Professional Documents
Culture Documents
VERACRUZANA
Facultad de Psicología Xalapa-Enríquez
CATEDRATICO:
MARIA ISABEL GUIOT VAZQUEZ
TRABAJO MONOGRAFICO: Trastornos del sueño más comunes
ALUMNO:
Juan Luis Reyes Méndez
MATRICULA:
S16013049
1
Resumen………………………………………………………………………………………………………..1
Introducción……..…………………………………………………………………………………………….2
1.- EL SUEÑO………………………………………………………………………………………………....4
1.1 Definición del sueño…………………………………………………………………………………...4
1.2 Cantidad y calidad del sueño ………………………………………………………………………….4
1.3 Definición de Trastorno del sueño …………………………………………………………………….6
1.3.1 Características de los Trastornos del sueño……………………………………………………..7
1.4 Fases del sueño…………………………………………………………………………………………8
1.4.1 Divisiones del NMOR……………………………………………………………………..........9
1.4.2 Sueño MOR……………………………………………………………………………………..9
1.4.3 Funciones del sueño NMOR…………………………………………………………………...10
1.4.4 Funciones del sueño MOR……………………………………………………………………..10
4.- Conclusiones………………………………………………………………………………………………37
5.- Glosario……………………………………………………………………………………………………38
Referencias y/o Bibliografía…………………………………………………………………………………40
2
Resumen
Los trastornos del sueño son enfermedades que alteran nuestro ciclo vigilia-sueño de forma
total, lo fragmentan o simplemente no se logra que el sueño sea reparador sino todo lo
contrario. Afecta a toda la población mundial sin ningún tipo de exclusión (desde niños hasta
personas de la tercera edad) y tiene muchas repercusiones en todos los niveles de la calidad
de vida del sujeto que los padece, afectando de manera negativa sus actividades sociales,
laborales, estudiantiles, familiares, etc.
Los tipos de trastornos del sueño son muy complejos, puesto que hay un registro de
alrededor de 100 trastornos del sueño diferentes, sin embargo, estos se dividen en dos
grandes grupos, los cuales son las disomnias y las parasomnias, la primera hace referencia a
todos los trastornos que alteran la cantidad, calidad y horario del sueño, los más resaltantes
son el insomnio, la hipersomnia y la narcolepsia, mientras que la segunda engloba los sucesos
conductuales o fisiológicos adversos que se producen durante el sueño, que incluyen el
sonambulismo, los terrores nocturnos, las pesadillas, etc.
El tratamiento de estos trastornos se puede dar de manera paralela por dos tipos, el
farmacológico y el no farmacológico, el primero es alusivo al uso de fármacos recetados por
un profesional de la salud, mientras que el no farmacológico se basa en el uso de procesos
psicológicos conductuales, los cuales ayudan a cambiar algunos malos hábitos de sueño o
sino también reeducar el sueño.
Sin embargo, este grupo de trastornos se puede decir que no son tomados muy en
cuenta ya que las personas lo ven como algo pasajero o sin importancia que no alterara de
ninguna manera su vida, aun cuando, sin la atención adecuada pueden llegar a ser mortales.
1
Introducción
El tema de trastornos del sueño es muy poco hablado, poco comentado y por ende poco
conocido por la mayoría de personas, las cuales solo poseen especulaciones sobre el tema,
además de tal vez haber escuchado algún dato o investigado de manera muy superficial, sin
embargo, es poco probable que le hayan dado la importancia que deben de tener este tipo de
trastornos, lo cual impide busquen ayuda para su tratamiento con un profesional de la salud.
Los trastornos del sueño afectan a gran parte de la población sin importar la clase
socioeconómica, edad, raza y género, sin embargo, estos son catalizados por distintos
motivos. Para poder evitar la presencia de los trastornos del sueño debemos poseer buenos
hábitos de sueño (p. ej., no desvelarse de manera innecesaria, caso que se produce más en los
jóvenes por el uso de las nuevas tecnologías) y primordialmente información y la difusión de
esta, ya que por sí sola la información es una gran medida preventiva.
2
También, mediante este trabajo busco que las personas se interesen por este tema y se
ejecuten más investigaciones en México ya que solo se haya información de otras partes del
mundo, en países como Perú, Argentina y España, aspecto que baja la moral a cualquiera que
trate de investigar con fundamentos y bases provenientes de nuestro país.
3
EL SUEÑO
Definición de sueño
La palabra sueño proviene del Latín “Somnus”, siendo registrado por la Real Academia
Española de la Lengua como el “acto de dormir”.
4
Por otra parte, la calidad del sueño es alusivo a las personas que tienen un patrón de
sueño eficiente, en contradicción de aquellas personas que no tienen un patrón de sueño
eficiente. Sin embargo, la calidad del sueño se ve afectada tanto por factores ambientales
como por conductuales, los cuales pueden ser desde la higiene del sueño, hasta el consumo
de café, alcohol o tabaco. A todo esto se reconoce que la calidad del sueño cumple un rol
fundamental en la calidad de la vigilia, incidiendo en la salud (Morales Soto, 2009). De esta
forma, la diferencia entre ambos grupos está dado por la posible presencia de perturbaciones
que se presentan durante el sueño, por un lado y, por otro, los patrones conductuales de la
persona en los que se involucra la tendencia a trasnochar o madrugar, por ejemplo.
También, dentro del factor conductual, se puede dar una especie de clasificación a las
tendencias de sueño que presentan las personas:
En otra instancia, la mayor tasa de mortalidad con respecto a los trastornos del sueño
se da en las personas que tienen un patrón de sueño largo (más de 9 horas) y en algunos casos
pero menos extremos las personas que presentan un patrón de sueño muy corto (menos de 5
horas), ya que las personas que duermen un promedio general de 7 u 8 horas son menos
propensas a sufrir enfermedades, ansiedad, depresión porque el nivel físico y psicológico que
es el más apto para resistir las consecuencias de este tipo de padecimientos del sueño (Miro,
Ángeles & Cano-Lozano, 2002). Es debido a lo anterior, que se vuelve relevante el estudio
de dichos trastornos para su óptimo diagnóstico y tratamiento.
