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12-AAC
Expediente:05808-2013-12-AAC
Departamento:Chuquisaca
Dentro del proceso penal por la presunta comisión del delito de resoluciones contrarias a la
Constitución y a las leyes y prevaricato, iniciado a instancia del Ministerio público, el
Viceministerio de Trasparencia y el Gobierno Autónomo Departamental de La Paz en
contra de los Vocales Elena Lowental Claros de Padilla y Oswaldo Fong Roca, mismo que
se aperturó a consecuencia de la resolución que emitieron como Tribunal de garantías en
la acción de libertad interpuesta por el ciudadano Luis Alberto Valle Ureña; la Jueza
Tercera de Instrucción en lo Penal, pese haber sido recusada y sin observar el
procedimiento al efecto, en fecha 21 de enero de 2013 aceptó las excepciones de
extinción de la acción penal por vencimiento del plazo legal para reapertura y la excepción
por duración máxima del proceso formuladas por los imputados. Refiere que, dicha
resolución fue apelada y resuelta mediante Auto de Vista 157/2013 de 15 de mayo, por el
cual la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca, declaró
improcedentes los fundamentos del recurso.
Indica que, las resoluciones antes referidas, dictadas por la Juez a quo como por el
Tribunal ad quem, vulneran derechos y garantías constitucionales, toda vez que las
mismas no resolvieron adecuadamente la extinción de la acción penal por duración
máxima del proceso, reapertura, imprescriptibilidad e irretroactividad de los delitos de
corrupción pública.
I.1.3. Petitorio
Solicitan se otorgue la tutela, disponiendo se dejen sin efecto los Autos de 21 de enero de
2013 y 157/2013 de 15 de mayo, dictados por la Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal
y por la Sala Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca,
respectivamente, ordenándose se prosiga con el proceso penal en contra de los
imputados.
La Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal, por informe cursante de fs. 424 a 426,
manifestó: a) Con relación a la excepción de extinción de la acción penal por vencimiento
del plazo legal para la reapertura, se debe considerar que el rechazo de denuncia
constituye un acto conclusivo, ya que finaliza la investigación preliminar; por tanto, el
desarchivo debe tramitarse conforme a ley, pues la reapertura del proceso está regulada
por norma expresa según el art. 27 inc. 9) del Código de Procedimiento Penal (CPP); b)
Respecto a la excepción de extinción por duración máxima, se ha valorado correctamente
todos los actos y las dilación del proceso, evidenciándose que no han sido atribuibles a los
imputados; por otra parte, no se consideró la imprescriptibilidad de los delitos de
corrupción, toda vez que el proceso no se ha llevado a cabo dentro del marco de la Ley de
Lucha contra la Corrupción, Enriquecimiento ilícito e Investigación de Fortunas “Marcelo
Quiroga Santa Cruz” y porque no se ha planteado ni resuelto el instituto de prescripción
que es distinto al instituto de extinción; por esta razón, no es aplicable la jurisprudencia
que se denuncia como inobservada; y, c) En referencia al procedimiento seguido en
tramitación de la recusación como de las excepciones planteadas, es preciso manifestar
que se ha cumplido con todo el trámite previsto para el efecto, pues se ha notificado a
todas las partes procesales, convocándolas a las audiencias de producción de prueba;
finalmente, señalar que en la presente acción se pretende dejar sin efecto las resoluciones
que se impugna, al considerar que se ha aplicado erróneamente la normativa
correspondiente; sin embargo, el Gobierno Autónomo Departamental de La Paz no ha
cumplido con los requisitos exigidos por la justicia constitucional para la interpretación de
la legalidad ordinaria; en consecuencia, se debe denegar la tutela solicitada.
Iván Sandoval Fuentes, por informe cursante de fs. 363 a 365, sostuvo: 1) De la lectura de
la acción de amparo constitucional, se advierte que la entidad accionante, no argumentó
debidamente los motivos por los cuales considera se hubieran lesionado derechos y
garantías constitucionales, pues impugna dos resoluciones judiciales, indicando
simplemente que no se hubiera aplicado correctamente las disposiciones legales al caso
concreto; empero, no precisa cuales los fundamentos que sustenten tal afirmación y solo
se limita a transcribir fragmentos de los Autos dictados; y, 2) Por otra parte, el petitorio de
la acción de amparo constitucional no coincide con la decisión que debe asumir un
Tribunal de garantías, pues se solicitó se deje sin efecto los Autos de 21 de enero de 2013
y 157/2013, y además se ordene la prosecución del proceso penal, cual fuese un tribunal
ordinario; por estas razones, debe denegarse la tutela solicitada.
