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LA CONVIVENCIALIDAD PREFACIO ‘hn enero de 1972, un grupo de latinoamericanos, principalmente chilenos, ppukanos y mexicanos, se encontraron en el Centro Intercultural de Doct: snentaeién (Cidoc), en Cuernavaca, para discutir la hipdtesis siguiente: exis (en caractertsticas técnicus en los medios de produccidn que hacen imposible 4: control en un proceso politico. Sélo una sociedad que acepte la necesidad le escoger un techo contin de ciertas dimensiones téenicas en sus medios de inoxuceién tiene alternativas polticas. La tesis discut lia en un documento elaborado en 1971 con Valenti shudlora y directora del Cidoe. Formalé las lineas fundamentales de este ensayo sucesivamente en es- y franeés; some anol, ing mis ideas a grupos de médicos, arquitectos, las publiqué en revistas serias y en hojitas swevidas, Agradezco profundamente a quienes quisieron criticarme y ast tne ayudaron a precisar mis conceptos. Sobre todo doy las gracias a los par- ‘cipantes en mi seminario Cidoc en los anos 1971-1973, quienes reconoce- hin en estas paginas n 1s pallabras Este libro tomé su forma definitiva a raiz de una presentacién que hi- e para un grupo de magistrados y legisladores canadienses, Ahi utilicé por iw imera vez el paradigma del derecho comiin anglosajén, que desde enton- ‘es qued6 incorporado en la estructura del ensayo, Me hubiese gustado po- ‘lor ilustrar los mismos puntos refiriéndome a los fueros de Espaiia, pero ‘ni tarclfo descubrimiento posterga intentarlo, ciucadores y otros idedlogo: solamente sus ideas sino, con mucha frecue IVAN ILucH . Ovotepec, Morelos, enero de 1978 INTRODUCCION Durante estos prdximos afos intento trabajar en un epilogo a la era indus- vial. Quiero delinear el contorno de las mutaciones que afectan al lenguia- ie, al derecho, a los mitos ya los ritos, en esta época en que se condicionan | los hombres y los productos. Quiero trazar un cuadro del ocaso del modo \le producci6n industrial y de la metamorfosis de las profesiones que él en- yendra y alimenta, Sobre todo quiero mostrar lo siguiente: las dos terceras partes de la hu- wnanidad pueden atin evitar atravesar por la era industrial si cligen, desde shora, tin modo de produccién basado en un equilibrio posindustrial, ese snismo contra el cual las naciones superindustrializadas se ve ‘las por la amenaza del caos. Con miras a ese trabajo y en preparacién al ‘nismo, presento este manifiesto a la atencidn y la critica del pablico. En este mismo sentido hace ya varios aftos que sigo una investigacién critica sobre el monopolio del modo industrial de produceién y sobre la po- “ibilidad de definir conceptualmente otros modas de produccién posindus- \vial. Al principio centré mi andlisis en la instrumentacién educativa; en los resultados publicados en La sociedad desescolarizada, quedaron estableci- «los los puntos siguientes: J. La educacion universal por medio de la escuela obligatoria es imposible 2, Condicionar a las masas por medio de la educacién permanente en na- «la soluciona los problemas técnivos, pero esto resulta moralmente menos tolerable que la escuela antigua, Nuevos sistemas educativos estan en vias le Luplantar los sistemas tradicionales tanto en los paises ricos como en los po: namiento, poderosos y ef tyres. Estos sistemas son instruments de condi ‘eaces, que producirdn en serie una mano de obra especializada, consumido: tes dociles, ustiatios resignados. Tales sistemas hacen rentable y generalizan los procesos de educacién a escala de toda una sociedad. Tienen aspectos se- | cluctores, pero su seduceién oculta la destruceién. Tienen también aspectos que destruyen, de manera sutil e implacable, los valores fundamentales. 3. Una sociedad que aspire a repartir equitativamente el accese mbros y a ofrecerles la posibilidad ce encontrarse real: i y terapéu econocer limites a la manipulacién pedag6 m IVAN ILLICH tica que puede exigirse por el crecimiento industrial y que nos obliga a ‘mantener este crecimiento mas acd de ciertos umbrales eriticos. tema escolar me ha parecido el ejemplo-tipo de un escenario que se repite en otros campos del complejo industrial: se trata de producir un ser= vieio, llamado de utilidad piiblica, para satisfacer una necesidad Hamada elemental. Luego, nuestra atenci6n se trasladé al sistema de la asistencia médica obligatoria y al sistema de los transportes que, al rebasar cierto ume bral de velocidad, también se convierten, a su manera, en obligatorios. La superproduccién industrial de un servicio tiene efectos secundarios tan cae tastr6ficos y destructores como la superproduccién de un bien. Asf pues, nos encontramos enfrentando tn abanico de limites al crecimiento de los servicios de una sociedad; como en el caso de los bienes, estos limites som inherentes al proceso del crecimiento y, por lo tanto, inexorables. De manera que podemos concluir que los limites asignables al crecimien= to deben concernir a los bienes y los servicios producidos industrialmente, ‘Son estos Imites lo que debemos descubrir y poner de manifiesto, Anticipo aqui el concepto de equilibrio multidimensional de la vida hue mana. Dentro del espacio que traza este concepto, podremos analizar la re- lacién del hombre con su herramienta, Aplicando el andlisis dimensional esta relacién adquirird una significacion absoluta natural. En cada tna de sus dimensiones, este cquilibrio de la vida humana corresponde a una esca- Ja natural determinada. Cuando una labor con herramientas sobrepasa un umbral definido por la escala ad hoe, se vuelve contra su fin, amenazando luego desteuir el cuerpo social en su totalidad, Es menester determinar con precisién estas escalas y los umbrales que permitan circunscribir el cam de la supervivencia humana, “ con En la etapa avanzada de la produccién en mi su propia destruc: do, una sociedad produce 6n. Se desnaturaliza la naturaleza: el hombre, desatraiga- aastrado en su creatividad, queda encarcelado en su cépsula indi La colectividad pasa a regitse por el juego combinado de una exacerbada po. Jarizacion y de una extrema especializacién, La continua preacupacién por renovar modelos y mercaneias produce una aceleracién del cambio que des truye el recurso del antecedeite como gufa de la accién, El monopolio del modo de produccién industrial convierte a los hombres en materia prima claboradora de la herramienta. Y esto va es insoportable. Poco importa que se trate de un monopolio privado o publica, la degradacién de la naturale zs la destrucci6n de los lazos sociales y la desintegracién del hombre munca po- dran servir al pueblo, LA CONVIVENCIALIDAD, ” Las ideologias imperantes sacan a luz las contradicciones de la socie sul capitalista, No presentan un cuadro que permita analizar la erisis del iodo de produccién industrial. Yo espero que algin dia, con suficiente vi yo y rigor, se formule una teoria general de la industrializacién, para que cilrente el asalto de la eritica, Para que funcionara adecuadamente, ¢ \corfa tendria que plasmar sus conceptos en tn Jenguaje comin a todas las partes interesadas. Los criterias, conceptualmente definidos, serian otras juntas herramientas a escala humana: instrumentos de medicién, medios dle control, gufas para la accién, Se evaluarian las técnicas disponibles y las diletentes programaciones sociales que implican. Se determinarfan um- Innales de nocividad de las herramientas, seatin se volvieran contra vmenazaran al hombre; se limitaria el poder de la herramienta, Se inven- lurian formas y ritmos de un modo de produccién posindustrial y de un nuevo mundo social No es facil imaginar una sociedad donde la organizacién indust te equilibrada y compensada con modos distintos de produccién comple- inentarios y de alto rendimiento, Estamos a tal grado deformados por los hhabitos industriales, que ya no osamos considerar el campo de las posibi- lidades; para nosotros, renunciar a la produccién en masa significa retor har a fas cadenas del pasado o adoptar la utopia del buen salvaje, Pero si hemos de ensanchar nuestro éngulo de visién hacia las dimensiones de ka realidad, habremos de reconocer que no existe una tiniea forma de utilizar los descubrimientes cientificos, sino por lo menos dos, antinémicas entre si Una consiste en la aplicacion del descubrimiento que conduce a la espe- ializacion de las labores, a la institucionalizacién de los valores, a la cen- tvalizacién del poder. En ella el hombre se convierte en accesorio de la me- snamiquina, en engranaje de la burocracia. Pero existe una segunda forma ce fructificar la invencién, que aumenta el poder y el saber de cada lad, con la sola condicién de no ae ‘uno, permitiéndole ejercitar su creati ‘coartar esa misma posibilidad a los demés. queremos, pues, hablar sobre el mundo futuro, diseftar los contor ios teéricos de una sociedad por venir que no sea hiperindustrial, debemos reconocer la existencia de escalas y de limites naturales. El equilibrio de la vida se expande cn varias dimensiones ¥, frigil y complejo, no tansgrede cicrtos cercos. Hay umbrales que no deben rebasarse. Debemos reconocer 1d humana no la abolié la méquina, sino que solamente ob: ‘que la ese luvo un rostro nuevo, pues al trasponer un umbral, la he asado un umbral la sociedad se conviert vierte de servidor en déspote wa IVAN ILLICH tuna escuela, un hospital o una prision. Es entonces cuando comienza el encierro. Importa ubicar precisamente en dénde se encuentra este nbral eritico para cada componente del equilibrio global. Entonces ser posible articular de forma nueva la milenaria triada del hombre, la herras mienta y la sociedad, Llamo sociedad convivencial a aquella en que Ia he- rramienta moderna esté al servicio de la persona integrada a la colectivis dad y no al servicio de un cuerpo de especialistas, Convivencial es la sociedad en la que el hombre controla la herramienta, Me doy cuenta de que introduzco una palabra nueva en el uso habitual del lenguaje. Me baso para ello en el recurso del antecedente. El padre de este vocablo es Brillat-Savarin en su Physiologie de goat: Méditations sur la gastronomie trascendantale, Debo precisar, sin embargo, que en la aceptas cién un poco novedosa que confiero al calificativo, convivencial es la herra- mienta, no el hombre Al hombre que encuentra su alegria y su equilibrio en el empleo de la herramienta convivencial, le amo austero. Conoce lo que en castellano pox dria amarse la convivencialidad: vive dentro de lo que el idioma aleman describe como mizmenschilichkeit. Porque la austeridad no tiene virtud de aislamiento o de reclusién en sf misma, Para Aristételes como para Toms de Aquino la austeridad es Jo que funda la amistad, Al tratar del juego or denado y creador, Tomas definié la austeridad! como una virtud que no ex: cluye todos los placeres, sino Gnicamente aquellos que degradan la relacién Personal. La austeridad forma parte de una virtud que es mas fragil, que la supera y que la engloba: la alegria, la eutrapelia, la amistad, Austettas secundum quod est iets non exelut om winatas: unde videtur pertinere ad affabilitatem, quan ‘anicitiam’ nominat, vel ad eutrapeliam, sive feu avi 4, ad 3m.) 1s delectationes, sed superfuas ot philosophus ih , Ethie Cap, VI tate.” (Surana Theologica, Ma Mae. 188, DOS UMBRALES DE MUTACION 11 ANO DE 1913 marca un giro en la historia de la medicina moderna, ya uyue se traspone un umbral. A partir aproximadamente de esta fecha, ¢l pi le tiene mas de 50% de probabilidades de que un médico diplomade le proporeione tratamiento eficaz —a condicisn, por supuesto, de que sti mal se encuentre en el repertorio de la ciencia médica de la época—, Familiar! vados con el ambiente natural, los chamanes y los curanderos no haba) cesperado hasta esa fecha para atribuirse resultados si en un mundo que vivia en un estado de salud concebido en forma diferente. A partir de entonces, la medicina ha refinado la definicién de los les y la eficacia de los tratamiento. En Occidente, la poblacién ha apron suerdo con las categoriay de vido a sentirse enferma y a ser atendida de a nioda en los cérculas médicos, La obsesién de la cuantificacién ha legal lo cual ha permitido a los médicos medir la magnitwd tablecido. Es asi como li desarrollo, « dominar la eli tle su €xito por criterios que ellos mismos han salud se ha vuelto una mereancia dentro de una economia e sta transformacién de la salud en producto de consumo social se tefleja cn la importancia que se da a las estadisticas médicas. Sin embargo, los resultados estadisticas sobre los que se basa cacla Yor ins el prestigio de la profesién médica no son, en lo esencial, fruto de sis actividades, La reduccién, muchas veces espectacular, de la morbilidad ¥ mortalidad se debe sobre todo a las transformaciones del habitat y del ‘ogimen alimenticio y a la adopcidn de ciertas estrategias de higiene muy simples. Los alcantarillados, la cloracién del agua, el matamoseas, la ase sia y los certificados de no contaminacién que requieren los viajeros © las prostitutas, han tenido una influencia benéfica mucho més fuerte que eh conjunto de los “métodos” de tratamientos especializados muy complajon EL avance de la medicina se ha traducido mas en controlar las tasis cle incl dlencia que en aumentar la vitalidad de los individuos. En cierto sentido, la industrializacién, mas que el hombt hha beneticiado con los progresos de la medicinay; la gente se capacltd m { bajo condiciones mas deshumanh es la que ne para trabajar con mayor regularid ndamente destructor de la nueyi IN antes. Para ocultar el cars M10 IVAN TLLIcH rentacién, del trabajo en cadena y del imperio del automévil, se ia publicidad a los tratamientos espectaculares aplicados a las vic as de la agresi6n industrial en todas sus formas: velocidad, tensién m viosa, envenenamiento del ambiente. Y el médico se transformé en un »; solo él dispone del poder de hacer milagros que exorcicen el temor; mor que es engendrado, precisamente, por la necesidad de sobrevivir un mundo amenazador: Al mismo tiempo, si los medios para diagnosticar la necesidad de ci tos tratamientos y el instrumento terapéutico correspondiente se simpli caban, cada uno podria haber determinado mejor por sf mismo los casog de gravide7.o septicemia, como podria haber practicado un aborto o tral do un buen ndmero de infecciones. La paradoja esté en que mientras sencilla se vuelve la herramienta, mas insiste la profesién médica en servar el monopolio. Mientras mas se prolonga la duracién para la iniciae cién del terapeuta, mas depende de él la poblacién en Ia aplicacién de los. uidados més elementales. La higiene, una virtud desde la Antigtiedad, € convierte en el ritual que un cuerpo de especialisas celebra ante el altar de la ciencia, Recién terminada la segunda Guerra Mundial, se puso de manifiesto que la medicina moderna tenia peligrosos efectos secundarios. Pero habria de transcurrir cierto tiempo antes de que los médicos identificaran la nue: va amenaza que representaban los microbios que se habian hecho resisten tesa la quimioterapia, y reconocieran un nuevo género de epidemias dentro de los desércenes genéticos debidos al empleo de rayos X y otros tratamiens tos durante la gravidez. Treinta aftos antes, Bernard Shaw se lamentaba ya: los médicos dejan de curar, deca, para tomar a su cargo la vida de sus pax cientes. Ha sido necesario esperar hasta los afios cincuenta para que esta observacién se convirtiera en evidencia: al producir nuevos tipos de enfers medades, la medicina franqueaba un segundo umbral de mutacin. En el primer plano de los desordenes que induce la profesién, es nece: sario colocar su pretension de fabricar una salud “mejor”, Las primeras vieo timas de este mal iatrogenético (es decir, engendrado por la medicina) fue: ron los planificadores y los médicos. Pronto la aberracién se extendié por todo el cuerpo social. En el transcurso de los 15 afios siguientes, la medicl- na especializada se convirtié en una verdadera amenaza para la salud. Se emplearon sumas colosales para borrar los estragos inconmensurables pros «lucidos por los tratamientos médicos. No es tan cara la curacién como lo es la prolongacién de la enfermedad. Los moribundos pueder LA CONVIVENCIALIDAD, wm inucho tiempo, aprisionados en un pulmén de acero, dependientes de un én o sometidos al funcionamiento de un rién artificial. So salubres, ya pesar de las condiciones de trabajo ex: tubo de perf Inovivir en ciudades lennantes, cuesta cada vez més caro, Mientras tanto el monopolio médico estiende su accién s un numero cada vez mayor de situaciones de la viela cotidiana, No sélo el tratamiento médico, sino también la investigacién Iniologica, han contribuido a esta proliferacién de las enfermedades. La in: veneion de cada nueva modalidad de vida y muerte ha Hevado consigo la dletinicién paralela de una nueva norma y, en cada caso, la definicién co- hrespondiente de una nueva