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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ALUMNA:

Julia Mercedes, Chunga Ordinola.

TEMA:

Exequátur.

PROFESORA:

Dra. Jastmc, Merino Guerrero

CURSO:

Derecho Internacional Privado.

Exequatur 1
INTRODUCCIÓN

En los tiempos actuales, las sentencias y los laudos arbitrales, no solamente tienen validez y
eficacia dentro del territorio del país en donde han sido dictados, sino que, bajo ciertas
condiciones, que luego veremos, valen también fuera de los mismos. Es lo que se ha dado en
llamar la extraterritorialidad de los pronunciamientos judiciales.

Por razones de seguridad jurídica y conveniencia recíproca, casi todos los estados reconocen
validez a las sentencias y laudos arbitrales proferidos en el extranjero y permiten su ejecución
como si hubiesen sido dictadas por sus propios jueces, si bien difieren en cuanto a sus
requisitos que exigen para ello. Hugo Alsina expresa: “dentro de la comunidad jurídica en
que viven los pueblos modernos, no es posible desconocer, que, así como las leyes traspasan
las fronteras y los jueces se ven a menudo precisados a aplicar las de otros países, de no
acordarse a la sentencia efectos extraterritoriales, desaparecería la seguridad de los derechos,
pues bastaría para eludirlos substraerse a la jurisdicción del juez que la pronunció”.

De allí que nace el exequátur, que es una forma de nacionalizar una sentencia extranjera y
darle ejecución; dicho punto será el tema a desarrollar en el presente trabajo para así lograr
un mayor entendimiento de lo que significa el reconocimiento de una sentencia extranjera.

Exequatur 2
EXEQUÁTUR

I. ANTECEDENTES:
En derecho peruano tiene su base en el derecho romano, sin embargo, en este último no hay
antecedentes de una política internacional, de hecho, el único derecho que se regulaba era el
de los nacionales. Con el nacimiento de otras culturas independientes del imperio romano se
dio pie a la creación o el desarrollo de un sistema jurídico que contemplara o incluyera a los
extranjeros y esto trajo consigo el nacimiento de diferentes teorías y escuelas que
desarrollaron la idea del derecho internacional privado, entre ellas las escuelas francesas,
holandesa, anglosajona e italiana, las cuales demostraron o señalaron diferentes formas para
la aplicación del derecho internacional. Muchas de estas escuelas hablaron de una simple
cortesía, otras hablaron de reciprocidad y otras escuelas simplemente no aceptaron la
aplicación del derecho extranjero. De esta manera y con el pasar de los años se fue
desarrollando y perfeccionando el derecho internacional privado, ya que las necesidades del
hombre se fueron incrementando debido a diferentes acontecimientos tales como el
maquinismo o industrialización, guerras mundiales, entre otros; debido a esto y otras
necesidades de tipo económicas se dio pie a la creación de los Derechos Humanos, como
compilación de derechos, los cuales son u primer paso para el reconocimiento mundial de
ciertos preceptos que en cualquier territorio debían ser respetados.
Asimismo, se encuentra regulado en el sistema interamericano.

Exequatur 3
A. Los tratados de Montevideo de 1889:
El tratado de derecho procesal internacional de Montevideo del 11 de enero de 1889 está
vigente entre Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay, cuyas características
son:

 Sólo admite el reconocimiento de sentencias y fallos arbitrales dictados en asuntos


civiles y comerciales.
 Los requisitos para el reconocimiento y la ejecución de la sentencia o laudo arbitral
extranjero son los siguientes:
i. Que la sentencia o fallo haya sido expedido por el tribunal competente en la
esfera internacional. Así, X e Y, domiciliados en Panamá, casados
religiosamente en el Perú y civilmente en Panamá, se divorcian en ese país. La
sentencia de los tribunales panameños puede ser objeto de exequátur en el Perú;
ii. Que tenga el carácter de ejecutoriado o la autoridad de cosa juzgada en el Estado
en que se ha expedido.
iii. Que la parte contra quien se ha dictado haya sido legalmente citada y
representada o declarada rebelde, conforme a la ley del país en donde se ha
seguido el juicio;
iv. Que no se oponga a las leyes del país de su ejecución.
En relación con estos requisitos hay que observar que en primer lugar la sentencia extranjera
debe provenir del tribunal competente en la esfera internacional, lo que implica que se
rechazan las sentencias que invadan la jurisdicción donde se pide el reconocimiento y
ejecución, o la jurisdicción de un tercer Estado.
El Tratado de Derecho Procesal de Montevideo adoptó un sistema mixto ya que se refiere a
la jurisdicción contenciosa civil o comercial, laudos arbitrales (artículo 5) Y resoluciones
dictadas en proceso de jurisdicción voluntaria (artículo 8). Estamos de acuerdo con el criterio
del ilustre internacionalista Werner Coldschmidt cuando advierte que: “El tratado no
menciona la jurisdicción laboral que en la fecha de su redacción no existía. Precisamente por
este motivo y por haber sido considerada como inherente a la jurisdicción privada (civil y
comercial) hay que aplicar el tratado a estas clases de controversias.
B. El código de Bustamante de 1948:
Fue suscrito a la VI Conferencia Panamericana de La Habana el 20 de febrero de 1948 y rige
entre los siguientes estados partes: Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador,
Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, El Salvador
y Venezuela. En cuanto a la materia del exequátur, éste procede:

o Respecto a toda sentencia civil o asunto contencioso administrativo;


o Sentencias civiles dictadas por un tribunal internacional que se refieren a
personas o a intereses privados (artículo 433);
o Actos de jurisdicción voluntaria en materia de comercio (artículo 423);
o Actos de jurisdicción voluntaria en materia civil; y,

Exequatur 4
o Sentencias en lo penal únicamente en cuanto a la responsabilidad civil y
sus efectos sobre los bienes del condenado (artículo 437).
En cuanto a los requisitos legales, el artículo 423 enumera los siguientes:
a. Que tenga competencia para conocer el asunto y juzgado de acuerdo con
las reglas del código, el juez o tribunal que lo haya citado;
b. Que las partes hayan sido citadas personalmente o por representante legal
para el juicio;
c. Que el fallo no contravenga el orden público o el derecho público del país
en que se quiere ejecutar;
d. Que sea ejecutable en el estado en que se dicte;
e. Que el fallo se traduzca por un funcionario competente o intérprete oficial
del estado en que ha de ejecutarse, si allí fuere distinto el idioma empleado;
f. Que el documento en que conste reúna los requisitos necesarios para ser
considerado como auténtico en el estado de que proceda, y los que requiera
para que haga fe la legislación del estado en que se aspira a cumplir la
sentencia.
Hay que observar que el mismo Código Bustamante trae las reglas sobre competencia
internacional. En cuanto a los demás requisitos, son los comúnmente exigidos por los tratados
internacionales, pero es conveniente reiterar que cuando la norma habla de orden público
hace referencia al llamado orden público internacional constituido por los principios
fundamentales que informan el orden jurídico en que se va a reconocer y aplicar la sentencia
extranjera.
Desde luego que comparando estos requisitos con los exigidos por los tratados de derecho
procesal de Montevideo de 1889 y 1940 se encuentran dos innovaciones:
i. Que la competencia se determina de acuerdo con el mismo Código procesal, lo que
significa que no se limita a la ejecución de sentencias extranjeras procedentes del
ejercicio de Acciones personales; y,
ii. Que no es necesaria la declaratoria de rebeldía, siendo suficiente que la parte
respectiva haya sido citada en juicio.

