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PERCEPCIÓN REGIONAL DEL ROL DEL PSICÓLOGO CLÍNICO EN

INSTITUCIONES EDUCATIVAS -2018.

Objetivo general

• Realizar una revisión bibliográfica de las bases teóricas e investigaciones

llevadas a cabo sobre el rol del psicólogo clínico en instituciones educativas

del Ecuador, América latina, Norte América y Europa.

Objetivo Especifico

o Recopilar información teórica acerca del rol del psicólogo clínico en

instituciones educativas del Ecuador, América latina, Norte América y Europa.

o Investigar acerca del principal rol del psicólogo clínico en instituciones

educativas.

o Describir los procesos de intervención que se pueden llevar a cabo en

instituciones educativas del Ecuador, América latina, Norte América y Europa.

1. Introducción

El psicólogo es una figura clave en el desarrollo funcional y equilibrado de un centro

educativo en todos los niveles: Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachiller-FP. Su

función prioritaria es atender y fomentar el desarrollo psicológico en todos sus componentes -

psicomotriz, intelectual, social, afectivo-emocional- y en los 3 agentes principales del sistema

educativo (alumnos, padres y profesores). Desde esta perspectiva, el trabajo del psicólogo

implica 2 grandes objetivos:

1. Aportar un análisis psicológico de diversas situaciones (evaluación)


2. Proponer planes de acción que respondan a los análisis realizados (intervención). Con

estos objetivos, contextualizados en su perfil profesional e investigador, el psicólogo

lleva a cabo diversas actividades con los 3 agentes del sistema educativo.

Existe un amplio consenso en la literatura en cuanto a que la actuación del psicólogo y

la psicóloga educacional debe basarse en una concepción compleja de la realidad con visión

de conjunto No obstante, no se aprecia este mismo nivel de consenso cuando de establecer

una definición de rol y acciones se trata, sino que es posible encontrar en la literatura

variedad de perspectivas que buscan dar cuenta del rol que juega la persona profesional en

psicología en el contexto educacional). Sin embargo, no todas ellas apuntan en la misma

dirección dado su origen diverso en cuanto a tipo y profundidad de análisis. A partir de ello,

surge la pregunta respecto a cómo es posible organizar la amplia información existente

respecto al rol, a fin de promover una actuación coherente del psicólogo educacional en los

contextos educativos. Dicho lo anterior, el presente artículo tiene como objetivo sistematizar

distintas perspectivas referidas al rol del psicólogo educacional, a partir de una revisión de la

literatura en torno al tema. Los conceptos relativos al rol del profesional en psicología

educacional fueron organizados con base en las perspectivas: paradigmática, histórica,

académico formativa, político-técnica y de la realidad educativa, para finalmente realizar una

propuesta de ordenamiento de estos aspectos que facilite la organización y orientación de la

actuación de estos profesionales en el ámbito de las unidades educativas.

2. PERSPECTIVAS EN TORNO AL ROL DEL PSICÓLOGO EDUCACIONAL

2.1 En relación a los alumnos/as

- Evaluación psicológica para prevenir y diagnosticar


El psicólogo realiza actividades de diagnóstico y evaluación psicológica con los

alumnos tanto a nivel individual (diagnósticos individuales) como a nivel colectivo (pruebas

administradas colectivamente para valorar el desarrollo psicológico y académico de los

alumnos en los distintos niveles educativos). Esta función evaluadora tiene como objetivos:

1) La prevención y detección de problemas de salud mental, su tratamiento o la

derivación de los casos (en función de la naturaleza y gravedad del diagnóstico), su

seguimiento a través de la coordinación con los servicios de Salud Mental y la

coordinación de las medidas a adoptar en el centro escolar

2) La detección temprana y diagnóstico de trastornos del desarrollo

3) El diagnóstico de discapacidades intelectuales (deficiencia mental…), de

sobredotación intelectual y altas capacidades;

4) El diagnóstico de trastornos de la personalidad, del comportamiento, de las emociones

5) La detección de necesidades educativas especiales y trastornos específicos de

aprendizaje

2.2 Dentro de esta función de evaluación, el psicólogo:

1) Realiza entrevistas iniciales;

2) Administra tests psicométricos y otras técnicas de evaluación psicológica

(observacionales, auto informes, proyectivas…) para medir rasgos de personalidad

(independencia, extraversión, estabilidad emocional, autocontrol…), inteligencia y otros

procesos cognitivos (inteligencia verbal, no verbal…, creatividad, estrategias cognitivas de

aprendizaje, procesos de aprendizaje...), síntomas psicopatológicos (ansiedad, depresión,

TDAH, trastornos de conducta…), conductas sociales, interacciones grupales, desarrollo

psicomotor, adaptación social-personal-familiar-escolar, ambiente, intereses, valores…; y


3) Realiza entrevistas de devolución diagnóstica y asesoramiento. Las actividades se

llevan a cabo con la finalidad de detectar problemas individuales o grupales, y concluyen con

la elaboración de informes psicológicos que contienen propuestas de intervención en base a

las dificultades identificadas.

-Implementar programas de intervención psicológica y psicoeducativa con fines

preventivos, de desarrollo y terapéuticos

Además de evaluar, el psicólogo realiza con los alumnos actividades vinculadas a la

intervención. El término intervención es un término ambiguo y multifacético ya que puede

denotar educación, enriquecimiento, prevención, corrección, rehabilitación, modificación,

estimulación, mejoría, terapia, entrenamiento, tratamiento...

La intervención en los centros educativos tiene que ver tanto con las necesidades

psicológicas como con las necesidades educativas de los alumnos. La intervención:

1) Tiene por objetivo global la mejora de la calidad educativa de los centros a través

de la propuesta de soluciones educativas adaptadas a las necesidades de los alumnos y a las

características del contexto;

2) Está compuesta por un conjunto de acciones preventivas y terapéuticas

complementarias a las que desarrollan los profesores en el aula, a la instrucción académica,

con el fin de optimizar el desarrollo integral y el rendimiento escolar;

3) Generalmente se realiza con los alumnos, aunque habitualmente implica a los

principales agentes del sistema educativo;

4) Se diseña bajo la forma de programas o conjunto de actividades concretas y

temporalizadas para lograr objetivos específicos; y


5) Contiene un conjunto de herramientas de evaluación para medir sus efectos.

2.3 En este contexto, el psicólogo desarrolla 2 grandes líneas de acción:

1) La intervención psicológica terapéutica de enfoque clínico -está centrada en los

alumnos con problemas emocionales o intelectuales que han sido identificados en

exploraciones diagnósticas previas y, tomando como base el diagnóstico, el psicólogo, o bien

realiza el tratamiento correspondiente de carácter individual, grupal o familiar (tratamientos

de primer nivel), o bien deriva el caso a profesionales de la salud mental o a otros servicios

de la red social de intervención existentes-; y

2) La intervención psicológica psicoeducativa en base a programas -implica

seleccionar programas existentes, implementarlos y evaluar los efectos de estos programas; el

psicólogo implementa estos programas, o forma al profesorado para que los aplique (en

colaboración con los responsables pedagógicos del centro) o contacta con organismos de la

red de servicios especializados disponibles para que los lleven a cabo-. Dentro de los

programas de intervención se pueden diferenciar 4 tipos de programas en función de sus

objetivos: preventivos, de desarrollo, terapéuticos, y de orientación académica y profesional.

2.4 Programas preventivos:

Tienen como finalidad trabajar procesos que eviten la aparición de diversos tipos de

problemas en las distintas etapas educativas. Entre ellos se pueden enfatizar los programas

para la prevención del fracaso escolar (un problema grave que afecta actualmente a un 30%

de los alumnos de Secundaria), de las adicciones físicas y psicológicas (drogas, Internet,

sexo…), de la violencia escolar, de los problemas de adaptación al ingreso en la escuela, de

los embarazos adolescentes, de los problemas alimentarios (anorexia…), de los riesgos de la

utilización de plataformas virtuales (chats, redes sociales, videologs, fotologs)…


2.5 Programas de desarrollo:

Incluyen programas para fomentar el entrenamiento de funciones intelectuales y

psicomotrices para desarrollar diversos procesos (atención, observación, memoria,

razonamiento lógico, estrategias cognitivas de resolución de problemas, creatividad, técnicas

de aprendizaje, lenguaje, procesamiento cognitivo, organización perceptiva, funciones

motrices...); y programas para fomentar factores del desarrollo social y afectivo-emocional

tales como autoconcepto-autoestima, comunicación, prosocialidad, resolución de conflictos,

apego seguro, empatía, valores ético-morales, tolerancia, derechos humanos,

multiculturalidad, emociones, igualdad de género, hábitos de salud (alimentación, ejercicio

físico, sexualidad, alcohol, drogas…), etc.

2.6 Programas terapéuticos:

El psicólogo realiza actuaciones de primer nivel dirigidas a abordar situaciones

problemáticas cuando ya se han producido, tratamientos de desórdenes psicológicos que

pueden ser realizados en el centro, intervenciones con alumnos con problemas de

socialización, con dificultades de aprendizaje (reeducación instrumental de factores

madurativos...), con discapacidades intelectuales, sensoriales y motrices, con necesidades

educativas asociadas a altas capacidades, con alumnos o grupos en situaciones de conflicto

(acoso escolar, baja autoestima, divorcio, fobia escolar…), etc. En función del diagnóstico, el

psicólogo realiza actuaciones que den respuesta a las necesidades educativas y psicológicas

de los alumnos o deriva la intervención a instituciones o centros especializados, realizando un

seguimiento de la evolución de los alumnos.

2.7 Programas de orientación académica y profesional:


Después de realizar la evaluación a los alumnos para medir parámetros asociados a la

elección académica-profesional (inteligencia, personalidad, hábitos de estudio, rendimiento

académico, motivaciones, metas, intereses…), el psicólogo implementa, o colabora con los

profesores y/o con los responsables pedagógicos para que implementen, por ejemplo,

programas de desarrollo vocacional, de entrenamiento en métodos, procesos, estrategias y

técnicas de trabajo y estudio, de estrategias y técnicas de trabajo individual-grupal o de

mejora del rendimiento académico, entre otras.

2. 8 En relación con los profesores se pueden destacar 4 funciones del psicólogo:

2.8.1 Información diagnóstica: El psicólogo primero recibe información de los

profesores y después aporta información al profesorado sobre los resultados diagnósticos

individuales y colectivos realizados a los alumnos, con la debida consideración del carácter

confidencial de los mismos. En la medida que los profesores dispongan de información sobre

las capacidades intelectuales, estrategias cognitivas de aprendizaje, personalidad, dificultades

de aprendizaje, etc., podrán ayudar mejor a sus alumnos.

2.8.2 Asesoramiento y colaboración: El psicólogo asesora a los profesores y

colabora con ellos en diversos temas como: análisis de situaciones escolares problemáticas y

soluciones (desmotivación, conductas disruptivas, acoso…), comprensión de los procesos de

enseñanza-aprendizaje en relación a contenidos curriculares específicos, aulas de aprendizaje

de tareas, plan de acción tutorial, técnicas de dinámica de grupos, de comunicación, de

observación, de aprendizaje cooperativo…, estrategias que favorecen el aprendizaje

significativo, programas de atención a la diversidad del alumnado, a los inmigrantes, a los

estudiantes con necesidades educativas especiales, etc.


2.8.3 Formación: El psicólogo organiza cursos de formación para el profesorado en

relación a programas de intervención que implementarán (programas para estimular la

inteligencia, la motivación, la creatividad, la convivencia, los valores prosociales…), así

como sobre distintos temas en los que los profesores manifiesten su interés (tutorías,

dificultades del proceso enseñanza-aprendizaje, técnicas de investigación en el aula…).

2.8.4 Investigación: Una función secundaria del psicólogo sería conducir estudios de

investigación con diversas metodologías (experimentales, correlacionales, cualitativas,

etnográficas, etc.), en colaboración con los profesores y otros profesionales, en torno a

diversos temas de Psicología Educativa (procesos de enseñanza-aprendizaje, procesos

mentales que intervienen en el aprendizaje, aprendizaje mediatizado por el uso de nuevas

tecnologías, rasgos y actitudes del profesorado favorecedores de los procesos educativos,

estudios sobre situaciones de acoso escolar o consumo de drogas presentes en el centro,

efectos de los programas de intervención que se implementan en el centro...).

2. 9 En relación a los padres, se pueden delimitar 3 funciones del psicólogo:

2.9.1 Información diagnóstica y asesoramiento:

El psicólogo primero recoge información de los padres (entrevistas iniciales -

anamnesis) y después aporta información (entrevistas de devolución), sobre las evaluaciones

realizadas a sus hijos (individuales, colectivas, de orientación académica-profesional…), y en

base a estos datos asesora a la familia para el manejo de las situaciones que los miembros de

la familia hayan podido experimentar (pérdida de seres queridos, divorcio, rivalidad fraterna,

fracaso escolar, anorexia, drogas…), sobre problemas y procesos psicológicos que afectan al

aprendizaje (trastornos de sueño, de la alimentación, de conducta…), etc.

