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CÓMO SABER SI SOY CULTURALMENTE SENSIBLE

¿QUÉ ES “CULTURA”?
La cultura se define como las tradiciones, creencias, costumbres, historia, folklore e instituciones compartidas
por un grupo de personas. La cultura es compartida por personas del mismo origen étnico, idioma, nacionalidad
o religión. Es un sistema de reglas que son la base de lo que somos y afectan como nos expresamos, como parte
de un grupo y como individuos.
Todos nos desarrollamos en algún tipo de cultura. Nuestro entorno determina lo que aprendemos, como lo
aprendemos, y las reglas para convivir con otros. Estas reglas se transmiten de una generación a otra y son, a
menudo, adaptadas a los tiempos y lugares. Los niños absorben estas reglas según van desarrollándose, ya sea
pasándose de boca en boca o simplemente por “osmosis”.
 Conocimiento cultural" significa que usted conoce algunas características culturales, historia, valores,
creencias y conducta de otro grupo cultural o étnico.
 "Conciencia cultural" es la siguiente etapa de conocimiento de otros grupos – estar abierto a la idea de
cambiar las actitudes culturales.
 "Sensibilidad cultural" es saber que existen diferencias entre culturas, pero sin poner un valor a las
diferencias (mejor o peor, correcto o equivocado). Es fácil que se den conflictos en este punto,
especialmente si una costumbre o creencia va en contra de la idea del multiculturalismo. Es probable que,
de vez en cuando, surja un conflicto interno (intrapersonal, interpersonal, y organizativo), en relación a este
asunto. El conflicto no siempre será fácil de manejar, pero puede llevarse mejor si todo el mundo es
consciente de las metas organizativas.
 La "Competencia cultural" reúne todas las etapas anteriores – y añade efectividad operativa. Una
organización culturalmente competente tiene la capacidad de incorporar a su sistema muchas conductas,
actitudes y políticas diferentes, y trabajar de manera efectiva en entornos transculturales, para producir
mejores resultados.
Lamentablemente, en el ámbito de la interculturalidad, muchas personas se encuentran sumidas en la idea
de que son culturalmente sensibles, que tienen habilidades interculturales o que son sumamente abiertos hacia
las diferencias.
Acá vamos a dejar en evidencia cuánta ignorancia intercultural existe, incluso en muchas personas que tienen
un elevado grado de exposición internacional. Si quieres saber si eres culturalmente sensible, piensa si alguna
vez dijiste alguna de estas frases:
 “LAS PERSONAS DE X PAÍS SON…”
Completa la descripción como quieras (lentos, sumisos, fríos, mentirosos, rígidos, etc), pero claramente
estas demostrando una falta de sensibilidad cultural. ¿Por qué? Porque no todas las personas de un país son
de determinada manera y al realizar una generalización de este tipo, muy posiblemente estés cayendo en
un estereotipo, los cuales por lo general son negativos (aunque también los hay positivos). Además de
injustos y contraproducentes, los estereotipos limitan enormemente tu capacidad de relacionarte
efectivamente con las personas de ese país.
 “LA CULTURA NO TIENE NADA QUE VER CON ESTE TEMA”
Algunas personas se atrincheran en el hecho de que en última instancia, todos somos diferentes y cada
persona es un individuo único con expectativas y necesidades únicas. Nadie argumentaría en contra de esto,
pero desconocer que ciertos grupos culturales comparten determinados valores, costumbres y hábitos, es
simplemente insensibilidad cultural. Es verdad que es importante poder diferenciar cuándo determinada

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reacción es personal o cultural, pero para poder hacerlo, necesitamos conocer cuál es el rol de la cultura en
el comportamiento de las personas.
 “LAS DIFERENCIAS CULTURALES NO PUEDEN GENERAR GRANDES INCONVENIENTES”
Insensibilidad Cultural, una manera de minimizar la importancia de las diferencias culturales es
subestimar su impacto. Si no son relevantes, tampoco tengo necesidad de considerarlas, conocerlas y mucho
menos, adaptarme. Los estudios confirman exactamente lo opuesto; y no sólo se trata de evitar que generen
“inconvenientes” sino de promover a que generen “beneficios”. Acá te contamos algunos de los beneficios
de la diversidad.
