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anquilosadas del Instituto, hábitos acercarse a proceder según los criterios

adquiridos que impiden ponerse en el evangélicos de pobreza, humildad,
punto de vista del otro, prejuicios cul- amor, en contraposición a los criterios
turales que impiden ver lo positivo de mundanos de riquezas, poder, honores,
otro país, mentalidad conservadora o soberbia (Dos Banderas)[EE. n. 169,
progresista, tener algún afecto desorde- 179]; las actitudes: el que no quiere
nado que no quiere dejar, etc. aceptar la voluntad de Dios; el que
quiere con condiciones; el que sólo
Aquí entraría la postura ante una quiere lo que Dios quiera (Tres
elección de Superiora: un grupo que Binarios: [EE. nn. 149-157].).Puede
tiene ambición de poder, siempre para haber un segundo binario institucional,
“mayor gloria de Dios” como la defensa de obras o
Si una persona es
porque se consideran las no permitir que nada
elegida gracias a la
salvadoras del Instituto en cambie. Finalmente, las
propaganda electoral,
este momento. O, al con- motivaciones evangélicas
no hay garantía de
trario, la que no quiere de rectitud y amor.
que sea voluntad
aceptar ningún cargo para
de Dios
evitarse complicaciones y 5. El proceso
seguir en su trabajo o porque siente la
desconfianza de un grupo. Si una per- En el proceso se dan varios pasos
sona es elegida gracias a la propaganda necesarios que constituyen una meto-
electoral, no hay garantía de que sea dología simple.
voluntad de Dios.
5.1. Contemplar
4.2. Predisposiciones espirituales
Es la mirada contemplativa que se
Se requiere sobre todo, haber ha de dar desde el principio y a lo largo
hecho la “opción fundamental” del de todo el proceso. Se trata de reves-
seguimiento de Cristo, que lleve al tirse de los criterios y actitudes de
sujeto a buscar con sinceridad lo que Cristo y esto sobre todo, se busca
Dios quiere, de modo que procure que mediante la oración. Se busca liberarse
todos sus actos estén orientados cohe- de prejuicios y predisposiciones, de
rentemente con esta opción. apasionamientos o partidismos para
tomar la determinación con la pobreza
Además, se requiere tener los cri- de Espíritu, con disponibilidad incon-
terios, actitudes y motivación de la que dicional, desarmado y sin defensas
tratamos al hablar del discernimiento y conscientes frente a lo que se presenta
los Ejercicios. Se pone empeño en como voluntad de Dios.
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La mirada contemplativa se ha de
fijar en un doble objeto:
- Dios, (El Carisma): el plan sal-
vífico del Padre, su voluntad, el Reino
de Cristo, los criterios y valores del
evangelio.
- La realidad: el contexto social, la
historia a la luz de la fe, el tema con-
creto sobre el que hay que reflexionar.
El resultado puede ser una trans-
formación interior de modo que haya
paz, serenidad y ya no se juzgue según
el mundo, sino según el Espíritu de
Jesús (Rom.12, 2; 2 Cor. 3 ,18). La
voluntad de Dios se convierte en norma
única, la opción fundamental de la per-
sona se fija en Dios como el Absoluto,
ante el cual todo lo demás se relativiza.
En estas condiciones, el sujeto es apto
para hacer una elección acertada.
Equivaldría a preguntarse: ¿Qué
haría Jesús en mi situación? Sería
haber alcanzado la disponibilidad
activa del Principio y Fundamento,
despojándome de mis intereses para
buscar solamente los del Reino.
5.2. Sentir (mociones y senti-
mientos)
Es experimentar lo que pasa en la
parte afectiva. ¿Cómo se siente la
voluntad de Dios? Mediante las “con-
solaciones y desolaciones” y la expe-
riencia de los diversos espíritus. El
sujeto puede sentirse bien, en “paz y
alegría”, o bien “triste, perturbado,
abatido”. Discernir aquí es, ante todo,
darse cuenta de la presencia en sí de
ciertos sentimientos y movimientos. Y
de aquí extraer una luz para resolver
el problema en cuestión. Esto tiene
mucho más fuerza si persiste el
mismo sentimiento durante días y
meses. En los Ejercicios se pueden
descubrir “las constantes”, vivencias
que se van repitiendo como una mú-
sica de fondo.
Para el que busca seguir a Cristo, la
consolación, es decir, los sentimientos
de paz, alegría, confianza, ánimo...
indican que hay “armonía” interior y
coherencia con el yo auténtico y con la
opción fundamental asumida. Y la
desolación o la tristeza, turbación...
muestran la inconveniencia de esta
solución para la realización integral y
profunda de la personalidad auténtica y
de su opción.
En la dimensión comunitaria se