2.9.2 Formación:
El psicólogo organiza conferencias-coloquio sobre temas de interés para los padres

(características evolutivas de cada ciclo vital, estrategias para fomentar el autoconcepto-

autoestima, la inteligencia emocional, el apego seguro en los hijos, sexualidad en la infancia

y la adolescencia, técnicas de comunicación con los hijos, consumo de drogas, utilización de

Internet, problemas de aprendizaje, psicopatología infanto-juvenil…). Además, potencia las

escuelas de padres que contextualicen estos procesos formativos.

2.9.3 Intervención:

El psicólogo realiza intervenciones terapéuticas de primer nivel con el grupo familiar

con la finalidad de favorecer que aprendan a resolver conflictos que mejoren el equilibrio

homeostático de la familia, o deriva el tratamiento a profesionales externos realizando un

seguimiento del mismo. Además, lleva a cabo intervenciones colectivas para implicar a los

padres en los programas que se estén llevando a cabo con sus hijos (por ejemplo, para

fomentar valores prosociales favorecedores de la convivencia), y facilita la cooperación entre

los padres y otros profesionales (profesores, responsables pedagógicos, psicólogos clínicos,

entre otros) para la detección y solución de problemas educativos y de desarrollo.

En síntesis, el psicólogo contribuye a la necesidad de conjugar la escuela cada vez

más competitiva y la escuela integradora que fomenta la inclusión y el desarrollo integral de

todos los alumnos, a la necesidad de trabajar en equipo, y a la necesidad de construir un

espacio para escuchar y atender al alumno, a los padres y profesores.

A pesar de que la Psicología Educativa ocupa el segundo lugar, tras la Psicología

Clínica, en cuanto a perfiles de actividad profesional, el papel del psicólogo en los centros

educativos se ha ido diluyendo en los últimos años (otros profesionales están desarrollando

muchas de las funciones específicas del psicólogo pero sin la formación adecuada) y pocos

estudiantes de Psicología realizan esta elección. Por ello es necesario:


1) delimitar las funciones del psicólogo educativo, diferenciándolo de otros roles

profesionales (especialistas en pedagogía terapéutica, consultores…);

2) incorporar psicólogos en todos los centros educativos, con especialización en las

distintas etapas, con una ratio de alumnado aceptable (200 alumnos) que posibilite el

desempeño realista de las funciones descritas que llevará a cabo en colaboración con

otros profesionales (profesores, especialistas en pedagogía terapéutica, etc.);

3) exigir un postgrado de Psicología Educativa con directrices propias, que habilite

para el ejercicio de la profesión, es decir, un itinerario formativo específico

enmarcado dentro del Espacio Europeo de Educación Superior.

2.10 Propuesta de un modelo orientador de la actuación

Como una forma de responder a la pregunta relativa a la influencia de las múltiples

perspectivas, demandas, expectativas, marcos regulatorios y experiencias en el rol y

actuación del psicólogo y la psicóloga educacional es que se presenta, a continuación, una

propuesta que busca organizar esta heterogeneidad de aspectos que redundan en la

indefinición de rol.

A este respecto, es menester partir de la premisa de que el centro de la actuación del

psicólogo y psicóloga educacional debe estar situado en el proceso de enseñanza aprendizaje ,

enfocándose específicamente en los actores de la comunidad educativa, quienes a partir de su

interacción materializan dicho proceso en distintos niveles. De esta forma, es posible

proponer cuatro áreas principales de acción del psicólogo y la psicóloga educacional dentro

de una unidad educativa, las cuales se encuentran relacionadas en distintos grados y niveles

con lineamientos internacionales referidos a la educación , como con los objetivos


fundamentales transversales de la educación chilena (Ministerio de Educación de Chile,

2009), a saber:

ü Las habilidades sociales, emocionales e intelectuales.

ü La convivencia social y salud mental.

ü La inclusión y la diversidad.

ü La gestión curricular de aula y escolar de calidad.

Así, se establecen algunas posibles acciones asociadas a competencias específicas en

cada una de estas áreas:

En el caso de las habilidades sociales, emocionales e intelectuales: los aspectos

cognitivos y socioemocionales resultan fundamentales para el proceso de enseñanza

aprendizaje. En esta misma línea, diversos estudios presentan evidencias a favor de este

supuesto. A partir de ello, se requiere que la persona profesional en psicología educativa sea

capaz de:

• Aplicar instrumentos, tanto estandarizados como comprensivos que den cuenta de

las necesidades y niveles de desarrollo de estas habilidades. Desarrollar y promover estas

habilidades mediante acciones psicoeducativas, inserciones curriculares y acompañamiento

de personas específicas que permitan alcanzar un adecuado funcionamiento de dichas

habilidades en la comunidad educativa en su conjunto.

• Finalmente, evaluar y retroalimentar a la comunidad educativa acerca de los

impactos en las personas, la comunidad y el proceso de enseñanza aprendizaje de las

intervenciones desarrollada en esta área, promoviendo la reflexión conjunta de los actores de

la unidad educativa en torno a cuestiones como el respeto, la empatía, la colaboración y la


solidaridad. Para el logro eficaz de estas acciones pudiera ser deseable contar con algunas

competencias específicas tales como:

• Habilidad para evaluar clima emocional escolar, de aula y familiar.

• Habilidad para desarrollar un adecuado clima emocional escolar a través de la

intervención eco sistémica.

• Destreza en la promoción de las relaciones interpersonales), habilidades sociales,

actitudes y valores necesarios para la convivencia.

• Habilidad para promover procesos de desarrollo personal, comunicacional y de

habilidades socio-afectivas e intelectuales.

En cuanto a convivencia social y salud mental: señalan que los trastornos

psicológicos pueden ser expresiones extremas de un continuo entre normalidad y patología,

donde la escuela, en tanto su orientación al aprendizaje y al bienestar, influye de manera

particular y significativa en éste tránsito. A partir de ello, la promoción del bienestar personal

y colectivo, tanto dentro como fuera del currículo educativo es una tarea que el psicólogo

educacional debe abordar. A partir de ello, resulta conveniente que la persona profesional en

psicología educativa pueda:

• Aplicar instrumentos, tanto estandarizados como comprensivos que den cuenta de

las necesidades y niveles de desarrollo de estas habilidades.

• Desarrollar y promover estas habilidades mediante acciones psicoeducativas,

inserciones curriculares y acompañamiento de personas específicas que permitan alcanzar un

adecuado funcionamiento de dichas habilidades en la comunidad educativa en su conjunto.


• Finalmente, evaluar y retroalimentar a la comunidad educativa acerca de los

impactos en las personas, la comunidad y el proceso de enseñanza aprendizaje de las

intervenciones desarrollada en esta área, promoviendo la reflexión conjunta de los actores de

la unidad educativa en torno a cuestiones como el respeto, la empatía, la colaboración y la

solidaridad. Para el logro eficaz de estas acciones pudiera ser deseable contar con algunas

competencias específicas tales como:

• Habilidad para evaluar clima emocional escolar, de aula y familiar.

• Habilidad para desarrollar un adecuado clima emocional escolar a través de la

intervención eco sistémico.

• Destreza en la promoción de las relaciones interpersonales, habilidades sociales,

actitudes y valores necesarios para la convivencia.

• Habilidad para promover procesos de desarrollo personal, comunicacional y de

habilidades socio-afectivas e intelectuales.

2. En cuanto a convivencia social y salud mental: señalan que los trastornos

psicológicos pueden ser expresiones extremas de un continuo entre normalidad y patología,

donde la escuela, en tanto su orientación al aprendizaje y al bienestar, influye de manera

particular y significativa en éste tránsito. A partir de ello, la promoción del bienestar personal

y colectivo, tanto dentro como fuera del currículo educativo es una tarea que el psicólogo

educacional debe abordar. A partir de ello, resulta conveniente que la persona profesional en

psicología educativa pueda:

• Acompañar y diagnosticar con instrumentos y técnicas, tanto estandarizadas como

comprensivas, problemas de salud mental como; estrés, burnout, dificultades adaptativas y

conductuales leves o transitorias,


• Realizar consejerías a profesores, estudiantes y sus familias respecto a cuestiones

relacionadas con el desarrollo evolutivo, la salud mental, el bienestar personal y colectivo.

• Prevenir e intervenir en problemas asociados a la convivencia como; la violencia

intrafamiliar, el acoso de adultos a niños o entre pares y el matonaje escolar, desde un marco

comprensivo que recoja la complejidad de estos fenómenos,

• Psicoeducar mediante talleres e inserciones curriculares sobre estos temas y otros

como el aprendizaje colaborativo y socializado.

• También debe conocer ampliamente y movilizar la gestión de redes de apoyo (o

crear en caso de no existir una formalmente establecida) para la derivación casos clínicos o

de grave violencia que no pueden ser abordados con los recursos de la unidad educativa, para

• Por último, evaluar de forma científica, mostrando evidencias verificables, los

impactos de la intervención desarrollada en esta área a fin de promover la reflexión conjunta

de los actores de la unidad educativa en torno a cuestiones tan amplias como autocuidado o

convivencia pacífica y democrática.

Breve historia de la Psicología e importancia a nivel de Ecuador

La psicología aparece a mediados del siglo XIX, construyéndose como una ciencia, en

sus inicios se la relacionaría solamente con la conducta, pero gracias a los trabajos de

(Wundt, 1874; Freud, 1901; Piaget, 1926; Pavlov, 1927) y muchos otros grandes científicos e

investigadores que aportaron con el crecimiento de la psicología como ciencia, y formaron

bases sólidas para una mejor comprensión de la vida humana, que hoy en día sigue su

crecimiento integral como ciencia.


A finales del siglo XIX el Dr. Luis Felipe Sánchez se constituye en uno de los hitos en

el desarrollo de la psicología en Ecuador, formando la “cátedra de psicología” en el Instituto

Nacional Mejía. A principios del siglo XIX se pueden apreciar aportes en la terapéutica

psicológica inicial por parte del Dr. Mariano Peñaherrera con un estudio sobre: “Hipnotismo

y Terapéutica”, en donde muestra el conocimiento recientemente adquirido sobre

mecanismos del espíritu y la sugestión. En el transcurso de este siglo se fueron presentando

trabajos psiquiátricos sobre el manejo y uso de técnicas psicológicas, como es el caso del

renombrado Dr. Julio Endara quien hizo importantes avances en la incorporación del

psicoanálisis freudiano al ámbito de la salud mental en el Ecuador e igualmente tuvo una

bibliografía extensa para el aporte del crecimiento de las ciencias psiquiátricas y psicológicas

(Cueva, 1966).

En 1950 aparece del Profesor Jorge Escudero Moscoso, quien representa un hito en la

historia de la psicología en el país ya que primeramente, impartía la teoría de la Gestalt y que

gracias a él se funda el Instituto de Psicología y el Primer Instituto de Pedagogía, que luego

se convirtió en una de las Facultades de la Universidad Central del Ecuador, quien también

aportó teóricamente en la bibliografía de salud mental con ensayos y monografías de

psiquiatría y psicología, entre una de sus últimas obras está “La percepción y sus elementos

sensoriales”, (Cueva, 1966).

Todos estos aportes que el profesor Escudero desarrolla, son de vital importancia para

el comienzo del establecimiento de la psicología como una ciencia, aunque muy joven, en

nuestro país, y como tal se la incluye en las facultades de las universidades a partir de ese

momento y lo cual se pudo ver solidificado en el año de 1957, cuando se establecen los

parámetros académicos para formar psicólogos y profesores en psicología y empezar a

expandirse en otras facultades de las diferentes universidades nacionales.


Antecedentes históricos del Ecuador

Muchos de los avances en el establecimiento de la Psicología como opción para

profesionalización, han sido discutidas dentro del ámbito académico del siglo XX como es el

caso de la incorporación de las nuevas enseñanzas sobre herramientas para explorar la

personalidad y manifestaciones psíquicas de las personas, como la adición del

Psicodiagnóstico de Rorschach con el Dr. Jorge Flachier (Paladines, 2011), quien tradujo el

test al idioma español y aportó con ciertas adaptaciones para nuestro contexto, dotando a la

psicología ecuatoriana de un instrumento clave para mejorar la calidad de la psicología y sus

prácticas en la nación, surgiendo la importancia de la actualización de los métodos y

herramientas usadas hasta la actualidad en donde se han incorporado un sinnúmero de

técnicas y teorías que se dictan en las facultades de psicología de las universidades del

Ecuador, y es tarea de esta investigación reconocer y sistematizar este proceso histórico de

formación psicológica que aporta cada institución universitaria de relevancia en el país ya

que de tal forma alimentaremos y reconfirmaremos nuestra identidad como psicólogos, no

sólo en Ecuador sino también, en el ámbito internacional.

