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Estratigrafia del paleozoico de la cordillera

oriental al sureste del Peru, frontera Peru -


Bolivia
1. El paleozoico inferior
2. Grupo San José
3. Formación Iparo
4. Formación Purumpata
5. Formacion Sandia
6. Formacion Ananea
7. Paleozoico Superior
8. Grupo Ambo
9. Grupo Tarma
10. Grupo Copacabana
11. Grupo Mitu
12. Referencias Bibliograficas
13. Conclusiones
14. Resumen
1. El paleozoico inferior
Laubacher, G en 1974, divide la secuencia paleozoica inferior al SE del Perú en
tres unidades:
Unidad Tiempo Propuesto
- Formación Ananea Silúrico-Devoniano
- Formación Sandia Caradociano
- Formación San José Arenigiano-Llanvirniano
A toda esta secuencia le atribuyó un grosor entre 10000 a 15000 m. de lutitas y
areniscas "marinas" afectadas por un metamorfismo epizonal. La sedimentación
en general fue dividida en dos periodos:
*Una sedimentación ordoviciana, entre el Arenigiano superior y el Caradociano,
con una edad cronoestratigráfica entre 480 a 440 M.A.
*Una sedimentación Siluro-Devóniano, entre el Siluriano inferior y un
Devoniano aún no diferenciado en esta región. Con una edad cronoestratigráfica
propuesta entre los 435 a 350 M.A
A lo largo de los valles Sandia, Huari Huari y Tambopata-Lanza se observaron
las unidades siguientes:
2. Grupo San José
Definido en el valle de Sandia por G. Laubacher (1978), con el rango
litoestratigráfico de formación en base a una litología monótona de pizarras sin
cambio litológico en toda su secuencia, posteriormente fue elevada a la categoría
de Grupo por N. De La Cruz (1996).
3. Formación Iparo
Esta conformada por sedimentitas finas, piritosas con esquistosidad cortante al
plano de estratificación, que presenta fauna de graptolites. Se parte en lajas
planas entre los 20 a 5 cm. de grosor en algunos sectores. Las pizarras está
acompañada de lentes de cuarcitas en la base de cada capa. La roca tiene un
color gris-oscuro, a veces azulado, siendo algunos sectores bien laminados por
lo que en otras partes es conocido como lutitas bandeadas. El grosor
aproximado de la Formación Iparo es de 2110 m. Cronoestratigráficamente se
ubica entre las series Arenigiano inferior y el Llanvirniano inferior. El primero
podría corresponder al piso Bendigoniano al Yapeniano (superior), mientras
que el segundo al piso Darriginiano, donde las variaciones litológicas comienzan
a variar.
Se hallaron fósiles marcadores entre los valles de Sandia y Tambopata como:
Expansograptus hirundo (Salter) y Expansograptus nitidus (Hall), el nivel más
inferior estaría marcado por niveles con Didymograptus v-deflexus (Harris) que
estaría representando a las secuencias más antiguas en Perú (Fig.3)
En Bolivia , Bulman (1931) definio el Llanvirniano por la presencia de
Didymograptus murchisoni a quien se le superponían los niveles con
Glossograptus hinckinsi, ciliatus, etc.
Hacia el SE, en Cochabamba (Bolivia) la Formación Iparo se correlaciona
litológicamente con las secuencias superiores de la Formación Independencia, y
casi toda la secuencia limoarcillítica de la Formación Capinota (Gagnier P. Y.,
1996). En la Cordillera Oriental Argentina Astini R., 1995, se correlaciona con
las areniscas y limoarcillitas de la Formación Acoite, más al Sur, en la Pre-
Cordillera de San Juan (Sánchez T., 1996) es correlacionable con la Formación
San Juan cuyas litofacies son muy diferentes, ya que están conformadas por
calizas y margas propias de un ambiente de plataforma, lo cual pone en
evidencia la profundización de la cuenca hacia las regiones de Bolivia y SE del
Perú. Por otro lado en Argentina, Aceñolaza, F (1980) señala Tetragraptus
approximatus como indicadora (secuencias inferiores de lutitas grises) del
Arenigiano inferior, esto en las sierras de Fátima.
De acuerdo a su litología y fauna hallada, La Formación Iparo corresponde a
niveles subneríticos, específicamente a zonas profundas por debajo de los 2000
m.s.n.m. La acumulación de pirita cúbica generada por los compuestos de
azufre y hierro generados singenéticamente con la sedimentación, evidencia un
ambiente de aguas calmas sin ninguna variación en las corrientes marinas. La
relativa abundancia de las faunas graptolíticas llegaron a sedimentarse después
de haber muerto y precipitarse a los fondos marinos totalmente segmentadas de
la colonia principal.
4. Formación Purumpata
Sobreyaciente litoestratigráficamente a la Formación Iparo se presenta una
secuencia de pizarras grises a beige en estratos uniformes de 5 a 10 cm. Aflora
en el valle de Sandia, observándose excelentemente entre el distrito de
Yanahuaya al caserío de Purumpata; para esto existe una carretera bien
conservada en dirección SO-NE, presentando las rocas una exposición de aprox.
4 km. Está constituida por pizarras gris claras a beige, con niveles de areniscas
en estructura "flaser". La presencia de pirita disminuye subiendo
litoestratigráficamente. En general su textura es más arcillosa habiéndose
incrementado significativamente, la abundancia de fauna graptolífera. El grosor
aproximado de la Formación Purumpata es de 1809 m.
Cronoestratigráficamente se ubica entre las series Llanvirniano inferior al
Llandeiliano, abarcando el piso Darriviliano (Fig.4)
En Bolivia, en la provincia de Cochabamba, es correlacionable con las
secuencias superiores de la Formación Capinota y toda la Formación Anzaldo
(Gagnier P. Y. et al, 1996), conformada por limolitas amarillentas, micáceas y
bandeadas.
Actualmente, las secuencias ordovicianas han bajado cronoestratigráficamente
hasta el Arenigiano inferior, teniendo evidencias de fauna tremadociana en un
afloramiento al sur de Yanahuaya, donde se tiene la presencia del trilobite,
Triartus rectifrons (Harrington) (Harrington y Leanza, 1943) del Tremadociano
superior.
La Formación Purumpata representa el cambio de facies de un ambiente
profundo (offshore inferior) a condiciones marinas someras a litorales (offshore
superior). La presencia de braquiópodos y artrópodos formas vivientes del
Bentos y la presencia de arcillosidad y micas sugieren las cercanías de los
aportes sedimentarios continentales, la estratificación paralela y simétrica
continua y sin signos de bioturbación se observan hasta los niveles medios. La
secuencia superior registra perturbaciones y estratificación ondulada, con
aumento de los niveles limolíticos formando una secuencia de límite hacia las
secuencias siliciclásticas de la Formación Sandia.
5. Formacion Sandia
Definido inicialmente en el valle de Sandia por Laubacher G. en 1974 como una
secuencia de cuarcitas y pelitas sobreyaciente sobre la "Formación San José".
Esta unidad sobreyace en concordancia secuencial sobre las limolitas micáceas
de la Formación Purumpata, representando las facies siliciclásticas de
Ordoviciano superior. Su mejor exposición se encuentra entre el caserío
Huancaluque y la Qda. Garita siendo una sección completa y continua afectada
parcialmente por un fallamiento que lo pone en contacto con la Formación
Ipáro (Fig.5 y 6). La Formación Sandia está constituida por una secuencia de
cuarcitas y areniscas grises intercaladas con algunas limoarcillitas gris oscuras,
estando su mejor exposición entre el caserío Huancaluque y la Qda. Garita. Esta
formación presenta abundantes estructuras de corriente. El grosor de la
Formación Sandia es de 1641 m. aproximadamente. En la región no se ha
reportado macrofósiles diagnósticos en ninguno de sus niveles cartografiados en
diferentes localidades sin embargo, es factible en base a las secciones litológicas,
posición estratigráfica y facies de aquellas, correlacionar estas areniscas con las
secuencias encontradas en la mina de Santo Domingo (Laubacher, 1978) donde
se menciona esquistos debajo de los 150 a 200 m. de cuarcitas atribuidas a la
Formación Sandia. Estos "esquistos" presentan graptolites como:
Climarograptus scharenbergi, Glyptograptus cf. G. Teretusculas, Hallograptus
cf. H. Mucrunatus, Leptograptus, Nemagraptus, Orthograptus. que inicialmente
Berry las atribuyó al Caradociano inferior.
Asimismo, este mismo autor menciona al Este del río Inambari sobre el río La
Pampa, cuarcitas intercaladas con lutitas conteniendo fauna de trilobites,
braquiópodos y cephalópodos de posible edad Caradociana.
En Huánuco, Dalmayrac B. (op cit) reconoce también el Llandeiliano por la
presencia de: Glossograptus ciliatus, Climacograptus ruedemanni,
Didymograptus serratus.
En la zona de estudio al NE de San José, las facies superiores de la Formación
Purumpata cambian gradualmente a los primeros niveles de cuarcitas y
areniscas de la Formación Sandia. Este intervalo conserva fauna asociada de
braquiópodos: Nanorthis cf. N. grandis (Harrington), que vienen desde el
Arenigiano al Llandeiliano medio y artículos de crinoideos de amplio rango en el
sistema ordoviciano. En este mismo lugar, se ubicó Glossograptus ciliatus
(Emmons), característico del Llandeiliano y correlacionable con las secuencias
aflorantes en Huánuco donde Aceñolaza F. (1980) lo menciona como
característico de esta serie. Más al norte, en el caserío Camarón, el yacimiento
de graptolites y trilobites descubierto en las secuencias de límite con la
Formación Sandia ubican sus afloramientos en el rango Llandeiliano para
Dicranograptus sp. y Ogygiocarella cf. O. debuchi (Brogniart) del Llandeiliano
superior. Esto hace pensar que los niveles superiores exactamente la zona de
límite, estaría abarcando la serie Llandeiliano, y los primeros niveles
siliciclásticos de la Formación Sandia corresponderían a la transición
Llandeiliano-Caradociano.
Por otro lado, en Bolivia, Gagnier (1996) menciona que a 70 km. al SO de Potosí
y en Cochabamba, incluyendo en el área Yura-Titicaca la supersecuencia
Tacsara compuesta por las formaciones Capinota (Llanvirniano), Anzaldo
(Llandeiliano) y San Benito (Caradociano). Se correlaciona muy bien con las
Formaciones Purumpata y Sandia; ésta última, es el equivalente de la
Formación San Benito y la secuencia de límite estaría dada por la Formación
Anzaldo. Esta unidad ha sido bien datada como Llandeiliano para la zona de
Cochabamba, mientras que al SO de Potosí las unidades se engruesan y el
Caradociano conforma la supersecuencia Tacsara indiferenciado.
En resumen, los niveles inferiores de la Formación Sandia estarían
comprendidos en el lapso de tiempo Llandeiliano-Caradociano,
correspondiendo a la secuencia de límite observada al norte de San José,
Camarón y Masiapo. Los niveles superiores correspondientes a secuencias
rítmicas y turbiditas observadas en el río Sina, Huancaluque y Río Lanza,
corresponde a los niveles turbidíticos datados en Bolivia en el Caradociano
