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Los Selkman

1) ¿Dónde viven los Selkman?

Los Onas estaban constituidos por dos grupos: los Selknam que habitaban el sector norte y
central de la isla de Tierra del Fuego (Argentina) y los Haush, localizados en el extremo
sureste.

El Hain

Una ceremonia hain era un rito de iniciación llevada a cabo por los selknam u onas, nativos
del norte y centro de Tierra del Fuego en Argentina y Chile.1 En la literatura a menudo es
denominado kloketen por el nombre en selknam de los jóvenes que lo efectuaban y entre
los últimos selknam se usaba la palabra colegio1 al hablar de él en castellano.

La ceremonia o rito del hain se llevaba a cabo con el motivo de instruir a los jóvenes
varones que se encontraban al final de la adolescencia sobre "las verdades de la vida";
después de un determinado periodo de prueba eran admitidos en el círculo de los
hombres. La parte fundamental del hain se realizaba una choza grande ubicada
generalmente a medio kilómetro del campamento, por lo general cerca de un grupo de
árboles hacia donde estaba la entrada y detrás un gran espacio que lo separaba del
campamento. Este siempre estaba al este dándole la espalda al poblado para evitar que las
mujeres curiosas espiaran su interior, ya que la puerta siempre estaba abierta. Otra de las
razones era para protegerse contra las fuertes corrientes del viento que habitualmente, en
la zona, sopla desde el oeste.

2) ¿En qué consistía la colección?

3) ¿Eran nómades o sedentarios?

Originalmente eran nómadas terrestres, cazadores y recolectores. Luego de un genocidio a


principios del siglo XX y un proceso de transculturación que operó por más de un siglo, los
selknam que continúan viviendo en la porción argentina de la isla se encuentran
aculturados por completo.

4) Busca una imagen de la familia Selknam

La base de la organización de los Selknam era la familia, padre, madre, hijos, pero a esta se
incorporaban los parientes que ocupaban el mismo territorio, llamado haruwenh. Había
muchos territorios perfectamente delimitados. Formaban "clanes" patrilineales de 40 a
120 miembros con jurisdicción sobre un territorio de caza. Los hombres tomaban esposas
de otros clanes. Eran generalmente monógamos, aunque había empezado a difundirse la
poligamia. Era práctica común el casamiento con dos o más hermanas, o con una viuda y
su hija. También se aplicaba el levirato, es decir, la costumbre de heredar la viuda del
hermano.
5) ¿A que se debía el ruido del mar?
6) ¿Qué rieran los Selknam?
7) ¿Qué pasa finalmente?

8) Investiga sobre gianada y los delfines

LA LEYENDA DE LOS HOMBRES DELFÍN

Desde esta atalaya puedes observar la inmensidad del mar, cómo la olas acarician el arenal de
la bahía, el viento peina con delicadeza las dunas y el sol del atardecer baña de azahar el
horizonte.

-Abuela, es muy bonito- dijo la niña-. Me gusta que me hayas traído hasta aquí.

Pero…- ¿que es aquello que se mueve allí adentro, junto aquellas rocas?-
-¡Son delfines!, ¡nuestros antepasados!, ¡mira como saltan! – exclamó la anciana Ona.

-¿antepasados…? – repitió sorprendida la muchacha.

-¿no te he contado nunca esa historia? – dijo la abuela.- Escucha, te gustará conocer esta
historia

Hace mucho, mucho tiempo, nuestros antepasados vivieron en las proximidades de esta gran
bahía, eran unos grandes pescadores y decían que eran capaces de bucear en busca de las
hermosas perlas que existían en las profundidades del mar, otros se dedicaban más a la caza,
como éramos nómadas íbamos cambiando cada cierto tiempo de lugar.

Un día sucedió algo muy extraño, el cielo rugió, se oscureció y la tierra retumbó y se
estremeció como nunca antes había ocurrido. Cada vez el rugido era más fuerte y la gente no
sabía que hacer, algunas familias decían que había que huir de allí hacia el interior, otros
decían que había que adentrarse en el mar, mientras que otros pensaban que no era necesario
hacer nada, que sólo era una tormenta y se pasaría en unas horas.

Algunos de ellos, como los de la familia de los Kréèn decidieron que lo mejor sería adentrarse
en el mar, pero uno de ellos no sabía nadar y tenía mucho miedo. Él quería quedarse en tierra
firme como harían otros muchos del poblado. Pero sus familiares insistieron y casi, casi le
obligaron a sumergirse en el mar. A pesar de que no sabía nadar bien, entre todos le ayudaron
una y otra vez, y poco a poco aprendió a mantenerse y manejarse bien entre las olas.

Pero el rugido de la tormenta se hizo casi insoportable y de repente el mar se fue retirando y
alejando de la bahía, al poco tiempo una inmensa ola blanca del tamaño de una montaña se
alzó enfrente del poblado y en unos segundos engulló al poblado del mismo modo que un pez
se come un pedazo de pan.

Los Kréèn pudieron verlo desde el mar y sintieron tanta tristeza que decidieron no volver
nunca más a tierra firme, transformándose en delfines que ahora saltan todos juguetones
entre las olas del mar. Viven en manadas para poder ayudarse entre ellos, y muchas veces si
un buen pescador o navegante cae a el mar, los delfines intentan ayudarlo, en recuerdo por no
haber podido ayudar a sus antepasados.

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