Según el proceso histórico que se ha ido desarrollando a lo largo de la trayectoria de

la psicología en el país, podemos observar una cantidad grande de datos dispersos, que nos

cuentan cómo la carrera ha venido teniendo cambios positivos en cuanto al reconocimiento

social y un mayor soporte académico. En un principio se evidencia una psicología general,

que cubre todas las áreas sin especializarse en ninguna, hasta llegar a procesos actuales en los

que se cuenta con una psicología mayormente reconocida socialmente y con áreas

especializadas que en su mayoría logran abastecer las demandas del mercado actual.
La psicología ha sufrido varios cambios a través de la historia como ciencia, en sus

procesos de formación académica y profesional, de ser una materia de escuela, a ser una

carrera universitaria con responsabilidad en la salud integral de la sociedad.

La psicología empezó enseñándose en los colegios y después en las facultades de

filosofía las Universidades, después del reconocimiento mundial que tuvo y tiene la

psicología como ciencia, en Ecuador se decidió formar la carrera de psicología en la

Universidad Central en un principio no existían especialidades por menciones en la carrera, la

formación terminaba en un periodo menor al actual con un título de licenciatura en psicología

que no concedía espacio a los psicólogos a ejercer como terapeutas u organizadores de grupos

sociales como empresas y demás instancias en donde la intervención psicológica es necesaria

“Creo que había una escasísima cobertura, escasísimos profesionales y la mayoría nada que

ver con la psicología, sino de otras líneas de formación, educación, de educación parvularia,

de filosofía, de sociología. Pero, nada que ver el tema de la psicología, menos de la psicología

social, menos de la psicología comunitaria, (...) cuando yo pasé por la formación en la

Central” (E. 3; Coordinador de Psi. Clínica).

“Creo que ha habido momentos históricos en la psicología partiendo en un momento

determinado en la época de los 60, 70 particularmente de 2 hitos paradigmáticos si la

universidad central genera una posición muy fuerte respecto a la psicología respeto a la

reflexología eminentemente reflexológica por obvias razones la construcción histórica de la

universidad, no cierto, por el tipo de personajes y personalidades que han construido la

universidad central históricamente mientras en la universidad católica que es el otro hito el

otro referente de psicología se mueve más hacia el tema de psicoanálisis y es eminente y es

reconocido hasta ahora”(E. 2; Coordinador Psi. Organizacional).


Marco del buen vivir

La Constitución del 2008 ha sido entendida como un nuevo pacto de convivencia, en

el cual las partes se comprometen a cumplir con acuerdos y aceptar restricciones (Ramírez,

2009). Esta constitución se proyecta como medio para dar paso a cambios estructurales en la

sociedad ecuatoriana, en cuyo contexto se plantea el fortalecimiento de la sociedad como

condición necesaria para el Buen Vivir en comunidad, la universalización de los servicios

sociales de calidad para garantizar y hacer efectivos los derechos, entendidos estos de manera

integral, interdependientes y con igual jerarquía.

De esta manera, se sostiene que la realización del Buen Vivir está directamente

relacionada con el conjunto de derechos, y para garantizar ese conjunto de derechos se

necesitan cambios sustanciales en la estrategia de desarrollo. Por lo cual la constitución

distingue dos campos principales de acción: el régimen de desarrollo y el régimen del Buen

Vivir.

El régimen de desarrollo es el conjunto organizado, sostenible y dinámico de los

sistemas económicos, políticos, socioculturales y ambientales que garantizan la realización

del Buen Vivir. Este Buen Vivir requiere que las personas, comunidades, pueblos y

nacionalidades gocen efectivamente de sus derechos y ejerzan responsabilidades en el marco

de la interculturalidad, del respeto a sus diversidades y de la convivencia armónica con la

naturaleza.

Por otro lado, el régimen del Buen Vivir incluye el Sistema Nacional de Inclusión y

Equidad Social, orientado a garantizar el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de los

objetivos de desarrollo.

Este Sistema Nacional de Inclusión y Equidad Social se articulará con el Plan

Nacional del Buen Vivir y con el Sistema Nacional Descentralizado de Planificación


Participativa, e incluye los ámbitos de la educación, salud, seguridad social, gestión de

riesgos, cultura física y deporte, hábitat y vivienda, cultura, comunicación e información,

disfrute del tiempo libre, ciencia y tecnología, población, seguridad humana y transporte. A

su vez, se propone generar las condiciones para la protección integral de sus habitantes a lo

largo del ciclo de vida, generando acciones afirmativas hacia aquellos grupos considerados

prioritarios.

El Buen Vivir entonces, es una categoría en permanente construcción y reproducción,

cuyo eje articulador es la colectividad. Como lo indica la Secretaría Nacional de Planificación

y Desarrollo (SENPLADES):

"La concepción del Buen Vivir necesariamente recurre a la idea del “nosotros” porque

el mundo no puede ser entendido desde la perspectiva del “yo” de occidente. La comunidad

cobija, protege, demanda y es parte del nosotros. La comunidad es el sustento y es la base de

la reproducción de ese sujeto colectivo que todos y cada uno somos” (SENPLADES, 2009,

pág. 32).

En cuanto a la educación superior incluye dentro de sus fines la promoción, desarrollo

y difusión de los saberes y de las culturas, además de la construcción de soluciones para los

problemas del país, enmarcado esto en los objetivos formulados en el régimen de desarrollo.

En el artículo 350

“El sistema de educación superior tiene como finalidad la formación académica y

profesional con visión científica y humanista; la investigación científica y tecnológica; la

innovación, promoción, desarrollo y difusión de los saberes y las culturas; la construcción de

soluciones para los problemas del país, en relación con los objetivos del régimen de

desarrollo.” (Asamblea Constituyente, 2008, Art. 350).


“La educación superior es condición indispensable para la construcción del derecho

del buen vivir, en el marco de la interculturalidad, del respeto a la diversidad y la convivencia

armónica con la naturaleza.” (Asamblea Constituyente, 2008, Art.9).

Como se puede ver, a nivel del marco legal existente en Ecuador, tanto la educación

en general como la educación superior en particular, deben asumir una responsabilidad en la

transformación de la sociedad actual, en la perspectiva de coadyuvar a la construcción de la

sociedad del Buen Vivir. Esto ha llevado a la conformación de un amplio campo de discusión

y problematización sobre las posibilidades y limitaciones reales del sistema educativo, para

cumplir con esta importante responsabilidad.

Enfoque teórico Contextual de la Formación de los Profesionales de Psicología de

la UCACUE.

La MISIÓN de la Universidad Católica de Cuenca en la carrera de Psicología Clínica

es la de promover la formación de Sicólogos Clínicos científicamente competentes,

investigadores, emprendedores; sensibles para tratar la salud mental individual y colectiva,

apoyada en la investigación de los fenómenos sicológicos de la integridad bio-sico-social de

los seres humanos, dirigida a las personas vulnerables en su psiquismo, quienes requieren

recuperar su homeostasis en los diferentes ámbitos sensibilizados mediante el conocimiento y

aplicación de técnicas y recursos sicoterapéuticos actuales relacionados con la clínica

sicológica.

Su VISIÓN por excelencia es humanista, apegada a la reglamentación vigente,

preparará profesionales Sicólogos Clínicos investigadores, emprendedores, sensibles a la

salud mental individual, relacional y comunitaria, con sólidos conocimientos teórico-

prácticos de la sicología clínica para prevenir, evaluar, diagnosticar y brindar el respectivo


tratamiento a las personas que sufren desequilibrio y disfuncionalidad, promoviendo la salud

mental, el desarrollo personal y la solidaridad humana, mediante el conocimiento, la

aplicación de métodos y técnicas relacionadas con la clínica.

La psicología como ciencia humana

Para Freud, las ciencias humanas son las disciplinas que tienen por objeto investigar

las diversas actividades humanas, en tanto que implican relaciones de los hombres entre sí y

de los hombres con las cosas, así como las obras, instituciones y relaciones que de ello

resultan.

Para Foucault, las ciencias humanas surgen con la invención del hombre, invención

tan reciente como casual en la arqueología del saber. Bajo esta consideración dirá acerca del

objeto de las ciencias humanas que: Es ese ser vivo que, desde el interior de la vida a la cual

pertenece por completo y por la cual está atravesado todo su ser, constituye representaciones

gracias a las cuales vive y a partir de las cuales posee esta extraña capacidad de poder

representarse precisamente la vida. Por su parte, Habermas intenta ofrecer fundamentación

teorética a la posibilidad de pensar las ciencias sociales desde una teoría comunicativa.

Diferentes Orientaciones teóricas en la Psicología Clínica

“Es muy importante que el psicólogo sepa de las diferentes teorías que existen y

busque las evidencias que sostienen a estas teorías, y las evidencias tiene que estar

sustentadas en investigación” (E. 1; Coordinadora de la Carrera de Psicología).


En la mayoría de casos, las universidades han cambiado sus enfoques teórico y, como

resultado, algunas de sus escuelas psicológicas también, pero no es mucha la diferencia que

tienen con las universidades que no han modificado sus enfoques teóricos.

· Enfoques teóricos en facultades de psicología:

Como podemos observar, el 58% de las universidades ha cambiado sus enfoques o

escuelas psicológicas en algún momento de su trayectoria, en cambio el 42% de las

universidades, conserva sus enfoques teóricos. Se puede observar que los cambios de enfoque

más frecuentes son de la escuela psicoanalítica hacia enfoques más integracionistas, o

enfoques que abarquen más de una escuela o enfoque psicológico.

“Dentro de ese momento a lo mejor por ejemplo dentro de la Psicología Clínica, había

un auge aún mucho mayor, con respecto a la línea psicoanalítica trabajo con el Psicoanálisis.

En la actualidad vemos que cada vez más la facultad trata de ubicar a otro tipo de Escuelas, a

otro tipo de enfoques Epistémicos dentro del Estudio de la Psicología, entonces eso también

es importante notar”, po tanto la importancia de tomar un enfoque teórico se menciona que

brinda más relevancia y reconocimiento social e institucional al psicólogo el cual lo usa


correctamente este enfoque teórico, que idealmente brinda estabilidad en la práctica que se

realiza.

El psicólogo Educativo y su responsabilidad en la sociedad actual

Las singularidades del cambio en la sociedad ecuatoriana en los últimos años ya

dejan su huella en la estructuración del rol del psicólogo educativo, sobre todo a partir de los

objetivos del Plan Nacional del Buen Vivir. Legitimar el papel del psicólogo educativo

durante su desempeño en las instituciones escolares, es un trabajo que propone como

objetivo principal contribuir a identificar la correlación que caracterizan los viejos y nuevos

compromisos sociales de este profesional y por tanto, sentar las pautas para reflexiones con

respecto a las buenas prácticas.

Desafíos y compromisos en la práctica profesional del psicólogo en el Ecuador

El psicólogo conlleva una gran responsabilidad en las intervenciones que permitan

una calidad de intervención psicológica que permita justificar las diferentes intervenciones

en su rol. Y que este a su vez pueda ir evolucionando de manera científica y técnica para

poder identificar de manera óptima los problemas psicosociales a lo largo de la vida de los

individuos

Desde estas perspectivas desde los años 90 las políticas asociadas a la educación en

Ecuador precisaron la necesidad de garantizar la igualdad e inclusión social y condición

indispensable de los programas del Buen Vivir (República del Ecuador. Secretaría Nacional

de Planificación y Desarrollo, 2013). Se insiste en que las personas, familias, organizaciones

sociales y comunitarias tienen el derecho y la responsabilidad de participar en el proceso

educativo a nivel institucional y social, al centrar el interés en el desarrollo humano y


concebir la educación desde un enfoque holístico, en el marco del respeto a los derechos

humanos, al medio ambiente sustentable y a la democracia.

De esta manera se establece la necesidad promover la intervención psico educativa

con carácter participativo, obligatorio, intercultural, democrático, incluyente y diverso, pues

se debe sustentar una oferta educativa de calidad y calidez; que impulse la equidad de

género, la justicia, la solidaridad y la paz; estimule el sentido crítico, el arte y la cultura

física, la iniciativa individual y comunitaria, y el desarrollo de competencias y capacidades

para crear y trabajar.

Los compromisos de este profesional están vinculados a ampliar la participación en la

transformación social. Los retos para cumplir con esta tarea suscriben una apertura al

desarrollo personal y profesional y que el diálogo de orientación de intervención

psicoeducativa se convierta en recurso para impulsar a los miembros de la comunidad. Y así

mismo orientar los desafíos a la preparación continua que deben asumir en este campo los

psicólogos de manera que puedan enfrentar sus tareas con un adecuado compromiso y

sapiencia. En este caso, la responsabilidad encomendada sitúa al propio profesional en este

empeño y exige identificarse comunitaria con la labor educadora, pero sobre todo, con la

educación social.

La problemática familiar y los requerimientos de atención Psicológica

La familia es un componente elemental y trascendental en nuestras vidas, desde

pequeños, nos proporcionan cuidados, cariño, educación, favoreciendo el desarrollo y

maduración para ser capaces de enfrentar y solucionar situaciones de todo tipo a lo largo de

nuestro proceso evolutivo.