superior, pudiendo corresponder a los niveles de la Formación Tokochi y
Cancañiri inferior de Potosí y Cochabamba, respectivamente (Fig. 7 y 8).
Las condiciones sedimentarias de la Formación Sandia son características de un
ambiente marino menos profundo observandose estructuras sedimentarias y
"deslizamientos" en las secuencias superiores, con una alternancia rítmica de
pelitas y areniscas. La Formación Purumpata pasa progresivamente a un
incremento del grano hasta aumentar niveles finos de areniscas, y donde las
limoarcillitas comienzan a evidenciar micas. Las braquiópodos se hacen
presente (Nanorthis), así como las crinoideas que pueden considerarse de
"habitat" somero arraigadas a la luz solar. La posterior progradación de barras
de cuarcitas grises micáceos intercalados con pizarras grises oscuras dan la idea
de acumulaciones en condiciones marinas. La presencia de ondulitas
asimétricas y simétricas, la estratificación sesgada, lenticular y canales de corte
y relleno podrian sugerir un ambiente marino litoral en base a que estas
estructuras no presentan grandes dimensiones especialmente la estratificación
sesgada. Varios trilobites, cephalopodos y braquiópodos encontrados en esta
unidad (Río La Pampa-Huánuco, Rio Inambari) son considerados como el
factor principal que regula su distribución y en condiciones a nivel de la
interfase agua-sedimento, sugeriendo condiciones de sedimentación marinos.
Seguidamente la acumulación de areniscas marinas en estratos gruesos
intercalados con algunas pelitas, podría interpretarse como terrazas de baja mar
(Shoreface superior) las que corrresponderian a la parte inferior de la
Formación Sandia. Secuencialmente, la acumulación de areniscas
interestratificada con lutitas gris oscuras en estratos medios y la abundancia de
estructuras tipo SW se interpreta como los límites de las mareas alta y baja,
llamado también foreshore ó estrán, cuyo proceso predominante es el batido del
oleaje seleccionando muy bien el sedimento, con laminación paralela (Sh) de
alta energía inclinada hacia el mar (Dabrio, G. et al., 1984). Suprayacen a éstas
últimas, unas areniscas macizas con intercalaciones de lutitas oscuras,
presentando facies predominantes tipo St y secundarias Sw, Sl y Sr, las que se
interpretan como llanura deltaica indicando una progradación del frente
deltaico. La última secuencia corresponde a bancos masivos de areniscas con
niveles deslizados (Sd), y secuencias alternadas de areniscas y pelitas
interpretandose como depósitos de turbiditas encontradas en Sina, Totora y Río
Lanza (Fig.9). La alternancia rítmica de areniscas y pelitas paralelas y contínuas
se observan tambien en la carretera del puente Nacureque a Sandia (ver Fotos
N° 25 al 31). Después de esta última acumulación, sobrevienen facies de lutitas
micáceas oscuras de mar abierto (Offshore) correspondientes a los primeros
niveles de la Formación Ananea.
6. Formacion Ananea
Toma su nombre de la localidad de Ananea en el departamento de Puno donde
Laubacher G., op cit 1978, la describe como una gruesa secuencia de pizarras y
esquistos aflorantes a lo largo de la ruta entre Ananea a Cuyo Cuyo. Esta unidad
sobreyace concordante sobre los niveles rítmicos de la Formación Sandia. En la
región conforma los núcleos de los sinclinales a lo largo de los valles de Sandia y
Tambopata. Consiste de esquistos gris oscuros afectados por una esquistosidad
de flujo que en muchos casos impide observar la estratificación, estando plegada
fuertemente en varios sectores. Sus niveles inferiores conservan láminas de
areniscas finas en estructuras lenticulares. A partir de este punto, esta
formación pierde paulatinamente su metamorfismo con direcciónNE; es así que
al norte de Camarón y Río Lanza, esta unidad presenta la apariencia de lutitas y
limoarcillitas micáceas, conservando una incipiente esquistosidad y de bajo
ángulo con respecto a la estratificación. Entre Sandia y Huancaluque se midió
un flanco del sinclinal done aflora la Formación Ananea en dirección SO,
reportando 550 m. aprox. de pizarras gris oscuras con fuerte inclinación al SO.
A la fecha, el límite Silurico Devoniano no han sido evidenciado en la región de
estudio. La falta (por erosión) o ausencia de restos fósiles ha dificultado la
correlación con unidades bien datadas en Bolivia, donde la continuidad
litológica, fauna característica; asociada, ha permitido su diferenciación en
series e inclusive por pisos.
En nuestro territorio el Siluriano ha sido poco reconocido, ubicándose escasa
fauna de macrofósiles y prácticamente nada de microfósiles. Esto ha traído
como consecuencia no tener hasta la fecha un registro fósil característico, desde
el Ordoviciano superior al Devóniano inferior. Se puede postular con algunas
relaciones actuales sobre la posición relativa de las secuencias pelíticas que
suprayacen al Ordoviciano superior. En primer lugar, la base esta constituida
por un "nivel guía" llamado "Formación Zapla" hallado en Calca, Carcelpunco y
Urubamba con una litología que corresponde a bancos de areniscas cuarzosas
intercaladas con pizarras en la secuencia inferior y seguido de diamictitas, los
que luego pasan a bancos de microconglomerados cuarzosos que tienen una
matriz arenosa, intercalandose cuarcitas y pizarras; predominando éstas
últimas, hacia el techo. Laubacher en 1974, menciona esta unidad en el Cañón
de Carcelpunco, como un nivel cuarzoso detrítico gris verduzco de 120 a 150 m.
de grosor, cuyo contenido de Histrochosferas y Chitinosferas lo atribuyeran a un
depósito marino y Silúriano correlacionándolo con el Horizonte Cancañiri de
Bolívia y Zapla de Argentina. En Bolivia, se le consideraba una edad
Llandoveriana superior a Wenlockiana (Branisa et al., 1972) ó una edad pre-
llandoveriana superior.
Estudios recientes, en Bolivia y Argentina se ha reportado la presencia de
trilobites que, precisan esta edad en el Ashgiliano Díaz, E. (1996). Sin embargo,
hay que recordar que esta unidad es de origen "resedimentado" con la presencia
de fósiles que indican una edad Ashgiliana (Antelo, 1973; Rodrigo et al., 1977;
Suárez, 1995 en Díaz, E. op cit), pero muy probablemente por su posición
litoestratigráfica en el tiempo corresponde a un tiempo posterior. Es evidente
que esta unidad se haya resedimentado durante el Llandoveriano con un
reciclado de fósiles del Ordovíciano superior (Ashgiliano). Son comparables a
las calizas fosilíferas de edad Wenlockiana intercaladas dentro de la Formación
Cancañiri en la Cordillera de Tunari (Diaz E., op cit) y consideradas como
diferentes eventos de resedimentación (Fig. 10). En el altiplano entre Lampa y
Calapuja los primeros niveles de la Formación Chagrapi reportan fósiles del
Llandoveriano inferior, lo cual indica que los niveles superiores de la Formación
Calapuja son probablemente de edad Ashgiliana, si consideramos una
continuidad homogénea de sus relaciones litológicas tenemos que la Formación
Zapla no existe como niveles resedimentados o diamictitas, pero si se podría
correlacionar con los niveles "Flysh" que se presentan en las secuencias
inferiores de la Formación Chagrapi (antes Formación Calapuja superior),
conformado por secuencias alternadas de areniscas y lutitas en una relación de
1:3 (Boucot et al, 1982).
Esto nuevamente da la idea de que la transición entre el Ordoviciano superior y
el Siluriano inferior corresponden litológicamente a secuencias resedimentadas
y turbiditas que abarcan desde Cuzco hasta Bolivia e inclusive Argentina. De
acuerdo a los estudios de Sempere (1995) e Isaacson y Díaz (1985) (En Díaz E.
op cit), el apilamiento tectónico en el frente de deformación es la causa probable
para el aumento de la subsidencia, frente de alimentacióny la inestabilidad
tectónica que facilitarán la resedimentación, turbiditas y deslizamientos
sinsedimentarios en la cuenca Boliviana-Peruana (Fig. 11). Esto trajo como
consecuencia la formación de terrenos y relieves que originaron glaciaciones
locales, de acuerdo a la latitud cercana al polo norte durante el Ordoviciano,
ubicada en el Islandsis del Ordovíciano terminal en el Sahara (Aubouin J.,
1981). Estas glaciaciones locales de latitud y no de altitud originaron sedimentos
glaciares cercanos al margen occidental de la cuenca y desplazándose como
deslizamientos, originaron secuencias resedimentadas de tillitas (10) en algunas
áreas (Calca - Urubamba Carlotto et al 1996; - Pacaypata - Carcelpunco
Laubacher 1978) donde hubo mayor incidencia glacial; y turbiditas y secuencias
tipo "Flysh" en otros sectores como Sandia, Lampa y Calca.
(Para ver el gráfico faltante haga click en el menú superior "Bajar Trabajo")
A.- Formacion Iparo(Valle de sandia); B.- Formacion Purumpata (Valle de
Huari-Huari); C.- Formacion Sandia(Nacientes del rio Tambopata); D.-
Formacion Sandia(Valle del Tambopata); E.-Formacion Sandia(Valle de Sandia
- Huancaluque); F.- Secuencia tabulares con estratificacion flaser - Formacion
Sandia(Valle de Huari-Huari).
La Formación Ananea representa a secuencias pelíticas depositadas en un
ambiente marino algo profundo. Sus primeros niveles pueden corresponder a
sedimentos turbidíticos y flysh, consecuencia de la inestabilidad tectónica a
finales del Ordoviciano. La región de estudio representaría la cuenca más
profunda, mientras que en Lampa se interpreta como paleoambiente nerítico de
plataforma en base a fósiles como los braquiópodos y conularias (Formación
Chagrapi). Los niveles medios a superiores de la Formación Ananea no han sido
estudiados en este trabajo.
7. Paleozoico Superior
Esta secuencia se encuentra bien expuesta a lo largo de la cordillera oriental del
Sur del Perú, prolongándose a territorio Boliviano, litológicamente esta
constituida hacia la base por la secuencia silicoclástica-pelítica del Grupo Ambo
y las secuencia carbonatadas, samítico-carbonatadas de los Grupos Tarma-
Copacabana y suparayaciendo discordantemente la secuencia volcano-
sedimentaria (capas rojas) del Grupo Mitu.
8. Grupo Ambo
Nombre dado por Newell N., y otros (1949) a una secuencia samita-pelítica
continental aflorante en los alrededores de Ambo - dpto. de Huánuco.
en el altiplano de la región sur, la unidad ha sido descrita por Klinck B. y
Palacios O. Y otros (1991) en el cuadrángulo de puno; y por De La Cruz N. (1995)
en el cuadrángulo de Azángaro.
Afloramientos del Grupo Ambo se encuentra localizados en el sector Oeste de la
Laguna Cocaña Cocha y se prolongan hacia el Norte. La unidad genera una
morfología moderada a abrupta, dependiendo de la estructura que esté
formando.
RELACION PALEONTOLOGICA DEL GRUPO AMBO (Laubacher, 1978)