desviacién, de una nueva malignidad. mente, se ha hecho imposible para la abuela, para la tfa 0 para la vweina, hacerse cargo de una mujer encinta, o de un herido, de un enfermo, le un Tisiado o de un moribundo, con lo cual se ha creado una demanda imposible de satisfacer: A medida que sube el precio del servicio, la asisten- ia personal se hace mas dificil, y frecuentemente imposible. Al mismo tiempo, eada vez. se hace mas justificable el tratamiento para situaciones ‘comunes, a partir de la multiplicacién de las especializaciones y para pro- lesiones cuyo tinico fin es mantener la instrumentacion terapéutica bajo el control de la corporacién. Al llegar al segundo umbral, es la vida misma la que parece enferma dentro de un accidente deletéreo. La proteccién de una poblacién sumisa y dlependiente se convierte en la preocupacién principal, v en el gran nego- ip, de la profesion médica. Se vuelve un privilegio la costosa asistencia de prevencién © cura, al cual tienen derecho tinicamente los consumidores importantes de servicios médicos. Las personas que pueden recurrir a un especialista, ser admitidas en un gran hospital o beneticiarse de la instru- mentaci6n para el tratamiento de la vida, son los enfermos cuyo caso se cesenta interesante o los habitantes de las grandes ciudades, en donde el costo para la prevencién médica, la purificacién del agua y el control de la contaminacién es excepcionalmente elevado. Paradjicamente, Ia asisten- cia por habitante resulta tanto mas cara cuanto mas elevado es el costo de la prevencién. Y se necesita haber consumido prevencién y tratamiento pa- ra tener derecho a cuidados excepcionales. Tanto el hospital como la escure- an en el principio de que s6lo hay que dara los que tienen. Es asi ‘onsumidores importantes de la ensenanza mn, en tanto que las desplazados tendran como ‘0 derecho el de aprender su fracaso, En relacién con la medic yor asistencia conduciré a mayores dolencias: el rico se hara atender cada mm IVAN ILC venus los males engendrados por la medicina, mientras que el pobre se conlormara con suftirlos, {ilo ¢l segundo umbral, los subproductos de la industria médiea sfcctan a poblaciones enteras. La poblacidn envejece en lee afses ricos, Desde que se entra en el mercado de trabajo, se comiensa s dian para medion de anes ae Sarantizarén, por un period cada vez ms lange, leg tpadlos de consumir los servicios de una geritria costosa, Ein Betas Un tlos 27% de los gastos meédicos van a los ancianos, que representan 9% de 4a poblacion. Es significativo el hecho de que el primes campo de colabo- fee sobre ei lesido por Nixon y Breinev concierna a las investigactos ies sObre las enfermedades de los ricos que van enveieciende, De note el paulo los capitalistas acuden alos hospitales de Boston dle Hotes. de Henver Para recibir los cuidados mis costososy singularee, en tance queen el mismo Estados Unidos, entre las clases pobres la mortalidad infantil cao de Anne Bmparable a la que existe en cietos paises opicales de At a0 de Asia. En Norteamérica es preciso ser muy tivo pare Pagarse el lujo fief [ode cl mundo se le ofrece en los patses pobres: er asitideng In hee {hd Ja muerte (estar acompaniado por familiares o amigos), Proce dias te hospital un norteamericano gasta lo que el Banco Maced de Desarvo- Uo calcula que es el ingreso medio anual de la poblacion mundi La me. dlicina moderna hace que mas nifos alcancen la adole Y que mas, umes: obeevivan a sus numerosos embarazos. Entre tanto, la peblacrog Tose, Sobrepasa la capacidad de acogerse al medio naterall» rompe los diques y las estructuras de la cultura tradicional, Loe nna bs occiden- tales hacen ingerir medicamentos a la gente qui, en su vide asada, habia aprendido a vivir com sus enfermedades. El mal que se prodyen mucho edad €] mal que se cura, pues se engendran nuevas especies de onion edad que ni la técnica moderna, ni la inmunidad natured ae fa cultura tradicional saben como enfrentar. A escala mundial, y muy particularmen- te en Estados Unidos, la medicina fabrica tna raza de lividuos vitalmente dlependientes de un medio cada vex mis costoso, cada wes none artificial, Sus Nez mds higicnicamente programado. En 1970, durante ol Cy iETeso de la American Medical Association, el presidente, sinatra ninguna opo- coma, exhorts a sus colegas pediatras a considerar a todo recign tang nacidee aie mientras no haya sido certficada su buena salud. Los nines Mos 1 el hospital, alimentados bajo prescripciones, atiborraden de nos Ubioticos, se convierten en adultos que, respirando un aire veg ¥ co: miendo alimentos envenenados, vivir una existencia de sombras en la ww LA CONVIVENCIALIDAD, 1s hijos, quienes, 0. El mundo en so tod moda Au es costar cto ei w1 ver, serén ain mas dependientes del monopolio mi tre en Ravan pn OSs en tpl lade dw ls largo de su vida, debe plegarse a las reglas de higiene dictadas y weseripetones médicas a Sth media burerallzida so expend. pon planeta eniero 1968, el Colegio de Medicina de Shanghai tuvo que in bev sos Primos mes ands de rine hie er “enc de guns illnes de campesinos sven name a tninorfas urbanas[..]aduidican grandes gastos de laboratorio para ex Scnsun [i peastienssh analog eames oats at Inotcos [1 ctando no hav hospital ni laboratorion, seven reduc csplicar los mecanismos de a enfermelad a gente por la que no pueden ha- ct nada, ala que esta explicacigna nada conduce” En China et oma deconcienclacondujoa una inversién de la institucién médlen. En 1971, tum ef mismo Colego, un mallon de trabajadores de la salud aleanzaron wel acpi de ompetnc: sos badness carpio Ds ‘one fa temporada de poca actividad, sizwen cursos accleradon: aprender la diseccion de cerdos, practican los anlisis de laboratorio més comunes, \quieren conocimientos elementals en bacteriologia, patologia, men go hacen su aprendizaje con médicos 0 de esta primera forma- linica, higiene y acupuntura. 1 sn trabajadores de la salud ya ejereitados. Des} on elven a su trabajo original, pero, cuando es amaradas. Son responsables ion, estos médicos descalzos vi necesario, se ausentan para ocuparse de sus on sp sce silent la hee del ambiente de via de trabajo, ledacacin hilar, Jas vacunaciones, los primeros aunilos, la supervivencia de los co slecientes, ls partos, el control de la natalidad y los métodos abortivos. nos después de que la medicina occidental franquease el segun . in de un trabajador competente de Diez anos de lo umbral, Chin li salud para emprende la forma a centenar de ctudadanos. Su ejemplo pra sue es po 7 mn dominante pe el funcionamiento de una institu ; é ofesionalizacion puede mantener- Ouieda por ver hasta qué punto esta despro pacientes ate eal triunfo de la ideologia del desarrollo ilimitado y a la presién d ee ‘con ellos una infanteria de no graduades que In jerarquia médlea y for tempo ps pero por todas partes se exhiben los leet aa oman sideracién el desorden profundo del sistema medicina, sin tomar en cd conv nat wt 380 IWAN mLLIcH LA CONVIVENCIALIDAD cue la engendra. En Estados Unidos, os abogados de los pobres acusan a evn seus Ene momento x sina mes fe invert 6 la American Medical Association de ser un bastidn de prejuicios capitaliee cantar victoria, Los virtuosos de las nuevas especialidad es ebibfans ¥.a sus miembrosde llenarse los bolsillos, Los portavoces de las vwidevtes a algunos individuos atacados por raras enfermedades. La ais crtican la falta de control social en la administrac a medica se concentré en operaciones espectaculares realizadas por eq 's organizacién delossistemas de asistencia, ¢Quicren creer que participans tw: hospitalarios. La fe en Ja operacion-milagro cegaba el buen easy do en los consejos deadministracion de los hospitales podrian control slestrufa la sabiduria antigua en materia de salud y curacién, Los médicos estendieron el uso inmoderado de drogas quimicas entre el puiblico gene- cuentran escandalos que los fondos para investigacion se concentren eh ‘ul. En la actualidad el costo social de la medicina ha dejado de ser mensu- las enfermedades quealligen a los blancos provectos v sobrealimentadas, tuble en términos clasicos. una sociedad convivencial. La sociedad convivencial descansara sobre sus vonvivencial: uno puede convertirse en prisionero de la instrumentacién. contratos sociales que garanticen a cada uno el mayor y mis libre acceso a |. auitonomia, como poder de control sobre la energia, engloba los dos pri las herramientas de la comunidad, con la condicién de no lesionar una ‘eros valores citados y define el trabajo convivencial. Este tiene, como con. ieual libertad de acceso al otro. licion, el establecimiento de estructuras que posibiliten esta distribu ‘equitativa de la energia. Debemos construir —y gracias a los progresos cien- lificos lo podemos hacer— una sociedad posindustrial en la que el ejercicio Los VALORES DE BASE uc la creatividad de una persona no imponga jams a otra un trabajo, un co- ocimiento o consumo obligatorio. En la era de la tecnologia cientifica, so En nuestros dias existe la tendencia a confiar a un cuerpo de especialistas lamente una estructura convivencial de la herramienta puede conjugar la sue la tarea de sondear y anunciar el futuro. Se entrega el poder a los hombres pervivencia y la equidad. La equidad exige que, a un tiempo, se compartan el politicos que prometen construir la megamaquina para producir el porvee poder y el haber. Si bien la carrera por la energia conduce al holocausto, la Se acepta una creciente disparidad de niveles de energia y de poden, ventralizacién del control de la energia en manos de un Leviatan burocrati- puesto que el desarrollo de la productividad requiere la desigualdad. Mien- co sacrificaria el control ig tras mas igualitaria es la distribucién, mas centralizado es el control de la bucién equitativa de los productos obtenidos. La estructuracién convive produccién. Las propias instituciones politicas funcionan como mec: cial de las herramientas es una necesidad y una urgencia desde el momento ‘mos de presién y de represién que doman al ciudadano y yuelven a domar con que la ciencia libera nuevas formas de energfa, Una estructura convi al desviado para conformarlos a los objetivos de produccién. El Derecho se cial de la herramienta h izable la equidad y pr subordina al bien de la institucién. El consenso de la fe utilitaria degrada clla constituye la dnica garantia de supervivencia, Ja justicia al simple rango de una distribucién cquitativa de los productos de la institucién. Una sociedad que define el bien como la satisfaccién maxima por el ma- EL, PRECIO DE. ESTA INVERSION yor consumo de bienes y servicios industriales del mayor numero de gente, mutila en forma intolerable Ja autonomia de la persona. Una solucion polf- Sin embargo, la transicién del presente estado de cosas a un modo de pro- tica de repuesto a este utilitarismo definiria cl bien por la capacidad de ca- duceién convivencial amenazaré.a mucha gente, incluso en sus posibilida da uno para moldear la imagen de su propio porvenir, Esta redefinicion del \les de sobrevivit: En opinién del hombre industrializado, los primeros en bien puede ser operativa sélo si se aplican criterios negativas. Ante todo se sultir-y morir, a consecuencia de los limites impuestos a la indust trata de proscribir los instrumentos y las leyes que obstaculizan el ejercicio los pobres. Pero la dominaci6n del hombre por la herramienta ha tomado de la libertad personal. Esta empresa colectiva limitaria las dimensiones de \ un gito suicida, La supervivencia de Bangladesh depende del trigo ca las herramientas, con el fin de defender los valores esenciales que yo Ila liense y la salud de los neoyorkinos exige el saqueo de los recursos plane ia: sobrevivencia, equidad, autonomta creadora, pero que asimismo podrian tarios, Lat transicién pues @ una sociedad convivencial ir acompanada de ater otros, Tienen el designarse por los tres eriterios os de viabilidad, curva de distri- ‘extremos sufrimientos: hambre para algunos, panico pat wx IWAN ILLICH slerecho a desear esta transicién s6lo aquellos que saben que la organiza: ion industrial dominante esta en vias de producir sufrimientos ain peo- es, so pretexto de aliviarlos. Para ser posible dentro de la equidad, la su« pervivencia exige sacrificios y postula una eleccién, Exige una renuncia zeneral a la sobrepoblacién, a la sobreabundancia y al superpoder, ya se ate de individuos o de grupos. Esto redunda en renunciar a la ilusion que sustituye la preocupacién por lo projimo, es decir del mas proximo, por la soportable pretensién de organizar la vida en las antipodas. Esto implica renunciar al poder, en servicio tanto de los demzis como de si mismo, La su: pervivencia dentro de la equidad no sera producto de un ukase de los bus récratas, ni efecto de un célculo de los tecndcratas. Seri resultado del idea- lismo de los humildes, La convivencialidad no tiene precio, pero se debe saber muy bien lo que costars desprenderse del modelo act reencontrars Ia alegria de la sobriedad y de la austeridad, saprendiendo a depender del otro, en vez de convertirse en esclavo de la energia y de la bue rocracia todopoderosa, Los LIMITES DE AML DEMOSTRACION En Jo que sigue, no pretendo otra casa que ofrecer una metodologia que permita detectar los medios que han sido transformados en fines. Me cifio a la rudeza de la herramienta, no a la sutileza de la intencién. El rigor de mi propésito me impedira trat subordinac 1. De nada me servird ofrecer una ficcién detallada de la sociedad futu- a. Quiero dar una gufa para actuar y dejar libre curso a la imaginacién. La vida dentro de una sociedad convivencial y moderna nos reserva sorpresas Que sobrepasan nuestra imaginacién y nuestra esperanza. No propongo luna wlopia normativa, sino las condiciones formales de un procedimiento que permita a cada colectividad elegir continuamente su utopia realizable. La convivencial es multiforme. 2. No he de proponer aqut wn tratado de organizacién de las institucio- hes, nian manual téenico para la fabricacién de la herramienta just ‘modo de empleo de la institucién convivencial, desi far cuestiones laterales, complementarias 0 cel momento en que no pretend vender una tecnologia “mejor”, ni soy propagandista de una ider logta, Solo espero definir los indicadores que hacen guifios cada vez que la herramienta manipula al hombre, con el fin de poder proscribir la instru- LA CONVIVENCIALIDAD, we nentacién y las instituciones que destruyen el modo de vida convi ste manifiesto es pues gufa, detector para utilizarlo como tal, La parado: es que, actualmente, hemos alcanzado un nivel anteriormente impensi inle en nuestra habilidad de instrumentar la accién humana y que, por lo snismo, es justamente en nuestra época cuando resulta dificil imaginar ociedad de herramientas simples, en donde el hombre pudiera lo; lines utilizando una enerafa puesta bajo su control personal. Nuestros suk in estandarizados, nuestra imaginacion industrializada, nuestra \antasia programada. No somos capaces de concebir mas que sistemas de hi jpcrinstrumentalizacién para los habitos sociales, adaptados a la légica de la pwroduceién en mos perdido la capacidad de sofiar un mundo n donde la palabra se tome y se comparta, en donde nadie limite la creati- vidad del projimo, en donde cada uno pueda cambiar la vida. Eisen seal eth dlls on dog ean ailing ep nen liciente y aquellos que tienen dem mnellos a quienes los automé- esse fe antes cs aoa cies Meike Nae Innes se sienten frustrados y los ricos siempre insatisfechos. Una sociedad quipada con el f ‘laje) v que rodara al ritmo del hombre seria incomparablemente mas au- lynoma que todas las sociedades programadas del presente. Nos encontra- mos en la época de los hombres-maquina, incapaces de considerar, en su én, el radio de accion que ofrecen las herramien- jertos limites. En su mente no hay un vay oviacnas notenidas demande lugar reservado para el salto cualitativo que impli cquilibrio estable con el mundo. En su cerebro no hay un hueco para una sociedad liberada de los horarios y de los tratamientos que les impone el crecimiento de la instrumentalizacién, EI hombre-miquina no conoce la slewria que tiene al alcance de la mano dentro de una pobreza querida; no conoce la sobria embriaguez de la vida. Una sociedad en donde cada uno apreeiara lo que es suficiente seria quizais una sociedad pobre, pero segu- humente rica en sorpresas y libre. 