En la actualidad observamos que los problemas familiares afectan considerablemente

al nivel educativo, manifestándose en diferentes situaciones cómo se podría hablar de la

conducta, en todas las clases sociales y en diferentes tipos de familia.

Señalaremos las principales causas que den origen a los problemas familiares que afectan a

nivel educativo:

-­‐ La falta de comunicación entre los diferentes miembros de la familia.

-­‐ Falta de tiempo familiar, con espacios de interacción de calidad.

-­‐ Conductas intrusivas por miembros de la familia que no respetan el espacio personal.

-­‐ Problemas distanciamiento afectivo, frustración, rabia o rechazo.

-­‐ La gestión del hogar (problemas económicos).

-­‐ Dificultades y estrés producido por la responsabilidad en el rol de padres.

-­‐ Diferencia en la educación de los hijos.

-­‐ Aparición de una enfermedad en algún miembro de la familia.

-­‐ La aparición de conductas desadaptadas en algún miembro de la familia.

-­‐ Conflictos por herencias.

-­‐ La pérdida de algún miembro significativo de la familia.

-­‐ Conflictos de tipo laboral de los padres.

El rol del educador en este ámbito es decisivo en el crecimiento y aprendizaje, pero

también en el desarrollo integral: emocional, comportamental y moral.

Muchas de las dificultades en el sector educativo pueden ser resueltas dentro de una

aula por el docente, por ejemplo en el caso de ayudar a estudiantes para que sean más

sociables e igualmente mejorando en habilidades para la toma de decisiones, pero hay


problemas en estudiantes que requieren ayuda de un especialista en el área de la psicología

para superar en forma efectiva.

El docente tiene que estar atento a la detención de problemas que afectan a la

educación, síntomas o comportamientos que son posibles indicadores, para que los niños y

jóvenes sean remitidos a un psicólogo.

Adjunto un listado de Comportamientos agresivos:

-­‐ Amenaza o amedrenta a sus compañeros

-­‐ Da inicio a peleas

-­‐ Destruye elementos escolares y objetos de compañeros

Área social, emocional y sexualidad:

-­‐ Rabietas frecuentes dentro o fuera del aula

-­‐ Disputas frecuentes con figuras de autoridad

-­‐ Repudia al cumplimiento de órdenes

-­‐ Tiene dificultad para comenzar relaciones sociales

-­‐ Su estado de ánimo es siempre triste o enojado

-­‐ Llanto frecuente

-­‐ Retraimiento en clase

-­‐ La pérdida de interés en actividades que eran preferidas

-­‐ Quejas frecuentes, enfermedades físicas como pueden ser dolores de cabeza, estómago

o vómito.

-­‐ Ausencias repitas al colegio

-­‐ Tiene un bajo rendimiento académico


-­‐ Hacer menciones de que desea escaparse o fugarse de casa

-­‐ Muestras de abusos o molestias sexuales

-­‐ Tiene inquietud sexual, masturbación, o trata de tocar a sus compañeros genitales

-­‐ Excesiva desconfianza

Comportamiento motor, lenguaje y aprendizaje

-­‐ Evade o se disgusta realizar tareas de esfuerzo mental extendido

-­‐ Frecuente abandono del puesto del aula

-­‐ Tartamudez

-­‐ Con el aprendizaje existen trastornos

Otros comportamientos que no resultan evidentes dentro de una clase, pero también hay

que tener en cuenta:

-­‐ El consumo de sustancias Psicoactivas

-­‐ Problemas de alimentación

-­‐ Conductas Suicidas

-­‐ Trastornos de sueño, pesadilla

-­‐ Maltrato físico y psicológico

-­‐ Enuresis

-­‐ Sobreprotección por parte de los padres

-­‐ Duelos no remediados

-­‐ Tiene una baja autoestima


Como docente es importante remitir rápidamente al niño o al joven al departamento de

psicología de la entidad educativa, posteriormente la psicóloga educativa realizará

la evaluación y remitirá a Psicología externa si es necesario para un tratamiento pertinente.

Aspectos Salud mental a nivel educativo

El sistema educativo y la educación en general son los principales determinantes de la

salud mental, y por tanto entornos privilegiados para promover la salud y el bienestar del

alumnado a lo largo de su experiencia escolar y posteriormente en su vida adulta.

En la escuela se puede amortiguar las desigualdades que muchos niños y adolescentes

que sufren en sus respectivos entornos de vida, siempre y cuando cuente con los recursos

necesarios para ello y el apoyo decidido de las administraciones implicadas.

Adjuntamos aspectos que nos pueden favorecer y ayudar a fortalecer la salud mental

de forma adecuada y personal:

• Sencillamente igual, no considerarse ni sentirse inferior ni superior que

otra persona.

• El yin-yang, reconocer aspectos buenos y malos en nosotros, y tratar de

modificar lo que se sienta que está mal.

• Confianza, confiar que somos capaces de resolver problemas, sin

dejarse amedrentar por fracasos y dificultades.

• Toma de decisiones, arriesgarnos a tomar nuestros propios juicios,

aunque en ocasiones estos no sean aprobados por otras personas de nuestro entorno.
• Aprender a tener sentido del humor, incluye aprender a reírse de uno

mismo.

• Disfrutar de las relaciones humanas, ser sociable, convivencia fácil con

otras personas, disfrutar de compañía y también de los momentos de soledad.

• Pensamiento productivo, no ver los problemas de una manera

catastrófica e insoportable, sino como retos que hay que superarlos.

• Aceptar la realidad, por más difícil que sea, ya que es la única forma

que se podrá realizar cambios, para una mejor adaptación y desarrollo del estado

positivo ante la vida.

A la educación incumbe la misión de preparar a los niños y adolescentes a vivir en un

mundo sujeto a cambios sociales rápidos y radicales, contribuir en la activación de la

capacidad de adaptarse, contribuir al desarrollo cultural, cambios sociales, y como la tarea

más importante es ayudar estudiantes que se desarrollen mentalmente sanos, participando

eficazmente en el desarrollo de la salud mental de los escolares.

En las instituciones educativas

A partir del año 2007 en el marco del Buen Vivir, se normo a nivel nacional políticas

de salud mental, ya que en toda institución educativa funciona una trilogía docentes, padres

de familia y estudiantes.

Los avances en pedagogía y las neurociencias han permitido un nuevo enfoque donde

es necesario conformar equipos de trabajo que se sumen a la dinámica de instituciones

educativas que se veían rodeadas de problemáticas y necesidades que quedaban por fuera de

sus competencias docentes y formación en las teorías sobre las ciencias de la educación.
A partir de este enfoque los antiguos departamentos de orientación vocacional toman

un nuevo nombre, Departamento de Consejería Estudiantil (DECE).

Es la instancia responsable de la atención integral de las y los estudiantes. Su

propósito es brindar apoyo y acompañamiento psicológico, psicoeducativo, emocional y

social, en concordancia con el marco legal vigente. (Educacion.gob.ec, 2018)

Estructura de los DECE

De acuerdo al Ministerio de Educación órgano rector indica:

El equipo del Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) estará conformado por un

grupo de profesionales multidisciplinarios cuya misión es velar por el desarrollo integral de

niños, niñas y adolescentes en el marco los lineamientos descritos en el modelo de

funcionamiento diseñado para el efecto. El trabajo interdisciplinario de este equipo insta a

que cada profesional pueda aportar con la experticia propia de su perfil profesional para

afrontar dificultades que se pueda presentar en el contexto educativo de forma integral.

Los DECE de las instituciones educativas estarán articulados dentro de los distintos

niveles del Sistema Nacional de Educación, respetando la proporción de un (1) profesional

por cada (450) cuatrocientos cincuenta estudiantes.

Las instituciones educativas públicas que tengan menos 450 estudiantes no requerirán

contar con un Departamento de Consejería Estudiantil DECE implementado. Los estudiantes

de estas instituciones recibirán atención por parte de los profesionales de los Departamentos

de Consejería Estudiantil de una institución educativa aledaña denominada institución

eje, quienes se trasladan periódicamente para cumplir con esta función previa elaboración de

una planificación de trabajo.


El Ministerio de Educación, a través de los organismos de gestión desconcentrada

(Distritos), seleccionarán las instituciones educativas fiscales que servirán como eje de los

DECE para poder atender a las instituciones fiscales que cuenten con menos de 450

estudiantes denominadas instituciones de acogida, tomando en consideración la ubicación

geográfica, movilidad y demás condiciones externas propias del territorio.

Principales problemas

Familiares

La violencia en la familia, el maltrato infantil, el maltrato entre esposos, falta de

acuerdos entre padres e hijos.

Las familias actuales se ven determinadas también por los divorcios y la inclusión de

la mujer al mundo laboral, el niño vive con ambos padres pero no tiene espacio para estar con

ellos puesto que estos padres son parte de la compulsión al trabajo y la producción de esta

época.

Sociales

Hoy en día nuestro país se ha convertido en refugio de familias que huyen de la

violencia en los países vecinos, cuyos hijos han ingresado al sistema educativo lo cual ha

incrementado el acoso escolar, violencia de género, cyber acoso,

Económicos

Las dificultades económicas que observamos en las instituciones educativas, donde

los niños o jóvenes ni siquiera van alimentados a estudiar o no llevan cuadernos por falta de

recursos han obligado al Psicólogo Clínico a generar procesos de prevención en

coordinación con las autoridades

Normativa
El Ministerio de Salud Pública del Ecuador, a través de Ley Orgánica de Salud (2012)

le da mucha importancia al plano psicológico en la atención integral de las personas de este

modo han diseñado planes de ejecución direccionados a la salud mental; establece:

Art. 14.- Quienes forman parte del Sistema Nacional de Salud, implementará planes y

programas de salud mental, con base en la atención integral, privilegiando los grupos

vulnerables, con enfoque familiar y comunitario, promoviendo la reinserción social de las

personas con enfermedad mental

Art. 21.- El Estado reconoce a la mortalidad materna, al embarazo en adolescentes y

al aborto en condiciones de riesgo como problemas de salud pública; y, garantiza el acceso a

los servicios públicos de salud sin costo para las usuarias de conformidad con lo que dispone

la Ley de Maternidad Gratuita y Atención a la Infancia.

Los problemas de salud pública requieren de una atención integral, que incluya la

prevención de las situaciones de riesgo y abarque soluciones de orden educativo, sanitario,

social, psicológico, ético y moral, privilegiando el derecho a la vida garantizado por la

Constitución. (Registro Oficial Suplemento 423 , 2012).

De la anterior el Ministerio de educación expidió el acuerdo Nro. MINEDUC-ME-

2016-00046-A y el Ministerio de salud el acuerdo interministerial Nro. 2014-001.

Rol de psicólogo Clínico

González y Ledezma mencionan que la formación de los profesionales que laboran en

el área de Orientación y Bienestar Estudiantil debería estar orientada al área educativa, más

allá de un abordaje desde la psicología clínica. (González y Ledezma ,2009),

Las funciones que se adjudican a los DECE, corresponden a una labor de “prevención,

detección, abordaje y seguimiento de las diferentes problemáticas con las que se enfrentan
niños, niñas y adolescentes en su desenvolvimiento cotidiano en el ámbito educativo”

(Educacion.gob.ec, 2018)

EL ROL DEL PSICOLOGO CLINICO EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS

A NIVEL DE EUROPA

Para indagar específicamente sobre el rol del psicólogo clínico en establecimientos

educativos es necesario adentrarnos al origen de cómo surge la necesidad de implementar la

orientación psicológica dentro del campo educativo, es así que en Europa florece en los

primeros años del siglo XX, enrolándose a la práctica educativa (Bisquerra, 1996).

Determinándose que los países fundadores en el desarrollo de aplicar la Psicología en

la educación son; Alemania, Bélgica, Francia, Reino Unido y España. En 1898 nace en

Berlín el servicio de información y en Múnich, en el año de 1902 la denominada oficina de

información profesional.

Dentro de la misma Alemania a partir del año de 1970 se promueve el Plan General

de Educación, incluyendo que exista orientación psicológica en el currículum escolar bajo la

responsabilidad del docente, que dedicará cinco horas semanales a la orientación en grupo,

mientras el orientador se ocupa de los casos individuales.

Según Calonge (2004), el término Orientación hace referencia a un conjunto de

prácticas destinadas a abordar problemáticas que surgen en el escenario educativo, de forma

que, se trata de un trabajo preventivo cuya finalidad es brindar las herramientas al

estudiantado a fin de resolver los posibles problemas o conflictos.


A nivel de Europa se aprecia que Bélgica es el país fundador de la orientación

psicológica creando en 1899 el primer Instituto de Psicología Pedagógica de Europa, y en

1912 el primer Servicio de Orientación Profesional europeo, de la misma forma en 1936 se

crea la primera legislación sobre organización y funcionamiento de las Oficinas de

Orientación Escolar y Profesional.