Unidad Fósil Phylum Edad Ambiente

Grupo Calamites sp. Flora Carbonífero Continental


Ambo Orthoceratidae ind Molusca Inferior Marino
Huella de anélidos Anélida

En base a su posición estratigráfica, ya que sobreyace a la Formación Ananea del


Siluro-Devoniano e infrayace al Grupo Tarma del Carbonífero Superior; así
como por la presencia de restos fósiles encontrados en esta unidad, se la puede
considerar en edad como Carbonífero inferior (Mississipiano).
La secuencia carbonífera presentes en el área, se han depositado mayormente
bajo ambientes continentales próximos a la línea de costa con un lento
hundimiento del terreno y con pequeñas oscilaciones de mares transgresivos,
favoreciendo el desarrollo de pantanos en los cuales se ha acumulado algo de
material carbonoso.
9. Grupo Tarma
denominado así por Dumbar G. y Newell N. (1946) para referirse a una
secuencia pelito-calcárea que aflora en el perú central. asimismo, Audebaud E.
(1973) describe una secuencia arenisco-pelítico calcárea en el cuadrángulo de
Sicuani que la atribuye al Grupo Tarma y parte inferior del Grupo Copacabana.
Similarmente, Newell N. Y otros (1949), se refieren a una secuencia similar al
norte de Muñani.
La unidad está conformada por una intercalación de areniscas, calizas y
limoarcilitas, cuyas proporciones resultan ser variables según la aparente
paleogeografía que tuvo durante su depositación
La parte media de la secuencia se tiene una intercalación de areniscas, calizas,
limoarcilitas abigarradas, en capas delgadas. Las areniscas son de grano fino y
cemento calcáreo, con algunas estructuras sedimentarias como flaser bedding,
ripples y otros niveles con laminación horizontal paralela.
Al tope se tiene una secuencia más continua una intercalación de areniscas
feldespáticas de color gris verduzco, en capas tabulares de grano medio con
areniscas calcáreas, calizas y algunos niveles con nódulos de chert, las areniscas
presentan niveles con estratificación sesgada de mediana y pequeña escala.
Esta litofacies comúnmente observadas en la unidad, son interpretadas por
Audebaud E. (1973), en Pitumarca como evidencias de zonas positivas o muy
someras y de morfología suave las que existieron durante la depositación de la
unidad.
El Grupo Tarma en el área de estudio presenta un grosor de 500 m. y descansa
en aparente concordancia sobre el Grupo Ambo. De otro lado, su límite superior
con el Grupo Copacabana es concordante, con un cambio litológico bien
marcado, donde terminan las areniscas y comienza una sucesión neta de calizas
que corresponden a la unidad superior.
En el cerro Sombreruni se han encontrado algunas especies, como; Neospirifer
cameratus (MORTON), Neospirifer sp, Linoproductus cora (D’ORBIGNY),
Kochiproductus cf K peruvianus (D’ORBIGNY), Composita sp, Crurithyris sp,
Lophophyllidium sp, Spiriferella sp, Syringothyris sp, Buxtonia sp, Kozlowskia
sp, Lissochonetes sp, Kiangsiellampinguis CHRONIC, que son característicos
del Carbonífero superior.
Las características sedimentarias nos indican un ambiente sedimentario que
corresponde a una llanura tidal con barras y lagunas. Por otro lado también las
estructuras de la parte superior nos indican un ambiente de sedimentación que
corresponde al frente de playa.
PALEONTOLOGICA DEL GRUPO TARMA

Unidad Fósil Phylum Edad Ambiente

Grupo Linoproductus cora Braquíopoda Carbonífero Marino


(D’ORBIGNY)
Tarma "
Neospirifer sp "
"
Neospirifer cameratus
"
)MORTON)
"
Kochiproductus cf. K. peruvianus "
"
(D´ÓRBI) "
Cnidaria
Crurithyris sp.
Molusca
Spiriferella sp.
Syringothyris sp.
Buxtonia peruvianus (D´ÓRBI)
Lissochonetes sp.
Lophophyllidium sp.
Wyalina cf. H wyomingensi (LEA)