5
Definición de Trastorno del sueño
Los trastornos del sueño son síndromes, además de entidades nosológicas, que tienen
una gran prevalencia en la población en general, sus manifestaciones repercuten
prácticamente en todos los ámbitos de la vida de las personas que los manifiestan. Los
Trastornos del sueño afectan la capacidad para dormir y/o para mantenerse dormido, y
provocan que se duerman demasiado o se produzcan conductas asociadas al sueño (Cabrera,
Fernández & Portuondo, 2000).
Según la clasificación y estudios presentes en el DSM-IV, los trastornos del sueño están
divididos en cuatro grandes apartados según su posible etiología:
Los Trastornos primarios del sueño. Son aquellos que no tienen como etiología con
ninguno de los siguientes trastornos: otra enfermedad mental, una enfermedad
médica o una sustancia.
El Trastorno del sueño relacionado con otro trastorno mental.
El Trastorno del sueño debido a una enfermedad médica.
El Trastorno del sueño inducido por sustancias.
6
especificas o a momentos de transición vigilia-sueño; dentro de este subdivisión podemos
encontrar el sonambulismo, los terrores nocturnos y las pesadillas.
Una de las características principales del sueño, es que este dura alrededor de un tercio de la
duración de nuestras vidas, más o menos 2920 horas por año, pero, a raíz de esta información
podemos desglosar una pregunta: ¿Cuál es la cantidad de sueño normal o recomendada?, esta
pregunta puede estar arraigada al subtema anterior de cantidad y calidad de sueño, en el cual
se especifica que la cantidad de sueño varia de persona a persona, según los factores
biológicos, ambientales o conductuales, según el ritmo de vida que se lleve. Esto derivado de
que hay personas que necesitan 5 o 6 horas para estar bien descansadas, pero también hay
personas que necesitan 9 o más. Lo cual es debido a que nuestros patrones de sueño varían
según envejecemos. Los infantes duermen hasta 16 horas durante los primeros meses de vida,
y esta cantidad se va reduciendo conforme al crecimiento; los estudiantes universitarios
duermen un promedio de 7 a 5 horas o más. Las personas de 50 años o de la tercera edad el
patrón de sueño varia de 5 a 6 horas, o menos.
Sin embargo, las personas que no duermen lo suficiente manifiestan más problemas de
salud y pueden llegar a necesitar hospitalización con mayor frecuencia que las personas que
duermen, esto es debido a que las personas con las personas con menos calidad de sueño su
sistema inmunológico reduce funciones de forma paulatina con el paso del tiempo. Un
ejemplo los trastornos del sueño pueden empeorar otras patologías como la diabetes y la
presión alta, por eso debe ser tratado y no simplemente dejado pasar como muchas personas
lo hacen (Miro, Ángeles y Cano-Lozano, 2002).
Otra de las características principales, según el DSM 5 (2013), los trastornos del sueño
se acompañan con frecuencia de depresión, ansiedad y cambios cognitivos, los cuales deben
de tenerse en cuenta en la planificación del tratamiento y en su manejo. Además, las
alteraciones persistentes del sueño (tanto el insomnio como la hipersomnolencia) son factores
de riesgo establecidos para el desarrollo posterior de enfermedades mentales y trastornos por
consumo de sustancias.
7
Además, las distintas variantes de trastornos del sueño tienen claras bases fisiológicas
y, por consiguiente podrían considerarse como asunto exclusivamente médico. Con todo lo
anterior dicho, así como en el caso de los trastornos físicos, los problemas del sueño
interactúan de forma importante con factores psicológicos.
Desde el inicio o manifestación del sueño en nuestros cuerpos, suceden una serie de cambios
fisiológicos, ya sea respiratorio, cerebral y sensación física corporal en general. El sueño es
analizado por un estudio llamado Polisomnografía, la cual consta de tres registros
simultáneos que son, el Electroencefalograma (EEG), el Electromiograma (EMG) y el
Electrooculograma (EOG). Los cuales en conjunto han permitido darnos a conocer las
distintas fases del sueño.
Fase 1
También llamada fase de adormecimiento, es una fase de transición entre la vigilia y el sueño,
la cual en promedio suele durar unos 7 minutos y representa entre un 2 y 5% del tiempo total
del sueño, en esta etapa se perciben la mayoría de los estímulos que suceden a nuestro
8
alrededor, en algunos casos se presenta alucinaciones tanto en la entrada como en la salida
de esta fase.
Fase 2
También llamada como sueño ligero, en esta etapa se disminuye el ritmo cardiopulmonar, es
más difícil de despertar que la fase 1, representa alrededor de un 50% del tiempo total del
sueño, presenta ondas fusiformes y complejos K, nuestro sistema nervioso bloquea las vías
de acceso de la información sensorial, a lo cual, este bloqueo implica una desconexión del
entorno, lo que facilita la conducta del dormir.
Fase δ (DELTA)
Comprende las fases III y IV del sueño NMOR, que en conjunto representan del 15 al 25%
del tiempo total del sueño. La fase III se denomina Sueño Profundo, en la cual el bloqueo
sensorial se intensifica y si se llega a despertamos de esta fase nos encontramos confusos y
desorientados, esta etapa es esencial para que la persona descanse subjetiva y objetivamente.
La fase IV llamada también Sueño Muy Profundo, es aún más esencial para la
restauración física y sobre todo psíquica del organismo segregando la hormona del
crecimiento y la producción de ARN ligada a la memoria, en esta etapa se manifiesta el
sonambulismo o los terrores nocturnos y se da el espasmo mioclónico, el cual da una
sensación de caerse.
Sueño MOR
El sueño MOR consiste en una repetición cíclica de cada 90 minutos en adultos e intervalos
de 60 minutos en niños, en el que aparece la ensoñación, y se alterna con las fases del sueño
NMOR. En esta etapa se presentan los sueños típicos de narración, tiene 15 minutos de
duración y se realizan funciones vitales irregulares, relajación muscular, movimientos
oculares rápidos, erecciones en hombres y dificultad al respirar (Téllez López, 1998; Rosales
Lagarde, del Rio Portilla, Ángel Guevara Y Corsi Cabrera, 2009).
