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El salto cuántico está disponible para ser producido tanto en personas como en organizaciones.

No obstante a que los hemos experimentados y/o visto en otros, solemos no tener presente
cuáles son las condiciones propicias para que éstos se generen.

Desde la física y la mecánica cuántica sabemos que el principio que reina es el de


incertidumbre, así que lo primero que habría que decir es que no hay una fórmula mágica. Lo
que sí parecen evidenciar los múltiples experimentos es que cuando el átomo es calentado, sus
electrones comienzan a cambiar su comportamiento, lo que hace más probable que cambien de
órbita y produzcan destellos de luz de diferentes colores. Trasladado esto a las organizaciones,
la pregunta sería ¿Cómo calentarlas para producir ese incremento en la probabilidad?

Las siguientes son algunas formas, sin ser este un listado exhaustivo:

 Crear y operar una cultura organizacional de recursos abiertos, sin esquemas de


conservación y regulación, para desde ahí promover el desarrollo de nuevas preguntas
fundamentales, de forma que sus integrantes puedan ver sus relaciones con nuevos ojos y
operar desde nuevos y flexibles marcos conceptuales.
 Reconocer que la identidad es dinámica siempre y cuando sea coherente con la visión
compartida que han construido (atmósfera de empoderamiento y confianza).
 Reconocer abiertamente la incertidumbre y aprovecharla (el caos también tiene una forma
de orden) para desarrollar esquemas de trabajo no lineales, que faciliten los procesos de
creatividad y co – creación, innovación, aprendizaje, adaptabilidad y auto-organización
sistémica de los equipos.
 Crear marcos de relacionamiento libre, cercano e interdependiente (los jugadores crean
fuertes lazos entre sí).
 Generar marcos de pensamiento integrados y asociativos, donde todos los actores
involucrados son capaces de ver la “whole picture” y mantenerse conectado a ésta para
aprender.
 Fomentar el desarrollo de liderazgos cuánticos[1] capaces de (i) enfocar los sentidos en el
propósito principal (ver intencionalmente); (ii) desarrollar marcos de pensamiento
complejo (pensar paradójicamente); (iii) reconocer y gestionar sus emociones de forma
armónica (sentirse vitalmente vivo); (iv) acceder a todas las formas de conocimiento
(conocer intuitivamente); hacerse cago de lo todo lo que ocurre a su alrededor (actuar
responsablemente); (v) gestionarse en la incertidumbre con un sentido de optimismo
(confiar en el proceso de la vida); y (vi) reconocer que se está en relación y que el tipo de
relaciones que se construyen determinar el tipo de resultados que se logran (estar en
relación).
Las distinciones de la física y la mecánica cuántica explican en gran medida el desempeño
exponencial de empresas que, en un periodo de tiempo relativamente corto, logran expandir su
presencia y reconocimiento, abrir mercados antes impensables, desarrollar productos y
servicios soportados en el desarrollo de tecnología de punta y procesos de innovación, e incluso
multiplicar por 20 o 30 o 40 sus utilidades anuales y otros beneficios tangibles e intangibles.

Saltos cuánticos ocurren en este momento a lo largo del planeta, así que tal vez estás siendo
llamado a crearlo para ti y para tu organización.

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