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Dra. Miriam de la C. Sánchez Segura, Dra. Vianed Marsán Suárez, Dra. Consuelo Macías Abraham,
Dra. Alina García García, Dra. Julio Valcárcel Llerandi, Lic. Lázaro O. del Valle Pérez, Lic. Beatriz
Socarrás Ferrer, Lic. Ada A. Arce Hernández
RESUMEN
ABSTRACT
The progressive hemifacial atrophy (AHP) or Parry Romberg syndrome, is a rare degenerative
disease, characterized by slowly progressive unilateral facial atrophy involving the subcutaneous
tissue, cartilage, fat tissue and underlying bone structures, which often overlaps with a condition
known as linear scleroderma «en coup of sabre». To our knowledge has not been reported the
association between immunodeficiency and this syndrome. We report the case of a child of 5
years with AHP, with a history of recurrent infectious processes, some serious, since he was 7
months old. The immunological study showed T cell immunodeficiency, lymphocyte
subpopulations showed T/CD4 T/CD3 + cells values decreased and normal value B/CD19 + cells.
The presence of antinuclear homogeneous pattern and anti-dsDNA antibodies confirm de
autoimmune disorders described in these patients. The cellular immunodeficiency with AHP is an
expression of great clinical variability of this disease and the importance of early diagnosis.
INTRODUCCIÓN
La Atrofia Hemifacial Progresiva , también conocida como Síndrome Parry Romberg es una
enfermedad degenerativa extremadamente rara y pobremente comprendida, caracterizada por
una lenta y progresiva atrofia facial unilateral que afecta al tejido celular subcutáneo, cartílago,
tejido graso y estructuras óseas subyacentes, que frecuentemente se solapa con una condición
conocida como esclerodermia lineal «en corte de sable». Su etiología es desconocida y el
comienzo es lento, usualmente durante las dos primeras décadas de la vida, mas a menudo entre
los 5 y 15 años de edad.1-4
Aunque esta enfermedad de aparición esporádica puede afectar ambos sexos, la incidencia es
mayor en mujeres que en hombres, en una proporción aproximada de 3:2. La prevalencia es de al
menos 1/700 000. La condición es observada en el lado izquierdo de la cara con mayor frecuencia
que en el lado derecho, progresa durante varios años y luego se detiene.5,6
Esta patología fue descrita primero por Caleb Parry en 1825 y posteriormente desarrollada por
Moritz Romberg y Eduard Henoch en 1846. Fue el neurólogo alemán Albert Eulenburg el primero
en usar el término descriptivo de «Atrofia Hemifacial Progresiva» para esta enfermedad en 1871.5
Los hallazgos clínicos no se limitan solo a los cambios estructurales faciales, sino que pueden
además presentarse manifestaciones neurológicas, oculares, cutáneas y en miembros y tronco, así
como también algunas alteraciones dentarias. Dentro de las complicaciones neurológicas, la
epilepsia focal es la manifestación cerebral más común y en algunos pacientes se asocia a un
cuadro de hemiatrofia cerebral con convulsiones focales intratables y hallazgos histológicos en la
biopsia de cerebro, indistinguibles de la encefalitis de Rasmussen. También puede aparecer
migraña y dolor facial por neuralgia del trigémino, entre otras. Estas complicaciones pueden estar
asociadas con anormalidades cerebrales del mismo lado de la atrofia facial, aunque raramente
puede estar afectado el hemisferio cerebral contralateral.3,7-9 Las manifestaciones oculares más
frecuentemente asociadas con el síndrome Parry Romberg incluyen el enoftalmo, retracción del
párpado, ptosis palpebral, estrabismo restrictivo, disfunción del nervio motor ocular , síndrome de
Horner, sensibilidad corneal reducida, queratopatía, episcleritis, uveítis, neuroretinitis, vasculitis
retinal y disturbios pigmentarios de la retina.10-12
El diagnóstico de la Atrofia Hemifacial Progresiva puede realizarse solo sobre la base de la historia
y el examen físico en un paciente que presente asimetría facial. En aquellos que además presenten
síntomas neurológicos tales como migraña o convulsiones, la realización de un
electroencefalograma y una Resonancia Magnética Nuclear (RMN) del cerebro constituyen la
modalidad de elección. También en estos casos puede ser de utilidad la indicación de una punción
lumbar y la determinación de autoanticuerpos en el suero del paciente.5,6
Debe realizarse el diagnóstico diferencial principalmente con el síndrome de Goldenhar, que es un
desorden extraño que aparece al nacimiento, con las Lipodistrofias, la panatrofia de Gower y con
la esclerodermia lineal en corte de sable, la cual incluye anormalidades oculares, orales y
neurológicas similares al síndrome Parry Romberg.6,13
Paciente masculino, de la raza mestiza, de 5 años de edad, con antecedentes prenatales de feto
cefálico, madre con anemia durante el último trimestre del embarazo, padre con ligera asimetría
facial y abuela materna con enfermedad autoinmune (Tiroiditis y Diabetes Mellitus).
Nació por cesárea debido a desproporción cefalopélvica a las 40,3 semanas, con un apgar de 9/9,
peso de 3860 gramos y una longitud supina de 51 cm. En las primeras 24 horas de nacido se le
diagnosticó un ictero precoz que desapareció después de recibir tratamiento con fototerapia.
Su desarrollo psicomotor fue de características normales hasta la edad de 3 años en que apareció
una zona de encanecimiento (piebaldismo) occipital derecha, con mancha hipocrómica de 0,5 cm
en la piel subyacente, por lo que se sospechó que se trataba de un vitiligo. La biopsia realizada en
dicha zona reveló como diagnóstico un Nevo de Bécquer. Recibió tratamiento con Melagenina
durante varios meses.
A los 10 meses del inicio de la enfermedad, se evaluó nuevamente y se notó marcada progresión
de la atrofia hemifacial derecha, con área de depresión que recuerda la estocada de sable, pérdida
de la grasa y del tejido celular subcutáneo con visualización de la anatomía del arco cigomático,
además de atrofia importante del lóbulo de la oreja de ese lado (oreja derecha 0,9 cm más
pequeña que la izquierda) con plegamiento del hélix y desviación del mentón hacia el lado
derecho. También se apreció un notable incremento de la pigmentación cutánea que abarcaba
toda la hemicara afectada y aumento del área alopécica, sin variación ostensible en la zona de
canicie (Figura 1 y 2 ).
El examen oftalmológico realizado incluyó fondo de ojo, el cual reveló una ligera despigmentación
de la retina del ojo derecho, con excavación de 0,5 mm y disminución ligera del grosor del iris
asociada a zona de despigmentación.
La evaluación de los resultados del estudio inmunológico realizado llevó a la conclusión de que el
paciente presentaba una inmunodeficiencia celular (déficit predominante de células T), por lo cual
recibió atención y seguimiento periódico por consulta de Genética para la valoración sistemática
de sus anomalías craneofaciales, así como también por las consultas de Inmunología, Neurología,
Oftalmología y Máxilofacial.
Desde el punto de vista inmunológico se orientaron medidas de higiene personal y ambiental para
impedir la recurrencia de los procesos infecciosos: evitar el contacto con personas enfermas, no
exponerse a ambientes contaminados por gérmenes, suprimir la administración de vacunas que
contengan gérmenes vivos atenuados y evitar, siempre que sea posible, el uso de procedimientos
invasivos. Ante la presencia de infección se recomendó el tratamiento con antibióticos de amplio
espectro según el resultado de los cultivos.