De igual manera, así como el estado de vigilia como el estado del sueño cumplen con
diferentes funciones, por lo que a continuación se describen las funciones más importantes
del sueño:
9
Funciones del sueño NMOR
10
LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO MÁS COMUNES
Disomnias.- las Disomnias son una clasificación de las alteraciones del sueño que hacen
difícil conciliar el sueño. Las Disomnias son trastornos primarios de inicio o de mantención
del sueño o de somnolencia excesiva y se caracterizan por una alteración en la cantidad,
calidad, o el momento de dormir.
Sin embargo, los trastornos del sueño más comunes que se presentan en la población
se encuentran dentro de las disomnias, por lo cual se hará un énfasis en la explicación de los
trastornos del sueño que se generan dentro de esta clasificación.
INSOMNIO
La palabra insomnio proviene del latín In que significa “ausencia de” y Somnus, que significa
“dormir”, en traducción, la palabra insomnio significa literalmente la ausencia total del
dormir; generalmente o clínicamente, el termino se refiere a un estado del dormir corto,
insuficiente, interrumpido y/o de mala calidad (Téllez, 1998). Por lo tanto, el insomnio es la
dificultad para poder conciliar el sueño de manera repetida, el principal síntoma del insomnio
se manifiesta cuando el paciente no puede conciliar el sueño durante una semana, un mes,
varios meses, además de no presentar un sueño conciliador. Durante este trastorno las
personas que padecen insomnio no se sienten descansados, lo que repercute con su vida
social, laboral, estudiantil e inclusive hasta sentimental.
11
Según el DSM IV (1994), este trastorno se suele asociar con un aumento del nivel de
alerta fisiológica y psicológica durante la noche, junto a un acondicionamiento negativo para
dormir; la preocupación intensa y el malestar por la imposibilidad de dormir bien puede
generar un círculo vicioso: cuanto más intenta el individuo dormir, más frustrado y molesto
se encuentra, y menos duerme. El estar acostado en una cama en la que la persona ha pasado
a menudo noches sin dormir puede producir frustración y activación condicionada. Por el
contrario, el individuo puede dormirse más fácilmente cuando no lo intenta. Algunas
personas con un estado de alerta alto y un acondicionamiento negativo explican que duermen
mejor fuera de su dormitorio y de su entorno.
Por lo tanto, el insomnio se puede clasificar por su forma (las características del insomnio)
en insomnio inicial, insomnio intermedio e insomnio terminal; por sus causas (las variables
que lo provocan) en insomnio psicofisiológico, insomnio asociado al consumo de drogas y
alcohol, etc., y finalmente por su duración (Téllez López, 1998).
Insomnio inicial o de corta duración: las causas más frecuentes son el estrés y las
alteraciones ambientales, como un examen, la pérdida de un ser querido, una
12
hospitalización o la presencia de dolor. También puede ser inducido
farmacológicamente por neuroestimulantes como la cafeína y la nicotina, o por la
retirada de agentes depresores del sistema nervioso central (barbitúricos,
benzodiacepinas, alcohol). Puede durar desde unos días hasta alrededor de tres
semanas. Este tipo de insomnio se suele manifestar al momento de tratar conciliar el
sueño.
Insomnio intermedio o de media duración: se presenta de tal manera que impide no
poder dormir toda la noche de forma seguida, tiene una duración de entre 3 a 4
semanas o más, como el nombre lo dice, el insomnio intermedio se encuentra en esta
categoría por poder poseer características del insomnio de corta duración sin llegar al
de larga duración.
Insomnio terminal o de larga duración: también conocido como insomnio crónico,
debe durar por definición, al menos más tres semanas, y puede durar meses. En la
mayoría de los casos la cantidad de sueño nocturno es mínima, la somnolencia diurna
es escasa y el rendimiento durante varios días es normal. Por lo general este
padecimiento se encuentra en comorbilidad con otras enfermedades físicas como
trastornos psicológicos.
Sin embargo, también el insomnio se clasifica según su etiología, por lo tanto se encuentra
como:
13
Además, de forma complementaria, Téllez López (1998) nos brinda los criterios de severidad
y duración del insomnio.
a) Insomnio leve. Son las dificultades para iniciar y mantener el dormir que presentan
casi todas las noches. Aunque el insomnio leve se asocia frecuentemente con el
cansancio, irritabilidad, ansiedad leve y fatiga, hay poca o ninguna alteración el
desempeño social u ocupacional del paciente.
b) Insomnio moderado. Aquí el insomnio se presenta todas las noches acompañado
siempre de ansiedad, irritabilidad, etc., y afecta de forma leve y moderada el
desempeño ocupacional y social.
c) Insomnio severo. Es aquel que se presenta todas las noches y afecta de manera
14
Diagnostico
El DSM-V brinda un esquema con los siguientes criterios para el diagnóstico del insomnio
primario:
Tratamiento
“Para determinar las causas fundamentales del insomnio, es necesario un examen físico, una
historia completa de hábitos del dormir, ingestión de drogas, y factores psicológicos y
psiquiátricos” (Ruiz, 2007).
15
El tratamiento del insomnio se puede dividir en dos grandes grupos: el farmacológico
y el no farmacológico, este último también puede llamarse psicológico, ya que casi todas las
técnicas de tratamiento son de esta índole (Téllez López, 1998).
Tratamiento farmacológico
1. Barbitúricos
2. No barbitúricos
3. Benzodiacepinas
4. Hipnóticos naturales (sustancias producidas por el propio cuerpo u obtenido
del ambiente de forma natural)
5. Otros fármacos
Tratamiento no farmacológico
Aunque la medicación sigue siendo el tratamiento más frecuente para los trastornos del
sueño, se está reconociendo cada vez más la eficacia de procedimientos alternativos, como
es el tratamiento conductual (Caballo, 1998).
