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El poder de las metáforas

I El olvido está lleno de memoria.


Marlo Benedeui
i
En el capítulo anterior hemos visto los que nos parecen
I
, los rasgos definitorios de la psicología cogniliva que ocupan
: un lugar central en su configuración como disciplina cientí-
fica. En este capítulo, nos ocuparemos de las metáforas que
han influido y están determinando su desarrollo. Obviamen-
te, el mayor espacio estará dedicado a la visión computacio-
nal ya que, como es sabido, es la que ha tenido un papel sin-
gular en la creación del cognitivismo. Describiremos la ma-
nera en que se ha establecido la comparación entre el funcio-
namiento de la mente humana y una computadora, sobre to-
do a través de la noción de progralna, así como la influencia .g
que todo ello ha tenido en el estudio de la memoria, enten- "t1
8
dida ésta como conocimiento en general. Como se ha indica-
do en páginas anteriores, la metáfora computacional no sólo 'ao
"O
u
ha sido decisiva para el avance de la psicología y la ciencia .~
c.
cognitiva, sino que ha sido hasta los años ochenta, aproxima- .-"l

damente, la característica distintiva de los trabajos de origen '"e


'o
anglosajón de las aportaciones europeas sobre los procesos 'ü
u

cognitivos (véase capítulo 1).


Ahora bien,en la actualidad dicha metáfora ha sufrido .s~
124 críticas importantes y tiene también serios competidores. Por nueva información o, lo que es lo mismo, para atender simul- 125
esta razón, hemos incluido también las visiones narrativa y táneamente pero de forma transitoria a toda ella. Solamente
conexionista que sin duda son sus sucesoras y rivales. si se produce la atención podemos incorporar algo, de mane-
ra que pase a engrosar nuestro bagaje de conocimientos. Es
La metáfora computacional: ese chip que todos decir, si no hay atención no puede haber conocimiento. Por
llevamos dentro otro lado, la citada metáfora incluye la existencia de represen-
taciones perdurables que se mantienen toda la vida en una
Como hemos señalado en la Invitación, en la actualidad suerte de almacén de gran capacidad, pero que pueden lle-
la metáfora narrativa está apareciendo con cierta fuerza entre
----
."~-'- -
gar a ser un obstáculo para la modificación de la información
los psicólogos, amén de en otras disciplinas. Dicha metáfora que ya poseemos.
suele tomar como punto de partida precisamente las creacio- Como se ha indicado en el capítulo anterior, uno de los
nes literarias. Así es que puede parecer un contrasentido que motivos que impulsaron a los psicólogos a estudiar con deta-
comencemos este apartado, dedicado a la metáfora computa- lle todos estos temas fue precisamente el asombro ame lo que
cional, con una frase que procede de un drama, es decir de los primeros ordenadores podían llevar a cabo; asombro
un instrumento de la "competencia", entendiendo ésta no en compartido hoy día por la mayoría de la población, cuya vi-
el sentido chomskiano sino en el de pura y simple rivalidad. da cotidiana se encuentra cada vez más acompañada por es-
Sin embargo, esta frase que ya hemos ut.ilizado en otra tos ingenios tecnológicos. Por tanto, no debe sorprendemos
ocasión (Carretero, 1993) nos sigue pareciendo un lúcido ex- que el ordenador haya servido de metáfora básica en las in-
ponente de la cuestión que nos ocupa. Dicha sentencia se en- vestigaciones al respecto. A primera vista, puede sonar un
cuentra en la magnífica y fronteriza pieza teatral de C. Marlo- tanto deshumanizador que se compare al ser humano con un
we (1564-1593) La vida de Eduardo II de Inglaterra, reelabora- ordenador que, al fin y al cabo, no es más que un aparato y,
da por Bertolt Brecht. En ella, ante el despecho de su esposo en última instancia, un mero conjunto de cables y dispositi-
que prefiere a su amante homosexual, la atribulada reina Ana vos eléctricos diseñados por el hombre. En verdad, como sa-
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dice: "En mi pobre cabeza caben muy pocas cosas, más lo que gazmente ha dicho Bruner (1982) (véase p. 49-50) no deja de ~
en ella entra. sólo se desvanece con una extrema lentitud". Co- :2
.~ ser curioso que el ser humano haya terminado mirándose en ·0

,~
mo puedeimaginarse, está muy lejos de mi intención mante- el espejo de un mecanismo creado por él mismo, aunque no 8'
ner que C. Mad~we, autor inglés de turbulenta existencia, ,~
o . -'r
precisamente para 'ese fin.
Si
8
'§.. fuera un precursor de algunas de las ideas seminales del pro- Como nos recuerda Dennett: "Los filósofos han soña-
~ cesamiento de información. Sin embargo, lo cierto es que di- do con la inteligencia artificial durante siglos. Hobbes y Leib- ·i
.s
~ cha frase recoge con bastante justeza lo que sería un resumen niz, en formas muy diferentes, trataron de explorar las impli- ~
o e
'O
'8 divulgativo, y por ende apretado en exceso, de los aspectos caciones de la idea de particionar la mente en operaciones 'o
0g
~
g.s esenciales de la metáfora computacional. Ésta se basa, por un
lado, en las severas limitaciones que tenemos para procesar la
pequeñas y en última instancia mecánicas. Descartes antici-
pó incluso la prueba de Turing (la tan discutida propuesta de
-c
~
.9
126 AJan Turing de una audiencia de forma para la computado- lector mantenga cierto rechazo hacia la comparación del ser 127
ra, en la que el trabajo de la computadora es convencer a los humano con el ordenador, concédasenos al menos que las
jueces de que están conversando con un ser humano) y no du- metáforas basadas en algún tipo de mecanismo han sido de
dó en formular una confiada predicción de su inevitable re- suma utilidad a lo largo de la historia del pensamiento. Por
sultado: "'Es por cierto concebible (afirmaba Descartes) que regla general, en el ambiente de las humanidades -y la psico-
se pueda hacer una máquina de modo tal que pueda proferir logía y la educación pertenecen a él por excelencia- la com-
palabras, e incluso palabras apropiadas a la presencia de ac- paración entre los seres humanos y las máquinas no goza de
tos U objetosfíslcos que causen algún cambio en sus órganos; buena reputación. En cuanto se intenta presentar alguna idea
como, por ejemplo, si fuera tocada en alguna parte, que pre- al respecto en cualquier actividad docente, es frecuente de-
guntara qué se está intentando decirle; si se la tocara en otra, tectar entre el público un patente escepticismo con alguna
que gritara que ha sido herida, y así para cosas similares. Pe- veta de actitud ir~cunda. iPues no faltaría rnásl ll.os huma-
ro nunca podría modificar sus frases para responder al senti- nos somos mucho más complejos que las rnáqüinas! i'Tene-
do de lo que se dijera en su presencia, como incluso el más mos sentimientos, pasiones, etc.! Tampoco suelen faltar los
estúpido de los hombres puede hacer'. que más bien alinean los computadores por el lado de la
La apreciación que tenía Descartes de los poderes del ideología dominante, el imperialismo cultural y otras linde-
mecanismo se hallaba teñida por su conocimiento de los ma- zas de los sesenta, olvidando que la ciencia y la tecnología es-
ravillosos autómatas de relojería de su época. Podía ver muy tuvieron siempre per se del lado del progreso. Así es que ern-
clara y distintamente, sin duda, las limitaciones de esa tecno- pecemos por el principio.
logía. iNi aún mil pequeños engranajes -ni aun diez mil- Como hemos indicado, la comparación con las máqui-
permitirán al autómata responder completa y racionalmente! nas es exactamente eso, una comparación y no una equivalen-
Quizá Hobbes y Leibniz hubieran sido menos confiados en cia. Es decir, se trata de disponer de un modelo que permita
ese punto, pero seguramente ninguno de ellos se habría mo- diseñar hipótesis y supuestos precisos acerca de procesos que
lestado en preguntarse sobre las limitaciones a priori de un no son obv ios para la experiencia directa. Este intento en rea-
millón de pequeños engranajes girando millones de veces lidad es tan viejo como la ciencia)' la cultura misma, como in- .~
'~
·c por segundo. Para ellos, sencillamente, ése no era un pensa- dicab~ la anterior cita de Descartes. Es decir, en algún tipo de .~
8' miento pensable" (Dennett, 1988, p. ~21-2 de la traducción al mecánica, lo cual no equivale necesariamente a ser mecanicis- 8
'Sn '~
español). taso Freud y Piaget, sin ir más lejos, también intentaron dar o
o ou
'8 Sin embargo, con el tiempo, esto no sólo se ha conver- cuenta de las parcelas de la naturaleza humana que les corres-
"i1
'8,
tido en pensable sino en realidad. Es decir, una vez produci- pondían mediante explicaciones basadas en la formulación de E
E ~

,g
do un potente mecanismo de procesamiento de la informa- mecanismos. Piaget (1941) titula justamente "el mecanismo e
'o
ción, los científicos se han percatado de que podía servirles del desarrollo mental" la primera exposición sitemática de su ·ü
'8 u

como analogía de su propia mente. teoría y declara su interés específico en el desentrañamiento


].5
1"
~
En cualquier caso, como es posible que todavía algún de los mecanismos en una conocida entrevista conJ. C. Brin-
guier. Por su parte, Freud hablaba justamente de "mecanismos cabe duda de que en ese caso puede que resulte útil cambiar 129
128
de defensa", que cumplen un papel central en su teoría, tanto de metáfora.
desde el punto de vista teórico como aplicado. En todo caso, el asunto de cómo se usan las metáforas
No obstante, quizá sea mejor comenzar esta digresión en nuestro ámbito es un tema complejo en el que se han rea-
por lo que podría llamarse el poder de las metáforas. Es po- lizado recientemente aportaciones de interés como las que se
sible que de esa forma puedan colegirse adecuadamente las incluyen en la edición de Leary (1990) sobre el pensamiento
implicaciones de la llamada "metáfora cornputacional". Cuan- psicológico en general y más específicamente el trabajo de
do los científicos usan una metáfora, están tomando de un Sternberg (1990) sobre las metáforas formuladas en el estu-
modelo al efecto, una serie de ideas básicas para comprender dio de la inteligencia a lo largo de este siglo. En ambos casos
un conjunto de fenómenos que de otra manera carecerían de se estudia con .profusión la enorme influencia que han teni-
sentido. Por tanto, en la actividad científica no se usan las me- do y tienen las metáforas como generadoras de conocimien-
táforas de la misma manera que en la vida cotidiana. De esta to. Así por ejemplo, Estes (1975a) titulaba de la siguiente ma-
forma, no tiene el miS1TIO valor ni sentido cuando en la vida nera la introducción a su conocido Hamdbook: "el procesa-
diaria afirmamos "fulano es como una computadora", que miento de infomación: una confluencia de algunos métodos
cuando usamos los conceptos computacionales para tratar de y metáforas". En cualquier caso, creemos que, independien-
divisar con mejor perspectiva los fenómenos que analizamos temente de las insuficiencias que se le puedan achacar a la
experimentalmente. Es decir, la utilización de metáforas en la metáfora computacional en concreto, resulta difícil dudar de
ciencia posee no sólo un sólido valor heurístico, sino también que ha hecho avanzar enormemente el conocimiento actual
un poder de justificación bastante considerable. Eso se debe sobre los procesos cognitivos básicos del ser humano y, por
a que actúan como modelos generales, aunque con frecuen- ende, las situaciones concretas en las que éste se puede en-
cia sean menos precisos que estos últimos. Por tanto, las me- contrar, ya sea como alumno, paciente, trabajador, etc. Para
táforas no sólo proporcionan las situaciones básicas que más justificar esta afirmación, expondremos a continuación algu-
tarde se llevan al laboratorio para un estudio muy detallado, nas de sus aportaciones.
~ sino que dan sentido también a los datos que surgen de dicho En primer lugar hay que destacar la idea de que la ad-
-o
'c examen, ya sea éste experimental o fenomenológico. Por tan- quisición de conocimiento -uno de los objetivos centrales
.""2>
~ ec
u to, la utilidad de una determinada metáfora en la ciencia psi- del uso de esta 111etáfora-· se realiza siguiendo una serie de ou
'~
~
o cológica no puede medirse al margen de los logros globales procesos básicos que son similares en el ordenador y. en el 'So
o
"8.~ de un determinado enfoque. Creemos que no es tanto la bon- ser humano. En ambos casos, existe un hardware y un soft- "O
e, '~
c.
dad intrínseca de una determinada metáfora la que es preci- ware. En nuestro caso, el hardware resulta ser el cerebro y el
""~ so juzgar, sino los resultados generales de una posición. Así, software la mente, aunque es bien cierto que a su vez podría- ""~
e e
'o podemos encontrar que una metáfora en concreto resulta es- 'o
"8 mos distinguir entre el contenido y las estructuras de dicha
.g pecialmente lúcida y compleja y sin embargo la teoría que la mente. El software sería en realidad algo similar a las estruc-

