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El cuerpo del hombre

El cuerpo es llamado:

-nuestro “hombre exterior” en II Corintios 4:16.

-nuestra “morada terrestre” y “tabernáculo” en II Corintios 5:1.

En el cuerpo se encuentran nuestros sentidos físicos: la vista, el oído, el


olfato, el gusto y el tacto. Con el cuerpo nos ponemos en contacto con el
mundo que nos rodea, el mundo físico.

La Biblia nos enseña que debemos presentar nuestros cuerpos a Dios.

“Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no


obedezcáis sus lujurias; ni presentéis los miembros de vuestro
cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos
vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de justicia.”
Romanos 6:12 y 13

“Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios


que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo,
aceptable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Romanos 12:1

Cuando nuestro cuerpo muere

Para el apóstol Pablo la muerte no significaba un estado de


inconsciencia como algunos enseñan, para él la muerte no era una
pérdida, era una ganancia, no era una parada, era un viaje a la Presencia
de Dios, él veía la muerte como el tiempo de su esperada partida para
estar con su amado Yeshua / Jesús.

“Porque para mí el vivir es Cristo / el Mesías, y el morir es ganancia.


Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no
sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en
estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo / el Mesías, lo
cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario
por causa de vosotros.”
Filipenses 1:21-24

“Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de


libación, y el tiempo de mi partida ha llegado.”
II Timoteo 4:6

“Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que
estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor . . . pero confiamos,
y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.”
II Corintios 5:6 y 8

Pablo usa el término “mi partida” y Pedro usa el término “mi separación”
refiriéndose a una misma cosa, la muerte.

“Y considero justo, mientras esté en este cuerpo, estimularos


recordándoos estas cosas, sabiendo que mi separación del cuerpo
terrenal es inminente, tal como me lo ha declarado nuestro Señor
Yeshua HaMashiaj / Jesucristo.”
II Pedro 1:13 y 14

Hoy en día, cuando nuestro cuerpo muere nos vamos con nuestro amado
Yeshua / Jesús. Esteban lo sabía muy bien y por eso oró lo siguiente:

“Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor


Yeshua / Jesús, recibe mi espíritu.”
Hechos 7:59

El propio Yeshua / Jesús cuando muere encomienda su espíritu a Dios.

“Y Yeshua / Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, EN TUS MANOS


ENCOMIENDO MI ESPIRITU. Y habiendo dicho esto, expiró.”
Lucas 23:46

Cuando Yeshua / Jesús resucita a la hija de Jairo ¿Qué sucedió?

“Entonces le volvió su espíritu, y se levantó al instante, y Él mandó


que le dieran de comer.”
Lucas 8:55

La niña vuelve a vivir cuando su espíritu regresa a su cuerpo. El cuerpo


estaba muerto sin su espíritu.
“. . . el cuerpo sin el espíritu está muerto . . .”
Santiago 2:26

Los adventistas, los testigos de Jehová y algunos grupos mesiánicos


creen en el “sueño de las almas”, afirman que los muertos están
dormidos, sin embargo, esto no es lo que la Biblia nos enseña, el propio
Yeshua / Jesús afirmó que el alma es inmortal:

“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar


. . .”
Mateo 10:28

Cuando la Biblia habla de los que "duermen" no se refiere a los espíritus


o las almas de los hombres, se refiere al cuerpo físico de los hombres.

"Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán


despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y
confusión perpetua."
Daniel 12:2

En el versículo que vamos a ver a continuación podemos leer que ya sea


que estemos despiertos (vivos) o dormidos (muertos) ¡vivimos para el
Señor!

“. . . ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos juntamente


con El.”
I Tesalonicenses 5:10

La versión La Biblia al Día ha traducido este versículo de esta forma:

“Él murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos


con él.”

Debemos recordar que Dios NO es un Dios de muertos, sino de vivos:

“Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos


viven.”
Lucas 20:38

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