16
Por lo tanto, dentro de esta categoría caen todas aquellas estrategias terapéuticas usadas para
combatir el insomnio que se abstienen de utilizar cualquier sustancia o fármaco con la
capacidad de alterar el proceso del dormir. Estas técnicas se pueden clasificar como:
1. De condicionamiento
2. De relajación
3. Cognitivas
4. Otras técnicas
HIPERSOMNIA
La palabra hipersomnia proviene de hiper, que es un prefijo de origen griego que significa
“mayor, superior, por encima de lo normal” y del latín Somnus que significa “dormir”, por
lo cual podemos inferir que hipersomnia significa “sueño excesivamente prolongado”.
17
los casis el curso pasa a ser entonces de carácter crónico y estable, a no ser que se instaure
un tratamiento (DMS-IV, 1994).
La concepción que nos brinda el DSM-V (2013) sobre la hipersomnia primaria, es: la
hipersomnia es un término diagnostico amplio e incluye síntomas de excesiva cantidad de
sueno (p. ej., sueno nocturno prolongado o sueno diurno involuntario), alteración de la
calidad de la vigilia (es decir, propensión al sueño durante la vigilia que se manifiesta por
dificultad para despertar o incapacidad para mantenerse despierto cuando se requiere) e
inercia del sueño (es decir, un periodo de alteración del rendimiento y de vigilancia reducida
tras el despertar de un episodio de sueno habitual o de una siesta). Los sujetos con este
trastorno se duermen rápidamente y tienen una buena eficiencia del sueño (> 90 %). En los
individuos con hipersomnia primaria la duración del episodio más largo (para la mayoría de
las personas, el sueño nocturno) oscila entre 8 y 12 horas, y a menudo se acompaña de
problemas a la hora de levantarse. La calidad del sueño nocturno es normal.
Aproximadamente, el 5-10% de los sujetos que acuden a clínicas del sueño por
problemas con el sueño diurno se les diagnostica hipersomnia; en tanto a nivel global tiene
una prevalencia de alrededor del 16%, por lo que se le pude denominar como un problema
frecuente dentro de los trastornos de vigilia-sueño (DSM-V, 2013; Chica Urzola, Escobar
Córdoba y Echeverry Chabur, 2004). En México, según estadísticas de clínicas del sueño del
país, alrededor del 17% de los hombres y el 20% de las mujeres padecen insomnio; el 24.3%
de los hombres y el 19% de las mujeres acostumbran dormir la siesta, lo que puede ser un
indicador adicional de hipersomnia (Debayle y Haro Valencia, 2016).
18
Consecuencias funcionales de la hipersomnia
Por lo dicho anteriormente, el bajo nivel de alerta que presenta el sujeto lo conduce
gradualmente a una disminución de su eficiencia, su concentración y cuestiones
cognoscitivas durante sus actividades diurnas diarias. Por ejemplo, el sueño prolongado y la
dificultad para despertar pueden ocasionar dificultades con el cumplimiento de las
actividades diarias del sujeto, como la responsabilidad matutina de llegar al trabajo a tiempo.
La hipersomnia puede producir un malestar físico que puede ser desde moderado hasta
significativo, además de disfunción en las relaciones laborales y sociales. Lo cual nos lleva
a que los episodios de sueño diurno producidos de manera involuntaria pueden ser
considerados embarazosos o inclusive peligrosos, si, analógicamente el sujeto se encuentra
conduciendo su vehículo o utilizando maquinaria que requiera su completa atención.
Un dato registrado es el hecho de los casos en los cuales los conductores se quedan
dormidos al momento de transitar por la calle, dando como resultado accidentes que han
llegar a ser fatales (Debayle y Haro Valencia, 2016). Según un estudio realizado entre los
años de 1999-2000 en Perú, se determinó una relación entre la hipersomnia y los accidentes
de tránsito, esto debido a la recopilación de información periodística de la época; se revisó
sistemáticamente la información relacionada de los accidentes de tránsito que fueron
publicados en el diario “El Comercio”, lo cual dio como resultado el hallazgo de que habían
sido publicados 73 artículos que dieron cuenta de 112 accidentes de tránsito. Por lo
consiguiente, un 48% de los accidentes registrados pudieron haber estado relacionados a
hipersomnia durante el manejo y, de acuerdo a esta fuente, todos los accidentes causaron un
total de 385 muertos y 839 heridos. Con los datos se concluye que la hipersomnia durante el
manejo causa accidentes de tránsito, cuya prevalencia en nuestro medio desconocemos (Rey
de Castro, 2003).
19
medicina, con somnolencia importante desde hace 3 años (incluso durante las temporadas
vacacionales), que desarrollo una tolerancia a las altas dosis de cafeína, cuyas principales
manifestaciones clínicas fueron somnolencia excesiva diurna (Salín Pascual, Castaño
Meneses Y Valencia Flores, 2006).
Por último, la hipersomnia puede presentar comorbilidad con los trastornos depresivos,
trastornos bipolares y el trastorno depresivo mayor de patrón estacional. Esto debido a que
muchos pacientes con hipersomnia presentan síntomas de depresión. También, los sujetos
con trastorno de hipersomnia pueden presentar un trastorno por consumo de sustancias, en
especial la automedicación con estimulantes. Algunos trastornos neurodegenerativos, como
el Alzheimer, Parkinson y la atrofia multisistémica, pueden asociarse a la hipersomnia
(DSM-V, 2013).
Diagnostico
20
del sueño relacionados con la respiración, trastorno de ritmo circadiano de vigilia-
sueño o una parasomnia)
La hipersomnia no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p.
ej., una droga, medicamentos, alcohol).
La coexistencia de trastornos mentales y médicos no explica adecuadamente la
presencia pre-dominante de la hipersomnia.
Tratamiento
El tratamiento de la hipersomnia es entre comillas similar con el del insomnio, por lo cual
también se divide en dos grupos, el farmacológico y el no farmacológico (Asociación
Española del Sueño, S/F).
