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El origen del mundo según la

mitología griega
¿Cómo empezó todo? En la tradición judeo-cristiana, todos sabemos cómo comienza
a gestarse el mundo con ese primer hágase la luz, pero ¿Cómo fue ese comienzo en la
mitología griega? Como en todo lo que respecta a mitología, existen varias versiones
dependiendo del autor, pero existe una teogonía que es la más conocida y empleada y esta no
es otra que la Hesiodo, escritor del s. VII ac. que obtuvo tanto prestigio como el propio
Homero. A ella vamos a remitirnos, sin olvidar reseñas de otras versiones.

Y todo empezó con el primer ser o ente que existió, Caos, que en este contexto no sería
equivalente a desorden, como en la actualidad, sino que se le describe como ser hueco, vacío,
previo a todo. Después aparecieron Gea o Gaya, la Tierra, Tártaro, que es lo más aproximado
al infierno cristiano y finalmente Eros, el amor. Éste último es el que acepta más posibilidades
en su origen, ya que si bien Hesiodo lo hace aparecer de la nada, ya que se consideraba que el
amor era una entidad necesaria para que esos primeros seres iniciasen la reproducción entre
ellos, que llevase a la aparición de otros, generación tras generación, otras versiones lo hacen
hijo de Afrodita, diosa de la belleza y el deseo sexual y Ares, dios de la guerra, o de Hermes
Dios del comercio y los ladrones, al considerar que esas primeras relaciones no fueron
producto del amor, sino de la necesidad. Incluso en otra versión que da Platón en “El
Banquete” lo hace descendiente de Penia, la pobreza y Poros, el medio de hacer riqueza.

Igualmente la lectura de la aparición de estos primeros personajes, ha llevado a muchos a


entender equivocadamente que Gea, Tártaro y Eros descendían de Caos, pero si nos atenemos
textualmente a lo que dice, estos aparecieron después de éste, y de Caos solo surgieron otras
dos entidades Nix o Nicte, la noche y Erebo, el mundo subterráneo, al que muchos han
querido identificar con el infierno, pero que realmente es mucho más amplio y representaría
todo lo que hay bajo la superficie de la tierra.

Hasta aquí sería una primera generación, cuyos protagonistas hacían referencia a las
circunstancias espaciales y temporales (la tierra, la noche, el mundo subterráneo) que daría las
condiciones necesarias para la aparición de las nuevas generaciones, que harán referencia a
situaciones parecidas, pero, cada vez, de un modo más específico como vamos a ver. Esta
descendencia será producida bien por relaciones entre estos primeros entes, bien directamente
de uno de ellos, como en algunos de los casos de Nix y Gea

De la relación de Nix y Erebo surgieron Éter, que representa la luz o aire más puro, el que
respirarían los dioses, y Hemera, el día. De la de Gea y Tártaro nacería el monstruo Tifón, que
representaba las fuertes tempestades, huracanes y fenómenos de ese tipo.

Mientras que de forma individual Nix engendraría a Tánatos, personificación de la muerte


natural, Hipnos, del sueño, Moros, del destino, las Keres, seres femeninos que representaban
la muerte violenta y la destrucción, Momo, de la burla o el sarcasmo, Némesis, de la
venganza, Oizis, de la angustia, Geras, de la vejez, Las 3 Moiras, Cloto, Láquesis y Átropo,
las hilanderas que tejían la vida de cada persona, Apate, del engaño, Filotes, de la ternura, a
las Hesperides, que protegerían el árbol de las manzanas de oro en el confín del mundo, y Eris
o Eride, la discordia, la cual también tendría una prolífica descendencia por sí sola, de
características similares a Nix.

Igualmente, Gea tendría descendencia de forma individual, a las Montañas, a Ponto, que
personifica a la entidad primaria del Mar y a Urano, el cielo, con el que iniciaría la dinastía
real entre los dioses que acabaría con Zeus y los Olímpicos.
Luego Gea se uniría a Ponto y tuvo como descendencia a divinidades marinas más específicas,
siendo estos; Taumante, que representaba las maravillas del mar, Forcis, a los peligros del
mar, Ceto, que era una representación femenina de estos peligros del mar y se uniría a Forcis,
Euribia, al dominio del mar y Nereo, que representaba el mar en calma.