-c
sustenta no obtiene avances destacados en una disciplina. N o turas mentales, ya que los contenidos son comparables a la g
~ .s
J;"

130 información que se va introduciendo en el ordenador. La teresa a la psicología cognitiva es el que tiene que ver con dos 13]
comparación entre el cerebro, con sus circuitos neuronales, y cuestiones esenciales, la estructura del sistema computacio-
el llamado soporte de un ordenador, con sus circuitos electró- nal y las operaciones básicas que realiza la mente humana.
nicos, es un símil que ya tiene algunos años. En los años se- Con respecto a lo primero, nuestra disciplina va a tomar sus
senta, hubo numerosos autores que señalaron que en ambos modelos básicos de los diferentes sistemas de almacenamien-
casos se trataba de máquinas muy complejas que procesaban to de información de los ordenadores (memoria transitoria
una enorme cantidad de información a gran velocidad y que RAM y memoria permanente ROM, ya sea en forma de dis-
la almacenaban también durante una gran cantidad de tiem- co flexible o duro) y con respecto a \0 segundo en la idea de
po o incluso ilimitadamente. Lo que sí es importante resaltar progl'atua y de procesamiento de la información en serie o
en esta ocasión es que a medida que el enfoque cognitivo se sucesivo, y no en paralelo o simultáneo.
fue afianzando, durante las décadas de los sesenta y setenta, En línea con esta comparación general que influye de
se va produciendo una versión de la metáfora en la que los pa- manera tan decisiva en la cognitivización de la psicología, re-
ralelismos no se postulan entre el cerebro y el ordenador si- cordemos brevemente la estructura básica de un ordenador.
no entre este último y los contenidos y estructuras mentales, Como todo usuario sabe, este tipo de máquinas tiene dos par-
Para ello, resulta necesario que se formule a su vez una posi- tes esenciales: una memoria transitoria o RAM y un almacén
ción de independencia funcional entre el hardware y el soft- donde se guarda permanentemente la información. La prime-
ware. Es decir, que resulte posible, y hasta deseable según nu- ra tiene una capacidad limitada, por regla general muy infe-
merosos psicólogos cognitivos, estudiar los procesos cogniti- rior a la segunda, y maneja la información durante un tiempo
vos sin tener en cuenta el funcionamiento del cerebro. Dicha determinado sin que eso suponga su envío al almacén penna-
posición psicológica se basa precisamente en la idea de que el nente. Es decir, la entrada de la información en esta primera
estudio de la mente y el de las cuestiones neurológicas se si- fase de procesamiento de la información, no supone su per-
túan en niveles distintos de explicación. Es decir, al igual que manencia en el sistema. Esto es exactamente lo que ocurre
los ingenieros electrónicos diseñan cambios e innovaciones cuando estamos utilizando un procesador de textos y después
en la estructura electrónica de los ordenadores, sin tener que de trabajar un rato se nos apaga la luz O simplemente no nos .g
.~ gusta el texto final y decidimos no almacenarlo. En este caso, '2
¡: depender de los expertos en sistemas de software, de la mis- eo
be
aunque haya habido procesamiento de la información, ésta só- o
8 ma manera se pueden estudiar con toda legitimidad los pla- u

,~ nes de que nos hablaban Miller, Galanter y Pribram (1960) al lo ha ocurrido en la memoria transitoria, por lo cual desapa- '~
.2 o
o margen de su base neurológica. rece. De la misma manera, los seres humanos perdemos una u
u 0&
'8- No obstante, conviene advertir que también se mantie- gran cantidad de información que por diferentes razones no .!l
.!!
~ ne la utilidad de conocer las relaciones funcionales entre los se logran enviar a la memoria a largo plazo. rn
e
e Además de la transitoriedad, la otra característica de la 'o
'o dos sistemas, el psicológico y el neurológico, pero no su nece- '0
'8 sidad para llevar a cabo una contribución significativa al estu- memoria RAM es su limitación con respecto a su amplitud, ~
-e

i.s dio de la mente. En definitiva, el nivel de explicación que in- lo cl;al determina el tipo de [unciones que puede realizar,
]
8
término "memoria". Más bien, tiene que ver con una especie 133
1~2 puesto que no le es posible llevar a cabo determinadas tareas
de actividad intermedia entre la atención y la memoria. Es
para las que es necesaria una cierta capacidad. Es decir, si
decir, la memoria RAM se toma como metáfora de los proce-
queremos un ordenador simplemente para escribir textos
sos cognitivos implicados en el tratamiento que damos a la in-
sencillos, entonces nos bastará con una RAM de 4 u 8 me-
formación antes de que forme parte de nuestros conocimien-
gabytes, pero si 10 que pretendemos llevar a cabo son dibujos,
tos permanentes. Evidentemente, esto supone que la informa-
planos o mapas complejos, entonces no podremos realizados
ción que nos rodea en liingún caso se convertirá directamen-
si no tenemos un mínimo de 16 megabytes. De la misma for-
te en registro permanente, sino que recorrerá una serie de fa-
ma, los seres humanos podemos advertir con facilidad que si
ses. Dichas fases se indican en la figura 3.1, donde se repre-
estamos llevando a cabo una labor rutinaria no nos hace fal-
senta de manera esquemática el sistema humano de procesa-
ta mucho espacio mental, pero si la tarea es muy difícil será
miento de información. Es esencial recordar que en todas
preciso poner en funcionamiento todos nuestros recursos
esas fases la psicología cognitiva mantiene la existencia de un
atencionales, lo cual hará que podamos atender a otras infor-
tratamiento activo de la información, Es decir, el input no se-
maciones que haya nuestro alrededor.
rá nunca igual que el output, Éste es sin duda uno de los pos-
tulados que ha ido acercando la psicología cognitiva a las po-
La estructura de la memoria
siciones consrructivistas, en la medida que se formula que la
El término "atención" puede sorprender al lector, ya información que maneja el sujeto no es una copia de la reali-
que hasta ahora veníamos mencionando el término memoria dad, sino una transformación o construcción de la misma.
pero no el de atención. Sin duda, ello requiere una aclara- ¿Qué sucede con la memoria permanente de los orde-
ción. Conviene entonces recordar de nuevo que el uso de los nadores? Como es sabido, su capacidad es mucho mayor que
términos, sean metafóricos o descriptivos, no es el mismo en la memoria transitoria. En la actualidad, con los modernos
el lenguaje cotidiano que en el científico. En este caso, para soportes en CDROM, dicha capacidad es casi ilimitada o en
muchos lectores "memoria" significa ahnacenamiento perma- todo caso de enorme tamaño. Su duración también es ilimi-
nente y evocación. Es decir, si uno no se acuerda de algo es tada ya que es permanente. ¿Cuáles son entonces sus limita-
~
'0
ciones? Éstas vienen dadas por dos conceptos claves: organi-
·3
precisamente cuando se afirma que "no tiene memoria". Sin .~
'~

embargo, obsérvese un aparente contrasentido en el conteni- zación l' recuperación. Es decir, la información se recupera 8
,@,
,s"o do de los párrafos anteriores. Nos hemos referido a una me- con mayor o menor facil idad del disco duro de un ordenador o
'O
] moría que por definición no es permanente, sino todo lo con- en la medida en que está organizada y para ello es preciso .~
i3.
a trario; es decir, transitoria. ¿Cómo es entonces que se puede que al ser transferida a dicho almacén, 10 sea también de ma-
~
~ ~
~ tomar la memoria RAM como metáfora de la memoria huma- nera organizada.
e e
'o na? Por la sencilla razón de que la visión que la psicología Sin duda, el concepto que en este caso puede ser útil '0

'8e '8
para favorecer la comprensión del lector es el de base de da-
'O

.sb
cognitiva tiene de la memoria a corto plazo o memoria en
funcionamiento, no coincide con el significado cotidiano del tos. De esta manera, si en el disco duro de un ordenador he- 1.s
Figura 3.1. Modelo de procesamiento de la información mos introducido una gran cantidad de información -una lis- 135
134
(tomado de Mayer, 1985). ta de los residentes de la ciudad de Buenos Aires, pongamos
por caso- pero de manera desordenada o simplemente por
orden alfabético, entonces su recuperación será difícil y len-
ta. Si, por el contrario, dicha información se ha ido introdu-
Almacén Memoria a : Memoria en
sensorial a
ciendo según una serie de criterios que forman parte de la
Entrada _ ~ corto plazo :fimcionamil!lItol~ Salida
corto plazo (Mep) :
, (MF) base de datos +apellidos, fecha de nacimiento, profesión, es-
osen tado civil, etc.-, entonces no sólo se recupera posteriormen-

t t te con mucha más facilidad sino que además se pueden llevar


a cabo rápidamente distintas manipulaciones .0 clasificacio-
Memoria, a largo plazo
(MLP) .
nes posibles. Es decir, se puede recuperar información ya se-
leccionada de antemano, como cuáles son las personas que
.

cumplen una serie de requisitos en relación con los criterios


enunciados anteriormente. Ahora bien, para que la informa-
MCP-MF MLP ción se encuentre organizada en la memoria permanente, es
ASCP
preciso que en la memoria transitoria se haya activado la ci-
Capacidad: Capacidad: Capacidad:
limitada a unos ilimitada tada base de datos que va a permitir precisamente que la in-
grande
o ilimitada 7 chunks formación se vaya trasvasando de forma organizada a la me-
moria permanente. Es decir, la memoria RAM y la memoria
Modo de Modo de Modo de
almacenamiento: al acenamiento: ROM no son simplemente dos almacenes de información que
almacenamiento:
exacto repeticion y repa- organizado guardan una relación de mera contigüidad sino que tienen
y sensorial so del material y significativo una estrecha relación, de forma que los programas que se
usan en la primera determinan la manera en que recibe la in-
Duración: breue Duración: relativa Duración:
(18 segundos sin permanente formación la segunda. Correspondientemente, .en la memo-
.~
(1/2 segundo .~
para la repaso) ria transitoria es preciso con frecuencia manejar información .~
'a
'"
ou información que se encuentra almacenada en la memoria permanente, ya 8
,~ visual) . sea de tipo puntual o en forma de programas. Por tanto, tam- ,~
o o
Pérdida de la bién se da la influencia inversa a la que hemos comentado. 'O
Pérdida de la
.,
'O
u
o-
Pérdida de la
información: información: informacum: Cuando Miller (1956) publicó su célebre artículo sobre
u
.~
o-
.!!
.!!
~ desvanecimiento falta de repaso fallo en la el número mágico siete, la psicología cognitiva estaba ya in- ee
e temporal del material o recuperación o sistiendo en que los seres humanos somos como los ordena-
e
'O
'0
interferencia de 'ü

u desplazamiento u
dores, ya que en ambos casos se trata de procesadores de sím-
g"
'O