C. Convención interamericana sobre eficacia Extraterritorial de las sentencias y


laudos arbitrales extranjeros:
Esta Convención fue suscrita en Montevideo, Uruguay, e1 8 de mayo de 1979, asimismo está
vigente entre los siguientes estados: Argentina, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú,
Uruguay y Venezuela.
En cuanto al ámbito de la convención se aplica:
a) Respecto de sentencias judiciales y laudos arbitrales dictados en procesos civiles,
comerciales o laborales en uno de los estados partes, a menos que al momento de

Exequatur 5
ratificación. Alguno de éstos haga expresa reserva de limitarla a las sentencias de
condena en materia patrimonial;
b) Cualquiera de los estados puede declarar al momento de ratificar la Convención que
se aplica también a resoluciones que terminen el proceso, a las dictadas por
autoridades que ejerzan alguna función jurisdiccional y a las sentencias penales en
cuanto se refieran a la indemnización de perjuicios derivados del delito.
Debe observarse que la Convención interamericana sobre normas generales de derecho
internacional privado del 8 de mayo de 1979, vigente entre Argentina, Colombia, Ecuador,
México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, en su artículo 5 expresó que: “La ley
declarada aplicable por una convención de derecho internacional privado podrá no ser
aplicada en el territorio del Estado Parte que la considere manifiestamente contraria a los
principios de su orden público”.
Por tanto, el respeto del orden público internacional es norma general de derecho
internacional privado en el sistema interamericano y desde luego se refiere a los principios
fundamentales que informan el ordenamiento jurídico donde se pide la aplicación de la ley
extranjera o el reconocimiento y ejecución de la sentencia extranjera.
El artículo 1 de la Convención de La Paz, de 1984 dice: “Con el fin de obtener la eficacia
extraterritorial de las sentencias extranjeras se considerará satisfecho el requisito de la
competencia en la esfera internacional cuando el órgano jurisdiccional de un Estado Parte
que ha dictado sentencia hubiera tenido competencia de acuerdo con las siguientes
disposiciones:
1. En materia de acciones personales de naturaleza patrimonial debe satisfacerse alguno
de los siguientes supuestos:
 Que el demandado, al momento de entablarse la demanda haya tenido su domicilio
o residencia habitual en el territorio del Estado Parte donde fue pronunciada la
sentencia si se tratare de personas físicas, o que haya tenido su establecimiento
principal en dicho territorio en el caso de personas jurídicas;
 En el caso de acciones contra sociedades civiles o mercantiles de carácter privado,
que éstas, al momento de entablarse la demanda hayan tenido su establecimiento
principal en el Estado Parte donde fue pronunciada la sentencia;
 Respecto de acciones contra sucursales, agencias o filiales de sociedades civiles o
mercantiles de carácter privado, que las actividades que originaron las respectivas
demandas se hayan realizado en el Estado Parte donde fue pronunciada la
sentencia; o,
 En materia de fueros renunciables, que el demandado haya aceptado por escrito la
competencia del órgano jurisdiccional que pronunció la sentencia;

2. En el caso de acciones reales sobre bienes muebles debe satisfacerse:


 Que, al momento de entablarse la demanda, los bienes hayan estado situada en el
territorio del Estado Parte donde fue pronunciada la sentencia, o
 Que se diera cualquiera de los supuestos en la sección A.

Exequatur 6
 En el caso de acciones reales sobre bienes inmuebles, que éstos se hayan
encontrado situados al momento de entablarse la demanda, en el territorio del
Estado Parte donde fue pronunciada la sentencia.
Asimismo, se podrá negar la eficacia extraterritorial a la sentencia si ha sido dictada
invadiendo la competencia exclusiva del Estado Parte ante el cual se invoca. Para que las
sentencias extranjeras puedan tener eficacia extraterritorial se requerirá que, además de tener
el carácter de cosa juzgada, puedan ser susceptibles de reconocimiento o ejecución en todo
el territorio del Estado Parte donde fueron pronunciadas.
D. Tratados sobre ejecución de actos extranjeros:
Los Estados partes son: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

Este convenio establece la ley territorial en materia de procedimiento civil. Las pruebas se
admiten y aprecian, según la ley a que esté sujeto el acto jurídico materia del proceso. Se
exceptúan las pruebas no autorizadas por la ley del lugar en que se sigue el juicio. El artículo
3 establece que: “Las sentencias o laudos homologados expedidos en asuntos civiles y
comerciales, las escrituras públicas y demás documentos auténticos otorgados por los
funcionarios de un Estado y los exhortos y cartas rogatorias, surtirán sus efectos en los otros
Estados signatarios, con arreglo a lo estipulado por este tratado, siempre que estén
debidamente legalizados”.

La legalización se hace con arreglo a la ley del país de donde el documento procede y debe
ser autenticado por el agente diplomático o consular que en dicho país o en la localidad tenga
acreditado el gobierno del Estado en cuyo territorio se pide la ejecución. Las sentencias Y
fallos arbitrales dictados en asuntos civiles y comerciales en uno de los estados signatarios,
tendrán en los territorios de los demás la misma fuerza que en el país en que se han
promulgado si reúnen los requisitos siguientes:

a) Que la sentencia o fallo haya sido expedido por un tribunal competente en la esfera
internacional.
b) Que tenga el carácter de ejecutoriado, o autoridad de cosa juzgada, en el Estado en
que se ha expedido.
c) Que la parte contra quien se ha dictado haya sido legalmente citada o representada o
declarada rebelde, conforme a la ley del país en donde se haya seguido el juicio.
d) Que no se oponga a las leyes del orden público del país de su ejecución. Estos
requisitos son los generales que tienen todos los tratados en cuanto al reconocimiento
y ejecución de sentencias extranjeras.
El carácter ejecutivo de las sentencias o fallos arbitrales, y el juicio a que su cumplimiento
dé lugar serán los que determine la ley de procedimiento del Estado en donde se pide la
ejecución.

Exequatur 7
II. CONCEPTO:
Es el proceso por el cual los Tribunales Peruanos reconocerán una Resolución Judicial o
Laudo Arbitral que se haya expedido en el extranjero. El Perú se acoge al Sistema de
Colaboración Internacional, en la aplicación del Principio de Reciprocidad del Derecho
Internacional.
No será suficiente que una sentencia extranjera se encuentre legalizada en el país que la
emitió, sino que es necesaria su homologación en el país que se pretende ejecutarla. Los
Tribunales Peruanos no evaluarán el fondo de la sentencia ni su procedimiento, si no que se
cumplan los requisitos legales para que la Sentencia Extranjera se homologue en el Perú.
La materia del exequátur corresponde tanto al derecho procesal como al derecho
internacional privado. La determinación de por qué se da fuerza a las sentencias extranjeras
pertenece al derecho internacional privado; y todo lo que se refiera a cómo se da valor a las
sentencias extranjeras o sea el procedimiento para el reconocimiento y ejecución pertenece
al derecho procesal civil. Es decir, este procedimiento tiene por objeto determinar si es
posible brindarle a una sentencia extranjera (entendiendo ésta como aquélla resolución
pronunciada por un tribunal que escapa a la soberanía del Estado en que se desea ejecutarla,
reconocimiento y permitir su cumplimiento en un estado distinto a aquél que la pronunció.

III. OBJETO:
Este procedimiento tiene por objeto determinar si es posible brindarle a una sentencia
extranjera (entendiendo esta como aquella resolución pronunciada por un tribunal que escapa
a la soberanía del Estado en que se desea ejecutarla), reconocimiento y permitir su
cumplimiento en un Estado distinto a aquel que la pronunció.

IV. NATURALEZA JURÍDICA:


La naturaleza del exequátur se basa en ser una figura autónoma considerada como
equivalente jurisdiccional.

El afamado tratadista Francesco Carnelutti considera que el exequátur de una sentencia


extranjera, más que un acto de ejecución, es una figura autónoma, que califica como
“equivalente jurisdiccional”.
De otro lado, para Chiovenda el reconocimiento de la sentencia extranjera está vinculado a
la extensión territorial, y que el juicio del exequátur no es sino un modo de alcanzar el fin de
la relación procesal inter partes.
Actualmente el procedimiento del exequátur no tiene por objeto revisar el objetivo de la
relación sustancial controvertida, sino la sentencia extranjera como tal o sea aspectos
externos y formales.

Exequatur 8
V. IMPORTANCIA:
El exequátur es de gran importancia ya que permite a los Estados que la aplican el poder
tener una esfera más amplia en cuanto a la aplicación de sus leyes, tomando en cuenta el
principio de reciprocidad; por otro lado, les proporciona seguridad en tanto las sentencias
dictadas por ellos no quedaran ilusorias, es decir, no habrá cabida al fraude procesal de los
individuos ya que se aprovecharían de dicha situación.
En cuanto a los individuos, es para ellos de vital importancia la aplicación de la exequátur ya
que les provee una seguridad de que sus pretensiones no quedarán sin cumplir y serán
respetas por todos los Estados que aplican este mismo procedimiento.