DISCUSIÓN
Los signos clínicos que incluyen la hemiatrofia facial, la hiperpigmentación de la piel, la zona de
canicie con mancha hipocrómica a ese nivel, el patrón eplileptiforme en el EEG y las alteraciones
encontradas en el fondo de ojo, han coincidido con lo reportado en otros casos de la literatura
revisada. 12, 18-21 Esta rara condición es más frecuente en hombres que en mujeres. Ren y
colaboradores en su estudio clínico sobre Parry Romberg que se extendió de 1997 a Mayo de
2006, encontraron que de 35 pacientes afectados 24 eran del sexo femenino y solo 11 del
masculino. 24 El caso que aquí presentamos es varón, lo cual concuerda con algunos autores.21-
23
En la atrofia facial generalmente está involucrada la hemicara izquierda. 20,22,23 Sin embargo, en
el caso que aquí se presenta la hemiatrofia facial fue derecha, lo cual ha sido descrito con
anterioridad en otros enfermos con este síndrome.6,21,25,26
Además de las manifestaciones propias del síndrome Parry Romberg al paciente se le diagnosticó
una inmunodeficiencia celular (déficit predominante de células T), lo cual no ha sido comunicado
en la literatura revisada para esta entidad. En el estudio de las subpoblaciones linfocitarias se
encontró una disminución en los valores de los marcadores linfocitarios T CD2 y CD4. La
inmunidad celular, que forma parte de la respuesta inmunitaria adaptativa, es la función efectora
de los linfocitos T y actúa como mecanismo de defensa frente a los microorganismos que
sobreviven en el interior de los fagocitos o que infectan células no fagocíticas. Después del
reconocimiento antigénico a través de receptores específicos, los linfocitos T experimentan un
proceso de activación que conlleva a su proliferación, expansión clonal, formación de células de
memoria, secreción de citocinas y/o respuesta citotóxica. La activación efectiva de los linfocitos
requiere de señales coestimuladoras que contribuyan con la señal generada a través del receptor
antigénico, entre las que juega un papel primordial la molécula CD28. 27-29 Las infecciones virales
y bacterianas que ha padecido el paciente podrían explicarse por la disminución que presenta de
las subpoblaciones linfocitarias T. El incremento encontrado en el valor del marcador de células T
CD8 podría obedecer a un mecanismo inmunológico compensatorio por la marcada disminución
de la subpoblación auxiliadora inductora de la respuesta inmune (CD4+).
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RTÍCULO DE REVISIÓN
Diversos investigadores han propuesto 4 mecanismos básicos para explicar el proceso del
crecimiento craneofacial y cada uno de ellos ha concedido importancia variable a mecanismos
individuales:
Fuerzas expansivas intersticiales generadas por los tejidos al nivel de las suturas.
Vander Klauss4, propuso la teoría más reciente y acertada del crecimiento y desarrollo del
complejo craneofacial que fue ampliado por Moss5, ambos, consideran que el crecimiento de los
tejidos esqueléticos constituye una respuesta secundaria, compensatoria y mecánicamente
obligada a cambiar de las matrices funcionales. Moss afirma: "la cabeza es una estructura
compleja que desde el punto de vista operativo incluye varias funciones relativamente
independientes: olfato, respiración, visión, digestión, habla, audición, equilibrio e interacción
neural". Cada función es llevada a cabo por tejidos blandos apoyados y protegidos por elementos
esqueléticos conexos.6 El análisis de las características precisas de la mutación genética a menudo
revela los mecanismos por los cuales, una estructura particular o un grupo de estructuras, alteran
el crecimiento del macizo craneofacial.
Cuando por alguna razón las matrices funcionales se ven afectadas en su crecimiento, los tejidos
esqueléticos responden también con un grado de afectación dependiendo del momento en que
ésta se produzca. En este tema, se evidencia cómo por causas aún desconocidas se produce una
enfermedad que afecta grandemente el crecimiento y desarrollo de las estructuras de la cara, con
las consiguientes alteraciones psíquicas y sociales que trae aparejada. Esta revisión de la literatura
es con el objetivo de contribuir a ampliar la información científica en nuestro medio y garantizar
con un diagnóstico y tratamiento oportunos al mejoramiento de la calidad de vida de quienes la
padecen, objetivo básico de nuestro sistema de salud.
Desarrollo
Atrofia hemifacial, entidad pocas veces vista en la práctica clínica, es una enfermedad progresiva
que suele comenzar en la adolescencia o en la primera juventud. Comienza en la zona paramedial
de la cara (situada a 2 ó 3 traveses de dedo lateralmente a la línea media) con atrofia del tejido
subcutáneo graso. La piel situada por encima, los músculos faciales por debajo y en algunos casos
los huesos y cartílagos de la cara, pueden estar atrofiados. Puede aparecer en la literatura con
otros términos como: Enfermedad de Romberg, Síndrome de Perry-Romberg y Trofoneurosis
Facial.3 Coiffman,7 utiliza el término Hemiatrofia Facial Progresiva, al igual que Sharpe,8 Rogers,9
Moss10 y Wartenberg.11
En las manifestaciones clínicas de la enfermedad pueden observarse con frecuencia la caída de las
pestañas y una calvicie anterior; también puede haber atrofia ipsolateral de la lengua. Algunos
pacientes pueden presentar epilepsia que afecta sobre todo el lado contrario y son frecuentes los
procesos inflamatorios que afectan el ojo. Aunque generalmente aparece en la adolescencia o en
la primera juventud, se han reportado casos en niños por diferentes autores.8,9,11,12,13,14 y 15
La enfermedad suele alcanzar el máximo en un período de 2 a 12 años, pero puede detenerse en
cualquier momento dejando sólo una deformidad mínima. Puede limitarse a una de las zonas de
inervación de una de las ramas del trigémino o en ocasiones desbordan estos límites y afectan el
cuello, hombro, brazo, tronco e incluso, la pierna del mismo lado.
La piel puede presentar un color castaño claro que en casos más severos puede ser castaño
oscuro; se cree que esto se debe al espesamiento de la epidermis y la atrofia de las estructuras
anexas.
Los músculos faciales disminuyen de tamaño pero conservan su función, los huesos y cartílagos
faciales están poco desarrollados dependiendo de la edad en que apareció la enfermedad. Ya que
los huesos de la cara no alcanzan el 90 % de su tamaño adulto hasta que el individuo no tiene 12 ó
13 años, de comenzar la enfermedad en la primera infancia, provocará las lesiones óseas más
importantes.16,17 y 18
Etiología
La etiología no ha podido ser demostrada aunque parece ser que la causa radica en el sistema
nervioso simpático. Wartenbetg11 postuló que, un disturbio en el sistema simpático podría inducir
la atrofia de los tejidos subcutáneos de esta condición, mostrando simpatectomía cervical en ratas
por Moss y Crikelair10 que sustentan esta teoría. Aunque ha sido relacionado el desarrollo de esta
enfermedad con los traumas, incluidos las extracciones, no ha podido ser demostrado
científicamente.12 Mascona,19 reporta el caso de una mujer de 23 años con Lupus
paniculítico,raro proceso inflamatorio crónico de la grasa subcutánea que se extiende
gradualmente produciendo necrosis y degeneración, en la cual, la resolución y transformación de
la grasa subcutánea en tejido fibroso, resultó en una atrofia hemifacial. Rogers6 concluye que la
causa radica en el sistema nervioso simpático, señalando que la causa actuaría a nivel central del
diencéfalo. Lo cierto es que la etiología aún es oscura.