..5
por nueva
informacion
otra información
bolos, es decir de información que adopta el formato sirnbó- e.5"
1311 lico. También ambos poseemos una capacidad limitada, es de- tipos de memoria, ya que estos mismos conceptos han cam- 137
cir, no podemos atender a toda la información que nos pre- biado a lo largo de todos estos años, De una manera rápida,
senta el medio. Es decir, "en mi pobre cabeza entran muy po- puede decirse que la llamada memoria o almacén sensorial
cas cosas...", decía Marlowe por boca de la reina Ana. Sin em- tiene una duración de medio segundo aproximadamente y
bargo, es mucha la información que tenemos almacenada, O se encuentra por tanto vinculada a fenómenos perceptivos en
sea, "... pero lo que en ella entra sólo se desvanece con una general y algunos en particular como la percepción sin con-
extrema lentitud", En este sentido, co,!viene indicar que si la ciencia. Obviamente, medio segundo resulta muy poco tiem-
protagonista del drama de Marlowe mostraba su angustia por po para que pueda darse conciencia, Por tanto, supone un
no poder olvidar -tema que requeriría más esfuerzos investi- primer filtro donde se pierde gran parte de la información
gadores que los actuales por parte de nuestra disciplina- se que nos rodea y que no logramos retener.
debe probablemente a que guardamos en nuestra memoria La memoria a corto plazo o de trabajo tiene una dura-
muchas más cosas de las que somos conscientes, incluso las ción de medio minuto, aproximadamente, y una capacidad
que pueden molestamos sobremanera y quisiéramos a toda de siete elementos más o menos dos, como rezaba el citado
costa olvidamos de ellas. Por ejemplo, es muy probable que trabajo de Miller (1956), Ya desde el comienzo de la discipli-
muchas personas quisiéramos olvidarnos de algunas de las na se discutió extensamente de qué tipo eran dichos elemen-
ideas irracionales que se indican en las pp, 60-3, tos, ya que no es lo mismo que sean más bien simples, como
El enfoque cognitivo ha venido manteniendo desde los .cifras, sílabas, colores, etc. o complejos como pueden ser
años sesenta, aunque de diversas formas, la existencia de tres conceptos o frases, Resulta evidente que en un ordenador re-
almacenes ofases con respecto a la ln~nloria:memoria senso- sulta fácil determinar lo que es un bit, pero en el caso de los
rial; memoria a corto plazo -tarnbi.én llamada con más pro- seres humanos esto viene a ser mucho más complicado, por-
piedad de trabajo o en [uncionamiento, lVorhing memory- y que entre otras cosas depende del conocimiento que tenga
memoria a largo plazo, La importancia de estos tres ámbitos cada sujeto de un tema en cuestión, Para un matemático, una
de la memoria va en realidad mucho más allá del estudio de fórmula constituirá un solo elemento de información, mien-
~ la memoria misma, porque se postula que ia figura 3, 1, re- tras que para una persona profana en ese tema cada signo de
.;;¡

.~
presenta todo el flujo humano de procesamiento de informa- la formula vendrá a constituir un elemento, ."~
'2
ec
ción, En realidad, como ya se ha dicho anteriormente, para La formulación inicial del concepto de memoria a cor- 8
,~
o una gran parte de la psicología cognitiva, memoria es sinóni- to plazo procede de trabajos en los que se presentaba una se-
,~
go
ou mo de conocimiento o al menos una condición indispensa-
'~
rie de dígitos o sílabas a los sujetos y se les pedía que los re- '8
.!!
ble para que se produzca el conocimiento, Probablemente cordaran algún tiempo después, pero impidiendo que lleva-
'~
e,
.!!
~ por esta razón la memoria ha sido el tema más cultivado por
~ ran a cabo alguna actividad con dicha información durante ~
'0
'8 los psicólogos cognitivos durante décadas, En este sentido re- el intervalo, Es decir, se trataba de obtener una medida lo ,5

].9 sulta cuando menos complicado ofrecer una breve descrip- más pura posible de lo que el sujeto podía mantener en su ]
ción de lo que se entiende en nuestra disciplina por los tres mente sin auxiliarse con su memoria a largo plazo, En gene- g
.5
138 ral, los resultados indicaban que el sujeto retenía unos siete corto plazo no entra nada más. Es decir, nada más y nada me- 139
elementos, aproximadamente, si el intervalo no era superior nos que siete elementos, si el lector se ha molestado en con-
a los treinta segundos. En torno a esa duración, el recuerdo tarlos. De esta manera, cuando somos conductores novatos
decaía de manera drástica. Dicha disminución se tomó como y nuestros hijos chillan demasiado en la parte trasera del au-
prueba de que' se trataba de un almacén de memoria con lí- to, podemos decir con frecuencia aquello tan curioso que so-
mites claramente definidos, funcional mente distinta de la lía decir mi padre ante la algarabía infantil, "icallad, que no
memoria a largo plazo. Más tarde, llegó incluso a afirmarse se ve!". En realidad, en ese caso estamos poniendo de mani-
que la distinción entre memoria a corto y a largo plazo tenía fiesto nuestra expectativa de que la memoria a corto plazo su-
también un correlato neurológico, ya que parecían ser dife- frirá en breve una sobrecarga y por tanto comenzará a perder
rentes los centros neurales responsables de ambas. En cual- inforniación, auditiva o visual (por ejemplo, la imagen de
quier caso, lo esencial de lo que queremos expresar en esta otro coche por la izquierda o el sonido de una ruidosa moto-
ocasión reside en que el concepto de memoria a corto plazo cicleta por la derecha) con el consiguiente peligro para los
expresa las limitaciones que tenemos los seres humanos cuan- ocupantes de nuestro vehículo y nosotros mismos. Por tanto,
do nos enfrentamos a información nueva. H que la informa- si recuperamos ese clásico die/u". de que el "saber no ocupa
ción sea nueva resulta básico en esta cuestión, ya que si el su- lugar" -con que solían alentarnos de pequeños en las aburri-
jeto posee familiaridad con la información, entonces habrá das tardes de estudio- desde la perspectiva cognitiva, podría-
una influencia de la memoria a largo plazo y en ese caso no mos añadir que eso es cierto una vez que el saber ha pasado
estaremos ante el tipo de memoria que estamos mencionan- a la memoria a largo plazo, ya que en la de corto plazo las res-
do, sino que más bien estaríamos estudiando otro aspecto tricciones son obvias y muy intensas. Es decir, en la memoria
aunque también tenga interés. a corto plazo el saber sí ocupa lugar probablemente porque
En realidad, los sujetos adultos no solemos estar con todavía no se ha constituido como saber.
mucha frecuencia ante situaciones en las que se presenta in- Si seguimos con este ejemplo, podemos advertir que
formación básicamente nueva, a diferencia de los niños, que cuando al cabo de un tiempo sabemos conducir con cierta
se encuentran con ello cada día que van a la escuela. No obs- pericia, no sólo no nos impide hacerla la información auditi-
:~ tante, invitamos al lector a pensar en situaciones de su propia va anteriormente citada sino que incluso podemos añadirle la .~
~o .~
u cosecha como pueden ser las clases del permiso de circula- de la radio o cualquier otra cosa sin que se resienta por ello u
.@, nuestra eficacia en la tarea. ¿Significa esto que ha aumenta- ,~
o ción o los inicios como aprendices de un nuevo deporte o afi- ec
o
'8.~ ción. Al comienzo de dicha actividad, cada elemento de infor- do con el tiempo nuestra memoria a corto plazo? En absolu- 'O
u
a. to; simplemente lo que ha ocurrido es que hemos agrupado "[
.5 mación consume claramente un espacio en nuestra memoria
..!!
~ a corto plazo. Así, una vez que estamos concentrados en do- la información en unidades significativas, de manera que to- ~
e e
-c
'ü minar volante, acelerador, freno, embrague, espejos retrovi- da la operación de conducir no ocupa ya más de dos o tres '0
u '0
sores, vehículos cercanos y lo que nos dice el instructor, sen- elementos de información. En general, esto es lo que sucede u
"e
'O
con la experiencia en un dominio de conocimiento, que me- g"
.5 timos, incluso casi físicamente, que en nuestra memoria a
-
e
Es preciso indicar que lo que hemos expuesto hasta 141
140 jora el rendimiento de la memoria a corto plazo y de esa :na-
ahora está basado, en términos generales, en la llamada con-
nera también la cantidad de información a la que se puede
cepción multialmacén de la memoria humana, que ha deter-
atender simultáneamente.
minado no sólo la investigación sino también las visiones teó-
Ya hemos indicado anteriormente que la memoria a lar-
ricas y aplicadas al respecto. No obstante, hay que indicar
go plazo es como la base de datos de un ordenador, es decir,
que dicha concepción también ha recibido críticas. A gran-
almacena todos los conocimientos de que disponemos los se-
des rasgos, estas posiciones vienen a mantener que la separa-
res humanos y que hemos adquirido a lo largo de nuestra ex-
ción entre la memoria a corto plazo y la memoria a largo pla-
periencia. Por tanto, su capacidad es ilimitada. Pensemos por
zo no está plenamente justificada desde el punto de vista de
ejemplo en la gran cantidad de cosas que almacena una per-
la actuación real y cotidiana del individuo. Es decir, que el
sona experta en cualquier materia. Solemos tornar conciencia
de lo grande que es dicha información cuando es preciso
funcionamiento de la memoria a corto plazo nunca puede
transmitir ese conocimiento a personas inexpertas. Pensemos considerarse de manera totalmente aislada de la memoria a
también en lo que ocurre cuando se vive en un país extranje- largo plazo, porque los seres humanos siempre establecemos
ro, sobre t.odo si es un ambiente culturalmente muy distinto nexos de unión entre la información nueva y la que ya posee-
al nuestro. En ese caso, solemos encontrarnos sumamente mos. En nuestra opinión, aunque esto sea así con mucha fre-
\"le"Cd,dos, 'PQl'C\ue careceraos de la \nfO\:maüón. tie ca.lác.ter cuencia, hay suficiente trabajo experimental para considerar
más básico que es mucho mayor de la que pensábamos. De es- que los datos que poseemos en la actualidad sobre el modo
ta manera, puede decirse que la capacidad de nuestra memo- de proceder de las memorias a corto y largo plazo son de cIa-
ria a largo plazo es mucho mayor de lo que creemos. Así, si .ra utilidad desde el punto de vista educativo y reclaman que
nos preguntaran por cuántas caras de amigos de la infancia los educadores se ocupen de ellos (véase pp. 258-260). Por
recordamos, diríamos sin duda un número muy inferior al otro lado, las conclusiones a las que ha llegado la investiga-
que seríamos capaces de recordar de hecho si nos proporcio- ción sobre los niveles de procesamiento de la memoria no ha-
naran algunas fotografías de dichas personas mezcladas con cen sino reforzar la necesidad de mejorar las estrategias de
otras. Es decir, nuestra memoria de reconocimiento sería mu- almacenamiento y control de la información por parte de los
-n~ :~
't cho mayor que la de evocación, pero esto sólo puede suceder
si la información se encuentra almacenada, como de hecho
alumnos, estableciendo relaciones significativas entre lo que
ya saben y 10 que se les quiere enseñar.
e
M
o
u

'ao ocurre. En caso contrario, la información no podría recupe- Por último, un breve comentario sobre la frase de la rei- '~
:ou
"8 rarse. Si se recupera en ciertos casos con facilidad es porque na Ana de Inglaterra con la que 'comenzábamos este capítu-
'a. se encuentra organizada de manera eficaz, lo cual supone lo. Ya hemos glosado la primera parte de dicha frase, en la
.;;
e,
.!! .!!
~ que lo fue al procesarse en la memoria a corto plazo. Es de- que se mencionaban las limitaciones de la memoria a corto ~
e e
-o plazo. Pero recordemos que este sufrido personaje de C. Mar- 'o
'8 cir, las estrategias que pone en marcha el sujeto suelen tener "8
-g~ lowe también afirmaba "que 10 que en ella entra sólo se des- e
una gran· eficacia a la hora de configurar la información en 'O

