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m v H H H N W M n n n a

íM '- 'S

Irospecto, por la Dirección.


(.eneral Rafael Urdaneta, del
Diccionario Biográfico de
~Tr - SOarpetta y V ergara. .
*'l}on Rafael María Baralt, por
DE:
* " ?g5SlSfo-
don V ícto r Antonio Zer-
pa . REVISTA MENSUAL
Adiós á la Patria, por don
R a fa e l M aría B a ra lt.
fu n baba con cf principal! o&jeto be bcn a- oonocer en eí z c»to bet p ai*
Nuestros Grabados ij en cf e x tra n je r o a-í Z u t i a con toba* jw j pr obw-cci-oncs
Retrato del general Rafael
a s ncttu-rafes ij- en toba» m i m a ni|cs-
Urdaneta.
Facsímile de una carta autó­ tcicione» be proepe^o.
grafa del mismo.
Estatua de don Rafael María
Baralt. .
Vista de la casa conocida an­
tiguamente con el nombre
de .‘‘151 Chirimoyo.”
Vista del Palacio de Gobierno

M A R A C A IB O
IM P R E N T A A M E R IC A N A

18 8 8

/ / / V: 'Y. r v wm / / / / / . / / / / / / / / / / / / / / / / /
EL ZULIA ILUSTRADO
-- cyp--
REVISTA HEB [ s n ¿ L
“CÁ!? ' *

TOMO I. M a r a c a ib o : 2 4 d e Octubr e d e 1888 NIJM. 1

proyecto, dándole la forma de Revista descripti­ facsímiles de autógrafos, etc.; edificios públi­
& i m M S f f w va con ilustraciones adecuadas, y quedamos, por cos, calles, plazas, monumentos, paisajes, etc.;
lo tanto, en el caso de llamar en nuestro auxi­ tipos y escenas de costumbres populares ; nues­
lio el patriótico esfuerzo de todos los zulianos y tra variada fauna y nuestra bellísima flora ; his­
de pedir á todas las inteligencias su brillante toria, tradiciones, curiosidades naturales y ar­
D ir e c t o r y E id itor : B . b s Q P E IZ I ^ I V A S cooperación en nombre de esta tierra amada. tísticas, antiguallas ; tipos, costumbres, armas,
Ningún lucro reportaremos de una publica­ vestidos y utensilios indígenas; industria, co­
ción tan costosa como ésta ; por el contrario, mercio y marina; poesías en loor del Zulia ó
PROSPECTO descriptivas de sus naturales
bellezas; geografía y topo­
grafía de la Sección; itine­
amos á acometer una em­ rarios ; institutos de ense­
presa que sería superior á ñanza y de caridad; medios
nuestras fuerzas, si sólo con de locomoción; telégrafo,
ellas debiésemos contar para alumbrado eléctrico y teléfo­
realizarla ; pero nos anima la no ; descubrimientos de cual­
esperanza de que el noble pue­ quier género, minas, noticias
blo zuliano, eminentemente científicas de artes ó de indus­
espiritual y progresista, nos trias ; bancos y economía po­
ayudará con patriótico empe­
lítica ; artículos y grabados
ño á mantener en alto el nue­ sobre casos prácticos notables
vo pendón que hoy ponemos de medicina y cirujía, que se
en sus manos para (pie, tremo­ presenten en el Z u lia; biblio­
lado por él con legítimo or­ grafía, y tántas otras materias
gullo, anuncie á los demás que pueden corresponder á
pueblos, no tan sólo un nuevo nuestro propósito y á la índo­
triunfo suyo alcanzado en las le especial de esta publicación
grandes batallas del progreso y que en este momento se es­
moderno, sino la enumeración
capan á nuestra memoria.
de todas sus victorias, el glo­ No nos limitaremos á lo
rioso inventario de todos sus estrictamente zuliano: cuan­
trofeos. do un invento ó uno de esos
Ocho ó diez años hace que acontecimientos de importan­
venimos acopiando cuanto he­ cia universal se efectúen en
mos podido adquirir en mate­ cualquier punto de Venezuela
ria de publicaciones periódi­ ó en el extranjero, procurare­
cas, libros y manuscritos re­ mos que quede consignado en
E l Z u l i a I l u s t r a d o por me­
ferentes al Zulia desde la Con­
quista hasta nuestros días; dio del grabado y del artícu­
porque era nuestro anhelo for­ lo explicativo. En las entre­
mar con todo ello un libro gas subsiguientes publicare­
que presentase á nuestra ama­ mos vistas y descripciones de
da tierra ante los demás pue­ nuestra primera Exposición y
blos, de la manera más com­ de las fiestas del Centenario.
pleta que nos fuese dable ; pe­ Demás está advertir que
ro han pasado los años, y ellos desde sus comienzos no puede
no han hecho más cpie afian­ tener esta publicación toUjo el
zar en nuestro espíritu la con­ vuelo que ella puede alanzar
vicción de nuestra incapaci­ en lo sucesivo con el apoyo
dad para realizar tamaña em­ que no habrán de negarle
presa. cuantos amen el suelo en que
Hoy que el Zulia se ha ata­ nacieron y se enorgullezcan
viado con sus más hermosas con sus adelantos. Ella será
galas para llerar ante los alta­ mensual, pe.ro teniendo que
res de la Patria las ofrendas pedir al extranjero los graba­
de la gratitud hacia uno de dos, saldrá ocasionalmente
sus hijos más preclaros ; hoy mientras se regulariza la ve­
que, con motivo de tan nida de aquéllos.
solemne momento histórico, En estas columnas nadie
abre su primera magnífica E x ­ encontrará nota destemplada
posición, con la (pie fomenta ni apreciación ingrata: para
las artes y las industrias ; hoy encaminar esta publicación
que establece el alumbrado por el rumbo que nuestro
eléctrico ; tiende la red tele­ amor al Zulia lo nene traza­
fónica ; empuja, en fin, á todos sus hijos por resuelto tenemos ya cooperar á su sostenimiento do de antemano, hacemos completa ¿tliliracción
anchurosa vía hacia el porvenir sonriente y fe­ con el valor del trabajo tipográfico y con nues­ de nuestra individualidad, áftitueSlMfl p a jo n a­
cundo (pie le brindan sus destinos ; creemos (pie tros personales esfuerzos, como simples compi­ les inclinaciones y hastA de o in tn ir resenti­
ha sonado la hora de aprovechar los acopiados ladores. mientos, por vehementü J J^gitftnttSque ellos
elementos, pues lo (pie antes era un simple Esta primera entrega, completamente im­ sean ; y asimismo espeCMHt <flt tUAps prescin­
propósito, un ferviente anhelo de nuestro pa­ provisada, es como una muestra de lo (pie será dan de nuestra persflOBÜdfcd J <1(1 flltestro nom­
trio amor, se ha convertido, por obra de ese E l Z ulia I l u s t r a d o : en sus páginas irán apa­ bre en cuanto puedan d lt» StT dvíce á la reali­
mismo progresó, en necesidad urgentísima de reciendo nuestros proceres, escritores, poetas, sa­ zación del patriótico penumacnfib.
lieneficiosa propaganda. Para llenar esa ne­ bios, educadores y hombres útiles (en la grande
cesidad, hemos modificado nuestro primitivo acepción de la palabra), con rasgos biográficos, í , L ó p f .z R iv a s .
4 KL ZULIA I LUST RADO