Aunque se acepta el término de atrofia hemifacial, la desfiguración puede incluir ambas regiones
faciales. En una revisión de 772 casos, Rogers9 encontró un 5 % bilateral y que se presentaba con
mayor frecuencia en el sexo femenino con una proporción de 3 a 2.
Figura
FIGURA. Apariencia facial de una paciente afectada por esta enfermedad. Obsérvese la "estocada
de sable" en el lado derecho de la cara.
El examen físico nos muestra que el tejido blando posterior a ese surco está más deprimido y
menos grueso y el examen funcional nos corrobora que no hay pérdida de las funciones
musculares. El examen bucal no muestra alteraciones en la cronología y orden de erupción ni en la
formación dentaria, puede presentarse mordida cruzada posterior en el lado afectado.12,13
Radiográficamente puede observarse el desarrollo desproporcional del esqueleto facial con una
discrepancia entre el lado sano y el afectado. El ángulo mandibular del lado enfermo es más
obtuso, sugestivo de un patrón similar a las atrofias por desuso. El ultrasonido de la zona muestra
la disminución de las partes blandas a ese nivel. La interconsulta con otras especialidades se
impone para la localización de otros de los signos y síntomas. La aldolasa y creatinina quinasa
elevadas, son sugestivas de distrofia músculo esqueletal activa.12
El diagnóstico temprano demuestra que se conoce la enfermedad y garantiza un buen plan de
tratamiento que generalmente se lleva a cabo por equipos multidisciplinarios que cumplen un
objetivo fundamental: mejorar la calidad de vida de estos pacientes, establecer una buena
relación de oclusión, mejorar la estética facial y propiciar un buen desarrollo funcional y
psicológico, son premisas de este objetivo fundamental.
Para el tratamiento de la enfermedad han sido propuestos procedimientos que oculten el defecto
tales como inyecciones de silicona por debajo de la piel, injertos y colgajos de hueso, cartílago,
grasa, fascia y/o dermis.23 Con el desarrollo de la microcirugía, técnicas de las cuales se tienen las
primeras referencias en Japón en 1965 y que fueron ganando aceptación en la década de los 70, se
han logrado mejores y estables resultados. Fisher24 reporta un promedio de 43 casos entre 4 y 70
años de edad, operados por estas técnicas con óptimos resultados. Fujino25 reporta la evolución
de un caso de atrofia hemifacial tratado con cirugía microvascular y craneofacial con un
seguimiento de 11 años.
Conclusiones
En los últimos años se han hecho notables progresos para conocer mejor la patogenia de las
malformaciones craneofaciales, muchas de las cuales, son raras lo que en ocasiones dificulta su
diagnóstico. Esta somera revisión estimulará a estomatólogos generales, odontopediatras y
especialistas que están en la mejor posición en su práctica diaria, a detectar y remitir estas
anormalidades en sus comienzos y valorar con mayor precisión el complejo craneofacial.
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RESUMEN
INTRODUCCIÓN
El Síndrome de Parry-Romberg (SPR) fue descrito por el médico inglés Caleb Parry, sobre 1815 y
desarrollado posteriormente por Moritz Romberg en1846 (1). También conocido como Atrofia
Hemifacial Progresiva, caracterizado por una atrofia lenta y progresiva, generalmente unilateral,
de los tejidos faciales (2)(3).
La causa de esta afección es desconocida. Ha sido propuesto, como causa primaria, un trastorno
en el metabolismo de la grasa (4), así también su patogénesis se ha asociado con fenómenos de
autoinmunidad, trauma, infecciones virales, alteraciones endocrinometabólicas y factor
hereditario (5)(6)(7).
Es una enfermedad rara, el número de casos es de 1 cada 700 000 (1), siendo más afectado el sexo
femenino (8)(9)(10).
El SPR es una condiciòn autolimitada, para la cual no se ha encontrado cura. Se evalúa en equipos
multidisciplinarios (14). El tratamiento de elección es la correcion quirúrgica de la atrofia cuando
ya no progresa la enfermedad, debido a la gran afectación estética, física y psíquica que provoca
en el paciente (15)(16)(17).
El objetivo de este trabajo es, a través de la presentación de un paciente con Síndrome de Parry-
Romberg en nuestra localidad, aportar un nuevo caso a la literatura y reducido universo,
reportados de esta afección, así como dar a conocer una posible relación etiológica de esta
entidad con los procederes quirúrgicos estomatológicos.
PRESENTACIÓN DE CASO
Paciente masculino, de 76 años, tez amarilla, que es captado en actividad de terreno por
estomatólogo del área de Cayo Guìn (rural), municipio Baracoa, el cual no presentó sintomatología
que lo obligase a buscar ayuda facultativa. Refiere que hace aproximadamente 45 años, se realizó
extracción traumática del 28 retenido, teniendo hemorragia alveolar a las pocas horas después del
proceder, que obligó a su internamieto en el Hospital de la localidad, donde fue tratado y dado de
alta a los dos días siguientes. Notó la aparición de asimetría facial, a predominio de la hemicara
izquierda, la cual se manifestó tres semanas después de la intervención y evolucionó lenta y
progresivamente durante un período de más menos 8 1/2 años, hasta que la enfermedad se
detuvo, sin otras manifestaciones acompañantes o dolorosas. Es un paciente con estado de salud
aparente en aquel entonces, hoy sufre de HTA, para lo cual no lleva tratamiento regular. Sin
antecedentes de familiares que hayan padecido igual afección. Padres fallecidos de causa
desconocida. No fuma ni ingiere bebidas alcohólicas.
Asimetría facial a expensa de hemicara izquierda, caracterizada por atrofia marcada de las
regiones temporal, maseterina y geniana media y baja, con pérdida del contorno de la mejilla. Piel
de apariencia normal, unida al hueso subyacente (mandibular y temporal) , donde no se palpa
contractura muscular al ocluir fuertemente el paciente. Desviación ligera de la comisura labial
hacia el lado afectado, así como del ala nasal, izquierdas.
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Edente parcial, con presencia de dientes remanentes en mal estado, con pérdida de la oclusión
dentaria en el sector posterior. No otras alteraciones significativas.
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Fig. 4 TAC de cráneo. Atrofia del tejido celular subcutáneo y muscular de la región temporal
izquierda, sin lesión ósea.
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DISCUSIÓN:
PR es una rara enfermedad caracterizada por atrofia de la piel, grasa, tejido conectivo, músculo, y
en ocasiones hueso, en un lado de la cara, también conocida como Atrofia Hemifacial Progresiva
(18).
Esta enfermedad se presenta entre la primera y segunda década de la vida, se han descrito casos
hacia los 40 años de edad, por lo general progresa lentamente durante muchos años y se estabiliza
posteriormente (19)(20), sin mostrar mejoramiento espontáneo (11). El caso reportado se
manifestó a la edad de 31 años y evolucionó en más menos 8 ½ años, período en que se detuvo sin
regresión de la asimetría causada.
