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PRIMERO TIENES QUE OIR EL EVANGELIO

Muchas personas no han escuchado el evangelio verdadero y no saben que sus muchos pecados pueden ser perdonados
por Dios, si se arrepiente de todo corazón y CONFÍA EN JESÚS como el HIJO DE DIOS que pago la culpa de sus
pecados DERRAMANDO SU SANGRE Y ENTREGANDO SU VIDA por el pecador.

¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (Romanos 10:14)

Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El
tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:14,15)

Juan 3:16-21

Paso 1. Reconocer la condición de pecado:

DEBES CONOCER TUS PECADOS:

Debes analizar tu propia vida y ver tus pecados.

Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 32No he venido
a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. (Lucas 5:31-32)

Las personas que no reconocen sus pecados no tienen oportunidad para salvación. ¿Cuáles pecados? Los pecados que dice
la Biblia.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:19-21).

Romanos 1:21-32; Apocalipsis 21:8.

Los pecados que has hecho en toda tu vida, posiblemente te hayas olvidados de ellos, pero Dios, no se olvida de ellos, el
tiene presente cada acto tuyo que ha sido en contra de su Ley, Dios tiene el registro del lugar, la hora y el minuto exacto,
en donde cometiste cada pecado.

E hizo lo malo ante los ojos de Jehová; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a
Israel. (2 Reyes 15:24)

Dios ve los pecados de toda tu vida, Dios no los ha perdonado.

Es producto de la acción del Espíritu Santo cuando el hombre permite que more dentro de él, ya que es el Espíritu Santo
quien nos convence de pecado.

Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 16:8).

Para que haya arrepentimiento es necesario, en primer lugar, que la persona que se equivocó considere su error; o sea, es
necesario que ella asuma el error valientemente, analizando por qué cometió aquel error y dónde comenzó a caer en
pecado.

Paso 2. Confesar el pecado:

¿COMO CONFESAMOS EL PECADO?

No sirve admitir que se equivocó e intentar simplemente olvidarlo después. Admitir requiere también la acción de
confesar nuestros pecados a Dios por medio de la oración, y, si es necesario, a las personas afectadas. “Si admitimos el
pecado y no lo confesamos, entonces queda guardado en el “depósito” del corazón; más tarde, traerá más pecados.
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Salmo 32:5)

Es como el demonio, cuando entra en la vida de alguien y trae a otros peores que él”. Por eso el diablo intenta convencer
de que no es necesaria esa actitud, poniendo la vergüenza, el recelo de lo que van a pensar. Pero mantener ese secreto es
crear un terreno fértil para cometer el error nuevamente. La confesión, además de demostrar humildad, cancela el poder
del pecado.

Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad. (1 Juan 1:9)

Paso 3. Avergonzarse, detestar el pecado y hacer el bien.

La persona comete un pecado, admite y lo confiesa, pero no toma actitudes que demuestren su repudio hacia aquello,
entonces “él volverá a golpear fuerte en la puerta de su corazón y forzará insistentemente la entrada”.

¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado en lo más mínimo, ni
supieron avergonzarse; caerán, por tanto, entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.
(Jeremías 8:12).

Cuando nos equivocamos y NO nos arrepentimos, es como si estuviésemos despreciando a Dios. “El arrepentimiento es
una condición que Dios a nos ofrece través del Espíritu Santo para poder estar bien con Él”.

Mucha gente que son unos sinvergüenzas y dicen “Si lo hice y que” no tienen el trato del Espíritu, no se ponen a analizar
cómo sus pecados han hecho tal daño como para sentir vergüenza
Dios no ve el pecado como tú, Dios ve como el pecado como hace daño a través de la historia y como te va a dañar a ti, a
tu familia, a tus hijos y nietos. Es obligación personal conocer los pecados y saber avergonzarse, meditar en ellos y buscar
la gracia de Dios.

Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha
hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:
Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre
de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2:36,38)

Se dio a entender que al hombre que habían sacrificado era EL HIJO DE DIOS que ahora DIOS LO HA ESTABLECIDO
COMO SEÑOR Y CRISTO. Luego la gente se compunge (traspasado el corazón) sienten vergüenza y piden ¡Que vamos
a hacer! Pedro les dice ¡Arrepiéntanse! Pero no como hacen los hipócritas, porque ellos se preocupan por proselitar gente
y de nada te va a servir porque serias un candidato para ir al infierno nada más que pasado por agua; luego RECIBIREIS
EL DON DEL ESPIRITU SANTO. Para arrepentirse de corazón es necesario tener vergüenza, analizar tu vida y ver como
Dios te ve, con un fin, para que dejes tus pecados.

No es una religión de no pecar sino que además buscaras juicio, después llegaras a conclusiones de con quién has sido
injusto e iras a restituir, ayudaras al huérfano y a la viuda, en pocas palabras tienes que matar tu egoísmo.

Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;
aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la
viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve
serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis,
comeréis el bien de la tierra. (Isaías 1:16-19).

Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un
espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel?
Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis. (Ezequiel 18:31-
32).

Debemos pedir un corazón nuevo y no esperar que Dios haga lo que nos toca hacer, tú tienes que sensibilizar tu corazón
hacia Dios y tu prójimo.

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