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UNIDAD 1.6
INTRODUCCIÓN A LA RESISTENCIA DE MATERIALES
I- CONCEPTOS BÁSICOS
Tensiones.
Rd dF
dT
Fi Md
dF
dA Mi = -Md
dN n
dA
Ri = -Rd
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Deformaciones.
Todos los cuerpos se deforman bajo la acción de fuerzas. La Resistencia de Materiales como disci-
plina, requiere considerar este efecto, abandonando con frecuencia la hipótesis de rigidez. Ahora
bien, las deformaciones producidas en la casi totalidad de las estructuras resultan pequeñísimas si
se las compara con las dimensiones de las mismas, hecho que se tiene en cuenta para simplificar
los desarrollos. Debe considerarse también que no sólo las fuerzas deforman a los cuerpos, sino
también fenómenos tales como las variaciones de temperatura o humedad, o en ciertos casos el sólo
paso del tiempo.
Las deformaciones son de dos tipos:
1- Elongaciones o deformaciones longitudinales: Corresponden a un estiramiento o acortamiento
del sólido en una dirección determinada. Siendo l la longitud original y ∆l la elongación de la misma,
se define como deformación longitudinal específica al valor adimensional
ε = ∆l / l
2- Distorsiones o deformaciones transversales: Se denominan así a las variaciones γ (en radia-
nes) de los ángulos que antes de la deformación eran rectos. Dado que γ es muy pequeño, resulta
γ ≅ tan γ = ∆t / l
∆t
∆l
γ
l
l
G
s
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se con muy buena aproximación bajo ciertas condiciones. Para el cálculo de tensiones y deformacio-
nes específicas en una sección de una estructura de barras, dichas condiciones son:
1- La totalidad de ambos sistemas (original y sustituto) debe estar aplicado a un solo lado de la sec-
ción que se analiza. Esto es, si dicha sección corta a la estructura en dos partes 1, la totalidad de
ambos sistemas debe actuar en una sola de ellas.
2- Todos los puntos de aplicación deben estar alejados de la sección en estudio. La distancia mínima
es del orden de la mayor dimensión de la sección.
Las zonas cercanas a la aplicación de cargas y reacciones queda excluida entonces de esta equiva-
lencia, constituyendo regiones especiales denominadas discontinuidades estáticas.
Discontinuidades geométricas.
Llamaremos discontinuidad geométrica a cualquier variación localizada en la geometría general de la
barra: ángulos en el eje, nudos (puntos donde concurren dos o más barras), cambios bruscos de
sección, orificios, fisuras, etc.
C B A
A: Carga
B: Cambio brusco de sección
C: Ángulo o nudo
D: Fisura
E: Remachadura (orificios + reacciones)
Como ejemplo, en la estructura de la figura se indican en grisado la zonas singulares debidas a dis-
continuidades estáticas y geométricas.
Barras continuas.
Son aquellas barras, o partes de las mismas, que no presentan discontinuidades de los tipos indica-
dos (zonas blancas del ejemplo).
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Lo expuesto no ocurre en ciertas estructuras, como los marcos cerrados y los anillos, para las cuales esta condición
debe aplicarse a través de artificios que se verán más adelante.
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Sus características permiten formular teorías simples y constituyen elementos de particular impor-
tancia en la conformación de las estructuras.
Resistencia de Materiales.
El alcance de la disciplina Resistencia de Materiales se limita a este último tipo de elementos, adop-
tando para su comportamiento mecánico hipótesis simplificativas cotejables empíricamente. Cuando
se requiera el estudio de las discontinuidades mencionadas o de un tipo de sólidos de diferente con-
formación, debe apelarse a otras disciplinas que forman parte de la Teoría de las Estructuras, como
la Teoría de la Elasticidad, la Teoría de la Plasticidad, los métodos numéricos como el de Elementos
Finitos, la Mecánica de la Fractura (para piezas fisuradas) y otras.
Elasticidad.
Si luego de deformarse por la acción de determinadas fuerzas, un cuerpo recupera totalmente su
forma y dimensiones originales al dejar de actuar aquéllas, se dice que presenta un comportamiento
elástico. Como ejemplo claramente visible podemos pensar en un resorte.