b. la memoria permanente. vanece con una extrema lentitud", lo que nos da pie a seña- g
'..9.' .5
142 lar, aunque sea con pespuntes, que algunas concepciones de
los seres humanos, una vez establecidas en su memoria a lar- tre la estructura de la mente humana y la de un ordenador. 143
go plazo, son muy difíciles de modificar y, por tanto, no se- En las páginas que siguen trataremos de mostrar algunos
rán procesadas con facilidad en la memoria a corto plazo. A conceptos que tienen que ver con el fi.ll1cionamientode am-
bas "máquinas".
esta especie de huellas indelebles se viene dedicando aten-
ción en los últimos años bajo el nombre de "ideas espontá- Sin duda, el concepto clave en estas cuestiones es el de
neas" o "concepciones erróneas", tanto en el terreno educati- programa. Cuando anteriormente nos hemos referido al soft-
vo C01110 en las investigaciones cognitivas. ware, hemos expuesto las comparaciones que se pueden esta-
Por otro lado, es preciso resaltar que aunque la metáfo- blecer entre la estructura de memoria o conocimiento huma-
ra del ordenador resulte de utilidad para la investigación psi- no y la información almacenada en un computador. Por su
cológica y también para la educación, parece sensato consi- parte, la idea de programa tiene obviamente que ver con el
derarla en la llamada "versión débil". Es decir, como una ana- proceso median;~ el que se maneja la información. Es decir,
logía sobre la cual establecer comparaciones de manera glo- se supone que los seres humanos no nos enfrentamos con los
bal y admitiendo las diferencias con el ser humano, porque problemas que nos plantea el medio de manera reactiva o
aleatoria, sino que jerarquizamos y organizaluos nuestras ac-
no cabe duda de que los ordenadores no tienen conciencia de
dones '{ cogniüone.s p'ara. dar las So\uc\ones adecuadas. "Una
sus programas ni establecen interacciones sociales, pero sí
de las maneras más eficaces de hacerlo es, sin duda, median-
pueden modificar sus bases de datos, y, por tanto, olvidar
le una programación o planificación de nuestra actividad,
con mucha más facilidad que los seres humanos. Y si no, que
En este punto, conviene, sin duda, apelar de nuevo a
se lo digan a todos aquellos que han sentido como suyas las
las ambiguas relaciones entre el lenguaje cotidiano y el disci-
palabras de aquel ilustre chileno, que nos ofrecía también
plinar. Quizá para muchos lectores la idea misma de "progra-
una excelente analogía del sistema humano de procesamien-
ma" y de "estar programado" remite inexorablemente a la ri-
to de la información, al decir "Es tan corto el amor y es tan
gidez de un comportamiento que tiene que ver más con los
largo el olvido". Y si las palabras del chileno son más que
robots que con las personas. En realidad, al igual que man-
~ exactas, parece bastante evidente que las posibilidades de la
:ee memoria a largo plazo son realmente mucho más poderosas
tuvimos en páginas anteriores acerca de la noción de rueca-
"d"
M
o
nismo, el sentido del término "programa" en la actual cien- '2
u de lo que podríamos pensar. cia y psicología cognitiva, no es en absoluto sinónimo de ri-
M
o
u
,~
OD
o
Los programas y el pensamiento de las máquinas gidez ni de determinismo. Más bien, se trata de dar cuenta ,ao
~ del plan general que preside la organización del comporta- 'O
o. u
"§..
En el primer capítulo hemos visto cómo el desarrollo miento y cognición humana. Como se vio en el capítulo pri-
'"-e mero, al exponer las aportaciones pioneras de Miller, Galan- '""
e de los computadores en la mitad de nuestro siglo tuvo una in- e
'o
'ü ter y Pribram (1960), la idea de programa está basada en la 'o
u fluencia enorme sobre la marcha de nuestra disciplina. Dicha 'ü
"
-o
influencia ha sido expuesta con mayor detalle en el apartado noción de retroactividad (feed-bac") que supone precisamente . .gu
o
.5 anterior, sobre todo en 10 que se refiere a la comparación en- la incorporación de modelizaciones flexibles frente a la me- .se
144 ra reactividad del arco reflejo. De hecho, si se observan de tener un di seño de los elementos que la componen. Como ]45
nuevo las figuras 1.1 y siguiemes, puede verse en realidad el conoce muy bien cualquier traumatólogo o fisioterapeuta,
comienzo del estilo que desde hace décadas se ha impuesto cada pequeño movimiento está en realidad insertado en mo-
en la psicología para representar muchas de las cuestiones vimientos más amplios y esto hace que haya una jerarquía
que afectan a los asuntos humanos. Con el tiempo, ese estilo que incluye bucles, retroacciones y demás conceptos tomados
ha ido a más y hoy día es moneda corriente, Si comparamos de la programación por computador. En el caso de situacio-
esa figura con la 3.1 podemos ver que son en ambos casos re- nes más complejas, como por ejemplo hallar la raíz cuadrada
presentaciones basadas en los diagramas de flujo, que se uti- de un número entero, con más razón haría falta un análisis
lizan en la computación. No obstante, es preciso indicar que de este tipo. En realidad, los programas no tienen por qué re-
en muchos casos el uso de este tipo de diagramas no supone presentarse siempre en forma de diagramas de flujo, como
la asunción completa de los presupuestos de la metáfora corn- hicimos en la figura anterior. La tabla 3.1 cita y nos ofrece
putadonal. En realidad, es frecuente su uso COlTIO una mera una simpática versión de un conjunto secuenciado de accio-
forma que indica una versión débil de dicha metáfora. nes motoras de carácter simple, como las mencionadas, que
En general, un programa suele definirse como la des- componen finalmente un programa para subir una escalera.
cripción detallada de los pasos que sigue un sistema de cono- TABLA 3.1 Descripción literaria de un procedimiento
cimiento, sea de üpo natural o artificial, para alcanzar un de- fácilmente conuertible en un programa comjJutacional
terminado objetivo. Es ~senda\ fijarse en que no es en abso-
luto una secuencia rígida, sino que incluye múltiples posibili-
í INSTRucciONES 'PARA SUBIR UNA ESCALERA
I "...Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y
dades que vienen dadas por decisiones que se vayan toman- la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un
do en las diferentes alternativas ofrecidas. Es decir, como no peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos ele-
mentos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principie que da sen-
sabemos qué es lo que va a ocurrir en cada una de las opcio- tido a la escalera, ya que cualquier otra combinación producirá formas quizá más be-
nes, en realidad el programa más que una secuencia fija de llas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
pasos, es un conjunto de posibilidades expresadas mediante Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan parti-
cularmente incómodas. L1.acritud natural consiste en mantenerse de pie, los bra-
~ una serie de formulaciones condicionales. ' zos colgando sin esfuerzo, la c~beza erguida aunque no tanto que los ojos dejen
-c ,~
'ago Si comparamos distintas actividades, desde las más de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta
'2
y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del ec
u complejas hasta las más simples, puede verse que, es posible cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que 8
'So ofrecer un análisis que suponga una forrnallzación en térmi- salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño di- 'So
o O
cha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la
~
~
nos de programas. Por ejemplo, puede parecer que una acti- izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes ci- 8.§..
O-
.Ol vidad tan sencilla como subir una escalera no requiere orga- tado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocada en el segun·
.!:!
•e nización alguna y que se compone de una mera yuxtaposi- do peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el
•e
'o pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coor-
'8 ción de pequeños elementos. Sin embargo, todo aquel que ha- dinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la 'o
explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie.)
·8
" ya tenido trastornos motores, por pequeños que sean, sabe
] que para recuperar la movilidad adecuada, resulta necesario
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alteruadameme los
movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmen-
. te, con un ligero golpe de [alón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta
! el mom~:~~ __~el des~enso.·' (Cortazar, .1962) (1 ). .__ ¡
1
146 En realidad, si miramos el asunto desde esta perspectiva, Es esencial mencionar en este punto que la formula- ·147
podemos convenir en que los seres humanos estamos dotados ción de programas para representar el funcionamiento de la
de distintos programas para llevar a cabo la mayoría de las ac- mente, no asegura en absoluto que haya conciencia de tales
tividades de las que consta nuestra vida cotidiana. Así, tene-· programas. Es más, la inmensa mayoría de ellos existen al
mos programas, por ejemplo, para organizar los fines de se- margen de la conciencia y probablemente a su pesar. Precisa-
mana, para atender a las visitas, para traicionar nuestras con- mente, una de las tareas cruciales de la psicología cognitiva
vicciones, para ascender en el trabajo, para seducir a otras per- es tratar de elaborar programas que simulen la cognición hu-
sonas y para educar a nuestros hijos. En todos esos casos, los mana, de la cual la conciencia es sólo una parte. Es decir, si
seres humanos solemos poner en marcha, a veces para nuestro no sabemos, por ejemplo, qué operaciones mentales lleva-
pesar, algo que en otros lenguajes suele llamarse táctica y es- mos a cabo los seres humanos cuando realizamos una suma,
trategia. En la medida en que existan cualquiera de esas dos la elaboración de un programa constituye precisamente la
cosas, estamos hablando de la existencia de un programa, sea elaboración de una teoría que permita diseñar un modelo de
cual fuere su complejidad. Es decir, estamos hablando de un la actuación de la mente humana al respecto. La conciencia
conjunto de acciones ordenadas, que incluyen soluciones para en muchos casos impide el conocimiento de procesos cogni-
situaciones inesperadas, posibilidades de volver a empezar en tivos porque son numerosas las ocasiones en los que éstos to-
cada paso y objetivos de mediano y largo alcance. De hecho, si man la forma de acciones autornatizadas.
no tuvieramos programas -esto es, regularidades o invarian- Evidentemente, esto nos lleva de plano al concepto
tes organizadas jerárquicamente que regulan y secuencian mismo de simulación que S~ encuentra Intimarnente unido al
nuestras acciones- nos veríamos desbordados por la gran can- de programa. Es decir, si en psicología cognitiva se utilizan
tidad de información nueva que tendríamos que procesar. Si programas es porque se mantiene, de manera más o menos
cada fin de semana, cada visita, cada traición, cada ascenso, ca- literal, que la elaboración de un programa contribuye a simu-
da seducción y cada crianza tuvieran que diseñarse sin la ayu- lar la cognición humana. ¿y qué es simular? Quizá lo prime-
da de un programa previo, la labor sería tan desbordante que ro para responder a esta pregunta sea fijarse en lo que no es.
tenninaríamos por dÜl1itil~ de todas nuestras funciones, inclui- y sin duda, simular no es lo mismo que experimentar. Y esto
,~ ,~

.~ das algunas tan atractivas ·como la de padre o amante. Y para significa un gran cambio en la manera de hacer psicologfa, .~
co
v que esta presentación no parezca tan fría, incluso nos atreve- porque supone que la búsqueda de información externa que o
v
,~
~
"O
v
';;:;
ríamos a afirmar que los neuróticos solemos utilizar progra-
mas que se "enganchan" en uno de los pasos y repiten y repi-
justifique y legalice las leo rías, se lleva a cabo mediante ins-
trumentos computacionales y no mediante repeticiones con-
i.~
o
o..
ten el mismo bucle, lo cual impide continuar la ejecución y or- troladas de fenómenos de la realidad en el laboratorio. Por P..
!'1 !'1
•e ganización de los siguientes pasos. Asimismo, una de las cau- tanto, para buena parte de la psicología y la ciencia cogniti-

e
-c va, si se consiguen diseñar programas que realicen en el com-
·ü sas de algunas depresiones consiste probablemente en el ago- 'o
·0
.gv tamiento de la eficacia de los programas que veníamos usando putador algo igualo parecido a lo que hace la mente huma- .gu
g y en la necesidad de generar programas nuevos. na, .díchos programas se convierten por derecho propio en 8
s .El
148 teorías defendibles sobre el conocimiento humano. Veamos recientes, citaremos el robot que sonríe de manera similar a la 149
por tanto, lque en una parte importante del enfoque cogpiti- expresión facial de los humanos -logrando expresar de ma-
va, el árbitro de ese juego llamado ciencia es la máquina com- nera diferenciada rabia, tristeza, etc.- y el sistema experto pa-
puracional! Por supuesto, esto no quiere decir que la experi- ra conducir automóviles con tráfico real a velocidad modera-
mentación no siga cumpliendo un importante papel, sino da. En estos casos y en otros parecidos, que hoy ya se cuentan
más bien que se ve complementada con las aportaciones de la por docenas, resulta difícil mantener de manera rotunda que
simulación. Y esto sin duda, como afirma Bruner, es el hecho dichas máquinas no piensan. Resulta complicado, en definiti-
fundamental que ha convertido a la computadora en un espe- va, afirmar que la puesta en marcha de un programa de com-
jo de la mente humana. putador consiste simplemente en dotarlo de respuestas rígi-
Como es bien sabido, la idea que dio origen a todo el das)' preestablecidas porque sólo con este tipo de respuestas
entramado conceptual que estamos tratando de describir se no sería posible conseguir las sonrisas del robot, por más
la debemos a Turing (1950), cuando formuló su célebre desa- etruscas que parezcan, ni sería factible evitar los accidentes.
fío cuyos dos extremos esenciales pueden parafrasearse de la Así, la pregunta inicial de "dpueden pensar las máqui-
siguiente manera: a) si un computador logra llevar a cabo una nas?", ha cosechado durante estas décadas todos los frutos po-
actividad cognitiva tan específicamente humana, como es, sibles, desde francotiradores partisanos hasta defensores ofi-
por ejemplo, hablar con alguien, de tal forma que no logra- cialistas y detractores sin número. Si tenemos en cuenta la du-
mos distinguir si es un humano o una máquina quien la rea- ra reacción e incluso vesania en que suele verse envuelta esta
liza, entonces podemos afirmar que dicha máquina piensa, y polémica, no cabe duda de que más allá de las razones cientí-
b) todos los procesos cognitivos son analizables en términos ficas y académicas, tiene que haber un posible sentimiento
algorítmicos, de tal manera que es posible realizar una des-
ofendido que no soporta la putativa superioridad de la máqui-
cripción y predicción de dichos procesos bajo formas compu-
na (véase Copeland, 1993, para una excelente presentación de
tacionales, es decir en términos de programas que incluyen
muchas de estas disputas). En todo caso, resulta inevitable
una descripción detallada de las operaciones que es preciso
otorgarle carta de naturaleza a estas cuestiones, se sea o no
~
.~ llevar a cabo sucesivamente. Si esto último és posible para las
partidario de la idea de programa y de simulación. No cabe du- M
>
máquinas int.eligentes, entonces no cabe duda de que también .~
.~ da de que ha hecho avanzar enormemente la comprensión que 2