Sin embargo a mediados de este siglo XX, la orientación vocacional y educativa sufre

una desestructuración que acontece del movimiento de Higiene Mental. Planteando que el

origen de las dificultades en el área de elección vocacional se encuentra en los desequilibrios

o desajustes individuales y no está relacionado con conflictivas a nivel escolar.

Al tener claro que las dificultades de los niños – adolescentes no solo se relacionan a

nivel escolar sino que se manifiestan a raíz de problemas psicológicos internos, por lo tanto

se refiere que para tener éxito de las elecciones vocacionales y bienestar mental radica en un

desarrollo normal y sano de la personalidad, en consecuencia, la labor de los profesionales

debería orientarse a la búsqueda de métodos alternos que cumplan con ese objetivo (Calonge,

2004).

En la actualidad la psicología en el sistema educativo es uno de los campos más

significativos de la psicología aplicada, desarrollada en países de Europa. En algunos países

es necesaria una formación específica. En otros países se requiere el título de maestro para

trabajar en el campo de la educación. También se debe hablar que en ciertos países hay

restricciones acerca de qué tipo de psicólogos pueden actuar en esta área.

Es necesario resaltar la importante contribución que los psicólogos pueden hacer

en ámbitos como: la infancia, la adolescencia y la educación, para ayudar a niños, colegios y

familias con problemas, considerándose que esta tarea es esencialmente preventiva de ayuda

a los niños y adolescentes a desarrollar sus potencialidades personales y académicas cuando


éstas están comprometidas debido a que sus propias dificultades generan círculos viciosos en

el medio escolar.

La conformación de países miembros de EFPPA, desde 1993 cuando la Asamblea

General (AG) decidió establecer una "Task Force"2 (TF) sobre "Psicólogos en el Sistema

Educativo en Europa". En 1997 la TF hizo un estudio sobre las condiciones laborales de los

psicólogos de la educación en Europa, que presentó a la Asamblea General proponiendo las

recomendaciones a tener en cuenta en la formación, la concesión de licenciaturas y la práctica

profesional.

La TF presentaría un informe a la asamblea general en Roma en 1999, el informe

presentado indicaría la situación de los profesionales de la psicología en seis países europeos,

además recomendó que se desarrolle una política sobre la actividad de los psicólogos de la

educación en los centros educativos, además que los psicólogos tengan una formación de

profesor para trabajar en centros educativos.

La actual Task Force se creó con Ingela Palmer de la asociación de Psicólogos de

Suecia, en la actualidad la TF está compuesta por miembros de 7 países entre ellos

destacamos a Dinamarca, España, Grecia, Italia.

Por otro lado los días 4 y 5 de Diciembre del 2009 tuvo lugar una reunión del grupo

de trabajo de la Red de Psicólogos en los Sistemas Educativos de la EFPA , en esta ocasión el

encuentro se celebró en la ciudad Bratislava ( República Eslovaca) con participantes

procedentes de 8 países.

La representante de Republica Checa, Helena Pacnerova, informó de la reciente

financiación por parte de la Unión Europea de 2 grandes proyectos tales como la formación
de profesores de educación especial, y la inclusión de niños discapacitados en las escuelas

públicas, y con el análisis y la descripción de métodos y herramientas diagnósticas

En Estonia mediante este artículo destacamos los retos a los que se enfrentan los

Psicólogos educativos a nivel internacional a medida que nos adentramos en el siglo XXI, la

profesión experimenta un periodo de crecimiento y expansión sobre la naturaleza distintiva

de la contribución que los psicólogos escolares ofrecen en el apoyo a niños, colegios y

familiares.

En Francia fue uno de los primeros países que se interesó por introducir la Psicología

clínica en las escuelas. La historia de inicia en 1984 con Alfred Binet quien publica su primer

artículo sobre la psicología clínica en la escuela primaria junto con Pierre Vaney, en 1899

también creo el primer laboratorio de psicología y pedagogía.

En 1905 creo el primer test de inteligencia en Paris, su prueba estaba interesada en los

primeros niños con necesidades educativas especiales, y el objetivo de diagnosticar retraso

intelectual infantil, se le considero el padre de la psicología educativa.

A estas iniciativas se unió, en 1909, Marcel Foucault, quien abrió un laboratorio de

psicología escolar en Montpellier, coincidiendo en ese mismo año el primer servicio de

orientación vocacional (Foucault, 1923). No fue hasta el final de la segunda guerra mundial

donde surge la necesidad de preparar psicólogos cualificados para formar parte de los

servicios escolares de Francia,

Es así como surge el primer psicólogo educativo de la postguerra, en 1947 siendo, es

donde el propio Ministerio de Educación francés asume formar psicólogos educativos con el

objetivo prioritario de identificar y diagnosticar a aquellos niños que necesitasen de una

educación especial.
Ello requirió del desarrollo de pruebas y test psicométricos para la evaluación, y de

teorías sobre psicopatología para su diagnóstico. Si bien esta tendencia de evaluar la

inteligencia se desarrolló durante los años cincuenta, esta concepción se fue modificando

paulatinamente, sobre esta base se crearon en 1970 los equipos de ayuda psicopedagógica

(Groupes d´Aide Psycho-Pédagogique) que se centraron durante 20 años en la prevención del

fracaso escolar en la educación primaria, obteniendo resultados dispares.

La Psicología Clínica en Irlanda

Es en Irlanda donde se emplean los términos Psicología clínica Educativa y Psicólogo

Clínico Educativo los mismos que engloban dos términos representativos relacionados con la

educación y la profesión, wooldridge (1994) detalla muy bien estos inicios en 1860 estudio

las diferencias individuales y la orientación infantil implanto la educación obligatoria, ante

esto os profesores se enfrentaron a un reto enorme, enseñar a estudiantes con edades, rasgos,

y habilidades muy diferentes entre sí, además alumnos con dificultades de aprendizaje y

minusvalías severas añadidas

En 1913, Cyril Burt, quien compartía el interés de Galton sobre las diferencias

individuales y la naturaleza hereditaria de la inteligencia, inició los estudios psicométricos

para evaluar y categorizar las puntuaciones obtenidas de los niños y conjuntamente con

psicólogos clínicos que han logrado reducir los problemas educativos por medio de guías

psicológicas.

La Psicología en Estonia

Actualmente, existen otros servicios de psicología educativa, como los que se ofrecen

en Estonia, que tienen una base de elementos donde las claves sobre las que se desarrollan

sus actividades se basan en trabajos de integración, en un intento por coordinar los diferentes
servicios que trabajan con niños y adolescentes, estableciendo planes para tratar de minimizar

su intrusión en la vida de los niños y de sus familias.

También abordan la promoción de la inclusión social en la educación, siendo clave el

papel de los psicólogos en este apartado. Resulta igualmente interesante el desarrollo de un

servicio post escolar, donde se ayuda a los jóvenes más vulnerables en su transición desde la

adolescencia hacia la edad adulta.

La Psicología Clínica Educativa en Finlandia

La figura del psicólogo clínico educativo en Finlandia, uno de los países cuyo sistema

educativo es actualmente de los más desarrollados y eficientes, fue bastante rezagado

respecto a otros países europeos. Este inicio comienza en 1938 cuando se crea en Helsinki el

Centro de Orientación Infantil con el objeto de dar asistencia psicológica a las escuelas

municipales de la capital.

El psicólogo clínico forma parte de un equipo multiprofesional denominado “equipo

del bienestar del estudiante” al que pertenecen, además, otros profesionales de la educación,

como directores y profesores de los centros escolares, profesionales de la salud, profesores de

educación especial y, en algunos casos, trabajadores sociales.

La Psicología Clínica Educativa en Hungría.

La psicología clínica empieza a desarrollarse en Hungría a principio del siglo XIX.

Partiendo de sus experiencias prácticas, las personas inclinadas y que sentían responsabilidad

hacia el asunto intentaron organizar institutos pedagógicos-curativos, así como compilar

programas educativos que dieron resultados.


Para 1800, la pedagogía curativa había dado sólo pasos iniciales en su camino a

convertirse en ciencia. Durante mucho tiempo, con el término general de deficiente se

referían en Hungría a los enfermos mentales, ciegos o sordomudos. En el país era más

característico la deficiencia en el uso de la terminología, la cual estaba también más

interrelacionada con el modo de vida.

PRINCIPALES ROLES DEL PSICÓLOGO CLÍNICO EN LAS

INSTITUCIONES EDUCATIVAS

Los principales roles que desempeña un psicólogo clínico en los establecimientos

educativos son: Integración con el área de trabajo social, de psicología educativa y personal

de la comunidad educativa; analizar de forma particular las necesidades y demandas de tipo

social, emocional y afectivo tanto de los estudiantes, como del personal que labora en las

instituciones.

También el psicólogo clínico debe proporcionar herramientas y estrategias para

fortalecer el autoestima de los estudiantes; gestionar con el personal docente actividades que

promuevan la cooperación, la empatía y el desarrollo de relaciones sociales favorables; llevar

un registro de las fichas personales de los estudiantes; colaborar en investigaciones científicas

y comunicar a la comunidad educativa acerca del manejo de casos que requieran un

tratamiento específico.

El psicólogo interviene en situaciones de crisis psicológicas realizando un

seguimiento de los casos que han requerido acompañamiento terapéutico, también cumple

con la ocupación de atención primaria como campañas de prevención de las distintas

dificultades que atraviesa la sociedad como consumo de drogas, acoso sexual, entre otras.
Anzola (2005, p.146), indica que en el momento en el que el psicólogo clínico se

encuentre trabajando dentro de un establecimiento educativo, debe brindar capacitaciones a

los docentes, facilitando una atención completa a los miembros de la institución educativa.

Eiserer (1971), menciona que cada psicólogo escolar va a practicar en la institución lo

que ha aprendido, es decir, que si su formación se basa en psicología clínica su rol en la

institución va a tener una orientación al diagnóstico y la psicoterapia y sus funciones en la

institución van a girar en torno a esto

En el ámbito educativo el psicólogo clínico procura crear un entorno de aprendizaje

óptimo, un entorno dirigido al desarrollo máximo de la personalidad, los talentos y las

capacidades mentales y físicas del niño. Fomenta el respeto a los padres, a su propia

identidad cultural, lengua y valores.

También tiene un papel decisivo en relación con los niños con habilidades especiales.

Tiene conocimientos científicos importantes sobre el desarrollo, la psicopatología y las

necesidades especiales, así como de programas y técnicas de prevención, formación e

intervención que pueden contribuir a su desarrollo.

La capacidad de psicólogo en el sistema educativo establece una ayuda valiosa

para el desarrollo de la calidad y de las estructuras de la educación así como el bienestar de

los niños. En el desarrollo de estrategias para evitar la violencia grupal o que los alumnos

dejen los estudios, la destreza del psicólogo profesional es importante aportando

conocimientos y servicios en el ámbito institucional y social en su trabajo de prevención.

El psicólogo tiene una posición diferenciada en el tejido de relaciones

interpersonales de la escuela. Por un lado, cuenta con sus conocimientos sobre las

características y necesidades de cada edad, la evolución y sus conflictos, la ansiedad y los


mecanismos de defensa, la salud mental y el importante papel de las relaciones

interpersonales.

Necesidades Grupales

La perspectiva preventiva contempla intervenciones en relación tanto a los agentes

educativos como al desarrollo de programas específicos referidos a educación sanitaria,

educación sexual/emocional, prevención de drogodependencias, y educación para la

integración cultural, de proyectos antirracistas, y de otros programas relacionados con la

educación para el desarrollo de la conciencia social.

El trabajo preventivo se puede llevar a cabo en diferentes entornos y a diferentes

niveles. Los psicólogos desarrollan métodos, por ejemplo, para prevenir la violencia grupal

entre alumnos, para prestar atención y ocuparse de síntomas de malos tratos en la familia y

necesidades especiales derivadas de dificultades de aprendizaje o déficits personales, y para

evitar que los alumnos deserten de los estudios.

Necesidades individuales

Junto con este importante trabajo de intervención, el psicólogo tiene en reserva

unos recursos para ofrecer ayuda y para mostrar respeto y preocupación por el niño y

adolescente a nivel individual.

El profesional está capacitado para valorar y medir dificultades complejas derivadas

del desajuste conductual, de la falta de motivación, de la capacidad intelectual, de las

discapacidades físicas, de la ansiedad, del maltrato, de problemas de droga, etcétera. Además,

debería poder ofrecer asesoramiento, control, métodos, entornos terapéuticos, y dirigir o


supervisar programas de formación enfocados a la situación específica del niño o de la niña

en cuestión.

Así, el psicólogo debería ser capaz de afrontar los desafíos y a las necesidades de

los niños, el centro, las familias y la sociedad con una amplia competencia profesional y una

actitud adecuada, demostrando que los problemas y situaciones se van a analizar desde el

punto de vista tanto individual como grupal u holístico, a la hora de definir las intervenciones

y las colaboraciones.

Además, el psicólogo debería estar abierto a la necesidad de trabajar en equipo con

otros profesionales dentro del sistema educativo (p.ej., médicos, fisioterapeutas, asesores

pedagógicos o asistentes sociales, logopedas).