10. Grupo Copacabana


Douglas J. (1920), describe por primera vez una secuencia calcáreo-pelítica en
la península de copacabana en el lago titicaca, bolivia. más adelante en 1936
Cabrera La Rosa & Petersen G. designa a ésta secuencia como formación
copacabana, la misma que es elevada a la categoría de grupo por Dumbar &
Newell N. (1946). más adelante Newell n., Chronic j. y Roberts T (1949),
establecen cuatro zonas de fusulínidos en la unidad: zona de Silvaseptopora,
zona de Triticites opimus, zona de Pseudoschwagerina uddeni y zona de
Parafusulina.
Audebaud e. (1973) ha cartografiado esta unidad en los cuadrángulos de sicuani
y ocongate. por su parte, Laubacher g. (1978) menciona su presencia en los
cuadrángulos de macusani y parte de nuñoa.
En el área de estudio se tiene a esta secuencia bien representada en el C° Yana
Orjo, C° Chuntajatahui y C° Morado. En todos los casos, los afloramientos no
son muy extensos, perdiéndose lateralmente por erosión.
Su expresión morfológica es característica y generalmente abrupta, dado que
genera grandes escarpas verticales en los que destacan nítidamente sus planos
de estratificación. Estos afloramientos resultan fácilmente distinguibles a la
distancia, debido al color blanquecino que presentan sus rocas componentes en
superficie alterada. Estas características sumadas a su estratificación marcada
facilitan su identificación.
(Para ver el gráfico faltante haga click en el menú superior "Bajar Trabajo")
G.- Formación Ananea(Limbani); H.- Grupo Ambo (Limbani); I.- Grupos
Copacabana y Mitu(NE de Crucero); J.- Secuencia estratigráfica del paleozoico
superior - Gpos Ambo, Tarma y Copacabana(laguna Cocañacocha - Limbani)
En general, el Grupo Copacabana tiene un grosor de 500 m. y está conformado
por calizas micríticas, espáticas, caliza arenosa y limoarcilitas calcáreas,
predominantemente se presentan en capas gruesas.El Grupo Copacabana
suprayace concordantemente al Grupo Tarma, habiéndose colocado el contacto
donde terminan las areniscas y comienza una sucesión enteramente calcárea,
infrayace en algunas partes en discordancia angular suave y en otras en
concordancia a las areniscas rojas y volcanitas del Grupo Mitu.
Las muestras paleontológicas recolectadas reportan la presencia de Neospirifer
cameratus (MORTON), Kiangsiella pinguis CHRONIC, Dictyoclostus inca
(D’ORBIGNY), Neospirifer condor (D’ORBIGNY), Stereochia inca
(D’ORBIGNY), Omphalotrochus sp, Linoproductus cf. L. cora (D’ORBIGNY),
Linoproductus sp., se tiene entre otros, que indican una edad correspondiente al
Pérmiano inferior.
Basados en los trabajos paleontológicos de Newell N., Chronic J. y Robert T.
(1949), establecen cuatro zonas de fusulínidos en la unidad: zona de
Silvaseptopora, zona de Triticites opimus, zona de Pseudoschwagerina uddeni y
zona de Parafusulina.así como en las especies reportadas en este trabajo, se
puede mencionar que la edad del Grupo Copacabana es del Pérmiano inferior.
Muestras paleontológicas recolectadas han sido estudiadas por el INGEMMET
en Limbani.
RELACION PALEONTOLOGICA

Unidad Fósil Phylum Edad Ambiente

Grupo Neospirifer cameratus Braquíopoda Carbonífero Marino


(MORTON)
Copacabana "
Neospirifer condor "
(D´ÓRBIGNY) "
"
Stereochia inca
"
(D´ÓRBIGNY)
Molusca
Composita sp.
Linoproductus cf. cora
(D´ÓRBIGNY)
kiangsiella pinguis
(CHRONIC)
Omphalotrochus sp.

11. Grupo Mitu


el nombre fue introducido por Mc Laughlin d. (1924) para referirse a una
secuencia de areniscas rojas permianas expuestas en el perú central.
en el sur del país, el grupo mitu tiene una gran extensión y desarrollo, sobre
todo a lo largo del frente so de la cordillera oriental. Audebaud E. (1973) la
describe en los cuadrángulos de sicuani, ocongate, macusani, nuñoa así como
Laubacher G. (1978).
se han reconocido dos tipos de litofacies en la secuencia: una principalmente
clástica y la otra mayoritariamente volcánica. las volcanitas se van a encontrar
indistintamente intercaladas con las areniscas (Newell n., et al, 1949; Audebaud
E., 1973; Laubacher G., 1978; Marocco R., 1978, entre otros). en el área de
estudio el grupo mitu se encuentra restringida hacia el so, aflorando
básicamente litofacies volcánicas que están constituidas por lavas andesíticas de
textura porfirítica, de naturaleza plagiofírica, con una pasta micro a
criptocristalina conteniendo una cantidad menor de feldespatos potásico,
cuarzo, piroxenos y anfíboles. se intercalan algunas brechas con litoclastos
volcánicos. además, se encuentran areniscas arcósicas de grano fino, color rojo
brunáceo en capas de 60 cm. o más.
según Kontak d. (1985), las vulcanitas del grupo mitu deben ser divididas de
acuerdo a criterios mineralógicos y químicos en alcalinos, peralcalinos y
shoshoníticos.
el vulcanismo del grupo mitu pertenece al magmatismo del arco interno fue
episódico y periódicamente con un dominio de la fuente de la corteza. según
este mismo autor, el vulcanismo pudo haber estado ligeramente relacionado a
los procesos de subducción.
son muy comunes las intercalaciones de areniscas arcósicas conglomerádicas
que contienen elementos volcánicos, poniendo en evidencia la coetaneidad entre
el vulcanismo y la depositación del material clástico.
el grosor de la secuencia es estimada en 500 m., correspondiendo las mayores
dimensiones al norte del área (abra de usicayos).
el grupo mitu suprayace en discordancia erosional a las calizas del grupo
copacabana. no se han encontrado fósiles en los estratos de la unidad, pero
basado en sus relaciones estratigráficas post-leonardino y pre-cretáceo, su edad
estaría entre el permiano superior y el triásico inferior. a su vez, según Kontak
D. (op.cit), las lavas del grupo mitu de la cordillera oriental tienen un rango de
edad rb-sr entre 270 a 210 m.a.; mientras que Mc Bride et al (1983) obtienen
edad k-ar de 280 y 245 m.a. para las volcanitas equivalentes del no de bolivia.
de otro lado, en el altiplano, Klinck B., Palacios O. et al (1991), obtienen una
edad k-ar de 272 ± 10 m.a. para una volcanita del grupo iscay (equivalente a la
parte superior volcánica del gpo. mitu). según esto, éstas rocas tendrían un
rango de edad comprendido entre el permiano superior y el triásico inferior,
siendo por tanto, ambos rangos de edades bastante compatibles.
12. Referencias Bibliograficas
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13. Conclusiones
*El Paleozoico inferior en la región de estudio esta conformado por El Grupo
San José, las Formaciones Sandia, Zapla y Ananea; El paleozoico superior por
los Grupos Ambo Tarma, Copacabana y Mitu.
*El Grupo San José es la unidad mas antigua del ordoviciano en territorio
peruano. Se correlaciona litoestratigráficamente con la Formación
Independencia de Bolivia y en tiempo con las Formaciones Acoite, La Silla y San
Juan de Argentina.
*La Formación Sandia es equivalente a la Formación Calapuja del altiplano; y
las areniscas aflorantes en Cuzco y Huánuco.
*La Formacion Ananea es el equivalente a las Formaciones Cancañiri?,
Llallagua, Uncia y Catavi (Siluriano) formaciones Vila Vila, Belén, Sica Sica y
Culpacucho (Devoniano), aflorantes en el altiplano boliviano.
*El Grupo Ambo es sinónimo al Oeste de Bolivia y compuesta por las
formaciones: Cumaná, Kasa y Siripaca.
*Los grupos Tarma y Copacabana tienen sus equivalentes en Bolivia en las
formaciones Yaurichambi y Copacabana respectivamente.
*El Grupo Mitu como Formación Chutani
14. Resumen
La región estudiada está enmarcada en la Cordillera Oriental del sur peruano
(Fig.1), y en ella el estudio litoestratigráfico ha permitido diferenciar unidades
que van desde el Ordoviciano, Siluro - Devoniano Carbonífero y Permiano,
haciendo posible establecer correlaciones laterales con Bolivia y Argentina
(Fig.2).
El Paleozoico inferior agrupa las siguientes unidades;
Grupo San José, conformada por pizarras gris oscuras con abundante fauna
fósil de graptolites que indicaban al piso Llanvirniano.
Formación Sandia, conformada por areniscas de tonalidades pardas,
intercalados con pizarras gris oscuras sin evidencias de fósiles atribuido al
Caradociano en base a relaciones estratigráficas.
Formación Zapla, Siluro-Devoniano; conformada por tillitas gris oscuras.
El Paleozoico superior agrupa las siguientes unidades:
Formación Ananea, Siluro-Devoniano; Lutitas y cuarcitas grises, generalmente
no fosilíferas, grosor:>2500 m
Grupo Ambo, Carbonífero inferior; Areniscas con lutitas negras, grosor
aproximado: 900 m.
Grupos Tarma-Copacabana, Pérmiano inferior; Calizas y lutitas oscuras, grosor
aproximado: 2000 m.
Grupo Mitu, Pérmiano superior; Areniscas Rojas, conglomerados, grosor
aproximado: 4000 m.
Trabajo enviado por

