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Estas son las principales tendencias a aplicar para el año entrante.

1. El proceso de enseñanza-aprendizaje se personalizará.

Con unas aulas tan heterogéneas como nuestra sociedad y la importancia de ofrecer una
adecuada atención a la diversidad, el aprendizaje individualizado y adaptado a cada
alumno resulta esencial. Para ello, hay que optar por clases más participativas, escuchar
y descubrir las necesidades de cada niño, por ejemplo a través de la aplicación de teorías
como las inteligencias múltiples. La finalidad es conseguir que todos los alumnos
asimilen, comprendan y afiancen los contenidos, para lo que es necesario adaptar el
aprendizaje a sus capacidades o formas de aprender, sus intereses o su ritmo de
aprendizaje. Gracias a la personalización se puede desarrollar al máximo el talento de
cada estudiante y sus ventajas son múltiples

2. Los profesores apostarán por las nuevas metodologías.

La pedagogía inversa, o el aprendizaje por proyectos ya se han implantado en multitud


de centros a lo largo de 2016. Los docentes seguirán poniendo en práctica estas y otras
metodologías innovadoras para sacar lo mejor de sus alumnos, motivarles y ejercitar
todas las competencias y destrezas para convertirlos en adultos formados y preparados.
Los próximos pasos pueden ser, por ejemplo, la gamificación de las aulas o
el aprendizaje basado en juegos, que dan un enfoque lúdico a la enseñanza y aprovechan
el potencial de la diversión y las recompensas para aprender.

3. Los alumnos aprenderán de forma activa.

El 2017 será el año del aprendizaje experimental o enseñanza orientada a la acción, con
la que los niños se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje y pueden
relacionar la teoría y los conceptos aprendidos con la realidad que les rodea, llevándolos
a la práctica. Resulta mucho más motivador para los alumnos, les permite “saber hacer”,
“aprender a aprender” y construir un aprendizaje significativo y trabaja, entre otras
habilidades y destrezas, las siguientes:
– Creatividad
– Autonomía y espíritu emprendedor
– Resolución de problemas y superación de errores
– Paciencia, esfuerzo y perseverancia
– Pensamiento crítico
El aprendizaje activo puede desarrollarse a través de multitud de propuestas y
metodologías, entre las que destacan el aprendizaje basado en proyectos, en retos o en
problemas. Una de las aplicaciones más novedosas del aprendizaje experiencial
aprovecha al máximo el potencial de las TIC a través de la robótica o la programación,
animando a los estudiantes

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