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UNIDAD 10: NUEVAS IMPLICANCIAS DEL CCYC

El nuevo texto no solamente modifica profundamente los textos de los códigos que
reemplaza, desde el punto de vista hermenéutico representa un cambio de paradigma
con respecto a las bases del seguro bajo las que se puede interpretar. Es decir, el
antiguo código estaba basado en el derecho romano, el actual texto tiene una fuerte
influencia del derecho anglosajón.

LEY DE DEFENSA AL CONSUMIDOR

Con respecto a la Ley de Defensa del Consumidor, consideremos que una de las
modificaciones a la Ley 24.240 introducida por la Ley 26.361 residía en el concepto de
consumidor. De acuerdo a la 24.240 el consumidor era quien “de cualquier manera
está expuesto a una relación de consumo”. El artículo 1092 reemplaza esta definición
y en los fundamentos del anteproyecto indica que: “… ese texto interpretado
literalmente ha logrado una protección carente de sustancialidad y de límites por su
amplitud”, poniendo en evidencia que diversos fallos han considerado consumidor al
peatón víctima de un accidente de tránsito, incluso con relación al contrato de seguro
celebrado el responsable civil y su asegurador. Básicamente, una relación de consumo
que operaba de manera absolutamente externa al peatón, pero que dada la
interpretación posible con el texto de la 24.240 podía llegar a considerarse consumidor
a los efectos de un fallo. De hecho hay muchas referencias de interpretaciones en este
sentido y de ahí la aclaración en el anteproyecto mencionado.

El hecho que se manifieste que los “microsistemas normativos autosuficientes” (como


es el caso del seguro) no se verá modificados, no tiene que interpretarse como que el
Nuevo Código Civil y Comercial no va a afectar la operatoria en la actividad
aseguradora, por el contrario, la misma se verá profundamente influenciada y
solamente con el correr de los años podremos vislumbrar verdaderamente las
modificaciones que se van a ir operando.

En este curso nos centraremos en aquellos aspectos que, a priori, se verán


modificados dentro de la actividad aseguradora en general y las coberturas de seguros
en particular.

Obligaciones de dar dinero

- Art. 765 “es de dar dinero si el deudor debe cierta cantidad de moneda, determinada
o determinable, al momento de constitución de la obligación. Si por el acto por el que
se ha constituido la obligación, se estipuló dar moneda que no sea de curso legal en la
República, la obligación debe considerarse como de dar cantidades de cosas y el
deudor puede liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal.”

Intereses

El Artículo 770 dispone con respecto al anatocismo “que no se deben intereses de los
intereses excepto que… una cláusula exprese la acumulación de los intereses al
capital con una periodicidad no inferior a seis meses…” o que la obligación se
demande judicialmente y en este caso, la acumulación opera desde la fecha de la
notificación de la demanda o que la “obligación se liquide judicialmente y en este caso,
La capitalización se produce desde que el juez manda pagar la suma resultante y el
deudor es moroso en hacerlo”.

Contratos

El contenido de los contratos es obligatorio para las partes que lo suscribieron,


pudiendo ser modificado o extinguido solo por acuerdo de las partes o en los
supuestos previstos en la ley.

También el contenido resultará inalterable para los jueces, excepto que derive del
pedido de una de las partes y que medie autorización legal, o cuando resulte violatorio,
en forma manifiesta, del orden público.

Consagra el principio de la buena fe con el que deben celebrarse, interpretarse y


ejecutarse los contratos.

Orden de Prelación

En cuanto concurran el Código y alguna ley especial, como es en el caso de seguros,


se consagra en el artículo 963 el siguiente orden de prelación:

a) normas indisponibles de la ley especial y del Código

b) normas particulares del contrato,

c) normas supletorias de la ley especial y

d) normas supletorias del Código.

Señala que el contenido del contrato debe integrarse con las normas indisponibles que
se aplican en sustitución de aquellas cláusulas incompatibles con ellas; las normas
supletorias; los usos y prácticas del lugar de celebración, cuando éstos hayan sido
declarados obligatorios o porque sean conocidos y aplicados ampliamente (art. 964).

Diferentes clases de Contratos

En lo que hace al interés del seguro reconoce el nuevo instrumento 3 tipos de


contratos:

a) El contrato discrecional o paritario, donde las partes discuten libremente el


contenido que regirá sus derechos y obligaciones.

b) El contrato por adhesión a cláusulas predispuestas o condiciones generales,


contrato en el que una de las partes dispone los términos y condiciones de la
contratación y la otra se adhiere a los mismos sin haber participado en su redacción.

c) El contrato de Consumo donde el adquirente compra bienes o servicios que utiliza


para su uso privado, personal, social o familiar y que conforme lo dispone el artículo
1094 su interpretación deberá ser conforme con el principio de protección al
consumidor.
Contrato de Seguros

Algunos contratos de Seguros entran en la categoría de contratos de consumo.