Si esto no sucede y quedan deformaciones remanentes, se dice que el comportamiento en inelástico
o anelástico, tal como una varilla de estaño, plomo o masilla al plegarla.
Todos los materiales se comportan elásticamente para tensiones suficientemente bajas. Aquella ten-
sión a partir de la cual se registran deformaciones permanentes no despreciables, se denomina lími-
te elástico del material.
El comportamiento elástico implica conservación de la energía mecánica, mientras que el inelástico
produce transformación de ésta en calor. En general las deformaciones tienen una componente elás-
tica y una inelástica.
Homogeneidad.
Cuando las propiedades de un material son constantes punto a punto en toda la masa del mismo, se
trata de un material homogéneo. Ejemplos: metales, plásticos.
Cuando ocurre lo contrario se tiene un material heterogéneo. Los suelos, la madera con nudos y el
hormigón simple son casos de materiales con cierta heterogeneidad, pero que pueden tratarse como
homogéneos para gran variedad de problemas. En cambio, el hormigón armado exige la considera-
ción de la gran diferencia de propiedades que presentan el hormigón y las barras de acero dentro de
su masa.
Isotropía.
Se denomina isótropo a aquel material en que sus propiedades no varían según la dirección en que
se consideren. Ejemplos: metales, hormigón simple, plásticos.
Cuando esto no ocurre, se trata de un material anisótropo. Tal es el caso de las maderas, que son
más rígidas y resistentes en la dirección de las fibras que perpendicularmente a éstas; los suelos
estratificados y las lajas, que tienden a romperse según planos paralelos, y el hormigón armado de-
bido a la presencia de las barras.
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Ductilidad y fragilidad.
Se llaman dúctiles aquellos materiales que llegan a la rotura con grandes deformaciones inelásticas.
Son así los aceros dulces, el cobre recocido y el latón. Ésta es una propiedad deseable para las es-
tructuras, ya que de esta manera “avisan” cuando están por romper, y pueden tomarse las medidas
necesarias.
Los materiales que, en cambio, rompen con poca o nula deformación plástica, se denominan frági-
les, tal como la fundición, las rocas, los ladrillos, el hormigón simple y el vidrio.
En el hormigón armado, la ductilidad o fragilidad dependen del tipo de esfuerzo, del diseño de las
secciones y de la cantidad y disposición de armaduras.
Linealidad.
Hasta un dado nivel de las cargas, suficientemente bajo, se cumple que existe una proporcionalidad
directa entre los efectos (reacciones, esfuerzos internos, tensiones, deformaciones totales y especí-
ficas) y la causa que los produce (una carga dada). Se dice que en dichas circunstancias, la estruc-
tura presenta un comportamiento lineal:
E=kC
E: efecto
C: causa
k: constante que depende de la causa y el efecto considerados y de la estructura.
Para que ello suceda deben concurrir dos condiciones:
1- Linealidad mecánica.
Hasta un cierto valor de las tensiones, llamado límite de proporcionalidad o de linealidad del material,
éstas resultan proporcionales a las deformaciones específicas. Esta relación se conoce como Ley de
Hooke.
Para la mayoría de los materiales, el límite de proporcionalidad es muy cercano al de elasticidad, por
lo que ambos conceptos (elasticidad y linealidad) suelen ser tomados como equivalentes, a pesar de
no serlo.
2- Linealidad geométrica.
Aún para estructuras que están en todos sus puntos por debajo de esta tensión, puede presentarse
una relación no lineal entre causas y efectos.
e F F e ∆e1∆e2
1, 2
F1
F2
F1, F2 M F1, F2
M
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Compárense las dos columnas de la figura, sometidas a una carga excéntrica. La primera es muy
rígida, de manera que los desplazamientos que pueda tener la carga son despreciables. El momento
reactivo de empotramiento, cuando actúa una carga F1, vale
M1 = F1 e.
Si se aumenta la carga a un valor F2 = nF1, el momento valdrá
M2 = F2 e = n F1 e.
De manera que
M2 / M1 = n F1 e / F1 e = n.
Es decir que el par de empotramiento crece en la misma proporción que la carga (respuesta lineal).