3. Me atengo alla estructura de la herramienta, 110 a la estructura del ca: nicter det individuo y de la comunidad. Ciertamente, la reconstruccién social, implica que la mirada adquiera transpa- especialmente en los paises vi rencia, que la sonrisa se haga atenta y que los gestos se suavicen: exige una rweonstruccién del hombre y de la indole de sociedad. Pero aqui no hablo como psicélogo, aunque estoy seguro de que domin: la distorsién del cardcter social itira dismin wo IWAN ILLICH Cada ciudad tiene su historia y su cultura y, por lo mismo, cada paisa) urbano de hoy sufre la misma degradacién, Todas las supercarreteras, todk los hospitales, todas las aulas, todas las oficinas, todos los grandes compl jos urbanos y todos los supermercados se asemejan, Las mismas herr: mientas producen los mismos efectos. Todos los policias motorizados todos los especialistas en informatica se parecen; en toda la superficie planeta tienen la misma apariencia y hacen los mismos gestos, en tanto, tuna regién a otra, los pobres difieren. A menos de reinstrumentalizar la ciedad, no escaparemos a la homogenizacion progresiva de todo, al desarrai: gamiento cultural y a la estandarizacién de las relaciones personales. Us n complementaria se ocuparia de los caracteres del hombre ity dustrial que obstaculizan o amenazan la reinstrumentacién. Yo no quien® dar recetas para cambiar al hombre y crear una nueva sociedad, y no pres tendo saber cémo van a cambiar las personalidades y las culturas. Pero sf tengo una certeza: una pluralidad de herramientas limitadas y de organi: zaciones convivenciales estimularia una diversidad de modos de vida, que tendria mas en cuenta la memoria, es decir, la herencia del pasado o la invencién, es dec 4. Cae fuera de mi propésito central el ocuparme de fa estrategia o de la tdctica politica; a excepcién tal vex de China bajo el presidente Mao Tse: ‘Tung, ningtin gobierno actual podria reestructurar su proyecto para la $0: ciedad siguiendo una linea convivencial. Los dirigentes de los partidos y de las industrias son como los oficiales de un barco, apostados en el timén de mando de las instituciones dominantes: empresas multinacionales, Es: tados, partidos politicos y movimientos organizados, monopolios profesio» nales, etc., pueden cambiar de ruta, de cargamento y de dotacién, pero no de oficio. Hasta pueden producir una demanda que satisfaga la oferta de herramientas o limitarla para maximizar las ganancias, Fl presidente de una empresa europea o el de una comuna china pueden facilitar la participas ci6n cémplice de los trabajadores en las directrices de produceién, pero no tienen el poder de invertir la estructura de la institucién que dirigen. Las instituciones dominantes optimizan la produccién de los megains: trumentos y la orientan hacia una poblacién de fantasmas. Los directivos de hoy forman una clase nueva de hombres; seleccionados por su personas lidad, sw saber y su gusto por el poder, son hombres entrenados para gas rantizar, al mismo tiempo, el increment del producto bruto y el acondicios jento del cliente, Detentan el poder y poseen la energia, dejando al puiblico la ilusién de mantener la propiedad legal de los instrumentos. Es a la creacién, LA CONVIVENCIALIDAD, wi 1 quienes hay que liquidar; Pero de nada servira eliminarlos, sobre to lo si es para limitarse a reemplazarlos. El nuevo equipo en el poder preten tletia ser mas legitimo, con mayor base para manipular ese poder her lo y bien estructurado, Por ello, s6lo hay una forma de liquidar para sicmpre a los dirigentes: demoliendo la maquinaria que los hace necesarios yy con ello, la demanda masiva que asegura su imperio. La profesién de ge wnte general no tiene porvenir en una sociedad convivencial, como no tie hie cabida el profesor en una sociedad sin escuela, Una especie se extingue «nando ya no tiene razén de ser. Lo inverso es un medio propicio para la produccién, obra de un pueblo ico. Pero el politico que ha conquistado el poder es el tiltimo en jnprender el poder de la renuncia. En uma sociedad donde la decisi6n po: Iiica a la eficacia de la herramienta, no sdlo se extenderian los destinos personales, sino que saldrian a la luz nuevas formas de participa- ‘ion politica, El hombre hace la herramienta y se hace por la herramienta. |. herramienta conviveneial suprime ciertos escalones de poder, de limita- ion y de programacién, aquellos precisamente que tienden a uniformar a Ivilos los gobiernos actuales. La adopeién de un modo de produccisn con- inguna forma determinada de gobierno, én mundial, pactos entre naciones, en- radicionales. En vivencial no prejuzga en favor de Como tampoco excluye una federa lye comunas 0 conservacién de ciertos tipos de gobiernos cl centro de una sociedad convivencial esta la vida politica, pero aqui me ‘ncreto a describir los criterios estructurales negativos de la produccién y la estnuctura formal base para un nuevo pluralismo politico, 5. Una metodologia que nos permita detectar la destruccién de la socie- shad por la megainstrumentacién postula ef reconocimiento de la supervi- \encia dentro de la equidad como valor fundamental. E implica, por lo tan- 0, la claboracién de una teoria de la justicia, Pero este primer manifiesto vio puede ser ni un tratado ni un compendio de ética. En apoyo de mi argu hiiento, es preciso que me contente con enunciar simplemente los valores ales de esta teor edad posindustrial y convivencial, los problemas eco- ‘rin de un dia para otro, como tampoco se resolve: 1 por si solos. Reconocer que el PN8 no evalia el bienestar, no elimina la ocesidad de una nocién que cuantifique las transferencias injustas de po- Alor; asignar limites no monetarios y politicamente definidos al incremen: rafia someter a revision muchas nociones e er la desigualdad consagradas, pero no hace desapare wm IWAN ILLICH Limitar la explotaci6n del hombre por la herramienta trac consigo el trro de que ella sea sustituida por nuevas formas de explotacién del homl por el hombre, Pero de hecho, el individuo tendré mayores posibilidad le integrarse a la sociedad, de provocar el cambio, que en la era industri © preindustrial, Aun limitada, la herramienta convivencial seré incomparablemente mi eficiente que la herramienta primitiva y, a diferencia de la instramentaci industrial, estard al aleance de todos. Pero habra quienes le saquen mas {jas que otros. Se dira que la limitacién de los instrumentos no pasaré de ser letra muerta mientras una nueva teoria econémica no haya aleanzado fa etapa de operacién que asegure la redistribucion dentro de una sociedad descentralizada, Esto, que es absolutamente exacto, cae, sin embargo, fues 1a del propésito que nos ocupa, que es el de una teoria sobre la eficacia y lt distribucion de los medios de produccién, y no el de una teoria que se née fiera directamente a la reorganizacién finaneiera, Propongo, pues, la idene tificacion de seis cercos imponibles a la expansién de la produccién. Cada tuno de ellos representa una dimensién natural dentro de la cual las unis dades de medida de la economia se reducen a una clase de Factores sin die mensién. La INDUSTRIALIZACION DE LA FALTA Una metodologia que permita seftalar la perversion de la herramienta al convertirse en st propio fin, encontrar necesariamente una fuerte resisge tencia entre quienes estén habituados a medir el bien en términos de fran- cos 0 de délares, Platén decia que el mal hombre de Estado cree poder mes 4o todo y mezcla la consideracién de lo inferior y de lo superior en busea de lo que conviene mas al fin pretendido. Nuestra actitud hacia la produce cién ha sido moldeada, a lo largo de los siglos, por una larga sucesién de este tipo de hombres de Estado. Poco a poco las instituciones no sélo han conformado nuestra demanda, sino que también han dado forma a nues: tsa logica, es decir, a nuestro sentido de la medida. Primero se pide lo que produce la institucién, pronto se cree no poder vivir sin ello. Y mientras menos se puede gozar de lo que ha llegado a convertirse en necesidad, més fuertemente se siente la necesidad de cuantificarlo. La necesidad personal (e asi en carencia medible. invencién de la “educacién” es un ejemplo de lo que expongo. Se tie ne la tendencia a olvidar que la necesi id de educacién, en su acepeion mo- LA CONVIVENCIALIDAD, slevna, es una inveneién reciente. Era desconocida antes de la Reforma, ex plo en la crianza de la primera edad, que los animales y los hombres pro shan a sus erias. $e la distinguia con mucha exactitud de la instruceion ne- cesaria al nifto y del estudio al que mas tarde se dedicaban algunos bajo la shvecei6n de un maestro. Para Voltaire, la palabra “educacion” era todavia un neologismo presuntuoso, empleado por fatuos maestros de escuela. La empresa que consiste en hacer pasar a todos los hombres por gra- los sucesivos de iluminacién encuentra raices profundas en la alquimia, el Gran Arte de finales de la Edad Media. Con muy justo titulo se considera a Jun Amos Comenius, obispo moravo del siglo xvitl —pansofista y pedago- 0, como él mismo se nombraba—, uno de los fundadores de Ia escuela moderna, Fue uno de los primeros en proponer siete 0 doce grados de aprendizaje obligatorio. En su Magna Diddctica describe la escuela como un iustrumento para “ensear a todos totalmente todo” (ones, omnia, omni- no) y esboza el proyecto de una produccién en cadena del saber, que dis- minuye el costo y aumenta el valor de la educacién, con el fin de permitir wnvar la plenitud de la humanidad. Pero Comenius no s6lo ue uno de los primeros tedricos de la produccién en masa, fue también un ilquimista, que adapt6 el vocabulario téenico de la transmutacién de los clementos para el arte de criar a los ninos. El alquimista quiere refinar los ele- mentos base, purificando sus espiritus a través de 12 etapas sucesivas de iluminacién. Al témino de este proceso, para su mayor bien y el del uni \erso, los elementos son transformables en metal precioso: el residuo de la materia, después de suftir siete clases de tratamiento, da plata, v Io que subsiste, después de 12 pruebas, da oro, Naturalmente los alquimistas fra- :saban siempre, cualquiera que fuera la perseverancia en sus esfuerzos, pe- 1 siempre su ciencia les ofrecia nuevas razones para volver a la carga con lenacidad. Bl fracaso de la alquimia culmina con el fracaso de la industria. EI modo industrial de produecién fue plenamente racionalizado, por primera vez, con motivo de la fabricacién de un nuevo bien de servicio: la Incacidn. La pedagogta agregé un nuevo capitulo a ta historia del Gran Arte, Dentro del proceso alquimista, la educacién se convierte en la buis- queda de aquello de donde nacera un nuevo tipo de hombre, requerido por oldeaco por la magia cientifica, Pero sea cual fuera el precio) ww cada cual al el medio, 1 ppagado por las sucesivas generacione: voria de los alumnos no eran dignos de alcanzar los mas altos grados de la ‘on, ¥ era preciso excluirlos del juego por no aptos para llevar la ‘verdadera” vida ofrecida en ese mundo creado por el hombre. ¢ revel6 cada vez ms que la ma wa IVAN ILLICHE La redefinicién del proceso de adquisicion del saber, en términos: justifics la escuela al darle apariencia de necesid: tuna nueva especie de pobres, los no escolarizados, ‘una nueva clase de segregacién social, la discriminacién de los que carec de educacién por parte de los orgullosos de haberla recibido. El individ escolarizado sabe exactamente el nivel que ha alcanzado en la pirimide j rrirquica del saber y conoce con precisién lo que le falta para alcanzar clispide, Una vez que acepta ser definido por una adm grado de conocimientos, acepta después, sin dudar; q terminen sus necesidades de salud y que los tecndcrat escolarizacion, no sino que cred tambié los burdcratas des finan su falta movilidad, Una vez moldeado en la mentalidad de consumidor-ustatio, ya no puede ver la perversién de los medios en fines, inherente a la estruct ‘misma de la produccién industrial tanto de lo necesario como de lo suntute rio. Condicionado para creer que la escuela puede ofrecerle una existencia de conocimientos, llega a creer igualmente que los transportes pueden aho« rmarle tiempo o que en sus aplicaciones militares la fisica atomica puede protegerlo, Se apega a la idea de que el aumento de salarios corresponde al ¥ que el crecimiento del sector tereiario refleja un alza en la calidad de vida. En realidad, la industrializacin de las necesidades reduce toda satise faccién a tin acto de verificacién operativa y sustituye la alegria de vivir por cl placer de aplicar una medida. El servicio educacion y la institucin escuela se justifican mutuamente, La colectividad sélo tiene una manera de salir de ese circulo vicioso, y es tomando conciencia de que la institucién ha legado a fijar ella misma los fines: la instituci6n presenta valores abstractos, luego los materializa encae denando al hombre a mecanismos implacables. {Como romper el circulo? Es necesatio hacerse la pregunta: ¢quign me encadena, quién me habittia a sus drogas? Hacerse la pregunta es va responderla, Es liberarse de la opre- del sinsentido y de Ia falta, reconociendo cada uno su propia capaci- dad de aprender, de moverse, de descuidarse, de hacerse entender y de comprender: Esta liberacién es obligadamente instantanca, puesto que no hay término medio entre la inconsciencia y el despertar: La falta, que la so» ciedad industrial mantiene con esmero, no sobrevive al descul ‘que muestra como las personas y tisfacer sus verdaderas ne 's comunidades pueden ellas mismas sa- ‘idades, La definicién industrial de los valores entorpece extremadamente la posibilidad del usuario de percibir la estructura profunda de los medios so- LA CONVIVENCIALIDAD ules. Le es dificil captar que existe una via distinta, que no es la alin ‘jon del trabajo, la industrializacién de la falta y la supereficiencia de la Huantienta, Le es dificil imaginar que se puede ganar en rendimiento social | que se pierde en rentabilidad industrial. El temor de que rechav esente se retorne a la esclavitud del pasado, lo encierra en la prisién mul: ‘inucional de hoy, llamese ésta fabriea Philips 0 Escuela. En tiempos pasados la existencia dorada de unos cuantos descansaba sobre la servidumbre de los demas. La eficiencia de cada uno era débil: la vid facil de una minoria exigta el embargo del trabajo de la mayorfa, Aho- 1 bien, una serie de descubrimientos recientes, muy simples, pero inconce- huibles en el siglo xvm, aumentaron la efi del hombre. El balero,! la icra, la reja de acer» del arado, la bomba de agua o la bicicleta, multipli- caron el rendimiento horario del hombre y facilitaron su trabajo. En Occidente, entre la alta Edad Media y el Siglo de las Luces, més de ico humanista se extravi6 en el sueho alquimista. La ilusién con- ficial que reemplazaria al un autent istia en ereer que la maquina era un hombr exclave. La OTRA POSIBILIDAD: UNA ESTRUCTURA CONVIVENCIAL \Una sociedad convivencial es la que ofrece al hombre la posibilidad de ejer- cor la accién mas auténoma y mas creativa, con ayuda de las herramientas ncnos controlables por los otros. La productividad se conjuga en términos lle (ener, la convivencialidad en términos de ser. En tanto el ineremento de a instrumentacién, pasados los umbrales criticos, produce siempre més uniformacién reglamentada, mayor dependencia, explotacién ¢ impotencia, cl respeto alos limites garantiza un libre florecimiento de la autonomia y de lu creatividad humaras. Claramente, yo empleo el término herrantienta en tl sentido més amplio posible, como instrumento © como medio, indepen- licntemente de que hava nacido de la actividad fabricadora, organizadora tacionalizante del hombre o que simplemente, como es el caso del sflex ehistérico, la mane del hombre se lo haya apropiado para realizar una tar ta especifica, es decit, para ponerlo al servicio de una intencionalidad, Una escoba, un bolgrafo, un destornillador, una jeringa, un ladrillo, olor, son herramicntas, a igual titulo que un automovil o un televisor, Una jas © una central el6ctrica, como instituciones producto- Librica de empan: * Rodamients de bolas 6 IVAN ILLICH vas de bienes, entran también en la categoria de la herramienta. Dentro hervamental, hay que ordenar también las instituciones productoras servicios, como son la escuela, la institucién médica, la investigacién, lk medios de comunicaci6n o los centros de planificacién. Las leyes sol el matrimonio o los programas escolares conforman la vida social del mi mo modo que las redes de carreteras. La categoria de la herramiet ba todos los instrumentos razonados de la accién humana, la maquina y modo de empleo, el cédigo y su operador, el pan y el circo, Como se ve, campo abierto al concepto de herramienta varia de una cultura a otra, pende de la impronta que una sociedad determinada ejerza sobre su estru tura y su medio ambiente, Todo objeto tomado como medio para un fin convierte en herramienta La herramienta cs inherente a la relacién social, En tanto actiio c hombre, me sirvo de herramientas, Seguin la domine o ella me domi la herramienta o me liga o me desliga del cuerpo social. En tanto domine herramienta, yo doy al mundo mi sentido; cuando la herramienta me ‘mina, su estructura conforma e informa la representacién que tengo de mismo, La herramienta convivencial es la que me deja la mayor latitud el mayor poder para modificar el