You are on page 1of 8

Resumen

El estudio de la Inteligencia en el campo de la Psicología ha sido desde siempre


un trabajo dificultoso y controvertido. Desde los inicios con los primeros artículos
de Broca y Galton a fines del siglo XIX, hasta la actualidad, con las
investigaciones de los Tres Estratos de Carroll, las teorías de la Inteligencia y los
métodos para su medición fueron perfeccionándose notablemente. El objetivo de
esta breve reseña es hacer un recorrido por las teorías y los tests utilizados
utilizados históricamente, comparando sus fortalezas y debilidades con respecto
a los enfoques y métodos empleados en la actualidad. Se destaca principalmente
la teoría Bifactorial, las Inteligencias Múltiples de Gardner, los Tres Estratos de
Carroll y los instrumentos psicométricos basados en estos modelos.

Palabras clave: Teorías de la Inteligencia, Teória Bifactorial, Inteligencias de


Gardner, Tres Estratos.

A través de los años la Psicometría se ha esforzado por aportar una cuota de


confiabilidad y validez a las mediciones en Psicología. Sin embargo esta tarea no
ha sido fácil, ya que como se sabe, nuestra disciplina trabaja con inferencias
realizadas sobre constructos no observables, traducidos a conductas u opiniones
que pueden ser operacionalizables. Se puede ejemplificar esto diciendo: “Sara es
extrovertida porque siempre se ofrece a hablar en público”. Entonces, se puede
decir que para el consenso de algunos esta persona es extrovertida no porque la
envuelva un halo mágico dotándola con esa característica, sino porque manifiesta
conductas observables y medibles que pueden pertenecer a una categoría
denominada “extroversión”.

De esta manera uno de los principios que garantiza pertinencia en las


estimaciones obtenidas con las pruebas psicométricas, es el de operar desde un
adecuado anclaje teórico dando cuenta así de una rigurosidad científica. Sin
embargo, este camino no ha sido sencillo, a lo largo de este proceso, numerosas
técnicas y métodos utilizados originalmente en Psicometría han sido
perfeccionadas y ajustadas a los nuevos tiempos. La sola idea de medir la
inteligencia de una persona utilizando una cinta métrica alrededor de su cráneo,
tal como lo hicieron en 1873 Paul Broca y Sir Francis Galton (a mayor
circunferencia de la cabeza más inteligente era el sujeto) puede actualmente
parecerle al lector, sin ánimo de caer en cronocentrismos, una escena tomada de
las caricaturas.

Continuando con el recorrido por la historia de la medición de la inteligencia,


recién en 1904 y a pedido del ministro de educación francés, Alfred Binet y
Theodore Simon elaboraron el primer test de inteligencia. Aquel instrumento
incluía pruebas de razonamiento lógico, verbales y semánticas, y permitía
distinguir a estudiantes con retraso mental de otros “normales”. De esta manera
el resultado del Coeficiente Intelectual (en adelante CI) arrojado por el test,
relacionado con la edad cronológica del niño, brindaba información sobre su
desarrollo intelectual. El CI se calculaba mediante la fórmula: (edad mental/edad
cronológica) x 100.

Con el paso del tiempo y el aporte de innumerables autores especializados en la


temática estos métodos se fueron perfeccionando, las teorías se complejizaron y
los resultados lograron una mayor aceptación. Entre esos investigadores se
destaca a Spearman (1923), quien sometió a estudios, mediante una técnica para
el análisis de inter correlaciones entre variables llamada “análisis factorial”, a los
resultados de distintos test de inteligencia para observar qué tipo de relación
(positiva o negativa) existía entre ellos. A partir de estas pruebas concluyó que
los test de inteligencia medían en muchos casos “lo mismo” (relación positiva). A
esa categoría o sub dimensión la denominó Factor General (Factor G), mientras
que lo que resultaba agrupado midiendo “otra cosa” (relación negativa) fue
nombrado como Factor Especial (Factor S). A esta teoría de la inteligencia la
acuñó Teoría Bifactorial, la misma está compuesta por:

– Factor G. Varía de una persona a otra, es el tipo de inteligencia heredada


(genotípica) que se mantiene estable a través del tiempo.

