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Seminario Mayor de Bogotá

Materia: Seminario de Rene de Descartes


Tema: Pensamiento de Descartes
Docente: Eduardo Rincón
Estudiante: Cristian Mauricio Sogamoso Calderón
Fecha: 07 de junio del 2018

El pensamiento de Descartes

El pensamiento de la edad moderna busca fundamentar la filosofía en un sistema más amplio


que la misma ciencia particular. De aquí que, de la misma manera que la ciencia adquiere un
método para explicar los fenómenos, la filosofía integre un método para comprobar la validez
del conocimiento. Es así como el papel de la filosofía se concretiza en reflexionar sobre la
naturaleza del conocimiento, y el método en la verificación y fundamentación de este.
Aparecen dos movimientos filosóficos, el racionalismo y el empirismo, que se plantean el
problema del conocimiento, pero difieren en el método para fundamentarlo. El empirismo
fundamenta el conocimiento en la experiencia, incorporando un método inductivo; y el
racionalismo, en el cual se encuentra Descartes, fundamenta el conocimiento en la razón
incorporando un método deductivo axiomático.

En el presente texto se expondrá el pensamiento de Descartes de manera sintética teniendo


en cuenta sus meditaciones. Así se abordará en un primer lugar, una breve biografía de
Descartes, en segundo lugar, su pensamiento y las meditaciones metafísicas, y por último su
método y las implicaciones que este conlleva.

Rene Descartes nació en Haye, Francia, en el año de 1596, Estudio en el colegio jesuita de la
Fleche, el cual estimó durante toda su vida. Más adelante estudió en Francia jurisprudencia
y obtiene su licenciatura en derecho. Participa como soldado en la Guerra de los treinta años,
en Holanda y Baviera, combatiendo en un primer lugar a favor de los protestantes y después
en el ejercito católico de Maximiliano de Baviera. Durante su vida realiza muchos escritos,
los cuales son de gran importancia. Sus obras más importantes son: reglas para la dirección
del ingenio, en el cual nos presenta un conjunto de reglas que nos ayudan a dirigir nuestro
espíritu a la búsqueda de conocimiento y la verdad. El discurso del método, que es un relato
de la vida de Descartes y de las circunstancias que tuvo que atravesar para llegar a conocer
un nuevo método que uniría todo el saber. Y las meditaciones metafísicas, en las que trata de
demostrar la existencia de Dios y la inmortalidad del alma.

Las meditaciones metafísicas de Descartes es una de las obras más importantes, porque
refleja y expresa, la posición y pensamiento que tenía Descarte frente al mundo, y cuestiones
como la posibilidad del conocimiento, la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. Estas
meditaciones se dividen en seis: en la primera meditación Descartes está en búsqueda de una
verdad irrefutable, una en la cual no sea posible dudar, diferenciando entre lo que es
verdaderamente real, de lo que no es real. Esta primera meditación, por tanto, consiste en
poner la duda como principal, pues Descartes al ver que la gran mayoría de sus conocimientos
los había adquirido a través de los sentidos se planteo la pregunta si ¿puedo fiarme de los
sentidos? Y a esta respondió, que no puede fiarse, porque había comprobado que en la gran
mayoría de veces estos lo han engañado. Esta respuesta esta acompañada de otra pregunta
¿si los sentidos me engañan en ciertas ocasiones quién me dice que no me engañan siempre?
Para Descartes las ciencias que dependen de consideraciones compuestas constan de un
carácter altamente dudoso e incierto, como la medicina y la astronomía; por el contrario, las
que se encargan de tratar cosas muy generales de manera simple, sin preocuparse si están o
no en la naturaleza, prevalecen, como la geometría y las matemáticas. Estas ciencias
generales son captadas de la misma manera en el sueño y la vigilia, pues el hecho de que uno
este dormido o despierto no cambia la verdad de que dos más tres es igual a cinco y de que
un cuadrado tiene cuatro lados. Pero de estas se pueden dudar si se supone la existencia de
un “dios” o genio maligno que nos engañe y no nos permita conocer estas cosas en realidad.
En esta meditación podemos que ver que Descartes no se percata de que al cuestionar todo
lo que antes creía verdadero y hallar algo verdadero y cierto en la ciencia, puede desmeritar
esta misma, pues quién garantiza que esta afirmación a la que llegue y crea verdadera no es
falsa, ya que de toda duda.