mundo en la medida de mi intencién. La herramienta industrial me niega ese poder; mas atin, por sti medio es ott quien determina mi demanda, reduce mi margen de control y rige mi pros io sentido. La mayoria de las herramientas que hoy me rodean no podrfan. lizarse de manera convivencial La herramienta es a la vez medio de control y elemento transformador de energia. Como se sabe, el hombre dispone de dos tipos de energia, la que genera de si mismo (o energia metabélica) y la que extrae del exterior, Bl hombre maneja la primera y manipula la segunda. Es por eso que haré una distincién entre la herramienta manejable y la herramienta manipulable La herramienta marejable adapta la energia metabélica « una tarea es pecifica, Es multivalente, como el silex original, el martillo o el cortaplti= univalente y altamente elaborada, como el torno del alfarero, eb telar, la maquina de coser de pedal o la fresa del dentista. La herramienta manejable puede aleanz tes que saca de un sistema de mas. Es Ja complejidad de una organizacién de transpors energia humana el maximo de movilidad, como ocurre en letas y de triciclos, al que corresponderia una red de pis« las tal vez.cubiertas y con estaciones de mantenimiento, La herramier nejable es conductora de energfa metabilica; ka mano, el pie, la dominan; la cenergia que ella pide puede producirla cualquiera que coma y respire. LA CONVIVENCIALIDAD, wr por os en parte, 1: os ue herramienta manipulable es movida, por lo nonia exterior, Puede servir para multiplicar la energfa hy ves tiran del arado, pero para guiarlos se necesita del labrador: Asimismo lin montacargas 0 una sierra eléctrica conjugan Ia energia metabslica con | cncrgfa exégena, Sin embargo, la herramienta manipulable puede ex ‘oder la eseala humana. La energia que proporciona el piloto de un avién supersénico va noes parte significativa de la energia consumida en el vue- \i El piloto es un simple operador cuya accién se rige por los datos de {ina computadora. ¥ aun hay alguien mas en la cabina de mando, porque |i computadora es imperfecta o porque el sindicato de pilotos es podero- wo v organizado, La herramienta es convivencial en la medida en que cada uno puede ui \\varla sin dificultad, tan frecuentemente como él lo desee y para los fines, {jue él mismo determine. El uso que cada quien haga de ella no invade la libertad del otro para hacer lo mismo. Nadie necesita de un diploma para lencr el derecho de usarla a voluntad; se la puede tomar 0 no. Entre el hom= 1a de sentido, una traductora de inten- Ine v el mundo ella es una conduct nalidad Ciertas instituciones son, estructy fe, herramientas convivencii los y ello independientemente de su nivel tecnolégico. El teléfono puede civir de ejemplo. Bajo la tinica condicién de disponer de las monedas ne~ coats para su funcionamiento, cualquiera puede lamar a la persona que \quiera para decirle lo que quiera: informaciones bursatiles, injurias 0 pala~ nas de amor. Ningdn burécrata podra fijar de antemano el contenido de (un comunicacisn teleféni caso, podra violar el secreto, pero asi- nismo protegerlo—. Cuando las infatigables computadoras mantienen ocu- jpacas més de la mitad de las lineas californianas y, con ello, restringen la libertad deas comunicaciones personales, es la compaia telefnica la res- ponsable al desviar la explotacién de una licencia concedida originaria- Inente a las personas para el habla. Cuando una poblacién entera se deja por el uso abusivo del teléfono y pierde asf la costumbre de inter: rtas o visitas, este error conduce al recurso inmoderado de una cambiar € herramienta que es convivencial por esencia, pero cuya funcién se desna unaliza porque su campo de accién recibié una extensién erronea. jable llama al uso convivencial. Si no se pre {era Su uso para el monopolio de una profe: al poner las bibliotecas en el recinto de las La hervamienta mani cllo es porque la institucién r sion, como lo hace, por ejemplo, coscutelas 0 al decretar la extraccion de los dientes y otras intervenciones sir wou IVAN ILLICH Pero la herr ‘in, como es el ples como actos médicos, practicables s6lo por espe: tienta puede también ser objeto de una especie de sexre caso de los motores, concebidos de tal manera que uno mismo no puede practicar pequenas reparaciones con ayuda de una tenaza y un destornilla- dor. El monopolio de la institucién sobre este tipo de herramientas mane- 10, pervierte el uso del mismo, pero sin que por ello o no deja de ser cuchillo. ipio, de jables constituye un abi éste se desnaturalice, como el cuchillo del as El caracter convivencial de la herramienta no depende, en pr su nivel de complejidad. Lo que se ha dicho del teléfono podria repetirse, punto por punto, respecto del sistema de correos o de los transportes flu institucio- viales en Tailandia. Cada uno de esos sistemas es una estructun ona, ain cuando pueda desviarse de nal que maximiza la libertad de la per su finalidad y pervertirse en su uso. Bl teléfono es el producto de una técni- ‘a avanzada, el sistema de correos puede funcionar a diversos niveles tée- sanizacion; la red de canales y de pira- nicos, pero exige siempre mucha ot guas integra una programacin minima dentro del cuadro de una técnica dinaria, EL EQUILIBRIO INSTITUCIONAL Al aproximarse a su segundo umbral la institucién pervierte el uso de la he- rramienta manejable. Es entonces cuando se abre el reino de las manipus “ada vez mas se va adoptando el medio como fin. Reunidas en laciones. sa forma, las condiciones para la ensefianza cuestan mas caras que la en- sefianza misma, y el costo de la formacién ya no se compensa con el fruto gue produce. Los medios para el fin perseguido por la institucién son cada vez menos accesibles a una persona autGnoma o, dicho con mas exactitud, se integran a una cadena de eslabones solidarios que hay que aceptar en su. {otalidad. En Estadas Unidos no hay viaje en avién sin automovil, v sin via- jientas que ale je en avién no hay congreso de especialistas, Las her zarian los mismos fines, exigiendo menos del usuario, respetando su tad de maniobra, son climinadas del mercado. Mientras que las ace! desapareciendo, la complejidad de la red de carreteras no hace sino erecer Es posible que ciertos medios de produccién, no convivenciales, parez- n deseables en tina sociedad posindustrial. Es probable que, n do convivencial, ciertas colectividades elijan tener mas abundancia a ceuro que, durante el periodo de tran- atividad. Es casi s sicion, la electricidad no sea en todas partes el resultado de una produccién LA CONVIVENCIALIDAD, wo doméstica. el conductor de un tren no puede salirse de ha via ferrea ni elegir sus estaciones y su horario, Los postillones no estab hos sujetos a una ruta precisa que los petroleros moderos lo estan hoy muy al contrario. La transmision de mensajes telefnicos se hace sobre una banda de frecuencia determinada y debe ser dirigida por una administra cién central, aun cuanda cubra una zona delimitada. En realidad, no hay hinguna razén para proscribir de una sociedad convivencial toda herra mienta poderosa y toda produccién centralizada, Dentro de la perspectiva convivencial, el equilibrio entre la justicia en la participacidn y la igualdad dentro de la distribucién puede variar de una sociedad a otra en funcién ce la historia, de los ideales y del medio ambiente de esa sociedad. No es esencial que las instituciones manipuladoras o los bienes y cios susceptibles de intoxics van por completo de una sociedad convivencial. Lo que importa es que semejante sociedad logre un equilibria entre, por una parte, la instrumentacién concebida para satisfacer la de- manda que produce y, por otra, los instrumentos que estimulan la reali cién personal, Lo primero materializa programas abstractos que concict- nen a los hombres en general; lo segundo favorece la aptitud de cada uno para perseguir sus fines de manera personal, inimitable, No es cuestidn de proscribir una herramienta por el solo hecho de que, de acuerdo con nuestros criterios de clasificacién, pueda calificarse de anti- convivencial. Estos criterios son gufas para la accién. Una sociedad puede utilizarlos para reestructurar la totalidad de su instrumentacién, en fun cin del estilo y del grado de convivencialidad que desee alcanzar, Una so- ciedad convivencial no prohibe la escuela, Proscribe el sistema escolar pervertido en herramienta obligatoria, basada en la segregacién y el recha- vo de los fracasados. Una sociedad convivencial no suprime los transportes interurbanos a gran velocidad, a menos que su existencia impida garanti- av al conjunte de la poblacién la posibilidad de circulara la velocidad y al ritmo que quiera, Una sociedad convivencial ni siquiera pretende rechazar la (elevision, aun cuando ésta deja a discreci6n de algunos productores y charlatanes Seleccionar y fabricar lo que se habré de “tragar” la masa de te levidentes; sin embargo, una sociedad de ese tipo debe protege snura la obligacién de convertirse en cautiva de la pantalla. Como se ve, los ctiterios de la convivencialidad no son reglas a aplicarse mecanicamente, 10 indicadores de la accién politica concerniente a todo lo que se debe la persona evita. Son criterios de deteecién de una amenaza que permiten a cada uno hacer valer su propia libertad. ny Ww IWAN TELICHT LA CEGUERA ACTUAL ¥ EL EJEMPLO DEL PASADO ten el presente, los ertertos institucionales sobre la accion human Aa dppuestos a Tos nuestros, incluso en las sociedaules marsisti donde la asa ae erve en el poder. El planificador socialist rivaliza con el YO" es a libre empresa en su intento por demostrar ue ss princiPios #6 see ana sociedad el miximo de productividad. En los paises socialis: sala politica econémica con frecuencia se define por su preocts de cae ear la productividad industrial. El monopotio de lainterpretach ine Jastrial del marxismo sirve de barrera y de medio de chantaje contr” toda Henge marxiamo heterodoxo. Falta ver si China, después de le mucitt tel presidente Mao Tse-Tung, abandonard, ella también, Ia convivenciali- “ad productiva, para wolverse hacia la productividad estanday izada. La ine terprotacidn exclusivamente industrial del socialismo, permite @ os comu= areas ya los capitalisias hablar el mismo idioma, medi en forma similar lgrado de desarrollo alcanvado por una sociedad. Una sociedad en donde fe de la gente depende, respecto a los bienes v servicios au rece ee ee tidades, de la imagginacién, del amor v de la habilidad de eas oe aT pertenece ila clase considerada como subdesarrollada. En Cant tho, una sociedad en donde Ia vida cotidiana no es mds que unt 6S de pecldos sobre catélogo al gran supermercado universal, S= considera avan= resin Sl revolucionario no es as que wn entrenador deportiv came “a Tercer Mundo o portavor. de las minorias subeonsuimidoras, nese la Heeeteton de las masts a las que revela sretraso; canaliza la violencia Dos pular y a transforma en energia para dar aleance veovta uno de los aspectos de la sociedad industrial es parte de un sist tna de conjunto que implica la escalada de In produccién y el increment re jemanda indispensables para jstiicar el costo social total. F* pel Silo que, ewando se concentra la critica social sobre la mala administrae creat corrupcién, la insuficiencia de la investigncién o el retraso ect Tagico, no se hace mds que distraer Ja atencién del pibico de! nico PE items que cuenta: la estructura inherente a {a herramienta que s¢ {oP ery medio y que determina una creciente falta general, Ouro oTot St sorte en ereer que la frustracién actual se debe prineipalmente a la Tro? Glad privada de los medios de production, y que la apropiacien publica de aansrvedios_ a través de un organismo central de planificacion, pote rt cee nwenes de la mayoria y conduciré a un reparto equitativo de la abate dancia, Este remedio propuesto no cambi Ta estructura antihumana de Lx CONVIVENCIALIDAD Ii herramienta, Mientras se atague al consorcio Ford pot Ja ¢ live enriguece al senor Ford, se rantendré fa Husk) de que las fabricas aria colectividad. Mientras la poblacién suponsa Ford podrian enriga viuc el anstoméul le reporta ventajas, no tend quela Cone Ford por cons: se atomoviles. Mientras comparta la ilusin de que €& posible aume ia Nelocidad de desplazamiento de cada tino, la sociedad continuara wa onan propio sistema politico, en vez de imaginar otro SNt de \lansportes. Sin embargo, a solucion esta al aleanes ide la mano: no reside 1 Ppma determinada de apropincién de la errarnienta, sin £2 el des- ai onto del cardcter de ciertas herramientas, &m saber ee nadie podr’ ‘jana poseertas. El concepto de apropiacion no se podré aplicar a una ins- fans fetsin incontrolable. La cuestion tngente seria determi qué he- ronieas pueden ser controladas en interés general comprender que una creamienta incontrolable representa tuna amena/a jnsoportable. Es secun~ pe enton de saber mmo organiza un medio privado de control que esponda al interés general. wn al Meramientas son siempre destructoras, cualesquiera ds 10 lis manos que las detenten: la mafia, los capitalistas, uN firma multina- tena cotectiva obrera. Es asi, por ejemplo. en el de los sistemas de comu- val, el Estado 0 inc! vide las redes de autopistas de vias maltiple vce sg larga distancia que wiilizan bandas anchas de Ireeurese Ue esacde lng pinas 0 de las escuelas, Z] instrumento H=sucte TE y tambien Cniformacion, la dependencia, la explotacion ¥ la ipo Te cress al pobre de su parte de convivencialidad, para fustrar iis al rico dhe La suya. 1 nH se moderno I es dificil concebir el desarrollo y la moderne ‘ode incremento del consumo de enerefa, a con una profunda intervencion en el ion en términos de reducci6n ¥ Pava ol, una técnica avanzada sroceso fisico, mental y social, Si queremos aprehender la instrumentacion re ad, debemos abandonar Ia iusién de que tn ito ido de cul: vo craplica ol mas alto consumo de enerafa posible. Fy las civilizaciones aivjrue, los recursos eneraéticas estaban repartidos equitativamente. Ca- ae ano, por su constitucton biolézica, dispont de por vida de toda te xe ra potencial necesaria para transformar consclenterneni el contor- 1u propio cuerpo baio ii fisico sein su voluntad, puesto que Ta fuente decevaleion de que se le mantuviera en buena salud En eS condiciones, teaver grandes cantidades de energia fisica no era més que resultado de ‘huanipullaciones psiquicas 0 de una dominacion politica, IVAN ILLcH Para edificar las piramides de Teotihua co, para formar las terrazas de arrozales de Ibagué, en Colombia, los hombres no necesitaron para nada de herramientas manipulables. La cupula de San Pedro en Ro- mma y los canales de Ankor Vat se construyeron sin bulldozers, sdlo a fuerza de brazos. Los generales de César recibfan las noticias a través de jinetes, Jos Fugger y los jefes incas utilizaban corredores, Hasta el siglo Xvi las ga- leras de la Repiiblica Veneciana y todos los mensajeros viajaban a menos de 120 kilémetros por dfa. El ejército de Napoléon se desplazaba siempre con Ja misma lentitud que el de César: La mano o el pie impulsaban la bobina 0 el torno, la rueda del alfarero y Ia sierra de madera. La energfa metabolica del hombre alimentaba la agricultura, la artesanfa y la guerra, La ingenio- ssidad del individuo canalizaba Ia energia animal hacia ciertas tareas sociae les, Los poderosos de la tierra no controlaban otra energia mas que la st ninistrada, de grado 0 por fuerza, por sus propios stibditos Ciertamente, el metabolismo humano no bastaba para procurar toda la fa deseable, pero en Ia mayoria de lay eulturas se mantenfa incluso como su fuente principal: el hombre sabia poner a su servicio ciertas fuer as naturales, Utilizaba el fuego para cocer sus alimentos y més tarde para forjar armas; sabfa extraer el agua de la tierra, descender por los ros, nite vegar a vela, utilizar la fuerza de Ia gravedad; domesticar al animal. Pero st! totalidad estos recursos fueron secundatios y de poco rendimiento: fa sociedad ateniense del siglo vi o Ja del Cuatrocientos florentino, sabian utilizar en forma armoniosa las fuerzas naturales, pero la construccién de templos y palacios se hizo, en lo esencial, s6lo por obra de la energia hut mana. Es cierto que el hombre podia reducir una ciudad a cenizas o hacet del Sahara un desierto, pero esta explosién de energia, una vez desatada, escapaba a su poder de control. Es posible dar un valor aproximado a la cantidad de energia fisica dé que disponian las sociedades tradicionales. El ser humano quemaba un promedio de 2500 calorias diarias, de las cuales cuatro quintas servian tiie rente para mantenerle vivo, hacer latir su corazén y accionar su ceres bro. El remanente se podia aplicar a diversas tareas, pero no todo era transs Formable en trabajo. No sdlo se aplicaba a los juegos de la infancia, sino también, y sobre todo, a Jas actividades de sobrevivencia cotidiana: levans