Puede presentar muchas manifestaciones clínicas, pero la aparición y severidad de estos síntomas
varía individualmente (21). Los pacientes van desde los que tienen una asimetría imperceptible a
desfiguración aguda (1). Pacientes quienes manifiestan atrofia en edades tempranas presentan
mayor repercusión (22). Se describe la asimetría facial como signo principal, que puede involucrar
al tejido óseo, cambios en la piel con presencia de hipo o hiperpigmentación, esclerodermia en
golpe de sable, anormalidades cerebrales visibles en RM con manifestaciones neurológicas de
migrañas, epilepsias, convulsiones, etc, anormalidades oculares, dolores faciales, desviación de la
nariz, manifestaciones bucales y dentarias, así como toma del hemicuerpo del mismo lado (1). Del
paciente obtuvimos las características clínicas descritas en el examen físico, refiriendo además en
el interrogatorio, ausencia de todo tipo de sintomatología en el transcurso de la efermedad, así
como la no aparición de otras complicaciones, evolución que se considera esté relacionada
directamente con el buen estado de salud aparente del mismo y la edad (31 años) en que ocurrió
el accidente.
TRATAMIENTO:
Hoy en día, los pacientes afectados, son atendidos en Equipos Multidiscilplinarios, compuestos por
Cirujanos Plásticos, Internistas, Cirujanos Dentales, Psicólogos, etc. La cirugía cosmética con
injertos de grasa autógena, inyecciones de silicona o colágeno e implantes inorgànicos constituyen
alternativas para corregir las deformidades (23)(24). No existe un algoritmo de tratamiento
estandar, se ha propuesto uso de esteroides tòpicos, vitamina D3 tópica, methotrexate
(25)(26)(27)(28). Esteroides orales se han empleado, así como antimaláricos (29)(30). El paciente
acudiò a nuestra cosulta alrededor de 45 años después de instalada la enfermedad, a la edad de
76 años, motivado por el interés de la Estomatóloga de su área de salud. No fue sometido a
tratamiento alguno.
CONCLUSIONES:
Se presenta el caso de un paciente portador de una condición degenerativa, conocida como SPR,
que constituye una rara entidad en nuestra especialidad, descrita hace más de un siglo, cuya
etiología y patogenia, aún no se han podido dilucidar. Que presenta un cuadro clínico muy variable
y no existe tratamiento eficaz capaz de detener la misma y evitar la marcada deformidad que
produce. Una vez que se estabiliza, la cirugía correctora constituye el tratamiento de elecciòn .
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Autor:
Hipertrofia hemifacial
cirugía maxilofacial madridLa mayoría de las personas presentan alguna asimetría facial. Sin
embargo, algunas personas presentan un aumento de tamaño considerable de un lado dela cara.
En este caso se considera que existe hipertrofia hemifacial.
Puede afectar a cualquier lado de la cara, y las mujeres son más propensas a sufrirlo. Además, se
cree que está causado por un aumento de aporte neurovascular en el lado afectado.
La asimetría suele implicar el hueso frontal, maxilar, paladar, mandíbula, proceso alveolar,
cóndilos y los tejidos blandos asociados. En el lado afectado, la piel es gruesa y basta, el pelo es
espeso y abundante y las secreciones de las glándulas sebáceas y sudoríparas son excesivas. En
este lado, el oído y el ojo también pueden ser de tamaño superior. Dentro de la boca, se puede
sufrir también un aumento de tamaño de las papilas fungiformes, las raíces y las coronas de los
dientes. Por todo esto, la maloclusión es común.
No existe un tratamiento específico para esta patología, aunque en algunos casos se puede
precisar de cirugía para mejorar las anomalías estéticas.
HIPERTROFIA HEMIFACIAL
Etiología y patogenia.
Se presentan más en mujeres que en hombres 3:2. El tumor de Wilms es la neoplasia que se asocia
con mayor frecuencia a la hemihipertrofia. Se postulan múltiples factores etiológicos en el
desarrollo de la enfermedad; entre los que se incluyen, alteraciones vasculares o linfáticas de tipo
anátomico o funcional, disfunción endocrina, alteración del ambiente intrauterino, trastornos del
sistema nervioso central, anormalidades cromosómicas y división celular asimétrica.
Características Clínicas
Manifestaciones bucales
La lengua presenta hiperplasia unilateral y aparece torcida, con una delimitación muy clara en la
línea media; las papilas fungiformes son grandes, simulan excrecencias polipoides y puede
presentar disgeusia; los tejidos blandos intrabucales están engrosados y agrandados y se describen
como exagerados y situados sobre pliegues blandos aterciopelados.
ESUMEN:
Se hace una revisión de la literatura sobre la Hemiatrofia Facial Progresiva (Síndrome de Parry-
Romberg). La descripción de las características clínicas y la posible asociación con otras patologías,
permite la comprensión de este síndrome considerado por algunos autores como un trastorno del
desarrollo causado por defectos de la vascularidad de la zona, producto de alguna causa infecciosa
o traumática. Su etiología no esta bien determinada, pero sí, su aspecto clínico, el cual se repite en
todos los pacientes. El llamativo aspecto asimétrico que presenta el paciente y su conducta
progresiva, sumado a otras condiciones asociadas como la neuralgia del trigémino, permite un
rápido reconocimiento de esta enfermedad y su pronta derivación a los especialistas adecuados.
Se presentan dos casos de pacientes con estadios diferentes de esta enfermedad, que acudieron al
Servicio de Cirugía Bucal de la Facultad de odontología de la Universidad Central de Venezuela,
que brindan un aporte en el conocimiento de la misma.
SUMMARY:
Esta enfermedad fue descrita por primera vez en el año de 1825 por C.H. Parry, sin embargo su
descripción detallada la hizo M.H. Romberg en 1846, de allí su denominación como Síndrome de
Parry-Romberg.(Gorlin y col 1976, Ong y Yeo 1990, Popov y col 1994, Miller y Spencer 1995,).
El término de Hemiatrofia Facial Progresiva (HFP) fue introducido por Eulenberg en 1871 aunque
existen algunos autores que prefieren llamarla simplemente Hemiatrofia Facial. (Gorlin 1976,
Popov 1994). Es una patología rara, pero bien reconocida en cuanto a sus manifestaciones clínicas,
sin embargo los factores etiológicos que la causan todavía permanecen desconocidos.
Existe una serie de hipótesis las cuales sugieren que podría ser consecuencia de alteraciones del
sistema nervioso simpático cervical (Shafer y col 1983, Popov y col 1994,), historia de trauma e
infecciones (Gorlin y col 1976, Shafer y col 1983), procesos inflamatorios de carácter no infeccioso
(Cory y col 1997). Todos estos afectan de alguna manera la irrigación sanguínea, sirviendo como
mecanismo de gatillo para el desarrollo de la subsecuente atrofia.