VI. PRINCIPIO DE RECIPROCIDAD:


A falta de tratado sobre reconocimiento y ejecución de sentencia se ha de tener en cuenta el
régimen supletorio de la reciprocidad.
Ello significa que se tendría que observar el principio de Derecho Internacional Público
adaptado al Derecho Internacional Privado, de reciprocidad o actitud que un Estado adopta
por propia voluntad a falta de norma expresa -en este caso un tratado- en respuesta simétrica
o similar a la ya adoptada por otro Estado. De manera que las sentencias extranjeras tendrán
en el Perú la misma fuerza que en el Estado de origen respectivo se otorga a las sentencias
peruanas.
Esta reciprocidad no requiere ser probada por quien solicita el exequátur, por cuanto se
presume la reciprocidad "respecto a la fuerza que se da en el extranjero a las sentencias o
laudos pronunciados en el Perú", solo quien la niegue deberá probar su aseveración, Cabe
señalar que el régimen de reciprocidad establecido en el Perú conlleva a que adicionalmente
se cumplan los requisitos previstos por el artículo 2104 del Código Civil.
Si la sentencia procede de un país en el que no se da cumplimiento a los fallos de los
tribunales peruanos, no tiene fuerza alguna en la República.
Están comprendidas en la disposición precedente las sentencias que proceden de países donde
se revisan, en el fondo, los fallos de los tribunales peruanos.
Esta reciprocidad negativa se aplica exclusivamente para las sentencias que provengan de
tribunales ordinarios extranjeros y no respecto a laudos o sentencias provenientes de
tribunales arbitrales extranjeros, ya que, en dicho supuesto el reconocimiento y ejecución de
laudos arbitrales expedidos en el extranjero que se pretendan reconocer en el Perú se
regularán por las Disposiciones de la Ley General de Arbitraje.
Se trata de dos supuestos legislativos, el primero de ellos propiamente referido a la
reciprocidad, en cuanto a actuar de la misma manera como actúa o actuaría el otro Estado en
una situación jurídica determinada, por categoría jurídica p ej. (Divorcio, sucesiones,

Exequatur 9
obligaciones, quiebra, entre otras), nuestro país actuará en correspondencia a la actuación del
otro Estado -para dicha categoría jurídica-, pudiendo reconocer una sentencia que provenga
de un territorio extranjero para la categoría jurídica divorcio y desconocerla para la categoría
jurídica sucesiones, en caso de que la legislación de dicho Estado niegue el reconocimiento
de alguna sentencia proveniente del Perú en dicha categoría jurídica.
El segundo supuesto legislativo se refiere a la posible revisión del fondo del conflicto, ya que
nuestro país, por un principio de soberanía jurisdiccional, no acepta que un tribunal extranjero
revise las decisiones efectuadas por los jueces nacionales, pues esta revisión sobre la decisión
que puso fin al fondo del asunto implicaría un sometimiento y una aceptación de una suerte
de casación por parte de un tribunal extranjero respecto a una decisión efectuada por los
tribunales peruanos.
El legislador considera inaceptable que un fallo emitido por los jueces nacionales que tiene
el carácter de cosa juzgada, es decir, inatacable e inmutable en el territorio nacional, deba
pasar por un examen y una discusión sobre la correcta o incorrecta aplicación del Derecho
aplicable, entendiendo que el proceso de reconocimiento debe tener como única misión
revisar la forma en la cual se desenvolvió el procedimiento y no inmiscuirse en la revisión
del fondo del conflicto, el cual ya fue analizado por su par extranjero.
Quien invoque una reciprocidad convencional o afirmativa debía probarla. Sin embargo, este
criterio ha sido modificado por el Código Procesal Civil, al señalar en el artículo 838 que se
presume que existe reciprocidad respecto a la fuerza que se da en el extranjero a las sentencias
pronunciadas en el Perú, indicando que corresponde la prueba negativa a quien niegue la
reciprocidad. Este criterio, implica una carga para el juez, ya que independientemente de la
presunción respecto al solicitante, el juez debe conocer el derecho extranjero y premunirse
de los elementos suficientes, para lo cual deberá utilizar los mecanismos que el propio Libro
Décimo señala, como el solicitar informes al tribunal extranjero (por intermedio de la vía
diplomática) para asegurarse que en dicho país extranjero se reconocen las sentencias que
provengan del Perú.
No cabe que el juzgador se ampare en la presunción de reciprocidad para no agotar los
recursos necesarios para impedir que se reconozcan sentencias de Estados extranjeros que no
acepten sentencias expedidas por nuestro país.

VII. REQUISITOS PARA EL PROCESO DE EXEQUÁTUR:


El Código Civil establece que las sentencias extranjeras deberán ser reconocidas por los
tribunales peruanos siempre y cuando cumplan con lo siguiente:
 Que no resuelvan sobre asuntos de competencia peruana exclusiva.
 Que el tribunal extranjero haya sido competente para conocer el asunto, de acuerdo a
sus normas de Derecho Internacional Privado y a los principios generales de
competencia procesal internacional.

Exequatur 10
 Que se haya citado al demandado conforme a la ley del lugar del proceso; que se le
haya concedido plazo razonable para comparecer; y que se le hayan otorgado las
garantías procesales para defenderse.
 Que la sentencia tenga autoridad de cosa juzgada en el concepto de las leyes del lugar
del proceso.
 Que no exista en el Perú juicio pendiente entre las mismas partes y sobre el mismo
objeto, iniciado con anterioridad a la interposición de la demanda que originó la
sentencia.
 Que no sea incompatible con otra sentencia que reúna los requisitos de
reconocimiento y ejecución que haya sido dictada anteriormente.
 Que no sea contraria al orden público ni a las buenas costumbres.
 Que se pruebe la reciprocidad.

VIII. EL EXEQUÁTUR Y SUS IMPLICANCIAS:

 La sentencia extranjera que reúna los requisitos establecidos por las leyes peruanas
podrá ser ejecutada en el Perú a solicitud del interesado.
 Esta solicitud deberá estar acompañada de copia de la sentencia íntegra, debidamente
legalizada y traducida oficialmente al castellano, así como los documentos que
acrediten lo referido al proceso.
 El trámite para su ejecución es regulado por el Código de Procedimientos Civiles.
Luego de hecho este trámite, la sentencia extranjera tendrá la misma fuerza ejecutoria
que cualquier sentencia peruana.
 Téngase en cuenta que la demanda para el reconocimiento de la sentencia extranjera,
podrá ser interpuesta por el propio interesado o a través de un debidamente facultado
para tal fin. La persona que podría representarlo en este proceso deberá recibir un
poder especial otorgado mediante escritura pública a través de una oficina consular.

IX. EJEMPLOS:

a) España emite una sentencia de divorcio. El Tribunal Peruano verificará todos los
requisitos de esta sentencia y hará válidos sus efectos también en el Perú, a pesar de
que no haya sido un Tribunal Peruano, quien la haya expedido. La ejecución de la
sentencia extranjera implica dos partes: El proceso para el reconocimiento de la
sentencia, EXEQUÁTUR y el proceso para hacer cumplir y ejecutar la sentencia.
Las sentencias pronunciadas por tribunales extranjeros tienen en el Perú la fuerza que
le conceden los tratados respectivos. Es preciso mencionar, que, si no hay tratado con
el país en el que se dictó la sentencia, ésta tiene la misma fuerza en el país, como se
da, con las sentencias pronunciadas por los tribunales peruanos. Sin embargo, si esta
sentencia proviene de un país en el que no se da el cumplimiento de las sentencias de
los tribunales peruanos, ésta tampoco tendrá fuerza en el Perú.

Exequatur 11
Al procedimiento de Sentencias Extranjeras se les denomina también:
Reconocimiento u Homologación de Sentencia Extranjera, Ejecución de Sentencia
Expedida en el Extranjero, Declaración de Reconocimiento Judicial de Sentencia
Expedida en el Extranjero o finalmente Proceso de Exequátur.

b) Es decir, si Ud. está en el extranjero, por ejemplo, en Estados Unidos, y se ha


divorciado en este país, podrá hacer valer la sentencia de divorcio en el Perú. En el
caso no pudiera viajar, podrá darle un poder a un familiar o a un abogado para que lo
represente en el Reconocimiento de la Sentencia Extranjera de Divorcio en el Perú.
Para el Proceso, de Exequátur deberá contar con un abogado y deberá adjuntar, los
siguientes documentos:
o Copia certificada de la partida de matrimonio extendida por el Registro Civil
Peruano o por el Consulado Peruano. Si ha sido expedio por el Consulado
Peruano, la partida de matrimonio, deberá estar legalizada por los
funcionarios de Legalizaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores del
Perú.
o La Sentencia original de divorcio debidamente legalizada ante el Consulado
Peruano. Esta Sentencia deberá estar legalizada por los funcionarios de
Legalizaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.
o La Constancia de Cosa Juzgada o de Archivamiento del Proceso de Divorcio.
Esta Constancia deberá estar legalizada ante los funcionarios de
legalizaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.
o Las Traducciones Oficiales de la Sentencia Extranjera con calidad de cosa
juzgada o de Archivamiento del Proceso de Divorcio. Las traducciones
deberán realizarse en el Perú ante Traductor Público Juramentado, después
que se haya legalizado éstas ante el Ministerio de Relaciones Exteriores.
o Copia fotostática del DNI del solicitante. La copia deberá estar legalizada ante
el Consulado Peruano.
o Si el interesado, tiene un representante, éste deberá presentar el Poder
Especial debidamente legalizado ante legalizaciones del Ministerio de
Relaciones Exteriores del Perú, y con la respectiva constancia de inscripción
en los Registros Públicos.