En cambio la segunda es más flexible y los desplazamientos de la carga no son despreciables. El
momento debido a F1 será
M1 = F1 (e + ∆e1)
Si se aumenta la carga a un valor F2 = nF1, el momento valdrá
M2 = F2 (e + ∆e1 + ∆e2) = n F1(e + + ∆e2)
De manera que
M2/M1 = n F1 (e + ∆e1 + ∆e2) / F1 (e + ∆e1) = {1+[∆e2 /(e +∆e1 )]} n > n.
Es decir que el par de empotramiento crece en mayor proporción que la carga (respuesta no lineal)
El tipo de cálculo aplicado a la primera columna, sin tener en cuenta los desplazamientos de las
fuerzas debidos a las deformaciones, se denomina análisis de primer orden, llamándose análisis
de segundo orden al caso contrario.
Los fenómenos de segundo orden pueden hacer incluso que tanto el momento como las deforma-
ciones crezcan enormemente a partir de cierto valor de la carga, hasta producir el colapso, dando
lugar a un problema de inestabilidad del equilibrio o pandeo.
Linealidad estructural.
Para que todo esfuerzo o deformación de la estructura sea proporcional a la acción que lo produce,
deben cumplirse necesariamente las dos condiciones: la de linealidad mecánica, referente al mate-
rial, y la de linealidad geométrica, que depende del tipo de carga y de la conformación de la estructu-
ra en su conjunto.
Indeterminaciones.
El cálculo estructural no es en modo alguno exacto, sino que está sujeto a una gran cantidad de in-
determinaciones. El caso más frecuente consiste en proyectar la forma, los materiales y las dimen-
siones para que la estructura se comporte adecuadamente durante un período aceptable, llamado
vida útil. En este proceso debe considerarse que:
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1) No puede predecirse exactamente la magnitud ni la distribución de las futuras cargas a actuar
durante toda la vida útil.
2) Las hipótesis de cálculo son sólo aproximaciones que no reflejan completamente el comporta-
miento real.
3) El proceso de fabricación y preservación de los materiales no es uniforme, y en consecuencia sus
características mecánicas no responderán fielmente a las especificadas en el proyecto.
4) Diversas imperfecciones del procedimiento constructivo producen que las dimensiones reales no
sean coincidentes con las previstas en lo planos.
Todo esto hace que los parámetros que intervienen en el cálculo sean en realidad variables aleato-
rias, es decir, variables de las que no puede conocerse su valor exacto, sino a lo sumo la probabili-
dad de que aquél esté comprendido dentro de cierto rango.
Bajo estas condiciones, es imposible asegurar completamente que una estructura no fallará. Tampo-
co es razonable aumentar la seguridad más allá de cierto límite, ya que los costos se incrementarían
notablemente.
1- Criterio probabilístico.
El grado de seguridad más razonable sería aquél que haga mínima la “esperanza matemática” Ct del
costo total de la estructura, que es
Ct = Ci + p Cd
Ct = costo inicial o de construcción
p: probabilidad de falla
Cd: costo de los daños producidos por una eventual falla.
Estructuras excesivamente seguras hacen muy grande al valor Ci, mientras que las demasiado au-
daces incrementan el producto p Cd.
La ecuación anterior no es de aplicación directa más que a un número limitadísimo de casos espe-
ciales, pero sirve como orientación para fijar criterios generales. Las variables se tratan estadística-
mente, adoptando determinadas leyes de distribución.
-2 -3 -5 -6
La probabilidad de falla p debe ser del orden de 10 a 10 para E.L.S., y de 10 a 10 para E.L.U.,
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aunque para éstos podría subir a 10 cuando los riesgos son mínimos (Ej. cartel de publicidad aisla-
do en el campo), y debe bajar hasta 10-7 cuando los eventuales daños podrían ser catastróficos (Ej.
represa aguas arriba de una ciudad).
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2- Criterio semi-probabilístico o LRFD.
Es el prescripto por los códigos actuales, y consiste en adoptar como datos, valores de cargas y ca-
racterísticas de materiales obtenidos según un análisis estadístico, modificándolos luego con coefi-
cientes que conduzcan a una seguridad adecuada.
Estados límite últimos
Se busca lograr una probabilidad de falla suficientemente baja. Ésta deberá ser tanto menor cuanto
mayores sean los daños que produciría dicha falla. Así, para los E.L.U se aceptan los siguientes va-
lores:
10-3 cuando el colapso solamente afecte a la propia construcción y muy difícilmente dañe a perso-
nas. Ejemplo: un cartel de publicidad en una ruta.