Características clínicas. La HPF es de desarrollo lento y progresivo, está limitada en forma exacta y
precisa a la mitad de la cara, aún cuando en casos muy raros se presenta en forma bilateral. Si la
enfermedad comienza en la primera década de la vida cuando el esqueleto facial todavía se
encuentra en desarrollo, el hueso está mas propenso a sufrir deformación, mientras que si la
enfermedad se desarrolla en etapa adulta las alteraciones se encontrarán localizadas en los tejidos
blandos. (Rogers 1964, Converse 1977)
Afecta por lo general a la piel, tejido celular subcutáneo y a la musculatura subyacente, en raras
ocasiones afecta al tejido cartilaginoso y al hueso. Puede comenzar en uno o varios puntos del
cráneo o de la cara. Su signo clínico inicial es un incremento o disminución de la pigmentación de
la piel, la cual se produce generalmente en la frente cerca de la región superciliar o en la región
infraorbitaria en la zona del complejo cigomático-malar, pudiendo en algunos casos involucrar al
párpado inferior. (Converse 1977)
Estas alteraciones de la pigmentación van seguidas de la disminución progresiva del espesor del
tejido celular subcutáneo, hasta su completa desaparición, haciendo que la piel se adelgace
notablemente adhiriéndose por completo al músculo y hueso subyacente, tomando una
coloración pardusca característica, semejante al bronceado obtenido por la exposición a los rayos
del sol. Esta pérdida progresiva del tejido de soporte de la piel hace que el paciente tenga un
aspecto esquelético característico del lado afectado. también se describe en esta patología la
presencia del llamado "Cup de Sabre" término francés que significa marca del sable, este signo se
encuentra generalmente delimitando la porción afectada de la no afectada en forma de un surco
bien marcado. (Gorlin 1976, Converse 1977, Shafer 1983)
Los músculos faciales involucrados se adelgazan, pero su función motora está preservada, aunque
por las condiciones de rigidez de la piel que los cubre, su rango de movilidad se encuentra
limitado. En estudios electromiográficos se ha podido demostrar que no hay evidencia de
degeneración neuromuscular, sin embargo histológicamente la fibra muscular demuestra signos
de atrofia con disminución de las estriaciones y de los núcleos. (Peskova y col 1961)
En algunos casos muy avanzados, la enfermedad puede involucrar otras zonas del cuerpo como el
tronco y las extremidades cruzando también la línea media. (Lang y Schmitz, 1956)
Manifestaciones Bucales Entre las manifestaciones bucales de la HFP podemos mencionar, atrofia
de la lengua y labios en el lado afectado, disminución de tamaño del cuerpo y ángulo de la
mandíbula ocasionando la correspondiente maloclusión. En cuanto a los dientes, se puede
observar un retardo en su erupción y también alteraciones en cuanto a su morfología radicular
pudiéndose presentar en algunos casos reabsorción radicular. (Mazzeo y col, 1955. Shafer 1983.
Fayad y Steffensen, 1994.).
Otras manifestaciones patológicas asociadas Debido al problema vascular que existe (fibrosis de
los capilares y arteriolas) algunos pacientes presentan alteraciones de las glándulas sudoríparas y
atrofia de los folículos pilosos, ocasionando escleroderma y áreas de alopecia (Rischbeit, 1976;
Menni y col, 1977.). En otros casos la enfermedad puede estar acompañada de neuralgia del
trigémino, parálisis facial, epilepsia, arteriosclerosis y desordenes mentales como neurosis y
psicosis. (Converse 1977; Terstegge y col 1994.).
En relación con el ojo, podemos tener exoftalmia o enoftalmia, presencia del síndrome de Horner,
heterocromía del iris y midriasis.(Aracena y col, 1979; Achour y col 1988; Auvinet y col 1989.)
Scievink y col (1996), publican un caso asociado a aneurismas intracraneales múltiples y Takahashi
y col (1996), describen otro caso en el cual encontraron múltiples calcificaciones intra cerebrales.
Por último algunas implicaciones en relación con el sistema inmunológico que se pueden
mencionar son: incremento de la IgG sérica y el factor RA, anticuerpo antinuclear, anticuerpo anti-
DNA y células LE pueden estar positivos. (Kayanuma y Oguchi, 1994; GarcÌa de la Torre y col
1995.). Diagnóstico: El diagnóstico de esta enfermedad está basado en la clínica que ofrece el
paciente con sus características tÌpicas que determinan el síndrome. El cambio de coloración de la
piel como si se tratara de vitiligo (Schafer 1983) o decoloración pardusca (Gorlin 1976) sumado a la
pérdida llamativa de masa tisular, confinada a un solo lado de la cara pueden hacernos concluir
que se trata de esta entidad patológica. Los estudios radiológicos ayudan a descartar la existencia
de patologías Óseas. Tratamiento: Las modalidades de tratamiento reconstructivo para la HFP son
muy diversas y variadas, sin embargo su éxito parece depender de la escogencia del mismo para
cada caso en particular y de acuerdo a la fase de desarrollo en la que se encuentre la enfermedad.
(Converse 1977)
Entre las técnicas quirúrgicas empleadas a través del tiempo podemos mencionar:
Injerto combinado de Dermis, PanÌculo Adiposo y Fascia: Este tipo de injerto fue de los primeros
utilizados en el tratamiento de la HFP y aún cuando en sus fases iniciales aportaba un buen
soporte para los tejidos atróficos, con el tiempo en la mayoría de los casos se producía una
reabsorción casi completa del mismo, sin embargo según algunos autores durante este proceso se
mejoraba considerablemente la calidad biológica de los tejidos, permitiendo la colocación de un
segundo injerto con probabilidades de éxito mucho mejores. (Pescova y Stockar 1961)
Injerto Pediculado de Piel, Dermis y PanÌculo Adiposo: a Través de un colgajo tubular, que puede
tener su base en la región pectoral o en la región abdominal, se lleva el extremo libre del mismo a
la zona del defecto que se desea reconstruir. Uno de los argumentos en defensa de este
procedimiento, es la garantía que tiene el injerto de la nutrición sanguínea mientras que se
produzca la neovascularización en el sitio receptor, que garantice la supervivencia del transplante.
Si bien este método ha sido muy utilizado, entre sus desventajas se reportan la gran cantidad de
Cirugías de remodelación que hay que hacer para lograr el espesor estético adecuado de los
nuevos tejidos. (Converse 1977)
Injertos Libres de Dermis y Panículo Adipso con Anastomósis Microvascular: Con el desarrollo de
sofisticadas técnicas en el área de la Cirugía Microvascular, los pacientes que padecen HFP tienen
un nuevo recurso muy valioso para el tratamiento de su problema. Se trata de injertos
desepitelializados que son deslizados a Través de túneles submucosos en las áreas defectuosas y
que reciben nutrición sanguínea por medio de anastomósis con los vasos de la zona utilizando la
microcirugía. Esta técnica, es la que por su versatilidad y sus grandes probabilidades de éxito es la
mas utilizada hoy (Fujino y col, 1975; Wells y Edgerton 1977).
CASO N_ 1:
Paciente femenina de 34 años de edad, de raza mestiza quién acude a la consulta por presentar
una lesión en el lado izquierdo de la cara. Al interrogatorio la paciente manifiesta que desde hace
aproximadamente ocho meses ha notado que el lado izquierdo de la cara comenzó a adelgazarse
sin explicación alguna. Se inicia con la aparición de una mancha en la región del pómulo y luego en
forma progresiva la piel se ha ido adelgazando. No hay sensación dolorosa para el momento de la
consulta y lo único que refiere, es una sensación de estiramiento de la piel, especialmente, cuando
trata de abrir la boca para masticar o al bostezar.
El examen clínico extrabucal, se observa una asimetría moderada en el lado izquierdo de la cara,
con aspecto de ausencia de los tejidos de soporte de la piel, lo cual hace que el esqueleto facial del
lado afectado él maxilar superior y el malar se hagan mas notorios que en lado contrario. El surco
nasogeniano del lado afectado se encuentra muy marcado y se nota un hundimiento de la piel en
la zona correspondiente al carrillo, igualmente se puede observar una decoloración suave de la
piel. (Ver Fig. 1). Al palpar bimanualmente de ambos lados de la cara, se nota que en el lado
afectado hay una falta de los tegumentos subcutáneos, con la percepción de una piel acartonada.
