espíritu, (los valores no
caerán por sí solos sino que son destruidos directamente por la 'voluntad de poder', que los
niega. Y por el otro, es condición necesaria para que la voluntad de poder cree nuevos valores.

La crítica de Nietzsche a la cultura occidental se centra en que la considera una manifestación


de este nihilismo activo que intenta adelantarse al nihilismo pasivo y crear una civilización
nueva antes de que la antigua sea definitivamente derrumbada.

La República —en griego Πολιτεία (Politeia), que proviene de πόλις (pólis, denominación dada
a las ciudades estados griegas)— es la más conocida e influyente obra de Platón, y es el
compendio de las ideas que conforman su filosofía. Se trata de un diálogo entre Sócrates y
otros personajes, como los discípulos o parientes del propio Sócrates. La obra está compuesta
por diez libros, separados sin correspondencia con los cambios en los temas de discusión que
se presenta.

Índice
La ciudad-estado ideal[editar]

El tema central de la República es la reflexión sobre qué es la justicia y cómo se expresa en el


hombre, lo que lleva a Platón a abordar la organización de la ciudad-estado ideal. Según
Platón, ésta debe estar dividida jerárquicamente en tres clases: en la parte inferior, la clase de
los trabajadores manuales; la posición intermedia la ocupa la clase de los guerreros; y en la
cúspide, la clase de los dirigentes. Estos últimos, formados en la filosofía para alcanzar «al fin
la visión intelectual del Bien absoluto y el límite extremo del mundo inteligible», salen de los
guerreros, por lo que se podría decir que las tres clases no forman más que dos: un grupo
superior de guardianes —guardianes-auxiliares y guardianes-filósofos, en cuya cima se podría
encontrar el filósofo rey— y un grupo inferior de productores destinados a abastecer a
aquéllos.1

Platón justifica la división en clases rígidamente separadas con el argumento de que es


imposible que un mismo hombre pueda desempeñar dos oficios a la vez, con lo que se opone
al concepto mismo de ciudadano, en el que se basaba la polisgriega clásica, y cuestiona los
fundamentos de la democracia: «Por ello es característico de nuestro Estado que el zapatero
sea sólo zapatero y no a la vez timonel, el labrador sea labrador y no sea a la vez juez, y el
guerrero, guerrero, y no comerciante a la vez que guerrero» (III, 9). 1 Y además de esa división
deriva la Justicia, pues según Platón ésta consiste «en que cada uno haga lo que le
corresponde hacer».2

Para conseguir que todos acepten su posición, especialmente la tercera clase de los
productores, los guardianes-filósofos están autorizados a mentir —«sólo a los gobernantes
pertenece el poder mentir, a fin de engañar al enemigo o a los ciudadanos en beneficio del
Estado»— y deben inventar un mito fundacional para justificar la división, como el siguiente: 2
Vosotros, ciudadanos del Estado, sois todos hermanos. Pero la divinidad, cuando os moldeó,
puso oro en la mezcla con la que se generaron aquellos capacitados para gobernar, siendo de
tal forma del más alto valor; plata en los auxiliares; hierro y bronce en los campesinos y demás
artesanos». Y si alguien, a pesar de todo, desafiara el orden establecido los jueces lo
condenarán a muerte.

En la ciudad-estado ideal platónica los guardianes (los guerreros y los dirigentes-filósofos) se


rigen por un régimen decomunismo integral, algo que no se aplica a la clase inferior. De esta
manera, al no tener posesiones, las clases superiores evitarían el amor por las riquezas, causa
de muchas injusticias... Su educación ha de estar controlada por el Estado, y no se limitaría a
los aspectos físicos, como en Esparta —cuyo modelo Platón tenía en mente—, sino que
incluiría además la dimensión «intelectual», para hacerles llegar a la verdad que se esconde
tras las falsas apariencias. Asimismo, el Estado asignaría mujeres de su mismo grupo social a
los varones; y con ellas -al margen de cualquier vínculo matrimonial- se procreará una nueva
generación de guardianes dignos y capaces de defender y dirigir la ciudad. Platón justifica esta
comunidad de mujeres y de niños como medio para regular los nacimientos y para garantizar la
paz y la concordia entre los guardianes, que estarán así «libres de todas las querellas a que el
dinero, los niños y los familiares dan lugar» (V,12).1
El Estado es, pues, el que regula las uniones sexuales entre varones y mujeres para
asegurarse, como se hace con la cría del ganado, de «que los mejores individuos de uno y otro
sexo se relacionen entre sí las más de las veces, y los inferiores con los inferiores; además, es
preciso criar a los hijos de los primeros y no a los de los segundos, si se quiere que el rebaño
no degenere». Y ello se hará recurriendo al engaño para evitar las quejas de los menos
afortunados: «Se sacarán a suerte los esposos, haciéndolo con tal maña, que los súbditos
inferiores achaquen a la fortuna y no a los gobernantes lo que les ha correspondido». Por otro
lado, si un hijo fuera concebido con una mujer que no fuera la que le ha asignado el Estado
será considerado ilegítimo y por tanto la madre deberá «abandonarlo porque el Estado no se
hará cargo de alimentarlo». En cuanto a los hijos nacidos de las uniones reguladas, los «de los
mejores ciudadanos serán llevados al redil común y confiados para su cuidado a ayas, que
habitarán en un lugar separado del resto de la ciudad. En cuanto a los hijos de los súbditos
inferiores, lo mismo que respecto de los que nazcan con alguna deformidad, se los ocultará,
pues así es conveniente, en algún sitio secreto que estará prohibido revelar». De la educación
de los niños «aptos» se encargará una institución del Estado desapareciendo cualquier relación
con los padres.2