RESUMEN
La estructura San Pedro se encuentra en el sector central-septentrional de la unidad morfo-estructural de
Sierras Subandinas. Su columna estratigráfica esta caracterizada por una compleja historia geológica en la
que se superponen varias cuencas sedimentarias con distinto origen, con un relleno total de más de 10.000
m de espesor y desarrolladas en diferentes edades geológicas y bajo distintos ambientes. El yacimiento
San Pedrito (niveles devónicos), ubicado en el bloque Acambuco de la cuenca de Tarija puede ser
estudiado en principio como un reservorio naturalmente fracturado por el carácter del fracturamiento y
fallamiento que presentan las rocas reservorio. Siguiendo esta dirección de pensamiento, se realizó un
estudio de fracturas, concentrando la atención en las Formaciones Las Peñas y San Telmo para luego
intentar una posible vinculación con las unidades de subsuelo que componen las rocas reservorios del
yacimiento San Pedrito.
El solapamiento de las zonas de mayor intensidad de fracturas en superficie con las que presentan los
mayores valores de producción acumulada del yacimiento San Pedro (niveles carboníferos) demuestra
que la deformación sufrida por todo el carbonífero como un solo paquete unitario fue desarrollada en
forma coherente. Y que si bien los depósitos carboníferos pueden presentar discontinuidades menores, la
deformación tectónica no llego a desacoplar mecánicamente los depósitos del Carbonífero superior e
inferior. Las fracturas perpendiculares a la estructura (Tipo I) hallan sus valores de mayor intensidad en
las secciones crestales, y las paralelas a la estructura (Tipo II) lo hacen en las secciones del limbo frontal.
Este último juego guarda una próxima relación con la curvatura modelada y con los datos de producción
acumulada de los pozos pertenecientes al yacimiento San Pedro.
Palabras clave: Sierras Subandinas. Cuenca de Tarija. Reservorios naturalmente fracturados.
Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo primario convertirse en un positivo aporte al


conocimiento científico y geológico de la sierra del Alto Río Seco, en particular de la
estructura San Pedro, intentando desarrollar un modelo coherente el cual pueda ser
aplicado en estudios futuros.

Se busca así también profundizar aún más en lo que se conoce como reservorios
naturalmente fracturados adaptando los modelos vigentes a esta zona en particular dado
que han cobrado, este tipo de reservorios, en los últimos años una notoria significación
tanto en la comunidad científica como en el entorno empresarial a razón de lograr
mover los presentes límites que cierran o dificultan el acceso a la exploración y
explotación de hidrocarburos.

Estos habían sido englobados en los llamados yacimientos no convencionales y


componen hoy en día un importante foco de atención para la exploración de
hidrocarburos.

Ubicación

La estructura San Pedro, perteneciente a la sierra del Alto Río Seco se encuentra
ubicada en la provincia geológica de Sierras Subandinas, a la latitud de la ciudad de
Tartagal, próxima a la frontera con Bolivia. Se halla emplazada en la localidad de
Aguaray del departamento General José de San Martín, del cual Tartagal es ciudad
cabecera, dentro de la provincia de Salta.

El estudio abarca la región comprendida entre los 22° 17’ 30’’ y 22° 29’ 30’’ de latitud
sur, y entre los 63° 57’ 8’’ y los 64° 2’ 50’’ de longitud oeste. Esto representa un área
aproximada de 220 km2 (Fig. 1).

Marco tectónico

La estructura San Pedro se encuentra en el sector central- septentrional de la unidad


morfoestructural de las Sierras Subandinas, considerando solamente la porción
argentina de las mismas. Éstas componen una faja plegada y corrida de tipo epidérmica
(thin skinned) (Ramos, 1999a) con vergencia hacia el este, con una inclinación de
despegue basal de 2,5° hacia el noroeste aproximadamente (Aramayo Flores 1999).

Se halla en contacto tectónico, por el oeste, con la Cordillera Oriental, mediante el


Corrimiento Andino Principal (Main Andean Thrust). Hacia el sur limita con el Sistema
de Santa Bárbara y por el este limita con la cuenca Chaco- Paranense.

En toda esta zona del noroeste argentino se da una de las mayores anchuras en la faja de
deformación de la Argentina. Los esfuerzos compresivos son transmitidos hasta
alcanzar los 700 u 800 km desde la trinchera oceánica hasta el frente de deformación
orogénica ubicado en la porción más oriental de las Sierras Subandinas (Ramos 1999a).

Este hecho puede explicarse mediante la edad de la corteza oceánica que está siendo
subducida a las mismas latitudes en el margen convergente de la placa tectónica
Sudamericana. La corteza oceánica más antigua posee una temperatura menor que la
corteza más joven, por lo que las primeras podrán penetrar de una forma más rígida por
debajo de la litósfera continental trasmitiendo eficientemente los esfuerzos.

Sumado a esto prevalecen desde el Mioceno superior entre los 22° y 26° S, condiciones
tectónicas típicas de desarrollo de un régimen de subducción normal, en donde la placa
Nazca subducida alcanza valores de inclinación de 30º (Isacks 1988).

Estratigrafía

La columna estratigráfica de la región y aledaños (Fig. 2) está caracterizada por una


compleja historia geológica en la que se superponen varias cuencas sedimentarias con
distinto origen, desarrolladas en diferentes edades geológicas y bajo distintos ambientes.

Estas cuencas se encuentran separadas por eventos de erosión o no depositación y


cuentan con un relleno total de más de 10.000 m de espesor que se apoya en
discordancia sobre un zócalo o basamento presilúrico no deformado. Abarcan rocas
sedimentarias de edades que van desde el Silúrico hasta el Holoceno y pueden ser
subdivididas en grandes ciclos sedimentarios (Fig. 3).

Supersecuencia cinco picachos

Formación Zapla

La Formación Zapla (Schlagintweit 1943), adjudicada al Ordovícico-Silúrico inferior,


es la unidad basal de este ciclo y está compuesta mayormente por diamictitas de color
gris oscuro con matriz arenosa y pobremente estratificadas; con bloques dispersos de
hasta 70 cm de diámetro procedentes según Aceñaloza et al. (1999) de rocas
metamórficas y graníticas. Se reconocen también niveles de areniscas intercalando las
diamictitas.

Formación Lipeón

La Formación Lipeón (Bonarelli 1921, Schlagintweit 1937 y 1943), presenta un espesor


máximo del orden de los 1600 m, pero lo más común y representativo son su términos
intermedios de 600 a 900 m de potencia.

Litológicamente se trata de sedimentitas de que comienzan con areniscas micáceas de


grano fino y de color gris verdoso en las que se intercalan dos, tres y cuatro niveles
ferríferos, dependiendo la zona, con espesores de 1 a 4 m de potencia; siguen con
limolitas y fangolitas, y luego con wackes intercalados por limolitas.

encontrar cubriendo la mayor parte del sistema subandino del noroeste argentino
(Formación Baritú

La Formación Baritú (Schlaginweit 1937) está compuesta por areniscas cuarcíticas finas
con intercalaciones pelíticas (Starck 1999b). Las areniscas son algo micáceas y
presentan colores claros, amarillo o gris verdoso. Se encuentran bien estratificadas y con
notable manifestación de estructuras primarias. Se apoya normalmente sobre la
Formación Lipeón mediante un pasaje transicional de facies de plataforma distal a
proximal con el aumento de depósitos de tormenta (Vistalli 1999).

Formación Porongal

Hacia el techo de la Formación Baritú no sólo aumenta la participación de asociaciones


de facies costera y continental, sino también la granulometría de facies
conglomerádicas; y esta intercalación transicional de niveles conglomerádicos
oligomícticos, que se vuelven más frecuentes y más espesos, definen la Formación
Porongal (Russo 1954) con una potencia cercana a los 600 metros.

Supersecuencia Las Pavas

Formación Icla

La Formación Icla queda comprendida dentro de las Areniscas Pescado así definidas por
Russo (1954) se apoya sobre la secuencia anterior mediante una importante superficie
de inundación perfectamente identificable tanto en superficie como en subsuelo (Starck
1999b), sumando un espesor aproximado de 500 m. Está compuesta por dos ciclos
granocrecientes que comienzan con limolitas y arcilitas, grises y compactas, muy
bioturbadas, que indican un ambiente depositacional correspondiente a plataforma
distal; y finalizan, cada uno, con un cuerpo de areniscas de color gris claro a
blanquecino, cuarcíticas, y silicificadas, de menos de 100 m de espesor (Lúquez et al.
2002).

Formación Huamampampa

La Formación Huamampampa corresponde a la sección superior de las Areniscas


Pescado, y se deposita en forma concordante y transicional sobre la formación
infrayacente. Compone un paquete sedimentario de unos 350 a 500 m de espesor donde
se intercalan cuerpos de cuarcítas, grises, de grano fino y buena selección; con limolitas,
grises y compactas, bien diferenciados (Lúquez et al. 2002).