 “ES SUMAMENTE DIFÍCIL TRABAJAR CON LOS XXX PORQUE…”
Otro claro ejemplo de baja sensibilidad cultural. Cuando las personas de determinado país tienen otras
formas de hacer las cosas que simplemente son distintas a las nuestras, a veces caemos en la tentación de
convencernos que están equivocados, y que por culpa de ese estilo (sea comunicación indirecta, tiempo
sincrónico, enfoque grupal, etc.) no podemos cumplir con nuestras responsabilidades y nuestros objetivos.
Si fuéramos culturalmente sensibles, buscaríamos maneras culturalmente adaptables para poder alcanzar
los objetivos. La cultura nunca debería ser una excusa.
En resumen, por más que nos encante creer que somos las personas más sensibles a la diferencias culturales,
la verdad es que muchas veces fracasamos en el intento de demostrarlo. Aun cuando tenemos las mejores
intenciones, necesitamos prepararnos y capacitarnos para poder actuar con cierto grado de sensibilidad cultural.
Y el primer paso reconocer que aún tenemos cierto margen de mejora y desarrollo.

¿QUÉ ES MULTICULTURAL?
Una sociedad puede sercaracterizadacomo multicultural cuandoen ella conviven gruposportadores de
diferentesculturas, Por ejemplo: Que profesan religionesdistintas, Hablan diversas lenguas y se observa en el
Folklore, las tradiciones, e arte popular y las formas de expresión
 Costumbres…Son el conjunto deinclinaciones y de usos queforman su carácter distintivo.Una costumbre es
una formade comportamiento particularque asume toda unacomunidad y que la distinguede otras
comunidades; porejemplo: sus bailes, susfiestas, sus comidas, sudialecto o su artesanía.Estas costumbres se
vantransmitiendo de unageneración a otra, ya sea enforma oral o representativa.
 Transculturación Es un proceso gradual por el cual una cultura adopta rasgos de otra hasta culminar en una
aculturación. Generalmente se llega a esta apropiación por la enseñanza o intercambio de rasgos va desde
una cultura “más desarrollada” (por ejemplo en cultura tecnológica) a otra “menos desarrollada” y que esto
puede ocurrir sin conflicto. Sin embargo, se observa que la mayoría de las transculturaciones son conflictivas,
en especial para la cultura “receptora”, sobre todo, cuando los rasgos culturales son impuestos.
 Aculturación… Se refiere al resultado de unproceso en el cual una persona oun grupo de ellas adquieren
unanueva cultura (o aspectos de lamisma), generalmente a expensasde la cultura propia y de
formainvoluntaria. Una de las causasexternas tradicionales ha sidola colonización.En la aculturación
intervienendiferentes niveles de destrucción,supervivencia, dominación,resistencia, soporte, modificacióny
adaptación de las culturasnativas tras el contactointercultural.

LA INTERCULTURALIDAD Y MULTICULTURALIDAD EN GUATEMALA


Resumen de Multiculturalidad e Interculturalidad
Una cultura es el conjunto de maneras de pensar, actuar y sentir en la triple relación con la naturaleza, con el
hombre y con lo absoluto; es el conjunto de modelos de comportamiento, de pensamiento y de sensibilidad que
estructuran las actividades del hombre en su triple relación con la naturaleza, con la sociedad, con lo
trascendental.
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A partir de estos conceptos de A. Sélim, se da por supuesto que la interculturalidad es la expresión de un
contacto entre culturas, en cuya relación es difícil que una sea activa y otra pasiva, o mejor expresado, una
emisora y la otra receptora.