( ¡K X E R A L pone á sus órdenes, obran sobre Bogotá él, del país que se la daba y de l.i dignidad
que rinden el 12 de diciembre, y Jefe de del Jefe de la Nación que se la ofpjcía. Y el
RAFAEL URDANETA operaciones sobre Cúcuta, sufre un descala­ general R a i a k i . U k d a x k t a , que ganó veinte
bro en B álaga el 25 de noviembre de 18 15 , batallas, que perdió siete, que fué sitiador
con pérdida de 200 entre muertos y heridos, siete ocasiones, sufrió dos veces el sitio y
que tomó su vencedor Calzada. Esta des­ dió dos asalto s; el que llevó bien puesta la
a c ió en M aracaibo el 24 de octubre espada que le ciñó la Patria, y la hizo brillar
gracia le condujo á un juicio militar, del
de 1788. Bolívar, que llamó á siempre con inmarcesible lucim iento; el
que fué absuelto, por cuanto su deber había
Arism endi astuto, á Bermúdez im ­ que merece que le canten los poetas, le re­
petuoso, á M ariño gallardo, á M onagas quedado en el mismo puésto de honor que
produzcan los pintores y le modelen los
valiente, á M ontilla bizarro, á Páez bravo, á su valentía. A causa de sus desavenencias
estatuarios, terminó como se quema el pebe­
Salom constante, á Santander culto, á Sou- con M. de Valdés y Cruz Carrillo, el ejército
te dejando ambiente de fragancia inefable,
blette discreto, á V aldés osado, dió á U r d a - de Oriente se unió á Páez, quien le da en
muriendo de Ministro de Venezuela en Paris,
x e t a el calificativo de brillante. V ¿ cómo Arichum a el mando de una división y pelean
el 23 de agosto de 1845.
no serlo quien com o él empezó la carrera contra los realistas en Guachi ría el 29 de
Del D iccionario B io gráfico d e Scarp etta y Vergara.
de sacrificios por su Patria emigrando de junio de 18 16 , Los Cocos, Yagual, en la que
Venezuela, peleando en las contiendas de con sus húzares venció á los contrarios y
V enta-Q uem ada, en diciembre de 18 12 ; toma salvó de un desastre á sus compañeros
de Bogotá en enero de 1 8 1 3 , en la que cayó S e rv ie rv Santander acosados por Torrellas
y López. Bolívar le envía á que mande las Don R a fa e l M a ria B a ra lt
prisionero como que defendía la Federación;
saliendo entre los auxiliares de Cundina- tropas en Margarita y entra á Caracas como —X—
marca que Bolívar recibió en Cúcuta, en Gobernador en 1818. E11 Semen recibió
pe xas contaba este ilustre venezolano
donde se le confió el mando de 500 solda­ una herida y en Angostura fué de la comi­
cuarenta y nueve años, seis meses y
dos, con los cuales pisa el suelo amado de sión que convocó el Congreso, en la cual el
un dia de una existencia tan útil
la Patria, sigue en alcance de Ribas llevando Libertador dijo : « Por mi parte, yo renuncio 3 1
como admirablemente la­
50 compañeros y el material del E jército ; « para siempre la autoridad que me habéis boriosa, cuando falleció en Madrid el 4 de
le encuentra en Boconó, vencen en Niquitao, « conferido. El primer día de paz será el enero de i860, habiendo nacido en Maracaibo
ocupan á Araure, y vencen en Horcones en «último de mi mando.» A la altura del (del /tilia de Venezuela) el 3 de julio de 1810 .
lo y 22 de julio de 18 13 , adueñándose de patriotismo más elevado, estaba el de U kda- La vida de este ingenio verdaderamente sin­
San Carlos y I^a Victoria, y recibe el 6 de x k t a ; por eso el Libertador pone á sus ór­ gular del>e considerarse breve, cuando, al recor­
agosto los victores en C aracas? Triunfa en denes las tropas de English, y con ellas, dar que ella estuvo siempre « condenada - co­
el.M irador de Solano, bajo una lluvia in­ después de ser vencedor en Pozuelos, se mo él mismo lo dijo en su discurso de recepción
mensa de balas y metrallas lanzadas en tan adueña de Barcelona y pone en dura prueba en la Real Academia Española - á todo géne­
desesperado combate, y en el cual U k d a xe- su no desmentido valor, en el atrevido ata­ ro de azares y conflictos », se contempla tam­
t a apareció iluminado por la luz rojiza de que á las fortalezas de A gu a—Santa, en bién cuál fué el número y cuál la calidad de sus
las descargas y el abrasador rayo de un sol donde una bala de cañón, en su rebote, dió producciones intelectuales.
tropical. Kn Bárbula y Trincheras fueron con U k i i a x e t a que recibió una herida, á Él es, entre los literatos de Venezuela,
aquel de quien, consideradas sus obras, al res­
despedazados los enemigos. ¿C óm o 110 tiempo que 150 de sus compañeros cubrían
pecto de las exterioridades, nos han quedado
serlo? A llí estaban Girardot, Ribas y Uk- con sus cadáveres las terribles bases de los
los mejores modelos del lenguaje castizo en la
d a x e t a inspirados por el genio de Bolívar, fuertes y que él perdía también su caballo
prosa y de la dicción clásica en el verso.
a l frente de sus respectivas divisiones. Si le en tan temeraria empresa, el 3 de agosto de
Mañanearon en su inteligencia las luces del
vemos digno en el desastre de Barquisim eto, 18 19 . Sin desmentir sus dotes militares se
saber, y en su pluma se aposentó el genio del
le encontramos sublimemente terrible en la retira para Maturin, á donde llega el 20 casi bien hablar desde (pie ésta tuvo que dar de sí
batalla de Vigirim a. El Sol que lució en la solo, pues los alemanes se morían ó se pasa­ los primeros reflejos.
jorn ad a de A rau re el 5 de diciembre, no se ban al enemigo por no soportar el hambre y Un instinto que llamaremos respetuoso nos
ocultó sin haber sido testigo de su procla­ la desnudez. Y como á lo militar valeroso guía ahora lejos del designio de establecer com­
mación com o vencedor en tan sangriento y diestro |unía lo de ciudadano ilustrado, paraciones, pues no nos agradaría hallar algo
hecho de armas contra el español Ceballos, ocupó un asiento en el Congreso de A n go s­ que no fuese la igualdad en aquellas á (pie
que la pierde y se embarca para Guayatia. tura, de donde salió á mandar el ejército del nos condujera el asunto ; pero no por eso de­
Infortunado después en Barquisimeto e! 9 Norte, á favorecer el pronunciamiento cíe jaremos de ser firmes en la explícita justicia que
de marzo de 18 14 , contra Cajigal, lleva el Maracaibo en favor de la Independencia, el nos demanda el concepto que tenemos de la
laurel del triunfo en la defensa de San Carlos, 28 de enero de 18 2 1, y ser de los vencedores superioridad de ingenio que en B a ra lt revelan
todas sus obras, dotadas de cuanto da brillo y
durante ocho días de pelea, de donde salió en Carabobo 2a; Jefe de las tropas de la
primor á la expresión del pensamiento, labradas
con los suyos abriéndose paso con sus Pacificación del Zuiia y Santamaría, en el
con todas las gentilezas de un verdadero artista
espadas para ir á ser envidiado defensor envío de auxilios al Perú, fué notable su
de la idea, y llenas de la energía y el frescor de
heroico de Valencia, con 2S0 republicanos oposición á Páez. con motivo de su separa­
un espíritu elevado que se trasparenta en sus
contra 3,000 realistas de Ceballos, quien, ción <!e Venezuela en 1826. Sigue para lucubraciones.
á los cinco días (3 de abril) de combatir sin Bogotá con el ejército á ocupar en breve la En pureza de lenguaje y en virtudes de esti­
misericordia, desistió de sus ataques, siendo Secretaría de Guerra y Marina. Grande­ lo creemos (pie no hay quien le aventaje en
imposible someter el puñado de titanes, sus mente defensor de Bolívar, le sostuvo el 25 toda la América, y ipie pocos le igualarán en
adversarios, en la desesperada lucha. . . . de setiembre de 1828 en Bogotá. Turbado la misma España de hoy, pensando en esto de
En el campo llamado del A rad o, el 16, fué el orden en 1 830, asume el mando supremo, acuerdo con don Felipe Tejera.
án g el tutelar de los despedazados batallones y muerto Bolívar, dice en su proclama de 9 Esta rotunda afirmación que ponemos aquí,
republicanos ; y tanto, que bajo la bandera de enero de 18 3 1 : « Las pasiones, aun las sin olvidar (pie don Andrés Mello ( el patriaría
de los cuerpos que allí mandaba y que que­ " más encarnizadas, deben darse por satisfe- de la literatura hispano—americana, romo tam­
daron diezmados, se reunieron muchos va­ «chas, pues el Libertador no pertenece sino bién le ha llamado últimamente don Marcelino
lientes con CjUUrnes emprendió marcha para «a ia I listona, y alrededor de su tumba de- Menéndez Pelayoj es el primero y el más in­
la Mueva. G rBrada. combatiendo antes de « hemos ¡untarnos para revivir !a Patria y signe de cuantos en la América han trillad:) la
senda del saber \ cultivado la literatura, va en
pisaron en M u cu eh ies. en donde ]Hido « meditar sobre la situación angustiosa de
este lugar, como fácilmente se alcanza, restrin­
con s u p ín e te - y #\l v alo r impedir mayores «Colom bia.» Entrega el mando el ¡ } de
gida ;í las excelencias de la forma y á las propie­
desastre© <Ti *US tropas que sufrieron la mayo, después de restablecer las garantías
dades del ingenio ; siendo asi que ella na< v de
desgracia de ck’fJlF^OO de sus compañeros constitucionales y convocar el Congreso de la honda impresión que en nuestro ánimo ha
tendidos eiT el campo q u í liizo suyo Calzada, Villa de Leiva : y diciendo su último adiós á dejado siempre la lectura de las obras de
el 7 de setiembre <¿» 1 8 1 4 . U k h an k ta ve á la Nueva Granada, parte para Venezuela el Hakai.t, empapadas, por decirlo asi. en aquel
B olívar en CífeUts 4 X2 de noviembre, se 28, en donde encontró una acojida digna de gusto clásico y en aquella manera de expresión
EL ZULIA ILUSTRADO 5

