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Karina Kloster
1. Antecedentes
2. Elementos diferenciadores
Frente al agotamiento del modelo neoliberal (por la propia dinámica de las economías
nacionales y por factores internacionales, así como por la pérdida de consenso social
interno), después del año 2000, en algunas regiones de Latinoamérica comenzaron a
surgir gobiernos con una retórica centrada en la inclusión social, en la reparación de los
daños provocados por la doble transición (económica y política) y en la promesa de
fortalecimiento de los espacios público-políticos.8 Más o menos plebiscitarios, más o
menos radicales, más o menos populares, estos gobiernos se caracterizaron como
«gobiernos de izquierda», «centro-izquierda» «populistas» o «socialdemócratas» (Brasil,
Ecuador, Venezuela, Argentina y Bolivia, entre otros). Más allá de sus caracterizaciones,
estos gobiernos despertaron expectativas en tanto potenciales alternativas al modelo
hegemónico de las décadas precedentes. Por otra parte, países como México, Perú,
6 Claus Offe y Ulric Preub, «Instituciones democráticas y recursos morales», en Isegoría, pp. 45-
74.
El rol del Estado es una pieza diferenciadora sumamente importante, ya que en los
países con continuidad neoliberal, la capacidad del estado en la redistribución de
la riqueza es mínima y cuando esto sucede, se obtienen grandes cuotas de
desigualdad, imposibilidad de acceso a mercados laborales y sobre todo, la
imposibilidad de las personas de alcanzar un estatus de vida digno con la
consecuente pérdida de “energía social”.
Por el contrario, en los países en los que se dio el giro hacia la “izquierda”, se
pudo observar un proceso de fortalecimiento del estado y de la centralidad de la
“política de estado” en la lucha por un crecimiento con equidad (capacidad del
Estado para generar distribución del ingreso)11; prioridad en la lucha contra la
pobreza y la desigualdad social; la instalación de nuevos derechos sociales y la
lucha por la construcción de los derechos humanos y la “verdad histórica”.
De esta manera, el fortalecimiento del mercado interno, incluido el laboral fue una
política común en estos países, favoreciendo el pleno empleo y el consumo
interno12.
11 Esto se ilustra con las diapositivas de Daniel Filmus, que no están en la bibliografía, pero sería
interesante tenerlas. Son los cuadros de la continuación del trabajo de Fajnzylber, Fernando
“Industrialización en América Latina: de la “caja negra” al “casillero vacío”.
12 Aquí está bueno releer el texto de Lenin, El desarrollo del capitalismo en Rusia, donde habla del
mercado interno y externo.
También el fortalecimiento de la integración regional fue una política
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implementada, pero con límites muy concretos .
Un tercer aspecto que no está presente en las lecturas de esta clase ni en los
debates hasta ahora presentados, sería desde mi perspectiva, la forma en que se
ha producido en los países de continuidad neoliberal y achicamiento del estado, el
aumento desmedido de la violencia y la construcción de nuevos ejércitos para el
ejercicio del control social. Los casos emblemáticos hasta ahora han sido
Colombia y México, pero no están exentos de esta evolución el resto de los países
si no se toman medidas adecuadas para evitarlo.
No estoy segura y por eso tomo este curso, que este no sea el camino para toda la
región. En ese caso hablaríamos de un solo proceso político que los regímenes
centrados en el estado de estas últimas décadas lograron frenar en al menos por un
tiempo en algunos países.
Hasta ahora, en lo que va de los 18 años del corto siglo XXI aparecen claramente
diferenciados al menos dos procesos políticos, que generaron dos alternativas de
crecimiento (con inclusión / exclusión) basadas en el rol del Estado en las funciones
distributivas y las formas de violencia que de éstas se desprenden.