Si en Guatemala solo existieran mestizos o, por el contrario, solo indígenas kichés, cakchikeles o cualquiera
de las otras etnias mayas, ¿podríamos decir que este es un país multicultural? Posiblemente algunos estudiosos
de estos fenómenos, sociales, dirían que sí y los otros que no, con base en sus concepciones sobre la
multiculturalidad e interculturalidad, de lo cual se ha venido hablando a la par de la construcción de teorías en
forma sistemática apenas desde hace unas dos décadas.
A partir de estas respuestas se plantea ya una confrontación de ideas respecto a ambos temas. En el ámbito
internacional E. Israel y J. Escoffier son sólo dos de los autores que sostienen que la multiculturalidad debe incluir
a todas las personas o grupos sociales no necesariamente étnicos que se sienten excluidos del núcleo dominante.
Ejemplos de ello serían, no sólo en Guatemala sino en cualquier país del mundo, las mujeres, los discapacitados,
los homosexuales y otros grupos invisiblizados. Sin embargo, para W. Kymlicka, el multiculturalismo se basa en
las diferencias nacionales y étnicas, entendiendo el término cultura como sinónimo de nación o pueblo, o sea,
una comunidad que ocupa un territorio y comparte una lengua y una historia especifica. En Guatemala sería
parte de este multiculturalismo, las diferentes etnias mayas, garífuna, xinca y mestiza que habitan el territorio,
pero diferenciados al menos por sus historias y sus idiomas.
Para Lamo de Espinoza, la multiculturalidad es la convivencia de un mismo espacio social de personas
identificadas con culturas variadas y respecto a las identidades, como un camino hacia la coexistencia y
convivencia a manera de un cruce o mestizaje.
Otros como el profesor Miguel Rodrigo Alsina, diferencian el multiculturalismo del interculturalismo, porque
en lo primero existen dos o mas culturas en un mismo espacio. Lo segundo se manifiesta en las relaciones que
ocurren entre las culturas.
O sea, que la multiculturalidad existe simplemente ahí donde dos o más culturas están presentes, mientras
que la interculturalidad se realiza en la comunicación de esas culturas.
Filosóficamente, la comunicación no es más que el hecho de hacer común o de compartir. En ese sentido, las
culturas se hacen visibles, se muestran una a la otra y se respetan, se toman en cuenta, se aceptan. De hecho en
el proceso de interculturalidad existe una retroalimentación entre las culturas, aunque puede ocurrir un
rompimiento comunicativo con lo que se crea un conflicto étnico.
Históricamente en Guatemala lo que ha existido es un proceso de multiculturalidad, pero no una buena
comunicación para que exista un proceso de interculturalidad.
De todas maneras, los conflictos han estado presentes, más o menos visibles, pero la mayoría de identidades
ajenas, sobre todo por parte de la identidad en el poder contra las identidades invisibilizadas u oprimidas. La
negación más clara que aún persiste es la difundida por los gobiernos militares durante la agudización del
conflicto armado interno, en el sentido de proclamar que aquí no hay etnias ni naciones diferentes. Aquí, según
las negaciones castrenses de entonces, sólo hay guatemaltecos y punto. A pesar de ello, desde hace algún tiempo
ocurre el fenómeno de que las identidades indígenas menospreciadas retomaron y revalorizaron su propio
concepto para mostrarse como las otras identidades existentes frente a la identidad dominante, aunque entre
mayas pudo permanecer la conciencia diferencial entre entidades indígenas, con sus acercamientos y conflictos.
De ahí que los términos de multiculturalidad, etnicidad y plurilingüismo, como expresiones de esos diversos
nacionalismos, surgen en medio de la guerra y se fortalecen ahora en tiempos de paz. La Identidad étnica
entonces es algo más que la identificación de un individuo, ya sea por su nombre, sexo, fecha y lugar de
nacimiento, lugar donde vive o su estado civil impreso en una cédula de vecindad. También es algo más que la
identificación de grupo con el cual se sostienen relaciones interpersonales y familiares, sino es, ante todo, una
identificación comunitaria que trasciende tiempo y espacio. Uno de los términos más controvertidos generados

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por las lenguas es el de identidad. En permanente oscilación entre la ideología y el mito, el término provoca un
malestar real cada vez que un ser o una comunidad se confronta a una prueba histórica.