privativos de los escritores del siglo de oro de estar encerrado en los límites de la norma clási­ «cilaso, al famoso Luís de León, á Rioja, Ar-
las letras castellanas, que en el presente sólo han ca, y moviéndose de continuo entre las armo­ « guijo y Cienfuegos. La imitación así, produ-
podido ofrecer muy pocos de los más renom­ nías de un decir afiligranado y hermoso. « ce en el espíritu un efecto semejante al de los
brados y puros de la península, y ahora por De esta precocidad que mueve á la admira­ « olores ó la música, cuando despiertan en el
ventura uno que otro americano. ción en el gran talento de B a r a l t , es buena « corazón la memoria de la felicidad pasada, los
Parecía B a r a l t nacido para trasparentar en muestra la que consideramos como primera de « cuadros más tiernos y patéticos de la juventud
su dicción la de aquellos grandes modelos de todas sus producciones : la Introducción de un « ó de la infancia. Son como las dulces remi-
clasicismo castellano, y se dejaba oír, como folleto que él dió á la estampa en Valencia, en « nicencias de paraísos perdidos á donde ya
hombre chapado ála antigua, con habla sabrosa, 1830, con el título de « Documentos m ilitares y «sólo pueden volver nuestros suspiros en las
dulcísona y poética en la prosa misma, relucien­ «políticos relativos á la campaña de vanguardia « alas fugitivas del recuerdo.»
te en bellísimas y no desusadas antiguallas, sin « dirijida por el Excelentísim o señor general en No es designio nuestro, ni á tánto osaríamos
que por eso fuese menos nuevo y sorprendente «Je fe Santiago M arino, publicados por un O ficial tampoco en ningún caso, el juzgar aquí las pro­
en las ideas. Si sus modelos fueron el oro y « del Estado M ayor del Ejército ;>, en la cual piedades de tan alto ingenio. Creemos, por
la filigrana de ambos Luises, de Mariana y de despunta ya el escritor sublime y se echan de lo demás, que la obra crítica de los trabajos de
Rioja, en lo tocante á las exterioridades del ver las facultades con que cuenta, siendo así don R a f a e l M aría B a r a l t , así en lo que se
pensamiento ; su espíritu vivía en este siglo que apenas frisaba entonces en los veinte años refiere á la poesía como en lo tocante á sus lucu­
y sólo aspiraba á los esplendores del porvenir, de su edad : no hay brillo ni vuelo, es verdad, braciones en historia, en filosofía-política y en
fecundo á toda hora en ideas generosas, el pe­ en aquel escrito, que apenas descubre la fo­ filología, está aún por hacerse (como ya lo
cho henchido siempre de amor á la libertad, gosidad del joven en algunos rasgos, porque insinuó desde 1875 inspirrdo poeta y distin­
al orden, á la justicia y á la ciencia. Fue en él él propio declara haberse propuesto desnudarlo guido escritor señor don Ermelindo Rivodó); y
más eficaz el poderoso ingenio y la nativa incli­ del «ropaje engañoso del ornato y la pompa»; que es, cuanto indisculpable, digno de lamen­
nación, que lo ha sido en otros la paciente pero en cambio, sobre ser esto mismo, dado tarse el olvido en que se han dejado dormir en
aplicación al estudio constante ; y así fué cómo, el objeto particular de la pieza, una prueba Venezuela las obras de tan insigne autor, con
á los veinte años de su edad, sorprendió á todos de juicio anticipado y de reflexión precoz, daño de las generaciones nuevas, que apenas
hablando sin esfuerzo, y como en la ingénita hay que notar en ella lo netamente castizo de acertarán á conocer' •, de oídas. Es grande
suya, la antigua lengua de los civilizadores del la forma, y el gran fondo filosófico (pie revela lástima que los escritos de tan celebrada inteli­
continente de Colón. La que él usaba, para cuando se da á discurrir, bien que muy á la gencia no figuren aún en una serie de volúmenes
deleite y provecho de sus lectores, no era por ligera, acerca de la revolución separatista y (pie sirvan de pasto á la juventud estudiosa, y
cierto ésa de las repeticiones triviales, de la sus causas. sean de la nación timbre, y ejecutoria de’ un pue­
armonía hueca, de los retruécanos y armazón de Y volviendo de pasada al Resumen de lablo (pie así probara el no mirar con desdén sus
palabras sin fondo de pensamiento en que, por H istoria antigua y moderna de Venezuela, para glorias verdaderas. En verdad, se ignora ya
desgracia, abunda hoy nuestra literatura; sino considerar en ella el lenguaje de B a r a l t como cuánto fué y dónde está todo lo que escribió
una que, sin dejar de ser la clásica antigua por modelo del buen decir y tipo acabado del don R a f a e l M aría B a r a l t , pues apenas cir­
la identidad de las formas, aparecía original y corte clásico de nuestros maestros en el habla, culan por ahí algunas de sus poesías, pocas de
flamante en los conceptos, y llena si cabe, de bástenos recordar, como ya lo notó el escritor sus breves y melódicas composiciones en prosa,
mayor majestad, y aun más h e r m o s a , tomo po­ zuliano señor doctor Jesús María Portillo, las el Discurso de Recepción en la Real Academia
cos españoles en este siglo h a n t e n id o 1 « fortuna citas que de muchos de sus pasajes aparecen Española, y el Diccionario de Galicism os: sien­
de alcanzarla. ; Cuánta sorpresa causa un joven en la Gramática Castellana de don Andrés do así (pie el mismo Resumen de la H istoria
americano, que n a c e y c r e o ® e n lo s días turbu­ Bello, escojidos para dechados de las maneras antigua y moderna de Venezuela se hallaba tiem­
lentos de la revolución i n f o r m a bu corazón y su de expresión más recomendables, ó para po há completamente agotado en su primera
espíritu en los s e n t im ie n t o s 6 ideas de aquellos confirmar una opinión acerca del uso ó el edición, y no había esperanza alguna de lograr­
tiempos, y va,Klft .-m b a r g o , como por un instin­ sentido de una voz. Y cuenta que don Andrés lo de nuevo, hasta ahora que la casa editorial
to, á tomar la s b e lle z a » pfopias de la expresión Bello utilizaba esa obra á la par de las mejores de los señores A. Bethencourt é hijos se
en las w ras p u ra s fuentes de la nación que nos de los clásicos españoles, cuando más y más ocupa en preparar la segunda edición. Y<ie
legara su lengua y sus costumbres! depurado su gusto en el estudio asiduo de ello es preciso dolerse tanto más, cuanto nin­
Clasico, p u r o , deleitoso : hé ahí lo que es aquéllos, y teniendo en mira, con aquel juicio guno de los que se aficionan á leer ignora que
B a r a l t e n s u lenguaje, que así es admirable recto y claro cual ninguno, los pocos años del él trabajó ardorosamente en la prensa periódica
étimo e s d i g n o de ser imitado. autor americano, debía de obrar á impulsos de y publicó numerosos opusculos en España,
I Sabia él tanto de los veinte á los veinti­la sorpresa y admiración con que era natural fuera de lo que haya dejado en fárfara sobre
cinco años como otros en una larga vida de leyese las formas típicas de la más correcta su grande obra proyectada con el título de
estudios ? No hay para qué averiguarlo ; y dicción castellana manejadas por un escritor Diccionario Aíatriz de la Lengua Castellana.
Contentémonos con observar que las formas de novel del Nuevo Mundo. Quien, como él, tenía el don de decir
su dicción eran ya entonces tan puras y melo­ Como cantor inspirado «pie se producía en siempre cosas buenas y nuevas, hablando de
diosas en la prosa, como ninguno antes que él i<estudiados y perfectos versos», según la atinada continuo á la altura de los maestros tanto por
las había usado de los nacidos en América, y frase con que le calificó el ilustre escritor don la forma como por la esencia de los asuntos,
como pocos las han ostentado en la misma Juan Vicente González, B a r a l t es, por anto­ no ha debido dejar ningún ripio despreciable
España. nomasia, el poeta clásico de Hispano-Améri- en sus escritos, y todo en ellos ha de ser obra
En todo lo dicho hasta aquí nos hemos ca ; y en sus liras relucen con más brillo que de provecho en la literatura española, como ya
venido refiriendo á las obras en prosa de don en los giros de su poética prosa, la propiedad lo fueron también para la misma los trabajos
R afaf .i . M a ría B a r a l t , y de éstas, con espe­ del lenguaje y las excelencias de la dicción. La periodísticos del incomparable y profundo
cialidad, á sus primeras producciones, es decir, sublimidad de su estilo no tiene igual. Balines, y las lucubraciones todas del sabio
á su Resumen tic la H istoria antigua y moderna Don Felipe Tejera, que es, como distingui­ americano don Andrés Bello, y como lo habían
de Venezuela y á sus composiciones literarias de do poeta él mismo, autoridad (pie nos place sido antes las que en diferentes órdenes de
los años juveniles; pues nos admira más la citar, considera á B a r a l t « el más. puro, cor- ideas legara á la posteridad el muy insigne don
pureza de su lenguaje en éstas, com.> si .hubiese « recto y grandilocuente de los poetas venezo- Caspar Melchor de Jovellanos.
sido él uno de los alumnos que se apersonaban « lanos.» Le halla «empapado en la rica litera- Concretándonos á las publicaciones de B a ­
con Fray Luís de León á oírle explicar los « tura española», y dice (pie « sus odas, sobre ra lt en España, sólo hemos tenido ocasión de