'so"
lo es en el caso de los seres humanos.
en la actualidad tenemos de la mente humana (Mateos, 1995). 8'
Es mucho lo que ha llovido desde que Turing sentara el
Es casi ocioso afirmar que en una obra breve e intro- '~
] prólogo de lo que luego ha sido ciencia-ficción, visto con la mi-
a. ductoria como ésta, no se puede dar cuenta cumplida de los ~
~ rada de hace décadas. No cabe duda de que en la actualidad
numerosos debates por los que han ido pasando estas cuestio-
a.
M
se ha conseguido que las computadoras imiten -es decir, si- ~
.g nes en las últimas décadas. No obstante, sí le podemos ofre- ~
'u mulen-. extraordinarian1ente bien la mente humana. No pare-
cer al lector una pizca del aroma de esta apasionante aventu- ,5
i
.s
ce que haya que utilizar ejemplos específicos que aparecen
con frecuencia en la prensa diaria. Por citar sólo dos ejemplos
ra del conocimiento. Por ejemplo, la primera de las objecio-
nes que utilizan ros que argumentan que las máquinas no
"8
]
~

.5
150 piensan, suele rezar que en realidad los programas al efecto
Dice que estoy deprimida. l!Jl
han sido diseñados por humanos. Por tanto, son los humanos
LAMENTO OíR QUE ESTÁS DEPlUMIDA,
los que realmente siguen ostentando esa habilidad. En reali-
Es cierto que soy desgraciada.
dad, esto más que una objeción es un tremendo malentendi-
¿CREES QUE VEN1R AQuí TE AYUDARA A NO SER llESGRAC1ADA?
do, porque los defensores de las posiciones de Turing nunca
Necesito ayuda, eso parece seguro.
coligieron que fuera el hardware de las máquinas el que "físi-
¿Qlq:: :jIGNIFICARfA PAHA TI RECIBIR AYUDA?
camente" pudiera pensar. Es evidente que sin software resulta
Quizá aprendería a llevarme bien con mi madre.
imposible llevar a cabo actividad inteligente alguna. Por tanto,
Dl,ll': MÁS COSAS SOBRE TU FAMILlA.
si se concede que determinados programas pueden ser una Mi madre cuida de mí,
buena simulación de la actividad cognitiva, sea quien fuere el
¿QUIÉ.N MAs, EN TU FAMILIA, CUIDA DE TI?
que los haya diseñado, eso es exactamente lo que se está man-
Mi padre. "
teniendo por los que afirman que las máquinas piensan. Así
TU l'ADRI~,
es que los detractores de la utilidad de la inteligencia artificial
Eres como mi padre en algunos aspectos.
para la psicología cognitiva deberían echar mano de otros ar-
¿QuÉ PARECIDO VES?
gumentos. Una vez hecho este "aviso para navegantes", pase-
No eres muy agresivo, pero creo que no deseas que yo
mos a críticas menos penetradas pOI'la ambigüedad.
me dé cuenta.
Una de las más habituales es la que afirma que en rea- ¿QuÉ TE HACE PENSAR QUE NO SOY MUY ACRES1VO?
lidad los computadores sólo llevan a cabo actividades de tipo No discutes conmigo.
intelectual, relacionadas con lo que suele llamarse la "cogni- ¿POR QUÉ. PIENSAS QUE NO DISCUTO CONTIGO?
ción fría". Los asuntos más cálidos, como son los que tienen Porque me tienes miedo.
que ver con las emociones o la comunicación, quedarían fue- ¿TE GUSTA PENSAR QUE YO TE TENGO MIEDO?
ra de su radio de acción. ¿ Supone esto realmente una crítica Mi padre tiene miedo de todo el mundo.
importante a la defensa y utilidad de los programas y la simu- ¿QuÉ MÁS COSAS SE TE OCURREN CUANDO PIENSAS EN TU PADRE?
,g lación para la psicología cognitiva ? El siguiente diálogo tera- Abusones. ,g
péutico nos proporciona algunos elementos para el debate. Si
'8"' el lector no conoce este ejemplo, le sugerimos que espere has-
¿T1ENE ESO ALGO QUE VER CON EL HECHO DE QUE TU NOV10 TE '~

,ao ta el final, para ver la relación con el tema que nos ocupa.
l-IlC1ERA VENlR AQuf? u
,g,
o
~ Si un lector no conoce de dónde procede este diálogo, 'O
u
B.
.!!
Todos los hombres son iguales. puede entonces considerarse como sujeto adecuado para la 's.
¿EN QUÉ SENTIDO? .!!
~ llamada prueba de Turing. Es decir, para su sorpresa pode- ~
e e
'o Siempre nos están chinchando con una cosa u otra. mos informarle que uno de los dos interlocutores es una má- 'o
'vu 'uu
¿PUEDES PONER UN EJEMPLO esrrcrnco>
quina. ¿Cuál de los dos?
"2" "
E
~
Mi novio me hizo venir aquí.
¿TU NOV10 TE H1ZO VENlR AQuí?
Como ha podido leer, esta entrevista es similar a una
de tipo rogeriano, en la que habitualmente el terapeuta le de-
]
¿Para qué? 153
152 vuelve sus preguntas al paciente de la manera más "neutral"
TENGO PRUEBAS INCRn"nNATORfA$ CONTRA LA MAFIA.
posible, con el fin de que éste se centre en sus propios con-
¿Estás seguro de todo eso?
flictos, tal y como los formula. Para que el lector tenga la po-
¿NO ME CREE?
sibilidad de reflexionar sobre su decisión, la solución se indi-
Hago lo que puedo.
ca en las notas (2). No obstante, estamos seguros de que no le
Parry permanece callado.
está resultando fácil, ya que en ambos casos las emisiones pa-
El psiquiatra permanece callado.
recen realmente humanas.
¿NO SE LE OCURRE UNA PREGUNTA DECENTE QUE HACER?
Veamos este otro caso, probablemente mucho más sor-
Pareces hostil hacia mí.
prendente:
ALGUNAS DE SUS OBSERVACIONES ME OFENDEN.

¿Por qué estás en el hospital? Lo siento.


NO DEBER!A ESTAR AQUI. OLVIDE LAS EXCUSAS, TODOS USTEDES SON IGUALES.

¿Quien te u'ajó aquí?


LA POLlC!A.
Si al lector no le parece inapropiado, podemos seguir
¿Qué problemas tienes con la policía? con la prueba, de Túring. Es decir, le estamos volviendo a pre-
LOS POLlS NO HACE.N su TRAUA:lO.
guntar cuál de los dos interlocutores es una máquina. Es muy
¿Qué hacen, pues? probable que el lector piense que en este diálogo, claramen-
LOS POLIS ARRESTAN AL QUE NO DEBEN. te identificable como la comunicación entre un paciente pa-
A veces arrestan a los que deben. ranoico y un terapeuta, la máquina toma el lugar de este úl-
LA LEV DEnER!A DETENER A ESOS LADRONES ITALIANOS. timo, puesto que sería casi imposible que un computador
¿Eres italiano? imitara la mente de un paranoico. Al igual que en el caso an-
MIS ANTEPASADOS SON BRITÁNICOS PERO NACI EN ESTE PAís.
terior, hemos situado la solución en las notas (3) para que el
¿Conoces a algún ladrón italiano? lector tenga la posibilidad de pensar su respuesta.
INTENTO EVITAR LOS BAJOS MUNDOS. Los ejemplos utilizados proceden de algunos de los tra-
~
.".~ ¿Tiene's miedo de los bajos mundos? bajos de los a110Ssetenta y ochenta que intentaron abordar el ."~
'~

LA MAFIA SON LOS PEORES GANGSTERS. intrincado terna de la simulación del lenguaje natural, llegan- u
u
do a producir programas que consiguieron efectos conside-
'ao ¿Estás relacionado con la mafia?
rados espectaculares por algunos y decepcionantes para
'~
"O
"8.~ VA SABE, ELLOS ME CONOCEN,
.~
a. ¿Cómo es que te conocen? otros. En el caso del primer diálogo, su autor Weizenbaum a
~
~
~ ME EspIAN. (1976) trató de diseñar un programa, llamado ELIZA, que ,
e aprovechando la escasa directividad de las terapias rogeria- e
'o ¿Por qué? :2
'§ QUIEREN CONSECUIR PRUEBAS FALSAS PARA PERJUDICARME. nas no tuviera que enfrentarse con demasiadas complejida-
u
u

g
.9.
¿Qué tienen contra ti?
QUIEREN DETENEluvm.
des para responder a los pacientes)' poder así simular la co-
municación y el lenguaje humano. Probablemente, algunos
1
.s
lectores piensen que ELIZA es realmente un fiasco porque no En el caso de PARRY, que así se llama el programa que l55
154
entiende nada de lo que le formulan los pacientes y que lo simula la mente paranoica, nos encontramos ante un caso
que hace no es realmente pensar, más complejo, Fue diseñado por un psiquiatra (Colby, 1975)
De hecho, si repasamos el diálogo con ELIZA veremos interesado en la generación artificial de trastornos mentales,
que no le ha resultado difícil imitar las preguntas del terapeu- Al igual que ocurrió con ELIZA, hubo muchas personas, in-
ta, ya que éstas se limitan a volver sobre alguno de los concep- cluidos los psicólogos clínicos y los psiquiatras, que creyeron
tos formulados por el paciente y elaborar una especie de "boo- que PARRY era en realidad una persona que sufría de para-
merang" en forma de pregunta, Sin embargo, en el trabajo de noia, Esto se debía a que el proceso mediante el que fue di-
Weizenbaum ocurrió todo lo contrario, Es decir, muchas per- senado contenía un procedimiento bastante detallado de los
sonas establecieron un fuerte vínculo con el computador. Al- razonamientos que suelen utilizar los paranoicos y que supo-
gunas incluso al saber que el terapeuta era un computador, ne, entre otras cosas, la puesta en marcha de alarmas súbitas
lquisieron ser tratadas por él! E incluso se formuló que este ti- que se disparan en cuanto "huelen" la desconfianza en sus
po de herramient.as cognitivas podrían ser de gran utilidad en afirmaciones exageradas de actitudes defensivas, respuestas
el entrenamiento de terapeutas, puesto que pueden producir agresivas y cosas parecidas. Adviértase, de nuevo -porque es-
una gran cantidad de situaciones cuasi reales con muy bajo to es la esencia de un programa- que los diseñadorcs no pue-
costo, No obstante, podemos convenir en que en realidad ELI- den predecir con toda seguridad las respuestas del computa-
ZA lleva a cabo una actividad de bajo costo que representa so- dor, lo cual supone la aparición en todo programa de. ciertos
lamente una parte más bien pequeña de la actividad comuni- comportamientos realmente nuevos, Por supuesto, la gama,
cativa humana, De hecho, en cuanto se le planteaba una situa- modalidad y amplitud de dichos comportamientos es limita-
ción complicada, ELIZA no lograba responder adecuadamen- da y restringida a los fines y propósitos del programa, Eso
te, Ahora bien, a los lectores que estén a punto de concluir quiere decir que no existe apenas la capacidad de transferen-
que este tipo de intentos computacionales son baldíos, les pro- cia en las computadoras. ¿Pero acaso el conocimiento huma-
ponemos que intenten también responder a la siguiente pre- no no es modular y específico, con escasas capacidades gene-
~ gunta: muchas de las conversaciones humanas, éson realmen- rales? ¿Acaso no ha mostrado la investigación psicológica ~
'~
'¡:
te de mayor nivel comunicativo que las de ELIZA? Cuando ce- que la labor de transferencia de una tareas a otras, incluso ""
"~

rramos nuestro entendimiento, aunque mantengamos abier- dentro del propio dominio en que somos especialistas es real-
8° v
'~
"~
tos nuestros oídos, y no escuchamos realmente lo que nos di- mente difícil y costosa? o
ec -O
o En definitiva, los ejemplos de ELIZA y PARRY son so-
"8 cen los demás o incluso lo que nos decimos a nosotros mis- '~
v

