Lectura tres: metas y propósitos educativos.

Didáctica general. Alumno: Rafael Vilchis Ramírez

De manera corriente todo el mundo, o la mayoría de él –diferenciados por su grado de egolatría-,

se piensa como entendedor de la enseñanza y de cómo transmitirla, es decir, creen saber ¿cómo
pasar el conjunto de saberes adquiridos durante la propia formación? solo por el hecho de haber
pasado por ella. Nada más alejado de la realidad, pues este tipo de argumentos son de carácter
superficial y no se atienen a las implicaciones [político-sociales] que implica la enseñanza en el
sentido académico. En este sentido cabe parafrasear las palabras de Sócrates al referirse al miedo
que corrientemente tiene la gente a la muerte, que cree saber lo que no y temen lo que no saben;
no hay nada más arrogante que creerse sabio sin serlo y creer lo que no se sabe”.

Por ello la enseñanza en la formación escolar debe estar encaminada no meramente a la

recopilación del conjunto de saberes a lo largo del tiempo -a la manera de una enciclopedia-, sino
también de las implicaciones sociales y culturales que tienen estas en un mundo meramente
democrático; por lo que la formación deberá estar encaminada a formar seres éticamente
responsables para con su sociedad y cultura, lo que implica que conozcan y participen de la igualdad
de oportunidades que ofrece la sociedad neoliberal.

El docente debe ser capaz de discernir entre el bien o el mal, de acuerdo a su contexto social-político,
para ello deberá conocer el pasado histórico del lugar en que se desenvuelve, además de tener una
visión general de los hechos en el mundo, esto con el objetivo de conocer mejor el tipo de público
al que se dirige, así como las necesidades de estos. En este sentido los conocimientos que el docente
imparte y su relación con los alumnos debe considerar un plan organizado de acuerdo a metas y
objetivos educativos desde una perspectiva contextual. Se debe fomentar la reflexión de acuerdo a
los temas que se imparten y la inclusión de todos los miembros, -o al menos esa es la apuesta- de
una sociedad, procurando la igualdad entre ellos. Pues como ya vimos la enseñanza ya no se toma
como privilegio de unos cuantos, sino como posibilidad de todos los que participan de una
comunidad social.

El reto para el docente es enfrentarse y llevar avante la educación, en los distintos tipos de
sociedades, tanto de las urbanas como las rurales; y en este sentido, tiene que se capaz de
relacionarse de manera empática con la cultura y tradición de su tiempo- incluso si se trátese de un
dialecto o lengua distintos-, pues la meta de la enseñanza actualmente es permear todos los noveles
y estratos sociales.