secretos del estilo, y salían luégo del aula ha­ « todo, tienen aquel sabor deleitable de los ver, á más de sus poesías y su insuperable dis­
blando con la propiedad que alcanzaban á « maestros del siglo de oro, con más perfec- curso ante la Real Academia Española, las que,
imitar del maestro, que aquellas obras posterio­ « ción en el plan, con formas excelentes, más ya de su sola pluma, ya en colaboración con
res (con escepción de su admirable discurso « encumbrado vuelo, más espléndidas imágenes don Nemesio Fernández Cuesta, corren en va­
académico) en que, ya por la necesidad de « y una magnificencia de epítetos y ritmo (pie rios tomos que se conocen con el título de
corresponder á la urgencia con que oprime al « rivaliza con los mejores del Parnaso de Cas- Obras de B a ra lt y Cuesta. l
escritor la demanda perentoria del periódico, ó « tilla.»
ya también por las modificaciones que el ejerci­ « Leyendo sus poesías - agrega el señor 'Pe­ 1 En las Obran de Burult y C antil (M ad.i.l. 1840)
se h allan insertas ó an unciadas las siguientes pu b lica­
cio proporcionó á su habla, no aparece después ajera - s e experimenta doble placer, ya con las ciones hechas por ellos, y que en su m ayor parte son
el mismo con su dicción antigua sin ser arcaica, « belleza:, originales que contienen, como con tratad o s extensos, obras bastantes para que se forme
de cada una de ellas un libro volum inoso :
aunque si majestuoso siempre, atinado en la (i las felices y preciosas imitaciones de la gran
« lírica española en (pie abunda. Sus odas nos / ’riM/ritmii* ¡ ‘ulítinm P rim era P arte. P ro g ra ­
elección de los términos, más correcto, si cabe, ma* Po/UiroK. Segunda P arte . Exam en histórico y
original las más veces, y no dejando nunca de « recuerdan al divino Herrera, al melifluo Clar- científico de los prospectos ó program as políticos que
6 EL ZU LIA ILUSTRADO

Se insertan en ellos varios opúsculos de gran Como redactor priiy ipal de A l Si¿;/</, de tenéis mucho que aprender, oh vosotros todos
fondo filosófico-político, y versan «asi todos Madrid, se dio Ha k a i .t a la defensa ó pro|*a- los que os preocupáis de la liliertad y garantías
esos trabajos sobre cuestiones de actualidad en­ ganda de los principios |x>líticos y sociales en necesarias á la emisión del jiensamiento no res­
tonces en Kspafla; pertenecen en su mayor que él tenia losados sus ideales de orden, pro­ tringido |>or los resabios de la edad antigua!
parte á la ardorosa lucha de la prensa y revelan greso y liliertad. Algunos de esos t ral jajos Allí una idea clara de lo que es y del>e ser el
al patriota nobilísimo que brega sin cesar |>or revistieron un carácter es|>ecial de tratados casi liensamiento libre, una síntesis ingeniosa de
el triunfo de sus principios. Uno es el ]>ensa didácticos, en que todo era esmerado y se lo cuanto en su objeto y tendencias encierra la
miento, una misma la fuerza de su impulso, uno guiaba todo |>or la vía de la perfección literaria. prensa (>er¡ódica, y una exjjosición seductora
sólo el sentimiento que mueve y guía en su Kntre ellos figura uno luminosísimo sobre la de las razones inconcusas en que se fundan á
acción á dos inteligencias superiores, á dos Libertad de Imprenta, el cual, aunque inserto este resj>ecto las aspiraciones de la sociedad
voluntades resueltas: el amor a Kspaña, la Pa­ entre los opúsculos de B a r a l t y Cuesta, es moderna! Allí, sobre todo, la confutación
tria del heroísmo legendario, liajo una idéntica producción exclusiva de B a r a l t . yendo sólo de cuantas objeciones han opuesto al estable­
aspiración al mejoramiento de sus sistemas ¡»olí- precedido el texto de la obra por una introduc- cimiento y práctica de esta necesaria reforma
ticos. B a r a l t y los predicadores
Cuesta fraternizan del falso progreso,
de alma y corazón representantes de
en esas ideas, y se las viejas tradicio­
uniforman en su nes políticas ! *
expresión apare­ De cómo debió
ciendo como de de ser combatida
mano única lo que y angustiosa á las
viene de dos espí­ veces la existencia
ritus eminentes. que nuestro ilustre
Allí es donde -------------- ------------- - compatriota llevó
se echa de ver al en Kspaña hablan
<w>
publicista que al­ bien claramente
canza á ser oido y «Sh*. X « ^ ^ í í » - las propias pala­
ensalzado de mu­ bras suyas que an­
¿ r
chos que en la tes hemos citado
Península lo eran /w « del discurso de
también notabilí­ rece|xión en la
simos, y su jialabra Real Academia
.se dilata entonces Kspañola, al refe­
á través de las na­ rirse a « /as 7'ici-
ciones civilizadas. « .«¡tildes de una vi-
(Irán triunfo, úni­ 11 da condenada a
co hasta aquellos « todo género de
días, |)ara un ame- a azares y eonflic-
r' que sienta 11 tos u; y lo decla­
; xza de adalid fi­ ran también las
lósofo en la culta opresiones con
. / T í qye á él alude el
Europa, y partici­
pa en la discusión th w e d o Ji Tomás
de sus destinos Rodríguez Rubí,
cual pudiera y de­ ai tomar posesión
biera el más ex- de) sillón t?n que
-
jjerto y hábil de lé. sucedía en. Ja
sus escritores so­ misin* Academia,
bre derecho pú­ cuando expresa
blico. « la timm*z . ~on
Y aquí se nos « t/neJija su planta
viene á la memoria « sobre la hu illa
la hermosa apos­ 11 del hombre tfue
trofe de don Juan « tan honda la ha
Vicente González, n dejado en e l am-
/ í* / rr . . . . ■ 11piísimo campo de
cuando evócala á &
Hakai.t con éstas a las letras, r en
expresivas [ja la­ n los anales del />/-
bras : « Y tú, ¡ oh afortunio, del su-
« poeta :.... llevas- « frimiento y ■de la
« te á orgullosos y « cristiana resig-
« antiguos pueblos « nación. »
« la soberanía del Pero si á cir­
« genio, el artificio cunstancias no en­
« mágico de tu F a c s im ile d e un» o r t i au tógrafa d e l g e n e ra l U rdaneta
teramente conoci­
«estilo. K 1 ex- das aún por acá
« tranjero puso á tus pies coronas v te sento, cíón de! señor Cuesta. Compúsolo H a k a i .t en (al menos para el que esto escrilie) se delie la
«asombrado, en m e d i o de sus maestros. artículos editoriales publicado en E l Siglo del existencia de esas frases amargas en que resalta
ii de febrero al 24 de marzo de 1X48. Alli el hecho de los sufrimientos que atribularon la
vieron la luz en E«|w n» desde enero <t»‘ 1*4* lm sta grande alma de H a k a i .t , filé allá, fuéen Kspaña,
principios de 1849. H im / r u fu i 1I 1I p t e t b i f e m d o n Ju n t/u ín L o r e n z o segunda Patria suya, donde él alcanzó los mayo­
IIintorbi de, In» Carte» de 1841* ri 1H4!l. V iU u n n e e u . (S e IihIIu este trab ajo priiM-d¡i*ndoal t r a ­
h i E u r o p i en 1849. tado «pie d ich o notable au to r español lmliíii w c ritu en res honores que decoraron su nombre, dieron
De hi libertini de rumereia e 11 ¡/ritenti. 1 8 1 1 v 1 8 1 :{ culi el títu lo «le l.o » A it i/ t lifii» h ’n r n t i■» liase y expansión á su fama en la república dé­
P o rren ir del m uiido roit rehieión ti lo» »¡»tenui» ó E l ’i n n t it ln en lu» t 'a r t '» . V ipie los señores H \ II M .T
filoaófietH-politico» imi» en boyn, y C u esta i»ul>liriinm en 1x 4 9 .) las letras, y vertieron, sin duda alguna, en su
h i terdndero honor. ( ‘m im i fiii inntlti n / llr ii/n ilie r don E d n iiriln h'¡ r fuerte v denodado corazón, las aguas puras de
E> Inibito lutee n i nuntje. (novela). Itiín d iz S u n l{ fi n ií n . (Colección lie docum entos re la ­
Folletti de fattela», ó ju ic io ile l/U proti nerume» nui» tivos n esla céleb re cau sa p o lític o -m ilita r.)
uotnbU» (/ur lim i riniti hi lu i piHdieu demle principia» l.iln rlt iil tle lin jiiT n tii p o r tlon K.\KAKI. M A 111 \ 1 N o s o cu rre llam a r a ipií la atención solire las
de 1849 re»peeto de hi ¡mlUien y In ndinini»t rnrión I h l d I . T , p rece d id a de nnu intrm ln rriú n )»>r don repr<MÍuci'iones ipie de trozos di' este tra tad o lian
■del pili». \ r iiii» in h eritiin d e i l'n txtu. (K ilito riale s ile E l Si¡/lo h e d ió a lg u n o s |H-riódicos venezolanos com o o lirir
K l trtifieo de enduro», d e M a d rid , d e l c u a l e ra R e d a c to r ]>rinci|»il el s e ñ o r coiiju nta de H a i i • l . T y <'ui-sla. 1 1 0 siendo, com o ipitila
fi»puliti y lo» optinole*. H xll >I . T . p u b lic a d o s d e s d e el 1 1 d e fe lire ro lia sfa el diclio, sino e x c lu s iv a de don H ak Kl. M .illH
Reforniti (’lattili ini. 24 d e m a rz o d e 1K4S.) H a i i a i .t .
EL ZULIA I LUSTRADO 7