Debería tener una actitud activa, trabajando de forma responsable y competente

de acuerdo con el sistema y en consonancia con sus superiores y compañeros, para así tener

unas funciones bien definidas y evitar cualquier confusión de papeles que pueda perjudicar la

calidad de su trabajo o crear problemas éticos. La cuestión esencial es cómo definir las

prioridades según los recursos disponibles de mano de obra, conocimiento, capacidades e

instalaciones para satisfacer las necesidades a todos los niveles.

Desafíos para el psicólogo en el sistema educativo

Como consecuencia del rol demandado a los psicólogos en el sistema educativo,

éstos están actualmente enfrentados a nuevas necesidades y a situaciones difíciles dentro de

la sociedad, el centro, el grupo y el individuo. Además, es interesante, a fin de tener una

visión global, agrupar las principales funciones del psicólogo en tres categorías: Prevención,

Evaluación e Intervención.
El psicólogo tiene que considerar al niño y adolescente en el contexto global del

desarrollo (familia, colegio, entorno social, etcétera). También hay demandas del centro y del

sistema educativo a un nivel más estructural, para tratar asuntos relacionados con la

psicología, (p.ej., acerca de la organización, los programas de prevención, etcétera). Por lo

tanto se solicita el apoyo gubernamental para promover la investigación científica en el tema

de intervención en el mundo educativo (Calonge, 2004).

(Forns, 1994, p. 207). Menciona que se van aclarando las críticas emitidas en la

década de los 60 donde la función del psicólogo fue tildada por ser clasificatoria, además de

que, contribuía a acentuar las afecciones de la población infantil y se caracterizaba por su

nula sensibilidad al tratar con grupos socialmente desfavorecidos.

PROCESOS DE INTERVENCION DEL PSICOLOGO CLÍNICO DENTRO DE

LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS.

Iniciando desde el Psicoanálisis Freud plantea que en la comunidad educativa el

objeto pedagógico se halla en la clínica, de esta manera, aduce que la pedagogía es análoga a

la práctica clínica. Es así, que el trabajo psicoanalítico, dentro del contexto educativo, se

edifica en una doble dirección, el psicoanálisis va a la pedagogía y la pedagogía va al

psicoanálisis (Avendaño, 2010, p.32).

La función del psicoanálisis en la comunidad educativa reposa en un trabajo de

reeducación por lo cual la función del psicoanalista es la de un espejo que le permite al

analizante reflejarse y verse a través de lo que dice, pues el psicoanalista puede mostrar solo

lo que le es mostrado” (Freud, 1912 citado en Avedaño, 2010, p.34).

Por lo tanto el Psicólogo Clínico desarrolla su intervención en crisis psicológicas

(ansiedad, depresión, fobias, etc.), interviene en conflictos familiares y personales,


problemáticas no superadas, trastornos psicológicos mediante un plan de tratamiento que por

ende realizara seguimiento del caso clínico. De este modo, el diagnóstico, la atención al

fracaso escolar y atención en casos clínicos, dan un giro hacia la intervención clínica

individualizada del estudiante (Bisquerra, 1996, p.30).

Forns (1994, p.197), menciona que es necesario que los psicólogos que ejerzan su

práctica dentro de los establecimientos educativos lleven a cabo el seguimiento de los casos

que han requerido intervención, elaboren diseños curriculares y fichas personales que

permitan registrar los acontecimientos importantes de cada estudiante, así como, realicen

funciones de orientación escolar y profesional, y atiendan a las demandas de los diferentes

miembros que conforman el escenario educativo.

CONCLUSIONES

Dentro de la filosofía de educación en la mayoría de países de gran importancia a

nivel de Europa la educación es integral, humanista y tiene como fin incluir a todos los niños

y adolescentes a tener el derecho estudiar respetándolos, y a la misma vez determinándose

que en los casos de necesidades especiales como por ejemplo algún problema de aprendizaje

de cierto alumno se tiene la obligación de integrarlo al grupo igual que los demás

compañeros, por lo tanto el rol del Psicólogo clínico es de ayudar a trabajar en la

personalidad y situaciones conflictivas del estudiante colaborando a implementar

adaptaciones curriculares conjuntamente con los profesores.

3. LA VIOLENCIA EN CENTROS EDUCATIVOS DE LOS ESTADOS

UNIDOS DE AMÉRICA Y MEDIDAS POLÍTICAS TOMADAS

A mitad de los años cincuenta se desató en Norteamérica, por parte de sociólogos,

psicólogos, pedagogos, periodistas e incluso escritores como William Saroyan, una campaña
de denuncia sobre la creciente conflictividad en muchos centros escolares que llevó a la

«Administración Eisenhower» (1955) a tomarse en serio la cuestión y a buscar soluciones,

que no llegaron o no sirvieron para nada. De aquella época, 1955, es una película de Richard

Brooks, The blackboard jungle, que encendió la polémica y encontró trabas para su

exportación a Europa, estrenándose más tarde en España con el título de Semilla de maldad.

El film contaba el caso de un profesor de instituto en su lucha por mantener la disciplina y el

orden frente a la actitud rebelde y violenta de un alumno. En todas las encuestas realizadas en

los EE.UU. a nivel nacional desde 1974 aparece citada la violencia e indisciplina como uno

de los mayores problemas de la educación norteamericana. La preocupación por la violencia

se sitúa por encima de problemas tan importantes como el currículo, los estándares

académicos de calidad e incluso la falta de recursos financieros para las escuelas. Según la

National League of Cities (NLC), que realizó un estudio sobre 700 centros de todo el país en

1985, la violencia se había incrementado en los cinco últimos años con un 38% en los

colegios de ciudades grandes y pequeñas, en centros urbanos y zonas rurales: «Denuncias de

ataques, tiroteos, registros para buscar armas, actividades de bandas juveniles y otros

incidentes han creado una atmósfera de miedo, ansiedad e incertidumbre en los chicos y

chicas sobre lo que puede ocurrir cada día... Las bandas imponen su ley» (NLC.1985). Años

posteriores vemos que el descontrol, la agresividad y la violencia en los centros y aulas son

fenómenos educativos prioritarios en los EE.UU., según se desprende del discurso del

Presidente Reagan en la campaña electoral de 1993. En este año el problema de la violencia

ocupa el segundo lugar, tras el de las drogas, en el ranking americano de problemas a

resolver. Más recientemente el Presidente Bill Clinton durante el curso escolar 1993-94

manifestó, por dos veces, su preocupación por la violencia, agresión física y problemas

indisciplinarios en los colegios. «Cámaras de vigilancia, radios emisoras y receptoras,

detectores de metales manuales, rayos X, dispositivos al estilo de los usados en los


aeropuertos, puertas con cerrojos magnéticos protegidos por códigos secretos. Ésta es parte

de la parafernalia considerada como esencial y básica estos días para controlar la

delincuencia en las escuelas del centro de las grandes ciudades de Estados Unidos. El

Consejo de Educación de Nueva York emplea a 3000 guardias de seguridad a jornada

completa, de los cuales entre 10 y 20 se encuentran distribuidos en cada uno de los institutos

de la ciudad. Patrullan los centros armados con esposas y radios...» (The Independent, 11-

XII-1995). Los profesores de las grandes ciudades empiezan a ver y considerar ya familiar y

poco sorprendente el patrón del alumno que empieza siendo conflictivo en el centro, se

convierte en vago, se junta con otro como él, se mete en problemas y termina siendo un

delincuente endurecido o una víctima de la delincuencia y la droga.

4. EL CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA EN ESTADOS

UNIDOS

La investigación educativa en Estados Unidos suele tener dos raíces: se genera por la

necesidad del gobierno o por la curiosidad de un investigador. Cuando el gobierno federal

patrocina investigación suele consultar a un distinguido panel de asesores de la comunidad de

investigadores y a las asociaciones profesionales (docentes, matemáticos, etc.). Los temas de

estudio que parecen de interés nacional se seleccionan y se proporciona fondos para realizar

investigación en estas áreas. Por ejemplo, en décadas recientes, un panel de asesores

promovió el estudio del pensamiento del profesor y, a lo largo de diez años, el gobierno

federal invirtió millones de dólares para estudiar este fenómeno. Otro panel recomendó el

estudio de programas que tuvieron éxito en la atención a la infancia en riesgo y, de nuevo, se

gastaron millones de dólares durante unos cuantos años para estudiar este tema. El gobierno

federal también puede crear un centro durante varios años para seguir sus objetivos (por

ejemplo, el Centro de Investigación sobre la Enseñanza, el Centro de la Enseñanza de la

Historia, el Centro de Estudio de la Evaluación (assessment). Estos centros suelen crearse en


una universidad, a menudo con mucha dedicación a la investigación Una tendencia reciente

ha sido dividir el trabajo académico y empírico de un centro entre un consorcio de

investigadores universitarios.

5. EL PECULIAR CONTEXTO DE IA EDUCACIÓN PÚBLICA EN ESTADOS

UNIDOS

Antes de finalizar esta visión general sobre la investigación en Estados Unidos, se ha

de tener en cuenta que en este país, a diferencia de otras naciones, ¡tiene unos 15.700 distritos

escolares separados '! Cada uno de estos distritos opera con financiación local separada (lo

que constituye una fuente de gran desigualdad), ofrece curricular diversos y atiende a

diferentes poblaciones (como resultado de la disgregación de la vivienda en vastas zonas de

Estados Unidos). Muchos de los distritos más diversificados desde el punto de vista étnico,

lingüístico y económico son bastante pobres y no pueden permitirse enviar al profesorado a

reuniones profesionales, ni tampoco llevar a cabo investigación. Estos distritos no suelen

implicarse en ningún tipo de investigación y sólo con muchas dudas llevarán a cabo reformas

basadas en la investigación. El cambio educativo en Estados Unidos es como un coche lento

que coge una ruta alternativa interesante de vez en cuando, a menudo encuentra un callejón

sin salida, y vuelve a la vía principal. Pocos de estos desvíos han dejado una huella duradera

en el sector educativo, por ejemplo, las pruebas de logro, los jardines de infancia, el uso de

recursos multimedia. Muchos de ellos, como las máquinas de enseñanza o las «nuevas»

matemáticas, son ahora sólo notas a pie de página de la historia de la educación.

EL ROL DEL PSICOLOGO CLINICO EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS

A NIVEL DE AMERICA LATINA


La formación de psicólogos constituye una tarea compleja que reviste grandes

desafíos, no sólo en el escenario de educación superior a nivel internacional, sino también en

nuestra América Latina. En efecto, encontramos que se interrelacionan demandas formativas

de calidad en el ámbito no sólo de las competencias específicas requeridas a un profesional de

la psicología, sino también de aquellas que se orientan a la formación de habilidades

genéricas y todo esto en un escenario sociocultural caracterizado por profundas

transformaciones socio históricas derivadas de los procesos de globalización del

conocimiento, de la economía y por una exigencia paradojal que despierta la globalización y

que se cristaliza en la búsqueda y defensa de la identidad de las realidades locales y de los

procesos socioculturales que en ellos se despiertan.

Principales funciones que desempeña el psicólogo clínico:

1.Evaluación

Consiste en reunir la información relativa a la conducta, el funcionamiento cognitivo

y el estado emocional de la personas o de un colectivo.

2.Diagnóstico

Consiste en identificar el problema de comportamiento, cognitivo, emocional o social,

de la persona, grupo o comunidad de que se trate.

3.Tratamiento e Intervención

El tratamiento consiste en intervenciones clínicas sobre las personas o colectivo, con

el objeto de entender, aliviar y resolver trastornos psicológicos, emocionales,

conductuales, preocupaciones personales y otros.

4.Consejo, Asesoría, Consulta y Enlace


Esto es el consejo que como experto un psicólogo clínico proporciona para una

variedad de problemas a petición de alguna organización u otros profesionales del

sistema sanitario o privado.

5.Prevención y Promoción de la Salud

Es fundamentalmente el trabajo de intervención comunitaria de los psicólogos de la

salud. Cumple funciones preventivas y promotoras de salud mental dentro de un

colectivo o redes sociosanitarias.

6.Investigación

El psicólogo, tanto por tradición histórica como por formación facultativa, está

orientado a la investigación. Su aportación a las nuevas tendencias del

comportamiento humano son fundamentales.

7.Enseñanza y Supervisión

El psicólogo puede estar total o parcialmente dedicado a la enseñanza y formación

tanto en cursos de grado, como de postgrado, enfocado en áreas de la personalidad,

psicopatología, psicología anormal, evaluación clínica, psicodiagnóstico, terapia o

modificación de conducta, psicoterapia, técnicas de intervención y tratamiento,

intervenciones comunitarias, diseño de investigación y otras.

8.Dirección, Administración y Gestión

Este tipo de función tiene más que ver con la colaboración con la dirección del

sistema sanitario. Es una función de gestión y administrativa que también puede ser la

colaboración con los departamentos de Recursos Humanos de las empresas cuyo

objetivo es mejorar el desarrollo de los servicios y sus trabajadores.