Pertenecen a esta categoría los seguros de Automotores de uso personal, Accidentes
Personales, Combinado Familiar, etc.

La generalidad de los autores señala que el resto de los contratos de seguro son
Contratos de Adhesión a Cláusulas Predispuestas.

Sin embargo hay algunos casos, escasos por cierto, de contratos de seguro que
entrarían en la categoría de Contratos paritarios. Se trata de aquellos que califican
como Grandes Riesgos y están comprendidos en el punto 23.5 del Reglamento
General de Actividad Aseguradora, donde la citada norma requiere la conformidad del
Asegurable de todas y cada una de las condiciones integrantes del contrato. Es
probable que cuando se asegura una Central Eléctrica o una Planta productora de
tubos de acero de gran escala, los asegurados tendrán tanta capacidad como los
aseguradores para discutir las condiciones del contrato.

En otro orden y en cuanto a los llamados contratos de adhesión, los de la actividad


aseguradora tienen algunos aspectos particulares. Si bien es cierto que las cláusulas
de las Condiciones Generales están predispuestas, los contenidos de las mismas
debieron previamente ser aprobadas por la SSN en los casos de aprobaciones de
carácter particular o redactadas sin la participación de los aseguradores, como las
comprendidas dentro del punto 23.6 del Reglamento General de la Actividad
Aseguradora que resultan de aplicación única y obligatoria. No obstante es importante
destacar que el propio código prescribe que la circunstancia de que las condiciones
generales estén aprobadas por un organismo regulador, ello no obsta a su control
judicial.

El nuevo Código dispone que en los contratos de Adhesión a cláusulas predispuestas,


las mismas deban ser comprensibles y autosuficientes y deberán ser redactadas en
forma clara, completa y legible (cláusulas generales), mientras que aquellas fruto de la
negociación entre las partes (cláusulas particulares) prevalecen sobre las generales.

Determina asimismo que las cláusulas ambiguas y predispuestas serán interpretadas


en sentido contrario al predisponente.

En cuanto a las cláusulas abusivas, a las que define como las que desnaturalizan las
obligaciones del predisponente, que implican renuncia o restricción al derecho del
adherente o amplían los derechos de quien las redactó, o que por su contenido,
redacción o presentación no son razonablemente previsibles se tendrán por no
escritas. Se consideran violatorias de la libertad de contratar aquellas cláusulas que
subordinan la provisión de productos o servicios a la adquisición simultanea de otros.
Por último, todo lo que se encuentre incluido en la publicidad se considera incluido
dentro del contrato.

El cuanto a la calificación de cláusulas abusivas el propio código impone límites para


su consideración toda vez que conforme el contenido del artículo 1121 se determina
que no pueden ser declaradas abusivas las relativas a la relación entre el precio y el
bien o el servicio procurado, ni las que reflejan disposiciones vigentes en tratados
internacionales o en normas legales imperativas. En materia de seguros será
necesario tener en cuenta la existencia sobre el particular – en cuanto a la relación con
el precio- el artículo 26 de la Ley 20.091.

Contratos celebrados fuera del establecimiento

Una novedad importante está referida a cuando los contratos se celebran fuera del
establecimiento comercial del proveedor, que en materia de seguros constituyen la
extensa mayoría. Prevé la nueva legislación que el consumidor tiene en estos casos el
derecho del arrepentimiento durante los primeros diez días de celebrado el contrato y
podrá dentro de ese plazo, rescindir, revocar o arrepentirse de dicho contrato sin que
le genere cargo alguno.

Similar criterio prevalece cuando los contratos se celebran a distancia o con utilización
de medios electrónicos.

Contratos Conexos

Cuando dos o más contratos autónomos se vinculen entre sí por una finalidad
económica común deberán ser interpretados los unos por medio de los otros,
atribuyéndoles el sentido apropiado que surge del grupo de contratos. Esta norma
faculta al juez a revisar todos los contratos para decidir sobre toda la operación
comercial. Los contratos de seguros están en muchos casos vinculados con otros
contratos, como por ejemplo cuando una propiedad se vende con un préstamo de
carácter hipotecario como consecuencia de la financiación otorgada por una entidad
financiera y en razón de la operación existirá una cobertura de seguro de vida de saldo
deudor y con seguridad una cobertura de incendio sobre el inmueble.