un consuelo positivo, infiltrado en su espíritu Baralt. Antes de concretarse á la composi­ « publicista, como filósofo y como poeta, y de
generoso con la satisfacción que lleva á la con­ ción que analizaba, hace el distinguido literato « este estudio hemos sacado la convicción de
ciencia el valer propio justificado en obras que español una ligera apreciación del carácter «que es sin duda una de las cabezas mejor
se imponen á la opinión de los demás, y la general y la índole literaria de los escritos de « organizadas, uno de los hombres más instruí-
uniforman y compactan en el reconocimiento aquél: « dos y uno de los escritores más correctos con
del mérito laureado. « El señor B a r a l t es más (pie un poeta; - « que cuenta nuestra literatura contemporánea.»
Sin duda que España fué la Patria literaria « dice - es un verdadero literato...................... Pero ya es tiempo de que nosotros consigne­
de B aralt , como atinadamente lo ha di­ mos aquí nuestra rápida reseña sobre al­
cho el señor doctor Jesús María Portillo. guno de los principales sucesos que for­
Con razón, pues, observa el distingui­ maron la vida de este esclarecido in­
do escritor colombiano señor don José genio.
María Torres Caicedo, que B a r a l t reci­ Don R a f a e l M a r í a B a r a l t nació en
bió en España toda especie de honores, Maracaibo, Sección Zulia de la Repúbli­
pues él vió allá premiadas algunas de ca de Venezuela, como ya se dijo, el día
sus obras por el Liceo de Madrid, y su 3 de julio del año de 18 10 , de padres res­
nombre inscrito entre los individuos de petables y distinguidos, que lo fueron
número de la Real Academia Española, el señor coronel don Miguel Antonio
((lie le llamó á que tomase asiento en me­ Baralt y la señora doña Ana Francisca
dio de los sabios eminentes que entonces Pérez, oriunda ella de la República Do­
contaba, como en toda época ha contado, minicana.
aquel ilustre Cuerpo ; obtuvo del Gobier­ Nació B a r a l t juntamente con el hon­
no de la Nación distinciones honoríficas do y trascendental movimiento de la R e­
y empleos de confianza, y oyó de su gran volución de Independencia, y venia al
mérito los más justos elogios tributados mundo á tiempo para ser, en su oportu­
por altos ingenios del país, muchos de nidad, el más sesudo de los narradores
los cuales le alentaban y aplaudían en de aquel grande esfuerzo histórico de
prólogos y en juicios de crítica imparcial una porción notable de la Humanidad,
ó en artículos de periódico. que veía llegado el momento de encami­
Hízolo así el célebre y simpático don narse á la meta de su porvenir.
Juan Eugenio Hartzenbusch, honrándole Su infancia la ¡jasó en Santo Domingo
en ciertas frases del prólogo con que hasta la edad de once años, habiendo
exornó el Diccionario de Galicism os; llevado allá á su familia las vicisitudes
y el académico don Joaquín Francisco políticas de aquellos tiempos calamitosos.
Pacheco cuando, en su discurso de con­
Es fama que en 1821 regresó él á Ma­
testación al señor B a r a l t , calificó el de
racaibo, y vivió allí cinco años, al cabo
éste, como digno sucesor del Marqués de
de los cuales el señor tjon Luís Baralt,
Valdegamas', de « superiormente pensado,
tío suyo, le llevó á Bogotá, en cuya
« escrito con tánta pureza, con tan agra-
Universidad cursó don R a f a e l M a r í a
« dable estilo, en tan correcto y escojido
Latinidad y Filosofía hasta recibir a-
a lenguaje » ; y refiriéndose luégo á la
do de bachiller en esta facultad. iSiíf/tf-
grande obra que la muerte le había de
zado ya un curso de Derecho, ó dispo­
impedir á B a r a l t que concluyese, su
niéndose á comenzarlo, hubo de inter­
diccionario etimológico, y que él había
rumpir sus estudios para volverse á Ve­
emprendido « con una audacia de las más
nezuela.
«justificadas y honrosas, al són de los
No pudo llegar á ser completo el cur­
a elogios de la España entera », dijo a s í:
so de Jurisprudencia que seguía B a r a l t
« Sin hablar de otros títulos, que dis- en Bogotá, pues á principios de 1830 le
« tinguen al nuevo académico, sin anali-
vemos ya en Maracaibo (á donde sin
ii zar escritos de muy diversa índole que
duda no se trasladó él después de la
n le ha debido nuestra literatura, sus apun-
muerte del Libertador, como equivocada­
ii tes históricos, sus controversias políti-
mente se ha dicho, sino antes) tomando
ii cas, sus poesías tan sentidas como deli-
parte en el movimiento revolucionario
« cadas ; me es imposible, señores, no re-
separatista que dió por resultado la di­
ii cordar la empresa de sti filosófico Dic-
solución de la Colombia de Bolívar, y la
« cionario, que ha merecido tiempo hace
fundación de la República de Venezuela;
a nuestra más cumplida aprobación, y que
y bien se ve que los cuatro años trascurri­
« la España inteligente aguarda con viva
dos del 26 al 30 sólo eran bastantes para
« impaciencia.»
que hubiese estudiado el idioma latino
Y el célebre autor dramático don
y hecho el curso de filosofía, según lo
Tomás Rodríguez Rubí, en su discurso
riguroso de los estudios metódicos de la
de recepción poco antes citado, se refirió
época.
á don R a f a e l M a r í a B a r a l t , antecesor
Él figura entre los firmantes del pro­
suyo en el sillón académico, con estas nunciamiento de Maracaibo por la se­
palabras:
paración de Venezuela, efectuado á 16
•i Al pronunciar este nombre inclino de enero de 1830, y de allí siguió luégo
¡i mi cabeza ante la sombra del que rayó en servicio militar como oficial del Esta­
a tan alto por su sal>er como por sus do Mayor del Ejército de vanguardia
«desgracias, para rendir, como sincera- que, á las órdenes del general Santiago
« mente rindo, á su buena memoria el Mariño, hi¿o en aquel año la campaña
« homenaje de mi reverente admiración, separatista en el Occidente de Venezue­
„ y acompañar en su duelo á la poesía, á la E it a t u a de don R A FA EL MARIA BAR A LT. in a u g u r a d a en M a ra c a ib o en la pla- la y en los valles de Cúcuta.
« historia, al derecho público y á la ciencia Hallándose B a r a l t de vuelta de esta
c filológica, «pie en él lamentan con justicia la « él es, entre los muchos que hoy toman entre j breve campaña, escribió el folleto que antes
« prematura desaparición de uno de sus más « nosotros el nombre de poetas y el de literatos, hemos citado como la primera de sus produc­
" ilustres hijos.» « uno de los pocos que merecen el primero y ciones, y en los años subsiguientes publicó
Muv conocido es. por último, el juicio «justifican el segundo con sus escritos............... algunas breves composiciones literarias de
critico que don Eugenio de Ochoa publicó « Tiempo hace que seguimos con vivo in- gran mérito, como su Id ilio ( E l árbol dei
cuando en 1K49 premió el l.iceo de Madrid la « teres v atención suma las diversas manifesta- buen pastor), obsequio á la memoria del pres­
■elebérrima oda « A Cristóbal Colón » del señor « «iones del ingenio del señor B a r a l t , como bítero doctor don José Cecilio Ávila, que
8 EL ZULIA ILUSTRADO