tarse, preparar los alimentos, protegerse cont de los otros. Privado del impulso de sus actividades, el hombre se ha vuel: to inepto para el trabajo: la sociedad puede moldea primirlas, para destinar a otras tareas la energia que LA CONVIVENCIALIDAD wr briew hire, el lenguaje y el Derecho determinan la forma de alfarerta que leaclavo, pero el amo no puede privar a su esclayo de techo, salvo privan ove a sf mismo del esclavo. Sumando maltiples descargas pequeniay ile tnergia individual, puestas a disposicién de la colectividad, se construye tn templos, s¢ trasladaron montafas, se tejieron vestimentas, se hicieron sucrras, se transport6 all monarea y se le honr. La energfa estaba limitada, era funcion del nivel de la poblacién, se ihastecia del vigor del cuerpo. Su eficacia dependia del grado de desarro ilo _-y de distribucion en la poblacién— de las herramientas manejables, 1. herramienta incorporaba Ta energia metabélica a la tarea, Jugaba con is fuerzas, ya fuera la de gravedad o la del viento, pero no ampliaba la luerza de trabajo, Para disponer de més poder fisico que el vecino habia {ie avasallarlo, Si el amo empleaba formas de energia humana, podia con thoarlas tinieamente si gobernaba sobre otros hombres. Cada yunta de fa un boyero para cuidarla v conducirla. Hasta el fuego de la cuidarlo. El poder politico era el domi era la de- bueyes requi lovja requerfa de un guardian pai tuo de ka voluntad de Tos demas, y el dominio de fuerza fii tentacién de Ta autoridad. En las sociedades preindustriales, el poder politico no podia controlar cexcedemte, proporeionada por la poblacién. Cada ven= 0 aun nue mais que la ener aja en la eficiencia, obtenid yracias a una nueva herrami urmodo de organizaciGn, significaba para la poblacién el riesgo de verse privada del control de ese excedente de energia, Todo aumento en Ia vrencia permitia a la clase dominante apropiarse de una parte mayor de la ‘energia total disponible, De modo que a Ia evolu ‘reapondfa una evolucién paralela de las clases sociales. Se cobraban im- juestos al individuo, quitandole una parte de su producto personal, 0 bi wre imponian trabajos obligatorios suplementarios. La ideologia, la es- tnuctura de la economia, el armamento y el modo de vida favorecian esta cencentracién en manos de unos cuantos, del dominio de la energia biolé: n de las técnicas co- pica aumentada. ‘Sin embargo, este tipo de concentracién no tiene los mismos efectos en ina cultura 1 otra sobre el reparto de los frutos del esfuerzo social. En el vhojar-de los casos, amplia el radio de acciGn para las energias personales. {a anciedad campesina en Europa central, a finales de la Edad Media, es un buen ejemplo de ello. Tres invenciones recientes —el estribo, las herr uray para caballos y el arnés— triplicaron el rendimiento del caballo Vauipado ssi, el arado tirado por un caballo hizo posible la rotacton trie wos WAN HICH ras y, enganchado a una cas mpesino, lo que provocé nal de los cultivos, la explotacién de nuevas rreta, elevé al cuadrado el radio de accién del ca cl movimiento de concentracién del Ikdbitat en poblaciones agrupadas en tomo a una iglesia, més tarde a una escuela, En el peor de los casos, la con« centracién del poder, al disponer de Ta energfa, condujo al establecimiento de grandes imperios, propagados por los ejércitos mercenarios y alimenta- dos pot los campesinos reducidos al vasallaje Hacia finales de la Edad de Hierro, o sea desde el reino de Agripa has- la el siglo de Watt, la cantidad total de energia disponible aumento rapide mente. De hecho, la mayorsa de las grandes mutaciones téenicas anteriores al descubrimiento de la electricidad se produjeron durante la alta Edad Media, La invencion de los tres maistiles, que sac mejor partido de la fuer= za del viento, hizo posible la navegacién alrededor del mundo. La excavac ‘cin de los canales europeos y la invencidn de la esclusa hicieron posibles Jos transportes regulares de cargamentos pesados, Los cerveceros, los tine toreros, los alfareros, los sy los salineros se bene= ciaron del perfeccionamiento y difusién de los molinos de viento y de ‘agua, La forja a orillas del torrente sustituy6 a la fragua en el bosque; al martillo lo reemplazaron los molinetes de pil6n para triturar el mineral, y al canasto a espaldas del hombre lo reempla76 la polea que permite levantar cargas. La fuerza hidréulica accioné sopletes para ventilar galerfas y graci a las norias se bombed el agua para drenar el fondo de la mina y el hombre se sumergié més adentro de la tierra, Aun se dice del campesino, detrés de su arado, que “labora”; del minero se dice que “trabaja”. Después, el carro, equipado con un tren delantero pivotante y con ejes moviles, permiti6 duc plicar la velocidad del desplazamiento, con lo que, a partir del si-glo Xvi, $e beneficiaron el correo y el transporte de pasajeros. Por primera ver en la his: toria del hombre fue posible desplazarse a 100 kilémetros por hora. Pobla- dos y campos, tinos mas lentamente que los otros, s¢ transformaron, se re+ claron, poco a poco. insu libro The Myth of the Machine: The Pentagon of Power, Lewis Mums ford subraya las caracteristicas especilicas que convirtieron la actividad mi- nera en prototipo de las formas ulteriores de mecanizacién: “...indiferencla hacia los factores humanos, a la contaminacién y a la destruccién del cons torno, puesto el acento en el proceso fisicoquimico con miras a obtener el tal o el carburante deseado y, sabre todo, el aislamiento geografico y mene tal del universo del granjero y del artesano, del mundo de la Iglesia, de la dad. Por su efecto destructor sobre el medio ambien- ladrilleros, los azucare mod Universidad y de la C ~ LA CONVIVENCIALIDAD 40s cy st desprecio por los riesgos impuestos al hombre, la actividad mincra se scerca mucho a Ja actividad guerrera —como la guerra, la m frecuencia un tipo de hombre duro y digno, habituado a afro y la muerte [.,.] el soldado en su mejor aspecto—. Pero el animus destruc vor de la mina, su siniestra labor, su aura de miseria humana y la degrada ion del paisaje, todo eso lo transmite la actividad minera a las industrias que utilizan su produccién. El costo social excede grandemente al beneficio incedinico”. De manera que a Ia herramienta accionada al ritmo del hom bre sucedié un hombre actuando al ritmo de la herramienta, con lo que to- «las las modalidades humanas de actuar se vieron transformadas. el peligro, UN NUEVO concEPTO DEL TRABUO ‘finales de la Edad Media, el antiguo sueno del alquimista de fabricar hoiniincto en el laboratorio, poco a poco tom6 la forma de la creacisn de para que trabajaran por el hombre, v de la educacién del hombre para trabajar a su lado, Esta nueva actitud hacia la actividad productora se Tripatiare significaba teflejaba en la introduceién de una nueva pala torturar sobre el trepatiem, mencionado en el siglo Vt como tn armazén lormado con tres troncos, suplicio que reemplazé en el mundo cristiano al de la cruz. En el siglo x, a palabra trabajo significaba una prueba doloro- sat, Hubo que esperar al siglo xvi para poder emplear la palabra “trabajo” en lugar de obra o de labor. A la obra (poiésis) del hombre artista y libre, a la labor (ponéros) del hombre apremiado por el otro 0 por la naturaleza, ve agrega entonces el trabajo, al ritmo de la maquina. En seguida la pala. bra “trabajador” desliza su sentido hacia “labrador” y “obrero”: a fines del siglo xtx los tres términos apenas se distinguen, La ideologfa de la organizacion industrial, de la instrumentacién y de lu organizacion capitalista de la economia, aparece antes de Io que se ha Jaclo en llamar Revolucion Industrial. Desde la época de Bacon, los e peos comenzaron a realizar operaciones indicadoras de un nuevo estado tnvental: ganar tiempo, reducir el espacio, aumentar la energia, multiplicar echar por la borda las normas naturales, prolongar la duracién los bienes la vida, sustituir los organismos vivos por mecanismos que los sim nplian una funcién particular. De estos imperatives se desarrollaron en nuestras sociedades los dogmas de la ciencia y de Ia técnica que tienen ae IVAN ILLICH valor de axiomas porque no se les somete a andlisis. El mismo cambio de mente se refleja en la transici6n del ritmo ritual a la regulatidad mecénica, se pone acento en la puntualidad, en la medida del espacio y en la contabi- lizacién de los votos, de manera que los objetos concretos y Ios sucesos complejos se transforman en quanta abstracta, Esta pasién capitalista por tun orden repetitive mina el equilibrio cuantitativo entre el obrero y su dé- bil instrumentacién, E] surgimiento de nuevas formas de enersia y de poder alert6 la rela cién que el hombre mantenfa con el tiempo. El préstamo con interés era condenado por la Iglesia como una practica contra natura; el dinero era, por naturaleza, un medio de cambio para comprar lo necesario, no un ca pital que pudiera srabajar o dar frutos. En el siglo xvi la Iglesia. misma abandona esta concepci6n, aunque a su pesat, para aceptar el hecho de que los cristianos se habfan convertido en capitalistas comerciantes. El uso del reloj se generaliza y, con éf, la idea de la “falta” de tiempo; "me sobra tiem- po, gcémo voy a gastarlo2”; “me falta tiempo"; “ino puedo permitirme el lu- jo de derrocharlo, ganar una hora, ya es ganancial” Pronto se comenzé a considerar abiertamente al hombre como una fuente de energia. Se traté.de medir la prestacién diaria mé dia obtener de un hombre, luego a comparar el costo de manutencién y la potencia del hombre con Ia del caballo. El hombre fue redefinido como fuente de energia mecinica, Se observ6 que los galeotes no eran muy efi+ cientes porque permanecfan sujetos al movimiento simple del remo. En cambio, los prisioneros condenados al suplicio de Ia ardilla, utilizado atin en el siglo Xix en las prisiones inglesas, proporcionaban una fuerza rotati- va capaz de alimentar cualquier maquina nueva. La nueva relacién del hombre con su instrumentalizacion echa rafces durante la Revoluci6n Industrial; como, a su vez, el capitalismo, en el siglo XM, reclamé nuevas fuentes de energfa. La maquina de vapor es mas un efecto de esta sed de energia que una causa de la Revolucion Industrial Con el ferrocarril, esta preciosa maquina se vuelve mévil y el hombre se .e usuario. En 1782, la diligencia franque6 los 110 kilémetros por dia centre Paris y Marsella; en 1855, Napoledn III se ufanaba de recorrer 100 kis lometros por hora. Poco a poco, la maquina puso al hombre en movimiens to: en 1900, un trabajador francés, no empleado en la agricultura, aleanzay ba en promedio 30 veces mas kilémetros que su homénimo en 1850. Llega entonces el fin de ka Edad de Hierro y a la vez el de la Revolucion Indus Lrial, La eapacidad de moverse se sustituye por el recurso de los transpor> | LA CONVIVENCIALIDAD, “ tes. El hacer en serie reemplaza al savoir-faire,? la industrializacion se eon vierte en norm: En el siglo xx, el hombre pone en explotacién gigantescas reservay ma rales de energia. El nivel energético asi logrado establece sus propias Hor mas, determina los caracteres técnivos de la herramienta, més atin, el nue vo emplazamiento del hombre. A la obra, a la labor, al trabajo, viene a agregarse el servicio de la maquina: obligado a adaptarse a su ritmo, el tra hajador se transforma en operador de motores o en empleado de oficina. Y cl ritmo de la produccién exige la docilidad del consumidor que acepta un ‘oducto estandatizado y condicionado. A partir de entonces, disminuye la necesidad de jomaleros en el campo y el siervo deja de ser rentable. Ti bin el trabajador deja de ser rentable, desde que la automatizacién logra por medio de la industrializacion la franca transformacién que la produc cidn en masa ha perseguido. El encanto discreto del condicionamiento abs- acto de la megaméquina reemplaza el efecto del chasquido del litigo en cl oido del labrador esclavo, y el avance implacable de la cadena sin fin de- seneadena el gesto estereotipado del esclavo. Asi, pues, hemos revisado cuatro niveles energéticos, que pueden mar- cat la organizaci6n de una sociedad, la estructura de sus herramientas y el stil dominante de sus actividades productoras. Esas cuatro onganizacio- nes circunseriben, respectivamente, el campo de la obra independiente creadora, de la labor bajo la ley de la necesidad, del trabajo al ritmo de la ‘cadena sin fin y del funcionamiento “condicionado operativamente” dentro dle la megamaquina, La manera en que estos diferentes tipos de actividad participan en los cambios de la economia y afrontan las leyes del mercado fs reveladora de sus mutuas diferencias. El creador de una obra no puede olrecerse él mismo en el mercado, solamente puede ofrecer el fruto de su svtividad. El labrador y el trabajador pueden ofrecer a otro su fuerza y 1u competencia. En fin, el puesto del funcionario y del operador se ha con. cevtido también en una mercancia, Bl derecho a manejar una maquina y a heneticiarse con los privilegios correspondientes se obtiene como resulta: «lo del consumo de una serie de trat nientos previos: curriculum escolar ondicionamiento profesional, educacién permanente, Todos somos hijos de nuestro tiempo y, como ta nos resulta bien di posindustrial, y por lo mismo, huma Lacion industrial signi licil imaginar un tipo de producci6 na, Para nosotros, limitar ka instrun ica el retorno in francés, em el original 1.1 40s IWAN ILLICH 11 infierno de la mina y al cronémetro de la fabrica o al trabajo del granje- 1o que compite con la agricultura mecanizada. El obrero que sumerge un neumatico en una solucién hirviente de dcido sulftirico debe repetir ese esto absurdo y agotador a cada gemido de la maquina, y esta asi realmen= te atado a la maquina. Por otra parte, el trabajo del campo ya no es lo que fue para el sicrvo para el campesino tradicional. Para éstos era laborar un campo en funcién del crecimiento de las plantas, del apetito de los anima- Jes y del tiempo que harfa al dfa siguiente. El obrero agricola moderno, que no dispone de herramientas manipulables, se encuentra en cambio en una situacién absurda. Cogido entre dos fuegos, 0 debe agotarse para rivalizar con los rendimientos de los que poseen tractores y maquinas de usos mil- tiples, o bien debe hacer funcionar esta maguinaria moderna, consciente de estar fastidiado, explotado y burlado, con la sensaci6n de ser una simple pieza de recambio para la megamdquina. .paz de imaginar la posibie lidad de usar herramientas manejables que son, a la vez, menos fatigantes que el antiguo arado, menos alienantes que la trilladora y mas producti vas que uno y otra Ninguno de los tipos de instrumentos fabricados en el pasado posibili- taba un tipo de sociedad y un modo de actividad marcados a Ia vez con el sello de la eficiencia y de la convivencialidad, Pero hoy en dia podemos concebir herramientas que permitan eliminar la esclavitud del hombre frente al hombre, sin someterlo a la maquina. La condiciGn para esta posi bilidad es la reversién del cuadro de las instituciones que rigen la idn de los resultados de las ciencias y de las técnicas. En nuestros dias, el vance cientifico se identifica con la sustitucién de la iniciativa humana por la instrumentacién programada, pero lo que, de esa manera, se toma pot efecto de la Iégica del saber, no es en realidad mas que la consecuencia de tun prejuicio ideol6gico. La conviccién comun es que la ciencia y la técnica apoyan el modo, industrial de produccién, y que, por este hecho, imponen el reemplazo de todos los instrumentos especificamente relacionados con un trabajo auté= homo y creador. Pero semejante proceso no esté implicito en los descubri= mientos cientificos y no es una consecuencia ineluctable de su aplicacién, Lejos de ello, es el resultado de la decision absoluta en favor del desarrollo del modo industrial de produccién: la investigacién se esfuerza por reducit cen todas partes los obsticulos secundarios que entraban en el crecimiento de un determinado proceso; bajo una programacién a largo plazo na como si se tratara de un logro costoso, realizado con gran esfu we ador- 20 en LA CONVIVENCIALIDAD, 0 interés del pablico. En realidad, la investigacién esta casi totalmente al ser vicio del desarrollo industrial. Pero una técnica avanzada podria reducit el ppeso de la labor y, ele mil maneras, servir también a la expansién de la obra de produccién personal. Las ciencias de la naturaleza y las ciencias del hombre podrian aplicarse a crear herramientas, a trazar su marco de wtli vacién y forjar sus reglas de empleo para alcanzar una incesante recreacion de la persona, del grupo y del ambiente —un despliegue total de la inicia. liva y de Ia imaginacién de cada uno—. Hoy podemos comprender la naturaleza de una manera nueva, Todo consiste en saber para qué fines. Ha llegado la hora de elegir entre la cons- titucién de una sociedad ica, y el des- pliegue en un amplio abanico