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EXP: N° 148-95

RESOLUCIÓN: 10/06/1996

JUZGADO: ESPECIALIZADO EN LO CIVIL DE LIMA

MATERIA: INDEMNIZACIÓN,

DEMANDANTE: L.A.R.J.,

DEMANDADA: CLÍNICA RICARDO PALMA, JUEZ: DRA. OLGA PALACIO


TEJADA

En los considerandos se aprecia lo siguiente:

“(...) por la pérdida de la visión del ojo izquierdo, y la mala operación realizada al ojo
derecho al no colocarle el lente intraocular y no ser atendida clínicamente está a punto de
perder el ojo derecho (...)”.

Según se lee en la parte considerativa (hechos) el actor “Ampara su demanda en los


artículos 1979, 1981 y 1985; solicita una indemnización de doscientos cincuenta mil
dólares americanos (...)”.

Como se puede apreciarla demanda se basa en artículos de responsabilidad civil


extracontractual, que tiene que ver con la responsabilidad civil de daños causados por
animales (¿?), responsabilidad vicaria, y el daño a la persona entre otros aspectos de la
responsabilidad extracontractual.

Los servicios médicos fueron prestados en la Clínica Ricardo Palma por lo que la base
normativa debió adaptarse a la responsabilidad civil contractual, tomando como sustento
legal genérico los artículos 1321 y 1322 del Código Civil y como base para que la
estructura sanitaria responda el artículo 1325 del Código Civil. Hay una tendencia en el
caso de los demandantes de invocar normas de responsabilidad extracontractual cuando
se trata de responsabilidad civil médica. Considero que la institución que debe guiar la
resolución de este caso es la inejecución de obligaciones.

Es exigible a la clínica un deber de seguridad que corresponde a la responsabilidad


contractual y que es diferente del deber genérico de no dañar, que es aplicable a la
responsabilidad civil extracontractual. Los familiares del paciente celebraron un contrato
con la clínica, en específico, un contrato de prestación de servicios médicos en donde la
clínica se obliga a brindar una prestación de servicios idónea al paciente y al mismo
tiempo este se obliga a pagar la contraprestación a favor de la Clínica, por lo tanto y por
donde se le mire nos encontramos ante una responsabilidad civil contractual o por
inejecución de obligaciones, y no existe ninguna zona gris que haga aplicables la tesis de
la opción (escoger entre los dos regímenes de responsabilidad) o del “cúmulo” (adaptar
elementos de la responsabilidad civil, de ambos regímenes, de acuerdo con la
conveniencia del dañado). No estoy de acuerdo con aquel argumento que considera que
estamos ante el deber genérico de no dañar, pues la vinculación surge de un contrato y
este desplaza sus efectos y obligaciones derivadas del mismo no solamente a las
prestaciones médicas en concreto sino también a los llamados deberes de seguridad o de
protección que tiene la estructura sanitaria para con los pacientes. Los daños generados
por el acto médico o los daños ocasionados por el accidente médico –este último que
puede ser por un factor exógeno a la intervención del médico (infecciones
intrahospitalarias, por ejemplo) – deben ser considerados, desde mi punto de vista,
también como daños derivados de una relación contractual.

El hecho de que la clínica actúe frente al paciente o sus familiares en calidad de deudora
y que aquella preste los servicios mediante terceros a su cargo, obliga a la estructura
sanitaria a responder por los daños causados al paciente a título de responsabilidad
objetiva pero indefectiblemente el régimen de responsabilidad a ser aplicado es el de la
responsabilidad contractual.

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