En la segunda meditación una vez ya destruidos todos los conocimientos que Descartes había
adquirido durante su vida, él busca volverlos, por así decirlo, a reconstruir mediante algo que
le de fiabilidad y solidez. Es por ello por lo que Descartes emplea las funciones del alma,
pues las actividades que tienen que ver con el cuerpo no pueden afirmase pues es algo que
nos engaña y no nos da una certeza. Descartes llega a la conclusión de que “si dudo que dudo
puedo tener la certeza de que estoy dudando; lo cual implica necesariamente que estoy
pensando; y si estoy pensando es indudable que estoy existiendo” es decir, que lo único de
lo que no puede dudar es de que él piensa y existe. Esta es la primera verdad absoluta y es en
esta en la que va a construir todo el conocimiento. Esto quedo plasmado en su ya conocida
frase “cogito ergo sum” (pienso, por lo tanto, existo) permitiendo que el espíritu tenga una
existencia. Para Descartes el cuerpo es divisible pero el espíritu no lo es, pues el cuerpo no
es más que el medio que usa el espíritu para poder interactuar con el mundo material que fue
creado por Dios, que es un ser perfecto, infinito e inmortal. Esta idea de Dios esta antes de la
de sí mismo.
En esta meditación podemos identificar que para Descartes el contenido inmediato del
pensamiento es la realidad de que él es un sujeto pensante y aunque se pueda dudar de todos
los contenidos del pensamiento, de lo único que no se puede dudar es del “yo”. Es en esto
precisamente, lo que consiste intuir pues son ideas simples que por mera intuición ya son
verdaderas.
En la tercera meditación en un primer momento Descartes aclara que para poder tener un
“encuentro” consigo mismo debe mantenerse apartado de los sentidos, pues estos no le
permiten hacer esta introspección. Es aquí donde él establece que el criterio de verdad se
encuentra en la claridad y distinción, que están presentes en el espíritu. Después examina la
posibilidad de la existencia de Dios y si este puede ser un “dios” engañador que no nos
permita conocer las cosas como deben de ser, es decir, que si Dios es un dios engañador no
podríamos alcanzar certeza de alguna cosa, pero esto no es posible pues para Descartes no
puedes haber ideas falsas en sí mismas. “no sólo que la nada no podría producir cosa alguna,
sino que lo más perfecto, es decir, lo que contiene más realidad, no puede provenir de lo
menos perfecto... Para que una idea contenga tal realidad objetiva más bien que tal otra, debe
haberla recibido, sin duda, de alguna causa, en la cual haya tanta realidad formal, por lo
menos, cuanta realidad objetiva contiene la idea.” De aquí que arguya que, si la realidad
objetiva de una idea suya no se encuentra en lo formal y eminente de él, es que debe haber
otra cosa que es causa de esa idea. Y aunque una idea nazca de otra idea este proceso no se
puede dar infinitamente pues necesita llegar a una idea primaria, que hace que se produzcan
estas. Esta idea es la representación de las demás. Por ello, Descartes dice que la idea de un
Dios eterno, supremo, inmutable, infinito, omnipotente y omnisciente esta fuera de él pues
cuenta con mayor realidad objetiva que las que puedan representar las cosas (substancias)
finitas. Pero ¿por qué el hombre sabe que hay cosas finitas y que él es una sustancia finita? y
¿cómo a través de esto puede dar por presupuestado la existencia de Dios? Descartes afirma
que los seres humanos son una sustancia que piensan y desea, y si es una sustancia que desea
es porque algo le hace falta y busca algo mejor, que le de perfección. Por eso es por lo que,
aunque captemos las cualidades de los objetos no podemos estar seguros si son realmente
verdaderas. Por eso Descartes identifica dos tipos de cualidades: las primarias, que se captan
desde la razón, y las secundarias, que se captan desde los sentidos; por lo tanto, las cualidades
primarias se da la claridad y distinción, mientras que las cualidades secundarias nos pueden
conducir al error. De modo que, sólo Dios puede unir el cuerpo y el alma, pues él es el creador
del alma.

En la cuarta meditación, después de que Descartes hubiese demostrado la existencia de Dios


identificó que los seres humanos son finitos e imperfectos, y que esta imperfección se expresa
a la hora de hablar sobre algo, pues no se puede saber que si lo que ha dicho es cierto o no.
Aquí cabe una pregunta, si el ser humano proviene de Dios ¿por qué el ser humano es
imperfecto? Descartes nos dirá que el ser humano para distinguir entre lo verdadero y lo falso
hace uso de su entendimiento y voluntad. Siendo el entendimiento el que nos permite captar
el mismo entorno, pero este no nos permite afirma o negar algo. Y la voluntad realizar juicios
sobre cosas que no conocemos, de modo que esta nos puede conducir hacia el error. Por esta
razón el hombre es imperfecto pues Dios le dio voluntad al hombre y al usar esta de manera
inadecuada, nos puede conducir hacia el error. Por ende, para que no se caiga en el error se
debe conducir la voluntad en la razón, es decir, la razón debe estar primero que la voluntad.
Y para no caer en el error y poder realizar buenos juicios sobre las cosas debemos ver si la
idea proviene de Dios y es clara y distinta que permite que sea verdadera.

En la quinta meditación Descartes hace uso del razonamiento matemático para poder dar una
nueva fundamentación de la existencia de Dios y la esencia de las cosas materiales. la esencia
de los objetos es percibida por nosotros, de tal manera que, sin haber visto un triángulo
equilátero, podemos tener una idea clara de esta figura. De esta misma forma tenemos una
idea de la esencia de Dios, la fe, y esta idea es clara y distinta. La perfección de Dios requiere
existencia, pues cómo puede ser algo perfecto sin existir.