Prescripción

En materia de prescripción, el nuevo ordenamiento en materia civil y comercial


modificó en forma considerable los contenidos de la Ley de Defensa del Consumidor.

El nuevo Código establece como regla general en su artículo 2560 un plazo de cinco
años para que opere la prescripción, excepto que se disponga uno distinto.

Existen diferentes plazos de prescripción para casos especiales. Así el propio código
establece, por ejemplo, que las acciones civiles derivadas de delitos de lesa
humanidad son imprescriptibles.

Para el supuesto de reclamos de indemnización por daños derivados de la


responsabilidad civil el plazo es de tres años. Debe destacarse que el nuevo
ordenamiento no hace diferencia entre la responsabilidad civil contractual y la
extracontractual prevista en la legislación en la actualidad.

Teniendo en cuenta lo expresado en la Introducción de este capítulo, el nuevo código


no modifica, en general, el contenido de la Ley de Seguros, razón por la cual la
prescripción de las acciones derivadas del contrato de seguros se mantienen en el
plazo de un año conforme el contenido del artículo 58° de la citada Ley especial
Responsabilidad Civil

Entre todas las innovaciones contenidas en el nuevo instrumento normativo los


aspectos vinculados a la Responsabilidad Civil resultan ser los de mayor
trascendencia en lo que hace a la actividad aseguradora.

En primer término resulta de interés destacar que el nuevo Código Civil y Comercial,
como ya se comentó en párrafos anteriores no hace distinción entre Responsabilidad
Civil Contractual y Extracontractual, circunstancia que seguramente tendrá
importancia general en cuanto al contenido de las coberturas y en particular por lo que
hace al plazo unificado de prescripción en lo referente a la utilización de contratos con
cláusulas que limitaban los períodos de denuncia (Claim Made) y cuya existencia
siempre ha sido motivo de controversias.

Señala el artículo 1716 “La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento
de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las
disposiciones de este Código.” Y que “Cualquier acción u omisión que causa un
daño a otro es antijurídica si no está justificada.” (Art. 1717). Señalando a continuación
que las causales de justificación son la legítima defensa, el estado de necesidad, y el
ejercicio regular de un derecho.

Dispone en el artículo 1724 que: “Son factores subjetivos de atribución la culpa y el


dolo. La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la
obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la
imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión. El dolo se configura
por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia por
los intereses ajenos.”

En cuanto a la valoración de la conducta, dispone que: “Cuanto mayor sea el deber de


obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible
al agente y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias.”

En el artículo 1730 se aclara taxativamente que: “Este Código emplea los términos
caso fortuito y fuerza mayor como sinónimos” empleando la siguiente definición: “Se
considera caso fortuito o fuerza mayor al hecho que no ha podido ser previsto o que,
habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso fortuito o fuerza mayor exime
de responsabilidad, excepto disposición en contrario.”

Resulta también una modificación de trascendencia la incorporación del deber de


prevención. Al respecto señala el Artículo 1710: “Toda persona tiene el deber, en
cuanto de ella dependa, de:

a) evitar causar un daño no justificado;

b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para


evitar que se produzca un daño, o disminuir su magnitud;

c) no agravar el daño, si ya se produjo.”

A su vez el artículo 1712 dispone que están legitimados para reclamar quienes
acreditan un interés razonable en la prevención del daño.”
En otro orden se excluyen del contenido del nuevo Código al Estado Nacional, a los
Estados Provinciales y Municipales y naturalmente a sus agentes y sus conductas se
deberán juzgar exclusivamente dentro del marco del Derecho Administrativo.

También es original la norma que admite las acciones de responsabilidad civil cuando
el hecho generador de un daño puede haberse producido fuera del país, lo que estaría
habilitando cubrir por ejemplo la RC Productos que se elaboren en el exterior.

Seguro de Automotores

Las Resoluciones SSN Nº 39.327 y 39.328, que fueron dictadas con fecha 29 de Julio
del 2015 para regir a partir del 1 de Agosto de ese mismo año, en concordancia con el
inicio de vigencia del nuevo Código, modifican parcialmente las condiciones
contractuales de las Coberturas de Seguro de Vehículos Automotores y/o Remolcados
(Res. 39.327) y las correspondientes al Transporte Público de Pasajeros (Res.
39.328), para adaptarlas a los “nuevos principios establecidos en el mencionado
Código”.