NARCOLEPSIA
La palabra Narcolepsia proviene de raíces griegas, entre las que encontramos son Narke, que
significa “entumecimiento, adormecimiento” y Lepsis, que tiene como significado “ataque”,
más el sufijo –ia, que significa “cualidad”. Por lo tanto, la palabra narcolepsia la podemos
definir como “la necesidad imperiosa de dormir”.
21
MOR en el periodo de transición entre sueño y vigilia; la somnolencia del individuo
disminuye típicamente tras el ataque de sueño y solo reaparece varias horas después. Además
de la somnolencia, los individuos con narcolepsia experimentan uno o ambos de los
siguientes síntomas: cataplejía (es decir, episodios súbitos de perdida bilateral del tono
muscular que dura entre segundos y minutos, y que suele estar desencadenados por
emociones intensas durante la vigilia) o las intrusiones recurrentes de elementos
característicos de la fase MOR en el periodo de transición que va de la vigilia y que se
traducen en parálisis de los músculos voluntarios (o músculos que podemos mover a
conciencia) y alucinaciones de carácter onírico (DSM-IV, 1994).
De manera paralela, Aquino Cias y Alonso López (2005) dan la siguiente descripción
de la narcolepsia: La narcolepsia es una disomnia clasificada como un trastorno intrínseco
del sueño. Se manifiesta por ataques o crisis irresistibles de sueño, que aparecen de forma
súbita, de 5 a 30 minutos de duración, que ocurren durante el día, a los que se impone una
somnolencia diurna excesiva. En ocasiones, se manifiestan sin aviso en momentos
inapropiados y obliga a interrumpir cualquier actividad que se encuentre realizando la
persona. Pero de forma más frecuente, el narcoléptico siente una somnolencia que le invade
y domina a pesar de su lucha en contra de ella. Este estado precede al ataque. En estas
condiciones el paciente “puede” dormirse durante el tiempo antes señalado y despertar fresco
y satisfecho.
22
La narcolepsia se encuentra compuesta por cuatro síntomas fundamentales, a los cuales
también se les conoce como la “tétrada narcoleptica” (Téllez López, 1998):
Patogénesis
Actualmente se sabe que este desorden se debe a una alteración del sistema hipnogénico
cerebral, específicamente del dormir MOR, lo que trae como consecuencia que este tipo de
dormir irrumpa durante la vigilia en forma de “ataques del dormir” (Téllez López, 1998;
Valencia, Cassiani, Cardona Y Villalobos, 2010).
23
Consecuencias funcionales de la narcolepsia
Según el DSM-V (2013), como la conducción y el trabajo se deterioran, los sujetos con
narcolepsia deberían evitar aquellos trabajos que les puedan poner en peligro a ellos mismos
(p. ej., trabajar con maquinaria) o a los demás (p. ej., conductor de autobús, piloto). Los
individuos sin tratamiento también están en riesgo de aislamiento social y de ocasionar
lesiones accidentales a ellos mismo o a los demás. Las relaciones sociales pueden
deteriorarse, ya que estos sujetos se esfuerzan en evitar la cataplejía controlando sus
emociones.
Diagnostico
24
1. Episodios de cataplejía, definida por “a” o “b”, que se producen mínimo algunas
veces al mes:
a) En los individuos con enfermedad de larga duración, episodios breves
(segundos o minutos) de perdida brusca biliteral del tono muscular, con
conservación de la conciencia, que se desencadenan con la risa o las bromas.
b) En los niños o en otros individuos en los seis meses posteriores la inicio,
episodios espontáneos de muecas o de abrir la boca y sacar la lengua, o
hipotonía general sin un desencadenante evidente.
2. Deficiencia de hipocretina, según el valor de inmunorreactividad de hipocretina-
1 en el líquido cefalorraquídeo (LCR).
3. Polisomnografía nocturna con latencia del sueño MOR inferior o igual a 15
minutos, o una prueba de latencia múltiple del sueño sin un valor medio inferir o
igual a 8 minutos y dos o más periodos MOR al inicio del sueño.
Tratamiento
Como se ha tratado en los trastornos del sueño anteriores, la narcolepsia también posee dos
vías de tratamiento: la farmacológica, la cual consiste en el uso de psicofármacos
estimulantes, sin embargo no calman o apaciguan los demás síntomas de la narcolepsia, y la
no farmacológica, en la cual podemos englobar en uso de terapias conductuales para el
tratamiento de la narcolepsia (Caballo, 1998).
25
TRASTORNOS DEL SUEÑO RELACIONADOS CON LA RESPIRACIÓN
La pareja del roncador puede verse obligada a trasladarse a otra cama o incluso a otra
habitación como resultado de estos ronquidos, inspiraciones bruscas o movimientos
corporales tan acusados.
La característica esencial de esta serie de trastornos es una desestructuración del sueño que
da lugar a somnolencia excesiva e insomnio, y que se considera secundaria a las alteraciones
de la ventilación durante el sueño. Tiene un inicio insidioso (sin síntomas aparentes) y
progresa gradualmente hasta cronificarse. Esta desestructuración del sueño no explica mejor
por la presencia de un trastorno mental y no se debe a los efectos fisiológicos que puede
producir alguna sustancia (alcohol, cafeína, drogas, medicamentos) o de alguna enfermedad
medica que produzca síntomas relacionados con el sueño a través de un mecanismo
independiente de la ventilación anormal (DSM-IV, 1994).