Ámbitos donde puede trabajar un psicólogo clínico:

• Unidades de Atención Psicológica Infantil


• Centros de Salud Mental (tratamiento extrahospitalario)

• Hospitales de Día (estructura intermedia)

• Unidades de Salud Mental de Hospital General

• Unidades de Rehabilitación Hospitalaria

• Hospital Psiquiátrico

• Hospitales Generales

• Unidades de Dolor

• Unidades de Cuidados Paliativos

• Sector privado, tanto como terapeuta, profesor, instituciones privadas o dentro

de las empresas en los departamentos de Recursos Humanos.

De manera tal que cuando nos planteamos trabajar en esta reflexión el objetivo fue

propositivo y reflexivo, abordando algunas ideas y lineamientos fundamentales que debe

considerar un programa de formación en psicología en América Latina no solo desde las

competencias sino además desde la misión socio histórica que asumimos como agentes de

cambio social. No concebimos una psicología ajena a los grandes problemas que actualmente

vive el ser humano, la psicología se desarrolla y cobra sentido a partir de las personas activas

e insertas en la comunidad, de sus necesidades, frustraciones y retos. Estar alerta ante los

cambios sociales y ser protagonistas inmersos en dicha realidad demanda de profesionales

activos y capaces de comprender y ayudar, de estar y participar, de adaptarse y colaborar en

la transformación personal y social.

La progresiva complejización y la creciente globalización de la sociedad plantean a la

formación profesional desafíos y demandas que implican por una parte, formación continua e

integración a equipos de trabajo multidisciplinario, y por otra, flexibilidad para adaptarse a

los cambios y capacidad para la búsqueda y generación de conocimientos. Es en este contexto


que se pretende formar profesionales psicólogos con una sólida base de estudios

teórico/científicos y prácticos, con competencias profesionales necesarias para ejercer tanto a

nivel local, nacional como internacional y continuar formándose en estudios de postítulo o

postgrado.

Por lo que existe la necesidad no sólo de producir conocimiento disciplinar, sino

conocimiento situado que tome en consideración las realidades económicas, sociales y

educativas de los contextos, con la finalidad explícita de formar psicólogos con capacidad de

adaptarse a los cambios, siendo sensibles a las demandas de los contextos particulares de las

diferentes regiones (Robledo, 2008).

En nuestra región, existen innumerables realidades sociales, comunitarias que no han

sido resueltas y que pueden incidir en la salud psicológica y calidad de vida de las personas,

transformándose en grandes desafíos sobre los que la Psicología debiera pronunciarse y

contemplarlos en los programas de formación de los futuros psicólogos. Compartimos entre

los diversos países de nuestra región un crecimiento económico significativo así como una

realidad opuesta caracterizada por la pobreza, la desigualdad, la violencia, el deterioro

ambiental, la inequidad social y económica de la mayoría de la población, lo cual ha

generado desigualdades evidentes en diferentes ámbitos del desarrollo. Las carencias que

afectan a millones de nuestros habitantes en diversas áreas básicas, relacionadas con la

educación, salud, vivienda y trabajo, son los lugares de acción que nos invitan al desafío y el

compromiso de nuestra ciencia.

La formación en psicología no puede abstraerse de estos problemas, no se puede

concebir una formación distante de las necesidades de la vida social y de la cooperación

internacional. Es imperativo generar y fortalecer redes bilaterales y multinacionales,

priorizando aquellas áreas en las cuales la disciplina podría ofrecer un aporte relevante a los

temas que están presentes en nuestra región.


Necesitamos una psicología para América Latina, una psicología que esté abierta a

analizar los postulados teóricos que la sostienen para aplicarlos en los contextos históricos y

sociales de nuestras naciones, una psicología comprometida con los problemas sociales

latinoamericanos, y tal como lo plantea Martín-Baró (1985), una psicología que promueva la

participación del psicólogo en la emancipación de los pueblos latinoamericanos, superando

los planteamientos de la neutralidad científica.

La investigación y la formación de futuros psicólogos, debe contemplar un

currículum que considere la información sobre las aplicaciones científicas y tecnológicas

vinculadas a la psicología y sus apremiantes condiciones sociales carenciadas a nivel nacional

y regional.

Problemas locales donde directamente puedan intervenir los psicólogos y/o ser parte

de equipos interdisciplinarios, la preparación para trabajar en equipos y redes que permita la

construcción de programas y proyectos de investigación, extensión y capacitación de recursos

humanos, empresas y organismos del estado, son todas acciones que deben estar presentes

para responder a los grandes desafíos del siglo XXI.

Propuesta de una Psicología para América Latina

Durante muchos años el camino de la Psicología en América Latina, ha sido ruta y

objetivo producto del dominio de los hallazgos obtenidos en los países europeos y en Estados

Unidos. Hoy día resulta fundamental, emprender una mirada que enfatice la contribución de

los distintos países de América Latina para superar las grandes problemáticas de nuestro

continente. Para tal propósito, se requiere una psicología que esté en permanente diálogo con

las necesidades de nuestros pueblos, con un compromiso social indisoluble, preocupado por

las personas, familias, grupos, comunidades, independientes de su origen étnico, religioso,


político, social y que esté interesada por el ser humano dentro de un clima de equidad y

justicia (González, 2009).

A partir de esta misión, se vislumbran algunos pilares que debieran fundamentar la

formación en psicología de los futuros psicólogos en las universidades de América Latina. A

continuación se mencionan algunos de ellos:

1. El diálogo permanente entre la investigación y la discusión de los problemas

principales de nuestro continente. En la enseñanza de la psicología deben estar

presente los problemas que el ser humano tiene que enfrentar para resolver sus

necesidades básicas, relacionadas con el acceso a la salud, a la educación, los altos

niveles de pobreza, la exclusión social, las dificultades para obtener un trabajo digno

que le permita satisfacer sus necesidades personales, familiares y sociales. La

investigación debe orientarse en la resolución de estos asuntos y las políticas públicas

de cada país de nuestro continente deben escuchar los hallazgos que indican el

quehacer y orientan apegados al conocimiento que los ha impulsado.

2. Las Universidades concuerdan que la investigación científica es esencial en el

reforzamiento del potencial de los distintos países.

Debe ser independiente y estar exenta de presiones políticas e ideológicas, pero no por

ello debe dejar de aportar al desarrollo de la sociedad. Necesitamos incrementar las

redes de investigación en

América Latina y el Caribe, con el propósito de generar formas nuevas de cooperación

que se basen realmente en el intercambio y beneficio mutuo, con repercusiones

científicas, sociales y culturales.

3. Los congresos y encuentros de investigadores y escritores de la psicología, deben

ser una instancia de intercambios de resultados pero también una vitrina no solo de

hallazgos sino de contacto cara a cara de lo que otros colegas con preocupaciones
similares están realizando en otros espacios del continente y descubrir consonancias

con lo realizable en programas de investigación que se llevan a cabo en los distintos

países, con el propósito de planificar la siguiente fase hasta encontrar soluciones, junto

con otras disciplinas, para resolver las distintas demandas que existen en nuestros

pueblos (Morales, 2014).

4. Construir de manera permanente con los estudiantes una actitud crítica sobre las

posiciones hegemónicas de la psicología e ir configurando una ciencia con identidad

propia regional, que nos pertenezca y que contenga nuevos caminos de construcción

teórica, epistemológica y metodológica para afrontar los problemas reales y

necesidades de nuestra región.

5. El aporte de la psicología en la educación es indiscutible. La gran mayoría de los

proyectos educativos intentan desarrollar personas integrales, sin embargo, muchas de

estas instituciones cumplen un rol de adoctrinamiento, el cual, es la base de la

reproducción cultural y social (Bourdieu y Passeron, 1977). Desde esta mirada,

aquellos que no adquieren esta formación son “excluidos” o “discriminados”, el

sistema les impone una cultura dominante, lo que los lleva a renunciar a su propia

cultura, en otras palabras, deben someterse a un conjunto de reglas, valores y

creencias que muchas veces no son concordantes con su estilo de vida. Según

Carrasco (2010), la

psicología tradicionalmente se ha colocado al servicio de la reproducción social de la

educación, interviniendo a través de la validación de determinados procesos, sin

embargo, ha habido un cambio durante este último tiempo, en el cual, las

innovaciones y cuestionamientos éticos y políticos están teniendo mayor fuerza,

demostrando que existen experiencias prácticas desde la intervención psicológica que

colaboran al cuestionamiento de la función social en la investigación educativa con la


finalidad de la emancipación social.Bezanilla (2007), nos entrega algunas sendas que

debieran considerarse en la formación del Psicólogo. Su reflexión la realiza a partir de

los siete saberes necesarios para la educación del futuro (Morín, 1999, citado por

Bezanilla, 2007). Algunos de los aspectos que el autor comenta son los siguientes:

a) La ceguera del conocimiento, el error y la ilusión. Genera una crítica frente al

conocimiento inmutable que se tiene de la realidad producto de un proceso de

enseñanza rígido a partir de lo que señalan los autores y las investigaciones. Es una

mirada del mundo desde sus propias percepciones y reflexiones, sin considerar que la

construcción del mundo es un proceso de cambio permanente. El autor sugiere que se

considere en la formación la capacidad de auto-observación, procesos de autocrítica y

reflexión sobre las posturas personales frente a sucesos de la realidad.

Agrega que la enseñanza es dogmática, se prepara para ver los problemas que hacen

alusiones a las teorías, sin considerar las herramientas fundamentales para enfrentar la

incertidumbre de esta realidad que está en permanente cambio.

b) Los principios del conocimiento pertinente.

El autor se pregunta cómo los estudiantes y docentes se están preparando para

enfrentar problemáticas complejas. Recomienda que el psicólogo debe contextualizar

su saber, tener una mirada amplia y flexible de la realidad que se caracteriza por su

complejidad y lo multidimensional.

c) Enseñar la condición humana.

Las funciones del psicólogo pueden desarrollarse en distintos ámbitos: atención

directa a individuos, grupos o comunidades; asesoramiento y consultoría,

dinamización comunitaria, investigación, planificación y programas de intervención

social, evaluación de programas, dirección y gestión. Todas ellas buscan establecer y

desarrollar el bienestar psicológico y social tanto de la persona como de la comunidad,


mediante acciones proactivas que permitan enfrentar los problemas relacionados con

la exclusión, la discriminación, el clasismo y todo tipo de acción injusta sobre las

personas o grupos humanos.

De la misma manera los problemas a nivel familiar son innumerables. Las mayores

dificultades se expresan por los malos tratos y abusos de los niños, los problemas relacionales

en el grupo familiar, el abuso de poder y la exclusión como fuente de violencia intrafamiliar.

El rol del psicólogo en el trabajo con adultos mayores ha sido uno de los desafíos importantes

para la psicología de los últimos años como también lo ha sido en la atención a personas con

capacidades diferentes con el propósito fundamental de la inclusión familiar, educacional,

laboral, social, buscando estrategias que permitan desarrollar el máximo las capacidades del

sujeto, diseñando programas que fomenten la aceptación, sensibilización, flexibilidad, así

como las acciones que favorezcan la calidad de vida de las personas.

El tema de la exclusión social ha sido una de las grandes preocupaciones de este

último tiempo. La exclusión social es un fenómeno estructural, dinámico y muldimensional y

el rol del psicólogo debiera canalizarse a través de dos acciones, por una parte, con el

individuo que vive esta exclusión desde lo personal hasta lo familiar, con el propósito de

desarrollar habilidades y recursos personales, que le permitan una mayor integración en su

entorno y por otra parte, una intervención comunitaria que diseñe, ejecute y evalúe programas

que faciliten este proceso de integración, mediante técnicas que promuevan el cambio de

actitudes con relación a la estigmatización y prejuicios que manifiesta la sociedad hacia las

personas o hacia las minorías grupales.

Desde su creación como carrera y como disciplina, la psicología, sin duda ha

diversificado vigorosamente el campo de estudios, investigaciones e intervenciones, en

innumerables áreas del saber: como la psicología cognitiva, las neurociencias, la informática,
comunitaria, transpersonal, positiva, las diversas corrientes de la psicoterapia y las nuevas

aplicaciones psicológicas al campo social, educacional, industrial y laboral.

Así como también las aportaciones temáticas sobre familia, parejas, paternidad,

pobreza y las desigualdades sociales, el embarazo adolescente, la violencia juvenil y las

drogas, la pedofilia, los derechos humanos por mencionar solo algunas de sus innumerables

ramificaciones, constituyen los nuevos desafíos para los psicólogos de este nuevo milenio

La formación en competencias específicas de la psicología, en habilidades genéricas

que relevan la importancia del compromiso social, ético y desarrollo personal del profesional

de la psicología y ciudadano de Latinoamérica se convierten en desafíos relevantes y

centrales para la formación de psicólogos del siglo XXI y nos orienta a la creación de

modelos educativos centrados en la persona del estudiante de acuerdo a lo requerido en la

profesión, en el entorno sociocultural y en las necesidades de los destinatarios. En síntesis, la

formación del psicólogo en América Latina debe centrarse en el individuo y su contexto

social, con el propósito de mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas.