-5
10 edificios y construcciones corrientes.
-6
10 edificios y construcciones esenciales que afecten a la salud y seguridad de grandes poblaciones
(hospitales, cuarteles de bomberos, red de agua corriente), puentes estratégicos, con grandes volú-
menes de tránsito y carentes de pasos alternativos.
10-7 construcciones cuyo colapso ponga en peligro a grandes poblaciones (centrales nucleares, pre-
sas importantes).
Además del destino de la construcción, inciden en la magnitud del daño y en consecuencia en la
probabilidad de falla a adoptar, dos características estructurales (ver fotografías):
Redundancia: Se dice que existe redundancia estructural cuando se requiere la rotura de más de
una sección o elemento para producir el colapso estructural. Cuanto más secciones o elementos se
requieran, mayor será el grado de redundancia y, por lo tanto, mayor la confiabilidad. Estructuras
poco redundantes requieren disminuir consecuentemente la probabilidad de falla a aceptar.
Ductilidad: Se dice que una estructura es frágil si en caso de producirse su colapso, este es súbito,
sin previo aviso y con fractura en dos o más partes. Por lo contrario, se entiende por estructura dúctil
aquélla cuyo colapso se produce luego de grandes deformaciones y sin separación de sus partes, lo
cual permite evacuar la construcción evitando heridos y pérdidas de vidas. Estructuras frágiles re-
quieren disminuir consecuentemente la probabilidad de falla a aceptar.
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Rotura dúctil en estructura redundante. Puede aceptarse mayor probabilidad de falla.
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Apuntando a obtener una probabilidad de falla aceptable, se utilizan coeficientes o factores de cálcu-
lo que afectan por un lado a las cargas y por otra a las resistencias. De allí las siglas LRFD, que
provienen del inglés Load and Resistance Factor Design (Cálculo por Factores de Carga y Resisten-
cia).
Tomando como ejemplo un edificio corriente, a través de los factores de carga se determinan dife-
rentes combinaciones de acciones para las que se estima una probabilidad menor a 1/1000 de ser
superadas. Por otra parte, se brindan métodos para establecer resistencias de cálculo que estén por
encima de la real con una probabilidad mayor a 1/100. De esta manera, la combinación de la proba-
bilidad de un exceso de carga por sobre la de cálculo (1/1000) con la probabilidad de tener resisten-
cias reales menores a las de cálculo (1/100) conduce a probabilidades de falla estructural del orden
de 10-5 (1/100.000).
Cargas nominales
Los Reglamentos CIRSOC, que son los que rigen las condiciones de seguridad requeridas en obras
civiles, definen como valor nominal de una carga a aquél que tenga una probabilidad de ½ de ser
superado en la vida útil de la construcción.
Tomemos como ejemplo un edificio corriente, en el que solamente tengamos como acciones signifi-
cativas las cargas gravitatorias permanentes, las cargas útiles o sobrecargas y la acción del viento.
Cargas gravitatorias permanentes (D):
Corresponden al peso propio de los elementos estructurales y no estructurales de la construcción.
Los valores nominales se calculan considerando los pesos específicos promedio de los materiales a
utilizar en la obra y las dimensiones indicadas en los planos. Los pesos reales que tendrán estos
elementos una vez construidos, podrán ser ligeramente mayores o menores a los así calculados: por
una parte, el proceso de elaboración de los materiales puede conducir a densidades diferentes a los
valores medios adoptados, y por otra, el proceso constructivo no tiene una precisión matemática, lo
que deriva en dimensiones mayores o menores a las indicadas en los planos. Estas desviaciones del
valor medio o nominal deben ser tenidas en cuenta en el riesgo de falla.
Cargas útiles o sobrecargas (L)
Son las que genera el uso normal de la construcción. La carga útil de un comedor será el peso de
los muebles, accesorios y personas. Los valores nominales generalmente están prescriptos en los
reglamentos. El valor nominal puede pensarse también como el que puede tener una estructura apli-
cándole la mayor sobrecarga posible dentro de su uso normal. Para un comedor se establece por
ejemplo un valor de 2 kN/m2, que correspondería a un amoblamiento usual y personas llenando to-
dos los espacios libres. Si utilizáramos el comedor como biblioteca o depósito, o retiráramos los
muebles para realizar un baile, su carga superaría a la nominal. Pero esos serían usos indebidos de
la construcción, y las personas que lo hicieran serían responsables de poner en peligro la estabilidad
de la misma.