De manera específica, para conocer las características clínicas de los pacientes con
síndromes de apneas del sueño (SAS) en la población general, Zamarrón, Otero, Álvarez,
Golpe y Rodríguez (1998)llevaron a cabo un estudio que tuvo la finalidad de conoces tales
características; en tal estudio fueron citadas 110 personas a una consulta hospitalaria donde
se les realizo historia hospitalaria y exploración física completa, seguidas de poligrafía
respiratoria nocturna, el 20% (22 personas) de la muestra presento los síntomas de SAS. Un
59,1% (13 casos) refería ronquido habitual, un 36% (8 casos) su ronquido molestaba a otras
personas, el 45,4% (10 casos) se acompañaba de pausas de apnea, un 22,7% (5 casos)
26
presentaba hipersomnolencia diurna y el 18,2% (4 casos) hipersomnolencia diurna y
ronquido habitual. La exploración de la faringe puso diferencia entre ambos grupos, en la
cual se revelo que 10 sujetos (45,4% de la muestra) con SAS se consideraron anormal. Sin
embargo, no existían diferencias en la frecuencia de otros síntomas como la pirosis nocturna,
nicturia, cefalea matutina, habito tabáquico o ingesta de alcohol. Al final el estudio llego a
la conclusión de que la mayoría de los datos aportados por la historia clínica son de escaso
valor para predecir la presencia de SAS en la población en general, sin embargo, la edad del
sujeto así como la hipersomnolencia pueden aportar información para el diagnóstico de esta
patología.
Además, este trastorno es algo muy común y usual en las personas con sobrepeso, lo
cual lo podemos tomar como un factor de riesgo para el desarrollo de esta patología, ya que
el sueño no se realizó de manera correcta ni fue reparador el sujeto por las mañanas y tardes
tiene una somnolencia excesiva. Algo que puede caracterizar y ayudar a diagnosticar este
trastorno son los ronquidos bruscos e intensivos que duran entre 20 y 30 segundos
aproximadamente (DSM IV-TR, 1994).
27
calidad de vida, enfermedades cardiovasculares, accidentes de tráfico y exceso de mortalidad
(Duran Cantolla, 2006; Araoz Illanes, Virhuez Salguero Y Guzmán Duchen, 2014).
Este padecimiento puede presentar una prevalencia de al menos 1-2% en los niños, del
2-15% en adultos de edad media y más de un 20% en las personas de la tercera edad; sin
embargo, para presentar estos datos de una manera más específica; en Perú se realizó un
estudio para determinar las frecuencias de los síntomas relacionados a los SAHOS e
insomnio en 99 sujetos, en la cual mediante una encuesta y posteriormente la aplicación de
una polisomnografía se revelo una alta frecuencia de los síntomas relacionados a este
padecimiento (Rey de Castro Y Vizcarra, 2003).
Consecuencias funcionales
Por lo tanto, entre las consecuencias de este trastorno suelen encontrarse el deterioro
las relaciones interpersonales y de trabajo de tales pacientes; Las relaciones conyugales se
ven seriamente dañadas por los problemas de impotencia y disminución sexual; además, el
roncar y el excesivo movimiento durante el dormir provoca que el cónyuge decida dormir en
otra cama u otro cuarto (Téllez López, 1998).
28
cardiaca en pacientes que han desarrollado esta insuficiencia de manera desconocida (García
Rio, 2006). Además, el síndrome de apneas e hipopneas obstructivas del sueño (SAHOS) a
través de la resistencia insulínica y de su mayoritaria asociación a la obesidad central y al
conjunto de factores que conforman el síndrome metabólico conlleva al desarrollo de
enfermedad cardiovascular con una tasa de mortalidad muy elevada (Moreno Barón, 2005).
Por lo anterior, se puede concluir que los SAHOS presentan comorbilidad con la
depresión, la hipertensión sistémica, la enfermedad coronaria, el fallo cardiaco, el infarto
cerebral, la diabetes y un riesgo de mortalidad alto (DSM-V, 2013; Cipriani, 2010).
Diagnostico
El DSM-V nos brinda los criterios diagnósticos del síndrome de apnea e hipopnea obstructiva
del sueño:
29
Grave. El índice de apnea-hipopnea es superior a 30 apenas o hipopneas por hora de
sueño.
El DSM-IV establece que el síndrome de apnea central del sueño se caracteriza por
interrupciones episódicas de la ventilación durante el sueño (apneas o hipopneas) en ausencia
de obstrucción de las vías aéreas. Por tanto, y a diferencia de las apneas obstructivas, las
apneas centrales no se asocian a movimientos continuados de la pared torácica o abdominal,
y son más frecuentes en las personas de mayor edad como resultado de enfermedades
cardíacas o neurológicas que afectan la regulación de la ventilación. El motivo de consulta
principal suele debido a insomnio además de frecuentes despertares durante el periodo de
sueño. Sin embargo su prevalencia es desconocida, por lo cual es considerada como rara.
Consecuencias funcionales
Diagnostico
El DSM-V nos brinda los criterios diagnósticos del síndrome de apnea central del sueño:
30
El trastorno no se explica mejor por otro trastorno del sueño actual.
La gravedad del síndrome de apnea central del sueño puede medirse mediante el siguiente
criterio:
31
la hipoventilación en comorbilidad con otra enfermedad (p. ej., la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica “EPOC”, enfermedades neuromusculares y la obesidad).
Consecuencias funcionales
Las consecuencias del síndrome de hipoventilación del sueño se relacionan con los efectos
de la exposición crónica a la hipercapnia y a la hipoxemia.
Estos desarreglos de los gases sanguíneos causan vasoconstricción de la vasculatura
pulmonar, lo que origina una hipertensión pulmonar que, si fuera grave, podría ocasionar una
insuficiencia cardiaca derecha. La hipoxemia puede producir disfunción de órganos como el
cerebro, en sangre y el corazón, lo que da lugar a disfunción cognitiva, policitemia y arritmias
cardiacas. La hipercapnia puede deprimir el impulso ventilatorio y conducir a una
insuficiencia respiratoria progresiva (DSM-V, 2013).