de las herramient les, La misma cantidad de acero puede servir para producir tanto una sierra y una méquina de coser como un elemento industrial: en el primer ‘aso se multiplicaré por tres 0 por 10 la eficacia de 1000 personas; en el se- -undo, gran parte del savoirfaire’ perdera su razén de ser. Se debe elegir ccnire distribuir a millones de personas, al mismo tiempo, la imagen a co- loves de un tipo agitandose sobre la pantalla, a conceder a cada grupo la posibilidad de preducir y distribuir sus propios programas en centros de vi- eo. En el primer caso, la técnica esta puesta al servicio de la promocion «lel especialista, regida por burécratas. Cada vez, més planificadores haran estudios de mercado, elaborarin equilibrios planificados y moldearan la lemanda de mas y mas gente en un niimero mayor de sectores. Habra siempre mas cosas titiles entregadas a los initiles. Pero se vislumbra una posibilidad. La ciencia se puede emplear también para simplificar la ins- Irumentaci6n, para que cada uno sea capaz, de moldear su medio ambien- le inmediato, es decir, sea capaz de cargarse de sentido, cargando el mun- do de signos modernas y convivenci LA DESPROFESIONALIZACION La medicina ‘ semejanza de lo que hizo la Reforma al arrancar el monopolio de la es critura a los elérigos, podemos nosotros arrancar el enfermo a los médicos, Noes necesario ser muy sabio para aplicar los descubrimientos fundam« 410 IVAN ILLICHL tales de la medicina moderna, reconocer y atender la mayoria de los males curables para aliviar el sufrimiento del otro y acompafiarlo cuando se apro= ‘ima la muerte. Nos es dificil ereerlo, porque, complicado a sabiendas, el it médico nos encubre la simplicidad de los actos. Conozco una nifia norteamericana de 17 afios que hie procesada por haber atendido la s primaria de 130 camaradas de escuela. Un detalle de orden técnico, sefiar lado por un experto, le valié el indulto: Jos resultados obtenidos fueron, es: tadisticamente, mejores que los del Servicio de Salud. Seis semanas des+ pués del tratamiento ella logré examenes de control satisfactorios de todos: sus pacientes, sin exeepcién, Se trata de saber si el progreso debe significar independencia progresiva o progresiva dependencia. La posibilidad de confiar la atencién médica a no especializados va en. contra de nuestra concepcidén del mayor bienestar, debido a la organizacién establecida por la medicina. Concebida como una empresa industrial, esti en manos de productores (médicos, hospitales, laboratorios, farmacéuticos) {ue estimulan la difusidn de procedimientos avanzados, costosos y compli cados, reduciendo asi al enfermo y a sus cercanos al estatus de clientes dbx ciles. Organizada como sistema de distribucidn social de beneficencia, la ‘medicina incita a la poblacidn a lichar por unos siempre erecientes euidae dos dispensados por profesionales en materia de higiene, de anestesia 0 de asistencia a Jos moribundos. Antano el deseo de justicia distributiva se bas saba en la confianza en la autonomia. Actualmente, congelada en monopos lio de una jerarquta monolitica, la medicina protege sus fronteras impulsame do la formacién de una valla de paraprofesionales a cuyos subtratamientos ‘se somete al enfermo, que antes los recibia de sus allegados. Con esto la ory” ganizacién médica protege st. monopolio ortodoxo contra la competencia desleal de cualquier curacién obtenida por medios heterodoxos. En realie dad, cualquiera puede cuidar a su préjimo y en este campo no todo es néy cesariamente materia de ensenianza, En una sociedad en que cualquiera podria y deberfa cuidar ele su p implemente unos serian més exper tos que otros. En una sociedad en que se naciera y se muriera en casa, @ que el lisiado y el idiota no fueran desterrados de la plaza publica, en que se supiera distinguir la vocacion médica de la profesién de plomero, se em contrarian personas para ayudar a los demés a vivir, a sufrir y a morin, | La complicidad evidente entre el profesional y su cliente no basta pari explicar la resistencia del ptiblico a la idea de desprofesionalizar la ateny cidn. En la raiz de la importancia del hombre industrializado se encuentra. la otra funeién de la medicina actual, que sirve de ritual para conjurar la LA CONVIVENCIALIDAD an muerte, El paciente se confia al médico, no s6lo a causa de su padecimie lo, sino por miedo a la muerte, para protegerse de ella, La identificacion de cualquier enfermedad con una amenava dle muerte es de origen bastante reciente, Al perder la diferenciacién entre el alivio de una enfermedad cu table y la preparacién para aceptar un mal incurable, el médico moderno hha perdido el derecho de sus predecesores a distinguirse claramente del hrujo y del charlatan; y su cliente ha perdido la capacidad de distinguir en- ire el alivio del sufrimiento y el recurso al conjuro. Con la celebracién del titual médico, el médico encubre la diverzencia entre el hecho que profesa \ li realidad que crea, entre la lucha contra el sufrimiento y la muerte por una parte, y el retardo de la muerte a costa de sufrimientos prolongados, por otra, La entereza de asistirse a si mismo la tiene Gnicamente el hombre {que tiene Ia entereza de enfrentarse a la muerte, El sistema de transportes | comienzos de la década de los trein dlenas, a México se le dot6 de un sistema moderno de transportes. En po- ‘os afios, las cuatro quintas partes de la poblacion pereibieron las ventajas (lel transporte motorizado. A las poblaciones principales las unieron cami- hos 6 trochas. Camfones solidos, sencillos y duraderos hacian el trayecto a luna velocidad inferior a 30 kilémetros por hora. Los pasajeros se apreta- than en Tos bancos clavados al piso, mientras los equipajes y las mereaneias Iban atras o sobre el techo. En distancias cortas, el camién no aventajaba ‘vl gente habituada a caminar Ilevando pesadas cargas, pero daba a todos |i posibilidad de recorrer distancias largas. El hombre ya no arrastraba su cero al mercado, lo Hevaba consigo en el camién, Cualquicra, en México, pola ira cualquier punto del pais en unos cuantos dias. A partir de 1945, cada ano es mayor el gasto para el sistema vial. Se construyeron autopistas entre algunos centros importantes. Frigiles au tnoviles ruedan sobre carreteras bien asfaltadas. Los vehiculos pesados van «le una fabrica a la obra. A Ios viejos camiones para todo terreno y para to- soy se les hia desplazado a las montafas. En la mayoria de los estados, el Campesino debe tomar tn autobiis para ir al mercado a comprar produe- {os industvializados, pero le es imposible cargar en el vehiculo a su cerdo, y ve obligado a venderlo al comprador ambulante. Sin embargo, contri rreteras que aprovechan los detenta- la presidencia de Lazaro Car uve a fina an IWAN ILLICH 1A CONVIVENCIAT IAD, den ser supereficientes de una manera totalmente distinta: pueden alterar la relacién entre lo que la gente necesita hacer por si misma y lo que obtiene de la industria, Dentro de esta segunda dimensién, una produeci6n supere= ficiente produce un monopolio radical. Por monopolio radical entiendo yo un tipo de dominacién por un pros ducto, mas alla de lo que asf se denomina habitualmente, En general, por lun monopolio se entiende el control exclusivo, por una firma, de los medio de produccién o de venta de un bien o de un servicio, Se dira que Coca-Cola tiene el monopolio de bebidas suaves en Nicaragua, por ser el tinico fabi cante de este tipo de bebidas que dispone de los medios modernos de pu blicidad. Nestlé impone su marca de chocolate al controlar el mercado de materia prima; un fabricante de automoviles, al controlar las importacios hes extranjeras; una cadena de televisién, obteniendo una licencia de exelu« sividad. Hace un siglo que a los monopolios de este estilo se les reconoce tos peligrosos del crecimiento industrial, sobre los que se como subprodk "HL Marcuse, EI hombre unidimensional, Joaquin Mortiz, México, 1968, LA CONVIVENCIALIDAD, a hhan establecido dispositivos legales de control con muy poco resultado Normalmente la legislacién opuesta al establecimiento de monopolios h intentado evitar que con ellos se imponga un limite al desarrollo; en ello ‘ada tenfa que ver la preocupacién por proteger al individuo, Este primer tipo de monopolio reduce la eleccién que se le ofrece all consumidor, incluso lo obliga a comprar un producto en el mercado, p ‘aras veces Timita st libertad, Un hombre sediento puede desear una bebi sla no alcohdlica, fresca y gaseosa, y verse limitado en la eleccién por ha- hor una sola marca, pero queda libre de apagar su sed bebiendo cervera 0 ‘Solo cuando su sed se traduce, sin otra posibilidad, en la necesidad sipremiante de comprar obligadamente una botella de determinada bebida, se establece el monopolio radical. Yo entiendo por este término, més que la lominacion de una marca, la de un tipo de producto, En ese caso un pro- eso de producci6n industrial ejerce un control exclusive sobre la satisfac ion de una necesidad apremiante excluyendo en ese sentido todo recurso 1 las actividades no industriales. Es asi como los transportes pueden ejercer el monopolio de la circula- Fon ‘quisicién esponténea del saber est Le ee aun confort m: posibilidad de hacer las cosas famor se convierten en materia doc *P et equilibrio del saber se degrada. E-£% gem lo, pero ya no sabe por st mish sept Bucs um bien, y como td ys ala escasez. Ocultar la naturalez® © costosa de una educacion multifor ramada para “la vida activa’, a 37° aenaives 9 estandarizadas, product 22 y,, también la ramificacién continua © ditizadas sobre lo que pase: es el °F veces el mensaje est escrito sol as, dictan al usuario la forma de OF 7 cya permanente, como medicina de te¥™> ¥* ge. {cl obrero calificado, periédican 7 Py dk dest ramo, Cuando la gente se az er cucla para recibir un bafio de 2° 2 gx doce? “Se ve el lae be ser reprogramado para cada nt* Ss et0 la educaci6n realmente es un bie S225. 1 educacién se convierte en la eves tnismo tiempo, la més mistifiean t=", yy En todas partes, la tasa de PEE Ty petior a Ia del producto global. ¥* Tjca 1, la educacién es un medio AE ; inversion A " sabe teste punto de vista ‘ues efecto de Ia voluntad y del ve de otro, La cultura puede lore pordear. Se mala (Poe ins chads? Deni de un ae fan una cosa para quienes los coi Colocado en contacto con miles -o no sabe cémo funcionan, La iHeado, Elhombr _‘“y,eojo. Hacer la corte, la comida y el wente err puesto en el mercado, esta sujeto iota escase7, ¢s la funcién bastante fa educacién es la preparacion pro> de lt ingurgitaci6n de instrucciones Reel flujo de las informaciones mes Vinsaje” de cada bien manulacturado, ‘sui color, las asociaciones provoca: ‘Jeo. Particularmente, la educaci6n es ‘sobrepasados por las innovaciones eneraci6n de computadoras, es que ajento del costo de la formacién es su- inzar esos fines econdmicos, Desde ir del hombre se requiere por la ne= en innumerables variedades, p hombre de las ciudades sabe s finada a los mecanismos de ajust Jas ciudades cada ver tiene mer ‘Desviado por y hacia la educaciény, ‘aprende lo que se le ha ensefiae ite Ia necesidad de ser educada. Bl ‘or Ia escuela. Pero la educacién es envoltorio, se lee por fuerza. Si el ‘da, para el administrador, el policia jcbe volver sin cesar a los bancos de y seguridad, cuando el analista de= ‘a la escaser. Es entonces cuando la, yas candente para la sociedad y, al jos interpretaciones posibles. Para LA CONVIVENCIALIDAD, cosidad de clevar la productividad. La disparidad en las tasas Ulcl sector terciario terapéutico significa que la produccion global se crea al sintoma, Para detener el peligro, es necesario encontrar el medio de aumentar la relacién costo/beneficio dentro de la ortopedia pedagéxica. Js escuclas seran las primeras afectadas en el proceso de racionalizacion los mecanismos de capitalizacion del saber. En mi opinién esto es una listima, Por destructora ¢ inefica que sea la escuela, dado su caracter tra sicional, asegura un minimo de defensa al nifio. Los institutores transfor uclos en “educadores” y liberados de los obsticulos inherentes al sistema escolar, podrian reyelarse como “eondicionadores” horriblemente eficaces. punto de partida de la segunda interpretacin es opuesto: el sector jo, sin que se le pueda asimilar s6lo a la educacién, es el producto so- ‘Gal mas precioso del crecimiento industrial. En ese sentido, la declinacién «lc lv utifidad marginal de la edueacién no podré justificar una limitaci6n en 1 produccién. Al contrario, la sustitucion de la demanda de bienes por la demanda de servicios, marca a la ver la transicién de una sociedad ha- estable y un alza en la “calidad de la vida", Nueve sobre 0 de las proposiciones adelantadas sobre lo que sera el aio 2000 descr ‘on, en su ultimo capitulo, la felicidad como una avalancha de consumo Estas dos interpretaciones desvian, ambas, el equilibrio del saber: con- cuuren en el desarrollo de las téenicas de manipulaci6n educativa y hacen portar toda curiosidad personal. Considerar la educacién como medio de waduceién 0 como producto de lujo viene a ser lo mismo, desde el momen- ten que es demandada. En los dos casos, el equilibrio del saber se desvia con favor de mis ensefianza. Las dos posiciones descansan sobre el misino yostulada con un carécter de fatalidad: el mundo moderno es de tal mane- ‘uw artificial, alienado, hermético, que sobrepasa el alcance de cualquier inortal y s6lo puede conocerse por los grandes iniciados y sus diseipulos. ‘Sustituir el despertar del saber por el de la educacién es ahogar al poe- \u en el hombre, es congelar su poder de dar sentido al munclo. Por poco ‘que se le arranque de la naturaleza, que se le prive del trabajo creative, que se le mutile su euriosidad, al hombre se le desarraiga, se le maniata, se le seca, Sobredeterminar el medio fisico es hacerlo fisiolégicamente host. Ahogar al hombre en el bienestar es encadenatlo al monopolio radical Desbaratar el equilibrio del saber es hacer del hombre una marioneta de sus he pantanado en su felicidad climatizada, el hombre es tun gato eastrado: no le queda sino la rabia que le hace Ww IVAN TLLICH Siempre ha habido poetas y bufones para alzarse contra el aplasta- miento del pensamiento creativo por el dogma, Metaforizando, denuncian el literal vacfo cerebral. El humor apoya su demostracién: lo serio es insen- sato, Ellos abren los ojos a lo maravilloso, disuelven lo cierto, destierran el temor y desatan los cuerpos, El profeta denuncia las creencias, desnuda las supersticiones, despierta a la gente, saca afuera la fuerza y la ama, Las in- timidaciones que lanzan la poesia, la intuicién y la teoria, al avance blinda- do del dogma sobre el espiritu, ¢serdn capaces de lograr una revolucién del desperiar? Esto no es imposible. Pero para que el equilibrio del saber pue- da restablecerse, se precisa que el Estado y Ia Iglesia se separen, que la bu- rocracia del bienestar y la burocracia de la verdad se dividan, que la accién politica y el saber obligatorio se diferencien. Las palabras poéticas no ha- rn estallar la sociedad sino metiéndose en el molde del proceso politic El derecho ya ha servido para desvincular de las leyes la idcologia. El derecho que ha defendido ya al cuerpo social contra las pretensiones exa- geradas de sus clérigos, puede hacerlo ahora contra las de sus educadores, No es mucho lo que dista la obligacidn de ira la escuela de la de ir a la ighe- Un dia, el derecho podra realizar la separacién de Ia educacién v de la politica, y convertirla en principio constitutivo de la sociedad. Pero va des- de ahora, el derecho puede servir para combatir la proliferacién del sector terciario y su empleo en la reproduccién de uma sociedad de clases. Comprender verdad ¢ el alza del costo de la educacién supone conocer las dos fases del problema: primero, la herramienta no conviven- cial tiene efectos educativos que aleanzan un umbral de intolerabilidad; se= gundo, una educacién no instrumentalizada convivencialmente no es eco= nomicamente viable. El primer punto nos abre a Ja necesidad de una trai hacia una sociedad donde el trabajo, la recreacién y la politica, favorecieran el aprert dizaje, una sociedad que funcionara con menos edueacién formal. El se: undo nos abre la posibilidad de poner en vigor soluciones educativas que facilitaran una adquisicién espontinea del saber y confinaran la ensefian- za programada a casos limitados y claramente especificos. Para vencer la crisis de comunticacién hay que subrayar la distorsién paralela que existe en la instrumentacién de la energia y de la informacién. En toda la superficie del planeta, el instrumento altamente capi do requiere de un hombre atiborrado de conocimientos almacenados. Des pués de la segunda Guerra Mundial, la racionalizacién de la produccién ha penetrado en las regiones llamadas retrasadas y las metastasis industriales | LA CONVIVENCIALIDAD, ay ejercen