Acción del viento (W)
Los reglamentos indican los procedimientos para determinar las acciones producidas por el viento.
Los valores nominales así determinados, podrían pensarse como la acción de un viento con una in-
tensidad tal que probablemente sólo se dé a lo sumo una vez en la vida de la construcción.
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Hormigón armado, flexión: φ = 0,90
Hormigón armado, corte y torsión: φ = 0,75
Hormigón armado, compresión: φ = 0,65
Acero, flexión, corte y torsión: φ = 0,90
Acero, fluencia por tracción en la sección bruta: φ = 0,90
Acero, rotura por tracción en la sección neta: φ = 0,75
Mampostería simple, flexo-compresión: φ = 0,60
Mampostería simple, corte: φ = 0,80
Mampostería armada, flexo-compresión: φ = 0,90
En maderas y suelos el criterio LRFD se encuentra todavía en desarrollo y discusión, por lo que aún
se utiliza en estos materiales el criterio de las tensiones admisibles (ASD).
σad ≤ f / γ
σad: tensión admisible. Puede ser una tensión normal, tangencial (τad) u otro valor de comparación.
f: tensión de rotura del material correspondiente con la anterior, registrada en ensayos.
γ: coeficiente de seguridad tensional, cuyo valor es del mismo orden de los vistos para el coeficiente
de seguridad global, aunque su significado es diferente.
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Respecto a la forma de calcular los efectos de las cargas, distinguiremos dos niveles de análisis:
1- Análisis lineal.
Cuando se adoptan como válidas las hipótesis de linealidad vistas en el punto II, decimos que se
está realizando un análisis lineal, también llamado, aunque con menos propiedad, análisis elástico.
Es aplicable en general a los E.L.S.
Puede usarse también para los E.L.U., pero con ciertos límites. La forma clásica de hacerlo es a tra-
vés de las tensiones admisibles, con lo que se logran simultáneamente dos objetivos:
1) El material se comporta en forma elástica y lineal, lo que conduce a cálculos simples. En particu-
lar, se tiene la ventaja de utilizar el principio de superposición.
2) El margen de seguridad suele ser aceptable.
Las desventajas son:
1) No se conoce el verdadero margen de seguridad ni la probabilidad de falla, que son variables en
cada caso particular, conduciendo a veces a piezas sobredimensionadas y otras a subdimensiona-
das.
2) No es aplicable en forma directa a problemas que exigen un análisis de segundo orden.
3) No ilustra sobre la forma en que se produce el colapso.
2- Análisis no lineal.
Una forma más adecuada de tratar los E.L.U. consiste en estudiar la estructura bajo las particulares
condiciones que se dan cuando se produce la falla.
Este criterio es más racional que el anterior y salva los defectos mencionados para el mismo. La
principal dificultad consiste en que, en la situación de colapso, la estructura no se comporta en forma
elástica ni lineal, complicando a veces los cálculos.
El tipo más sencillo de análisis no lineal es el llamado método plástico, que se basa en la propiedad
de muchos materiales dúctiles que, alcanzado un cierto valor del esfuerzo en una sección, son capa-
ces de seguir deformándose sin variar el valor de dicho esfuerzo (ver figura).
Zona Plástica
Deformación
BIBLIOGRAFÍA
BELLUZZI, Odone: Ciencia de la Construcción, Ed. Agui- FEODOSIEV, V. I.: Resistencia de Materiales, Ed. Sa-
lar, Tomo I, Capítulo 1. piens, Introducción.
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AVENBURG, Eduardo: Resistencia de Materiales, Ed. International System of Unified Standard Codes of Prac-
Pannedille, Capítulo I. tice for Structures: Common Unified Rules for Different
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GUZMÁN, Arturo M.: Resistencia de Materiales. Ed. por Euro-Internacional del Hormigon (CEB), 1978
el C.E.I.L.P., Capítulo I, Punto 4.
CIRSOC, Reglamentos:
http://www.inti.gob.ar/cirsoc/reglamentos_vigencia2013.h
tm
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