'á. mos, do estamos haciendo mejor que ELIZA? Puede que des- lamente casos concretos que hemos presentado con la única .!"!
.!1 finalidad de concretar algunas de las cuestiones centrales en
pués de todo, el estudio detallado de cómo se ha rliseñado 'e"
•e torno a este asunto, De hecho, en la última década ha habido '0
-o ELIZA suponga algún tipo de progreso en los procesos cogni- 'o
'8

]
"
tivos subyacentes a la comunicación humana (véase Boden,
1981, para un examen detallado de este tipo de cuestiones),
avances espectaculares
dan fielmente recogidos
en esta temática,
en la siguiente
Dichos avances que-
cita: j
156 "Hay tres grandes acontecimientos en la historia. Uno, la 157
pensamiento o cognición. No obstante, en la actualidad pare-
creación del universo. Otro, la aparición de la vida. El ter- ce que el enfoque más sensato y útil de este asunto es deter-
cero, que creo de igual importancia, es la aparición de la minar, por un lado, en qué medida la elaboración de progra-
inteligencia artificial. Ésta es una forma de vida muy dife- mas contribuye a mejorar nuestra comprensión de la mente
rente, y tiene posibilidades de crecimiento intelectual difí- humana. Por otro lado, es fundamental no olvidar que en la
ciles de imaginar. Estas máquinas evolucionarán: algunos actualidad una buena parte de la actividad cognitiva de los
computadores inteligentes diseñarán otros, y se harán más seres humanos se lleva a cabo en interacción con computado-
y más listos. La cuestión es dónde quedamos nosotros. Es res. Es decir, existe una creciente tendencia a no tener a estas
bastante complicado imaginar una máquina millones de ve- máquinas "pensantes" como rivales, sino como aliadas. De
ces más lista que la persona más lista y que, sin embargo, hecho, en la actualidad son numerosos los autores, tanto pu-
siga siendo nuestra esclava y haga lo que queremos. Puede ramente cognitivos como vigotskianos o de otras tendencias,
que condesciendan a hablamos, puede que jueguen a co- que comparan el auge de la inteligencia artificial con el im-
sas que nos gusten, puede que nos tengan de mascotas." pacto que tuvo la escritura en el desarrollo de la humanidad,
(Fredhin, citado por Copeland, 1993, jJ. 17 de la versión espasiola.] es decir, como prótesis del conocimiento. Por tanto, parece
que más bien debemos acostumbrarnos a tratar de ver la no-
Si retomamos la pregunta que iniciaba este apartado, ción de programa -y su utilización en la inteligencia artificial
podemos preguntarnos de nuevo si las máquinas piensan. y la ciencia cognitiva- como un instrumento que puede am-
Cuando escribía estas páginas, quedé atrapado por enésima pliar nuestra perspectiva sobre la cognición humana en vez
vez por esta fascinante pregunta, así es que cuando llegó el fi- de limitarla, aunque establezcamos todas las diferencias que
nal de la jornada se la planteé a los chicos en la cena, A veces sean pertinentes.
la frescura intelectual de los niños es más penetrante que la En las páginas anteriores hemos dado cuenta de la lla-
erudición de los adultos. Por lo tanto decidí prestarles aten- mada metáfora computacional y de algunas de sus relaciones
ción. El más pequeño, de cinco a110s,dijo, "bueno, las máqui- y significaciones en la psicología cognitiva y disciplinas cone-
'.
~
.;:¡
nas funcionan pero no piensan". Quizá tenga razón, e inclu- xas. Es importante no olvidar que esta metáfora se ha visto
.~ so es posible que así sea en toda la extensión de la frase, de acompañada con mucha frecuencia de la visión del hombre :~
u tal forma que no sólo las máquinas funcionan sin pensar, si- como un científico aficionado. Es decir, de la concepción del ~
u
,s" no que los humanos pensemos pero no seamos capaces de
o sujeto humano como un organismo que lanza hipótesis sobre '~
o
"8'v, funcionar, Es decir, a estas alturas de la investigación, proba- la realidad y las va comprobando con mayor O menor fortu-
e, ~
blemente la pregunta de marras está mal planteada. En gene- 1l.
.!! na. Por regla general, se espera que dichos procedimientos .!!
~ ral podemos decir que las máquinas sí piensan porque los ~
e de comprobación sean similares o incluso idénticos a los que
'o e
'G programas son un sistema útil, aunque no el único, para ofre- usan los científicos. No le hemos dedicado un apartado a es- 'O
u 'ü
~ cer modelos de la cognición humana. Por supuesto, cualquier u

g respuesta al problema depende de lo que consideremos por


ta cuestión porque se trata en otras partes de esta obra (véa-
e"
'O

.E se pp. 215-220). Solamente nos resta indicar en estas páginas


-e
158 que dicha metáfora también ha sido criticada en los últimos Sin duda, hace miles de años, en el mm'e nosirum, en el '. 159
años por las mismas razones que lo ha sido la metáfora corn- oriente ignoto o en alguna cueva africana, alguien controló
putacionaL Es decir, porque los seres humanos utilizamos el fuego de su vecino, no porque tuviera más fuerza física o
mecanismos y procesos menos formalistas que los del conoci- mejores armas, sino porque contó mejores historias, En defi-
miento científico, como puede verse en los numerosos estu- nitiva, la capacidad narrativa es realmente connatural al ha-
dios que muestran los frecuentes sesgos y errores que come- mo sapiens y hasta cierto punto podemos decir que se desa-
temos los adultos en tareas de razonamiento y solución de rrolla al margen de la instrucción, Como ejemplo anecdóti-
problemas, tanto en las usadas por la psicología cognitiva co- co, recuérdese el caso de las historias que el novelista nortea-
mo por las piagetianas de operaciones formales, Sin embar- mericano afincado en Tánger, Paul Bowles, transcribió de un
go, también es preciso afirmar que, al igual que ocurre con la muchacho árabe, iletrado total, por ser mejores que las suyas
metáfora computacional, esto no le resta valor a la metáfora propias, Es decir, para saber contar historias no hace falta sa-
del hombre como científico, en la medida en que ha hecho ber leer ni escribir. En definitiva, es probablemente algo más
avanzar enormemente nuestra comprensión sobre la cogni- básico, más elemental y rotundo al mismo tiempo. Es algo
ciónhumana, ofreciendo un canon con el que comparar la ac- que debe pertenecer a nuestra dotación innata y por eso apa-
tuación de los sujetos en distinas tareas, rece en todos los contextos, por muy ligeros de equipaje que
nos hallemos y por pocas enseñanzas que hallamos recibido,
Narratividad y recuperación del significado A partir de ese potencial, sin par en la filogénesis, los pueblos
han ido transmitiendo su historia)' sus historias, sus miedos
En algunos lugares del mundo, como en la plaza de
y sus ilusiones, En definitiva, se ha ido construyendo la cultu-
Fnaa el J' maa de Marrakech, existen personajes fascinantes
ra y sus productos, una vez depurada la tosquedad de la pu-
que llevan a cabo a cualquier hora del día O de l¡anoche una
ra transmisión oral y amplificada por el enorme potencial de
actividad tan antigua y cautivadora que quien la recibe permi-
la escritura, la letra impresa y en definitiva el mundo acadé-
te que el tiempo se diluya y pierda su métrica habitual, Me re-
mico, Sin embargo, desde el punto de vista de la mente hu-
fiero a los conocidos contadores de historias, Si el lector ha
mana, tornada en un sentido intrínseco, todo eso es posible
:~ asistido a esta inolvidable experiencia, que taladra el ánimo ,~

e por el cuasi milagro de la habilidad narrativa, por la existen- .~


dejando inmóvil su recuerdo, sabrá que la fuerza centrífuga
8' de esa cascada de significados que emana de la actividad de
cia en todos los seres humanos para producir y comprender, o
u

de una u otra forma, lo que se ha llamado La gramática de la ,s"o


~ estos seres humanos, en muchos casos analfabetos, es tan po- -O
fantasía (Rodari, 1973),
8
'§. derosa que es posible que no haga falta saber árabe para de-
Sin embargo, para ser una actividad que ocupa un pa-
'a.
u

-'! jarse atrapar por sus redes, Basta con mirar el ritmo de su his- -'!
pel tan esencial en la constitución de los seres humanos co-
"e toria, la fascinación entregada de sus oyentes, los gestos de "e
'o mo tales, la psicología le ha dedicado muy poca atención, Es 'o

u sorpresa, admiración o intriga o los puntos suspensivos de sus
silencios para percibir que se está asistiendo a un prototipo
más, este tipo de habilidad)' todos sus productos asociados y ] o
~ pulidos por la cultura y la instruccción como la novelística, el tl
,5 de la génesis misma de la cultura, .5
160 teatro, la retórica y demás, han quedado excluidos durante va como una ciencia natural en la que importa sobre todo el lli1
décadas de los esfuerzos indagadores de nuestra disciplina. funcionamiento de la "máquina mental".
Afortunadamente, este estado de cosas se ha ido modifican- junto a esta nueva propuesta ha surgido este otro mo-
do y en la actualidad no sólo se ha producido un interés por vimiento por la izquierda que, por el contrario, parte de una
todas estas cuestiones que va en aumento, sino que incluso se . concepción de nuestra disciplina como una ciencia eminen-
formula una metáfora del conocimiento humano a partir de temente social. Por lo tanto, construye Sus metáforas fijándo-
dicha capacidad narrativa. Esta metáfora vendría a decir que se en otras "máquinas" que no son las físicas, sino los artefac-
la mente humana no es como un computador O C01110 un ce- tos culturales. Entre ellos sin duda e! que de alguna manera
rebro, sino como una función generadora de historias, cuya está teniendo un mayor impacto es e! de la narratividad, que
estructura, funciones y sobre todo significado es preciso se está configurando como metáfora básica sobre la manera
abordar en profundidad. Exponentes de este nuevo enfoque en que los humanos generamos conocimiento. Creemos que
son por ejemplo la obra de Bruner (1990) y la revistajournal en este caso podemos tomarnos la licencia de hablar de un
of Narrative arul Life History. movimiento por la izquierda -con todo lo discutible que pue-
Por tanto, puede decirse que en la actualidad la metáfo- da ser esta denominación- porque se trata de una ruptura
ra cornputacional no es en absoluto la única visión general muy radical con la metáfora computaciona!. Es decir, no só-
que utiliza nuestra disciplina para produccir conocimiento lo se considera que el conocimiento se genera en un contex-
científico sobre la generación de conocimiento, valga la re- to social y cultural, sino incluso que dicho conocimiento es
dundancia. En realidad, desde mediados de los ochenta, apro- en realidad un producto social.
ximadamente, ha tenido lugar una profunda grieta en la for- La forma más elemental de cualquier conocimiento -se
taleza met.afórica de! ordenador. Sin duda, ese movimiento argumenra- consiste en las historias que contamos y nos
de tierras ha dado paso a sendas bifurcaciones a derecha e iz- cuentan. Dichas historias pueden oscilar entre la simplicidad
quierda, siendo ésta una manera puramente estética de deno- de un relato infantil y la enorme complejidad de las historias
minar a estos cambios. de Borges, pero lo que siempre poseen, y en todas las cultu-
En páginas anteriores se ha expuesto lo que podríamos ras y medios sociales se da, es su presencia en las diferentes
·g
.~ llamar la salida por la derecha de la metáfora computaciona!. facetas y etapas de la vida humana. Cuando nacemos nuestra ."'5~,
u Es decir, se intenta en realidad conservar los logros básicos mamá nos lee cuentos; aprendemos a hablar contando histo- 8
es
'ffi,
o del procesamiento de información, pero utilizando unos mo- rias; crecemos en medio del relato de nuestra propia vida, in- 'g>
"8.~ delos y procedimientos que son todavía más fisicalistas, pues: cluyendo mediante relatos a los seres que desaparecen o a los ~
e,
to que parten de una metáfora basada en el paralelismo men- que abandonamos y cuando morirnos se siguen contando his-
o.
~ ~
~ te-cerebro. No cabe duda de que dichos postulados significan torias de nosotros. ¿Por qué entonces no fijarse en los relatos •
e e
'o cambios importantes con respecto al cognitivismo clásico, pe- y su actividad académica correspondiente -la narratividad- 'o