Diagnostico
Los criterios diagnósticos para el síndrome de hipoventilación alveolar central los podemos
encontrar en el DSM-V, los cuales son:
32
Tratamientos para los trastornos del sueño relacionados con la respiración
Téllez López (1998) nos describe los tratamientos usuales para los trastornos del sueño
relacionados con la respiración:
Cirugía
La traqueotomía es una técnica quirúrgica que consiste en hacer un pequeño orificio
(inmediatamente debajo de la obstrucción) e implantar una válvula que durante el día
permanece cerrada y durante la noche es abierta. De esta manera, aunque haya
obstrucción a nivel-faríngeo, el paciente respira por la tráquea. Sin embargo, a largo
plazo esta técnica presenta efectos negativos, como infecciones en el sistema
respiratorio, esto debido a que como el aire pasa directamente por la tráquea, no es
humedecido, calentado ni filtrado.
La uvulopalatofaringoplastia, la cual consiste en la resección de la úvula, la parte
distal del paladar blando, las amígdalas palatinas y el tejido de la parte distal de la
faringe.
Fármacos
En este apartado encontramos que los trastornos del sueño relacionados con la respiración
pueden ser distintos fármacos, sin embargo un medicamento no puede funcionar con otro
trastorno para el cual no haya sido prescrito. Entre los fármacos prescritos para este tipo de
padecimientos encontramos la protriptalina, la almitrina y la progesterona.
33
Tratamiento psicológico
Como se ha descrito en ocasiones anteriores, los trastornos del sueño y, en este caso también
los trastornos que se encuentran relacionados a la respiración pueden ser tratados mediante
técnicas psicológicas-conductuales con el fin de corregir sin el uso de medicamentos de
forma paulatina el dormir.
Los trastornos del sueño afectan principalmente la calidad de vida de quien los padece, una
problemática que podemos encontrar de manera muy recurrente se encuentra en el hecho de
que la población general considera a los trastornos del sueño como algo pasajero o de algo
de casi nula importancia (Arias Congrais, 2003), sin considerar el hecho de que pueden llegar
a ser fatales.
Por lo tanto, se enlistara los padecimientos y causas generales dentro de los trastornos del
sueño:
Somnolencia
Hipersomnolencia
Cuadros de dolor: se puede hacer mención de que se ha presentado un binomio dolor-
sueño, puesto a que enfermedades inflamatorias autoinmunes pueden generar
insomnio (Sáez Moreno, 2005), sin embargo, algunos trastornos del sueño pueden se
catalizadores de cuadros de dolor, los que van desde cefalea matutina, tensión
muscular y dolor muscular matutino, la primera se relaciona a las apneas del sueño,
mientras que las posteriores se relacionan a insomnio (Mariños, Kawano, Juárez, Ruiz
Y Vizcarra, 2011; Paniagua Soto, 2005).
Disminución de la atención durante la vigilia
Consumo de sustancias que alteran el estado vigilia-sueño
La memoria y habilidad cognitiva se vuelven deficientes
Mayor riesgo a la aparición de padecimientos cardiacos
34
Depresión
Problemas de pareja
Obesidad
Situaciones emocionales fuertes
Situaciones laborales
Situaciones académicas
35
CONCLUSIONES
En general, podemos concluir que los trastornos del sueño son afecciones que pueden
afectar de forma negativa la calidad de vida de quienes los padezcan, por lo cual se exhorta
a realizar conciencia sobre el nivel de riesgo que pueden llegar a tener los trastornos del
sueño, y las consecuencias que puedan padecer si se deja que la enfermedad siga su curso.
Sin embargo, también a lo largo del proyecto monográfico he llegado a las siguientes
conclusiones:
B) Debería haber una organización mexicana especializada en los trastornos de sueño que
tenga un alcance a nivel nacional, puede ser una clínica o un hospital que se encuentre
ligada a la Secretaria de Salud Pública, que este accesible a todas las personas, puesto que
existen clínicas del sueño de carácter privado, lo cual le impide la accesibilidad a la
población general. Además, que se brinde un servicio más que de fármacos, de
tratamientos conductuales y si no surgen efecto o no son lo suficiente efectivos en cierto
tiempo, se deben recetar estos fármacos.
36
GLOSARIO
Disomnias: Son las clasificaciones de alteraciones del sueño que hacen difícil conciliar el
sueño.
Hipersomnolencia: Son las causas que producen excesivo sueño diurno durante el día.
Neuroestimulantes: Son drogas de nueva generación que permiten entre otras cosas mayor
concentración en alguna actividad.
Barbitúricos: Son una familia de fármacos derivados del ácido barbitúrico que actúan como
sedantes del sistema nervioso central y producen un amplio esquema de efectos, desde
sedación suave hasta anestesia total. También son efectivos como ansiolíticos, como
hipnóticos y como anticonvulsivos.
37
Pirosis: Sensación de quemadura que sube desde el estómago hasta la faringe, producida por
la regurgitación de líquido estomacal cargado de ácido.
Bibliografía
Aquino Cias, J. & Alonso López, C. (2005). Un trastorno poco frecuente pero interesante:
La Narcolepsia. Revista Habanera de ciencias médicas. 4 (5), 1-14. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180420144020
Araoz Illanes, R., Virhuez Salguero, Y. K. & Guzmán Duchen, H. (2014). Síndrome de apnea
obstructiva como factor de riesgo para otras enfermedades. Revista Científica Ciencia
Médica. 14(1), 25-30. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=426041222008
38
Asociación de Psiquiatría Americana (2013). Trastornos del sueño-vigilia. En Reynolds, C.,
F., O’ Hará, R., Morín, C., Pack, A., Parker, K., Redline, S. Y Riemann (Eds.), Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ta ed.) (pp. 361-422). Recuperado
de:
https://docs.google.com/uc?id=0Bylo9ZyB4Pvd3NwNzBqT2g5clk&export=download
Caballo, V. E. (1998). Tratamiento conductual de los trastornos del sueño. En Caballo, V E.,
Navarro, J. F. & Sierra, J. C. (Eds.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de
los trastornos psicológicos (2da ed.). (pp. 285- 320). Recuperado de: http://cideps.com/wp-
content/uploads/2015/04/CaballoV.-Manual-para-el-tratamiento-cognitivo-conductual-
de-los-trastornos-psicol%C3%B3gicos-Vol.2-ebook.pdf
Chica Urzola, H. L., Escobar Córdoba, F. & Echeverry Chabur, J. (2004). Evaluación clínica
del hipersomnio. Revista Colombiana de Psiquiatría. 33 (1), 45-63. Recuperado
de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80633104
39
Corcho Mejía, D. C., Velázquez Suarez, J. M. & Escobar Córdoba, F. (2012). Apnea
obstructiva del sueño y trastornos psiquiátricos. Revista chilena de Neuropsiquiatría. 50
(4), 265-272. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=331527732009
Debayle, M. Y Haro Valencia, R. (2016). Dormir de más también está mal: hipersomnia.
