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Sombrerón

EL Sombrerón. Ilustración de Orlando Callejas.

El Sombrerón, también llamado Tzitzimite, es un personaje mitológico de las


Leyendas Guatemaltecas. Es representando como un enano que lleva consigo un
enorme sombrero, dando serenatas a las mujeres que elige les trenza el pelo en la noche
y tratando de que se vayan con él formando parte de la amplia gama de almas perdidas
por este ente. Carga una guitarra y viaja en una mula que lleva carbón. Es un ranchero
,que canta y enloquece a las mujeres. Es uno de los últimos vestigios de la "Pequeña
Latinoamérica"...

Celso Lara en su descripción de la leyenda "Lágrimas del Sombrerón", en su libro "Por


los Viejos Barrios de la Ciudad de Guatemala" refiere:

"...Cosa rara en verdad era este carbonero: pequeñísimo, vestido de negro y con un
cinturón brillante que redeaba su cuerpo menudo. Impecables botines de charol
calzaban sus pies, en los aules un par de espuelas plateadas salpicaban luz en la
oscuridad. Al hombro una guitarra de cajeta(...) y sobre su cabeza un enorme sombrero
de alas anchas que casi lo oculta por completo"

El Cadejo o Cadejos
La leyenda del cadejo o cadejos está presente en casi todo centroamérica, se trata de
un perro enorme de color blanco y ojos rojos que protege a los hombres cuando
llegan a altas horas de la noche, sin embargo el cadejo tiene un enemigo, el cadejo
negro, un ser diabólico que ataca y mata a las personas de dudosa moral, cuando
ambos el espíritu protector y el diabólico se encuentran comienza entre ambos una
lucha a muerte que normalmente da tiempo a la persona a huir.

El cadejo blanco como protector acompaña al hombre que trasnocha hasta su casa lo
hace muchas veces desde las sombras y sin dejarse ver, normalmente se siente como
un presencia que no puedes localizar. Su finalidad es defender al borracho o
trasnochador del cadejo negro

El cadejo negro dependiendo de la cultura que enfoca la leyenda puede tener dos
fines, matar a las personas de dudosa moral a las que no puede defender el cadejo
blanco siempre a altas horas de la noche, o simplemente golpearle y aplastarle, en
ambas creencias el cadejo nunca muerde (salvo en su lucha con el cadejo blanco) y
causa el daño golpeando y aplastando, debido a su gran tamaño deja al hombre al que
ataca como si hubiera recibido una paliza.
Esta es una recopilación de las distintas leyendas del cadejo o cadejos como también es
llamado en distintas culturas y paises:

Siguanaba
La Siguanaba (también llamada Sihuanaba, Siguamonta, Cigua, Cegua y Chuca)
es un espectro del folclor centroamericano que, según la tradición popular, se les
aparece a hombres trasnochadores o infieles en la forma de una atractiva mujer desnuda
o semidesnuda, pero con el rostro oculto. Cuando los hombres se le acercan, la
fantasmagórica mujer les muestra su faz, que resulta ser la de un caballo (o la de una
calavera en algunas variantes), por lo que termina enfermándolos, enloqueciéndolos o
matándolos del susto.

Se cree que el mito pudo haber sido introducido en el Nuevo Mundo por los españoles
durante el período colonial, quienes lo habrían usado para ejercer control sobre las
poblaciones indígena y mestiza de la región.

En Guatemala, la Siguanaba se presenta como una hermosa mujer de pelo largo y


muestra su rostro hasta en el último momento, cuando se revela que es el de un caballo
o un cráneo humano. La víctima es generalmente un hombre infiel, quien, si no muere
del susto, se vuelve loco. En ocasiones el espectro puede adquirir la apariencia de la
novia de un hombre para engañar a este y apartarlo de su camino.