c) Si M obtuvo una sentencia o laudo arbitral en el extranjero, debe realizar un proceso


de reconocimiento de dicha sentencia o laudo ante el Poder Judicial del Perú a fin de
que tenga valor en nuestro país. M se casó en el Perú y luego se fue con su pareja al
extranjero, al cabo de unos años se divorciaron en el extranjero y necesitan que ese
divorcio se inscriba en la Municipalidad en la que se casaron (en territorio peruano).
Según la normativa peruana, para que se haga valer esa sentencia extranjera, será
necesario realizar un proceso conocido como “exequátur”. Si en su D. N. I., figura su
nombre de casado (a), éste es el trámite que debe seguir para que vuelva a figurar su
nombre de soltero (a).

Exequatur 12
X. LEGISLACIÓN COMPARADA:

A. BRASIL. –
En Brasil se permiten la ejecución de sentencias y laudos arbitrales extranjeros, previa
homologación por ante el Tribunal Supremo Federal.

B. COLOMBIA. -
En efecto, en el Código Judicial del Estado de Cundin marca del año de1858, se
destinaron varios artículos a regular la cuestión que nos ocupa, señalándose una serie
de pautas se han mantenido en las posteriores codificaciones, a saber: A falta de
tratado se recurre al principio de reciprocidad, y se impuso como requisitos, para el
reconocimiento que se trate de procesos donde se ventilen exclusivamente derechos
patrimoniales, que no se contraríen normas del Estado y que la sentencia esté
ejecutoriada La Ley 105 de 1931, destinó un capítulo especial a las “Sentencias de
Tribunales Extranjeros” conservando los lineamientos de la reciprocidad, pero
sosteniendo, modificación que sigue vigente, que es la Corte Suprema de Justicia la
entidad encargada de adelantar el proceso de exequatur.
Por último, está dec. 1400, de 1970, el Código de Procedimiento Civil impera en el
país sub-examine, y del cual se debe resaltar que por vez primera en un ordenamiento
ritual se hace expresa referencia a la posibilidad de cumplir en igualdad de
condiciones con la sentencia, los laudos arbitrales proferidos en el exterior.

C. ESPAÑA. -
Para que una resolución judicial extranjera en materia matrimonial (llámese
sentencia, auto, etc.) sea reconocida con efectos en España y pueda ejecutarse en
nuestro país, debe ser homologada por el órgano jurisdiccional español competente
(Exequátur). El reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales extranjeras
en España constituyen dos procedimientos separados, aunque se tramitan
simultáneamente ante el mismo Juzgado de Primera Instancia. Mediante el
reconocimiento (Exequátur) se pretende que la sentencia extranjera produzca efectos
en España. Mediante la ejecución se pide al juez que ordene el cumplimiento forzoso
de la sentencia extranjera previamente reconocida. La ejecución de la sentencia
extranjera en España es competencia exclusiva de los Tribunales españoles,
concretamente de los del lugar donde se encuentra el ejecutado. La sentencia
extranjera cuyo reconocimiento se pretende en España debe ser firme, es decir, que
ya no es susceptible de posterior recurso. El exequátur no se concederá si una de las
partes no ha sido correctamente emplazada o por no haber tenido la oportunidad de
defenderse En el proceso de exequátur no se revisa el fondo del asunto juzgado por
el tribunal extranjero, se trata sólo de un procedimiento de control formal.
Acreditadas todas estas condiciones, el Juzgado de Primera Instancia otorga el
exequátur y pasa a ejecutar la sentencia o resolución extranjera, si ésta ha sido
solicitada expresamente. El Exequátur es un procedimiento judicial por el que se

Exequatur 13
verifica si una sentencia judicial emitida en un país extranjero reúne o no los
requisitos que permiten su homologación en otro Estado. El titular o sujeto activo del
exequátur es la persona en cuyo favor se dictó la sentencia. Para que sea procedente
el exequátur se requiere: 1. Verificación de Tratado: Es decir si existen Tratados
Internacionales al respecto con el Estado del cual emana la sentencia. 2.
Reciprocidad: Si no existen Tratados bilaterales, se aplica el principio de reciprocidad
con el país de origen de la sentencia, es decir, si el Estado del cual emana la sentencia
le otorga valor a las emanadas del Estado ante quien se tramita el exequátur. 3.
Compatibilidad de la sentencia con las leyes del país donde se solicita que sea
reconocida; esto es: a) que no contravenga la legislación ni el orden público del país
donde se tramita; b) que no se oponga a la jurisdicción del país donde se tramita; c)
que la parte contra quien se invoca la sentencia haya sido notificada conforme a
derecho y d) que la sentencia se encuentre ejecutoriada conforme a la ley del Estado
de donde se otorgó.

D. NIGERIA. - -
Nigeria es un país federal que tiene 31 Tribunales SuperioresProvinciales y cada uno
de ellos se maneja con su propio Procesal. Además, existe un tribunal federal con
jurisdicción en todo el territorio. Para ejecutar una sentencia sea extranjera o
provincial hay que “legalizarla”.
Sin perjuicio del trámite indicado precedentemente, las sentencias foráneas se deben
autorizar ante el Ministerio de Justicia, quien permite la ejecución previo control de
ciertos recaudos, aplicando el principio de reciprocidad. Una vez obtenido el visto
bueno de dicho órgano administrativo la decisión debe ser registrada ante el Tribunal
Supremo del lugar de ejecución, que luego la remite al órgano jurisdiccional
competente La ley que gobierna el reconocimiento y registro de las decisiones
obtenidas en otros países, autoriza al Ministerio de Justicia a emitir una “orden” en
caso de que la petición de “nacionalización” del fallo o laudo tenga andamiento. Para
que el proveimiento foráneo de condena puede ser “reconocido” debe cumplir con los
siguientes requisitos: 1) estar firme o ejecutoriado, y 2) ordenar el pago de una suma
de dinero, que no tenga relación con impuestos, tasas o contribuciones o multas.

Exequatur 14
CAPITULO II

ANÁLISIS DE SENTENCIA EXEQUATUR

I. EL CASO

EXP. N.º 7 LA SEXTA SALA DE LIMA HA EXPEDIDO


Veintiuno de setiembre de mil novecientos noventicinco VISTOS: en discordia;
interviniendo como Vocal ponente el señor Ferreyros Paredes: resulta de autos que a fojas
treintitres don HAM, solicita el reconocimiento en el Perú de la sentencia de divorcio
expedida por la Cámara de lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripción del Juzgado
de Primera Instancia del Distrito Nacional de la República Dominicana, el veinticinco de
agosto de mil novecientos noventicuatro, y consecuentemente se disponga la inscripción en
el Consulado General del Perú en Chicago, en cuyo Consulado inscribieron su matrimonio
contraído en junio de mil novecientos setentiseis en el Condado de Cook, por ante la
Municipalidad de Chicago Illinois de los Estados Unidos de Norteamérica; amparan su
demanda en los artículos ochocientos treintisiete, ochocientos treintiocho, ocho- cientos
treintinueve y ochocientos cuarenta del Código Procesal Civil; que admitido el petitorio y
notificado a las partes y no habiéndose producido contradicción al presente proceso no
contencioso de reconocimiento de resolución judicial expedido en el extranjero se declaró
válida la relación jurídica procesal, actuándose los medios probatorios ofrecidos en el escrito
de la demanda; habiéndose reservado la decisión final, ha llegado el momento de que este
Superior Colegiado emita decisión final; y, CONSIDERANDO: Primero.- que el
reconocimiento de resoluciones judiciales expedidas en el extranjero tienen como fin que el
órgano jurisdiccional peruano reconozca la fuerza legal de las sentencias expedidas por el
Tribunal extranjero confiriéndole los mismos efectos que tienen las sentencias nacionales
que gozan de autoridad de cosa juzgada; para lo cual no basta la legalización; efectuada
regularmente en el país de procedencia sino que es necesario la homologación de la
resolución judicial conforme lo determina el Código Procesal Civil; asimismo para su
procedencia deberá cumplirse con las condiciones generales dispuestas por el artículo dos
mil ciento cuatro del Código Civil: Segundo.- que, en el caso del matrimonio de HAM y
doña CIR inscrito en el Consulado General del Perú en Chicago el veinticinco de junio de
mil novecientos setentiseis, acreditado con la partida de matrimonio de fojas diez, cuyo
vínculo ha sido disuelto en virtud del fallo que se pretende reconocer por este Tribunal, el
que obra a fojas once a trece debidamente traducido y legalizado; que la pretensión de los
actores reúnen los requisitos exigidos por el numeral dos mil ciento cuatro del Código Civil;
presumiéndose asimismo la existencia de la reciprocidad respecto a la fuerza que se da en el
extranjero a las sentencias o laudos pronunciados en el Perú de conformidad con el artículo
ochocientos treintiocho del Código Procesal Civil; siendo además aplicable el Decreto Ley
veintidos mil novecientos cincuentitrés del veintiseis de marzo de mil novecientos ochenta
que ratifica y aprueba la Convención Interamericana sobre eficacia extraterritorial de las
sentencias y laudos arbitrales extranjeros; por estas consideraciones la Sexta Sala Civil de la
Corte Superior de Lima; RESUELVE: Declarando PROCEDENTE el petitorio de fojas
treintitrés, y en consecuencia que, tiene fuerza y validez legal en el Perú, la sentencia pronun