En primer término y con referencia al Artículo 509 del Título III del Código, en lo
concerniente a las Uniones Convivenciales, definidas como: “la unión basada en
relaciones afectivas de carácter singular, pública, estable y permanente entre dos
personas que conviven y comparten un proyecto de vida en común, sean del mismo o
de distinto sexo”

Las citadas Resoluciones consideran oportuno incorporar al integrante de la unión


convivencial dentro de los terceros que están excluidos de la cobertura de
Responsabilidad Civil, asimilándolos al conyugue de la redacción vigente y por lo tanto
no recibirán indemnización en caso de reclamar al asegurado.

En cuanto al contenido del Artículo 1741 en el que se admite que el juez amplíe la
cantidad de legitimados activos en materia de reclamos por daños extrapatrimoniales
(daño moral, psicológico, etc.) sufridos a consecuencia de la muerte o gran
discapacidad del damnificado directo y en consecuencia podrán reclamar aquellos que
“según las circunstancias” gocen de “trato familiar ostensible”. Considerando que ese
trato familiar ostensible es definido por un magistrado en cada caso particular y,
asimismo, se entiende que el espíritu de su incorporación es a los fines de darles
facultad para reclamar por los daños sufridos por el tercero con el cual demuestre trato
familiar ostensible, en ese sentido, no corresponde asimilarlo a la facultad de reclamar
por daños patrimoniales o por daños físicos propios y que la alusión al mismo resulta
improcedente en el marco de las coberturas bajo análisis.

Con referencia al tema de la Responsabilidad Civil Preventiva, que se incorpora en el


Artículo 1710 y que era fuente de particular preocupación por las entidades
aseguradoras, al punto que habían solicitado su incorporación como exclusión expresa
de las Condiciones de Póliza, la Superintendencia de Seguros hace una particular
interpretación en los considerandos de las Resoluciones bajo análisis y concluye:

“debe tenerse en cuenta que el texto de la Cláusula de Riesgo Cubierto establece que
el Asegurador asume la obligación de indemnidad a favor del Asegurado y del
Conductor….por daños corporales a personas, sean estas trasportadas o no
transportadas y por daños materiales hasta un monto máximo por cobertura” y que el
fin principal del Seguro de RC es el resarcimiento de un daño, dejando de lado
cualquier otra obligación que surja del actuar por parte del Asegurado no contemplada
en el mismo. Y expresa, asimismo, que la conciencia de que ciertas conductas
disvaliosas…que podrían encontrarse amparadas….a través de un seguro, desalienta
su cumplimiento por parte de los ciudadanos, provocando un efecto contrario al
buscado por la norma.

Por lo tanto considera “que la exclusión taxativa de la RC Preventiva no resulta


oportuna.” No obstante, agrega a continuación respecto de la obligación comentada
que teniendo en cuenta que tratándose de una inclusión novedosa “corresponde dejar
sentado que los criterios sostenidos podrán ser objeto de ulterior revisión a la luz de
los contornos jurisprudenciales que oportunamente se vayan desarrollando”

En otro orden se ha modificado el nombre del Seguro Obligatorio de automóviles


llamado actualmente “Seguro Obligatorio para Vehículos Automotores y/o
Remolcados” por el de “SORC – POLIZA BASICA DEL SEGURO OBLIGATORIO DE
RESPONSABILIDAD CIVIL, ARTICULO 68 DE LA LEY 24.449 (MUERTE,
INCAPACIDAD, LESIONES Y OBLIGACION LEGAL AUTONOMA)”.

Con respecto a la Obligación Legal Autónoma prevista en la citada cobertura


obligatoria, la misma ha sido incluida en las nuevas condiciones como formando
parte de la Cláusula Riesgo Cubierto, señalando asimismo que comprende todos los
reclamos que se efectúen ante la Aseguradora hasta el límite de $ 15.000.- por ese
concepto, por persona damnificada.

Teniendo en cuenta las disposiciones del nuevo Código, se procedió a eliminar la


distinción entre Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual.

Con referencia a la Cláusula CG-RC 1.2 – Riesgo Cubierto, se eliminó la franquicia


para daños materiales a cosas de terceros, cuya inclusión había generado, en su
momento, numerosos cuestionamientos.

En cuanto a las exclusiones de coberturas en el caso particular del Transporte Público


de Pasajeros, se eliminaron las comprendidas en los incisos c) y d) del Art. 3º de la
Resolución 38.218 referidas a las consecuencias de las crecidas de mar o ríos,
cuando el asegurado hubiera dejando estacionado su vehículo en las playas
adyacentes y los provenientes de hechos de guerra civil o internacional, guerrilla,
rebelión, sedición, motín o terrorismo.