Fig. 1
El defecto señalado se puede observar mas claramente al comparar el lado afectado con el lado no
afectado (Ver Fig. 2 y 3) El examen clínico intrabucal al igual que el examen radiográfico no
revelaron ninguna anomalía que pudiera estar relacionada con la patología presente y ambos se
encontraron normales.
Fig.2
Fig. 3
Tratamiento: Esta paciente cuando acude a nuestra consulta, lo hace por dificultad para abrir la
boca y por pérdida de masa de espesor en su cara, lo cual hace sospechar que podría tratarse de
alguna destrucción ósea de origen tumoral. Esta suposición fue descartada una vez evaluadas las
radiografías respectivas las cuales demostraban que el hueso estaba sano.
La paciente fue referida con el diagnóstico presuntivo de Hemiatrofia Facial Progresiva al Servicio
de Cirugía Plástica del Hospital Universitario de Caracas para su reconstrucción.
CASO N_ 2:
Se trata de una paciente femenina de 29 años de edad, de raza morena, que acude a la consulta
por presentar dolores intensos en el lado derecho de la cara, desde hace aproximadamente un
año. Al interrogatorio, la paciente manifiesta que el defecto presente en el lado derecho de la cara
comenzó hace aproximadamente cinco años en la zona temporal y luego se le fue extendiendo a
todo lo largo de la cara. Sin embargo desde hace un año aproximadamente comenzó a sufrir dolor
fuerte en la cara, sobre todo cuando trataba de abrir la boca, con una duración corta de
aproximadamente 30 a 40 segundos, apareciendo varias veces al día y no se calmaban al tomar
analgésicos, por lo cual se le diagnostica presuntivamente como una neuralgia del trigémino,
complicación asociada en la HFP . (Converse 1977; Terstegge y col 1994.).
En el examen clínico extrabucal podemos observar una marcada asimetría facial en el lado
derecho de la cara, que involucra las regiones temporal, cigomática, maxilar y mentoniana del lado
mencionado. La piel carecía por completo de soporte subcutáneo, dando a la cara del paciente la
típica apariencia de facies esquelética descrita anteriormente entre las características clÌnicas de la
HFP avanzada (Ver Fig. 4).
Fig. 4
Fig. 5
Fig. 6
En el examen clínico intrabucal pudimos observar una limitación de la apertura bucal, con ligera
desviación de la mandíbula hacia el lado afectado y además presencia de dolor al realizar esta
maniobra. La lengua, piso de boca, paladar , carrillos, se encontraban normales, con excepción de
una ligera inflamación gingival generalizada y presencia de caries en algunos dientes.
Tratamiento: Aunque el tratamiento de esta paciente escapa de nuestra competencia, se hizo lo
necesario para aliviar el dolor provocado por la neuralgia del trigémino asociada, por lo cual se le
administró Carbamazepina con dosis en incremento, comenzando por 250mgs hasta controlar el
dolor y paralelamente fue referida a los Servicios de NeuroCirugía y de Cirugía Plástica del Hospital
Universitario de Caracas para su respectivo tratamiento.
DISCUSION
Con la presentación de estos dos casos evaluados en nuestro servicio de Cirugía Bucal, con Las
características clÌnicas, típicas del Síndrome de Parry- Romberg, el primer caso un estadio leve y el
segundo más avanzado, con la asociación de una neuralgia del trigémino, nos permite reflexionar
acerca de lesiones del complejo maxilofacial, que si bien su tratamiento definitivo no está en
nuestras manos, estamos comprometidos con diagnosticar la enfermedad para poder referir y
orientar al paciente en forma adecuada.
En ambas situaciones los hallazgos relacionados con la cavidad bucal no fueron de mucha
importancia. Quizás la preocupación mas relevante de ambos pacientes era la relacionada con su
aspecto estético, para lo cual les fue recomendada la consulta con el Servicio de Cirugía Plástica
del HUC. Sin embargo se sabe que el tratamiento de estos pacientes, sobre todo aquellos con un
desarrollo avanzado de la lesión, es complejo, sobre todo por la dificultad en el manejo de una piel
de calidad muy pobre y que está sujeta a sufrir dehiscencias, que complican aún mas el
tratamiento.
Desde el punto de vista odontológico estos pacientes pueden ser ayudados perfectamente
mediante las diversas especialidades que sean necesarias para su tratamiento, considerando en
alguno de ellos como única limitante el grado de apertura bucal que puedan presentar.
Es importante señalar que este tipo de casos rara vez consultan con el odontólogo, pues su
principal molestia es la estética, sin embargo se pueden presentar en la consulta por la dificultad
de abrir la boca.
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El Síndrome de Parry-Romberg
Jon Stone
Hemiatrofia facial de grasa, piel, tejido conectivo, músculo y/o hueso (100%).
Anormalidades oculares que incluye el encogimiento del globo ocular, uveitis, anormalidades en la
pupila, miopatía ocular restrictiva (Síndrome de Duane), heterocromía.
Epilepsia (10%) algunas veces asociada con cambios cerebrales en el mismo lado visibles en
Resonancia Magnética (5%).
1. Marilyn - uno de los moderadores de “la Conexión Romberg”, una organización ía de personas
con el síndrome de Parry-Romberg (reproducido con el permiso de Lipincott, Williams y Wilkins).
Figura 2. (A) Esclerodermia “en golpe de sable”, que habitualmente sucede con hemiatrofia facial
en el Síndrome de Parry-Romberg (reproducido con permiso del Dr. Ken Katz). Esta tiende a seguir
las líneas de Blaschko (B), que son líneas embriológicas que favorecen muchas enfermedades de la
piel (reproducido con permiso de Elsevier)
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS.
La migraña y el dolor facial son los síntomas más comunes en este grupo de pacientes.
Ocasionalmente, puede aparecer la epilepsia y, algunas veces, ésta puede estar directamente
relacionada con una anormalidad del cerebro en el mismo lado que la lesión de la piel. Esto puede
ser solamente visible mediante Resonancia Magnética como una lesión sobre el fondo gris o como
una marca blanca. Más raro es que las imágenes de las anormalidades del cerebro sean del lado
contrario o bilaterales (Fig. 3). A muy pocos de estos casos se les ha realizado una biopsia, pero la
mayoría de ellos sugiere que hay un problema inflamatorio. Hay otra serie de anormalidades
cerebrales que han sido asociadas al síndrome de Parry-Romberg y a la esclerodermia “en golpe
de sable” en los campos de imagen y neuropatología. Estos incluyen la hemiatrofia cerebral,
engrosamiento meningítico, disgénesis cortical (desarrollo anormal del cortex cerebral), lesiones
calcificadas, aneurismas y malformaciones vasculares intracraneales. Está documentado el caso
mortal de un niño con encefalitis asociada del “tipo Rasmussen”. Desde un punto de vista
psicológico, el desfiguramiento es a menudo el peor síntoma, particularmente desde que el mismo
es evidente.
Figura 3.- (A) Síndrome de Parry-Romberg de lado izquierdo, con hemiatrofia cerebral del mismo
lado y una marca blanca intensa (reproducido con permiso de Elsevier) (B) Esclerodermia lateral
derecha “en golpe de sable” con una anormalidad cortical en el mismo lado y una lesión contra
lateral en el tálamo. (reproducido con permiso del Grupo de Publicaciones BMJ).