Cesar Suarez Saavedra, en el informe cursante de fs. 366 a 368, señaló: i) En la presente
acción tutelar, la entidad accionante, no ha sustentado bajo ningún argumento jurídico
legal sólido por qué la aplicación del art. 27 inc.9) del CPP, haya sido incorrecta, tampoco
fundamentó en derecho cual el agravio que le hubiere causado a la Gobernación del
departamento de La Paz. Se advierte que este mismo error lo cometió en la apelación
presentada contra el Auto de 21 de enero de 2013 dictado por la Jueza Tercera de
Instrucción en lo Penal del departamento de Chuquisaca; por tal razón, se confirmó dicha
resolución, pues en dicho recurso no se expuso ningún motivo legal que haga viable la
revocatoria de la resolución de primera instancia; y, ii) Finalmente, es pertinente precisar
que la entidad accionante, no explicó el nexo de causalidad existente entre las
resoluciones impugnadas y la presunta vulneración de los derechos y garantías
constitucionales alegadas, limitándose a trascribir argumentos de las resoluciones
judiciales para finalmente indicar que se hubiera aplicado equivocadamente las
disposiciones legales; este aspecto determina la imposibilidad que la jurisdicción
constitucional, ingrese a interpretar la legalidad ordinaria; consecuentemente, debe
denegarse la tutela con costas.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
Del contenido del texto constitucional de referencia puede inferirse que la acción de
amparo constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e
inmediato de protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo
ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y
garantías que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección
especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de
libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el
ámbito de los actos contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y
omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los servidores públicos sino
también de las personas individuales o colectivas que restrinjan o amenacen restringir los
derechos y garantías objeto de su protección.
El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que
no incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa
inmediata, oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y
garantías fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye
en un proceso constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales
diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta, con
un objeto específico y diferente, cual es la protección y restitución de derechos
fundamentales y con una causa distinta a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la
vulneración concreta o inminente de derechos fundamentales a raíz actos y omisiones
ilegales o indebidos y con un régimen jurídico procesal propio.
Finalmente cabe señalar que dentro de los principios procesales configuradores del
amparo constitucional, el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en
el parágrafo I del art. 129 de la Constitución que esta acción '(…) se interpondrá siempre
que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados'.
Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de
constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías al constituirse en un
mecanismo constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr
la vigencia y respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre
que no exista otro medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez
agotadas no han restablecido el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse
con este requisito, no se puede analizar el fondo del problema planteado y, por tanto,
tampoco otorgar la tutela”.
En ese entendido, siguiendo la línea sentada por las SSCC 0871/2010-R y 1365/2005-R,
citadas por la SC 2227/2010-R de 19 de noviembre, se señaló que: 'Es imperante además
precisar que toda resolución ya sea jurisdiccional o administrativa, con la finalidad de
garantizar el derecho a la motivación como elemento configurativo del debido proceso
debe contener los siguientes aspectos a saber: a) Debe determinar con claridad los
hechos atribuidos a las partes procesales, b) Debe contener una exposición clara de los
aspectos fácticos pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos de
hecho contenidos en la norma jurídica aplicable al caso concreto, d) Debe describir de
forma individualizada todos los medios de prueba aportados por las partes procesales, e)
Debe valorar de manera concreta y explícita todos y cada uno de los medios probatorios
producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada uno de ellos de forma
motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad entre las denuncias o pretensiones de
las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en la norma aplicable, la valoración de
las pruebas aportadas y la sanción o consecuencia jurídica emergente de la determinación
del nexo de causalidad antes señalado”.
Conforme los antecedentes cursantes en obrados, se advierte que dentro del proceso
penal iniciado por la presunta comisión de los delitos de resoluciones contrarias a la
Constitución y a las leyes y prevaricato contra los Vocales Elena Lowental Claros de
Padilla y Oswaldo Fong Roca, los mismos interpusieron excepciones de falta de acción,
extinción de la acción penal por vencimiento del plazo legal para reapertura y la excepción
por duración máxima del proceso, arguyendo en lo principal que en cuanto a la falta de
acción, se evidenció la existencia de atipicidad en su conducta; es decir la falta de
adecuación de su acción al delito de prevaricato, extremo que a decir de los imputados, se
constituiría en un impedimento legal para la prosecución de la acción penal; por otra parte,
y en relación a las excepciones de extinción de la acción penal por vencimiento del plazo
legal para reapertura y duración máxima del proceso, los excepcionistas manifestaron que
la acción penal fue reaperturada a los tres años, dos meses y catorce días, después de
haber sido rechazada, es decir fuera del término previsto por ley, mientras que en cuanto a
la duración máxima del proceso, alegaron que el mismo habría tenido una duración de
cuatro años, seis meses y ocho días, consecuentemente, debía declararse su extinción.