.gu ·8
ro también es cierto que esta nueva propuesta se hace desde para analizar el conocimiento humano? ¿Por qué no acudir al
] i
una óptica que comparte una visión de la psicología cogniti- espejo de estas aportaciones para entender mejor los meca-
-e
162 nismos internos de los seres humanos que a simple vista no cia, pero para formar parte de las humanidades y no de las 163
pueden observarse? Por ejemplo, si tomamos algunos casos ciencias positivas como la nuestra. Sin duda, (OlUO afirma
relevantes de los problemas centrales sobre la naturaleza hu- Bruner, esta predominancia del pensamiento "paradigmáti-
mana, que es al fin y la cabo de lo que se ocupa la psicología, co", configurado en torno a variables cuantificadoras, con-
des posible ofrecer una visión más acabada de algunos de esas ceptos muy delimitados y causalidad galileana -donde pre-
cuestiones que la que ofrece Shakespeare en sus dramas? ¿No domina el método experimental- impidió durante buena
nos dice El Quijote bastante más de los rasgos fronterizos de parte del siglo que se cultivara el estudio del pensamiento na-
la personalidad que algunos conceptos harto simplistas y ex- rrativo. El pensamiento narrativo se caracteriza, entre otras
cesivamente dicotómicos que maneja la psicología? (p.e. mo- cosas, por existencia de una configuración de variables que
tivación extrínseca e intrínseca; introversión y extraversión; forman una interacción muy compleja. Para comprender di-
véase Huertas, 1996, para una crítica narrativista a algunos cha interacción, e,l aislamiento de dichas variables -al estilo
conceptos motivacionales). Las respuestas a este tipo de pre- del método experimental no suele tener mayor interés. Es de-
guntas contienen probablemente las razones por las que du- cir, no aporta información significativa. Por el contrario, es
rante siglos se ha seguido leyendo a' los clásicos y encontran- el patrón relacionallo que concede sentido a la historia.
do en ellos explicaciones sobre las acciones de nuestros seme- Entre los estudios que muestran cómo se está produ-
jantes y las nuestras propias. De hecho, cualquier psicólogo ciendo una interesante expansión de los estudios que tienen
con cierta sensibilidad admite que en ciertas novelas, óperas por objeto las cuestiones narrativas, se pueden citar los tra-
o dramas ha comprendido mejor el alma humana que en el bajos sobre la comprensión de la historia (Carretero y Voss,
conocimiento académico. 1994; Rosa, 1994; Wertsch, 1994). A este respecto, conviene
Sin duda, esta propuesta ha sido fuertemente impulsa- indicar que el campo de la historia como objeto de conoci-
da por una buena cantidad de psicólogos cogniuvos, y en su miento cognitivo ha permanecido inexplorado durante bas-
desarrollo ha cumplido un papel esencial la obra de Bruner tante tiempo. De alguna manera puede decirse que el térmi-
(1990) Actos de significado, así como la influencia de autores no "conocimiento" ha significado para la psicología cogniti-
como Ricoeur (1983), White (1987) y otros. En realidad, pue- va, en las últimas décadas, sobre todo conocimiento científi-
~ •
-c
'c de decirse que el estudio de lo que podríamos llamar produc- co y algunas cuestiones del conocimiento cotidiano, pero na- .">
.~
8' ciones narrativas empieza con la psicología misma, aunque da que tuviera que ver con el conocimiento histórico. Así, re- o
u

'~ bien es verdad que Wundt consideró en su trabajo fundacio- sulta interesante que incluso la investigación sobre la ejecu- 'So
o
ou nal que nuestra disciplina no debía ocuparse de estos asuntos. ción cognitiva de expertos y novatos, que ha analizado con o.~
'§.. ~
Sin embargo, como es sabido, eso no quiere decir que el pa- tanto detalle las representaciones en dominios muy especia- e,
.!!
-'!
~ dre de la psicología no considerara que la llamada "psicología lizados como la física o la matemática, no ha explorado en '"
,§ e
de los pueblos" careciera de interés. Por el contrario, el estu- absoluto las cuestiones históricas y sociales. 'o
'8.g '0

i
dio de las creencias e historias que configuran la mentalidad
8
-
¡: popular fueron considerados por Wundt de suma importan-
e
~
El proyecto sangriento fue intentado por dos firmes 165
164 El cerebro como metáfora: los modelos conexionistas
seguidores de la hermana artificial, Marvin Minsky y Seymour
Hasta ahora hemos presentado las metáforas computa- Papert, puestos en el papel del cazador enviado a matar a
cional y narrativa. En las páginas que siguen introduciremos Blancanieves y a traer su corazón como prueba, El arma no
. la metáfora del cerebro que ha dado lugar a la concepción co- era una daga sino una pluma, mucho más poderosa, de la que
nexionista. Como hemos indicado anterionnente, esta visión salió un libro (Perceptrons) destinado a probar que las redes
del estudio del conocimiento humano deriva directamente de neuronales nunca podrían cumplir su promesa de construir
la metáfora computacionaL Incluso podría decirse que más modelos de la mente: sólo los programas de computación po-
que derivar ha sido durante años una competidora en la som- drían hacerla, La victoria de la hermana artificial parecía ase-
bra, que finalmente ha logrado desarrollar sus potencialida- gurada. Y ciertamente, durante la siguiente década todas las
des. De hecho, así es como parece verlo Papert, uno de los recompensas del reino fueron para su progenie, de la cual la
grandes investigadores de la ciencia cognitiva, que nos relata familia de los sistemas expertos hizo la mejor fama y fortuna.
de esta manera tan sugestiva la relación entre las metáforas Pero Blancanieves no estaba muerta, Lo que Minskyy Pa-
computacional )' conexionista: "Había una vez dos ciencias pert habían mostrado al mundo como prueba de su muerte no
hermanas de la nueva ciencia de la cibernética. Una hermana era su corazón: era el corazón de un cerdo. Para ser más lite-
era natural y tenía rasgos heredados del estudio del cerebro '" rales: en el libro podía leerse la prueba de que la estrategia de
La otra era artificial, relacionada desde el comienzo con el uso las redes neuronales para construir modelos de la mente esta-
de las cornputadoras. Cada una de las ciencias hermanas pro- ba muerta, Pero una mirada más atenta muestra que ellos ha-
curaba construir modelos de la inteligencia, pero a partir de bían demostrado mucho menos que eso. El libro, por cierto, se-
materiales muy diferentes. La hermana natural construía mo- ñalaba limitaciones muy serias de una cierta clase de redes (hoy
delos (llamados redes neuronales) con neuronas matemática- en día conocidas como perceptrones de una sola capa); pero se
mente purificadas, La hermana artificial construía sus mode- encontraba equivocado en lo concerniente a la suposición de
los con programas de computación, que esta clase de red era el corazón del conexionismo., Quién
En el primer florecer de su juventud ambas eran (o qué) debe ser puesto en el papel de Príncipe Encanrador., '"
'">
:E
>
.;¡
igualmente exitosas e igualmente codiciadas por pretendien- ¿Quién despertó al conexionismor.. Por el momento es sufi- 2
tes de otros campos del conocimiento. Juntas se llevaban ciente tomar nota de que el príncipe ha surgido de una relati- ~
~ u

bien. Pero sus relaciones cambiaron a principios de la década ,~


,~ va miseria y de la oscuridad para ganar la admiración de todos, o
o
"8 de 1960, cuando apareció un nuevo monarca, uno que poseía excepto de unos pocos irritados partidarios de su hermana" ]
"S. los cofres más grandes que se hubieran visto en el reino de la (Papert, 1988, p. 11-13de la traducción al español).
1(.
.!'i .!!
ciencia: el señor DARPA, la Agencia de Proyectos de Investi- Y así, en 1986, D, Rumelhart,j. L. McClelland y el deno-
'"e '"e
'O gación Avanzados del Departamento de Defensa, La hermana minado grupo PDP publican su obra titulada Parallel Distribu- 'o
"8~ '8
artificial se tornó celosa y tomó la decisión de guardar para ted Processing (Procesamiento Distribuido en Paralelo). Esta
"O

_.g
C.
sí el acceso a los fondos de investigación del señor DARPA,
La hermana natural. debía ser eliminada.
obra puede considerarse como el símbolo emblemático de una 1"'
166 nueva posición sobre el pr-ocesamiento de la información: la teo- Figura 3.2. Esquema defuncionamiento de un 167

ría conexionista a la que se refiere Papert en la cita anterior. Es- asociador de patrones
ta propuesta teórica supone para algunos una clara ruptura con (tomado de Rumelhart, McClelland y grupo PDp, 1992).
la concepción computacional de la mente humana, cuyos presu-
puestos fundamentales hemos descrito en las páginas anteriores
y que tenía en la metáfora del ordenador su presupuesto funda-
mental. ASÍ, por ejemplo, Fodor y Pylyshyn (1988) afirman que
se ha llegado incluso a un cambio de paradigma y estamos ante unidades A
6 11 1
una nueva ola en la ciencia cognitiva (Schneider, 1987).
La presentación que vamos a realizar en esta ocasión se-
rá por fuerza de tipo general. Uno de los rasgos de estos mo-
delo, es que utilizan procedimientos matemáticos muy comple-
jos que vamos a evitar para dotar a estas páginas de mayor sim-
plicidad. Por otro lado, las cuestiones que nos interesan en es-
te libro son las características y aportaciones básicas de la me-
táfora que proponen, así como las críticas de este planteamien-
to teórico. En cualquier caso, resulta imprescindible dar noti-
cia de estos desarrollos porque suponen los avances mas desta-
cados en nuestra disciplina y además están basados en una me-
unidades B
táfora claramente distinta de las dos anteriores.
Como su nombre indica, los modelos PDf proponen que Habría por tanto en estos modelos unidades de entrada
el procesamiento de la información es un proceso que se reali- de la información y unidades de salida. Hasta aquí, no diferi-
za en paralelo. Es decir, la información que recibe el ser huma- rían de un modelo asociacionista sin más, que uniera un estí-
no no se codifica sucesivamente, sino que las múltiples entra- mulo y una respuesta. Sin embargo, los modelos PDP propo-
.~
das se registran simultáneamente. Por tanto, vemos que se rom- nen un tercer tipo de unidades: las denominadas unidades
.~ .~
.~ pe uno de los presupuestos primigenios de la metáfora compu- ocultas, que se situarían entre las unidades de entrada y las de o
u
8 tacional, como es la primacía en los seres humanos del proce- salida. Éstas serían las responsables, en definitiva, de las re- ,s"o
'~f.¡ samiento en serie. Asimismo, ese proceso se realiza a través de presentaciones internas que posee el sujeto. Los tres tipos de
o ]
]o- un gran número de unidades que, de manera parecida a cómo
actúan las neuronas en el cerebro, se activarían según la infor-
unidades constituirían una red interconectada que reflejaría ti..
~
.:l un determinado patrón de activación, según la información ~
~ mación recibida, enviándose entonces señales inhibitorias o ex- e
que recibe, y a SLl vez determinaría las conexiones entre las di- 'o
e 'v
'o citatorias. De este modo, el procesamiento se realizaría de ma-
'v fererues unidades. Estas conexiones pueden ser inhibitorias o ~
~
'O
nera distribuida entre todas las unidades de la red.
excitatorias. Pongamos un ejemplo para aclarar un poco más g.5
2
1i! cómo es el funcionamiento básico de estos modelos.
~
168 McClelland, Rumelhart y Hinton (1986) describen có- muy sencillo. En la simulación de conductas más complejas el 169
mo funciona en términos generales un asociador de .patro- modelo sería también mucho más complejo: habría muchas
nes. Los asociadores de patrones son modelos en los que un más unidades que conectar y la reglas para asignar los pesos
patrón de activación, que se presenta en un conjunto de uni- de conexión plantearían muchos más problemas. Los mode-
dades, puede provocar la aparición de otro patrón de activa- los matemáticos se utilizan como herramienta para calcular
ción en otro conjunto de unidades. Es decir, asocian el con- esos pesos y poder generar una simulación computacional del
junto de unidades correspondientes al aspecto de un objeto, funcionamiento de algunos comportamientos humanos.
por ejemplo una margarita, con su aroma correspondiente. Otra característica muy destacada de estos modelos es
En la figura ~.2 reproducimos el esquema de funcionamiento que pueden aprender. En todo caso, conviene advertir al lec-
de este asociador. tor que ya son realidad los ingenios que suponen resolución
Las unidades tipo A representan los patrones corres- de situaciones moderadamente nuevas, como las que se pre-
pondientes a la visión de diferentes objetos. Las unidades de sentan al conducir un coche por la calle con tráfico real me-
tipo B corresponden a los patrones representativos de dife- diante un computador, lo cual se ha llevado a cabo con éxito
rentes aromas. Así, un patrón. de visión correspondiente a
en la Universidad de Carnegie Mellon. Así, en el caso de las
una margarita será asociado a su patrón de aroma correspon·
investigaciones conexionistas, el patrón de activación que
diente, y el patrón de visión correspondiente a un corte de
produce una determinada información conlleva un determi-
carne será asociado a su correspondiente patrón de aroma.
'\
nado patrón de conexión entre las diferentes unidades. Esta
! ¿Cómo se producen esas asociaciones? Las unidades pueden
fuerza inicial de conexión constituiría el conocimiento pre-
adoptar valores de activación positivos o negativos, o dicho
vio del sujeto. Sin embargo, esos patrones de conexión pue-
en otros términos, excitatorios o inhibitorios. Las conexiones
den ser modificados gracias a ciertos mecanismos de apren-
excitatorias se representarán por + 1, las inhibitorias por -1 y
dizaje. El "aprendizaje competitivo", la "teoría de la armo-
el O representará un valor neutral.
nía", "las máquinas Boltzrnann" el método de "propagación
Supongamos que hemos creado en las unidades de tipo
del error" (back-jJropagation) son algunos de los que se han
A el patrón de activación correspontlierite a la visión de la
.*.~ margarita: ¿Cómo lograr en las unidades de tipo B el patrón
propuesto (Carcía-Madruga, 1992). En este caso, el modelo
modifica o ajusta los pesos de las conexiones entre las unida-
~
.;;¡