Platón describe un modelo de ciudad-estado ideal pero deja abierta la posibilidad de que se
pueda aplicar. Así pone en boca de Sócrates lo siguiente: 1
No habrá mi querido Glaucón, disminución de los males que desolan los Estados, ni siquiera de
los que afectan al género humano, a menos que los filósofos sean reyes de los Estados, o que
los que ahora se dicen reyes y soberanos pasen a ser verdaderos y serios filósofos, y se vean
reunidas en los mismos hombres la potencia política y la filosofía, junto con una ley rigurosa
que aparte de los asuntos públicos a la gran cantidad de hombres cuyo talento les lleva a
dedicarse a una o a otra cosa exclusivamente; antes de todo esto la constitución que
idealmente acabamos de trazar, en la medida que sea realizable, no nacerá, ni verá la luz del
día.
Alegoría de la caverna[editar]
Artículo principal: Alegoría de la caverna

En este dialogo se utiliza "la alegoría de la caverna" para explicar metafóricamente la situación
en que se encuentra el ser humano respecto del conocimiento.3 En ella Platón explica su teoría
de cómo podemos captar la existencia de los dos mundos: el mundo sensible (conocido a
través de los sentidos) y el mundo inteligible (sólo alcanzable mediante el uso exclusivo de
la razón).

Historia de edición[editar]

Según Cicerón, la República de Platón es el primer libro de la filosofía griega. No obstante,


posteriormente Aristóxenoacusó a Platón de plagio debido a las similitudes con El
Antilogikoi o Peri politeias de Trasímaco. [cita requerida]

Aulo Gelio cuenta en sus Noches Áticas que los dos primeros libros fueron editados aparte y
que Jenofonte sólo se opuso a su Ciropedia. Estos elementos muestran que los distintos libros
de la República fueron escritos en diferentes momentos. Parece ser que el primer y el décimo
libro no pertenecen al plan original de la obra; no obstante, la unidad en su totalidad parece
contradecir esta tesis.

Personajes[editar]

En la obra participan diferentes


personajes: Sócrates, Glaucón, Polemarco, Trasímaco, Adimanto, Céfalo y Clitofonte.

El texto encontrado en Nag Hammadi[editar]

Entre los manuscritos de Nag Hammadi se encontró un pasaje de La República en copto. Se


encuentra como quinto documento del Códice VI (NH VI 48–51) y contiene un pasaje o
fragmento de la obra (588b–589b) que ya era conocido en la Antigüedad. Es citado
por Plotino (Enéadas, I.1.7) y Proclo hace alusiones numerosas de él en su comentario
sobre La República; también puede ser encontrado en textos de Eusebio de
Cesarea y Estobeo (Antología, III, 9). Segun Howard Jackson el pasaje ha sido "traducido con
ineptitud" y lo define como "un desastroso fracaso"; esto podría explicar por qué durante casi
veinticinco años fue imposible identificar el texto.4 Por su parte, James Brasher destaca que:
"las palabras de Platón han sido distorsionadas e incomprendidas tan mal, que resultan
difícilmente reconocibles"; las considera el producto de alguien con escasa formación
intelectual y que ha perdido contacto con la tradición filosófica. 5 Sin embargo, se ha sugerido
que los académicos perciben como una "mala traducción" es en realidad una interpretación
tendenciosa de Platón, relacionada con la realidad política de la filosofía griega durante los
reinados de Constantino y Constantino II.6 De acuerdo a los elementos que el traductor
introdujo en el texto, es posible que esta traducción responda a un ámbito donde eran comunes
los relatos sobre los arcontes y otros conceptos antropológicos valentinianos; el tema de
la creación por la palabra (49,31–32), el leitmotiv del Apócrifo de Juan, podría haber sido
familiar al autor. De hecho, este puede ser el contexto para toda la biblioteca de Nag
Hammadi. [cita requerida]

También se ha sostenido que, como expresión vívida y concisa de la antropología platónica,


hay razones para creer que este pasaje era parte de una antología de textos filosóficos usada
en las escuelas.[cita requerida]

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