Según A Sélim, la identidad cultural no se refiere ni a un patrimonio cul-tural ni al resultado anterior de la
cultura, sino a una cultura viva, a una actividad que la ha producido y que la asume sobrepasándola. En el límite,
aquella se imbrica en la capacidad de integración de las diferencias, riqueza y grandeza del hombre.
Más allá de las lenguas, de los territorios y de las tradiciones, y dentro de los signos, de los espacios y de las
costumbres, la afirmación de la identidad fluctúa entre la obsesionada voluntad de recuperación ideológica y la
retórica de lo imaginario. Hay culturas con una gran capacidad de recepción, de hostilidad y de apertura; hay
otras que generan, por el contrario, resistencias y son cuerpos de rechazo. La identidad individual y social,
integran una dialéctica de unidad y lucha en la que ambas se afectan una a la otra. El individuo ejerce influencia
en el grupo y el grupo la ejerce sobre él. Entre grupos o comunidades diferentes ocurre el mismo fenómeno, y
en medio de esta dialéctica puede surgir el prejuicio que caracteriza los conflictos étnicos, agudizados por el
arraigo de los propios valores y costumbres de cada comunidad.

LA INTERCULTURALIDAD EN GUATEMALA
Escrito por Revista Baqtun
¿Qué es eso de la interculturalidad de lo que tanto se oye hablar en los últimos años? ¿Es una nueva tendencia
de eso que llaman el monstruo de la globalización?
Nos encontramos en una época sin precedentes en la que es necesario replantear concepciones y buscar
paradigmas que engloben la realidad guatemalteca. Aquí es donde comenzamos a abordar la cuestión de la
interculturalidad.
Casi todos los días tenemos algún tipo de relación con personas de características culturales distintas a las
nuestras, estableciendo una comunicación más o menos profunda "entre culturas"; a veces en el mercado, otras
en la calle, en el cine, en la universidad, etcétera. Y eso no significa únicamente que ladinos e indígenas nos
encontremos, sino también entendemos por relaciones "entre culturas" las que tienen lugar entre hombres y
mujeres, alfabetos y analfabetos, personas de la capital y del interior del país, discapacitados, garífunas, pobres
y ricos, a menudo incluso entre jóvenes y ancianos.
El concepto de la interculturalidad no es algo ajeno a nosotros, no significa que las poblaciones indígenas
deban ser interculturales ni que sea una corriente de moda que nos imponen desde Europa, como a menudo
escuchamos.
Es por ello que surge la necesidad de abordar el concepto como una forma de búsqueda de la convivencia
humana, partiendo del respeto hacia el otro, de la aceptación del diferente, del conocimiento del distinto para
poder entenderlo, del aprendizaje del prójimo para poder enriquecernos, de la construcción de una Cultura de
Paz y Vida en Democracia, donde todos se sientan no sólo incluidos y respetados, sino también valorados.
¿Cuántas veces hemos oído hablar que según los Acuerdos de Paz se está consolidando la educación bilingüe
Intercultural? Esto es perfecto incluso totalmente necesario, pero ¿Dejaremos que se limite únicamente a que
en las escuelas de las aldeas indígenas; los niños tengan un maestro o maestra que hable su lengua materna? ¿O
lo encerremos en la concepción de que en el resto de escuelas se estudie la matemática maya?
No se trata únicamente de favorecer el uso del idioma materno, lo que debe hacerse, ni de incorporar al
currículo materias como el sistema numérico maya. Estamos intentando mas bien hablar de una educación para
la convivencia mutua, para el enriquecimiento a partir de la diversidad, para enorgullecerse de la variedad que
existe a lo interno de Guatemala y de las potencialidades que tiene de ofrecer al exterior. Se trata, en un último
término de educación para la Paz.