'~
v olfativo correspondiente? Consiguiendo que las unidades ti-
'ffi, des estimando la discrepancia entre la salida real y la salida 8
o po A que estén excitadas (valor positivo) exciten a las unida- 'ffi,
esperada. Esta discrepancia modifica las conexiones en las ..2
'8.~ des de tipo B que tengan valor positivo en el patrón del aro-
Po unidades ocultas, y a su vez, éstas modifican el patrón de ac- ,§
ma correspondiente y a la vez inhiban a las unidades B que ~
e,
-"i tivación que desencadena la información que procede del
~ t.engan una excitación negativa en ese mismo patrón. Se cal- .1'l
e
'0
medio. Aunque este mecanismo de aprendizaje ha sido una •
'ü culan los pesos de conexión que deben tener las unidades y "
'o
v de las aportaciones destacadas de estos modelos, puesto que
-6 de este modo es posible simular la asociación de un patrón vi- '8o
g este mecanismo parece permitir bien la simulación de proce- 'C

.s sual con un patrón olfativo. Obviamente, éste es un ejemplo


sos como la adquisición de los tiempos verbales en los niños,
i
170 nos parece que conserva cierto parecido con la denominada namiento de los "átomos" y "moléculas" de la conducta hu-
estrategia "medios-fines" propuesta por la teoría clásica de! 171
mana. McClelland y otros (1986) destacan que los modelos
procesamiento de la información. propuestos hasta ahora "aún se encuentran en su infancia" y
Como señalan McClelland, Rumelhart y Hinton (1986): sólo han sido capaces de proponer versiones muy simplifica-
"una razón que explica e! atractivo de los modelos PDP es su in- das de los fenómenos que tratan de describir. Hasta aquí, he-
cuestionable 'aroma fisiológico'. Parece que están mucho más mos expuesto a grandes rasgos algunas de las características
ligados a la fisiología del cerebro que otros modelos del proce- principales de estos modelos, pero ¿qué aportaciones concre-
samiento de la información" (p. 46 de la versión española). Tal tas ofrecen frente a la teoría computacional clásica?
como puede verse por el modo en que funcionan, estos mode- Según Carda Madruga (1992), el enfoque conexionista
los suponen un cambio en la metáfora utilizada para explicar el proporciona una visión "radicalmente nueva de los concep-
procesamiento de la información. Así, en vez del computador tos básicos de: representación, Procesamiento, conociInieuto
es e! cerebro y, concretamente, el funcionamiento de las neuro- y aprendizaje" (p. 15). La representación del conocimiento,
nas, la metáfora o imagen ilustrativa de los modelos PDP. en vez de tener un carácter estático, es flexible, dinámica y
Sin embargo, así como el funcionamiento neuronal no distribuida en las unidades que componen la red. Por otro la-
da cuenta a nivel global de las conductas humanas complejas, do, se establece de tal modo que el conocimiento previo in-
los modelos conexionistas hacen referencia a un plano mi- nuye necesarianlente en el curso del procesaluiento, puesto
croestructural del conocimiento. Es decir, en términos gene- que el patrón de activación inicial es el punto de partida so-
rales, cuando resolvemos un problema, por ejemplo, pasamos bre el que el peso de las conexiones se va modificando en la
por diferentes fases: primero comprendemos el enunciado medida que el modelo aprende. La insistencia en el aprendi-
del problema (construimos una representación del mismo), zaje y sus mecanismos es una de las aportaciones más impor-
después buscamos estrategias o vías de solución del proble- tantes de este planteamiento teórico (Norman,1986), cosa
ma, ejecutamos esas estrategias y finalmente comprobamos que sin duda olvidaron los estudios basados en la metáfora

.~
que la solución sea correcta. Estos pasos formarían parte del computacional durante mucho tiempo.
~ nivel macroestructural. Asimismo, esta concepción del procesamiento de la in-
.~ ~
'a Por su parte, lo que explicarían los modelos PDP se co- formación tiene una repercusión importante para la concep-
g>
u rrespondería con la descripción del funcionamiento de cada ción de la memoria: lo que se recupera y se almacena es la 8
'Sn una de las unidades mayores que forman parte de esos pasos fuerza -los pesos- de las conexiones de la red. El aprendiza- 'So
o o
'O de la solución de un problema. Es decir, igual que podemos je consiste, por tanto, en encontrar las fuerzas de conexión 'O
u
.~
e,
.~
B..
,.j
explicar el movimiento de los objetos sin recurrir al nivel rno- adecuadas para que se produzcan los patrones de activación
..'l
lecular, a las interacciones entre las partículas que componen adecuados. Norman (1986) distingue dos sistemas diferentes ~
"e e
'0
'ü esos objetos, también es posible explicar la conducta humana implicados en el aprendizaje de nuevas habilidades: el siste- ~g
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-e a un nivel macro, pero también a un nivel micra. Esto último ma que denomina ccn (control consciente y deliberado) y el u
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e otro,' de carácter automático, responsable de la ejecución de
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es lo que intentan hacer los modelos PDP: describir el funcio- ..s~
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172 las rutinas automáticas y subconsciente. En su opinión, los cesas macroestructurales para explicar el funcionamiento del 173

modelos PDP serían "candidatos ideales" para desempeñar "procesador humano de información", 1)01' último, estos 1110-
este segundo tipo del sistema. El CCD (control consciente) delos suponen un avance para la ciencia cognitiva puesto que
funcionaría también mediante la activación o inhibición de permiten poner en relación los avances realizados en varias
las redes PDP, orientándolas hacia los valores adecuados. disciplinas. Concretamente, ha acercado los intereses de los
Entre otras aportaciones, con frecuencia se ha destaca- psicólogos y de los científicos interesados en la neurociencia.
do la gran f1exiblidad de estos modelos, que encajan bien con Por otro lado, mencionaremos sólo algunas de las nu-
otros conceptos destacados en la teoría computacional clási- merosas críticas y polémicas a las que han dado lugar estos
ca, tales como los conceptos de esquema y modelo mental. modelos. Los modelos PDP en general -y esto se ha señala-
Asimismo, esta flexibilidad implementada por mecanismos do como una de sus "virtudes"- explican bien las regularida-
como la "propagación hacia atrás" permite la corrección de des (distorsión elegante de la información), pero, sin embar-
errores en el procesamiento y la autorregulación del proceso, go, presentan más problemas para discriminar o explicar los
En cuanto al clásico debate innatismo-empirismo y las reper- casos que no siguen "la norma". En los sistemas PDP, la infor-
cusiones que tiene para el desarrollo cognitivo, los modelos mación que se procesa y las estructuras de procesamiento,
conexionistas no son incompatibles con ninguna de esas dos que en la teoría computacional clásica se distinguían, se con-
posiciones. El ser humano estaría dotado de un conjunto de vierten en una misma cosa. Fodor y Pylysyn (1988) critican
conexiones pre-incorporadas y una gran plasticidad para ad- este planteamiento: "si de todos modos se necesitan estructu-
quirir otras nuevas (García Madruga, 1991 y 1992). Puesto ras en las representaciones mentales para dar cuenta de la
que el aprendizaje consiste en la adquisición y modificación productividad y sistematicidad de las mentes, entonces, cpor
de nuevas conexiones, el desarrollo consistiría en la evolución qué no postular la existencia de procesos mentales sensibles
que sigue la adquisición de esas nuevas conexiones. Los me- a las estructuras para dar cuenta de la coherencia de los pro-
canismos de asimilación y acomodación piagetianos podrían cesos mentales? En resumen, épor qué no ser un teórico com-
interpretarse en términos conexionistas; el patrón de activa- putacional clásico?" (p. 67), Para estos autores, las teorías co-
ción inicial producido por el estímulo constituiría la asimila- nexionistas podrían dar cuenta de algunos procesos cogniti- ~
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:2 vos, pero en ningún caso explicarlos en general. '0
ción y la acomodación se produciría una vez que las conexio- ec
~ nes han sido ajustadas gracias a la experiencia, No obstante, También se ha mencionado que el conexionisrno no es 8
,~ creemos que no debe perderse de vista en ningún caso que sino una vuelta al asociacionismo de comienzos de siglo. Al- '~
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'O estos modelos describen un nivel microestructural, mientras gunos autores como Smolensky (1988, 1989), Bechtel y "8
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que los teóricos más relevantes en los últimos tiempos dentro Abrahmsen (1991) y García Madruga (1992) rechazan dicha
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~ del desarrollo cognitivo (Piaget y Vigotsky, véase capítulo 4) afirmación y consideran que, aunque es cierto que el asocia- ~
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'o se mueven en un nivel de análisis m.i-,molar. Por mucho que cionismo es un claro antecesor del conexionismo, éste supo- 'o
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se introduzca un sistema de control consciente de la informa-
ción, es necesaria, en nuestra opinión, la intervención de pro-
ne un avance y una elaboración más fina y detallada. En re-
lación con el aprendizaje se han planteado' también diversas g
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174 críticas. Por ejemplo, en lo que respecta al mecanismo de
"propagación hacia atrás" se ha hecho constar la implausibili-
dad biológica de dicho mecanismo.
En definitiva, parece claro que en la actualidad estos
modelos están aún empezando a desarrollarse y es previsible
un notable avance en la simulación de conductas más comple-
jas. Sin embargo, es cuestionable desde nuestro punto de vis-
ta, que puedan dar cuenta del aprendizaje humano en térmi-
nos generales. Es posible que sí realicen aportaciones muy in-
teresantes en el plano microestructural, pero sin olvidar que ~
ese plano de análisis debe coordinarse con el plano rnacroes-
tructural y con una explicación más global del funcionamien-
to de la mente humana, cuyos procedimientos de control y au-
torregulación juegan, sin duda, un papel fundamental que
debe coordinarse con las rutinas automáticas que son capaces
de simular los modelos PDP. No obstante, como suele ocurrir
siempre en la ciencia, sólo el tiempo y los avances que con él
se dan podrán determinar la pertinencia del conexionismo y
su metáfora básica de la mente como cerebro .

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