Por último, aclara que las pólizas vigentes emitidas con antelación a la entrada en
vigencia de las Resoluciones bajo análisis no requerirán ni ser anuladas ni adecuadas,
pudiendo las Aseguradoras incorporar las modificaciones correspondientes en cada
renovación, sin perjuicio de lo definido en el Artículo 7º del nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación.

El citado Artículo 7º dispone: “A partir de su entrada en vigencia las leyes se aplican a


las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes.”

Las Leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto


disposición en contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar
derechos amparados por garantías constitucionales. Las nuevas leyes supletorias no
son aplicables a los contratos en curso de ejecución, con excepción de las normas
más favorables al consumidor en las relaciones de consumo.

Con la entrada en vigencia de las Resoluciones comentadas se ha logrado solucionar


una parte importante de las incógnitas que había planteado la entrada en vigencia del
nuevo Código Civil y Comercial, teniendo en cuenta que las coberturas de automóviles
representan la mayor cantidad de pólizas vigentes en todo el país.

SEGUROS OBLIGATORIOS

El capítulo 10 del Título V del nuevo Código Civil y Comercial se denomina:


“Prehorizontalidad”, el mismo estipula en su Artículo 2070 que “los contratos sobre
unidades funcionales celebrados antes de la constitución de la propiedad horizontal
están incluidos en las disposiciones de este Capítulo”

A continuación en el Artículo 2071 señala que “Para poder celebrar contratos sobre
unidades construidas o proyectadas bajo el régimen de propiedad horizontal, el titular
del dominio del inmueble debe constituir un seguro a favor del adquirente, para el
riesgo del fracaso de la operación de acuerdo a lo convenido por cualquier razón, y
cuya cobertura comprenda el reintegro de las cuotas abonadas con más un interés
retributivo o, en su caso la liberación de todos los gravámenes que el adquirente no
asume en el contrato preliminar.”

“El incumplimiento de la obligación impuesta en este artículo priva al titular del dominio
de todo derecho contra el adquirente a menos que cumpla íntegramente con sus
obligaciones, pero no priva al adquirente de sus derechos contra el enajenante.”

Se trata de una cobertura original obligatoria entre privados, en la que los asegurables
(compradores o inversores) tendrán derecho a exigírselo a quien deba contratarlo. Por
otra parte resulta de interés destacar que contrariamente a lo que ocurre en la
actualidad, el nuevo Código incluye dentro del concepto de propiedad horizontal, en
su artículo 2073, a los clubes de campo, barrios cerrados o privados, parques
industriales, empresariales o náuticos y cualquier otro emprendimiento urbanístico,
independientemente del destino de uso del mismo.

El citado Artículo 2071 no señala qué tipo de cobertura será de aplicación en estos
casos, pero atento al contenido del mismo parece razonable pensar que un seguro de
caución podría satisfacer correctamente sus exigencias.

Sin embargo no existe en la actualidad un diseño de póliza de caución que contemple


con precisión el aumento de la suma asegurada en concepto de intereses tal como
está previsto en el artículo bajo análisis, intereses que por otra parte deberían estar
previstos en los contratos que suscriban los obligados con los adquirentes. No
obstante, hay quienes sostienen que la Póliza de Ejecución de Contrato puede dar
cumplimiento a los requerimientos del artículo bajo análisis por contemplar
incrementos de sumas aseguradas y se encuentran dispuestos a ofrecer la cobertura.

El nuevo Código Civil y Comercial se encuentra vigente desde el 1 de agosto pasado y


conforme la redacción del Artículo 2070 están obligados a tomar la cobertura no solo
los responsables de nuevos emprendimientos sino también aquellos cuya
construcción se encuentre en proceso y aún no hayan sido constituidos en propiedad
horizontal.

Entre tanto, algunas empresas dedicadas a la construcción, que no consideran


utilizables los actuales modelos de pólizas aprobadas, están pensando incluir en los
contratos que suscriban antes de que se encuentre disponible la póliza de caución
específica, y como adenda en los que se encuentran en curso, una cláusula donde se
comprometen a contratar la cobertura a favor de los adquirentes no bien se encuentre
disponible

Establecimientos Educativos. Seguro de Responsabilidad Civil

El Artículo 1767 del nuevo Código Civil y Comercial dice textualmente:

”Responsabilidad de los establecimientos educativos. El titular de un establecimiento


educativo responde por el daño causado o sufrido por sus alumnos menores de edad
cuando se hallen o deban hallarse bajo el control de la autoridad escolar. La
responsabilidad es objetiva y se exime sólo con la prueba del caso fortuito. El
establecimiento educativo debe contratar un seguro de responsabilidad civil, de
acuerdo a los requisitos que fije la autoridad en materia aseguradora. Esta norma no
se aplica a los establecimientos de educación superior o universitaria.”