don Juan Vicente González llama primeros qu e d ijim o s al prin cip o de este jjoco m ed ita d o resultado con las expresiones del justificado
acentos suyos, al calificarlo de « prosa musical y, en re a lid a d , in co m p le to escrito . alborozo que por él sentía el Representante en
y poética», considerándolo acaso como el En Madrid le había reservado la caprichosa Madrid de la República, llegaron á Santo
primer ensayo de su ingenio y sin duda suerte grandes triunfos y penas grandes, en cuya Domingo cuando, habiendo desaparecido el
por no atribuir importancia literaria á la sucesión constante trascurrieron para él los Gobierno (pie lo había procurado, acababa de
Introducción del opúsculo mencionado, sien­ últimos quince años de su laboriosísima existen­ surjir otro á quien interesaba una solución con­
do éste de interés meramente político es verdad, cia. Fué aquélla la palestra de su gloria ; el traria á la (pie le era comunicada, y la cual
pero no por eso destituido de un gran valor, campo hermoso que en sus anhelos juveniles (la obtenida por el señor B a r a l t ) , en justicia
al descubrirse allí el esfuerzo iniciativo de un había divisado él para la coronación de su agita­ sea dicho y con paz de todos los intereses ban­
talento superior en el sublime arte del ]>ensa- da carrera. Trató allí á los mayores ingenios derizos, era la (pie convenía al honor y á la
miento y la expresión. es[>añoles de la época, y el suyo adquirió en­ dignidad de la Nación Dominicana.
Así se estrenó en el servicio de la República, tonces la gallardía y gentileza de que dió mues­ Nada hay (pie extrañarse pueda en la ce­
con la espada y con la pluma, aquel que había tras insignes en su afanosa actividad. guedad á (píelas pasiones de la política menuda
de ser insigne historiador de sus tiempos heroi­ Engrana en este lugar la mención de uno de y mezquina conducen á veces á los hombres;
cos ; y, abandonada ya la aspiración que había de los episodios desapacibles de la vida de pero se ofrecen en verdad casos bien raros, que
tenido á vestir la toga del abogado, quiso cam­ R a r a lt , y por ventura Ja causa de la mayor y le vuelven á uno perplejo acerca de lo mismo
biar ésta, como lo observa su benemérito biógra­ más justa indignacióu que él padeciera en todos en (pie basta el sentido común para decidir de
fo el señor Torres Caicedo, por las charreteras sus días. I,a explicación de este incidente lo justo ó de lo injusto. ¡ Cómo ! El nuevo
del militar, que ya en 18 31 ostentaba en el dejará aclarado el que refiere don José María Gobierno de Santo Domingo olvida en un ins­
grado de teniente. Torres Caicedo en una nota de su biografía de tante los valiosos servicios que la República
Adscrito al Ministerio de Guerra y Marina B a k a i .t ( Ensayos Biográficos, página 3 0 6 ) , había recibido de su ilustre Ministro, y ofusca­
de Venezuela, desempeñaba en él un modesto cuando habla de la destitución violenta que con­ do por la contrariedad que sufre en sus miras
empleo, al mismo tiempo que seguía un curso tra el escritor venezolano, entonces súbdito del de interés transitorio, resuelve afrentar á un
de matemáticas en la Escuela Militar de la Re­ reino, decretara el Gobierno Español del pués- hombre eminente destituyéndole del cargo de
pública ; y así hubo de continuar activo en el to que aquél desempeñaba en 1857 como A d­ un modo hosco, agrio y ofensivo en los térmi­
trabajo de sus manos y en el estudio, hasta que. ministrador de la Imprenta Nacional y Direc­ nos; y no contento con esto, lleva adelante su
declarada la rebelión contra el Gobierno legiti­ tor de la Gaceta de Madrid, y cuyos motivos, inquina, hasta perseguirle allá en la propia
mo llamada L a Reform a, en 1835, volvió á por no ser en aquel tiempo conocidos todavía morada, y henchir de sinsabores su generoso
tomar las armas el galante soldado, y de nuevo del público, nu expone el distinguido biógrafo corazón, procurando (pie mano extraña le agra­
se lanzó á los azares de la guerra en una campa­ colombiano. vie en los más caros intereses y le anonade con
ña que puso pronto fin á los desórdenes pror>’ J- n había sido concluido, ratificado y golpe súbito!
vidos por los trastornadores de la é)xxa. De ca jo el Tratado D om inico-Español, con el Lo cierto es que al mismo tiempo (pie las
ella regresó ascendido á capitán d«1- .rtilteña ; cual quedaba por un acto público y solemne dimisorias mandadas por el Gobierno Domini­
y en este grado, por fo'tuna d í-su nombre y reconocida por España la independencia de la cano al señor B a r a l t , llegaron á Madrid copias
gloria de la Patria, se detuvieron sfc progresos República Dominicana ; convenio de los más de los despachos diplomáticos confidenciales
en la carrera militar, pues que siguiendo en lo amplios y afectuosos, si los hay entre naciones, (pie el había escrito al Gobierno que representa­
que por tal se t ' . en ciertas repúblicas, habría donde és de notar la recíproca inclinación que ba, enviadas de oficio al de la Reina por el Cón­
de habe^._ ’ echo hombre inútil para las arduas por los vínculos de raza, lengua, religión y sul General y Encargado de Negocios de Espa­
la b o r, i' -.*¡as y patrióticas á que, con tanta costumbres se manifestaban el Reino de España ña en Santo Domingo, señor Segovia. En esos
>10 • 4 jfedicó los días de su importantísi- y la República Dominicana. El Ministro Ple- despachos, (pie no pudieron ir á manos del
J nipotenciario de la República, que había logra­ Cónsul de España sino franqueados por el Go­
o rosegado el país, volvió á su puesto en la do la terminación de aquel Tratado de recono­ bierno Dominicano, y (pie eran de suyo delica­
Secretaría de Guerra y Marina, y fué entonces cimiento, paz, amistad, comercio, navegación dísimos é inviolables, y corrían bajo la salvaguar­
cuando concibió y puso por obra la idea de es­ y extradición, había sido el señor don R a k a k i . dia de la buena fe de toda una nación, en inte­
cribir su notabilísimo libro, en tres tomos, titu­ M a r í a B a k a i .t , que servía en esto como en rés de la cual habían sido escritos, se hallaban
lado Resumen de la H istoria antigua y moderna otros asuntos á la República Dominicana con ciertos pasajes mortificantes para el Gabinete
de Venezuela, asociándose á las empresas geo­ sobrada lealtad y acendrado patriotismo, siendo (pie entonces gobernaba en Madrid y con es­
gráficas del inolvidable general don Agustín aquél un ]>aís del cual se consideraba él casi pecialidad para su Jefe, el Marqués de Pidal, á
Codazzi, por encargo del cual hizo él la revisión hijo suyo, y al que, por tanto, amaba como quien se trataba de indolente. Aquí precisa­
de la muy conocida y completa Geografía de cosa propia. Sobrevinieron luégo disturbios mente aparece el objeto de este paso incalifica­
Venezuela que nos legara aquel noble apóstol de civiles en la República Dominicana, y la con­ ble, pues no pudo ser otro que ofender en el
las ciencias. ducta del Cónsul General de España en ella honor y en la hacienda al mismo que había
En 1841 se trasladó á París con el objeto de (don Antonio María Segovia) dió lugar á una prestado eminentes servicios á la República,
imprimir aquel gran monumento literario con­ grave cuestión de desidencia en la interpretación como en efecto sucedió.
sistente en su citada obra de historia, la (pie allá del artículo 7 de dicho Tratado de reconoci­ El Consejo de Ministros de Madrid tomó
acabó de escribir y publicó luégo; hecho lo miento, haciéndose preciso y urgente ocurrir en consideración los despachos diplomáticos
cual regresó á Caracas en 1842, y de allí tornó de nuevo al Gobierno de la Reina, (jara (pie del'señor B a r a l t , acordó desde luégo su desti­
á viajar para Londres con encargo diplomático decidiese sobre el genuino y verdadero sentido tución del empleo que en su calidad de súbdi­
en que iba asociado al doctor Alejo Fortique, del mencionado artículo. El señor B a r a l t to español servía en la Corte, y pasó traslado
de respetable memoria. Discutíase entonces gestionó en este asunto ante el Gobierno de de ellos al Tribunal Supremo, consultándole si
con la Inglaterra la peligrosa cuestión de límites España, á la sazón presidido por el Marqués de prestaban fundamento para formarle causa por
suyos con Venezuela, cuyas resultas tienen hoy Pidal, actuando con el carácter de Ministro injuria y desacato al Gobierno.
sobresaltado al patriotismo americano, y el señor Plenipotenciario de la República ad hoc; y En 19 de febrero de 1 8 5 7 avisaba recibo el
R a ralt pasó de Londres á Sevilla en 1843 á logró tan cumplido éxito en la negociación, señor B a r a l t , no conociendo aún la magnitud
ocuparse en la busca de documentos relativos que el 19 de diciembre de 1856 el Gobierno del daño que se le había causado, de la comuni
al asunto de los límites. Diz que cumplido su Español, animado de un noble espíritu de be­ cación del Gobierno Dominicano en que le
encargo, que él había desempeñado con tino y nevolencia y cordial franqueza, daba ya por daba sus dimisorias; entra coiV él en debate
sagacidad, le llamó al seno de la Patria el Go­ terminado el incidente, y resolvía las dudas en enérgico y afluente de razones, no para justifi­
bierno de Venezuela; pero el escritor ilustre el sentido (pie lo había pedido el Gobierno carse (que no lo había menester)’, sino para
que se contemplaba guiado por la mano del Dominicano. Pero á B a r a l t , que servia á la inculpar al dicho Gobierno su conducta, y
destino á la tierra propicia para que se hiciese República y no á sus partidos, y que sólo anhe­ hacerle ver la sinrazón de los fútiles motivos en
útil su fecundo ingenio, había resuelto quedarse laba por « la gloria de un pueblo (pie le intere- (pie la fundaba; y pocos días después (el 2 6 del
y residir en aquella histórica ciudad de la « saba demasiado », como más tarde lo declaró mismo) aparecía en la Gaceta de Madrid la
Península. En ella vivió algún tiempo emplea­ él mismo, había de convertírsele aquella satis­ Real Orden siguiente:
do en la Gobernación civil,- y después de algunos facción de que se llenaba al ver el feliz acaba­ « Ministerio de la Gobernación.— Sub-secre-
altibajos que en su Situación particular, allí miento déla obra que se le había encomendado, «taría, Negociado 49.— La Reina (Q. I), G .)
como en todas partes, le presentó la veleidosa en fruto amargo de desengaños é ingratitud, « ha tenido á bien destituir á U S. del encargo
fortuna, se dirijió á Madrid, donde permaneció que le disponían al más duro trance que en su « de Administrador de la Imprenta Nacional y
todo el resto de su vida. vida pasó. « Director ele la Gaceta. De Real Orden lo
Allá murió el infatigable literato en la fecha Las comunicaciones (pie contenían este « comunico á l \ S. para su inteligencia y cum-
EL ZULIA I LUSTRADO 9