Exequatur 15
ciada el veinticinco de agosto de mil novecientos noventicuatro por la Cámara de lo Civil y
Comercial de la Quinta Circunscrip- ción del Juzgado de Primera Instancia del Distrito
Nacional de la República Dominicana, cuyo texto corre de fojas once a fojas trece, que
disuelve el vínculo matrimonial existente entre don HAM y doña CIR a que se contrae la
partida de matrimonio de fojas diez; MANDARON; que consentida o ejecutoriada que sea
la presente resolución se inscriba en el Consulado General del Perú en Chicago y se cursen
los partes al registro Personal de los registros públicos respectivos, para los fines
consiguientes; archivándose oportunamente.-

FERREYROS PAREDES
SEMINARIO VALLE
TINEO CABRERA

LA SECRETARIA QUE SUSCRIBE; CERTIFICA: QUE LOS FUNDAMENTOS DEL


VOTO DEL SEÑOR SIMINARIO VALLE ES ADEMAS EL SIGUIENTE:

Que, el Código Civil vigente establece normas generales referentes a derechos civiles
comunes para peruanos y extranjeros, con limitaciones y prohibiciones para con estos
últimos; que para ello se basa en tratados internacionales, Código Bustamante con el objeto
de lograr los fines de justicia y seguridad jurídica y, establece de manera específica para los
casos de derecho de familia donde se tiene como fundamento para los peruanos cualquiera
que sea el lugar de su domicilio y la aplicación de la ley del domicilio para los extranjeros,
cualquiera que sea su nacionalidad; que, en la competencia jurisdiccional basada de manera
general en los artículos dos mil cincuentisiete y siguientes del Código Civil, se establece que
los Tribunales Peruanos son competentes para conocer de acciones contra personas
domiciliadas en el territorio nacional; que, el artículo dos mil sesentidos del mismo cuerpo
legal, da una salida, al establecer en la exposición de motivos, que en el Tribunal Peruano
“no lo es, sin embargo, cuando se trata de asuntos relativos al estado, capacidad o relaciones
familiares de las personas individuales domiciliadas en el extranjero, de allí que se exija, un
vínculo efectivo con el territorio de la República; se debe tener en cuenta la ley aplicable que
para las personas naturales es la ley del domicilio, no sólo para divorcio, separaciones de
cuerpos sino también para otros casos de familia; que, como se vienen suscitando problemas
referentes a divorcios, porque algunos países no admiten el divorcio vincular, sin embargo
cada país es libre de reconocer en su legislación el divorcio que contraríe sus preceptos, del
que el Perú no es ajeno; que, en el presente caso don HAM, inscribió su matrimonio con
doña CIR ante el Consulado General del Perú en Chicago como consta de la copia literal de
matrimonio de fojas diez; ambos cónyuges posteriormente, establecieron su domicilio
conyugal en la ciudad de Chicago de los Estados Unidos de Norteamérica, hasta que
acordaron poner fin a su estado de casados, habiéndose obtenido sentencia de disolución del
vínculo matrimonial el veinticinco de agosto de mil novecientos noventicuatro, como consta
de fojas once a fojas trece; que del acta de la diligencia realizada ante esta instancia, se
desprende que las partes han persistido en su deseo de que la sentencia extranjera sea
reconocida en el Perú; que, además de los requisitos contenidos en el artículo dos mil cuatro
del acotado cuerpo legal se debe tener en cuenta también, la última parte del artículo dos mil

Exequatur 16
setentisiete así como el numeral dos mil ochentiuno del Código Civil por haber constituído
como último domicilio conyugal la ciudad de Chicago de los Estados Unidos de
Norteamérica.

EL VOTO DE LA SEÑORA PALOMINO THOMPSON ES COMO SIGUE:

CONSIDERANDO: que de conformidad con lo dispuesto por el artículo dos mil sesentidos
del Código Sustantivo los Tribunales Peruanos son competentes para conocer de los jui- cios
originados por el ejercicio de acciones relativas al estado y capacidad de las personas
naturales, o a las relaciones familia res, aún contra personas domiciliadas en país extranjero;
que en aplicación del artículo dos mil setenta del mismo Código el estado capacidad de las
personas naturales se rigen por la ley de su domicilio señalando que el cambio de domicilio
no altera el estado ni restringe la capacidad adquirida en virtud de la ley del domicilio
anterior; que en aplicación de lo dispuesto por el artículo dos mil setentiseis del Código Civil
la forma del matrimonio se rige por la ley del lugar de su celebración; que el artículo dos mil
setentisiete del acotado establece que los derechos y deberes de los cónyuges en todo cuanto
se refiere a sus relaciones personales, se rigen por la ley del domicilio conyugal y si los
cónyuges tuvieran domicilios distintos, se aplica la ley del último domicilio común; y el
artículo dos mil setentiocho del Código Civil señala que el régimen patrimonial del
matrimonio y las relaciones de los cónyuges respecto a los bienes se rigen por la ley del
primer domicilio conyugal y que el cambio de domicilio no altera la ley competente para
regir la relación de los cónyuges en cuanto a los bienes adquiridos antes o después del
cambio; que de conformidad con el artículo dos mil ochentiuno del mencionado Código del
derecho al divorcio y a la separación de cuerpos se rigen por la ley del domicilio conyugal;
estableciendo el artículo mil ochentidos que las causas del divorcio y de la separación de
cuerpos se someten a la ley del domicilio conyugal, sin embargo no pueden invocarse causas
anteriores a la adquisición del domicilio que tenían los cónyuges al tiempo de producirse
esas causas; que siendo la ley competente para conocer los asuntos relativos al estado y
capacidad de las personas la ley del lugar donde se contrajo el matrimonio primer domicilio,
no es posible el reconocimiento de la sentencia extranjera de divorcio pues para que proceda
el exequatur es necesario que la sentencia a reconocer no resuelva sobre asuntos de
competencia peruana exclusiva: MI VOTO es porque se declare INFUNDADA la demanda
interpuesta por don HAM a fojas treintitres. Tres rúbricas de los señores Vocales y
Secretaría. -