Supersecuencia Aguaragüe

Formación Los Monos

La Formación Los Monos forma la sección basal de lo que Russo (1954) denominó
Lutitas Cerro Piedras y en el subsuelo de la zona de estudio se encuentran espesores
cercanos a los 1000 m. Está compuesta por una sucesión de lutitas de color gris oscuro a
negro, laminares a físiles, muy micáceas, bituminosas o carbonosas con aditamentos
variables de areniscas y limolitas que aparecen en bancos individuales muy delgados
(Mingramm y Russo 1972).

Formación Iquiri

Hacia el tope de la Formación los Monos comienzan a dominar unas areniscas


ortocuarcíticas que en los casos en que la discordancia precarbonífera fue poco severa
logran un respetable desarrollo. Estas areniscas han recibido el nombre de Formación
Iquiri en subsuelo y en Bolivia, país en el que presenta mayor desarrollo. Comparten la
localidad de sus afloramientos tipo con la Formación Los Monos componiendo la
sección cuspidal de las Lutitas Cerro Piedras.

Grupo Macharetí

Formación Tupambi

La Formación Tupambi fue definida por White (en Padula y Reyes 1958) y su litología
esta compuesta, en forma predominante, por areniscas con tonalidades blanquecinas,
que varían desde finas hasta, a veces, conglomerádicas. Los bancos se disponen en
ciclos granocrecientes con laminación ondulítica que varía de base a techo a
estratificación entrecruzada (Azcuy y di Pasquo 1999). Según Mingramm y Russo
(1972), en la porción basal de la unidad, estos ciclos comienzan con finas
intercalaciones de pelitas y diamíctitas con frecuentes deformaciones sinsedimentarias
que avanzan hasta la porción media, en donde se hacen representativas las capas
arenosas. En las sección superior las pelitas toman el predominio interdigitándose
lateralmente con capas arenosas.

Formación Itacuamí

Padula y Reyes (1958) nombraron como Formación Itacuamí a la unidad pelítica


reconocida por White en Bolivia y denominada T2 por Harrington. Esta unidad presenta
un rango estratigráfico discutido. Para algunos autores tiene categoría de formación
(Reyes 1972), para otros quedaría incluída en la sección basal de la Formación Tarija
(Starck et al. 1993) relacionada con un relieve parcialmente colmatado donde los
períodos de mayor tranquilidad habrían permitido la depositación de las arcillas (Azcuy
y di Pasquo 1999). Si bien en este apartado se los diferencia como formación, en la
confección de los cortes estructurales se utilizó el concepto de Starck et al. (1993) por
presentar menor complejidad.

Su litología está mayoritariamente compuesta por pelitas de color gris oscuro,


laminadas y con notable fisilidad (Stark 1999b), puede presentar niveles arenosos
intercalados pero son más bien raros y poco frecuentes. En cambio, en el perfil del Río
Bermejo, se observa claramente la presencia de cadillitos (dropstones) de 5 a 10 cm que
relacionan a la unidad con un ambiente periglacial (Starck et al. 1993).

Formación Tarija

La Formación Tarijar (White en Padula y Reyes 1958) sobreyace en forma concordante,


neta o transicional, a la Formación Itacuami; aunque en algunas regiones, sobre todo en
Cordillera Oriental, y debido a la ausencia de esta última se ubica inmediatamente por
encima de la sección superior de la Formación Tupambi.

En Argentina presenta un espesor variable que oscila entre los 400 y 700 m debido a los
efectos de la discordancia erosiva que la separa del Grupo Mandiyutí suprayacente
(Starck 1999b). Dentro de la zona de estudio se define como la formación rocosa más
antigua aflorante (Fig. 3) y al mismo tiempo núcleo de la estructura San Pedro, en
superficie (Di Marco 2004).
Su disposición aflorante en la estructura de San Pedro, que compone una faja de 4 km
de largo y menos de 0,5 km de ancho, se encuentra controlada por la alta densidad de
pozos que presenta la zona, madura desde el punto de vista exploratorio; ya que no
siempre se logra encontrar con facilidad sus límites y contactos por la densa e
importante vegetación y suelo.

Esta formación compone el elemento más representativo del Grupo Macharetí y está
compuesta mayoritariamente por espesos depósitos de diamictitas macizas de color gris
oscuro, verde grisáceo y castaño claro con una moderada fracturación.

López Gamundi (1986) reconoce tres litofacies principales: Diamictitas estratificadas o


macizas que incluyen todas las variedades de psamitas y psefitas; areniscas lentiformes
que componen cuerpos poco deformados de hasta 30 m de espesor; pelitas oscuras a
negras que forman depósitos laminados con alto contenido de materia orgánica
intercalado.

Grupo Mandiyutí

Formación Las Peñas

La morfología y resistencia a la erosión que presenta esta formación llevó a Withe, en


1923 en un informe inédito de la Standard Oil Co., a denominarla Escarpment, nombre
que luego fue formalizado por Padula y Reyes (1958).

Mingramm y Russo (1972) y Reyes (1972) fueron los primeros en utilizar en sus
respectivas publicaciones el doble nombre de Escarpment-Las Peñas, siendo después la
costumbre y el tiempo los que hicieron progresar y mantener el nombre de Las Peñas
(como será llamada en este trabajo) en la Argentina y de Escarpment en Bolivia.

La misma presenta un espesor variable que puede ir, en Argentina, desde los 600 a los
pocos metros (Starck 1999b). Se apoya en discordancia de tipo erosiva sobre la
Formación Tarija con paleovalles que, evidenciados con excelente definición en las
líneas sísmicas registradas en el Chaco Salteño y Boliviano, se extienden por cientos de
kilómetros y pueden llegar a cortar más 500 m de formación (Starck 1999a) causando la
gran variación de espesor mencionada.

En la estructura San Pedro es la segunda formación desde el centro hacia afuera y


compone una faja de 10 km en sentido N-S y menos de 2 km en sentido E-O
presentándose un tanto arriñonada por efecto de la topografía de pendientes y quebradas
(Fig. 3).

Su litología está compuesta por areniscas finas y medianas, compactas y macizas, con
una dureza que le confiere una importante manifestación topográfica (Starck, 1999a).
Presenta color gris claro, verde amarillento y castaño amarillento, con pequeñas
manchas de óxido de hierro y manganeso que le dan a la roca un aspecto moteado. En
forma irregular se intercalan conglomerados lentiformes y frecuentes intercalaciones de
lutitas gris verdosas, pardas y rojizas, sobre todo en la parte inferior de la unidad (Di
Marco 2004).

Formación San Telmo


La formación San Telmo (White en Padula y Reyes 1958) sobreyace en forma
concordante, a través de una superficie neta, a la Formación Las Peñas. Presenta
espesores que pueden llegar a los 500 m y a diferencia de la unidad basal de este mismo
grupo no presenta grandes variaciones en su potencia pero sí un adelgazamiento
regional hacia el oeste (Starck 1999a).

La formación está compuesta por un alto porcentaje de areniscas medianas y gruesas


con algunos niveles conglomerádicos que pueden presentar rodados de hasta 10 cm de
longitud, con superficies estriadas y facetadas de variada composición. También son
importantes las intercalaciones de potentes niveles pelíticos y diamictíticos con clastos
groseramente seleccionados. Los colores predominantes de esta unidad son los rojizos y
castaños con una menor proporción de las tonalidades grisáceas y verdosas (Di Marco
2004).

Grupo Cuevo

Formación Cangapi

La Formación Cangapi (Hayes en Padula y Reyes 1958) presenta dentro de la Argentina


valores de espesor que varían entre los 50 y los 160 m (Starck et al. 1993) mientras que
en Bolivia pueden llegar hasta los 400 m (Padula y Reyes 1958).

En el área que nos ocupa, esta formación se apoya sobre la Formación San Telmo en
forma discordante mediante un suave contacto erosivo. Aflora desde la sierra del Alto
Río Seco, solo en la porción norte de la misma debido a la discordancia preterciaria y
crece en espesor hacia el sistema subandino boliviano (Fig. 3). Se la puede encontrar en
los cortes de camino y en las locaciones de pozos petroleros.

Su litología esta representada mayormente por areniscas medianas a finas, con un alto
grado de selección, amarillentas, rosadas y verdosas, con indicios de entrecruzamiento y
aspecto sacaroide, generalmente de composición silícea en la base y calcáreas hacia el
tope (Di Marco 2004).

Grupo Oran

Formación Tranquitas

Bonarelli (1914) define a esta unidad con el nombre de «Areniscas Superiores».

Distintos autores (Constantini et al. 2002 y Hernández et al. 2002) mencionan para esta
formación espesores de 400 a 700 m para la porción sur de la sierra del alto Río Seco,
yacimiento Ramos; pero en el área de trabajo (misma sierra, porción norte) no se han
hallado pruebas en afloramiento que confirmen espesores mayores a los 200 m; además
se cuenta con la información de los pozos del yacimiento San Pedrito ubicados en el
flaco occidental de la estructura y sus respectivas muestras de cutting que confirman
este valor.