También se uniría a Urano, que sería el primer monarca de los dioses, el cual, al llegar la
noche, la cubría (el cielo sobre la tierra) y yacía con ella, engendrando a los 3 primeros
Cíclopes, Brontes, Estéropes y Arges, que luego serían los encargados de fabricar los rayos de
Zeus, los Hecantoquiros o Centimanos, Coto, Briareo y Giges, seres con 100 manos y también
representaban a tormentas y tempestades y a los Titanes y Titanides, que supondrían la
continuación dinástica en el poder divino.

Después de estos Gea volvería a tener sola, en cierta medida como verems, a las 3 Erinias,
Alecto, Tisífone y Mégara, que protegían el orden universal y castigaban los crímenes, sobre
todo los de familia volviendo loco al autor de estos crimenes, a los Gigantes y las ninfas
Melias.

Los Titanes supondrían una evolución entre los seres divinos ya que comenzaban a representa
circunstancias naturales aún primitivas pero que ya comenzaban a ser más específica y
representaban a unas primeras sociedades primitivas, y estos fueron 6 titanes y 6 titanides:
Océano, que representaba el río que rodeaba la tierra, Ceo, a la inteligencia, Crío, díos de los
rebaños, Hiperión, de la luz, Jápeto, de la vida mortal, de su prole surgirían los humanos y
Cronos, que personifica el tiempo, pero en referencia al tiempo que lo devora todo o también
representa la fecundidad de la Tierra en relación a las cosechas, estos serían los Titanes,
mientras que las Titanides fueron Febe, que representa el brillo del intelecto y se uniría a su
hermano Ceo, Mnemosine, de la memoria e inventora de los idiomas, Temis, de la ley y la
justicia pero en referencia a la ley de la naturaleza, Tetis o Tethys, a la fecundidad de las aguas
y se uniría a Océano, Tía o Tea, a la vista (ya que esta la entendían como si fuese una especie
de rayo) que se uniría a Hiperión y Rea, a la fertilidad de la mujer y se uniría a Cronos y con
el engendraría a los primero Dioses Olímpicos. Como vemos, los titanes no se ajustan a la
imagen con la que ser suelen representar en el cine y televisión, que lo hacen plan seres
monstruosos y gigantescos, esta imagen se ajustaría más a la de los Gigantes, hijos de Gea,
que al igual de los primeros, en su momento, también entraron en guerra contra los Olímpicos
o incluso a los Hecantoquiros y Cíclopes.

Pero Urano, con la intención de evitar que alguno de los titanes, hijos suyos, lo destronase, al
nacer los enterraba en el seno de Gea. Pero no lo consiguió, ya que Gea consiguió que Cronos
se vengase de su padre con el conocido pasaje de la castración de Urano, ya que con una hoz
le cortó los testículos y los arrojó al mar produciendo una espuma de donde surgió Afrodita, si
bien en otras versiones Afrodita la hacen descender de Zeus y Dione. Incluso de las gotas de
sangre que cayeron sobre Gea, nacieron las Erinías antes citadas.

De esta forma se acabó el reinado de Urano, y se inició el de Cronos, junto a los titanes, durante
el periodo conocido como la Edad de Oro, y que finalizaría de forma parecida con la irrupción
de Zeus y sus hermanos, pero eso, es otra historia.

No obstante, como dije al inicio, existen otras versiones, más tardías, sobre el origen de todo,
que aportan ciertas variaciones y que aportan otras entidades aún anteriores a las citadas aquí.
En ellas aparecen Chronos, representación del tiempo, que suele confundirse o fundirse con el
titán Cronos, como hijo de Gaya o bien de Hydros, el océano primario y Thesis, una primera
Tetis, que se representa como un ser incorpóreo y serpentino con tres cabezas, de hombre, de
toro y de león y que se uniría a Ananké, la necesidad, otro ser serpentino, entrelazándose ambos,
alrededor del huevo primigenio y al separarlo se formó el universo, formado por la Tierra, el
mar y el cielo. A estos dos seres se les hace padres de Caos, Éter, Érebo y Fanes, que era una
deidad primaria que representaba la procreación y generación de vida, una especie de Eros
primitivo. Además, este último sería el primer dios divino que cedería el cetro a su hija, Nix, y
esta a su hijo Urano. Este tipo de versiones era seguido por grupos, como los órficos que
proponían otra visión de la religiosidad griega.

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