Exequatur 17
EXPEDIENTE N.º 42 - 95 SALA CIVIL EXEQUATUR
LIMA. -
DICTAMEN N.º 104-96- MP-EN-FSC
Señor Presidente:
Es materia del Recurso de Apelación la Resolución de fs. 107 que declara Procedente el
petitorio de fs. 33 y, en consecuencia, que tiene fuerza y validez legal en el Perú la Sentencia
de fs. 11/14, 15/19 pronunciada el 25 de Agosto de 1994 por la Cámara de lo Civil y
Comercial de la Quinta Circunscripción del Juzgado de Primera Instancia del Distrito
Nacional de Santo Domingo, República Dominicana, que disuelve el vínculo matrimonial
existente entre don HAM y doña CIR a que se contrae la Partida de Matrimonio de fs. 10, en
los seguidos por HAM sobre Reconocimiento de Sentencia Extranjera en el Perú.
De la revisión de los actuados se advierte que el objeto de la pretensión del solicitante es el
reconocimiento de la Sentencia Ci- vil N.º 61994 de fecha 25 de Agosto de 1994, expedida
por el juez de Primera Instancia del Distrito Nacional de Santo Domingo, República
Dominicana, mediante la cual se declara el “Divorcio Final y Definitivo” entre el
peticionario y su cónyuge CIR por la causal de incompatibilidad y, en consecuencia,
Disuelto el Matrimonio que contrajeron el 27 de junio de 1976, ante el juez de Circuito en la
ciudad de Chicago, Condado de Cook, Estado de Illinois, Estados Unidos de Norteamérica.
Conforme con lo dispuesto por el Artículo 2104 del Código Civil, para que las sentencias
extranjeras sean reconocidas en la República se requiere, además de los previsto en los
Artículos 2102 y 2103 del mismo ordenamiento, que se haya cumplido con determinadas
condiciones, entre ellas la contenida en el inciso segundo del citado Artículo, referida a la
Competencia de los Tribunales Extranjeros para conocer el asunto de acuerdo a las normas
de Derecho Internacional y Privado y a los Principios Generales de Competencia Procesal
Internacional.
Los Artículos 2102 y 2103 del Código Civil dan a las Sentencias Extranjeras la fuerza que
les conceden los tratados y, a falta de ellos, la que en el país extranjero se da a las sentencias
pronunciadas por los Tribunales Peruanos.
Habiendo suscrito el Perú y la República Dominicana el Código de Derecho Internacional
Privado o Código Bustamante y las Convenciones Interamericanas de Derecho Internacional
Privado I y II de Panamá (1975) y Montevideo (1979), que fueron ratificadas por el Perú
mediante Decreto Ley 22953 del 15 de marzo de 1980, constituyen la base legal aplicable al
caso.
El Artículo 2 de la Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las
Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros, que forma parte del CDIP, establece que las
sentencias, laudos arbitrales y resoluciones jurisdiccionales extranjeras, tendrán eficacia
extraterritorial en los Estados Partes sí reúnen determina- das condiciones, siendo una de
ellas la contenida en el inciso d), esto es: “Que el juez o tribunal sentenciador tenga
competencia en la esfera internacional para conocer y juzgar del asunto de acuerdo con la
ley del Estado donde deben surtir efecto”, norma ésta que guarda perfecta concordancia con
el citado Artículo 2104 de nuestro Código Civil.
Ahora bien, con relación a la Competencia Jurisdiccional Internacional Privada, el Artículo
2057 del Código Civil determina que “Los tribunales peruanos son competentes para conocer
de las acciones contra personas domiciliadas en el territorio nacional”, vinculándose por
tanto la competencia con el hecho objetivo del domicilio, el que de acuerdo con el Artículo
2 de la Convención Interamericana sobre este particular se determina por el lugar de la

Exequatur 18
residencia habitual o del centro principal de los negocios y, tratándose de cónyuges, está
determinado según el Artículo 4 por el lugar en el cual éstos vivan de consumo, norma que
ha sido recogida por los Artículos 36 y 2081 de nuestro Código Civil.
Que siendo así y apareciendo del Acta de Audiencia y Declaración Judicial de fs. 95 a 98
que el solicitante ha declarado al responder la primera y segunda preguntas del Pliego de fs.
94 que el último domicilio conyugal ha estado ubicado en la Calle Cerro Verde N.º 249 de
la Urbanización San Ignacio de Monterrico del Distrito Surco de la Provincia de Lima - Perú
y asimismo al responder la tercera pregunta del mismo pliego que su trabajo habitual está en
el Colegio Franklin Roosvelt de esta ciudad y por ende que reside en el Perú, los Jueces
Peruanos son los competentes para conocer de la Disolución del Vínculo Matrimonial que
lo une a doña CIR.
En consecuencia, la petición de fs. 33 NO ES PROCEDENTE, desde que las normas de la
República Dominicana, que amparan o sustentan el fallo cuyo reconocimiento se solicita,
lesionan principios generales de competencia procesal internacional. Además, porque no
aparece en autos que las partes de este proceso hayan tenido algún vínculo real con los
tribunales de ese país, pues nunca residieron en dicho lugar y, el solo hecho de que el
peticionario haya viajado al mismo para tramitar su divorcio, no hace surgir dicha
vinculación.
Por tanto, esta Fiscalía es de Opinión que se REVOQUE la Sentencia Apelada y se declare
IMPROCEDENTE la solicitud de fs. 33.

SENTENCIA DE 2DA INSTANCIA

LIMA, 13 DE MARZO DE 1996


APE. NRO. 42-95 LIMA
Lima, veinticinco de octubre de mil novecientos noventiseis. -
VISTOS; De conformidad con lo dictaminado por el Señor Fiscal Supremo en lo Civil; Y
CONSIDERANDO: Que, conforme es de apreciarse de fojas treintitres el actor solicita el
reconocimiento y consiguiente ejecución de la Resolución Judicial emitida en el extranjero,
respecto de la sentencia judicial de divorcio número sesentiún mil novecientos noventicuatro
por la Cámara en lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripción del Juzgado de Primera
Instancia del Distrito Judicial de la República Dominicana, de fecha veinticinco de Agosto
de mil novecientos noventicuatro, que disuelve el vínculo matrimonial del recurrente con
doña CIR; Que, por escrito de fojas setentinueve la emplazada ha formulado contradicción
en base a la competencia jurisdiccional por razón de domicilio, que si bien de acuerdo al
artículo dos mil ciento cuatro del Código Civil para que las sentencias extranjeras sean
reconocidas en la República se requiere además de los requisitos previstos en los artículos
dos mil ciento dos y dos mil ciento tres, los requisitos que la propia disposición legal señala,
lo es también que el derecho al divorcio o a la separación de cuerpos se rigen por la la ley
del domicilio como lo indica el artículo dos mil ochenituno del Código Civil; que, abona a
esta consideración lo previsto en el artículo dos mil setenta del Código Civil cuando
establece que el estado y la capacidad de la persona natural se rigen por la ley del domicilio,
agregando dicha norma legal que el cambio de domicilio no altera el estado ni restringe la
capacidad adquirida en virtud de la ley del domicilio; Que, de la propia declaración de parte
actuada en la audiencia de fojas noventicinco consta de modo incontrovertible que el

Exequatur 19
domicilio conyugal fue fijado en la calle Cerro Verde número doscientos cuarentinueve, San
Ignacio de Monterrico, Surco Lima, qué, de igual forma, el actor es domiciliado y residente
en el Perú en la calle los Aviadores número trescientos veintisiete, Surco, Lima Perú, tal
como fluye de la sentencia de fojas quince, materia de re- conocimiento judicial; Que, la
residencia temporal en la ciudad de Costa Rica, no se ajusta a los requisitos señalados para
hacer viable la solicitud de su propósito: Que, por estas razones: REVOCARON la sentencia
recurrida a fojas ciento seis, su fecha veintiuno de Se- tiembre de mil novecientos
noventicinco, que declara procedente la petición de fojas treintitrés, y dispone que tiene
fuerza y validez legal en el Perú, la sentencia pronunciada el veinticinco de Agosto de mil
novecientos noventicuatro por la Cámara de lo Civil y Comercial de la Quinta
Circunscripción del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional de la República
Dominicana; con lo demás que a este respecto contiene; REFORMANDOLA, declararon
IMPRO- CEDENTE la solicitud de fojas treintitrés; en los seguidos por don HAM con CIR
sobre Exequatur (reconocimiento de sentencia en el extranjero); y los devolvieron.

SS:
RONCALLA ROMAN
REYES
VÁSQUEZ
ECHEVARRIA

II. COMENTARIO

2.1. Categorías Jurídicas:


Competencia internacional; ley aplicable; domicilio conyugal.
2.1.1. Competencia internacional:

El caso que analizaremos está referido al reconocimiento de una sentencia expedida


por un Tribunal extranjero, que declara la disolución del vínculo matrimonial que se
celebró en el extranjero, pero conforme a las disposiciones legales peruanas, entre un
peruano y una extranjera.

Como primer tema que hay que abordar es determinar qué juez es el competente para
el conocimiento del proceso de divorcio. Al respecto, existen diversas teorías que
pretender dar una solución al tema.
2.1.1.1. Teoría del lugar de celebración:
Según esta teoría es juez competente el del lugar donde se celebró el matrimonio.
Debe entenderse que cuando dos personas de distintas nacionalidades contraen
matrimonio (como el caso en examen: entre un peruano y una norteamericana) no
sólo debe considerarse el territorio peruano estrictamente, sino además si contrajeron

Exequatur 20
matrimonio en el extranjero, pero en el Consulado del País. De aplicarse esta teoría
sería competente para conocer del divorcio el juez peruano.