A través de la práctica de la interculturalidad, cuyo motor más importante es la educación, logremos en primer
lugar, respetar los derechos de todos los pueblos que conviven en el territorio guatemalteco. También
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reforzaremos y valoraremos las culturas que conviven en un mundo globalizado, y en tercer lugar,
posibilitaremos la convivencia en Paz, puesto que nos servirá como instrumento de prevención de conflicto.
Pero en definitiva ¿Qué podríamos entender en Guatemala por interculturalidad?
Aún no existe la respuesta, ya que en tanto la definición como la forma de llevarla a la práctica, debe partir
de los mismos principios que sustentan el concepto, es decir, del respeto mutuo, diálogo y negociación entre los
distintos grupos culturales que cohabitan en ella.
LA IGUALDAD E INCLUSIÓN EN GUATEMALA
No hace falta aparentar ni mucho menos ser hipócrita para muchas personas, porque en ellos ya es natural
fingir ser incluyente y sobre todo respetar a la población étnica en Guatemala; pero ni con ello se logrará borrar
la miserable realidad en la que viven millones de guatemaltecos, no se podrá omitir jamás la cotidianidad de la
población más vulnerable, la población que históricamente ha vivido marginada.
Es hasta ridículo pensar que sólo con el hecho de tomarse fotografías o bien sentarse al lado de personas
indígenas sea el “indicador” de que Guatemala es un país respetuoso de la diversidad étnica y cultural.
¡Por favor! Los actores políticos jamás se han tomado en serio las consultas populares de las comunidades
indígenas referentes a las explotaciones de los recursos naturales; se ha ignorado totalmente la Cosmovisión
Maya particularmente respecto al Respeto a la Madre Naturaleza; se han criminalizado y perseguido luchas y
marchas sociales; se ha militarizado de nuevo lugares donde el conflicto armado interno exterminó gran parte
de la población indígena.
La educación aún es deficiente, pobre y sobre todo excluyente, no es bilingüe en la práctica, no es
intercultural, sigue siendo una educación que busca la homogenización y el reduccionismo de los conocimientos
Mayas, Xinkas y Garífunas; respecto a la justicia, las sociedad aún es incapaz de comprender siquiera qué significa
genocidio; quizá porque fue perpetrado contra indígenas.
Una infinidad de cosas discursos, situaciones, acciones, actitudes, “voluntades” quieren mostrar una unidad
que no existe, mientras que la realidad del país sigue mostrando lo que se ha omitido e invisibilizado: llama la
atención como se manipula la inclusión de la diversidad étnica en Guatemala, como se deforma, reforma y se
reduce la “inclusión” e “igualdad” en simples “poses” para la fotografía donde se simula el agrado, consenso y
entendimiento entre el Gobierno y las poblaciones indígenas del país.
Pareciera ser que el respeto por la diversidad étnica y cultural en el país es sinónimo de dar una palmadita en
la espalda, una mirada o gesto de pobrecito, o bien saludar y hablar a un “no mestizo o no ladino” en los lugares
y momentos convenientes, porque fuera de estos ámbitos y momentos “especiales”, se ignora a la población
étnica, se omiten sus necesidades y demandas, se desprecian sus luchas e historia.
Esta es una realidad cotidiana, no pasa sólo en la televisión, pasa en las calles, en los lugares públicos y
privados, pasa en todas partes y en todos los rincones del país. Por eso, jamás se les creerá que haya
preocupación alguna por las poblaciones indígenas y su cosmovisión, mediante la realización fingida y totalmente
ilógica de una Ceremonia Maya, según con el objetivo de pedir permiso a la Madre Naturaleza para su
explotación; pero como estamos en Guatemala, todo pasa y lo que no ha pasado aún, pronto sucederá, siempre
favoreciendo a un grupo minoritario.
Promover la inclusión y el respeto a la diversidad implica acciones concretas, reformas legales y
constitucionales, políticas públicas con pertinencia cultural y un sinfín de medidas concretas que pasen de las
buenas intenciones, a la práctica.

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