Ahora bien, la Jueza demandada, por Auto de 21 de enero de 2013, declaró improbada la
excepción de falta de acción y probadas las demás excepciones, basando su
determinación en el hecho de que el proceso penal fue legalmente promovido; empero, el
mismo fue reaperturado de forma extemporánea, es decir fuera del plazo previsto por el
art. 27 inc.9) del CPP, plazo del cual no se pidió suspensión alguna, consecuentemente la
Jueza de la causa, consideró que operó su vencimiento; por otra parte, dicha autoridad
refirió que el proceso penal tuvo una duración superior a los tres años, sin que la dilación
en su tramitación haya sido atribuible a los imputados. Ante esta determinación, el
Ministerio Público como la Gobernación del departamento de La Paz, interpusieron en
tiempo hábil y oportuno apelación incidental en contra del Auto de 21 de diciembre de
2013, siendo su principal argumento de ambas apelaciones la imprescriptibilidad de los
delitos de corrupción pública, entre ellos el delito de prevaricato, que a criterio de los
apelantes, no podía declararse su extinción, pues al margen de estar dentro la previsión
dispuesta en el art. 112 de la CPE, la dilación tanto en la reapertura del proceso como en
su tramitación, fue a causa de los imputados y por la paralización de funciones del anterior
Tribunal Constitucional, el cual no revisó oportunamente la resolución de la acción de
habeas corpus interpuesta por Luis Alberto Valle Ureña, lo cual constituía un impedimento
legal para la reapertura del proceso, que no estaba sujeta al plazo de un año, sino
mientras el impedimento legal desaparezca. Por su parte, los imputados se adhirieron a las
apelaciones incidentales planteadas en contra de la resolución dictada por la Jueza a quo,
únicamente en cuanto a la excepción de falta de acción.
Ante dichas apelaciones, la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de
Chuquisaca, mediante Auto de Vista 157/2013, determinó confirmar la Resolución de 21
de enero de ese mismo año, dictada por la Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal del
mismo departamento, al considerar que con relación a la extinción por reapertura del
proceso, ésta fue correctamente aceptada, toda vez que a criterio del Tribunal de alzada,
la reapertura de la investigación no se la puede realizar más allá del año transcurrido
desde la Resolución de rechazo, esto en función al art. 27 inc.9) del CPP, con relación al
art. 304 párrafo segundo del mismo cuerpo normativo, de ahí que al no haber existido
ninguna resolución fundamentada que determine la suspensión del proceso, concluyeron
en que la excepción fue concedida conforme a derecho. Por otra parte, las autoridades
ahora demandadas consideraron que en relación a la excepción de extinción por duración
máxima, esta también fue legalmente aceptada por la Jueza a quo, pues coincidieron con
ésta en el hecho de que al no haber existido ninguna suspensión del proceso ni
declaratoria de rebeldía, el transcurso del tiempo máximo del proceso fue cumplido
conforme los presupuestos exigidos; finalmente, en referencia a la adhesión a la apelación
formulada por los imputados, el Auto de Vista indicó que al no haberse apelado en ninguno
de los recursos la falta de acción, era improcedente su consideración.
Hecha esta precisión de los argumentos expuestos por las partes procesales y los
fundamentos desarrollados por las autoridades ahora demandadas, reflejados en las
resoluciones que se denuncian como arbitrarias vía la presente acción tutelar, del análisis
cuidadoso de las mismas, se advierte que el Tribunal ad quem, a tiempo de revisar en
grado de apelación el Auto de 21 de enero de 2013, dictado por la Jueza Tercera de
Instrucción en lo Penal, no ha observado la debida motivación y fundamentación en el Auto
de Vista 157/2013 de 15 de mayo, toda vez que no resolvió adecuadamente todos los
puntos apelados tanto por la Gobernación del departamento de La Paz, como por el
Ministerio Publico, quienes a tiempo de impugnar la resolución que determinó a lugar las
excepciones de extinción de la acción penal por vencimiento del plazo legal para
reapertura y la excepción por duración máxima del proceso, arguyeron que el delito de
prevaricato al tratarse de un tipo penal de corrupción pública previsto en la Ley de Lucha
contra la Corrupción, Enriquecimiento ilícito e Investigación de Fortunas “Marcelo Quiroga
Santa Cruz”, era imprescriptible, consecuentemente, no podía declararse la extinción de la
acción penal; argumento sobre el cual el Auto de Vista de referencia no hizo ninguna
mención o valoración alguna, vulnerando con ello el debido proceso en su elemento
fundamentación de las resoluciones, toda vez que los Tribunales de alzada, están en la
obligación de referirse a cada uno de los agravios alegados por las partes apelantes, más
allá que sean manifiestamente improcedentes, pues la debida fundamentación y
motivación de una resolución garantiza que las partes procesales, estén conscientes de
las razones de hecho como de derecho por la cuales sus pretensiones fueron aceptadas o
desestimadas; en este sentido, en el caso de autos, al haberse apelado la resolución de
primera instancia, entre otros argumentos por la imprescriptibilidad de los delitos de
corrupción pública, dispuesta por el art. 112 de la CPE, los Vocales ahora demandados
estaban compelidos a emitir criterio respecto a este instituto en relación a las excepciones
analizadas; empero al no realizar esta labor, han conculcado el derecho al debido proceso
de la entidad accionante; en ese orden, corresponde conceder la tutela solicitada solo en
cuanto a los Vocales demandados.
POR TANTO