En la sexta, ultima meditación, Descartes retoma todo lo dicho en las anteriores meditaciones
para definir y concretizar finalmente lo que es el hombre, a través del dualismo que él logra
identificar. Dice que el hombre está compuesto de “res Extensa” (cuerpo) y la “res cogitans”
(alma) y que tiene ideas innatas sobre algunas cosas del mundo. La “res Extensa” permite
que el hombre tenga percepciones de las cosas y sentimientos, y la “res cogitans” que el
hombre pueda pensar, razonar, imaginar y reflexionar sobre sí mismo. Y aunque estas dos
sean totalmente contrarias es Dios el que da el cuerpo para que el alma pueda interactuar con
el mundo exterior. En conclusión, en el cuerpo y el alma se da un mutualismo, donde el alma
está encargada de pensar y reflexionar y el cuerpo es un puro mecanismo, que tiene como
función unir el alma con el mundo.
En las meditaciones de Descartes podemos objetar varias cosas: ¿cómo se puede entender la
relación que hace descartes entre finito e infinito, sabiendo que lo finito no puede entender
lo infinito porque no se encuentra fuera de él? y ¿cómo algo finito puede entender algo
infinito?, ¿no se caería en un círculo vicioso admitiendo que cualquier idea clara y distinta
es veraz, porque Dios la produce en nosotros, y admitir por otro lado que Dios existe porque
tenemos de él una idea clara y distinta?. Se cae en un argumento circular contradictorio
cuando se pone a Dios como garante del conocimiento, pues cómo es posible que se ponga
como garante algo de lo que no se tiene evidencia.

El método de Descartes tiene como punto de partida la duda. Que es la que le va a permitir a
él más adelante encontrar la verdad. Esta duda es universal pues se debe dudar de todo, pero
esta duda no es como la de los escépticos, que es el dudar por el dudar, sino que la duda que
propone Descartes tiene como finalidad encontrar los fundamentos seguros de todo el saber,
lo verdadero. Se debe dudar de los sentidos pues estos inducen al error, del mundo exterior,
del propio razonamiento y de sí mismo. Este método se puede sintetizar en cuatro reglas
concretas. La primera, evidencia, que tiene como criterio no aceptar nada como verdadero,
que no se presente de manera clara y distinta en el espíritu; la segunda, análisis y división, en
la cual se propone dividir todas las dificultades que se tengan y examinarlas hasta donde se
pueda para una mayor visión de ellas; la tercera, síntesis, esta regla consiste en conducir de
manera ordenada los pensamientos, comenzando por los objetos más simples hasta llegar a
los más complejos; y la cuarta, enumeración y división, consiste en que se debe hacer una
enumeración y división de todo, de modo que se tenga seguridad de no omitir nada. Este
método se puede reducir a la evidencia donde el objetivo es encontrar una evidencia que
sustente la verdad primera y de ella se deduzcan las demás.

En conclusión, podemos decir que: al tratar de demostrar la existencia de Dios, Descartes cae
en el problema del solipsismo, es decir, en el pensamiento encerrado en sí mismo y de esta
manera sería imposible llegar al mundo que él mismo ha puesto en duda, y simplemente ser
una cosa que piensa, pues no podría encontrar verdades. Que al querer Descartes poner a
Dios como garante de nuestro conocimiento cae en una contradicción, pues es necesario
demostrar con evidencias la existencia de Dios para asegurar tanto la existencia del mundo,
como para dar garantía en la unión que hay entre mundo y pensamiento. Y de esta manera,
como algunos autores afirman, todo su pensamiento esta basado más en una construcción
discursiva, que en una argumentación que de validez a su pensamiento.
Cabe resaltar que Descartes juega un papel importante dentro de la misma historia de la
modernidad, pues el da inicio a la problemática que va a trabajar toda la modernidad el “yo”
pues rompe los esquemas de la época medieval del ser absoluto y pasa al sujeto que es
exaltado. Es decir, la razón humana es quien fundamenta las cosas. También su pensamiento
y método permitió que se dieran grandes avances en el ámbito científico y filosófico, pues
permitió que las formas convencionales que se tenían en ese entonces se pusieran en duda y
buscaran si estas eran verdad o no. Y más que un escepticismo en el cual se duda de todo nos
ofrece Descartes, un escepticismo local el cual la duda es una propuesta de poner en duda
nuestras certezas y darnos la oportunidad de saber lo que es verdadero y crecer en criterio.

Bibliografía:

 Descartes, Rene. (2008) Meditaciones acerca de la filosofía primera.


 GARCÍA MORENTE, M., Trad. Discurso del método y Meditaciones metafísicas.
Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1937. 26ª ed., 1991.
 Müller, M., & Halder, A. (2006). Breve diccionario de filosofía (1st ed., pp. 107-
109). Bogotá́: Herder.
 Hirschberger, J., & Martínez Gómez, L. (1979). Historia de la filosofía (15th ed., pp.
30-51). Barcelona: Herder.
 G. Montes, J. (2006). La filosofía en síntesis, escuelas y pensadores (1st ed., pp. 49-
52). Bogotá D.C: Editorial el BUHO LTDA.

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