– Factor S. Representa la habilidad específica que demuestra una persona para


determinada tarea. Esta categoría es el blanco de lo que aprendemos, el
reservorio de todo el conocimiento nuevo que se incorpora (fenotípico), en
oposición a lo heredado.

La Teoría Bifactorial fue bien recibida en su momento y sirvió para dar respuesta
a los interrogantes presentados en su época. Pero como se ha dicho, los cuerpos
teóricos van mutando conforme a los avances y a los nuevos puntos de vista, en
ese sentido a partir de 1970, Raymond Cattel y John Horn propusieron dos tipos
de inteligencia: Fluida y Cristalizada. La primera, apunta a la capacidad de
resolver problemas, opera en la creación de nuevos conceptos, cuando se
establecen relaciones y/o se razona. Se encuentra vinculada al desarrollo
neurológico, se consolida entre los 16 y 20 años y posteriormente disminuye a lo
largo de la tercera edad. Está compuesta por tres factores: Razonamiento
Inductivo, Razonamiento Deductivo y Amplitud de Memoria. Mientras que la
Inteligencia Cristalizada corresponde a la experiencia de vida. Se solidifica con el
transcurrir de los años y hasta puede incrementarse en cierto grado, un ejemplo
de esto corresponde al vocabulario, precisamente la mayor parte de las aptitudes
lingüísticas pertenecen a esta categoría. Los factores que la constituyen son:
comprensión verbal, conocimiento mecánico, aptitud numérica, rapidez
cognoscitiva, recuperación de memoria y poder de visualización.

Llegados a este punto y habiendo conocido la cantidad de componentes y las


correspondientes características que conforman un constructo tan complejo como
es la Inteligencia, el lector intuirá lo difícil que puede resultar no solo medirlo,
sino también comparar la puntuación de un individuo con la de otro sujeto. En
otras palabras, una persona puede puntuar mejor que otra en determinado test
de inteligencia por una habilidad, conocimiento previo, etc. pero, ¿esto significa
fehacientemente que este sujeto es más inteligente que otro que haya resultado
desfavorecido en las pruebas?

Afortunadamente, Howard Gardner en la década de los ochenta planteó los


mismos interrogantes. Este autor expuso que no existe solo una inteligencia, sino
una serie de ellas que marcan las potencialidades y diferencias significativas de
cada individuo, y que pueden operar juntas aunque como entidades
semiautónomas. Cada sujeto desarrolla unas más que otras, e incluso las
diferentes culturas y estratos de la sociedad ponen el acento en ellas de manera
diferenciada. Estas ocho inteligencias son:
– Inteligencia Verbal: es la capacidad para comprender, utilizar adecuadamente y
aprender el lenguaje. Indicadores de una inteligencia elevada de este tipo
pueden ser: la comprensión rápida de textos, la escritura creativa de alguna línea
literaria y poseer un vocabulario amplio, entre otros. Quizás el autor de
“Rayuela”, Julio Cortázar, poseía una considerable Inteligencia Verbal.
– Inteligencia Lógica-Matemática: facilidad para resolver cálculos puros y lógicos,
así como operaciones matemáticas de diferentes niveles de complejidad. Albert
Einstein por ejemplo, poseía una importante inteligencia de este tipo.
– Inteligencia Espacial: es necesaria para orientarse en el espacio, también
incluye la habilidad para rotar objetos mentalmente o para descubrir patrones de
forma u orden de determinados objetos. El Arquitecto Cesar Pelli puede ser un
exponente de esta categoría.
– Inteligencia Musical: concierne a la capacidad de cantar, tocar un instrumento
musical, analizar y componer música. Charly García, por ejemplo.
– Inteligencia Corporal Cinética: mover el cuerpo de forma coordinada como en
los deportes, los campos de la danza o la cirugía médica. Podemos mencionar en
estos tres casos: Emanuel Ginóbili, Julio Bocca y René Favaloro, respectivamente.
– Inteligencia Interpersonal: esta inteligencia es la capacidad de entender a los
demás e interactuar eficazmente con ellos. Incluye la sensibilidad a expresiones
faciales, la voz, los gestos, posturas y la habilidad para responder
pertinentemente. Está presente por ejemplo en actores, políticos, vendedores y
docentes, entre otros.
– Inteligencia Intrapersonal: poder construir una percepción precisa respecto de
uno mismo y de organizar y dirigir la propia vida, es parte de esta inteligencia.
Incluye la autodisciplina, la autocomprensión y la autoestima. Se encuentra muy
desarrollada en por ejemplo, teólogos, filósofos y psicólogos.
– Inteligencia Naturalista: capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos
del medio ambiente, objetos, animales o plantas. Incluye las habilidades
de observación, experimentación, reflexión y cuestionamiento de nuestro
entorno. La poseen en alto nivel, por ejemplo, la gente oriunda del campo,
botánicos, cazadores, ecologistas y paisajistas.
La teoría de las ocho inteligencias de Gardner ha tenido un gran impacto en el
ámbito laboral y educacional, entre otros. Principalmente en este último debido
a que los educadores pudieron ajustar la manera de presentar los saberes,
atendiendo a los distintos perfiles cognitivos de los estudiantes. Además, se
incorporaron nuevos contenidos prestando mayor importancia a áreas como el
arte y el deporte. En relación a la evaluación de los aprendizajes se abrió el
espectro a métodos novedosos, valorando las creaciones de los estudiantes en un
área particular.