Corresponde señalar que la obligación de contratar un seguro de responsabilidad civil


por parte de los establecimientos educativos ya se encontraba contenida el anterior
Código Civil prescripta por el Artículo 1117 del mismo como consecuencia de la
reforma que sufriera dicho Artículo como consecuencia de la sanción de la Ley
24.830.

En aquella norma se disponía que las autoridades jurisdiccionales “dispondrán de las


medidas para el cumplimiento” de la obligación de contratación de la cobertura. En la
nueva redacción como se señaló será la autoridad en materia aseguradora la que fije
los requisitos de la cobertura obligatoria.

Seguro Integral de Consorcios

Con referencia a los Administradores del Consorcios de Propiedad Horizontal el nuevo


Código dispone en su Artículo 2067 “Derechos y Obligaciones El Administrador tiene
derechos y obligaciones impuestos por la ley, el reglamento y la asamblea de
propietarios. En especial debe:

h) mantener asegurado el inmueble con un seguro integral de consorcios que incluya


incendio, responsabilidad civil y demás riesgos de práctica, aparte de asegurar otros
riesgos que la asamblea decida cubrir”.

l) a pedido de parte interesada, expedir dentro del plazo de tres días hábiles el
certificado de deudas y de créditos del consorcio por todo concepto con constancia de
reclamos administrativos o judiciales e información sobre los seguros vigentes.”

De igual forma que en el comentado caso de los Seguros para Establecimientos


Educativos, también en Abril de 2014 se puso a disposición de las distintas entidades
que participaron en la elaboración del Plan Estratégico de Seguros un proyecto de
cláusulas uniformes para un Seguro de Edificios de Propiedad Horizontal. Con las
modificaciones que las normas del Código impone se supone que la Superintendencia
de Seguros promoverá una Resolución General con las condiciones contractuales de
esta cobertura.

Por último la Superintendencia de Seguros ha puesto en consideración de las


entidades gremiales del mercado un modelo de póliza de Responsabilidad Civil de uso
no obligatorio incorporando las disposiciones del nuevo Código Civil y Comercial.
Dicho proyecto, como en el caso de Automotores, no incluye la cobertura de
Responsabilidad Civil Preventiva (Art. 1710-1715). Incorpora asimismo las cláusulas
para Coberturas Especificas tradicionales tales como Ascensores y Montacargas,
Productos, etc. y como novedad incorpora Actividades Deportivas y/o recreativas no
profesionales, Colonias de Vacaciones y Nuevas Modalidades de cobertura para pileta
de natación en hechos privados como en comprensiva.

Hasta aquí una apretada síntesis de las disposiciones del nuevo ordenamiento jurídico
que afectan a los contratos de seguro, disposiciones que habrá que tener
particularmente en cuenta en los pedidos de aprobación de condiciones particulares,
toda vez que las actuales en vigencia, conforme con lo dispuesto en la Resolución
35.614, caducan en su totalidad el 3 de Marzo de 2016.

Asimismo es de recordar que en el punto 23.2 del Reglamento General de la


actividad aseguradora se especifica que será necesaria la adecuación de tales
elementos técnico contractuales con las disposiciones de las leyes 17.418, 20.091 y
24.240, esta última, conviene recordar, es la de Defensa del Consumidor.

ANALISIS CRITICO

El Nuevo Código Civil y Comercial no modifica la Ley de Seguros (nota)

Los Dres. Alberto Alvarellos y Enrique Quintana, expusieron sus puntos de vista
respecto de la reforma del Código Civil actual, que entrará en vigencia a partir del día
1 de Agosto del presente año, en el Foro Nacional del Seguro.

El Nuevo Código Civil y Comercial cuenta hoy en día con un descontento generalizado
en algunos temas y opiniones a favor con respecto a otros, suscitando importantes
discusiones en todos los ámbitos, y el seguro no es ajeno a ello. La pregunta que
debemos realizarnos a esta altura es, ¿realmente modifica sustancialmente el Código
Civil y Comercial a la ley de seguros? ¿Otorgará este nuevo código mayor seguridad
jurídica? Lo cierto es que hay opiniones disímiles en casi todos los temas y artículos,
que a seguros se refieren o que podrían llegar a tener influencia en ellos de una
manera indirecta. Hay quienes opinan incluso que no era necesaria una modificación
tan sustancial al Código Civil actual, lo cierto es que fue una reestructuración total,
nada del anterior código se mantiene, ni siquiera el articulado o el orden de las
normas.