2.1.1.2. Teoría de la nacionalidad:

Conforme a esta teoría sería competente el juez del país de donde son nacionales los
cónyuges. Pero, cuando se trata de cónyuges de distintas nacionalidades hay
necesidad de recurrir a otros criterios, por lo que no resuelve el problema.

2.1.1.3. Teoría del domicilio:

Esta es la teoría más aceptada a la actualidad. El factor de conexión es el domicilio


conyugal, de tal suerte que el juez competente será aquel del lugar donde los cónyuges
fijaron su domicilio.

El Código Civil de 1936 recogió la teoría de la nacionalidad para los peruanos, y la


del domicilio para los extranjeros, de tal suerte que los cónyuges peruanos que
deseaban divorciarse debían recurrir al juez peruano para ello, y lo mismo ocurría con
los extranjeros residentes en el Perú.

El Código Civil de 1984, recoge la teoría del domicilio, atribuyendo competencia a


los jueces peruanos para las de- mandas interpuesta contra personas domiciliadas en
el Perú. En los asuntos de divorcio será competente el juez del lugar donde los
cónyuges fijaron su domicilio conyugal (artículos 2057 y 2062 del Código Civil).
Este viraje que adopta el Código vigente al asumir como factor de conexión el
domicilio dejando de lado la nacionalidad, es consecuencia de la mayor aceptación
doctrinaria y de las realidades socio económicas de los pueblos1.
Esta teoría es asumida, también, por el Tratado de Derecho Civil Internacional Privado
de Montevideo de 1889 y por el Tratado de Derecho Internacional Privado de La
Habana de 1928, ambos ratificados por el Estado Peruano.

2.1.2. Ley aplicable:

Una vez que hemos determinado qué juez es competente para el conocimiento de un
proceso de divorcio, debemos inda- gar cuál es la ley aplicable al caso. Al respecto, se
han intentado varias teorías para dar solución a este tema:

1
REVOREDO, Delia. Proyectos y Anteproyectos de la Reforma del Código Civil. Tomo I, Lima: Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1980, p. 175.

Exequatur 21
2.1.1.1. Teoría de la celebración:
Conforme a esta teoría debe aplicarse la ley del lugar donde se celebró el
matrimonio. De haberse celebrado en el extranjero, pero registrado en el
Consulado peruano, como es el presente caso, se trata de un matrimonio
peruano, por lo que conforme a esta teoría resultarían aplicables las leyes
peruanas.

2.1.1.2. Teoría de la lex fori:


Conforme a esta posición la ley aplicable es la ley de la nacionalidad del juez.

2.1.1.3. Teoría de la ley nacional:


Conforme a esta teoría la ley aplicable está determinada por la nacionalidad de
los cónyuges, aun cuando no nos ayuda a resolver el asunto cuando se trata de
cónyuges de diferentes nacionalidades.

2.1.1.4. Teoría del domicilio conyugal:


Por domicilio debemos entender el asiento jurídico de la persona; la sede legal
de la persona, el lugar donde la ley estima que puede ser ubicada la persona para
las exigencias de sus derecho y cumplimiento de sus obligaciones.
Existe un domicilio real y otro legal, además de los domicilios especiales, como
el domicilio contractual y el procesal. El domicilio real debe ser entendido como
aquel donde la persona reside y/o labora habitualmente (artículos 33 y 35 del
Código Civil). Mientras que el domicilio legal es aquel que está predetermina-
do por la ley, como sería el caso de las personas jurídicas, de los incapaces,
funcionarios públicos y el domicilio conyugal.
Conforme a esta teoría, el domicilio conyugal es el factor de conexión más
aceptable, porque es el ordenamiento normativo más accesible a los cónyuges,
porque es común, ya que solo existe un domicilio conyugal. TOVAR GIL,
María Teresa y Javier, señalan que “respecto de la elección del factor de
conexión en este tema la doctrina y las legislaciones no se han mostrado
uniformes y las opciones varían entre la ley del domicilio y la de la
nacionalidad. No obstante, puede sostenerse que desde el final de la primera
guerra mundial se tiende hacia el domicilio como factor de conexión que ofrece
un criterio más seguro a las relaciones actuales no sólo por haber quedado
demostradas las limitaciones del factor nacionalidad ante situaciones de cambio
de nacionalidad, pluralidad de nacionalidades, apátrida, etc., sino por resultar
que es más coherente con el desenvolvimiento del comercio internacional y la
naciente movilización de personas (...)2.
El artículo 2081 del Código Civil de 1984 establece que el divorcio y la
separación de cuerpos se rigen por la ley del domicilio conyugal.

2
TOVAR GIL, María Teresa y Javier. Derecho Internacional Privado. pp. 237-238.

Exequatur 22
Esta misma posición es asumida por los Tratados internacionales, como el de
Montevideo de 1889 y el Código de BUSTAMANTE.

2.1.3. El domicilio conyugal:

Está claro que, para nuestro Código Civil de 1984, así como para los Tratados de
Derecho Internacional Privado, el factor de conexión para la competencia y la
determinación de la ley aplicable es el domicilio conyugal.
¿Cómo debemos entender el domicilio conyugal? En el Libro I del Código Civil de
1984, referido a los derechos de las Personas, se expresa claramente lo que es el
domicilio conyugal. En efecto, el artículo 36 señala que el domicilio conyugal es aquel
en el cual los cónyuges viven de consuno o, en su defecto, el último que compartieron.
Significa ello que, el requisito para que se establezca el domicilio conyugal es que
ambos estén de acuerdo, a diferencia del Código Civil de 1936 que otorgaba el derecho
al marido.
Sin embargo, el Código Civil de 1984, en el Libro X, referido a las normas de Derecho
Internacional Privado, se hace referencia al domicilio conyugal, pero no se le define,
por lo que ante una situación como la planteada en el caso que se analiza, debemos
tratar de encontrar una definición del domicilio conyugal, teniendo la opción de recurrir
al Libro I, referido a los derechos de las personas y válido para el derecho interno, o de
lo contrario, indagaremos en las normas de los Tratados de Derecho Inter- nacional
Privado.
Conforme al artículo 2047 del Código Civil de 1984 la solución correcta es aplicar en
primer lugar las normas de los Tratados internacionales y sólo en caso no exista norma
específica se puede recurrir a las nociones de derecho interno.
Si esto es así, significaría que debemos indagar en las normas contenidas en los
Tratados Internacionales para encontrar la concepción del domicilio conyugal. En ese
sentido, observamos en el Tratado de Montevideo de 1889, en el artículo 8, que se
señala que el domicilio conyugal es el que tiene constituido el matrimonio y en defecto
de éste se reputa por tal al del marido. La mujer separada judicialmente conserva el
domicilio del marido, mientras no constituya otro.
Conforme a esta concepción, el marido es el que finalmente fija el domicilio conyugal.
¿Qué consecuencia produce ello en el campo de las relaciones matrimoniales y
específicamente en los casos de divorcio? Puede ocurrir que el marido, que ha incurrido
en alguna de las causales de divorcio, y no desea divorciarse, puede permanentemente
estar cambiando de domicilio y con él tácitamente su cónyuge, imposibilitando que la
mujer pueda interponer una demanda de divorcio, o fijar su domicilio en un país
antidivorcista, o en un país donde no exista la causal en la que habría incurrido
conforme a las disposiciones del derecho nacional, con lo que cortaría toda posibilidad
de divorcio.
De otro lado, también puede ocurrir que el marido fije un domicilio en otro lugar,
escogiendo un país que facilite los divorcio (vr.gr. República Dominicana) y obtenga
el divorcio que, conforme a las leyes peruanas no lo podría obtener.

Exequatur 23
EL Tratado de La Habana o Código de BUSTAMANTE, establece en su artículo 24
que el domicilio conyugal del jefe de la familia se extiende a la mujer y a los hijos
emancipados. Este Tratado, como vemos, establece una norma similar al Tratado de
Montevideo, con las mismas consecuencias que ello produce.

III. IDENTIFICACIÓN DEL TEMA DE FONDO EN LAS RESOLUCIONES


MATERIA DE COMENTARIO

a. Determinar qué juez es competente para el conocimiento del proceso de


divorcio planteado por HAM contra CIR para los efectos de reconocer la
sentencia dictada por la Cámara de lo Civil y Comercial de la 5ta.
Circunscripción del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional de la
República Dominicana, que declaró la disolución del vínculo matrimonial.
b. Determinar qué ley es la aplicable al caso.
c. Precisar un concepto respecto del domicilio conyugal válido para las relaciones
de Derecho Internacional Privado y sí efectivamente se había constituido el
domicilio conyugal en la República Dominicana.