Finalmente, acercándonos en el tiempo se menciona a Carroll (1993) quien


propuso la teoría de Los Tres Estratos. Este investigador estadounidense ubica en
la cima de la jerarquía de la inteligencia a un factor general (Factor G), en el
estrato medio aptitudes cognitivas de mediana generalidad (entre 8 y 10,
inteligencia fluida, cristalizada, memoria a corto plazo, capacidad de
recuperación, procesamiento visual, procesamiento auditivo, velocidad de
procesamiento, tiempo de reacción) y en el estrato inferior aptitudes específicas
(69 detectadas hasta la actualidad, inducción, deducción, razonamiento
cuantitativo, razonamiento piagetiano, componentes del lenguaje, léxico,
memoria semántica, memoria visual, etc.). Este enfoque representó un alivio
para los psicometristas ya que, la lucha entre los que sostenían la existencia de
una inteligencia en oposición a los que defendían las múltiples, tal como si se
tratara de un partido de ajedrez finalizó en “tablas”. La teoría de los Tres
Estratos de Carroll es la de mayor aceptación en la actualidad siendo compatible
con las inteligencias de Gardner, otro enfoque de gran consenso, y es muy
utilizada como modelo para investigaciones en Psicometría. De hecho al
presente, múltiples tests (WPPSI, 2003; Woodcock-Johnson, 2007 y WAIS-IV, 2008,
entre otros) están basados en esta teoría, permitiendo medir prácticamente
todas las habilidades. Además no solo posee un sustento basado en el análisis
factorial, sino que también es respaldada desde la genética del comportamiento
y la neurobiología.

Clasificación de las pruebas psicológicas.


Clasificación de pruebas.
Las pruebas psicológicas se clasifican de diferentes modos, según el criterio que se emplea
para la clasificación.
Inteligencia
Capacidad general de aprender y resolver problemas de todo tipo.
8 tipos de inteligencia cinestesica, verbal, lógico-matemático, espacial, musical, ecologica,
interpersonal e intrapersonal.
Existe inteligencia emocional y moral.
Habilidad para razonar, analizar, tomar decisiones, pensar, memorizar, crear, diseñar, inventar,
relacionar hechos y comprender situaciones.
Aptitudes
Cualidad interna que se trae como parte de la dotación genética, se le entiende como una
preidsposición natural que permite al individuo desarrollar destrezas o ejecutar
eficientemente ciertas tareas o actividades.
Personalidad
Miden y evalúan determinados ragos de la personalidad, cnstitucionales como el
temperamiento, psíquicos como el carácter y volitivos como la voluntad y actitudes, todos
estos resultantes de la integración de los procesos biológicos, psicológicos y sociales.
Evaluados por medio de pruebas objeivas y pruebas proyectivas.

Las pruebas psicológicas se clasifican de diferentes modos, según


el criterio que se emplea para la clasificación:

Según la forma de aplicación pueden ser orales (pregunta-respuesta


directa en la conversación), escritas (se utilizan cuestionarios o formatos)
o de ejecución (donde se pide que resuelvan o ejecuten alguna actividad).

Según el conocimiento que explora, las pruebas pueden ser generales,


cuando tienen que ver con nociones de cultura o conocimientos generales
y especificas cuando indagan conocimientos técnicos directamente
relacionados con el cargo en referencia.
Según la forma de exploración pueden ser: objetivas (responden a
preguntas directas en un cuestionario) o proyectivas (mide de manera
indirecta ideas, interpretaciones o verbalizaciones).
Por otra parte según las áreas que explora los test se clasifican en tres
grandes grupos: de inteligencia, aptitudes específicas y personalidad (esta
se subdivide en objetivas y proyectivas).

Test de inteligencia
La inteligencia en su definición más simple significa la capacidad general
de aprender y resolver problemas de todo tipo. De acuerdo a las
investigaciones, la inteligencia puede ser general (porque es única y
general) y especificas (porque se divide en varias aptitudes en las que unas
resaltan más que otras). Hace poco y recientemente se habla de las
inteligencias múltiples, que abraca 8 tipos de inteligencia (cinestesica,
verbal, lógico-matemática, espacial, musical, ecológica o ambiental,
interpersonal e intrapersonal), mas aun han confundido al manifestar que
existe una inteligencia emocional y moral, en realidad todas ellas son
aptitudes especificas que sobresalen dentro de la inteligencia general.

La inteligencia más que poseer conocimientos es una aptitud cognitiva


que implica habilidad para razonar, analizar, tomar decisiones, pensar,
memorizar, crear, diseñar, inventar, relacionar hechos y comprender
situaciones.

Test de aptitudes
Evalúan las capacidades o aptitudes específicas que sean predictivas para
la realización de tareas concretas. La aptitud es una cualidad interna que
se trae como parte de la dotación genética, se le entiende como una
predisposición natural que permite al individuo desarrollar destrezas o
ejecutar eficientemente ciertas tareas o actividades.

Entre los test de aptitudes más habituales están los de aptitud verbal
(capacidades para entender conceptos, comprensión lectora, expresión
verbal, composición de textos, etc), aptitud numérica (capacidad para
entender ecuaciones, calcular cifras, retener información numérica,
detener índices, etc), razonamiento mecánico (capacidad para integrar
elementos y ubicar partes), relaciones espaciales (capacidad para ubicarse
en el espacio y calcular distancias, medidas y volúmenes), creatividad
(capacidad para diseñar nuevas cosas, instrumentos, textos, imágenes,
etc), musical (capacidad para escuchar, crear música, discriminar e
interpretar melodías), física o cinestésicas (capacidad para dominar
herramientas, maquinas o ejecutar movimientos con el cuerpo),
interpersonales o sociales (capacidad para tratar el público, efectuar,
ventas, relacionar con entidades y personas), etc.

Test de personalidad
Las pruebas de personalidad son aquellas que miden y evalúan
determinados rasgos de la personalidad, estos pueden ser constitucionales
como el temperamento, otros psíquicos como el carácter y otros volitivos
como la voluntad y las actitudes, todos estos resultantes de la integración
de los procesos biológicos, psicológicos y sociales.

La personalidad se puede medir a través de cuestionarios o inventarios que


son pruebas objetivas o a través de pruebas de apercepción temática, de
frases incompletas o interpretación de figuras que se denominan pruebas
proyectivas.

a. Las pruebas objetivas: Son los cuestionarios de personalidad que


evalúan las actitudes que a diferencia de las aptitudes son rasgos existentes
en la persona de más difícil variación o modificación. No suelen tener
control de tiempo para su realización y su contestación se requiere en base
a preguntas o situaciones a las que el sujeto evaluado responderá de forma
personal y sincera (no hay respuestas buenas). Los rasgos más habituales
que evalúan son: estabilidad emocional, extroversión-introversión,
seguridad en sí mismo, sociabilidad, liderazgo, neocriticismo, etc.
b. Las pruebas proyectivas: Evalúan rasgos del carácter de la persona.
Se basan en la presentación al sujeto de estímulos no estructurados
produciéndose al realizarlo una proyección del mundo interior de la
persona. Esto puede efectuarse a través de pruebas graficas o ejecución de
dibujos, interpretación de figuras abstractas, verbalización de relatos,
interpretación de situaciones imaginarias, etc. Evalúan equilibrio
emocional, interés, tolerancia a la frustración, autoestima, grado de
ansiedad, control de impulsos, capacidad para tomar decisiones,
capacidad para establecer relaciones con las personas, liderazgo, etc.
También sirven para descartar rasgos psicopatológicos

Qué es Inteligencia:
Inteligencia es la capacidad o facultad de entender, razonar, saber, aprender
y de resolver problemas. En este sentido se asemeja a conceptos como
'entendimiento' e 'intelecto'.
En Psicología, inteligencia es la capacidad cognitiva y el conjunto de
funciones cognitivas como la memoria, la asociación y la razón.
Se puede entender también como la habilidad o destreza para realizar algo.
Esta palabra procede del latín intelligentĭa.

Por influencia de la lengua inglesa, inteligencia también se entiende


como servicios de inteligencia, considerados como eufemismos
de espionaje y servicios de espionaje.
Vea también Habilidad.

Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la capacidad o conjunto de habilidades del
ser humano de percibir, comprender, expresar y gestionar sus emociones y
entender las emociones de otras personas. La inteligencia emocional permite
usar esa información para modificar las formas de pensamiento y el
comportamiento.
La inteligencia emocional de las personas se puede desarrollar.
Incluye habilidades internas relacionadas con el autoconocimiento personal
como la motivación y habilidades externas relacionadas con la dimensión
social como la empatía.
Vea también Inteligencia emocional.

Inteligencia artificial
Inteligencia artificial es un concepto científico que hace referencia a una
forma de tecnología que incluye el diseño y creación de entidades u
organismos que tengan la capacidad de realizar procesos de análisis,
comprensión y razonamiento semejantes a la inteligencia humana.
La inteligencia artificial utiliza conocimientos de diferentes áreas como la
informática, la lógica, las matemáticas y la filosofía

Inteligencia múltiple
Inteligencia múltiple (o en plural, inteligencias multiples) es un concepto
desarrollado por el psicólogo Howard Gardner y que hace referencia a la
existencia de diferentes tipos de inteligencia en el ser humano.
Se mencionan los siguientes tipos de inteligencia: lingüística-verbal, lógica-
matemática, espacial, musical, física-cinestésica, intrapersonal,
interpersonal y naturalista (esta última añadida posteriormente).
Una de las bases de este planteamiento es que las diferentes zonas del
cerebro realizan diferentes funciones, aunque estén interconectadas entre sí.

Inteligencia intrapersonal e interpersonal


Ambos conceptos se incluyes en la teoría de las inteligencias múltiples de
Howard Gardner.

La inteligencia intrapersonal es un conjunto de capacidades de una persona


de realizar autoanálisis y de establecer una idea realista de quién y cómo es.
Incluye la capacidad de automotivarse y de percibiry controlar las
emociones propias.
La inteligencia interpersonal es un conjunto de capacidades del ser humano
de establecer relaciones con otras personas y de percibir y comprender los
sentimientos, emociones o ideas de otras personas. Está directamente
relacionada con la empatía y las habilidades sociales

You might also like