Como consecuencia de la discordancia cretácica-terciaria (rift de Lomas de Olmedo), la


Formación Tranquitas se apoya mediante una discordancia angular y el Conglomerado
Galarza (véase más adelante) sobre depósitos que van desde el Devónico hasta el
Pérmico. En la zona que nos ocupa sobreyace a la Formación San Telmo en la porción
sur de la sierra y a la Formación Cangapi en la porción norte.

La Formación Tranquitas se subdivide en dos secciones que reciben los nombres de


miembro areniscas calcáreas o miembro serie gris neta y miembro serie de transición o
serie gris azulada (Zunino 1944), que siendo diacrónicas se van interdigitando
ubicándose sobre el Miembro Conglomerado Galarza (Schlagintweit 1937).

Este se trata de un lag conglomerádico residual, diacrónico por la base está constituído
por facies de conglomerados polimígticos, fragmentos partidos, varicolores, con
abundante cantidad de clastos de pedernal producto de la erosión de la Formación
Vitiacua (Pérmico superior) subyacente y con un espesor en perforación del orden de la
decena de metros aunque en los afloramientos no se han vistos ejemplos mayores al
metro, sea por la calidad del afloramiento o por lo avanzado de la vegetación.

El miembro serie gris neta está compuesto por espesos bancos tabulares de areniscas de
composición cuarzosa con aislados líticos grises y rosados, de grano fino y mediano,
aspecto sacaroide y colores gris verdoso, blanco y castaño rojizo, moderadamente
cohesiva y fractura irregular. Según Constantini et al. (2002) presenta algunas
intercalaciones de arcilitas verdes y rojas con marcada plasticidad.

El miembro serie gris azulada compone una sucesión areno-pelítica con tonalidades
rojizas y algunas intercalaciones de pelitas verdes a gris verdosas. Se ordenan en ciclos
grano y estratocrecientes que, como ya se mencionó, se interdigitan lateralmente con el
miembro serie gris neta. Las areniscas son de grano fino a muy fino, lenticulares y con
baja continuidad lateral (Constantini et al. 2002).

Subgrupo Chaco (Terciario subandino)

A este subgrupo se lo puedeBonarelli 1914). Sus depósitos de gran espesor y que en


forma conjunta superan los 7.000 m (Hernández et al. 2002), presentan una monotonía
tal que dificulta notoriamente la subdivisión en unidades estratigráficamente más
restringidas.

Para los depósitos de esta unidad dentro de la provincia de Salta varios autores han
intentado un ordenamiento y diferenciación basada en diferentes estamentos.
Mingramm y Russo (1972) propusieron en primera instancia la división del Terciario
Subandino en inferior, medio y superior. Otros autores los han homologados a una serie
de unidades litoestratigráficas definidas en territorio boliviano, inmediatamente al norte
del río Bermejo, que corresponden a las Formaciones Yecua, Tariquía, Guandacay y
Emboruzú (Ramos 1999b)

El Terciario Subandino Inferior con un espesor aproximado de 700 m yace en forma


concordante desde el tope de la Formación Tranquitas hasta el primer banco de tobas
gris oscuro. Está constituido mayoritariamente por pelitas y por areniscas en menor
medida. Como ya se mencionó es correlacionable con la Formación Yecua (Requena et
al. 1989) en Bolivia.

El Terciario Subandino Medio se desarrolla desde el primer banco de toba gris oscuro
hasta el primer banco de toba blanca. Se lo reconoce integrante, junto con la unidad
anterior, del Chaco Inferior en Argentina y se lo correlaciona con la Formación Tariquía
(Ayaviri 1967) en Bolivia. Presenta un espesor variable desde los 3.000 m en las
inmediaciones de la frontera argentino boliviana hasta los 1.400 m en la sierra de
Tartagal (Requena et al. 1989).

La composición y características son mayormente similares a lo ya descrito para la


unidad anterior salvo que varían las proporciones granulométricas siendo en este caso
mayoritarias las arenas y las limolitas arenosas y menores las pelitas como así también
los niveles de anhidrita.

El Terciario Subandino Superior comprende desde el primer banco de tobas blancas


hacia arriba, con un espesor aproximado de 800 m. Está caracterizado por la irrupción
masiva de gruesos conglomerados, con rodados derivados de la Cordillera Oriental,
dentro de las areniscas arcillosas y conglomerádicas que presentan colores pardos
rojizos a amarillentos. en Argentina se lo ubica dentro de los depósitos del Chaco
Superior siendo correlacionable con la Formación Guandacay (Ayaviri, 1967) en
Bolivia.

Depósitos cuaternarios

Depósitos aluviales modernos y de cauces fluviales


activos

Esta unidad agrupa los depósitos aluviales que se


desarrollan desde el quiebre de pendiente, en el
flanco oriental de la sierra del Alto Río Seco, con
dirección hacia el este. Están compuestos por arena
fina y fango, de color castaño rojizo.

También se agrupan en esta unidad los depósitos


aterrazados en los valles de los ríos Seco, Grande de
Tarija (ya en el margen occidental de la zona) y
algunos de sus afluentes; así como la grava, arena y
algo de fango que rellenan los cauces de los ríos
mencionados y los depósitos de meandros
actualmente inactivos pero inmediatamente adyacentes a los activos.

Estructura

En cuanto se refiere a la estructura de la zona se pueden encontrar características


generales y comunes a los distintos trenes estructurales que componen el sistema
subandino así como también algunas otras que le adjudican un carácter propio y
particular (Fig. 4).

Las Sierras Subandinas conforman una faja que se extiende varios centenares de
kilómetros en el sur de Bolivia pero sólo 150 km en el noroeste argentino. Está
conformada en toda su extensión por 5 a 8 cordones paralelos de anticlinales o altos
estructurales mayores orientados en dirección submeridional (Kley y Monaldi 1999) y
de carácter asimétrico por presentar flancos occidentales tendidos y orientales muy
empinados afectados por fallas de corrimiento. Siendo esta última caracterización no
solo apropiada para las estructuras someras, como veremos más adelante, sino también
para las intermedias y profundas.

A nivel general hay una aceptable coincidencia entre las estructuras profundas y
someras, pero al estudiar cada tren estructural en detalle, y en particular el de la sierra
del Alto Río Seco que es la que nos ocupa, es llamativo el demostrado desacople entre
los niveles superficiales y la estructura profunda, por presentar los ejes superiores cierto
desplazamiento hacia el este con respecto a los inferiores (Starck et al. 2002b). A tal
efecto Starck (1999b) propone el siguiente modelo estructural que puede ser aplicado
sin mayores complicaciones al área de estudio:

Basamento estructural y falla basal: el primero comprende las unidades anteriores al


Silúrico y no participa de la deformación; la segunda, en base a la información sísmica
disponible en la actualidad, las reconstrucciones estructurales y demás, se estima que
estaría formada por una superficie de falla que con gran continuidad espacial limitaría
por su parte inferior al prisma sedimentario deformado.

Esta falla de suela encontraría su horizonte de despegue y deslizamiento en las pelitas


de la Formación Lipeón, con una profundidad que varía según los autores, entre los
7.000 y 8.000 m bajo el nivel del mar en las proximidades de la plataforma del Chaco, y
entre los 12.000 y 13.000 m bajo el nivel del mar cerca del frente externo de la
Cordillera Oriental, dando esto una idea de la pendiente regional que presenta (Aramayo
Flores 1999).

Nivel estructural inferior: involucra unidades silúricas y devónicas inferiores a medias.


Se encuentra limitado en su base por el nivel de despegue, ubicado en la Formación
Lipeón, ya mencionado y en su techo por el nivel de despegue ubicado en el tercio basal
de la Formación Los Monos que se mantuvo solidario con las areniscas cuarcíticas de la
Formación Huamampampa. De esta manera queda involucrado un espesor más o menos
constante de unos 2500 m (Starck et al. 2002b).

Las unidades que conforman este nivel estructural (Huamampampa, Icla, Porongal,
Baritú y parte de Lipeón), adoptan, en el estado deformado, una configuración de
anticlinales relacionados a las rampas que propician su levantamiento (Fig. 4).

Nivel estructural intermedio: abarca solamente la sección intermedia de la Formación


Los Monos, involucrando de 500 a 700 m de espesor. Se halla comprendida entre dos
niveles de despegue desarrollados cada uno en zonas sobrepresionadas. La zona
inferior, fue verificada por registros sónicos e identificada tanto en los pozos perforados
a lo largo de la faja plegada como en los de plataforma, en un intervalo pelítico ubicado
a 200 o 250 m por encima de la base de esta formación. La zona superior está ubicada
cerca del tope de la Formación Los Monos, a unos 200 m por debajo de la Formación
Tupambi y ha sido verificada de la misma manera que la anterior, tanto en la zona
deformada como en la no deformada; lo que lleva a considerar que se trataría de una
característica primaria de la Formación Los Monos, previa a la deformación (Aramayo
Flores 1999).
Nivel estructural superior: encuentra su nivel de despegue en la ya mencionada zona
sobrepresionada superior de la Formación Los Monos e incluye todas las unidades
suprayacentes.