El primer punto criticable al Nuevo CC, tiene que ver con su entrada en vigencia. La
ley 26994 la indicaba para el día 01 de Enero de 2016, pero la misma fue modificada
por la ley 27077, quedando finalmente para el 01 de Agosto de 2015. Ahora bien,
¿tienen los jueces y abogados el pleno conocimiento de las nuevas normas que rigen
a partir de esa fecha como para poder desempeñar su labor conforme a ellas? La
respuesta pareciera ser que NO. Con tan poco tiempo para poder tomar conocimiento
de su contenido y no sólo eso sino también analizarlo en profundidad y conocer el
alcance de cada norma, lo cierto es que se hace muy complicado. Y si ellos no tienen
aún el conocimiento total de las normas, ¿pueden las aseguradoras, sus letrados y
aún los productores asesores de seguros que deben asesorar a los asegurados
conocerlas y aplicarlas? La respuesta pareciera a todas luces obvia. Recordemos que
según las leyes 22400 y 20091 los PAS deben desempeñar su actividad con
conocimiento de las leyes y asesorar en base a ellas.

Las leyes para su verdadero conocimiento requieren de tiempo no sólo para conocer
su contenido y alcances sino también para su maduración, en otros países desde que
se sanciona una ley se tardan 5 años aproximadamente para que entre en vigencia, de
esa forma cuando lo hace ya es altamente conocida y debatida por todos, máxime
cuando se trate de una ley de fondo tan importante como el Código Civil y Comercial.

Otra crítica que se le hace al Nuevo Código es que en pos de reducir artículos (se bajó
a más de la mitad de los existentes antes entre el Civil y el Comercial), han quedado
muchos temas sin legislar, por ejemplo, se eliminó el estatuto del comerciante, la
denominación de sociedades comerciales y la naturaleza jurídica de los contratos
consensuales

Un tercer tema de vital importancia y que ha dado lugar a múltiples discusiones, tiene
que ver con el art. 3 del NCC, que establece “Deber de resolver. El juez debe resolver
los asuntos que sean sometidos a su jurisdicción mediante una decisión
razonablemente fundada”. Una decisión debe estar fundada no sólo en la razón sino
también en una norma que la avale y la encuadre dentro del caso resuelto, es
inconcebible que un código civil y comercial tenga una norma de estas características.
Ello da lugar a la no aplicación necesaria de una ley a la causa, por otro parte, ¿qué se
entiende por razonablemente? Lo que para un juez puede ser razonable para otro
puede que no lo sea, entonces ¿dónde está la seguridad jurídica que la normativa
debe brindar?

El nuevo CC, ha modificado la ley de defensa del consumidor principalmente en su


artículo 1 y artículo 50, en lo que hace la definición de consumidor y al plazo de
prescripción. La definición de consumidor contenida en la ley 24.240 y modificada por
la ley 26.361, debió ser redefinida por el Nuevo Código Civil y Comercial, debido al
amplio alcance que hubiera logrado gracias a esa última modificación, donde cualquier
persona en definitiva podía ser considerada consumidor. La nueva redacción
expresada en su art. 1092, quedó de la siguiente manera: “La presente ley tiene por
objeto la defensa del consumidor o usuario. Se considera consumidor a la persona
física o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios
como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social. Queda
equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como
consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma
gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o
social”. Lo que se quitó de la anterior redacción es la frase final “…y a quien de
cualquier manera esté expuesto a una relación de consumo”, esta última frase había
dado lugar en la jurisprudencia en un caso emblemático a que se considerara
consumidor incluso a un peatón víctima de un accidente de tránsito. En los
fundamentos del anteproyecto se explican las razones y se dice textualmente, en
referencia a la figura del consumidor expuesto: “Su texto interpretado literalmente ha
logrado una protección carente de sustancialidad y de límites por su amplitud. Un
ejemplo de lo expuesto lo constituye el hecho de que alguna opinión y algún fallo que
lo recepta con base en la frase expuestas a una relación de consumo, han
considerado consumidor al peatón víctima de un accidente de tránsito, con relación al
contrato de seguro celebrado entre el responsable civil y su asegurador“.