« plimiento.— Dios guarde á U. S. muchos por su parte, debió de darse por satisfecho con ilustre hijo de Venezuela ! ¡ A h ! si á cualquiera
« años.— Madrid : 25 de febrero de 185 7.— No- este acto, hasta el punto de mostrar su afecto de sus gobiernos le llegara á mover el senti­
« c k d a l .—Señor don Rafael M aría Bara/t.» hacia aquella República al morir, legándole, miento de la honra nacional con el laudable
« Todo en este documento (dice el mismo según se dice, su biblioteca como una prueba deseo de beneficiar al público; y « en obsequio
« B a r a l t ) fue cuidadosamente estudiado para de cariño. de su propia gloria, » como dijo ya muy bien en
« producir grande impresión en el público, y Como filósofo y publicista, B a r a l t hizo 1860 el señor don Ermelindo Rivodó, decidie­
■«para herirme á mí profundamente . . . Nunca, suya la arena de la prensa periódica en España, se al fin lo que há tiempo se lamenta no haya
« ó rara vez, se había hecho uso en la noble y y combatió en ella con denuedo por la Patria y sucedido: la recopilación de los escritos del
« generosa España de términos semejantes para por la ciencia: fundó algunos periódicos que poeta y prosador eximio que tan grato' nombre
« separar de su destino á un empleado del Go- alcanzaron nombradla y colaboró en otros; ha dejado á la posteridad !
« bierno como la separación (por circunstancias publicó entonces sus más famosas composicio­ De patriota y de honrado es de lo que me­
« propias de ella) no llevase consigo aparejada y nes poéticas, gran número de opúsculos litera­ jor y más justamente debe calificarse al señor
«urgente necesidad de prisión preventiva y rios y políticos á que ya nos hemos referido, B a r a l t , al descender á las condiciones de su
« formación de causa criminal. » una obra filológica de grande importancia, su carácter personal. Demostrólas él con lujo de
Por fortuna el descalabro no siguió adelante Diccionario de Galicism os, y, por último, el pruebas en la milicií, en la política y en la
y en esto pararon las angustias, por haber con­ prospecto de su monumental empresa científica literatura, así en Venezuela como en España; y
sultado negativamente el Tribunal Supremo, esperada con admiradora curiosidad por los lé llevaron ellas en una y otra de sus dos Patrias,
fundándose, entre otras consideraciones, en que españoles doctos de su tiempo, el Diccionario la natal y la adoptiva, á las fatigosas luchas de
el señor B a r a l t « había obrado dentro del cír-
M atriz de la Lengua Castellana. la prensa, y á los conflictos de la guerra tam­
« culo de atribuciones diplomáticas consentidas Entonces fué cuando su nombre se inscribió bién ; de modo que alcanzó en la primera
« y autorizadas por el mismo Gobierno Español; entre los inmortales del Parnaso Español, con grados militares y en la segunda una valiosa
« en que los despachos diplomáticos son, por su aquellas odas Á Cristóbal Colón, Á España, á condecoración (la de Comendador de la Real
« naturaleza y por las leyes del Derecho univer- L a Anunciación, á L a Inspiración, á Isabel II , y distinguida Orden de Carlos II I ) , habiendo
« sal de Gentes, sagrados é inviolables, consti- su Adiós á la P atria y sus demás composicio­ dejado en ambas huella indeleble de los bríos
« tuyendo negocios de Estado entre los Gobier- nes ligeras, vaciadas todas ellas en las turque­ con que supo combatir por su demanda en
« nos y sus respectivos Representantes ; en que, sas de la dicción clásica, encumbradas á la materia de principios.
«propiamente hablando, no había cuerpo de sublimidad de la inspiración y la sabiduría, y Durante la década que pasó en Caracas,
« delito, pues, al considerar cómo tal los referi-que pueden ser consideradas todas, juntamen­ casó allí el señor B a r a l t con la distinguida
■« dos despachos, la causa y el juicio serían inmo-te con sus obras de prosa, como « un prodigio señorita doña Teresa Manrique, la que, viuda
•«, rales por fundarse en un crimen de felonía, «de imaginación, un tesoro de sentimiento y suya hoy, vive en París con su respetable fami­
« cual lo es la revelación de negocios de Estado, « un archivo inagotable de seductoras antigua- lia, heredera de tan ilustre nombre.
« la entrega indebida de documentos que no « lias, » según frase aplicada al orador -¿«trlami Fué este egregio literato, al par de gran
« pertenecen á ninguna de las Partes y el más tario don Antonio Aparisi y Guijarro ,1 patriota y férvido amador de las ciencias, de la
«indigno abuso de confianza,» etc., etc., etc. escritor español don Francisco Cañamaque, en libertad y ' progreso, un hombre exquisito en
Entre los motivos de extrañeza que así para la cual vemos nosotros una síntesis de lo que los afectos de f nilia. Ni los olvidó nunca en
el público español como para el mismo señor nos cumple decir del malogrado sabio venezo­ medio de. vicisitudes de su peregrinación,
B a r a l t hubo de tener la violenta conducta lano. ni de su corazón salió jamás el sentimiento de
que con él obsevara el amor propio herido del Ignorantes á la verdad nos hallamos de los la Patria. Á su venerable paUfoj el señor Co­
Marqués de Pidal, figura, á más de los mira­ detalles, por demás necesarios á una reseña ronel don Miguel Antonio Baralt, lft|<^r/.ibía él
mientos á que B a r a l t era acreedor, por sus como ésta, que acompañaron los primeros y los desde Madrid el 22 de junio de 1? >,<arta
prendas personales, el hecho de haber sido él, últimos años de la vida de nuestro gran literato í íntima, las expresiones que siguei. 1 ’ is
en 1854, autor de un famoso Manifiesto que, y apenas si nos es dado, al referirnos ásy infan­ de intensísima ternura y gran melancolía. „. ..
adoptado y suscrito por el Gobierno Español, cia, recordar lo que de labios autorizados « El bien, la dicha de mi familia es mi ú w
había sido obra de grande y oportuno remedio hemos oído, á saber : que de niño nunca jugó « deseo en este mundo'; pues en cuanto á mí,
para males de actualidad entonces en la políti­ á la manera comúnmente usada por los otros, « ya sé por lo pasado lo que debo esperar de lo
ca española, y que, al decir del señor Torres pues, serio desde la edad primera, sólo tuvo « porvenir. Resignado al trabajo y á las tribu-
Caicedo, mereció el elogio de todos los pe­ afición á los litros, que fueron sus más precia­ « laciones que han acompañado todos los pasos
riódicos de Europa. El mismo B a r a l t men­ dos juguetes, y el objeto de su pasión en toda « de mi vida, con una tenacidad fatal y no
ciona el hecho á que nos referimos entre las la vida. « interrumpida, la felicidad; ó siquiera el reposo,
causas que tuvo para sorprenderse y sentir se­ Que sus primeros estudios los hizo en Ma- « me parecen cosas inverosímiles á las cuales no
mejante proceder del Gabinete Español, y se racaibo, para continuarlos después en Bogotá y « estoy predestinado. Mis últimas esperanzas
expresa a s í: en Caracas, considérelo el que haga memoria de « murieron con mi inolvidable tío Luís, y en su
« Había aún (dice) otra cosa más notable haber sido esas tres ciudades la residencia que tu­ « sepulcro moran. »
« sin duda á que atender ; y era el no olvidado, vo de los once á los dieziséis, de los dieziséis á los Hace luégo referencia á la pérdida total de
« ni fácilmente olvidable servicio que hice al veinte, y de los veinte á los treinta afios ; y que su hacienda, que antes había sufrido en Lon­
« Trono y á la dinastía reinante en 1854, pre- en ellos aprovechó tánto, que llegó á poner con dres, y añade:
« cisamente cuando se hallaban muy lejos de él sus solitarias meditaciones la base de su gran « Mi salud, ya quebrantada, ha ido desde
« y de ella los hombres que más blasonaban saber, y á preparar su espíritu para tan notables k entonces cada día en mayor decadencia : mi