sobre la escuela una intensa demanda de personal programado, 1 prolileracién del bienestar exige el condicionamiento apropiado para vivir on él, Lo que la gente aprende en las escuelas que se multiplican en Mala. 4.0 en Brasil es, ante todo, a medir el tiempo con el reloj del programador, cstimat' el adelanto con los anteojos de! burdcrata, apreciar el consumo cre iente con el corazén del comerciante, y considerar la razén del trabajo con quien lo ensena, si los ojos del responsable sindical. Esto no es el tin el recortido programado, producido y, al mismo tiempo, obliterado por lu estructura escolar. Lo que ensefia el maestro no tiene ninguna importan. iu, desde el momento en que los niftos deben pasarse centenares de horas nntrar en la rutina del programa (o currfcu: reunidos en clases por edad Jum) y recibir un diploma en funcién de su capacidad de someterse a él Qué se aprende en la escuela? Se aprende que mientras mas horas se pa- cen en ella, mas vale uno en el mercado, Se aprende a valorar el consumo esealonado de programas. Se aprende que todo lo que produce tna institu ion dominante vale y cuesta caro, aun lo que no se ve, como la educacién \ la salud. Se aprende a valorar la promo ica, la sumision y la pasividad, y hasta la desviacién tipo, que el maestro interpretaré como s oma de creatividad. Se aprende a solicitar sin indisciplina los favores del 6n jeraira Innnécrata que preside las sesiones cotidianas: profesor en la escuela, patrén ola fabrica. Se aprende a definirse como detentador de un lote de conve! Imientos en la especializacion en que ha invertido su tiempo. Se aprende, fi hnalmente, a acepiar sin rebelarse su lugar dentro de la sociedad, es decir la ‘lise y ka carrera precisas que corresponden respectivamente al nivel y al impo de especializacién escolares, Las reglas de contratacién cn las industrias incipientes en los pi ppobres son tales que solamente los escolarizados ocupan las escasas pla- vs, por set los tinicos que en la escuela han aprendido a callarse. Estos yiesios en la cadena son definidos como los mas productivos, los mejor pa yudlos, de manera que el acceso a los productos industriales se reserva a los ‘escolarizados y se prohibe a los no escolarizados. Fabricados por la méqui: his, los zapatos, las bolsas, la ropa, los alimentos congelados y las bebidas an en el mercado a los bienes equivalentes, que se proc Jan convivencialmente. La escuela sirve a la industrializacién justificando on el Tercer Mundo la existencia de dos sectores, el del mercado y el de la subsistencia: el de ka pobreza modernizada y el de una nueva miseria de Jos pobres. A medida y conforme la produccién se concentra y se capitali sta mas la escuela publica, para contin en su papel de pantalla, ¢ a4 IVAN ILLICH cara los que a no asisten, ten a ella, pero, sobre todo, hace pagar la cuenta a los qi La educacion no se convierte en necesidad s6 te, para seleccionar a aquellos a quien« para diplomar a la gen: cles da trabajo, sino también ra controlar a los otros que acceden al consumo. Es el mismo erecimien industrial el que conduce a la educaci6n a ejercer el control social indispen sable para un uso eficiente de los productos. La industria de la vivienda los paises de América Latina es un buen ejemplo de las disfunciones educa tivas producidas por los arquitectos. En estos paises las grandes ciud: estén rodeadas de vastas zonas, favelas, barriadas © poblaciones, donde la gente levanta ella misma sus moradas. No costarfa caro prelabricar elemens tos para viviendas y construcciones de servicios comunes faciles de ubicat La gente podria construirse moradas mas duraderas, mas confortables ¥ sae lubres, al mismo tiempo que aprenderia el empleo de nuevos materiales y- de nuevos sistemas, En vez de ello, en vez de estimular la aptitud innata de las personas para moldear su propio ambiente, los gobiemos encajan ef s barriadas servicios comunes concebidos para una poblacién instalada cen casas de tipo moderno. Por st tera asfaltada y los puestos de px la presencia, Ia escuela nueva, la carrés ja en acero y vidrio, definen como mos delo el edificio construido por los especialistas y, de esa manera, imprimen a la vivienda que uno mismo construye el sello de la barviada, reduciéndos laa ser nada mas que una chova, Semejante definicin es implantada por kt ley; niega el permiso de constmuira la gente que no puede presentar un plas no firmado por un arquitecto. Es asi co hatural de invertir su no se priva a la gente de su aptitud | po personal en la creacién de valores de uso y s@ le obliga a un trabajo asalariado: podra entonces cambiar su salario contra cl espacio industrialmente condicionado, Aqut también se le priva de la por lidad de aprender construyendo. La sociedad industrial exige que a unos se les programe para conduelt camiones, « otros para construir casas. Y a otros mas hay que vivir en los grandes complejos habitacionales. Maestros de escuela, traba jadores sociales y policfas trabajan mano a mano para mantener a indivie duos subpagados 0 semidesocupados, en casas que no pueden constrult por si mismos ni modificar. Asf, la suma economizada en la construccin de conjuntos habitacionales populares aumenta el costo de mant to del inmueble y exige tun miitiplo del ahorro conse terciarios para instruir, animar, promover; es decir; para controlar, confors y condicionar al locatario décil, Para hacinar mis gente sobre menow nvert LA CONVIVENCIALIDAD ay \crreno, Brasil y Venezuela han hecho el experimento de cons! Inmuebles. Primero fue necesario que la policfa evacuara a la gen iwurios y la reinstalara en los apartamentos. En seguida los trabajadores jociales se enfrentaron a la ruda tarea de socializar a los inquilinos insuli \ientemente escolarizados para comprender por sf mismos qu narranos negros en los balcones de un onceavo piso, y que no se siembran Inijoles en la tina del bario. En Nueva York, a la gente que no tiene 12 afios de escolaridad se le con ‘ora impedida; se convierte en inempleable y se le controls mediante tra- Iajadores sociales que deciden cémo va a vivir. E] monopolio radical de la hotramienta supereficiente extorsiona del cuerpo social tun creciente y cos 1 Concionamiento de sus clientes. Los automéuiles producidos por .parados, mecinicos reinstruidos por la misma vel requieren, para ser teipanta Los autores del“milagro verde” sacan semillas de alto rend tniento que s6lo puede usar una minoria que dispone del doble abono, del quimico y del educador. Mas salud, mis velocidad © més cosechas siznil ur ans receptivos, mas pasivos, mas disciplinados. Las escuclas producto tus de control social, al tomar por su. cuenta la mayor parte del costo de sas conquiistas dudosas, lo encubren con ese mismo hecho. Al ceder a las presiones ejercidas sobre ella, en nombre del control so \al, ks escuela aleanza y sobrepasa su segundo umbral critico. Los planifi- ulores fabrican programas mas variados y mas complejos, cuya utilidad snarginal declins por ese mismo hecho. Mientras la escuela ensancha el campo de sus pretensiones, otras servi- Gos descubren su misién educadora. La prensa, la radio y la television ya no ‘in tinicamente medios de comunicacién, desde el momento en que se les pane conscientemente al servicio de la integracién social, Los semanarios {que conocen la expansién, se de informaciones estereotipadas, se ierien en productos terminados, entregando completamente empagus tuna informacién filtrada, aséptica, predigerida, Esta “mejor” informa- ‘Gon suplanta la antigua discusién del foro; so pretexto de informar, suscita ‘un apetito décil de alimentos ya preparados v mata la capacidad natural de scleceionar, dominat; organizar la informacién. Se ofrecen al piblico algu sis estrellas 0 algunos especialistas vulgarizados por el embalador del sabe we confina ka voz de los lectores a la correspondencia o a las encuestas que cllos envian décilmente. sduceion industrial y la comercializacion masiva del saber cle partir el saber: Es el cayo Lap ‘vata fa gente el acceso a herramientas para cor rs IVAN ILLICH del libro. El libro es resultado de dos grandes invenciones: el alfabeto y la mprenta, La técnica del alfabeto y la de la imprenta son casi idealmente les, Todo e! mundo, o casi todo el mundo, puede aprender su manejo y utilizarlos para sus propios fines. Son técnicas poco costosas. Se las toma o se las deja, como se quiera. Son dificiles de controlar por terce- ros. Asi, el gobierno soviético parece impotente para impedir el Samizdat, esa edicién y circulacién clandestina de manuscritos. Al parecer, el alfabeto y la imprenta arrancan la custodia de la palabra riba. Gracias al alfabeto, el comerciante rom pe el monopolio ejercido por los sacerdotes sobre el jeroglifico. Con el papel vel kipiz, y mas tarde con la mquina de escribir y los medios modernos de 6 n abanico de técnicas nuevas que, en sf mismas, ini« 1 la empresa exclusiva del es ién no especializada, verdaderamente conviven: cial para la conservacién, reproduccién y difusién de la palabra. Con la pe- licula y la cinta magnética aparecen nuevos sistemas de comunicacién convivencial. Sin embargo, el privilegio acordado a las instituciones con es- tructuras manipuladoras ha puesto estas herramientas al servicio de una ensehanza aim mas univoca y monologada. La escuela amaestra al alume no para que se sirva de textos continuamente revisados. Difunde la ilusién de que sélo el escolarizado sabe leer y refuerza la tendencia a no publicar mas que sus obras. Produce consumidores de informacién y lectores de no- ticias técnicas. Las estadisticas dicen que los estudiantes leen menos libros no especializados desde que empieza a irles bien en los exaimenes. Cada vez hay mis libros escritos para los especialistas educados, pero los diploma- dos cada ve7, len menos por su cuenta, Cada vez la gente pasa mas tiempo aprisionada en el programa definido por los nuevos directores de estudios: cl editor, el productor y el programador. Es la misma gente la que cada se mana espera con avidez la salida de revistas como Selecciones. Las propias bibliotecas han sido puestas al servicio de un mundo esco- larizado. A medida y conforme las van “mejorando”, el ibro se coloca siem- pre mas lejos del alcance del lector: Primero era el bibliotecario quien se in- mponfa entre el libro y el lector, ahora la computadora reemplaza al fotecario, Al colocar esos libros, almacenados en inmensos silos, a la posicién de tna computadora, el funcionamiento de la biblioteca puiblica de la ciudad de Nueva York se ha hecho tan costoso que ya no abre sus puertas mais que de las 10 a las 18 horas en dias habiles y el stbado sélo las entres bre. Esto significa que los libros se han convertido en instrumentos especial zados de investigadores a quienes una beca libera de la escuela y del trabajo, LA CONVIVENCIALIDAD, ayy En realidad, una biblioteca es un modelo de herramienta conviveneial c libre acceso y no hace obedecer a pro dos, an sitio donde se toma o se deja lo que se quiere, fuera de toda censura. Sobre este modelo se pueden extender y se pueden organizar discotecas, lilmote tun sitio que of cas, fonotecas y videotecas puiblicas, donde la gente tendria ciertamente acceso a herramientas de produccién, Dentro de estructu biblioteca, no serfa diffeil poner a disposici6n del pablico las herramien tas, muy simples, que han hecho posible la mayoria de los adclantos cien- Lificos del siglo pasado. is andlogas a la Los instrumentos de manipulaci6n de los que se sirve la ensefianza ha~ cen subir el precio del saber: Se plantea la pregunta de qué es lo que la gen- ie debe aprender s, en seguida, se invierte en un instrumento para ensenir selo. Valdria la pena aprender a preguntar primero cules son los tipos de herramientas que la gente desea, si quiere ir al encuentro del otro, de lo dlesconocido, del extranjero, del pasado. Los maestros de oficio se rien de la idea de que las personas puedan sacar mayor ventaja del libre acceso a las herramientas del saber que de su ensefianza, Con frecuencia apoyan su escepticismo poniendo como ejemplo la decadencia de las bibliotecas p bilicas, No pueden ver que si éstas se que, en su gran mayor rectienlan poco es precisamente por- ido como formidables instalacio- nies de ensenanza, ¥ que se mantienen desiertas precisamente porque a la yonte se le ha amaestrado para reclamar instrucci6n, Ahora bien, los hombres no tienen necesidad de mis ensefianz hecesitan aprender ciertas cosas. Hay que ensefiatles a rentinciar, cosa que hho se aprende en la escuela, aprender a vivir dentro de ciertos limites, co- Ino exige, por ejemplo, la necesidad de responder a la situacién de la nata~ lidad. La superviveneia humana depende de la capacidad de los hombres para aprender muy pronto y por si mrismas lo que 10 pueden hacer. Los hombres deben aprender a controlar su reproduccién, su consumo y el uso le las cosas. Es imposible educar a la gente para la pobreza voluntaria, lo inismo que el dominio de sf mismo no puede ser el resultado de una mani- pulacién, Es imposible enseriar la renuncia gozosa y equilibrada en un mundo totalmente estructurado para producir siempre mas y ilusion de que esto cuesta eada vez menos. Es necesario que cada uno aprenda el porqué y el como de la contra- cepeién, La razén es clara: el hombre ha evolucionado sobre una parcel se les ha organi tener la lel cosmos; confi \do por los recursos de la ecosfera, sti universo no puede tun mimero limitado de ocupantes. Por la técnica, ha mo: a IWAN ILLICHE lo las caracterfsticas de su nicho ecolégico, La ecosfera puede actual- ‘mente acoger mas gente, cada vez menos adaptada vitalmente a sur ambien- te, que cada vez puede disponer de menos espacio, de menos capacidad, de menos tradicién. La tentativa de fabricar un medio ambiente mejor se ha revelado tan presuntuosa como la de mejorar la salud, la educacién 0 la co- municacién, E] resultado es que ahora hay mis gente que se siente cada vez menos a gusto. Los nuevos instrumentos, que han favorecido el crecimien- to de la poblacién, no pueden asegurar su supervivencia. La colocacién de instrumentos atin mas potentes, aumenta con ms rapide frustrados que la cifra total de la poblacién, En un mercado al ta se acentiia y exige siempre mayor programacién de la ‘Toda planificaci6n la garantiza un factor clave, a saber mero de gente para la que se planifica, Pero, hasta el presente, toda planifi« a poblacién ha fracasado: la gente no limita su reproduccién sino ido por ella misma. La paradoja es que el hombre opone la maxie ma resistencia a la ensefianza que més necesita. Todo programa de control de la natalidad fundado sobre el modelo industrial fracasar ah donde han fracasado la escuela y el hospital. Al principio, tendra atractivo; mas tarde vendré la escalada del aborto y de la esterilizacién; finalmente, ser el max zazo cerebral para perpetrar genocidios, paupericidios y otros megacidios, Sin la practica de una contracepci6n voluntaria y eficaz, la humanidad serd aplastada por sti ntimero, antes de ser aplastada por la potencia de st propia instrumentacién. Pero la generalizacién de la contracepcisn no pue- de en ningtin caso ser resultado de un instrumento milagroso. Una nueva que de una relacion herramienta, al que in de la contracepcién. Pero la contraceps jén del estado mental convi prictica, opuesta a la presente, no puede resultar ms nueva del hombre con su herramienta, El control de me refiero, exige la gen in demanda, para vencial que acompana al control de la hi eficaz, la geni ramienta en cuestién, Los sistemas requeridos para controlar los nacimientos son el ejemplo= tipo de la herramienta convivencial moderna. Integran los datos de la cia mas avanzada con las herramientas utilizables con un minimo de buen, sentido y de aprendizaje. Estos as ofrecen nuevos medios de ejercer las préicticas milenarias de contracepcién, de esterilizacién y de aborto, Por su bajo costo pueden llegar a ser accesibles a todos. En su variedad convie nen a las creencias, ocupaciones y situaciones mas diversas. Con toda evie dencia, estas herramientas estructuran la relacién que cada uno sostiene 1 Su cuerpo y con los demas. 