En relación a los alumnos/as, se pueden identificar 2 funciones del psicólogo:

1) Evaluación psicológica para prevenir y diagnosticar

El psicólogo realiza actividades de diagnóstico y evaluación psicológica con los alumnos

tanto a nivel individual (diagnósticos individuales) como a nivel colectivo (pruebas

administradas colectivamente para valorar el desarrollo psicológico y académico de los

alumnos en los distintos niveles educativos). Esta función evaluadora tiene como objetivos:

1) la prevención y detección de problemas de salud mental, su tratamiento o la derivación de

los casos (en función de la naturaleza y gravedad del diagnóstico), su seguimiento a través de

la coordinación con los servicios de Salud Mental y la coordinación de las medidas a adoptar

en el centro escolar; 2) la detección temprana y diagnóstico de trastornos del desarrollo; 3) el


diagnóstico de discapacidades intelectuales (deficiencia mental…), de sobredotación

intelectual y altas capacidades; 4) el diagnóstico de trastornos de la personalidad, del

comportamiento, de las emociones…; y 5) la detección de necesidades educativas especiales

y trastornos específicos de aprendizaje…

Dentro de esta función de evaluación, el psicólogo: 1) realiza entrevistas iniciales; 2)

administra tests psicométricos y otras técnicas de evaluación psicológica (observacionales,

autoinformes, proyectivas…) para medir rasgos de personalidad (independencia,

extraversión, estabilidad emocional, autocontrol…), inteligencia y otros procesos cognitivos

(inteligencia verbal, no verbal…, creatividad, estrategias cognitivas de aprendizaje, procesos

de aprendizaje...), síntomas psicopatológicos (ansiedad, depresión, TDAH, trastornos de

conducta…), conductas sociales, interacciones grupales, desarrollo psicomotor, adaptación

social-personal-familiar-escolar, ambiente, intereses, valores…; y 3) realiza entrevistas de

devolución diagnóstica y asesoramiento. Las actividades se llevan a cabo con la finalidad de

detectar problemas individuales o grupales, y concluyen con la elaboración de informes

psicológicos que contienen propuestas de intervención en base a las dificultades identificadas.

2) Implementar programas de intervención psicológica y psicoeducativa con fines

preventivos, de desarrollo y terapéuticos

Además de evaluar, el psicólogo realiza con los alumnos actividades vinculadas a la

intervención. El término intervención es un término ambiguo y multifacético ya que puede

denotar educación, enriquecimiento, prevención, corrección, rehabilitación, modificación,

estimulación, mejoría, terapia, entrenamiento, tratamiento...


La intervención en los centros educativos tiene que ver tanto con las necesidades

psicológicas como con las necesidades educativas de los alumnos. La intervención: 1) tiene

por objetivo global la mejora de la calidad educativa de los centros a través de la propuesta de

soluciones educativas adaptadas a las necesidades de los alumnos y a las características del

contexto; 2) está compuesta por un conjunto de acciones preventivas y terapéuticas

complementarias a las que desarrollan los profesores en el aula, a la instrucción académica,

con el fin de optimizar el desarrollo integral y el rendimiento escolar; 3) generalmente se

realiza con los alumnos, aunque habitualmente implica a los principales agentes del sistema

educativo; 4) se diseña bajo la forma de programas o conjunto de actividades concretas y

temporalizadas para lograr objetivos específicos; y 5) contiene un conjunto de herramientas

de evaluación para medir sus efectos.

En este contexto, el psicólogo desarrolla 2 grandes líneas de acción:

1) La intervención psicológica terapéutica de enfoque clínico -está centrada en los

alumnos con problemas emocionales o intelectuales que han sido identificados en

exploraciones diagnósticas previas y, tomando como base el diagnóstico, el psicólogo,

o bien realiza el tratamiento correspondiente de carácter individual, grupal o familiar

(tratamientos de primer nivel), o bien deriva el caso a profesionales de la salud mental

o a otros servicios de la red social de intervención existentes-;

2) La intervención psicológica psicoeducativa en base a programas -implica

seleccionar programas existentes, implementarlos y evaluar los efectos de estos

programas; el psicólogo implementa estos programas, o forma al profesorado para que

los aplique (en colaboración con los responsables pedagógicos del centro) o contacta
con organismos de la red de servicios especializados disponibles para que los lleven a

cabo-. Dentro de los programas de intervención se pueden diferenciar 4 tipos de

programas en función de sus objetivos: preventivos, de desarrollo, terapéuticos, y de

orientación académica y profesional.

Programas preventivos: Tienen como finalidad trabajar procesos que eviten la

aparición de diversos tipos de problemas en las distintas etapas educativas. Entre ellos se

pueden enfatizar los programas para la prevención del fracaso escolar (un problema grave

que afecta actualmente a un 30% de los alumnos de Secundaria), de las adicciones físicas y

psicológicas (drogas, Internet, sexo…), de la violencia escolar, de los problemas de

adaptación al ingreso en la escuela, de los embarazos adolescentes, de los problemas

alimentarios (anorexia…), de los riesgos de la utilización de plataformas virtuales (chats,

redes sociales, videologs, fotologs)…

Programas de desarrollo: Incluyen programas para fomentar el entrenamiento de

funciones intelectuales y psicomotrices para desarrollar diversos procesos (atención,

observación, memoria, razonamiento lógico, estrategias cognitivas de resolución de

problemas, creatividad, técnicas de aprendizaje, lenguaje, procesamiento cognitivo,

organización perceptiva, funciones motrices...); y programas para fomentar factores del

desarrollo social y afectivo-emocional tales como autoconcepto-autoestima, comunicación,

prosocialidad, resolución de conflictos, apego seguro, empatía, valores ético-morales,

tolerancia, derechos humanos, multiculturalidad, emociones, igualdad de género, hábitos de

salud (alimentación, ejercicio físico, sexualidad, alcohol, drogas…), etc.

Programas terapéuticos: El psicólogo realiza actuaciones de primer nivel dirigidas a

abordar situaciones problemáticas cuando ya se han producido, tratamientos de desórdenes

psicológicos que pueden ser realizados en el centro, intervenciones con alumnos con
problemas de socialización, con dificultades de aprendizaje (reeducación instrumental de

factores madurativos...), con discapacidades intelectuales, sensoriales y motrices, con

necesidades educativas asociadas a altas capacidades, con alumnos o grupos en situaciones de

conflicto (acoso escolar, baja autoestima, divorcio, fobia escolar…), etc. En función del

diagnóstico, el psicólogo realiza actuaciones que den respuesta a las necesidades educativas y

psicológicas de los alumnos o deriva la intervención a instituciones o centros especializados,

realizando un seguimiento de la evolución de los alumnos.

Programas de orientación académica y profesional: Después de realizar la evaluación

a los alumnos para medir parámetros asociados a la elección académica-profesional

(inteligencia, personalidad, hábitos de estudio, rendimiento académico, motivaciones, metas,

intereses…), el psicólogo implementa, o colabora con los profesores y/o con los responsables

pedagógicos para que implementen, por ejemplo, programas de desarrollo vocacional, de

entrenamiento en métodos, procesos, estrategias y técnicas de trabajo y estudio, de estrategias

y técnicas de trabajo individual-grupal o de mejora del rendimiento académico, entre otras.

En relación con los profesores se pueden destacar 4 funciones del psicólogo:

1) Información diagnóstica: El psicólogo primero recibe información de los

profesores y después aporta información al profesorado sobre los resultados

diagnósticos individuales y colectivos realizados a los alumnos, con la debida

consideración del carácter confidencial de los mismos. En la medida que los

profesores dispongan de información sobre las capacidades intelectuales, estrategias

cognitivas de aprendizaje, personalidad, dificultades de aprendizaje, etc., podrán

ayudar mejor a sus alumnos.


2) Asesoramiento y colaboración: El psicólogo asesora a los profesores y colabora

con ellos en diversos temas como: análisis de situaciones escolares problemáticas y

soluciones (desmotivación, conductas disruptivas, acoso…), comprensión de los

procesos de enseñanza-aprendizaje en relación a contenidos curriculares específicos,

aulas de aprendizaje de tareas, plan de acción tutorial, técnicas de dinámica de grupos,

de comunicación, de observación, de aprendizaje cooperativo…, estrategias que

favorecen el aprendizaje significativo, programas de atención a la diversidad del

alumnado, a los inmigrantes, a los estudiantes con necesidades educativas especiales,

etc.

3) Formación: El psicólogo organiza cursos de formación para el profesorado en

relación a programas de intervención que implementarán (programas para estimular la

inteligencia, la motivación, la creatividad, la convivencia, los valores prosociales…),

así como sobre distintos temas en los que los profesores manifiesten su interés

(tutorías, dificultades del proceso enseñanza-aprendizaje, técnicas de investigación en

el aula…).

4) Investigación: Una función secundaria del psicólogo sería conducir estudios de

investigación con diversas metodologías (experimentales, correlacionales,

cualitativas, etnográficas, etc.), en colaboración con los profesores y otros

profesionales, en torno a diversos temas de Psicología Educativa (procesos de

enseñanza-aprendizaje, procesos mentales que intervienen en el aprendizaje,

aprendizaje mediatizado por el uso de nuevas tecnologías, rasgos y actitudes del

profesorado favorecedores de los procesos educativos, estudios sobre situaciones de


acoso escolar o consumo de drogas presentes en el centro, efectos de los programas de

intervención que se implementan en el centro...).

En relación a los padres, se pueden delimitar 3 funciones del psicólogo:

1) Información diagnóstica y asesoramiento: El psicólogo primero recoge información

de los padres (entrevistas iniciales - anamnesis) y después aporta información

(entrevistas de devolución), sobre las evaluaciones realizadas a sus hijos (individuales,

colectivas, de orientación académica-profesional…), y en base a estos datos asesora a

la familia para el manejo de las situaciones que los miembros de la familia hayan

podido experimentar (pérdida de seres queridos, divorcio, rivalidad fraterna, fracaso

escolar, anorexia, drogas…), sobre problemas y procesos psicológicos que afectan al

aprendizaje (trastornos de sueño, de la alimentación, de conducta…), etc.

2) Formación: El psicólogo organiza conferencias-coloquio sobre temas de interés

para los padres (características evolutivas de cada ciclo vital, estrategias para fomentar

el autoconcepto-autoestima, la inteligencia emocional, el apego seguro en los hijos,

sexualidad en la infancia y la adolescencia, técnicas de comunicación con los hijos,

consumo de drogas, utilización de Internet, problemas de aprendizaje, psicopatología

infanto-juvenil…). Además, potencia las escuelas de padres que contextualicen estos

procesos formativos.

3) Intervención: El psicólogo realiza intervenciones terapéuticas de primer nivel con

el grupo familiar con la finalidad de favorecer que aprendan a resolver conflictos que

mejoren el equilibrio homeostático de la familia, o deriva el tratamiento a


profesionales externos realizando un seguimiento del mismo. Además, lleva a cabo

intervenciones colectivas para implicar a los padres en los programas que se estén

llevando a cabo con sus hijos (por ejemplo, para fomentar valores prosociales

favorecedores de la convivencia), y facilita la cooperación entre los padres y otros

profesionales (profesores, responsables pedagógicos, psicólogos clínicos, entre otros)

para la detección y solución de problemas educativos y de desarrollo.

En síntesis, el psicólogo contribuye a la necesidad de conjugar la escuela cada vez

más competitiva y la escuela integradora que fomenta la inclusión y el desarrollo integral de

todos los alumnos, a la necesidad de trabajar en equipo, y a la necesidad de construir un

espacio para escuchar y atender al alumno, a los padres y profesores.

A pesar de que la Psicología Educativa ocupa el segundo lugar, tras la Psicología

Clínica, en cuanto a perfiles de actividad profesional, el papel del psicólogo en los centros

educativos se ha ido diluyendo en los últimos años (otros profesionales están desarrollando

muchas de las funciones específicas del psicólogo pero sin la formación adecuada) y pocos

estudiantes de Psicología realizan esta elección. Por ello es necesario: 1) delimitar las

funciones del psicólogo educativo, diferenciándolo de otros roles profesionales (especialistas

en pedagogía terapéutica, consultores…); 2) incorporar psicólogos en todos los centros

educativos, con especialización en las distintas etapas, con una ratio de alumnado aceptable

(200 alumnos) que posibilite el desempeño realista de las funciones descritas que llevará a

cabo en colaboración con otros profesionales (profesores, especialistas en pedagogía

terapéutica, etc.); y 3) exigir un postgrado de Psicología Educativa con directrices propias,

que habilite para el ejercicio de la profesión, es decir, un itinerario formativo específico

enmarcado dentro del Espacio Europeo de Educación Superior.


Bibliografía:

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