Leyenda de la llorona
Existen innumerables relatos a través del mundo, sobre La leyenda de la Llorona,
Cuenta la leyenda, que “La LLorona”, se llamaba alguna vez, Carla Tuesta de
Soldevilla y Rosario de los Santos, está señorita, era hija de un gran hacendado
Limeño, este hacendado Limeño, era muy poderoso, y rico, por ello, le brindaba los
mayores lujos, a su hija Carla Tuesta de Soldevilla y Rosario de los Santos, la misma
que después recibiría el nombre de “La LLorona”, pero esta era más bien una muchacha
muy sencilla y hermosa, cándida al extremo, llena de amor y alegría que iluminaba la
vida del gran Hacendado.

Aquella muchacha de mirar candoroso y lleno de ternura, al transcurrir del tiempo


conoce y se enamora de un joven que por esos tiempos conoció, el mismo que desde la
primera vez que se conocieron le juro amor eterno.

No transcurrió mas de 1 año, en que Carla Tuesta de Soldevilla y Rosario de los


Santos, conociera a este muchacho y de forma intempestiva, fallece su padre producto
de un paro cardíaco fulminante.

Ella se encontraba muy enamorada de él muchacho, por ello accedió, a que él la ayudará
con los menesteres de los grandes Negocios que manejaba su padre. Los años, iban
pasando, los negocios prosperaban, y cada día el muchacho que hasta ese entonces era
el novio de Carla Tuesta de Soldevilla y Rosario de los Santos, no daba signos de
formalizar su situación con ella, a pesar que ella le había dado 3 hijos, por el contrario,
cambio su trato, era parco, malcriado y no demostraba ningún respeto por Carla.

El día menos esperado, Carla Tuesta de Soldevilla y Rosario de los Santos, se despierta
y resuelve, aclarar las cosas con él; pero, al ingresar al dormitorio que él tenía en la
Mansión donde vivían (por que tampoco dormían juntos), lo encuentra con su amante,
la misma que era otra mujer viuda y pudiente que fingía ser su mejor amiga.

Carla, al observar tamaño vejamen, coge lo primero que tiene a la mano y arrebate sobre
ellos. Carla cogió una vara de metal con los que acostumbrarán cerrar las puertas, y es
ahí que de dos golpes claros y precisos con ese metal, que la hermosa chica que alguna
vez fuera cándida y tierna, en un momento de locura, se vuelve la peor asesina de
aquellos tiempos, pues en medio de su dolor, se dirigió a la habitación de sus
pequeños hijos y procedió a reventarles la cabeza y así terminar con sus vidas, pues
sentía que ellos le recordarían el engaño del cual fue víctima, pasaron pocos minutos
cuando Carla, cae en la cuenta y toma conciencia de su actuar.

La leyenda del Negrito pastor

El negrito pastor o también conocido como el negrito del pastoreo o en su traducción


al portugués “Negrinho do Pastoreio”. Este personaje o fantasma pertenece al folclore
brasilero que nace a finales del Siglo XIX, justo al sur de Brasil, frontera con Uruguay,
país que también comparte esta leyenda. Esta leyenda es mencionada por primera vez en
el libros “Contos Gauchescos” y “Lendas do Sul” (Cuentos gauchescos y
leyendas del sur), del escritor brasilero João Simões Lopes Neto.

Cuenta la leyenda que el negrito pastor era un esclavo que estaba obligado a pastorear
caballos u ovejas (en la versión uruguaya de la leyenda este personaje era pastor de
ovejas, en la brasilera solo caballos), hasta que un día por descuido pierde uno de los
animales que cuidaba, hecho que le fue castigado con nada menos la muerte.

Se dice que el amo del negrito pastor lo mandó azotar cruelmente por haber perdido un
animal en el pastoreo, luego fue lanzado a un hormiguero dejando morir poco a poco.
La otra versión cuenta que el amo lo envió a buscar al animal perdido en la oscura
noche, y que al encontrarlo y de regreso un rayo habría matado al negrito pastor.

Desde ese día de su muerte, se dice que el alma del negrito pastor vaga como un mártir
de la esclavitud, se lo ve pasteando (caballo u ovejas), y se dice que si algún pastor
corre la mala fortuna de perder uno de sus animales, el negrito pastor lo ayuda a
encontrar al animal perdido, para esto se debe prender y encomendarse a la Virgen
María. Esta leyenda tiene mucha vinculación con la religión y el cristianismo.

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