7 el ntimero de | LA CONVIVENCIALIDAD, nv EJ control de los nacimientos es una empresa que debe realizarse de tro de un horizonte temporal muy limitado. No puede darse sino de mane |. Bs un contrasentido querer obligar al uso de la herramien lia conviveneial a la gente que, en lo dems, contintia estando cond) \Jsolo consumo. Es absurdo pedir a un campesino que se sirva del prese \ativo cuando se le entserta a depender del médico para las inyecciones ¥ recetas, del juez para dirimir litigios y del maestro para la alfabetizacidn, F's un contrasentido legislar en la actualidad sobre el aborto como “acto inédico”, cuando hoy es mas simple que nunca reconocer el comienzo de tuna gravide7.o interrumpirla, También es ut6pico imaginar que los médi cos van a confiar las esterilizaciones a asistentes analfabetos formados pa- ri ello, El dia en que los interesados se den cuenta de que esta operacin «lelicada la puede realizar igualmente, si no mejor, un profano, siempre que lisponga del cuidado y de la habilidad que requiere una prictica ancestral como la de tejer, por ejemplo, se habrii acabado el monopolio médico so- ie operaciones poco costosas que pueden estar al alcance del mayor nt: mero. A medida cue las herramientas posindustriales racionales se extien- tabties del especialista seguiran a la instrumentacién industrial en herramienta simple, pobre, trans- ramienta elaborada, compleja, s€- su caida como siguieron en su gloria. | parente, es un servidor humilde; la he ‘rela, es un amo arrogante. LA POLARIZACION |La industrializacién multiplica la gente y las cosas, Los subprivilegiados recen en ntimero, en tanto los privilegiados consumen siempre mas. En Consecutencia, el hambre crece entre los pobres y el temor entre los ricos. Levado por el hambre y el sentimiento de impotencia, el pobre reclama 1 industrializacién acclerada; impelido por el miedo y el deseo de prote- lor su mayor bienestar, el rico se embarca en una proteccién cada vex més eaplosiva y blindada. Mientras que el poder se polariza, la yeneraliza, La posibilidad que se nos presenta de crear mas fel lado el mundo, con menos abundancia, queda relegada al punto amarillo dle la visi6n social Esta ceguera es el hecho del desequilibrio en la bal jos por la educacion resultan buenos consumidores y buen jos. Consideran su crecimiento personal bajo la forma de una act lacion de bienes y de servicios producidos por la industria, Antes que hacer lanza del saber: Los 440 IVAN ILUcH las cosas por sf mismos, prefieren recibirlas embaladas por la institucién, Rechazan su capacidad innata de captar lo real. El desequilibrio del balans vce del saber explica cémo el despliegue del monopolio radical de bienes y servicios es casi imperceptible para el usuario, Pero no nos dice por qué és jente hasta tal punto impotente para modificar las disfunciones en la medida en que las percibe. Es alli donde interviene el efecto de un cuarto tipo de trastorno: la por lari ‘nte del poder, Bajo el empuje de la megamaquina en ex pansién, el poder de decisién sobre el destino de todos se concentra en las manos de algunos. Y, dentro de este frenesi de crecimiento, las innovacios nes que mejoran la suerte de la minorfa privilegiada crecen atin mas ripic damente que el producto global ese Unalza de 3% del nivel de vida norteamericano cuesta 25 veces mas ea ro que un alza igual en la India, La India, sin embargo, es mas poblada y proltfica que América del Norte. La condicién del pobre puede mejorarse, siempre que el rico consuma menos, mientras que la condicién del rico no puede mejorar sino a costa de la expoliacién mortal del pobre. El rico pres tende que al explotar al pobre le enriquece, puesto que, en dima instan- cia, crea la abundancia para todos. Las elites de los paises pobres difunden, esta fabula, El rico se enriqueceré y despojara mas al pobre en el decenio que view dra a los paises pobres la construceién de redes de transporte y de distri- bucién a un precio social que, de hecho, hubiera bastado para transformar Ja agricultura local Pero la angustia que nos oprime no debe, bajo ningun precio, impedimos comprender bien la estructura del reparto del poder, Pues ésta es Ja cuarta dimensién por donde el sobrecrecimiento ejerce sus efectos destructores. La industrializacién sin freno fabrica la pobreza mo: derma. Es cierto que los pobres con ello disponen de un poco mas de dines ro, pero pueden hacer menos con sus pocos pesos. La modernizacion de la pobreza camina de la mano con la concentracién del poder: es neces render bien o no se percibira la naturaleza protunda de la polarizacién, La pobreza se moderniza: su umbral monetario se eleva porque nuevos productos industriales se presentan como bienes de primera necesidad, enigndose totalmente fuera del alcance econémico de la gran mayor ria En el Tercer Mundo, el granjero pobre es expulsado de sus i as por in verde. Gana mas como asalariado agricola, pero sus hijos no comen como antes. El ciudadano norteamericano que gana 10 veces mag LA CONVIVENCIALIDAD aa que el asalariado agricola es, también, desesperadamente pobre, Loy dos pagan cada vez mas cara la creciente falta de bienestar De manera complementaria, el distanciamiento acentiia, porque el control de la produccién se centraliza con minis a pro tlicit siempre mas para mayor ntimero. Mientras que el alza de los de Ia pobreza es efecto de la estructura del producto indi (0 del distanciamiento entre inermes y poderosos es conve, ile la estructura de la herramienta, Quienes quieran resolver el pt ecto del problema sin poner atencién en el segundo, no hacen my que tecmplazat la falta de cosas por la falta de voces. La redistribueion del pr lucto no es el remedio para la polarizacién del control, E] impuesto es un paliativo a los efectos superficiales de Ia ve ion industrial del poder: El impuesto sobre la renta encuentra si 0 mento en los sistemas de seguridad social, de asignaciones y de distrib ion equitativa del bienestar. Incluso es posible que, més alld de ¢ umbral, se estatice el capital 0 bien se decida reducir el abanico de lor lvios. Pero este tipo de control de la renta privada no puede ser elteie sh ho con umn control paralelo del consumo, de los privilegios del individuio en sazén de su funcién de productor. El control de la renta privada mo tiene ningtin efecto igualitario sobre los privilegios que realmente eden e tuna sociedad donde el trabajo es promovido a primer plano y In vidi « cstica relegada al segundo. Mientras a los trabajadores se los claifiqiie cen funcién del grado de capitalizacién de la fuerza de trabajo de end sine |i minorfa que detenta el saber de alto precio se arroga regularmente Lodo .gios que permiten ganar tiempo. La concentracién es inhereiie los priv «la productividad industr Hace apenas un siglo, nadie hubiera podido imaginar la concentieldn ule poder y de energia que hoy nos parece normal. En una sociedad moder ha, la energia industrializada excede considerablemente a la eneryi eli holica global, es decir, a la energia de la cual dispone el cuerpo hutniaie ‘a realizar tareas. La relacién entre energfa mecanica y energa disponible cesde 15 en China y de 300 en Estados Unidos. Y los re contran mas e ck smo de energia se ha modificado en forma radical. El funclonamlen \o y, atin mids, los Hineamientos de la infraestructura energética de iN 8 ciedad moderna imponen la ideologia del grupo dominante, eon una fer del antiguo Hip, & idn inconcebibles para el sacerdot un IVAN TLLICH para el banquero del siglo xvi. En tanto instrumento de dominacién, le su valor en beneficio del carburante. Si el capital es lo que nistra Ia energia del cambio, la inflacién energética ha reducido a ki mayoria a la indigencia, A medida y conforme el instrumento se infla, eb niimero de operadores potenciales disminuye. A medida que el instrumen= to se hace mas eficiente, el operador emplea mas bienes y servicios costo: sos, En los pafses que se industrializan, el ingeniero es el tinico que tiene {re acondicionado en su barraca. Su tiempo es tan precioso que toma el avi6n para dirigirse a la capital, v sus decisiones son tan importantes que las comunica con un transmisor de radio de onda corta. El ingeniero ha gax nado sus privilegios acaparando los fondos puiblicos para obtener sus die plomas. El albanil indigena no puede evaluar la situacién relativamente privilegiada de su contramaestre, pero los ayudantes t tes, que han sido escolarizados, pero no diplomados, tamente en forma mas aguada el calor del campamento y la Iejanfa de su familia. Se ven relativamente empobrecidos por toda la eficiencia suples mentaria ganada por su patron. Nunca antes la herramienta fue tan poderosa. Y jamais una élite la aca: paré hasta ese punto, El derecho divino robaba menos en favor de los reyes de antafio de lo que el crecimiento de los servicios, al socaire del interés superior de la produccién, roba hoy a los cuadros populares. Los soviétis cos justifican los transportes supers6nicos diciendo que ahorran tiempo a sus sabios. Los transportes a gran velocidad, las redes de telecomunicae cién, los cuidados médicos especializados, la asistencia ilimitada de la bus rocracia se presentan como necesidades para sacar el maximo de los indi viduos que han sido objeto de un mudximm de capitalizacién, La sociedad de la megaherramienta depende para sobrevivir de miilti= ples sistemas que impiden a un gran mtimero de gente hacer valer su palas bra, Este tiltimo privilegio se reserva a los individuos reconocidos como los mas productivos. Normalmente se mide la productividad de un individuo por la inversién educativa de la que ha sido objeto, por la importancia del I de iniciacién al que se le ha sometido. Mientras mas grande es el montén de saber que se le ha inyectado a un individuo determinado, mas grande es el valor social atribuido a sus decisiones, y mas legitima también es su demanda de productos industriales avanzados. mba el poder fundado en el saber certificado de la es cucla, formas mas antiguas de segregacién vuelven Mientras se der al primer pl bajo de un individuo vale menos cuando es negro, la fuerza de tr LA CONVIVENCIALIDAD, ay dle sexo femenino, extranjero; cuando no piensa como se debe 0 no pass \ertas ordalfas. En la seleccién de una meritocracia, el mas minimo rol de escuela abre la puerta a procedimientos de seleccién primitivos. Ast queda nontado el tablado para la multiplicacién de minorfas y para el desarrollo espectacular de sus reivindicaciones. Cada uno que reclama su parte, expo- hie incvitablemente a la minoria de la que forma parte a ser victima de sus propios fines. Conforme van cubriendo instituciones més escasas ¥ m: vi quias se elevan y aglutinan. Un puesto en la administracién de una indus {via moderna es el mis ambicionado y disputado producto del crecimiento. |los otros, lo que corren detrzis en vano, y que son los ms, se reparten en luna variedad de clases “inferiores”: Ios subeducados, las mujeres, los homo- Cada dia se inventa un nuevo tipo de vastas, las je Jas javenes, los viejos, etc. Inlerioridad. Los movimientos minoritarios, los de las mujeres, de los ne- jwos odal mal pensantes, logran, cuando mucho, obtener diplomas y carre- ‘us para algunos de los miembros salidos de sus filas. Cantan victoria cuan- do logran que se reconozca el principio: a igual trabajo, igual salario, All se jsienta una patadoja: por una parte esos movimientos fortalecen la creen- cia de que las necesidades de una sociedad jgualitaria no pueden satisfacer- se sin pasar por tn trabajo especializado y por una jerarquia burocratizade; cin, que la menor chispa por otra, acumulan quanta fabulosos de frusti har explotat Poco importa saber para qué fines especfficos se organizan las mino- Has, siempre que aspiren a un reparto equitativo del consumo, de las bue- hay plazas @ del poder formal para gobernar las herramientas ingoberna- jorfa actie con miras a obtener su parte en una sus miembros Ines. Cada ver que una mi sociedad de crecimiento, no obtendri para la mayoria di ins que un sentimiento mas agudo de insatisfaceién, En cuanto a las oposiciones que quieren alcanzar el control de las inst iuciones existentes, les dan una legitimidad de un nuevo tipo, exacerbando mo tiempo las contradicciones. Cambiar el equipo dirigente no es una evolucion. Qué significa el poder de los trabajadores, el poder negro, el p ler de las mujeres o el de los jévenes si no es el poder de tomar el poder es Lublecido? Un poder tal es a lo més el de dirigir mejor un crecimiento ya 1ado a proseguir st curso glorioso por estas providenciales tomas lel poder, La escuela, ya se ensenie en ella marxismo o fascismo, reprodu nide de clases de fracasados.-Bl avin, aunque se le conceda pi reproduce una jerarqui aje aun trabajador en ocasién de sus vacacione: a IWAN ILLICH 11 con una clase superior de gente cuyo tiempo se supone mis preci el de los demas re los inevitables subproductos del crecimiento industrial se cu tan las nuevas clases de subconsumidores y de subempleados. Las mui los negros, los hijos de los pobres se estin organizando. La organizacién hace tomar conciencia de su condicién comtin, Por el momento, las mi Fias organizadas reclaman el derecho de poseer, manteniendo asi el si quo. Exigit a trabajo igual, igual salario es apoyar la idea de un trabajo sigual. El dia que estas organizaciones reclamen un derecho igual en el der, podran Hlegar a ser el pivote de la reconstruccién social. La socied industrial no resistirfa el asalto de un movimiento vigoroso de mujeres ai reclamaran, por ejemplo, un trabajo igual para todos, sin distincién al na, Todas las clases, todas las razas cuentan con mujeres. Ellas ejercen mayoria de sus actividades cotidianas en forma no industrial. Las socie des industrializadas son viables precisamente porque cuentan con las jeres para las tareas caseras que se escapan a la industrializacion. Pero ut sociedad regida por criterios de eficiencia industrial degrada y devalia trabajo doméstico. En realidad, éste se haria mas inhumano al colocarlo. el molde industrial. Es més facil imaginar al norteamericano dejando de explotar la subindustrializacion de América Latina que dejando de destin a sus mujeres a Jos trabajos no industrializables. La expansién de la induie tria se detendrfa si las mujeres nos obligaran a reconocer que la soci deja de ser viable en cuanto un solo modo de produccién ejerce su dominig sobre el conjunto. Es urgente tomar conciencia de la pluralidad de modo§ de produccién, cada uno vilido y respetable, que una sociedad, para ser vite ble, debe hacer coexistir. Esta toma de conciencia nos haria los amos del crecimiento industrial. Este se detendria si las mujeres y las otras minoriag. alejadas del poder exigiesen un trabajo igualmente creativo para todos, ef ver de reclamar la jgualdad de derechos sobre la megainstrumentacién mae nipulada hasta ahora sélo por el hombre. Sélo una estructura de produc: cién que protege el reparto igual del poder permite un goce igual del haber, Lo onsoneTo onvivencial supone el desmantelamiento del actual industria, No la supresién de toda produceién industrial, Exige que se reduzea la polarizacion social de la herramienta, a fin de que [A CONVIVENCIALIDAD, “s Svevista una pluralidad dinamica de estructuras complemen icra productiva y que haya lugar para una pluralidad de ambientes y de elites, Reclama la adopeién de herramientas que pongan en accién la ener ir del cuerpo humano, no la regresién hacia una explotacién de! hombre. I sine la reduecion considerable de la serie de tratamientos obligatorios, pier no impide a nadie que se le ensene 0 se le asista si ast lo desea. Una sociedad convivencial tampoco es una sociedad congelada. Su dinamica es Iuncion de la amplitud en el reparto del control de la energia, es decir, del pxler de operar un cambio real. En el sistema actual de obsolescencia pro- nada en gran escala, algunos centros de decisién son los que imponen | innovacién al conjunto de la sociedad v privan a las comunidades de ba- se para cleair su porvenir: De hecho, es el instrumento el que impone la di- jeccidn y el ritmo de la innovacién, Un proceso ininterrumpido de recons- cial proteja truccion convivencial es posible a condicién de que el cuer ppodler de las personas y de las colectividades para modificar y renovar su estilos de vida, sus herramientas, su ambiente; dicho de otra forma, su poder para dar a la realidad un rostro nuevo, Dentro de esta amenaza in- dustrial al pasado y al futuro, a la tradicién y a la utopia, reside la quinta dimension para sahaguardar el equilibrio. La polarizacién social, como se ha visto, resulta de dos factores com- binados: el alza del costo de los bienes y servicios producidos y empaque dustria, y la escase7 creciente de los empleos considerados wlos por la tomo altamente productivos. Lo obsoleto, por su parte, produce la desva- Aacion. Esta desvalorizacién no es el efecto de una tasa global de cam- hho, sino del cambio que afecta a los productos que ejercen un monopolio polarizacién social la determina el siguiente hecho: el costo de hienes y servicios estandarizados ha llegado a ser tal, que Ia mayorfa nte no puede obtenerlos. Mientras mas aumenta su produccién, ulead. 1 nos se iguala su distribucién y mais se excluye al consumidor del control ore lo que recibe. Lo obsoleto, por su parte, puede llegar a ser intolera bie 1 quien no esté eliminado del mercado. Obliga al consumidor lesprenderse continuamente de aquello que ha sido forzado a deseat; omar va instalar en su existencia, La necesidad artificial y la obsolescen-

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