Respecto del art. 50 de la LDC, éste establecía un plazo de prescripción de 3 años, lo


cual chocaba con la ley de seguros que en su art. 58 fija un plazo de un año. El nuevo
Código pone fin a esta discusión al establecer: “Las sanciones de la presente ley
prescriben en el término de tres años. La prescripción se interrumpe por la comisión de
nuevas infracciones o por el inicio de actuaciones administrativas“. Se fija un plazo de
prescripción de 3 años que se aplica sólo a las sanciones que se aplican en base a la
LDC, pero no para los contratos de consumo, de allí que si la controversia se refiere a
un contrato de seguro, la prescripción es la prevista por la ley de Seguros (1 año). Esta
nueva norma resulta favorable en lo que a reserva de siniestros pendientes se refiere.

El nuevo CCC no produce ninguna modificación en la ley seguros, ello expresado por
la misma comisión redactora del proyecto, integrada por el Dr. Ricardo Lorenzetti, la
Dra. Elena Highton de Nolasco y la Dra. Aída Kemelmajer de Carlucci, quienes en el
punto 1.4 de los fundamentos del Anteproyecto, expresan que “se respetan a los otros
microsistemas normativos autosuficientes, es decir, se ha tratado de no modificar otras
leyes, excepto que ello fuera absolutamente necesario“. Respecto de la actividad
aseguradora, mencionan que “En otros casos no hay ninguna modificación, como
sucede con la ley de Seguros“. Ahora bien ello no significa que nada cambie, es decir,
la nueva legislación no modifica la ley de seguros, sin embargo provoca
modificaciones en diversos aspectos relativos al mercado asegurador, como ser
nuevos seguros obligatorios, y sobre todo lo relativo al régimen de responsabilidad civil
donde se introducen importantísimos cambios.

La primera de estas modificaciones tiene que ver con el art. 1710 del nuevo cuerpo
normativo, que fija el “deber de prevención del daño”. Hasta ahora, ese deber de
prevención se aplicaba solamente a riesgos del trabajo, pero a partir de la nueva
disposición es aplicable a toda persona en cuanto de ella dependa. Esta disposición
da lugar a varios interrogantes, en la relación de un contrato de seguros, ¿en cabeza
de quién estará esa obligación? ¿Será este deber objeto de cobertura de RC? y de
serlo, ¿cuál será el límite?, ¿qué daños deberán ser resarcidos?

Otro cambio sumamente importante tiene que ver con el plazo de prescripción en
responsabilidad civil. Puntualmente el nuevo código, le quita sentido a las coberturas
claims made que se utilizan actualmente para todos los casos de póliza de RC médica,
y que tenían un plazo de prescripción de 10 años, a los fines de acotar el tiempo que
transcurre entre el hecho que genera el daño y la recepción del reclamo. El nuevo
código fija un plazo de prescripción de 3 años, al eliminar la distinción entre
responsabilidad contractual y extracontractual.
El nuevo código conserva los 4 elementos básicos de atribución de responsabilidad
que son la antijuridicidad, el factor de atribución, el nexo de causalidad y el daño.

Antijuridicidad: legisla sobre las causas de explicación de la antijuridicidad, que son el


estado de necesidad y la legítima defensa.

Factor de atribución: mantiene el criterio de la culpa salvo que se establezca una


responsabilidad objetiva o por la naturaleza de la obligación (obligación de resultados)
y la responsabilidad por los hechos de los dependientes o las cosas. Las causas de
exclusión de la responsabilidad objetiva son por el hecho de la víctima o por el hecho
de un tercero por quien no deba responder (caso fortuito, imprevisto e inevitable).
Respecto de la responsabilidad subjetiva, mantiene la culpa y el dolo, aunque agrega
la intención de causar el daño o desinterés por los intereses de los demás. Elimina la
culpa in vigilando y la subsume dentro del hecho de la víctima.

Nexo de causalidad: se mantiene el criterio de nexo adecuado de causalidad entre la


acción y el daño producido.

Daño: no hay responsabilidad civil sin daño. El nuevo código incorpora la pérdida de
chance. En cuanto al daño moral contiene dos novedades: la indemnización
corresponde sólo a la víctima, y en caso de muerte o gran incapacidad amplía el
número de legitimados a reclamarla, los cuales son ascendientes, descendientes y
todos aquellos que mantienen con la víctima un trato familiar ostensible.

Entramos en una etapa de profundo conocimiento y aprendizaje de la nueva


legislación, aunque la jurisprudencia nos irá resolviendo las dudas que queden
pendientes y llenando las lagunas existentes en algunas normas.

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