Este nivel se caracteriza por la formación de anticlinales concéntricos que en ocasiones,


como ocurre en la Estructura San Pedro, pueden volverse considerablemente apretados.
Lo que es posible a causa del comportamiento plástico del nivel intermedio.

Es así que se encuentra en la estructura un plegamiento anticlinal sobrecorrido hacia el


este por sobre el nivel de despegue superior de la Formación Los Monos que corta
secuencia arriba. No se lo encuentra aflorando pero se estima su porción subhorizontal a
los 200 o 300 m sobre el nivel del mar.

El flanco oriental, que presenta altas inclinaciones y a veces rebatimiento, acompaña el


crecimiento vertical de las rocas inferiores. El flanco occidental yace con inclinaciones
que van desde los 15° a los 60°, generando una importante asímetría acorde con la
vergencia oriental de las Sierras Subandinas.

El hundimiento norte cuenta con una relativamente amplia zona crestal y con bajas
inclinaciónes de 10° a 15° en dirección nornoreste continuando con la ligera inflexión
hacia el este que se produce en la estructura en su porción meridional. El hundimiento
sur es más apretado y quizás un tanto más tendido sin cambiar demasiado los valores de
las inclinaciones con respecto al anterior pero si remarcando una dirección claramente
hacia el sur sin componente oeste alguna.

El desplazamiento a lo largo de este corrimiento podría alcanzar el kilómetro y medio y


su geometría llegar a ser bastante compleja basado en importantes cambios de
inclinación. Cambios que se deberían al plegamiento mismo del plano de corrimiento
que acompaña a la deformación de las rocas del nivel estructural superior. Demostrando
que la secuencia de deformación de este nivel estructural habría comenzado con el
fallamiento, para luego ser plegado (inclusive el corrimiento) al producirse el
crecimiento vertical del nivel estructural intermedio (Fig. 4).

Toda la sierra se encuentra estructurada con fracturas y diaclasas de distintos tipos y


órdenes dependiendo de las formaciones rocosas en las que se desarrollan y del régimen
de esfuerzos que les dieron origen.

Estudio de fracturas

Los reservorios naturalmente fracturados (naturally fractured reservoirs), fueron


definidos por Nelson (2001) como aquellos en los cuales la natural presencia de
fracturas posee, un significativo efecto en el comportamiento dinámico del reservorio,
ya sea aumentando su permeabilidad y/o la anisotropía de la permeabilidad.

En lo que concierne al yacimiento San Pedro, ubicado en el bloque Acambuco de la


Cuenca de Tarija ya en 1946 Reed había mencionado el carácter de fracturamiento y
fallamiento que presentaban las rocas reservorios del núcleo del anticlinal (nivel
estructural superior). Así fue establecida la correspondencia entre el yacimiento
mencionado y los reservorios naturalmente fracturados.
Con esta base teórica se deduce que las fracturas jugarían un importante rol en el caso
del yacimiento San Pedro y que un estudio de las mismas arrojaría valiosa información
que sería de utilidad a la hora de optimizar el desarrollo del área o de conocer aún más
acerca de la arquitectura del plegamiento.

Según Nelson (2001) una de las maneras para acercarse al conocimiento arquitectural de
los yacimientos es usar modelos geométricos tridimensionales que predigan la
distribución y el estilo de la deformación a escala del reservorio. En este sentido la
cuantificación del espaciamiento de fracturas así como la intensidad del fracturamiento
se vuelve un estamento crucial para determinar efectivamente el comportamiento de la
deformación y el desarrollo de la estructura.

Es, siguiendo esta dirección de pensamiento, que se realizó el presente estudio en la


sierra del alto Río Seco concentrando la atención en las Formaciones Las Peñas y San
Telmo aflorantes para intentar una posible futura vinculación con las unidades del
subsuelo (niveles carboníferos basales) que componen las rocas reservorio del
yacimiento San Pedro; intentando comparar los atributos estructurales y
tridimensionales del anticlinal en cuestión con una cuantitativa caracterización de las
fracturas observadas, siguiendo los modelos expuestos por Antonellini (1998),
Hennings et al. (2000), Nelson (2001) y Cohen (2002).

Objetivos

Entender el impacto del fracturamiento en el desempeño de una estructura requiere una


previa y acabada comprensión de su distribución areal y características propias, a tal
efecto los objetivos consistieron en el análisis y clasificación de fracturas y estructuras
menores; la caracterización de la orientación de las fracturas, su distribución, intensidad
y apertura en diferentes unidades litológicas pertenecientes mayormente a las
Formaciones Las Peñas y San Telmo. Así como la orientación de las fracturas, su
distribución, intensidad y apertura en función de su posición estructural (inclinación,
curvatura, limbo frontal vs. dorsal, etc.).

Una vez conseguido esto y pensando en la relación de las fracturas con los atributos
estructurales del anticlinal se trabajó a favor de la generación de un modelo conceptual
que relacionándolo a rocas de subsuelo pueda ser utilizado en una futura simulación del
comportamiento dinámico del reservorio.

Metodología

Para cumplir con el objetivo principal, o sea la generación de un modelo conceptual, se


siguieron las ideas propuestas por Cohen (2002) para la construcción de una red discreta
de fracturas (discrete fracture network) que basado en Rawnsley y Wei (2001) la define
como un modelo tridimensional en el que las fracturas son representadas de manera
explícita componiendo un adecuado marco para la simulación del reservorio o roca en
este caso.

De esta manera es que se intenta presentar la caracterización del sistema de fracturas y


el modelo conceptual resultante para el que fue necesario una sólida integración entre
conceptos precedentes, tales como: los afloramientos con la posterior adquisición de
datos de fracturas, el análisis de stress in situ a escala de pozo y regional, el modelo
estructural, y la generación del modelo conceptual. La metodología completa y
detallada puede consultarse en Di Marco (2004).

El modelo conceptual se construyó comenzando por la representación de las fracturas


medidas, su distribución y orientación, en el campo siguiendo diferentes técnicas
gráficas para concluir en la presentación de un mapa estructural (Fig. 8b) en el cual
quedaran claramente identificadas.

Conclusiones

Luego de realizado el trabajo de campo, el estudio de fracturas y el análisis de datos


presentados se llegaron a las siguientes conclusiones:

1. La zona presenta un estilo deformacional típicamente compresivo con direcciones


actuales para el esfuerzo horizontal máximo (SH) de 80-90° O, que se ven reflejadas en
el desarrollo de la faja plegada y corrida de tipo epidérmica en la que la zona de estudio
se halla inmersa.

2. La estructura de la sierra del Alto Río Seco o de San Antonio presenta un nivel de
despegue basal ubicado en los niveles pelíticos de la Formación Lipeón (Silúrico), un
nivel de despegue medio ubicado en los niveles pelíticos basales de la Formación Los
Monos (Devónico medio) y un nivel de despegue superior ubicado en los niveles
pelíticos superiores, próximos al techo, de esta última formación.

De esta manera quedan identificados tres niveles estructurales los que se encadenan de
tal manera que el inferior y medio condicionan fuertemente al superior.

3. La zona de máxima curvatura va migrando desde posiciones de limbo frontal para


la porción sur del plegamiento hacia posiciones netamente crestales para la porción
media, y volviendo luego a posiciones de limbo frontal para la porción norte del
plegamiento.

Esta geometría boomerang de la migración parece tener relación con el desarrollo


lateral de las zonas de valores máximos. Esta amplitud se reconoce inversamente
proporcional a los valores absolutos de curvatura en el sentido de que cuanto mayor es
el valor de curvatura menor desarrollo lateral posea la zona de máximos.

4. El solapamiento de las zonas de mayor intensidad de fracturas en superficie con las


que presentan los mayores valores de producción acumulada del yacimiento San Pedro
(niveles de subsuelo) demuestra que la deformación sufrida por todo el Carbonífero
como un solo paquete unitario fue desarrollada en forma coherente. Y que si bien los
depósitos carboníferos pueden presentar discontinuidades menores y variables espesores
para sus capas, cobra importancia destacar que la deformación tectónica no llegó a
desacoplar mecánicamente los depósitos del Carbonífero superior del inferior.

5. Las fracturas hallan sus valores de mayor intensidad en las secciones crestales y del
limbo frontal dependiendo del juego identificado.

En el primer caso se trata del juego de fracturas Tipo I (perpendiculares a la estructura)


y en el segundo del juego Tipo II (paralelas a la estructura). Sobre todo esta última
guarda una próxima relación con la curvatura modelada y con los datos de producción
acumulada de los pozos pertenecientes al yacimiento San Pedro.

De esta manera se concluye que presenta un comportamiento de reservorio naturalmente


fracturado.

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