EPIDEMIOLOGÍA
No está bien descrita. Hace unos años llevé a cabo un estudio de las condiciones, sobre 205
pacientes voluntarios pertenecientes a un sitio web de pacientes de USA llamado “La conexión
Romberg”(Fig.4). El sitio web puso en contacto a mucha gente con el síndrome de Parry-Romberg
que previamente no había tenido oportunidad de entrar en contacto con otros con el mismo
problema. La interpretación de los resultados estaba limitada por la metodología, pero la media
de edad de aparición era de 10 años, con alrededor de un tercio cuya enfermedad empezó a los 15
años y algunos casos tardíos a los 40 años. La enfermedad típicamente avanza en unos pocos años
(pero en algunos casos durante mucho más tiempo) y después se para. No avanza
espontáneamente una vez que se establece. Hay informes anecdóticos de empeoramientos
durante el embarazo o después de haber dado a luz. El número de casos es de 1 cada 700.000 y
puede ser más común en mujeres.
HISTORIA
La enfermedad fue descrita por un médico inglés llamado Caleb Parry sobre 1815 y desarrollada
posteriormente en 1846 por Moritz Romberg (el del signo de Romberg). En los 190 años siguientes
no ha habido mucho progreso en la comprensión o tratamiento de la enfermedad- la mayoría
consiste únicamente en informes documentales sobre casos aparecidos.
ETIOLOGÍA
No hay estudios sistemáticos que nos sirvan de guía, pero la mejor explicación, es que es una
enfermedad de autoinmunidad. La patología de la piel si se coge en los inicios, muestra cambios
inflamatorios. Como muestra de la hipótesis inflamatoria se incluyen: una mayor cantidad de
anticuerpos que en la media de la población; la superposición con la esclerodermia lineal, vitíligo,
la presencia de señales transitorias de lesiones en el cerebro en las Resonancias Magnéticas; un
par de informes de inflamación intracerebral; y bandas oligoclonales en el fluido cerebro-espinal.
Gatos y conejos con lesiones experimentales en el ganglio cervical simpático comparten algunas
de las características clínicas del síndrome de Parry-Romberg. Hay muy pocos casos (menos del
2%) con una posible etiología hereditaria aunque es importante no confundir Parry-Romberg con
la microsomía hemifacial, que es un desorden congénito diferente. Hay informes aislados de
aparición de Parry-Romberg después de traumatismo craneal y de cirugía facial.
PRUEBAS CLÍNICAS
Para un paciente que solo tiene asimetría facial, es posible realizar un diagnóstico sin pruebas
clínicas. La Imagen por Resonancia Magnética, es la prueba clínica adecuada para pacientes con
síntomas neurológicos. Una punción lumbar y estudio de anticuerpos pueden ser pruebas
adecuadas para un paciente que presenta epilepsia.
TRATAMIENTO
Los problemas neurológicos asociados incluyen epilepsia (que está normalmente asociada a
anormalidades del cerebro visibles en la Resonancia Magnética), espasmo de la mitad de la
mandíbula y migraña.
La cirugía estética puede ser útil, y en algunos casos se podría considerar el uso de
inmunosupresores.
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Hemiatrofia facial o El síndrome de Parry-Romberg (SPR). Fue descrito en 1825 por Parry y
detallado posteriormente por Romberg en 1846. La hemiatrofia facial progresiva, conocida como
síndrome de Parry-Romberg o esclerodermia lineal es un raro desorden caracterizado por
progresiva y autolimitada atrofia de la piel, el tejido sub-cutáneo, y en ocasiones las estructuras
subyacentes al hueso.
Contenido
1 Clínica
2 Etiología
3 Diagnóstico
4 Tratamiento
5 Fuente
Clínica
Puede empezar y detenerse en algún estadío del crecimiento y del desarrollo, dentro de las dos
primeras dos décadas de la vida, o aún más tarde, dejando diversos grados de deformidad. El
proceso atrófico afecta principalmente el segmento superior de la cara, pero puede extenderse a
varios lugares anatómicos, tales como, los ojos, el tejido muscular, la laringe, la faringe o la lengua.
También se ha descrito la resorción ósea mandibular en un caso clínico exclusivamente
dermatológico. La base patológica de tales alteraciones, que se ha propuesto, es el desarrollo en
los tejidos de fibrosis quística . Entre las asociaciones neurológicas adscritas al síndrome de Parry-
Romberg, las crisis convulsivas son quizás las más frecuentes, en menor grado, los trastornos
isquémicos transitorios y la afectación de los pares craneales, en mayor frecuencia el trigémino y
el hipogloso. La relación entre la epilepsia y los desórdenes del tejido conectivo que con llevan a la
hemiatrofia permanecen sin esclarecerse, especialmente por la escasez de datos neuropa-
tológicos disponibles. En las manifestaciones clínicas de la enfermedad pueden observarse con
frecuencia la caída de las pestañas y una calvicie anterior; también puede haber atrofia ipsolateral
de la lengua. Algunos pacientes pueden presentar epilepsia que afecta sobre todo el lado
contrario y son frecuentes los procesos inflamatorios que afectan el ojo. Aunque generalmente
aparece en la adolescencia o en la primera juventud, se han reportado casos en niños. La
enfermedad suele alcanzar el máximo en un período de 2 a 12 años, pero puede detenerse en
cualquier momento dejando sólo una deformidad mínima. Puede limitarse a una de las zonas de
inervación de una de las ramas del trigémino o en ocasiones desbordan estos límites y afectan el
cuello, hombro, brazo, tronco e incluso, la pierna del mismo lado. La piel puede presentar un color
castaño claro que en casos más severos puede ser castaño oscuro; se cree que esto se debe al
espesamiento de la epidermis y la atrofia de las estructuras anexas. Los músculos faciales
disminuyen de tamaño pero conservan su función, los huesos y cartílagos faciales están poco
desarrollados dependiendo de la edad en que apareció la enfermedad. Ya que los huesos de la
cara no alcanzan el 90 % de su tamaño adulto hasta que el individuo no tiene 12 ó 13 años, de
comenzar la enfermedad en la primera infancia, provocará las lesiones óseas más importantes.
Etiología
La etiología no ha podido ser demostrada aunque parece ser que la causa radica en el sistema
nervioso simpático. Wartenbetg postuló que, un disturbio en el sistema simpático podría inducir la
atrofia de los tejidos subcutáneos de esta condición, mostrando simpatectomía cervical en ratas
por Moss y Crikelair que sustentan esta teoría. Aunque ha sido relacionado el desarrollo de esta
enfermedad con los traumas, incluidos las extracciones, no ha podido ser demostrado
científicamente. Mascona, reporta el caso de una mujer de 23 años con Lupus paniculítico, raro
proceso inflamatorio crónico de la grasa subcutánea que se extiende gradualmente produciendo
necrosis y degeneración, en la cual, la resolución y transformación de la grasa subcutánea en
tejido fibroso, resultó en una atrofia hemifacial. Rogers concluye que la causa radica en el sistema
nervioso simpático, señalando que la causa actuaría a nivel central del diencéfalo. Lo cierto es que
la etiología aún es oscura.
Aunque se acepta el término de atrofia hemifacial, la desfiguración puede incluir ambas regiones
faciales. En una revisión de 772 casos, Rogers encontró un 5 % bilateral y que se presentaba con
mayor frecuencia en el sexo femenino con una proporción de 3 a 2.