México, DF.: WRadio. Recuperado
de:http://wradio.com.mx/programa/2016/06/07/martha_debayle/1465254269_188075.ht
ml
Durán Cantolla, J. (2006). Nuevas perspectivas diagnosticas del SAHS. Vigilia-sueño, 18 (1)
16-18. Recuperado de: http://www.elsevier.es/es-revista-vigilia-sueno-270-articulo-
mesa-redonda-sahs-13089305
Lombardo Aburto, E., Velázquez Moctezuma, J., Flores Rojas, G., Casillas Vaillard, G. A.,
Galván López, A., García Valdés, P., Rosique-MacGregor, L. & Rodríguez López, L.
(2011). Relación entre los trastornos del sueño, rendimiento académico y obesidad en los
estudiantes de preparatoria. Acta Pediátrica de México. 32(3), 163-168. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=423640329005
40
Lozano, J. A. (2003). Clasificación, prevención y tratamiento del insomnio. OFFARM, 22(3),
84-89. Recuperado
de:http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=13044454&pide
nt_usuario=0&pident_revista=4&fichero=4v22n03a13044454pdf001.pdf&ty=61&accio
n=L&origen=doymafarma&web=www.doymafarma.com&lan=es
Marín Aguedo, H. A., Franco, A. F., Vinaccia Alpi, S., Tobón, S. & Sadin, B. (2008).
Trastornos del sueño, salud y calidad de vida: una perspectiva desde la medicina
comportamental del sueño. Suma psicológica, 15, 217-239.
Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/1342/134212604009.pdf
Mariños, A., Kawano, J., Juárez, A., Ruiz, P. & Vizcarra, D. (2011). Trastornos del sueño y
dolor: Estudio trasversal descriptivo de un instituto de medicina del sueño de Lima.
Revista de Neuro-psiquiatría, 74 (3), 264-269. Recuperado
de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=372036935002
41
Paniagua Soto, J. (2005). Sueño y dolor. Vigilia-sueño, 17 (2), 107-111. Recuperado de:
http://www.elsevier.es/es-revista-vigilia-sueno-270-articulo-sueno-dolor-13085195
Portuondo Alacan, O., Fernández Rivero, C. G. Y Cabrera Amigo, P. (2000). Trastornos del
sueño en adolescentes. Revista Cubana Pediátrica, 72(1), 10-14. Recuperado
de: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75312000000100002
Puerto, M., Rivero, D., Sansores, L., Gamboa, L. y Sarabia, L. (2015). Somnolencia, hábitos
de sueño y uso de redes sociales en estudiantes universitarios. Enseñanza e Investigación
en Psicología, 20(2), 189-195. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29242799009
Rey de Castro, J. & Vizcarra, D. (2003). Frecuencia de síntomas del Síndrome apnea
hipopnea del sueño e insomnio en médicos de una clínica privada peruana. Revista Médica
Herediana, 14 (2), 53-58. Recuperado de:
http://www.scielo.org.pe/pdf/rmh/v14n2/v14n2ao1.pdf
Rosales Lagarde, A., del Rio Portilla, I. Y., Ángel Guevara, M. & Corsi Cabrera, M. (2009).
Caída abrupta del tono muscular al entrar a sueño MOR en el ser humano. Salud mental.
32 (2), 117-123. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58212275004
42
Ruiz, C. (2007). Revisión de los diversos métodos de evaluación del trastorno del insomnio.
Anales de Psicología. 23(1), 109-117. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=16723114
Salín Pascual, R. J., Castaño Meneses, A. V. & Valencia Flores, M. (2006). Hipersomnia
relacionada con un exceso de cafeína: estudio de un caso. Vigilia-sueño, 18 (2), 118-122.
Recuperado de: http://www.elsevier.es/es-revista-vigilia-sueno-270-articulo-
hipersomnia-relacionada-con-un-exceso-13099483
Sierra, J. C., Jiménez Navarro, C. & Martin Ortiz, J. D. (2002). Calidad del sueño en alumnos
universitarios: importancia de la higiene del sueño. Salud Mental, 25 (6), 35-43
Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58262505
Téllez, López, A. (1998). Aspectos Psicofisiológicos del dormir normal. En Téllez López, A
(Eds.), Trastornos del sueño: diagnóstico y tratamiento. (2ªed.). (pp. 15-38). México,
D.F: Trillas
Téllez, López, A. (1998). Características del dormir MOR. En Téllez López, A (Eds.),
Trastornos del sueño: diagnóstico y tratamiento (2ªed.). (pp. 31-34). México, D.F: Trillas
43
Téllez, López, A. (1998). Narcolepsia. En Téllez López, A (Eds.), Trastornos del sueño:
diagnóstico y tratamiento (2ªed.). (pp. 137-144). México, D.F: Trillas
Téllez, López, A. (1998). Trastorno de somnolencia excesiva asociado a apneas del dormir.
En Téllez López, A (Eds.), Trastornos del sueño: diagnóstico y tratamiento (2ªed.). (pp.
145-154). México, D.F: Trillas
Zamarrón, C., Gude, F., Otero, Y., Álvarez Dobaño, J. M., Golpe, A. & Rodríguez Suarez,
J.R. (1998). Sintomatología del Síndrome de apnea del sueño en la población general.
Archivos de Bronconeumología, 34 (5), 245-249. Recuperado de:
http://www.archbronconeumol.org/es/sintomatologia-del-sindrome-apnea-del/articulo-
resumen/S0300289615304324/
44