da también la “armonía” correspon-
diente, manifestada en la paz, alegría
en cada uno de los miembros del
grupo... aunque a veces se exige el
sacrificio de otra armonía en el plano
individual.
Todos estos principios son de apli-
cación delicada y requieren tacto espi-
ritual y estar atentos para no engañarse.
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Recordar aquí la diferencia entre
la acción del bueno y del mal espíritu,
según que el sujeto vaya por el bueno
o por el mal camino. Es diferente la
alegría que siento cuando veo a una
Hermana que recoge a los niños de la
calle para llevarles a un hogar y expe-
rimento un deseo de hacer lo mismo.
Y la alegría que me produce ir a una
casa de prostitución para satisfacer mi
pasión. La primera es duradera y pro-
funda, la segunda es transitoria y me
deja con tristeza y remordimiento
En caso de que uno se buscase
desordenadamente a sí mismo, en vez
de hacerlo de acuerdo con su opción
fundamental, entonces la consolación y
desolación actuarían en sentido con-
trario, discernimiento propio de la pri-
mera semana, la tristeza y la turbación
indicarían la presencia del Espíritu; y
el bienestar y alegría indicarían que
la elección estaría en la línea del
egoísmo. Por tanto, el sujeto no estaría
preparado para la elección.
El que ha hecho la opción funda-
mental por el seguimiento de Cristo,
orienta todas sus obras hacia el bien.
El mal espíritu actúa en sentido
contrario hacia el mal.
El que ha optado por satisfacer sus
gustos y pasiones, orienta todas sus
obras según el criterio de los gustos
y repugnancias.
El buen espíritu les sacude con
remordimientos.
5.3. Razones
Además de los sentimientos, hay
que ver las razones: examinar, consi-
derar el problema con objetividad,
reflexionar a la luz de Dios. Las ra-
zones que se buscan no son meramente
las de la prudencia humana ni las que
favorecen la organización o la efi-
ciencia; sino las inspiradas por la fe,
por los criterios evangélicos, por la
intuición inicial del Carisma. Aquí
tiene lugar de modo especial ver las
diversas expresiones de la voluntad de
Dios fuera de nosotros: la realidad
social, las directivas de la Iglesia y del
Instituto, las orientaciones o mandatos
del superior, etc. También las razones
están en coherencia con la identidad
del ser y de la vocación personal o
colectiva.
Metodológicamente ayuda exa-
minar por separado las razones en
“pro” y después en “contra”. Luego
agruparlas según el valor real (po-
nerlas en orden de importancia) y no
solo inventariarlas. Es bueno ponerlas
por escrito para ver mejor el conjunto.
Y para ser más objetivo, ayuda con-
sultar con una tercera persona, o ima-
ginar que me consulta sobre el asunto
alguien que no conozco, o pensar qué
me gustaría haber hecho a la hora de la
muerte.
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5.4. Ponderar está bien. A veces, se puede sentir
repugnancia porque se prevén las difi-
Es la hora de sopesar cuál de los cultades que surgirán al ejecutar lo
platillos de la balanza pesa más y sacar decidido, pero no impide que vaya
la “conclusión”. Esto es fruto no de un acompañada de paz y satisfacción. Y
espíritu matemático, sino de un tacto entonces es una confirmación.
humano y espiritual afinado. Es el don
del “discernimiento”. “Externa”: Sea de una persona
espiritual como el superior o el acom-
Si la luz no es suficiente para dilu- pañante. Sea de una comunidad re-
cidar el asunto, será mejor “dejarlo ligiosa o eclesial. Aunque también
dormir”. Con todo, a veces, aun sin pueden equivocarse; pero si a la confir-
tener una claridad total, mación interior se une la
habrá que tomar una deci- A veces, aun sin externa, hay una mayor
sión. A veces, al tomar una tener una claridad garantía.
decisión contra la que había total, habrá que
resistido mucho tiempo, se tomar una decisión “El tiempo”: La con-
hace la claridad y entonces firmación más segura es la
aparece la voluntad de Dios como que nos ofrecen la vida y la práctica. El
una cruz que hay que cargar. proceso del tiempo hace ver ventajas e
inconvenientes que eran difíciles de
Como siempre, también hay lugar prever.
para el error. Si se descubriese, habría
que volver a empezar.

5.5. Decidir

Después de ponderar las mociones

y razones a favor y en contra, llega la
hora de tomar la decisión.

5.6. Confirmar

“Interior”: Al ofrecerle al Señor la

elección hecha, se siente paz y alegría,
fruto de haber respondido acertada-
mente a la Palabra de Dios para mí. Si
hay desasosiego y tristeza, es que no