« entonces y más blasonan hoy de ser sus vale- obras como realizó, mírelo el que le contemple « espíritu ha desfallecido con el cuerpo ; y no
« dores y sostenes. » escribiendo con tino y solidez á la edad de « sabiendo ya á dónde volver la vista en busca
Pasado este incidente que mucho debió de veinte años, y con alta sabiduría, con elegancia, « de luz y de consuelo, he pedido en vano la
•contribuir á rodear de sufrimientos los últimos energía y propiedad inimitables, que después « una y el otro á la paciencia. Como quiera,
tres años de la vida de nuestro ilustre compa­ no tuvo para qué mejorar, de los veinticinco á « todavía me queda íntegro el corazón para
triota, las cosas políticas cambiaron en la Re­ los treinta. « amar á usted, para amar á todos, y para ser
pública Dominicana, y renovado el Gobierno Las obras de B a r a l t forman con las de « dichoso con sus prosperidades. »
en las personas que lo representaban, se ocupó Bello (únicos autores netamente americanos, Todo interesa en la manera de ser de. los
luégo en desagraviar por un acto público al estos dos, inscritos por la Rea' Academia Espa­ hombres notables que se señalan en la sociedad
señor B a r a l t de la anterior ofensa, decretan­ ñola en su Catálogo de los escritores que pueden para ser admirados de los demás; y los rasgos
do el Senado Consultor, en 9 de marzo de sen 'ir de autoridad en el uso de los vocablos y de que acabámos de copiar referentes á la vida
1859, un voto de gracias en nombre de la Re­ lasfrases de la Lengua Castellana - edición de íntima de éste de quien venimos hablando, de­
1874), con las de Toro, Cecilio Acosta y otros
pública á don R a f a e l M a r í a B a r a i .t por los jan ver en él un gran corazón, un alma nobilísi­
servicios con que había merecido bien de la muy contados escritores de Venezuela, la litera­ ma, que da gusto hallar como fondo y base de
Patria. tura clásica nacional ; y es deber del patriotis­ su luminosa inteligencia. Los altos espíritus
Sólo así habría podido escapar el sentimien­ mo recomendarlas á la juventud como el campo cjue no cuentan entre los motivos de su prestigio
to de todo un país á los cargos de que se había en que debe labrar de preferencia, y la escuela el singular de la virtud, el cual nace y se desar­
hecho merecedor por la injusticia con que se en que ha de educar su gusto y el sentido crítico rolla en las luchas del corazón, no alcanzan ni
había tratado en su nombre á un sugeto extraño y estético en lo tocante á la literatura. ¡ Oh ! á la verdad merecen el absoluto dominio que
completamente á aquellas discordias íntimas, si no estuviese lejano ya el día en que hubiése­ sobre todas nuestras facultades ejercen par?
amante sólo de la gloria nacional, y servidor mos de contemplar reunidas en una serie de hacerlas tributarias á la superioridad con q*e
ingenuo de su» legítimos intereses. B a r a l t , hermosos volúmenes las obras completas de este nos atraen y encantan.
IO EL ZULIA ILUSTRADO

Oigamos á B a r a l t hablándonos una vez más


de esas cosas de la intimidad, sagrado asilo del
alma, donde ésta suele trasparentarse y dejarse
ver tal como ella es en realidad :
« Mucho deseo (dice á su señor padre en la
« carta citada), mucho, muchísimo, ver letra
« suya, y que me cuente su vida y su estado.
« Pocas satisfacciones, mejor dicho, ninguna,
« puede darme la suerte tan grande y pura,
« como la de ver su querido y respetado nom-
« bre al pie de una carta en que bendiga á su
« primogénito . . . ¿ Qué es de todos los pa-
« rientes y amigos ? ¿ cuáles de ellos han muer-
« to ? ¿ cuáles viven ? ■ ; Ah ! ¡ cuántas veces
« pienso en ellos ; y cuántas se agfta mi cora-
« zón en la duda de su suerte ! »
Por los afectos de la familia se ha entrado
en la Patria, y al' encontrarse con ella el cora­
zón, se le expande, y continúa con esta melodio­
sa expresión de su ternura :
« Todo se ama en la Patria cuando uno está
« distante de e lla : los hombres, y las cosas, y los
«amigos, y los enemigos, y «1 aire, y la tierra, y
« las piedras ! ¿Quién me diera ver, aunque fuera
«un instante, esaplaya querida; ver á usted,
« abrazarle, y morir ? Salude usted en mi nom- PLAZA BOLIVAR. — V ista de la a n tig u a c a s a q u e e r a c o n o c id a con el n om bre de “ El C h irim o yo ” y en
« bre todo lo que contienen esos sitios santos cuyo lu g a r t e ha lev an tad o el ed ific io d e la E x p o sic ió n Z u lla n a .
« para mi corazón, y dirija al Cielo una fervien-
« te súplica por que me conceda la dicha de cido el amor de extrañas naciones, te han deja­ Ni la altiva palmera,
« verle una vez más antes de dejar el mundo.» do áti la gloria de ver que la tuya sea la misma cuando en tus apartados horizontes
Hé ahí al hombre. ¡ Cuánta pureza en los que á otros corresponde, porque ellas tuvieron con majestad severa
sentimientos ! ; Qué patriotismo tan sincero y la dicha de hospedar en su seno y hacerse pro­ sacude su cimera,
cordial! ¡ Cuán digna de imitación habrá de pios los genios que de ti partieron ! gigante de las selvas y los montes ;
ser siempre esa manera de sentir y de hablar, No sea jamás una esterilidad oprobiosa: la
pues que nada es tan cierto como aquello deque Ni tus montes erguidos,
consecuencia ilógica déla pasada gloria.
las palabras salen de la abundancia del corazón! que en impio reto hasta los cielos subes,
En esas frases vertidas en el seno misterioso V íc t o r A n t o n io Z ekpa . en vano combatidos
de la intimidad, hallamos al hombre identifi­ del rayo, y circuidos
Curazao: enero de 1888. de canas nieves y sulfúreas nubes.
cado con el poeta, y bien vemos ya cómo no
son pura obra de la imaginación, sino efectos Adiós ! El dulce acento
de un sentimiento vivísimo, todas aquellas es­ de tus hijas hermosas ; la armonía
trofas en que en su Adiós á la Patria enumera del suave concento
los objetos de su predilección, por quienes llora ADIOS A LA PATRIA. de la mar y del viento
**n el suelr tranjero, y va recordando enter­ que el eco de tus bosques repetía;
necido la oníasdel viento, el ruido de las
fuentes, el ce acento de las hijas de su « p i e r r a del Sol amada, De la fuente el ruido ;
« tierra del Se amada, » hasta exclamar : — donde, .inundado de su luz fecunda, del hilo de agua el plácido murmullo,
en hora malhadada, más amable á mi oído
Y de mi dulce hermano (pie, en su cuna mecido,
y de mi tierna hermana las caricias ; y con la faz airada,
me vió el lago nacer (pie te circunda ! es grato al niño el maternal arrullo;
y las que vuestra mano
en el albor temprano Campo alegre y ameno, Y el mugido horroroso
de mi vida sembró, miras delir as , de mi primer amor mudo testigo, del huracán, cuando, á ic. i postrado
; Oh madre I ; on padre mío ! cuando virgen, sereno, del Ande poderoso,
y aquélla en que pedisteis, mansión a.':Ha, de traiciones ageno, se detiene sañoso,
con alborozo pío era mi amor de la esperanza amigo ! y á la mar de Cvslón revuelve airado ;
el celestial rocío Adiós, adiós te queda ! De la condor el vuelo,
para mi, débil niño, frágil planta ; Ya tu mar no veré cuando, amorosa, cuando desde las nubes señorea
Y tantos ; ay me ! tantos mansa te ciñe y leda, tu frutecido suelo
caros objetos que, en mi triste historia como delgada seda, y en el campo del cielo
de miserias y llantos, breve cintura de mujer hermosa ; con los rayos del Sol se colorea;
marcan á mis quebrantos
Ni tu cielo esplendente, Y de mi dulce hermano
breve tregua tal vez con su memoria :
de purísimo azul y oro vestido, y de mi tierna hermana las caricias;
Todos yacen perdidos ; do sospecha la mente
(pie ausente del hogar en tierra extraña, y las que vuestra mano
si en mar de luz candente en el albor temprano
mis penates queridos la gran masa del Sol se ha derretido ;
lloran entristecidos de mi vida sembró, puras delicias.
en tu almo suelo al refugiarse, España! Ni tus campos herbosos, ¡ Oh madre ! ¡ oh padre mío !
do en perfumado ambiente me embriagaba y aquella en que pedisteis, mansión santa,
Salve, oh Yenezuelá! madre ilustre de ín­ y, en juegos amorosos,
clitos varones, (pie han sido para el mundo con alborozo pío
de nardos olorosos el celestial rocío
objeto de admiración ; y que, habiendo mere­ la frente de mi madre coronaba ; para mí, débil niño, frágil planta;
Y tántos ; ay me ! tántos
caros objetos (pie, en mi triste historia
de miserias y llantos,
marcan á mis quebrantos
breve tregua tal vez con su memoria:
Todos yacen perdidos;
(pie ausente del hogar en tierra extraña,
mis penates queridos
lloran entristecidos
en tu almo suelo al refugiarse, España !
Puedas grande y dichosa
subir, oh Patria ! del saber al templo,
y en tu marcha gloriosa
al orbe, majestuosa,
dar de valor y de virtud ejemplo !
No te duela mi suerte,
no maldigas mi nombre, no me olvides !
(pie, aun vecino á la muerte,
pediré con voz fuerte
victoria á Dios para tus justas lides.

PLAZA BOLIVAR. - V ista d ei P a la c io de G obierno de M a ra c a ib o tom ad a p o r un la d o . R afael M a r ía Ba ralt .

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