En exámenes físicos realizados mostraron que el tejido blando posterior a ese surco está más
deprimido y menos grueso y el examen funcional corroboró que no hay pérdida de las funciones
musculares. El examen bucal no muestra alteraciones en la cronología y orden de erupción ni en la
formación dentaria, puede presentarse mordida cruzada posterior en el lado afectado.
Radiográficamente se puede observar el desarrollo desproporcional del esqueleto facial con una
discrepancia entre el lado sano y el afectado. El ángulo mandibular del lado enfermo es más
obtuso, sugestivo de un patrón similar a las atrofias por desuso. El ultrasonido de la zona muestra
la disminución de las partes blandas a ese nivel. La interconsulta con otras especialidades se
impone para la localización de otros de los signos y síntomas. La aldolasa y creatinina quinasa
elevadas, son sugestivas de distrofia músculo esqueletal activa.
Diagnóstico
El diagnóstico temprano garantiza un buen plan de tratamiento que generalmente se lleva a cabo
por equipos multidisciplinarios que cumplen un objetivo fundamental: mejorar la calidad de vida
de estos pacientes, establecer una buena relación de oclusión, mejorar la estética facial y propiciar
un buen desarrollo funcional y psicológico, son premisas de este objetivo fundamental.
Tratamiento
Fuente
Resumen
En muchos casos la atrofia hemifacial progresiva se asocia con un tipo de esclerodermia lineal
llamada "en coupe de sabre" (ECDS), y muchos investigadores creen que la atrofia hemifacial
progresiva también es una forma de esclerodermia lineal.[5][7][8] Por lo tanto, el tratamiento de
la atrofia hemifacial progresiva es hecho con los mismos medicamentos utilizados para tratar otras
formas de esclerodermia lineal, pero hasta hoy no hay ningún medicamento que pare la
progresión de la enfermedad. Después de que la atrofia hemifacial progresiva se estabiliza y la
enfermedad no progresa más, se puede hacer la cirugía reconstructiva para restaurar la forma
natural de la cara y para los problemas del ojo si los hay.[5]
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Síntomas
Las primeras señales de la atrofia hemifacial progresiva generalmente son cambios en la piel
similares a los de la esclerodermia localizada. Es más común en mujeres y generalmente afecta el
lado izquierdo de la cara más que el lado derecho. Los síntomas y su severidad son variados. En
general, si la enfermedad comienza más tarde en la vida, la atrofia es menos grave porque el
crecimiento facial está casi completo en la segunda década de la vida.[2][5][6] Las señales y los
síntomas pueden incluir:[5][6][2][7][9][10]
Problemas oculares (en alrededor del 10-35% de los casos), incluidos cambios en el párpado y la
cuenca del ojo, donde el globo ocular puede “hundirse” en la cuenca del ojo (enoftalmos) a
medida que el tejido de alrededor del ojo se atrofia. Otros problemas pueden incluir cambios
corneales y retinianos, o pueden involucrar el nervio del ojo (óptico) o el músculo de los ojos
Las complicaciones neurológicas ocurren en el 45% de los casos, y pueden incluir convulsiones,
migrañas, pérdida de cabello, dolor del nervio facial (neuralgia del trigémino)
Alteraciones en los dientes (en aproximadamente el 50% de los casos) lo que resulta en una
desviación de la nariz y la boca hacia el lado afectado, y la exposición de los dientes
Atrofia de la lengua
Raramente hay perdida del tejido graso del tronco, de los brazos y de las piernas del mismo lado
del cuerpo que el lado afectado de la cara
De acuerdo con la gravedad de la enfermedad, hay tres tipos de atrofia hemifacial progresiva:[10]
Tipo I, es el más común e involucra un área localizada en la cara que afecta solo la capa superficial
de la piel (capa epidérmica) que sigue la distribución del quinto nervio craneal (nervio trigémino)
Tipo III afecta ambos lados de la cara, incluidos todos los huesos blandos y subyacentes (los menos
frecuentes)
Causa
Trauma
Esclerodermia
La mayoría de los casos de atrofia hemifacial progresiva son esporádicos, lo que significa que no
son heredados y ocurren en personas que no tienen antecedentes familiares de la afección. Sin
embargo, en casos raros, más de un miembro de la familia se ve afectado. No se ha visto un
patrón claro de herencia en estos casos. Se están investigando las causas de la atrofia hemifacial
progresiva, incluyendo cualquier posible predisposición genética.[2][5][7]
Diagnóstico
No existe una prueba específica para diagnosticar la atrofia hemifacial progresiva, por lo que el
diagnóstico inicial puede ser difícil, a menudo demorando años. Por lo general, se sospecha debido
a la atrofia característica que afecta los tejidos de la cara. El diagnóstico puede incluir el examen
médico, historial médico completo, imágenes por resonancia magnética (IRM), la extracción de
una muestra de tejido para estudiar en el laboratorio (biopsia) y / o descartar otras causas.[5]
Tratamiento
Antimaláricos
Metotrexato
Tetraciclina
Ciclofosfamida
Análogos de vitamina D3
El síndrome de dolor hemicraneal (puede ser en forma de migraña o cefalea intensa continua,
pero solamente en un lado de la cabeza) se ha tratado con éxito mediante inyecciones locales
repetidas de toxina botulínica A.[5] El tratamiento de la afectación del ojo y del nervio de la cara
puede incluir el uso de algunos medicamentos, como esteroides, y procedimientos quirúrgicos,
según el problema específico.[2][5]
La atrofia hemifacial progresiva para de progresar por sí sola dentro de 2 a 20 años, lo que dificulta
evaluar si un tratamiento específico es realmente exitoso. Después de que la condición se
estabilice, se puede realizar una cirugía reconstructiva para restaurar el tejido graso que se pierde
con la enfermedad y, por lo tanto, recuperar la forma natural de la cara y tratar el ojo hundido
(enoftalmos) y la retracción del párpado que puede haber.[5]
Implantes de silicona
Las inyecciones para rellenar huecos debajo de la piel, como la inyección con ácido hialurónico,
que también pueden mejorar el enoftalmos y la retracción del párpado
Debido a que la enfermedad afecta múltiples órganos y sistemas del cuerpo, se pueden necesitar
varios especialistas diferentes como de médicos, cirujanos, dentistas y psicólogos para manejar los
diferentes síntomas.[2][5][6][7]
Pronóstico
En cuanto más tarde comience la enfermedad, menos severa es, lo que probablemente es debido
a que la atrofia es más severa cuando las estructuras del rostro todavía se están desarrollando y el
desarrollo completo de estructuras craneofaciales y nerviosas se termina más o menos a los 20
años de edad.[2] No hemos identificado ningún estudio en la literatura en que hay recurrencia en
la misma persona después de que la condición se ha estabilizado.
La atrofia hemifacial progresiva puede tener un impacto psicológico y social significativo en una
persona, dependiendo de la gravedad, la progresión, la edad de inicio y el éxito de la reparación
cosmética.
generalidades
Los hallazgos imaginológicos más frecuentes son: atrofia del hemisferio ipsilateral,
11,15
dismorfia meningocortical,
11
5,6,11,12
12
15
entreotros.Estas imágenes descritas pueden corresponder a una causa infecciosa focal crónica,
aunqueno hay evidencia clínica en la evolución del paciente.
Tertegge
y cols.
11
Fernández
y cols.
13
realizaron biopsias cutáneas a pacientes con SPR y plantearon laalteración neurovascular de causa
inmunológica como la causa probable (vasculitis focal) ysugieren un tratamiento antiinflamatorio o
inmunosupresor.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS