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TODOS SABEN QUE DIOS PUEDE PERO NUNCA SE PREGUNTAN ¿DIOS QUIERE?

Creer que Dios tiene que cumplir todas nuestras ocurrencias y deseos a los cuales les adjudicamos el titulo de
derechos o necesidades convirtiéndolos en sutiles exigencias, argumentando con unos cuantos versículos Bíblicos
descontextualizados, mal interpretados o alegorizados que eso es lo que Dios se ha comprometido a hacer, es
producto de la mala enseñanza que hemos recibido muchos evangélicos, a través de muchos años, en muchas de
nuestra iglesias.
No soy incrédulo, como algunos al leer estas líneas pudieran pensar, he sido creyente por más de 24 años, por la gracia
de Dios jamás me he apartado de la iglesia de Cristo sirviendo activamente en ella, me considero fundamentalista en
cuanto a creer que toda la biblia es inspirada por Dios y que toda su enseñanza debe ser tenida en cuenta para
establecer doctrina, creo que Dios obra hoy sanidades y que puede llegar a intervenir milagrosamente en algunas
circunstancias de nuestra vidas, me gusta orar por las personas de mi iglesia pidiendo por su sanidad y bendición
además he tenido el privilegio de ser testigo en algunas ocasiones de obras extraordinarias y de sanidades
asombrosas obradas por la poderosa mano de mi señor.
Sin embargo, pienso humildemente, que la gran diferencia que tenemos los cristianos que queremos apegarnos más a
la palabra de Dios con aquellos cristianos que piensan que Dios tiene que sanar a todo el mundo y obrar
milagrosamente en cada caso que se les presente en sus vidas (aunque en sus propias iglesias hayan enfermos y
personas emproblemadas que por años no han recibido la respuesta milagrosa que tanto les ha sido proclamada) es el
carácter personal con el que concebimos al Dios que se ha revelado en la Biblia. Aunque Dios ha decretado cosas
puntuales que deben suceder y hecho promesas maravillosas en su palabra que sin duda se han de cumplir esto no
niega el hecho de que él obra en cada caso en particular de acuerdo a su perfecta y soberana voluntad, todo esto
siempre en armonía con lo declarado en su santa palabra. Es decir para nosotros (y para la biblia) Dios no está
obligado por nuestras oraciones o declaraciones a cumplir nuestras demandas, sino que Dios es fiel, es decir cumple
sus promesas incluso a pesar de nosotros mismos y esto lo hace sin que sea coaccionado por nada ni por nadie. Hay
que entender que así como Dios tiene una voluntad general para la humanidad y para su iglesia, también tiene una
voluntad particular para cada uno de sus hijos.
Muchos de los que hoy reclaman fervorosamente al señor el cumplimiento de sus promesas, ignoran (o quieren
ignorar) que aunque hay un gran número de promesas dirigidas a la iglesia, no todas son incondicionales, ni todas
representan bendiciones, algunas mucho menos pueden ser aplicadas a todos los cristianos en todos los casos, así
como existen otras promesas que no fueron dirigidas a los creyentes ni se pueden usar para esta época.
Fe no es obstinación en una creencia particular que yo atribuya a la biblia, sino la confianza absoluta en lo que la Biblia
dice, es decir lo que ella verdaderamente quiere decir. Para tener fe genuina no es suficiente leer la Biblia, hay que
estudiarla bajo la iluminación del Espíritu santo.
Yo que en algún momento de mi vida estuve convencido de la doctrina de la “súper fe” hoy puedo decir que esta
enseñanza ha traído más confusión y decepción que bendición. Por supuesto que quienes defienden esta postura en
todo caso siempre quedaran bien, por lo menos a los ojos de sus iglesias, ya que su política es hacer un gran escándalo
por alguna obra maravillosa que Dios por su gracia y misericordia haya hecho en medio de ellos (habitualmente para
atraer más gente a sus iglesias) y callar respecto a los casos donde no sucede lo esperado. En estos sitios nunca habrá
respuestas para las personas que no reciben lo que les han prometido e incluso en muchas ocasiones más bien
recibirán reproches. En todo caso siempre habrá alguien a quien culpar de haberle faltado fe, bien sea al enfermo o al
que quiso orar por él, como si Dios dependiera en todos los casos de nuestra fe para hacer su voluntad. Muchos de los
milagros que Jesús hizo en los evangelios no necesariamente fueron en respuesta a la fe de las personas o siquiera a lo
que ellos esperaban que sucediera.
Por ejemplo Convertir el agua en vino en las bodas de cana (Juan 2:1-11) el hombre con espíritu inmundo (Marcos
1:23-28) las resurrecciones del hijo de la viuda y de lázaro (Lucas 7:11-17 –Juan 11:1-44) los endemoniados gadarenos
(Mateo 8:28-34) el paralitico de betesda (Juan 5:1-18) el hombre de la mano seca (Marcos 3:1-6) la alimentación de los
cuatro mil (Mateo 15:32-39) la sanidad de una mujer en día de reposo (Lucas 13:10-17) entre otros más.
Si alguien es cristiano renacido eso quiere decir que ha recibido fe como un don de Dios, así que no podemos afirmar
que un genuino cristiano no tenga fe, sin fe es imposible agradar a Dios, no se puede tener parte con Dios si no se
tiene fe y la vida de nosotros los creyentes esta empapada de fe en cada situación. Sin embargo hoy es tiempo de
evaluar ¿qué es fe? Lo que nos han querido mostrar como un instrumento para forzar a Dios a hacer nuestra voluntad
o la fe, como enseña la Biblia, es creer lo que Dios ha dicho y prometido en su palabra, actuar conforme a ello y
descansar en su perfecta voluntad.

Naim arias

Efesios 1:11 -12 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en
Cristo.

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