IV. ANALISIS DE LAS RESOLUCIONES

4.1. Sentencia de la Corte Superior de Lima:


La sentencia dictada por la Corte Superior de Lima contiene gruesos y gravísimos
errores, con excepción del voto singular que se ha transcrito. En efecto, no se ha tomado
en consideración que el domicilio conyugal, conforme a las reglas de los Tratados de
Derecho Internacional Privado, si bien lo fija el marido, en el caso sub materia no se
ha demostrado que éste haya domiciliado en algún momento en la República
Dominicana y, por ende, haya establecido su domicilio conyugal, ya que siempre ha
domiciliado en la ciudad de Lima, donde trabaja en forma estable y permanente en un
centro de educación privado. Siendo así, aun cuando estaría dentro de sus facultades el
fijar domicilio en otro lugar, conforme a los Tratados de Derecho Internacional
Privado, el domicilio conyugal fue la ciudad de Lima, donde vivieron de consuno, y
cuando se separaron debe tomarse en consideración este último domicilio.
Conforme se desprende de las sentencias examinadas, el propio demandante del
exequatur, al declarar en la audiencia llevada a cabo, reconoció haber fijado su
domicilio de consuno con la demandada en la ciudad de Lima, urbanización San
Ignacio de Monterrico, Surco, y que cuando se separó de ella fijó su domicilio en el
mismo distrito de Surco, Lima, además de reconocer que trabaja como profesor de un
centro educativo particular desde hace varios años y continúa haciéndolo, por lo que
queda demostrado que nunca fijó como domicilio en República Dominicana. Siendo
así, ello excluye la jurisdicción de los jueces de dicho país para resolver el divorcio de
las partes en este proceso, así como también excluye las disposiciones de dicho país,
pues, como hemos analizado anteriormente, en ambas situaciones, el factor de

Exequatur 24
conexión es el domicilio conyugal.
La sentencia, por otro lado, asume erróneamente que se trataría de un pedido de ambos
cónyuges de reconocimiento de sentencia emitida en el extranjero, como si hubieran
tramitado una separación convencional, lo que no es cierto, ya que se trata de un
proceso de divorcio por la causal de incompatibilidad de caracteres, en la que el
cónyuge HAM demanda a CIR. Tan es así, que el exequatur planteado ante la Sala
Civil, dio lugar a que la demandada planteara contradicción rechazando los
fundamentos de la demanda, solicitando el no reconocimiento de la sentencia dictada
por los Tribunales de República Dominicana.
El voto singular, por lo contrario, si recoge la concepción del domicilio conyugal como
factor de conexión que estaría determinando la competencia para el conocimiento de
la causa que, en este caso, serían los jueces peruanos, y que las leyes aplicables serían
las peruanas, concluyendo que el exequatur solicitado debe declararse infundado.
El peligro de no tener una concepción clara respecto del factor de conexión, en los
asuntos de divorcio, así como una pre- cisión respecto del domicilio conyugal, puede
ocasionar fraudes a la ley, y acciones malintencionadas con el único propósito de
obtener el divorcio que, conforme a las normas de derecho inter- no peruanas, no lo
podrían efectuar. En efecto, un cónyuge, de mala fe, puede viajar por breves días a un
país donde las normas relativas al divorcio son extraordinariamente flexibles, como es
el caso de República Dominicana, donde las certificaciones domiciliarias se conceden
de un día a otro. Puede otorgar poder a un abogado, iniciar el proceso de divorcio contra
su cónyuge que domicilia en el Perú, emplazarla judicialmente, y basado en las normas
de los Tratados de Derecho Internacional Privado que el domicilio conyugal los fija el
marido, obtener el divorcio3.

4.2. Dictamen del Fiscal Supremo y Sentencia de la Corte Suprema de la República:


Tanto el Dictamen del Fiscal Supremo en lo Civil como la Sala Civil de la Corte
Suprema de la República, rescatan las normas de Derecho Internacional Privado que
regula nuestro Código Civil, y aplican además las normas de los Tratados de Derecho
Internacional Privado. En ese sentido, señalan claramente que el domicilio conyugal es
el factor de conexión que debe tenerse en consideración cuando se trata de asuntos
relativos al estado y capacidad de las personas.
Que el domicilio conyugal quedó clarificado por la propia declaración del demandante,

3
PUIG BRUTAU, José. Introducción al Derecho Civil. El destacado Jurista Español hace referencia especial
al fraude a la ley en el campo del Derecho Internacional Privado, señalando: “El Derecho Internacional Privado
ha contribuido poderosamente al estudio del fraude a la ley por la posibilidad de encontrar cobertura para el
acto fraudulento como dice DIEZ PICASSO, en un ordenamiento jurídico diverso de aquel que se quiere eludir.
Los internacionalistas han tenido que luchar contra la creación artificiosa de puntos de conexión que dan por
resultado la sustitución de la norma que sería aplicable por otra más favorable a los autores de la maniobra
fraudulenta (...)”. p. 382.

Exequatur 25
quien, al absolver las preguntas contenidas en el interrogatorio, señaló que el último
domicilio que compartió con la demandada estaba ubicado en la ciudad de Lima, y que
actualmente reside en la misma ciudad, donde además trabaja permanentemente. Esta
situación de hecho no fue considerada por la Sala Civil de la Corte Superior de Lima,
cuando en realidad era el hecho fundamental que determina la competencia del juez y
la ley aplicable.

V. COMENTARIO:

a. En el presente caso, tanto el dictamen del Fiscal Supremo como la sentencia


de la Sala Civil de la Corte Suprema, analizando los hechos expuestos por las
partes, determinan que el último domicilio conyugal que tuvieron las partes
intervinientes en el proceso fue la ciudad de Lima.
b. Determinándose el domicilio conyugal en la ciudad de Lima, conforme a las
normas de nuestro Código Civil relativas al Derecho Internacional Privado, la
competencia jurisdiccional correspondería a los jueces peruanos. El juez
peruano sería el competente para conocer del divorcio entre las partes, por
haberse determinado el domicilio conyugal en el Perú.
c. El factor de conexión, adoptado por la legislación peruana, para determinar la
ley aplicable al caso concreto, también es el domicilio conyugal para los
asuntos de divorcio. Siendo así, correspondería aplicar las leyes peruanas y
no las de la República Dominicana.
d. Por razón del domicilio, no correspondería conocer del divorcio entre las
partes a los jueces de República Dominicana, ni la ley aplicable sería la de
dicho país, como erróneamente lo había considerado la Sala Civil de la Corte
Superior de Lima.
e. Si bien, conforme a nuestro ordenamiento interno, el domicilio conyugal lo
fijan ambos cónyuges de consuno, conforme a los Tratados de Derecho
Internacional Privado, aún se mantiene el privilegio del marido de fijar el
domicilio conyugal, lo que puede provocar actitudes fraudulentas en perjuicio
de la mujer casada. Sin embargo, en el caso que se analiza, al haberse
demostrado, por propia declaración del actor que él nunca fijó domicilio fuera
del país, fue sencillo concluir que la sentencia dictada por el Tribunal de
República Dominicana es ineficaz y no debe ser reconocida por los Tribunales
peruanos, por infringir disposiciones nuestras relativas al Derecho
Internacional Privado.

Exequatur 26
CONCLUSIONES

 Al desarrollar este tema se pudo constatar la importancia del exequátur en nuestro


ordenamiento y en el ámbito internacional en general, ya que este permite que haya
seguridad, es decir, permite al individuo tener la confianza de que un fallo no
quedara ilusorio y no habrá, por tanto, lugar a un fraude.
 También se pudo constatar que el exequátur es producto de una evolución en el
derecho internacional ya que sin la existencia de este no tendría sentido el derecho
internacional privado.
 Las sentencias exequátur solo se verificará los requisitos de forma mas no el fondo
de la sentencia.

Exequatur 27
BIBLIOGRAFÍA

 DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO- excelencia académica.


 OVAR GIL, María y Javier. ―Derecho Internacional Privado‖ Ed. Cuzco, Lima,
2001.
 AVALETA CUBA, Fernando. ―Derecho Internacional Privado‖ Ed. Cuzco,
Lima, 2002.
 http://distancia.upla.edu.pe/libros/derecho/09/DERECHO_INTERNACIONAL_
PRIVADO.pdf.

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